La perla de las cuatro almas.

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Miharu Rokujo, 29 Julio 2010.

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    Miharu Rokujo

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    La perla de las cuatro almas.

    Ok, tomé la decisión de publicar un FanFic lejos del romance y hacerlo de manera diferente.
    Denle una oportunidad ;O;!
    Dejo el prólogo.

    Prólogo.
    Un sonido proveniente de la sala rompió el silencio que había en la casa. Unos pocos segundos pasaron y hubo silencio de nuevo. Luego, otra vez.
    Ese sonido siempre fastidiaba a Inuyasha, quien pensaba que nunca lo dejarían descansar alguna vez.
    —De nuevo… —murmuro en voz baja— ¿Quién estará molestando justo cuando me pongo a descansar? —dijo con algo de enojo y se bajó de la cama.
    Con los ojos pesados, las pantuflas puestas y el cabello despeinado, tambaleándose se dirigió a atender el teléfono.
    Estaba viviendo solo desde hace una semana, desde que su hermano mayor se desapareció supuestamente por motivos de trabajo, pero desde que se fue, nunca le escribió ni lo llamó. Sospechó que fue a buscar a su padre, quien los había dejado solos por el mismo motivo.
    Sólo espero que valga la pena… Que no sea un número equivocado —pensó al tomar el tubo— ¿Diga?
    — ¿Hablo con el joven Inuyasha Taisho? —dijo una voz masculina y que nunca antes había oído.
    El joven abrió los ojos de la sorpresa y se quedó mudo por unos segundos. Se preguntaba cómo ese hombre sabía su nombre. Frunció el ceño y contestó:
    — ¿Quién eres? —dijo descortés.
    —No lo tome así, joven —dijo aquella voz intentando calmarlo— Soy un forense… —Inuyasha se sorprendió más— Tu padre Inu no Taisho ha muerto.
    Un pequeño gemido salió de su garganta, en donde un nudo comenzó a formarse. Sus manos empezaron a temblar al igual que sus piernas, intentaba abrir la boca para poder decir algo, pero no podía, el nudo estaba bloqueando la salida de las palabras.
    —Mis más sinceras condolencias —dijo aquella voz y la llamada se cortó.
    Silencio. Un minuto de silencio. Aunque no era su intención brindarle ese minuto de silencio a su padre, lo hizo.
    Sus ojos de zafiro empezaron a acumular un poco de agua, pero una piedra detuvo el río de lágrimas. La piedra de la fortaleza.
    No, no debo llorar —pensaba—No debo hacerlo…
    Colgó el tubo en su lugar y con notable enojo en su mirada subió a su cuarto, dando unos fuertes zapatazos al caminar. No sólo eso, también cerró la puerta de un portazo al entrar a su habitación.
    Tenía la respiración agitada, apretó el puño y los dientes, se sentía frustrado, más solo que antes. Pero sabía que en una situación así…
    —Debo ser fuerte —murmuro, pero su temperamento era difícil y no pudo evitar comenzar a golpear la pared con fuerza— ¡Maldición! ¡Maldición! ¡Tuvo que irse ahora! ¡Ahora! —pensaba con ira.
    Pegó la palma de sus manos a la fría pared y recostó su cabeza por ella. Poco a poco, la calma volvía a su inestable corazón, lleno de vueltas y venidas, subidas y bajadas, aún sin saber que ahora le esperaba puñaladas y disparos…


    Mañana o pasado publico el capítulo uno~
     
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    Pan-chan

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    Re: La perla de las cuatro almas.

    Hola mucho gusto, creo que soy la primera en comentar. La verdad me parece buena tu idea, me llamó la atención el titulo así que entré y tu narración es bastante sencila y llevadera, me entretuve y quedé con ganas de seguir leyendo.

    Solo te doy un consejo, separa un poco los parrafos, las narracones y los dialogos para que tu fic se vea mejor.

    Esa llamada estuvo algo extraña, solo le avisaron que Inu no Taisho había muerto y ya?? O.o me pregunto quien habra sido el forense y como conocia a Inuyasha.

    Esperare el proximo capitulo. Hasta entonces
     
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    Miharu Rokujo

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    Re: La perla de las cuatro almas.

    El capítulo uno here!
    La perla de las cuatro almas.
    El sueño de todo perezoso: La escuela en ruinas.
    Los vehículos esperaban que el semáforo de la señal para seguir su camino, mientras los estudiantes aprovechaban esos minutos de suerte para cruzar.

    Inuyasha no podía creer que estaba yendo a clases cuando su mente aún no estaba preparada psicológicamente y que necesitaba tiempo para pensar, porque se suponía que estaba de luto por la muerte de su padre. Además sentía un fuerte dolor en su pie derecho y caminaba con dificultad.

