La Primera vez nunca se olvida

Re: La Primera vez nunca se olvida

En este nuevo capitulos podemos dilucidar unas cuantas cosas entre nuestros protagonistas. Sin embargo, no todo es color de rosa, leean y verán.

Un Mal Presentimiento

El día ya había caído en un profundo sueño, mientras una floreciente noche comenzaba su aparición, acompañada con las destellantes estrellas que se esparcían en el inmenso manto de oscuridad, rompiendo con insistencia la monotonía del agobiante color presente en las alturas.

Mientras tanto, dos jóvenes impacientes se dirigían al lugar de encuentro, cada uno sumido en sus pensamientos, rodeados de temor y angustia por lo que podía ocurrir, no sabían muy bien a que se iban a enfrentar. Por un lado, la bella mujer no tenía muy claro que decir, pues no estaba segura si confiar en él; mientras que el seguro tenísta, por primera vez no sabía a que atenerse, pues su confianza se veía menguada con el pasar de los minutos.

Pensamientos de Sakuno

¡Y ahora qué!... ayyyyyyyy que voy hacer, Keiko eres muy mala por que no me ayudaste, aunque fuera solo un consejito, NOOOO SE QUE HACERRRRRRRRRRR… basta cálmate Sakuno, ya no eres la misma de antes, ahora eres una mujer adulta, al menos eso creo…. esta bien respira hondo y piensa que le vas a decir a Ryoma, menos mal que es de noche así no lo veo bien, pero que digo si sus ojitos son como unas pequeñas luces, si me vuelve a mirar no podré decir nada…. ayyyyy NO YA BASTA aunque me mire con esos bellísimos ojitos voy a dejar las cosas claras…si claro….le diré que yo no quiero ser una mas…si por supuesto….pero si le digo eso pensara que quiero algo serio….NOOOOOOO… que hago tampoco se que quiero… aunque yo si quiero estar con él… pero… y si me pregunta si quiero estar con él…. Que le digo…. Que si…no, primero debo aclarar que paso antes…si alguna vez me quizo…mejor le digo que lo voy a pensar… no se…emmm y si me pregunta por el papá de mis hijos….noooo que le voy a decir…

Pensamientos de Ryoma

Desde cuando tan nervioso… piensa que es una mujer normal…si como las otras…jajaja como si fuera posible… ella no es como las otras… ella es…entonces que le digo…mejor le hubiese preguntado al idiota de Joe…noooo mejor no…de seguro comenzaba a burlarse y no estoy para eso…que estará pensando mi Sakuno…habrá creído lo que dijo la estúpida de Chantal…emmm espero que no… mi ángel espero que confíes en mi… y si no y creyó todas esas mentiras…y si no viene…nooooo mejor dejo de pensar en eso…quien será el papá de esos mocosos…le voy a preguntar…pero si se molesta…mejor después…primero le voy a pedir que se quede conmigo…si, si…emmm aceptará…que hago como empiezo…eh? Ya llego…que linda se ve…

El lugar estaba sumergido en una tenue luz, teniendo como principal escenario las canchas de tenis, todo se encontraba envuelto en un tranquilo silencio, que daba lugar a entablar una platica amigable entre esta peculiar pareja. Una vez se localizaron, se quedaron unos minutos en silencio, ya que ninguno de los dos quería dar por empezada la conversación, hasta que un leve ruido en los arbustos los despertó a la realidad, era una pequeña ardilla del parque, típica criatura de la zona.