    No podía sonreír, ni forzadamente, no podía dejar de pensar en la causa del deceso de su progenitor, quien según el forense, había sido asesinado…

    *​

    —Él fue encontrado cerca de un río, tenía los ojos salidos y el rostro casi irreconocible —decía el forense. La mirada de Inuyasha sólo transmitía tristeza— Lo más curioso es… —los ojos del adolescente se abrieron al escucharlo— Que las cortadas que tenía en su cuerpo, parecía hecho por hachas, pero de la época medieval… Y tenía agujeros por todo el cuerpo—Inuyasha estaba sorprendido, pero se preguntaba quién se interesaría en matar a su padre y porqué.

    Después de hablar un momento con el forense, cortó el teléfono y se quedó mirándolo por unos segundos. Dio media vuelta y subió al segundo piso. Había tomado la decisión de entrar al cuarto que pertenecía a su padre.

    Antes de abrir la puerta, dudó por unos instantes, se sentía raro al querer abrir la puerta de la habitación que había estado cerrada por tres años. Nadie entraba allí desde que el hombre se fue a la capital.

    Su mano comenzó a deslizarse en el aire, dirigiéndose hacia el pomo, ese tentador pomo que parecía decir: “Gírame, gírame”.
    Tragó saliva. De verdad se sentía muy nervioso, sólo unos centímetros más… no le caerá una maldición vudú si la gira. Unos centímetros más para tomarla, llegó hasta allí…

    Y la giró.

    Abrió los ojos sorprendido por lo que acababa de hacer. Pero como ya había llegado hasta allí, empujó levemente la puerta para entrar.

    Aún no se sentía seguro de entrar así como así, entonces, asomó su cabeza para echarle un vistazo a la habitación, que estaba totalmente arreglada y cubierta por una fina capa de polvo.

    Sus pies desnudos tocaron el piso de ese cuarto, se sentía cálido y sucio. Su cuerpo dejó de acobardarse y entró en menos de un segundo a la habitación. Luego, cerró la puerta, que hizo eco por toda la casa.

    Miró al techo, que estaba lleno de telarañas. Miró el sofá, donde unas ratas hicieron su nido. Tal vez, el cuarto no estaba exactamente como él la dejó.

    Caminó hasta el centro de la habitación, echando miradas a cada rincón. Siguió caminando hasta que posó su vista al ropero. Pensó por un momento si estaría bien revisarlo.

    Avanzó con pequeños pasos, pero su curiosidad era muy alta, entonces corrió y sin pensarlo dos veces lo abrió.

    Le extrañó que no esté cerrado con llave, pero le restó importancia a eso y empezó a revisar los cajones. Entre las cosas que estaban ahí, se encontraba una carta.

    No está bien revisar las cartas de los demás… ¡Pero al demonio con eso!—pensó antes de desdoblar la hoja, pero se asustó al ver que el texto estaba escrito en sangre.

    Me has robado mi perla, maldito perro. Si no quieres que tu familia sufra las consecuencias, encontrémonos en una batalla a muerte, para decidir quién se queda con ella. Si yo te mato, iré en busca de ella, pero si tú me matas, puedes conservarla. Pero te anticipo, tú te mueres.

    Inuyasha hizo una pelota de papel con la carta y la tiró lejos, estaba muy perturbado. Se dio la vuelta y salió corriendo, pero se tropezó por un mueble de madera muy duro y se lastimó el pie.

    Cayó al suelo junto con el mueble, que sólo medía cuarenta y cinco centímetros de alto, y todas las cosas que habían en el mueble se disparcieron por el suelo.

    —Auch… —gimió con pesadez y levantó la cabeza y vio con dolor todas las cosas que debía levantar y ponerlas en su lugar.

    Luego vio que una perla rosa que había salido volando de una caja, se encontraba tirada en el suelo. El brillo de esa perla era indescriptible… Era hermoso, fue amor a primera vista.

    Se acercó a gatas hacia esa joya sin dejar de posar su mirada en ella. Acercó su mano hacia la perla y la tomó con fuerza.

    La contrajo hacia su pecho, apretó la perla con fuerza, esa perla rosada que cuando la luz del sol se reflejaba en ella, adquiría un tono carmesí.

    En la carta decía “perla”, ¿acaso era esa la perla por la que esa persona reclamaba en la carta?

    *​

    Tenía la perla entre sus dedos pulgar e índice, además la usaba de collar. Tenía puesto el uniforme color azul y blanco, mientras se dirigía a su escuela.

    Sus cabellos negros bailaban con el viento. A pesar de ser hombre, tenía el cabello muy largo, causa de algunas burlas de estudiantes vulgares.

    Su mirada era obvia, muy triste. Sin brillo, sin ningún rastro de felicidad.

    — ¿Por qué tuvo que morir ahora?—se preguntó el joven en tono triste y en voz baja, tan baja que nadie a su alrededor la escuchó.

    Dio vuelta a la esquina. Se suponía que al dar la vuelta, su escuela estaría allí pero lo que encontró fue a muchos alumnos reunidos, mirando con terror el instituto, varios autos de policía y un coche de bomberos a un costado. La escuela estaba incendiándose.

    — ¿¡Qué le sucedió a la escuela!? —decían los alumnos asustados al ver a su lugar de estudios hecha una ruina.

    El fuego consumía hasta la basura que se encontraba dentro del basurero, los pizarrones se derretían al igual que las tizas y los muebles se volvían negros.

    Inuyasha no se había percatado de que el fuego se veía desde lejos. Estaba tan concentrado en sus sentimientos que no vio el humo negro que salía de su escuela.

    Corrió hasta donde estaban los demás estudiantes y preguntó qué había pasado en tono desesperado.

    —No lo sabemos, cuando llegamos la escuela estaba así—dijo una alumna, que parecía que le iba a dar un ataque cardíaco.

    Inuyasha miró atónito y sin poder creerlo al edificio, que sus paredes comenzaron a caer.

    — ¡Inuyasha!—se oyó desde el montón.

    — ¿Sango?

    La joven castaña se acercó a él corriendo, jadeando, con lágrimas en sus ojos. Cuando llegó a él, jadeó por unos segundos e intentó recobrar el aliento.

    — ¿Qué sucedió?—preguntó preocupado.

    —Es horrible, los bomberos entraron hace media hora y no salieron. Mi papá estaba allí y…—no pudo contener el llanto.

    Inuyasha se sentía mal por ella y empezó a sentir coraje. Frunció el ceño y corrió a través de la multitud, dejando a Sango llorando sola.

    — ¡Háganse a un lado! ¡A un lado!—gritaba empujando a los demás estudiantes, hasta llegar a la primera fila.

    Allí, la escena era mucho más impactante. Algunos policías estaban allí, intentando que los alumnos se alejen más.

    — ¡Oigan! ¡¿No tienen alguna información sobre los bomberos que entraron hace un rato!?—gritó Inuyasha pidiendo explicaciones a los oficiales.

    —Retrocedan—decían los policías empujando levemente a los estudiantes y prácticamente, ignorando a Inuyasha.

    —Mierda, ¡esto es importante! ¡El padre de mi amiga está adentro! ¡Ella está muy angustiada!—gritó enojado.

    Los policías lo miraron por unos segundos. Inuyasha no dejaba de fruncir el ceño.

    —Retrocedan—dijeron nuevamente.

    El joven apretó el puño enfurecido, odiaba a la gente que no le importaba la vida de los demás, sólo por hacer su trabajo.

    — ¡Uste-…!—iba a llamar la atención de los hombres, pero de repente, un rayo negro pasó detrás de los policías, quienes, con los ojos bien abiertos, se partieron en dos.

    Inuyasha y los demás estudiantes se shockearon. Parte de la sangre de los oficiales salpicaron por los jóvenes, quienes, aturdidos intentaron correr de ese lugar empujándose. Un verdadero caos. No lograron escapar.

    Inuyasha no se movió de su lugar. Sus extremidades comenzaron a temblar. Con su mano derecha, se limpió la sangre del oficial que tenía por la cara y miró los cadáveres con terror. Luego, posó su mirada en el instituto que seguía ardiendo.

    De las llamas, salió un joven vestido de negro y azul muy oscuro, de cabello color plateado y en la cara algunas marcas. Sus ojos eran completamente verdes hasta la córnea.


    Tenía como arma una especie de látigo con el que amenazaba torturar a los alumnos, quienes aún estaban algo perturbados por lo que sucedió.


    Dio una sonrisa sádica y lanzó una energía que salió del látigo al agitarlo, dirigiéndose hacia los indefensos alumnos.


    Inuyasha estaba más vulnerable, aún sabiendo su condición, no podía moverse del lugar, hasta que recibió el ataque.


    Lo golpeó tan fuerte, que salió volando unos tres metros atrás, al igual que otros alumnos, pero no resultaron con tantas lesiones.


    Aquel joven, quien tenía el cabello muy largo, vio a Inuyasha intentar levantarse y sonrió burlonamente. Hasta que el sol iluminó la perla que Inuyasha tenía como collar.


    Abrió los ojos sorprendido y dio una sonrisa malvada.


    —Vaya, él la tiene—murmuro hasta correr a la velocidad de la luz hasta Inuyasha.


    Cuando el joven estudiante abrió los ojos, vio la cara de ese sujeto a centímetros de él. Se asustó e intentó correr, pero aquel demonio lo agarró con su látigo y lo envolvió con él, dando una sonrisa de triunfo. Invocó algunas cadenas y ató con ellas los brazos y las piernas de joven, haciendo que flote en el aire.


    — ¿Qué demonios?—dijo confundido y perturbado.



    Intentó liberarse de las cadenas, pero no podía, eran muy fuertes. Esas cadenas comenzaban a apretar sus extremidades más y más, incluso empezaron a ir hacia arriba, amenazando de romper sus piernas y descuartizarlo.