-Sakuno…yo…quería disculparme por lo de esta tarde – un poco temeroso – entre ella y yo no hay nada.
-N-no tienes…de que…disculparte – estaba nerviosa, pero trataba de ser firme, así que no miraba a Ryoma a la cara – es tu v-vida...puedes…hacer lo…que quieras.
-Ella no me interesa, la única que me importa eres tú – sonaba un poco molesto, pero intentaba no alzar la voz.
-Yo…no sé – no tenía idea como hablar, ya que sus pensamientos no se ordenaban.
-Escúchame…por favor – sonaba suplicante, cosa que sorprendió a la chica – quiero que estemos juntos, tú y los moco…niños.
-Espera…no digas nada – sabía que era ella quien tenía que hablar, sino no tendría el valor para negarse a él – quiero decirte algo…cuando te fuiste…decidí odiarte – un dolor corría por su pecho, al verse de nuevo enfrentar aquellos hechos.
-Sakuno…- algo en él le dolía, pues veía en los ojos de la chica un gran dolor.
-Y hasta hoy no he podido…pero quiero olvidarte…- como nunca sonaba segura, pues sintió que esta era la oportunidad que tanto había esperado para comprender por que Ryoma la dejo sin ninguna explicación.
-No me olvides…- no le permitió continuar, pues aunque escuchaba sus palabras, ella seguía hablando, no podía detenerse, menos ahora que tenía el valor para proseguir.
-Pero antes…quiero saber – un deje de duda se asomaba en sus palabras – por que te fuiste así…sin decir nada
-Yo…no sé – estaba dudoso, no sabía muy bien como expresar lo que en esos momentos había sentido, además no se esperaba que ella se lo preguntara ahora – era un inmaduro…no sabia como despedirme…no lo sé…
-Sabes…yo tenía mucho miedo…pero a que…para ti no haya sido nada – una angustia cayo sobre ella, sintió por unos momentos que las lagrimas la traicionarían y no podría continuar – y me di cuenta de que así fue…
-Estas equivocada…para mi…fue…
-N-no mientas…para mi fue…la primera vez…y eso…para una chica…es lo mas importante…algo que nunca…voy a olvidar…pero no sabes cuanto… desearía sacarlo de mi cabeza – poco a poco afloraban unas diminutas gotas por sus ojos.
-No lo hagas…esa también…fue mi primera vez – un poco avergonzado, no era común para él hablar de esas cosas – yo nunca había tenido novia, ni nada…solo me interesaba…el tenis.
-Jajaja…- su risa era irónica – veo que sigues mintiendo
-Espera te digo la verdad…yo nunca…
-Cállate – con un tono de molestia, por un momento pensó que Ryoma sería sincero, pero no, ella sabía perfectamente que si había tenido al menos una novia – por favor…ya no soy la misma…pensé que serias sincero conmigo…pero veo que eres un cobarde.

En realidad, a Sakuno le dolía decir estas palabras tanto como a Ryoma escucharlas, además que este no comprendía muy bien por que su ángel le decía todas esas cosas.

-Si te hice daño perdóname…yo me tenía que ir…– insistía Ryoma – quería pedirte que me esperaras…pero.
-Pero no podías – completaba Sakuno
-Es cierto…- iba a continuar, pero fue interrumpido por unas palabras que nunca imagino escuchar.
-No podías pedirme nada…pues te esperaba tu NOVIA – palabras que le dolía pronunciar, pues ese era el motivo que Ryoma la hubiese dejado sola.
-Ehhhh?...de que hablas – estaba confuso, no entendía a que se refería, si él nunca se fue por eso.
-No te preocupes…ya lo supere…no tienes que mentir – se convencía mas a ella que al chico.
-No te entiendo, yo no tenía ninguna novia, en ninguna parte – hablaba con tanta veracidad que Sakuno por un momento dudo.
-Y que me dices… de la chica de internet – ahora sus palabras sonaban dudosas.

Después de muchos años, la verdad de lo que había sucedido en ese entonces sale a flote, o al menos parte de los hechos. El joven tenísta al escuchar las últimas palabras de su amada, no entendía a cabalidad lo que trataba de insinuarle, sin embargo, lo mejor era aclarar todo lo antes posibles, pues sentía que una inmensa distancia comenzaba a su surgir entre ellos.

La joven madre, al percatarse de que su príncipe parecía no comprender lo que ella le afirmaba, continúa con su discurso, contándole todo lo sucedido una vez él se marcho, no obstante, omite todo lo referente a su embarazo, pues primero quería estar segura de los sentimientos del joven, aunque eso no le aseguraba que él aceptaría a sus hijos, quizás era mejor guardar un tiempo aquel secreto.

Una vez concluido, Ryoma no daba crédito a lo escuchado, ya que en ese entonces, cuando esas fotos fueron publicadas, nadie ni él mismo se encargaron de desmentir aquel articulo, aun cuando todo era una farsa inventada por aquella chica, que lo único que buscaba era un poco de publicidad gratuita.

Por lo tanto, desde ese día Ryoma nunca mas volvió hablar con su supuesta novia, que además, se suponía era una gran amiga, no obstante, se dio cuenta que la amistad era solo interés, situación que a su vez, causo que el chico tenísta, no volviera a confiar fácilmente en las personas, principalmente, en las mujeres, que con el tiempo comenzaron a rondarlo cada vez más, a medida que este se hacía mas guapo, rico y famoso.

Sin darse cuenta, todo lo sucedido en ese entonces había sido un malentendido, pero nunca imagino que aquello llegaría a manos de Sakuno, en realidad, ella no tenía motivos para confiar en él, pues después de eso hasta él mismo se odiaría. No obstante, no podía permitir que todo quedara así, ya que en ese tiempo, por muy joven e inmaduro que hubiese sido, él si quería a Sakuno, pero nunca se atrevió a confesarse, ya que no estaba dispuesto a escuchar las burlas de sus compañeros, o sea era un total idiota.

Luego de unos minutos, Ryoma trató de convencer a la chica de sus sentimientos, que realmente la amaba, que era a la única mujer con la que se sentía a gusto, y además, estaba seguro que ella lo quería a él, no por ser Ryoma Echizen el jugador de tenis, sino que lo valoraba por la persona que era, o al menos por quien fue cuando estuvo con ella. Dejando en claro, que si era necesario él volvería a ser, solo con ella, lo que algún día fue.

Aquella hermosa mujer de ojos carmesí, no sabía muy bien como enfrentar esta declaración, se encontraba aturdida, era algo que nunca se espero, pues era mas fácil afrontar que el joven tenísta solo había jugado con ella, pero que ahora la amaba y que estaba arrepentido de sus actos, sin embargo, esto era mas difícil, pues si ella hubiese hecho las cosas de manera distinta, como decirle en esa época que había quedado embarazada, quizás él hubiese regresado por ella, y no haber tenido que enfrentar todo sola, además del sufrimiento que vivió por eso. Aunque ahora de nada le sirve lamentarse, pues las cosas ya pasaron y muchas cambiaron, sobre todo en ella.

-Ya no…importa – emitía la chica, aunque un poco aturdida – necesito pensar…son muchas cosas.
-Pero que hay que pensar…yo quiero que estemos juntos – tratando de convencer a su linda niña.
-Hay cosas…que tú…no sabes – sabía que en algún momento debía contarle la verdad, pero aun no se sentía lista.
-No me importa lo que haya pasado… si tú quieres estar conmigo – acercándose a la joven para acariciar su rostro, lo hacía con ternura y delicadeza para no asustarla.
-No es… tan simple – por primera vez lo miro a los ojos, que estaban un poco enrojecidos por las lágrimas caídas hace un rato.
-Si lo dices por tus hijos – no quitando sus ojos de ella, para que notara que lo decía en serio – yo me haré cargo de ellos…no soy Tezuka…pero al menos les simpatizo.
-Jaja – una leve risa afloro en sus labios, desconcertando a Ryoma por esto – es cierto les simpatizas…pero ellos…necesitan un padre
-Si tú quieres…yo puedo ser su padre
-Todavía…no te das…cuenta Ryoma – lo miraba con algo de incredulidad, no comprendía que aun no se diera cuenta del parecido con sus hijos.
-Cuenta de que – ahora no entendía de que estaba hablando, pasaba algo que el no sabía.

Sin embargo, la conversación fue interrumpida por el teléfono de Sakuno, que sin dudarlo un momento contesto.