    — ¿Qué… es lo que quieres?—dijo con dolor. El enemigo sólo contestaba risas.


    Los alumnos estaban muy asustados. Sango vio con horror cómo su amigo estaba siendo torturado. Las lágrimas corrieron por sus mejillas.
    El demonio sacó una espada de su vaina y la apuntó hacia la nariz de Inuyasha, sonriendo sádicamente.


    No puede ser… ¿Este es el fin? ¿Mi vida terminará sin que haya cumplido mi misión? No… ¡No se puede acabar ahora! ¡No! ¡No!—pensó fuertemente.


    El enemigo dejó de sonreír e hizo una mirada seria. Según su parecer, Inuyasha dejó de sufrir, eso impide su diversión. Frunció el ceño y controló las cadenas para que lo aprieten más, hasta casi asfixiarlo.
    Inuyasha apenas podía respirar y la sangre empezó a salir por su boca. Sólo veía la cara de ese psicópata sonriendo, como si se divirtiera torturándolo.



    —No me dejaré vencer…—murmuro. El enemigo lo miró curioso— ¡No me dejaré vencer por alguien como tú!—gritó con fuerza.


    De repente, una luz brillante color rojo salió de la perla y envolvió a Inuyasha. Las cadenas se rompieron instantáneamente.


    —Esto es…—murmuro el enemigo.


    La luz fue creciendo más y más. Inuyasha se preguntaba qué sucedía, hasta que la luz estalló.


    Unas orejas de perro le aparecieron en su cabeza y las originales desaparecieron. Su uniforme cambió al color rojo y su cabello se volvió plateado. Sus ojos también cambiaron de color, ahora eran dorados. Además, tenía una espada en su mano.


    Cayó en tierra firme y no dejaba de mirarse. Nunca se había sentido tan confundido. El enemigo se quedó en silencio, con la misma mirada seria de hace rato.


    Apretó los dientes enfadado y lanzó un latigazo hacia Inuyasha, quien se defendió con su espada.


    El enemigo se enfadó más y de un salto se dirigió hacia el joven, quien se defendía del látigo como podía.


    El choque de la espada con el látigo hacía un ruido muy fuerte, el joven no podía creer que acababa de transformarse y que probablemente tenía poderes, encima que estaba luchando contra ese monstruo.


    No sé qué hacer… Bien, sólo debo hacer lo que el corazón me diga—pensó.


    Se alejó unos metros del enemigo, pero éste insistía al acercarse a él para matarlo de una vez. Pero Inuyasha debía acabar con él, sino él moriría y no puede morir hasta cumplir con su misión.


    El joven corrió hasta él, con todo el valor que tenía, puso su espada delante de su cuerpo y con el ceño fruncido se acercaba al demonio.
    Puedo hacerlo… puedo hacerlo…


    El demonio sólo sonreía y preparó su látigo para otro ataque, pero para sorpresa suya, Inuyasha se movió más rápido de lo que esperaba y de un ligero movimiento, cortó el brazo de su enemigo.


    El demonio dejó salir un horrible grito de dolor y empezó a pulverizarse.


    —Ésta no será la última vez, Inuyasha Taisho… ¡Sólo es el comienzo!—le advirtió antes de desaparecer.


    El atuendo fantástico de Inuyasha desapareció y sólo se quedó con el uniforme. La espada también desapareció.


    Apenas volvió a su forma normal, sintió mareos y cayó al suelo desmayado. Los alumnos, preocupados y confundidos fueron a verlo. Sango se adelantó a todos.


    Inuyasha no entendía lo que acababa de pasar, no entendía porqué ese sujeto destruyó la escuela, no entendía la actitud de los policías, no entendía el porqué ese demonio quería matarlo, no entendía cómo y porqué se transformó.


    Inuyasha no entendía el destino.

    Continuará.

    Pan-chan, gracias por comentar, eso me hace estúpidamente feliz! ;O;
    Intentaré separar más los párrafos y lol, ya me dijeron que mi narración era simple, pero mi vocabulario es pobre (??)
    Necesito un diccionario ;_;!
     
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    Pan-chan

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    Re: La perla de las cuatro almas.

    La variedad de palabras y el embellecimiento de tu narración es algo que conseguirás con práctica, te recomiendo que narres más las acciones y emociones de los personajes, a veces se siente un poco vacio el dialogo.Tampoco es necesario que uses palabras muy elaboradas en tu fic, se supone que la lectura debe ser placentera y sencilla o de lo contrario podría tornarse tediosa. Es mas cuestion de mejorar la narración.

    Así que Inuyasha tiene poderes y los monstruos lo atacan sin razón aparente, me sorprende que Sango sea la primera de sus amigos en aparecer, en general siempre es Kagome o Kikyo. Ya veremos que pasa en el siguiente capitulo, suerte amiga.
     