-Keiko que pasa – con un poco de preocupación, ya que ella sabía que si su amiga la llamaba tendría que ser muy importante, pues esta conocía la causa de su ausencia.
-Nada grave…pero Yue – hablaba con tranquilidad para no asustar mucho a Sakuno.
-Yue… que le paso – preguntaba nerviosa, mientras se ponía en marcha - Lo siento…tengo que irme – dice al ver que Ryoma la detenía.
-Que paso
-No lo se…pero es mejor que me vaya – comienza a caminar y voltea – después hablamos.
-Esta bien – no muy convencido, pero sabía que no podía detenerla, si era algo con sus hijos, de todas formas podía espera un poco mas – cualquier cosa que necesites llámame.
-Gracias.

No obstante, cuando Sakuno llego al cuarto, se percato de que algo no andaba muy bien, un poco desesperada corrió a la habitación de los chicos, y mas nerviosa se puso cuando vio a un hombre mayor, de cabellos canoso, sentado junto a Yue.

-Que pasa... – preguntaba una madre afligida.
-Tú debes ser la Sra. Ryusaki, la madre de este chiquillo – decía aquel hombre de aspecto senil.
-S-si…soy yo…usted
-Soy Robert Cliff, doctor – al ver la cara de espanto de Sakuno, sonrió - No te preocupes, este chiquillo esta bien, es una pequeña insolación, pero se le pasara con un poco de descanso y harta agua, estará bien.
-Menos mal…pero con eso basta…no necesita algún examen, medicamento, algo – no paraba de hablar, aunque siempre parecía muy tranquila, cuando se trataba de sus hijos su semblante cambiaba drásticamente.
-Calma, calma…todo esta bien…veo que eres una madre muy aprehensiva, no te preocupes, es un chiquillo saludable, en pocos días estará corriendo por los pasillos.
-Gracias doctor Cliff – ya tranquila, le esbozaba una sonrisa.
-Hasta luego, cualquier cosa que pase me llamas
-Esta bien, hasta luego
-E-espere viejo – decía con algo de dificultad el pequeño.
-Yue, mas respeto – reprendía su madre.
-No se preocupe…que quieres chiquillo – lo decía con cierto cariño
-Cuando voy… a poder jugar…tenis – estaba con algo de fiebre, así que le costaba hablar, pero lo de jugar era muy en serio.
-En un par de días, al menos tienes que mantenerte lejos del sol una semana.
-Pero…Ryoma-sama se va el domingo – lo decía con tristeza, pues ya era viernes, y eso significaba que no podría volver a jugar con él.
-Lo siento…Yue – le apenaba esto, pero era la salud de su hijo.
-Bueno, si me disculpan me tengo que ir – mientras se retiraba del lugar.
-Mamá…- se escuchaba una débil voz del pequeño.
-Yue…ya escuchaste al médico – le afligía un poco, pues él le miraba con unos ojos llenos de tristeza.


Aquel día estaba llegando a su fin, las cosas terminaron de una manera que nadie se imaginaba, sin embargo, eso no significaba que todo lo ocurrido fuese en vano, aunque hubieron muchas emociones intensas, mas de alguna desagradable, las cosas comenzaban a tomar un rumbo diferente en la vida de Sakuno, situaciones que nunca creyó posible que sucedieran, quizás sus deseos mas ocultos empezaba a hacerse realidad.

-Sakuno…como esta Yue – se escuchaba del otro lado del teléfono.
-Ryoma…esta bien...gracias – se sorprendía Sakuno al ver que llamaba – le dio insolación…descansado estará bien.
-Me alegro…y tú como estas – su voz sonaba con ternura – necesitas algo.
-B-bueno…yo bien…todo esta bien…gracias.
-Nos podemos ver mañana – lo único que deseaba era volver a ver a su amada, quería de una vez por todas arreglar las cosas, ya había pasado mucho tiempo separado de ella, negando sus sentimiento, ya no quería seguir así.
-N-no se…mañana tengo…que trabajar – era verdad, le faltaba por terminar una sesión fotográfica – y luego…debo estar…con Yue.
-Entiendo…bueno entonces, mañana paso por ti para acompañarte y después te llevo de vuelta con tú hijo.
-Pero…no creo
-No te preocupes, no te molestaré solo quiero ver como es tu trabajo.

Por mucho que Sakuno insistiera en que no la acompañara, este no tenía ninguna intención de ceder, además, quería en cierta forma que los demás supieran que él quería estar con ella, así que cualquier posible pretendiente que anduviese rondando, era mejor que se fuera olvidando de ello, pues él se encargaría personalmente de espantarlos.

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Por otro lado, se encontraba una furiosa mujer, que no comprendía cuales eran las razones por las que había sido rechazada, mas que eso, literalmente cambiada por otra, pues estaba convencida que si aquella mujer no existiera, él jamás hubiese terminado la relación.

Dentro de su cabeza ocurrían muchas cosas, eso no quieres decir que Chantal fuese una mujer desequilibrada, al menos no oficialmente. Aunque podría llegar a eso, sino controla un poco su personalidad, que cuando esta fuera de sí, realmente se puede transformar en una mente desquiciada.

Esta chica gozó de una vida privilegiada, proveniente de una familia acomodada de Francia, y siendo hija única era complacida en todos sus caprichos, que con el tiempo aprendió a conseguir con mucha mayor facilidad que cuando era niña. No obstante, en estos casos casi siempre existe una carencia afectiva, pues sus padres viven sus vidas supliendo el cariño con regalos.

Por lo tanto, el solo hecho que Ryoma ya no este interesada en ella, añadido que prefería a otra, provoco un gran rencor en su interior, no estaba acostumbrada a esto, pues cuando algo le aburría solo lo desechaba, pero que alguien se hartara de ella era impensado. Sin embargo, una parte de ella si quería a Ryoma, no de una forma totalmente normal, mas bien era una especie de obsesión hacía él, pues todo el tiempo que pasó con el chico, alrededor de 5 meses, este nunca demostró un real interés en ella, situación que la desconcertaba un poco, pues estaba acostumbrada a ser siempre el centro de atención y que todo el mundo estuviese al pendiente de su vida.

-No creo que sea bueno lo que piensas hacer – decía un preocupado asistente.
-Eso a ti no te importa… además solo será un pequeño susto…crees que me voy a quedar tranquila después de esto – una furiosa mujer de cabello rojizo hablaba.
-No es para tanto…solo busca a otro y ya – trataba de que se olvidara de todo, sabía que si no se controlaba podría hacer una estupidez que arruinase su carrera y de paso la de él.
-No…yo lo quiero a él…Ryoma me ama…pero esta confundido
-Jajaja…de que hablas si nunca te quizo – pero al ver la cara desencajada de la chica supo que se había equivocado en sus palabras.
-YA CALLATE…no me interesa lo que digas…ya tengo todo arreglado…ellos me las van a pagar…y después mi Ryoma regresara a mi.

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A pesar de ser un hermoso día de verano, los ánimos no se encontraban para disfrutarlo, especialmente para unos niños que veían sus posibilidades de divertirse disminuidas por una absurda conclusión medica, claro esta, desde su perspectiva esta era la mas injusta de las situaciones, si lo sucedido no era tan grave, pues ya se sentía mejor, y no hallaba razones fiables que les impidiesen poder disfrutar de los últimos días en este hotel, principalmente, si era para poder volver a ver a Ryoma, ya que no sabía cuando podrían reencontrarse nuevamente.

-Pero mamá…si ya estoy bien – trataba de convencerla Yue.
-Lo siento…tienes que guardar reposo, ya oíste lo que dijo el doctor – sus palabras sonaban firmes pero con ternura.
-Pero yo quiero ver Ryoma-sama
-Eso tendrá que esperar…no puedes salir
-Y yo…también quiero ver a Ryoma-sama – interrumpía Ranko, que encontraba injusto que ella tampoco pudiese salir.
-Lamentablemente tengo que trabajar y no hay nadie mas que los cuide…así que lo siento mucho pero hoy se quedan los dos en la habitación.
-Pero no es justo…yo no necesito a nadie que me cuide…ya soy grande – replicaba Ranko con arrogancia.
-Yo tampoco necesito a nadie – interfería Yue
-Eso no importa pues yo digo que se quedan aquí y punto…más vale que obedezcan y hagan caso a Akane, escucharon bien – sabían que era el fin de la discusión, pues Sakuno ya se estaban molestando, así que mejor se resignaron, aunque solo fuese por ahora.