  5.  
    Sumi Chan

    Sumi Chan Usuario común

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    Re: La perla de las cuatro almas.

    Tu fanfic es muy interesante, me sorprende la historia muy diferente eso es originalidad ;_; que emocion. Bueno, yo sólo te podia decir que felicidades, espero que continues tu grandioso fic. Espero que Inuyasha pueda coemter aquella mision siii animeo ¡Tu puedes!
    ¡Mau! me encanta que tenga trasformaciones Inuyasha, espero ver más acción que esta
    puyo

    Esperaré con paciencia tu continuación.
     
  6.  
    miko kagome

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    Re: La perla de las cuatro almas.

    hola!!!
    tu fanfic es muy interesante, en mi opinion es GENIAL!!!!!!!!
    me gusta mucho como lo narras y la trama de la historia es muy interesante ^^
    me entristecio mucho la parte donde Inuyasha se entera de que su padre de esa manera tan horrible y misteriosa
    tambien me impacto la transformación de Inuyasha cuando peleaba con ese sujeto en las afueras de la escuela y me dolio saber que Sango posiblemente se quedará sin un padre T_T
    me pregunto:
    quién ataco la escuela??????
    quién mato al padre de Inuyasha?????
    y cual es la misión que debe cumplir Inuyasha???
    en fin tengo muchas dudas, las cuales espero se vayan aclarando poco a poco a medida que avances en tu fic, por eso y por me tu fic me fascino
    PD: eres una gran escritora, y tu fic es sin duda muy original
    espero la contiiiiiiiii
    bye n_n
     
  7.  
    Miharu Rokujo

    Miharu Rokujo Entusiasta

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    Re: La perla de las cuatro almas.

    La perla de las cuatro almas.

    Recuerdos muy amargos, que hasta sientes que te comiste una hoja de aloe vera.

    Inuyasha estaba sentado en una cama de hospital mientras recordaba esa escena. Sus brazos y su piernas estaban cubiertas de vendas, al igual que parte del pecho y cabeza.

    Habían pasado unas dos horas desde que despertó, y una semana desde que cayó inconciente en el patio del instituto. Sango, su amiga, no dejó de visitarlo.

    —¡Papá! —gritaba un adolescente de catorce años a un hombre que estaba entrando en un taxi—¿Volverás pronto?

    Aquel hombre de cabellos negros aunque con un poco de canas, dirigió su vista hacia su hijo, con el flequillo tapándole los ojos, dibujó una sonrisa en su rostro.

    —Sí—contestó antes de subirse al vehículo y cerrar la puerta.

    El taxi arrancó y se alejó de la casa y del joven muchacho, quien tenía una expresión triste en su rostro. Relamente iba a extrañarlo.

    —Te esperaré, padre…—murmuró—Sé que cumplirás tu palabra.

    —Yo no estaría muy seguro—dijo una voz grave detrás de él, pero inconfundible.

    —¡Hermano!—exclamó sorprendido al verlo— … ¿Porqué dijiste eso?—dijo algo confundido.

    Aquel joven alto y de complexión fuerte se acercó lentamente a él, sus ojos eran muy inexpresivos y casi nunca sonreía.

    —Porque… —dijo. Los ojos del menor se abrían por la sorpresa— Él será…

    —¡Inuyasha!—la llamada de una joven interrumpió su pensamiento.

    Él miró hacia la puerta y vio a su amiga con una sonrisa. Vino de inmediato cuando se enteró que ya había despertado.

    —Sango…—dijo sonriendo. Estaba feliz de verla.

    —¡Qué alegría!—exclamó la joven acercándose con un ramo de rosas en sus manos—Nos habíamos preocupado tanto por ti—dijo al entregarle el ramo.

    —Gracias—agradeció mirando las rosas que eran tan rojas como la sangre.

    ¿¡Sangre!? No pudo evitar hacer una comparación de una rosa con un charco de sangre. Su padre de seguro estuvo envuelto en él. No pudo evitar imaginar a su padre en ese charco de líquido rojo.

    —Inuyasha, ¿estás bien?—preguntó preocupada. Él no la escuchaba.

    —¿Qué sucede?—dijo preocupada.

    El chico vendado desvió su mirada del ramo hacia la luna. Ella pensó que estaba algo traumatizado aún.

    —Es… un destino cruel…—murmuró sin quitar su vista del satélite. Su amiga no sabe de lo que habla.— Por cierto…—dijo volviendo su mirada hacia ella— Sango, ¿y tu padre?

    —Eh… Por suerte está a salvo—sonrió.

    —…—volvió a estar en silencio, con una sonrisa nostálgica—Qué bueno… Tú lo tienes a tu lado…—dijo al posar su mirada de nuevo en la luna.

    *

    Una figura caminaba por un sendero totalmente negro y nubloso. El fuerte viento hacía que su melena vuele al mismo ritmo. Le faltaba el brazo izquierdo, así que la manga también se mecía.