Una vez hablado con sus hijos, se preparo para partir a la sesión de fotos que debía llevar a cabo antes de retomar su viaje, para continuar cumpliendo con sus labores de modelo.

-Me siento un poco mal por ellos – decía con voz afligida Sakuno.
-No te preocupes, se les pasara y hallaran que hacer – se escuchaba a Keiko.
-No se…tengo un mal presentimiento…no podríamos cancelar esto – dando una excusa para quedarse con sus hijos.
-No seas tonta…ellos estarán bien y por ningún motivo podemos cancelar…lo siento…y no seas tan aprensiva – la tranquilizaba, pues era normal que cuando uno de sus hijos se encontraba enfermo, ella reaccionaba así.

Aun cuando, se sentía un poco culpable por dejar a sus hijos, una leve felicidad afloraba en ella, al ver que Ryoma había cumplido con lo dicho la noche anterior, esperándola pacientemente en la recepción del hotel. La presencia del joven tenísta no paso desapercibida para el equipo de Sakuno, ya que, por lo general, siempre se le veía acompañada por Tezuka, aunque rara vez este asistía a las sesiones de foto, pues solo tenía la costumbre de ir con ella a las recepciones o evento especial.

La sesión de fotos se llevaría a cabo en una zona de Central Park denominada Estanque Turtle Pond, el área escogida era uno de los claros que se formaban al interior del parque, rodeados por un frondoso bosque que aminoraba un poco el agobiante calor de verano. Todo esto fue escogido para así evitar que se reuniera un gran numero de curiosos, situación habitual cuando esta era asistida por personas relativamente famosas, como era el caso de Sakuno.

A pesar de estar bastante apartados de las zonas más concurridas, no faltaban los visitantes, que al ver tanto despliegue de cámaras y luces, se acercaban con curiosidad a observar de qué trataba todo este espectáculo. Asimismo, mientras iban descubriendo que ocurría, comenzaban a percatarse de dos personas que resaltaban entre las demás, era una bella pareja que se encontraba descansando en una de las bancas.

Sakuno Ryusaki y Ryoma Echizen resaltaban entre toda esta multitud, sin proponérselo las miradas estaban concentrados en ellos. La hermosa chica se sentía bastante incomoda con esto, aunque era normal que situaciones así ocurriesen, ella aun no se acostumbraba del todo, no obstante, era algo que no podía evitar, pues a pesar de ir vestida con ropas comunes, la gracia y elegancia con que ella las lucía estaba fuera de ser ordinaria, por tanto, destacaba como ninguna otra mujer llevando atuendo similares.

A su vez, Ryoma no se quedaba atrás, su porte imponente derrochaba sensualidad por donde pasaba, captando las miradas tanto de mujeres como de hombres que se cruzaban con él, causando suspiros y envidia en los observantes, respectivamente. Asimismo, eran admirados por estar juntos, pues parecían una verdadera pareja, como sacada de una revista o película de modas.
Todo transcurría de lo mas normal, los visitantes observaban tranquilamente como se iba desarrollando el trabajo, mientras algunas, las más osadas se atrevían a pedirle a Ryoma un autógrafo, mas de alguna con claras intenciones de conquistarlo, sin embargo, no causaban ningún efecto en él, pues aunque varias se podían jactar de su belleza, para él joven tenísta la única realmente hermosa e interesante era la bella modelo que estaba siendo fotografiada.

Por otro lado, todo esto era atentamente seguido por Sakuno, quien cada vez que se le acercaba alguna linda chica, el monstruo verde de los celos afloraba en ella, sino fuera por que era una completa profesional, habría ido a espantar a todas aquellas intrusas. Sin embargo, estos sentimientos la perturbaban un poco, pues sabía que no tenía derecho alguno a interferir en la vida amorosa de Ryoma, por mas que quisiera, pero aun así los celos que sentía eran reales, ya que no deseaba que nadie aparte de ella se acercara a su querido príncipe.

Aunque no era la única que comenzaba a percatarse de estos sentimientos, pues el joven tenísta no era menos, ya que estaba al pendiente de cada movimiento que la chica efectuaba, y no solo de ella, sino también, de todos aquellos especimenes masculinos que se hallaban en el lugar. Por tanto, cada vez que se generaba un receso, él se encargaba inmediatamente de ir al lado de su amada, una de las maneras que tenía de marcar territorio, aun cuando solo se paraba a su lado, entablando alguna conversación trivial, principalmente, para no perturbar a la chica; con su sola presencia lograba mantener alejado a cualquiera que hubiese tenido la intención de acercarse a Sakuno, sin importar si solo era para saludar. Por lo tanto, este había resultado ser el mejor guardaespaldas que podrían haber contratado.

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Por otro lado, específicamente en una de las habitaciones del hotel, se hallaban unos decepcionados niños, que como cualquier otro, cuando se le prohibía realizar algo con mayor razón querían hacerlo, y ellos, por supuesto, no eran la excepción. Por lo tanto, se encontraban planeando una manera de evadir los cuidados de Akane, pues mientras ella estuviese con ellos no podían hacer nada. Fue así que Yue, quien se encontraba enfermo, le pidió que le trajera uno de los juegos de video que había dejado en la sala principal, dándoles tiempo suficiente para urdir una estrategia.

En vista que Yue no podría hacer mucho, era Ranko la que debía realizar cualquier tarea para conseguir su objetivo, el cual era traer a Ryoma a la habitación, una vez hecho eso ya verían como lo retenían, pero primero era engañar a la niñera, que ni se imaginaba lo que estos estaban pensando. En realidad, nadie lo podía prever ni siquiera su querida madre, pues no sospechaban que su interés por aquel chico pudiese ser tan grande.

Una vez vuelto Akane a la habitación, el pequeño se encargó se convencerla que jugara con él, ya que Ranko no quería, por que supuestamente estaba muy enojada con él, pues era su culpa que ella se encontrara también encerrada. Entonces, la chica simulo su malestar y marchándose de allí, diciendo que se iría a ver T.V. al dormitorio de su madre, una de las películas de caricaturas que ellos tenían, todo esto a la niñera no le extraño en lo más mínimo, pues era una reacción normal en Ranko, siempre que esta se enfadaba con su hermano.

Mientras Yue entretenía a la joven, Ranko preparaba su coartada, encendiendo el televisor con volumen lo suficientemente alto para ser escuchado en la otra habitación, una vez lista, se escabullo de allí rumbo a la recepción del hotel, pues no sabía en que lugar se hospedaba Ryoma. Sin embargo, el recepcionista no le quería entregar ningún tipo de información, ya que el tenísta al ser una persona famosa, toda información con respecto a él se mantenía en resguardo, para evitar filtraciones inapropiadas que pudiesen perjudicar a sus huéspedes.

Todo esto estaba siendo vigilado atentamente por unas personas, quienes observaban con interés a la pequeña. En vista, que no consiguió ninguna información, decidió ir a buscar al representante de Ryoma por el hotel, estaba convencida que este viejo le podría decir donde se encontraba el joven. No obstante, cuando se alejo un poco un individuo la intercepto.

-Hola pequeña – saludaba con ternura uno de los botones, recibiendo un desprecio por parte de Ranko – escuche que buscas al Joven Ryoma – captando al instante la atención de la niña.
-Si…usted sabe donde esta – con respeto para ver si conseguía la información que deseaba.
-Si…mira soy John y trabajo aquí…
-Donde esta Ryoma-sama – interrumpiendo pues no le importaba en lo mas mínimo lo que este le dijese sino no era del tenísta.
-Lo acabo de ver caminando hacia las canchas de tenis – con una fingida sonrisa, pues no le agrado la arrogancia con que esta le respondía.
-En serio…pero por donde era que se iba – lo pensaba en voz alta.
-Si quieres yo te puedo llevar
-Mmmm…esta bien – aunque dudaba un poco acepto, ya que por lo que recordaba quedaban bastante alejadas del hotel y la última vez los fue a dejar Akane, por tanto no prestó mucha atención al camino.
-Entonces vamos rápido…antes que se vaya – tomando a la pequeña por uno de los brazos.