    —Inuyasha… Definitivamente… no será la última vez…—dijo con rencor y anhelos de venganza.

    *

    La luz del astro apuntaba justo a su rostro dormido. Después de una larga conversación con su amiga, ella regresó a su casa. Pero, aunque sólo estuvo despierto cuatro horas, se sentía bastante cansado aún. Tampoco tuvo tiempo de darse cuenta de que la perla ya no estaba alrededor de su cuello.

    No se imaginaba que en cualquier momento, un demonio vendría por él en cualquier momento para tomar venganza.

    Aún así él dormiría tranquilamente… o teniendo algunas pesadillas tal vez…


    *

    Dentro de un templo, varias velas estaban encendidas, colocadas de una manera en que se formaba un círculo.

    Una muchacha de cabello negro, lacio y muy largo, tenía aquella perla en frente a ella. Al parecer, estaba por hacer una especie de ritual.


    —La perla de las cuatro almas…murmuró antes de arrodillarse frente a ella y empezar a rezarEsta es la perla que el demonio Naraku le robó a la familia Taisho hace 500 años...—pensaba mientras oraba.

    *

    Un joven vestido de violeta, estaba sobre una colina en donde se podía ver una vista de todo Tokio. El viento balanceaba su traje y sus cabellos, que lo tenía hasta los hombros.

    —Está aquí…. Está aquí…—recitaba mientras daba una sonrisa espeluznante— Esa valiosa joya se encuentra en esta ciudad…
    Continuará...

    Intenté hacerlo más corto, porque me he dado cuenta que debe dar flojera leer tanto, así que cambié mi idea original para este capítulo para no hacerlo tan largo.

    Pan-chan: Yo tengo un plan diferente para Kagome y Kikyo, lo verás seguro el próximo capítulo :)


    Sumi: En este no hubo :( Inuyasha debe recuperarse primero para que vuelva la acción xD Aunque ya para el próximo la habrá :)

    miko kagome: La misión de Inuyasha es buscar al asesino de su padre y aniquilarlo. Creo que ya lo había puesto en la historia owo.

    Bien, nos vemos~
     
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  8.  
    Pan-chan

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    Re: La perla de las cuatro almas.

    Por mi no te detengas, no importa si haces un capitulo de 10 paginas o mas, leo bastante rapido ^^

    Bueno, crei que no volverias a postear, te tardaste un poco en actualizar tu fic. Bueno cada vez se llena de misterio tu fic, aparecen algunas personas, las cuales creo que son Sesshomaru, Kikyo y Naraku respectivamente, aunque no estoy segura de la primera. Espero que actualices pronto para ver que relacion tienen esas personas con Inuyasha y su familia, ya que aparentemente Inuyasha es un joven normal que no sabe nada de la perla.
     
  9.  
    Miharu Rokujo

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    Dios, tardé MUCHO esta vez ;________; He aquí (?) Bien, creo que esta es la única forma de evitar bashing contra Kikyo y Kagome xDDDDD
    La perla de las cuatro almas.
    Un ser humano fastidioso es mucho, ¡imagínense el doble!
    Con la mirada perdida en la nada, Inuyasha tenía la mente en blanco. Había decidido no acordarse de lo que sucedió aquel día en el instituto y lo estaba logrando… cuando debería darle mucha importancia.
    Pero él no sabía que esa situación era para tratarla con mucha responsabilidad. Él sólo pensaba en vengar a su padre y ya. Sólo eso, pero no sabía que eso inculca muchas otras cosas… muchas.
    Se llevó la mano al pecho queriendo tocar la perla, le gustaba sentir aquella lisa esfera, pero no la encontró. Se preguntó agobiadamente qué le pasó a la perla y porqué ya no estaba allí. También empezó a pensar que si no la encontraba, aquel demonio podía apoderarse de ella… ¿O ya lo hizo y por eso ya no estaba en su cuello? Paranoia total.
    Estaba preocupado, muy preocupado. Tanto que llamó al médico sólo para preguntarle si le sacaron el collar que llevaba cuando iban a operarlo. Él contestó que no.
    Entonces, totalmente obsesionado en encontrar la perla, se levantó de la cama de un sólo salto olvidando sus condiciones, arrastrando todo el suero y demás cosas que tenía inyectadas en su cuerpo, salió de la habitación haciendo al médico a un lado.
    El doctor intentó detenerlo, él se había soltado casi todos sus tendones cuando fue atado con las cadenas, ¿cómo podía ir corriendo así? Como no logró detenerlo, llamó a seguridad.
    Los hombres, al recibir el llamado, corrieron y rápidamente se pusieron en su camino, extendieron sus brazos para el frente para atajarlo, pero Inuyasha fue más hábil y saltó por encima de sus cabezas. Era increíble, no contaban con su astucia, ¿o con su desesperación?
    Vio que el ascensor estaba abierto, algunas personas entraban allí. Debía alcanzarlo para estar a salvo de esos hombres y lograr escapar.
    El ascensor estaba cumpliendo el tiempo y empezó a cerrarse. Eso forzó a Inuyasha a correr más rápido hasta que sus energías se acabaron. Su pila se quedó sin carga y cayó al suelo exhausto.
    Jadeaba sin parar y levantó la mirada para ver cómo el ascensor se cerraba en sus narices… sin él dentro.
    *
    — Buen intento—le felicitó sarcásticamente el director del hospital—Que sea la última vez, jovencito, que realice este tipo de incidentes.
    —Sí, claro—respondió con sarcasmo y con la mirada llena de enojo. Se sentía frustrado.
    —Vaya, tenemos a un rebelde aquí… —dijo acercándose a él para fulminarlo con la mirada—No te hagas del superior conmigo, muchachito… De aquí depende tu vida.
    Inuyasha con la mirada rebelde, miró al costado evadiendo la molesta mirada del hombre, pero éste lo agarró de la barbilla y lo hizo mirar al frente otra vez.
    —Estás advertido… —dijo por último y se alejó de su vista.
    Se sentía algo humillado, ahora todos lo veían como “el que intentó escaparse del hospital y no lo logró porque… ¡sus baterías no estaban cargadas!”.
    Se llevó la almohada a la cara, no quería ver a nadie, sólo quería recuperar la perla, sólo eso. No le importaba nada más. Aquella joya debía ser la fuente de un poder sobrenatural, el poder que podría ayudarlo a aniquilar al asesino de su padre.
    Cualquiera pensaría que con un arma común podría asesinar a una persona normal, pero quien mató a su padre no podía ser humano, era ilógico… Incluso tal vez su padre tampoco lo era. ¿Entonces qué era él mismo si su propio padre no era humano? Tampoco lo sabía.
    Empezó a recordar que ya había pensado en eso alguna vez, pero no recordaba cuándo ni porqué. Deja vu.
    De repente, la enfermera entró a su habitación, quien notó lo molesto que estaba el muchacho y se comunicó con él con algo de miedo.
    —Este… pues… yo… quería decirle que…
    —Ya dilo de una vez…—contestó fríamente. No tenía ganas de soportar indirectas ni tartamudeos.
    —Hay dos jovencitas que desean verlo… Con permiso —y se retiró rápidamente.
    ¿Dos jovencitas? ¿Serán compañeras del instituto que fueron a visitarlo? Pero él no se juntaba con nadie más que no sea Sango… Entonces, ¿quiénes? No podían ser enamoradas suyas, no, no, no. Un joven como él no podía estar atrayéndole a las mujeres, no se lo imaginaba.
    Entraron. No eran compañeras del colegio cómo él pensaba, ni siquiera las había visto en toda su vida. Eran sacerdotisas, gemelas al parecer, una parecía un poco más madura que la otra, pero ambas tenían el cabello largo azabache (aunque una la tenía más ondulado que la otra) y los ojos color chocolate.
    —¿Quiénes son ustedes? ¿Vinieron a bendecirme para que no muera?—dijo esto último con una sonrisa irónica en su rostro.
    —¡Oye…! —exclamó la que parecía la menor.
    —No pierdas el tiempo así, vayamos al grano—la detuvo su hermana—Buenos días, me llamo Kikyou, soy sacerdotisa del templo Higurashi, encantada de conocerlo—se presentó haciendo una reverencia.
    —Y yo soy Kagome, soy también del templo Higurashi, encantada de conocerlo, Inuyasha Taisho-san—se presentó de la misma manera.
    —¿Qué quieren de mí?—dijo descortés.