Fue así que una entusiasmada Ranko siguió al joven botones, aunque no le simpatizaba del todo, pero ella tenía una misión que cumplir, así que podía soportarlo un rato más, ya que una vez encontrara a Ryoma se separaría de él. Sin embargo, la inocente pequeña no se imaginaba que este día terminaría convirtiendo en la peor de sus pesadillas, no solo para ella sino también para su madre y hermano.

De manera simultanea, se desarrollaba una escena similar con una joven madre en el parque y un niño en su habitación del hotel. Por un lado, estaba Sakuno, quien se encontraba en uno de los recesos conversando con Ryoma, al menos intentándolo, pues aún se avergonzaba con facilidad; mientras que el pequeño Yue jugaba con su niñera, entreteniéndola mientras Ranko volvía, que a su parecer ya estaba tardando demasiado.

Súbitamente un dolor en sus pechos los irrumpió con rudeza, como si algo o alguien les hubiese enterrado un objeto punzante en el abdomen. Ambos reaccionaron con temor, sus caras cambiaron inesperadamente por una de terror, pues aquello que sentían era una señal que alguna cosa bastante mala había ocurrido.

En el parque…

-Ranko, Yue – un ahogado grito salió de los labios de Sakuno, sabía que aquel mal presentimiento de la mañana estaba cumpliéndose.
-Que pasa con ellos – un poco asustado preguntaba Ryoma, aquel temor reflejado en los ojos de ella era indescriptible.
-Algo les paso… Keiko – mirando a su amiga que inmediatamente fue en su ayuda, pues vio la cara de espanto que esta tenía.

En el hotel…

-Ranko…algo le paso – su hermano sabía que era su hermana, su conexión con ella era indiscutible, su voz era de angustia por la culpa que sentía al haberla dejado ir sola.
-Que dices…si no he oído nada – dudosa escuchaba Akane, no entendía tan repentina reacción.

En ese instante, Akane corre a verificar los dichos de Yue, quien ya le había informado lo que ambos estuvieron planeando, una vez confirmado que Ranko no se hallaba en la habitación, localizo a uno de los guardaespaldas que Keiko tenía para cuidarlos, quien inmediatamente fue a buscar a la pequeña por el hotel, sin embargo, no tuvo éxito con esto, solo pudo enterarse que la niña había pasado por la recepción, pero esa era la última vez que se le había visto, incluso al consultar con los guardias del hotel, nadie sabía nada de ella.

-Akane como están los niños – llamaba Keiko después de las insistencias de Sakuno, que sabía que algo no andaba bien – su madre esta un poco preocupada, tú sabes como es.
-Sra. K-Keiko…Ranko no…esta – trataba de hablar pero estaba muy asustada.
-Que…como que no esta – su rostro cambio drásticamente al ver que era posible que los temores de Sakuno fueran reales.
-Ella…desapareció…– confirmando con esto que algo muy malo estaba ocurriendo, y era mejor partir cuanto antes al hotel.

Aquellos presentimientos que Sakuno había sentido durante la mañana tomaban forma, no era la primera vez que algo así ocurría, ya que las veces que a sus hijos les pasaba algo grave ella reaccionaba así, instintivamente sabía que una situación preocupante afectaba a uno de sus pequeños, aunque no podría imaginar que tan delicado podía ser el tema de ahora.

Un ambiente de horror totalmente inesperado para esta familia, comenzaba a generarse, sin poder sospechar realmente, cuales serían las verdaderas consecuencias de todo esto.


Continuará...


Gracias a todas quienes postean, espero les halla gustado este capitulo. Sigan dejando mensajes, dejen sus opiniones sobre lo que deseen.

Que se viene ahora, por lo visto Ryoma aun no se entera de nada, pero no se preocupen pronto lo hará.