    —Nos enteramos del incidente que cometió…—dijo Kagome.
    Inuyasha sintió cómo un rayo lo partía. ¿Acaso todos en la ciudad ya estaban enterados? Ese era el momento en dónde le salían los demonios.
    —¿¡Y qué con eso!?—exclamó enojado.
    —Este… pues…—tartamudeó nerviosa.
    —Sentimos habérsela quitado sin pedirle permiso—dijo Kikyou sacando la perla entre sus ropas, sana y salva se la entregó a Inuyasha—Mil disculpas—volvió a hacer una reverencia.
    —Sí, lo sentimos.
    Inuyasha se sintió bastante aliviado al ver la perla y poder tocarla otra vez. Nunca más se separaría de ella. Pero había algo que no encajaba en todo eso. ¿Porqué ellas se llevarían la perla y luego devolverla? ¿Qué querían de la perla?
    —Supongo que gracias, pero ¿porqué se llevaron la perla?—preguntó.
    —De eso queríamos hablarle—dijo Kagome. Esta vez su tono de voz era serio.
    Inuyasha no entendía ni tres cuartos de lo que sucedía estos últimos días y dedujo que tal vez ellas le aclararían todo, aunque aún sentía que algo no encajaba. ¿Cómo ellas sabrán lo que sucede si ni siquiera él las había visto antes?
    —Taisho-san, he descubierto que la perla tiene sólo tres almas activadas, pero la cuarta está sellada…—empezó a hablar Kikyou.
    —¿Almas? ¿Sello? ¿De qué demonios estás hablando?
    Ambas hermanas se quedaron mudas. Se quedaron mirando confundidas a Inuyasha y luego se miraron a ellas mismas preguntándose qué le pasaba a ese joven.
    —¿Tu padre nunca te dijo nada?—preguntó Kagome algo confundida.
    El joven se quedó sorprendido, ¿él debía saber algo? No entendía nada, ¿por qué no sabía nada? ¿Por qué su padre nunca le había dicho nada? ¿Debería habérselo dicho? Además, ¿qué debería haberle dicho? ¿Qué? Su temperamento empezó a salir al aire, odiaba no entender nada.
    —No, nunca me dijo nada…—dijo cortante.
    —Ya veo…
    —Normalmente, los Taisho le decían a sus hijos sobre sus orígenes y demás a la edad de trece años, ¿no te lo dijo? —Preguntó Kikyou, pero luego pensó en otra posibilidad y decidió decírselo—O simplemente no lo recuerdas…
    —Déjame pensar…—dijo Inuyasha algo nervioso. Esas gemelas eran un tanto fastidiosas, él no quería ver a nadie hasta que se le pase la humillación del incidente.
    A la edad de trece años, él aún vivía con su padre. Recuerda que estaba reunido con su hermano y su padre, en medio de una reunión. Recuerda que estaban hablando, pero no recuerda de qué.
    Luego, recuerda automáticamente la ida de su padre a la capital. Cómo su hermano se acercó a él por detrás y empieza a decirle algo: “—Él fue…” pero nada más.
    ¿Por qué no lograba recordar? Era frustrante no lograrlo. Tan frustrante cómo no poder haber llegado al ascensor, aunque tiene la perla de nuevo en su poder, su orgullo estaba aplastado.
    Las gemelas sólo se quedaban mirándolo en silencio, esperando que logre recordar algo. No podían entender cómo pudo olvidar algo tan importante.
    Kagome iba a preguntar si ya había recordado algo, pero Kikyou no la dejó hablar. Pensaba que tal vez él necesite un poco de silencio.
    Inuyasha se enredaba con los recuerdos de su pasado: la primera vez que nadó en una piscina, cuando casi lo atropella un auto, cuando vio por accidente a su hermano como Dios lo trajo al mundo “—Sal de aquí…”, cuando su primera mascota murió, cuando su segunda mascota murió, cuando su tercera mascota murió, su primer día de clases en la secundaria, cuando conoció a Sango, cuando su cuarta mascota murió… Nada de eso tenía que ver con el tema.
    Tampoco recordaba nada de su madre, cuando escuchaba la palabra “madre” lo primero que venía a su cabeza era: “¿Eso con qué se come?”.
    —Nada…—fue lo único que dijo. Las gemelas se sintieron algo decepcionadas, así que intentaron seguir con la conversación.
    Empezaron a hablar, pero Inuyasha estaba intentando recordar aún. Si eso era esencial, debía recordarlo.
    Cuando su padre se fue, Inuyasha había murmurado que lo esperaría hasta el final, pero su hermano contradijo eso. Él le preguntó porqué creía eso.
    En ese momento, recuerda que Sesshoumaru tenía la perla colgando de su cuello y extiende su brazo hacia él, tocándole la cabeza.
    Empieza a recordar que su hermano estaba moviendo los labios en ese momento, pero no recuerda que estaba diciendo. Hasta que una energía salía de la mano de su hermano y la perla estaba de un color dorado.
    La energía penetraba en la cabeza de Inuyasha, nublando y bloqueando todo su cerebro. Recuerda que sentía mucho dolor, mucho que hasta gritaba…
    —Taisho-san, ¿se encuentra bien?—preguntó Kagome, quien estaba muy cerca de él.
    Él, del susto, la empujó fuertemente hasta que su espalda chocó por la puerta. La sacerdotisa dejó salir un gemido al ser empujada.
    Kikyou vio sorprendida esa escena y fue a auxiliar a su hermana. La levantó del suelo y dirigió su mirada hacia Inuyasha, quien lucía perturbado. Había recordado algo, pero no era algo muy bonito…
    —Nunca te traicionaré, nunca te traicionaré, nunca te traicionaré, nunca te traicionaré…—decía repetidas veces— Nunca te traicionaré, nunca te traicionaré, nunca te traicionaré, nunca te traicionaré, ¡nunca te traicionaré!—empezó a decirlo más fuerte.
    Kikyou y Kagome se quedaron sin palabras. No sabían qué hacer.
    —Taisho-san…—musitaron al unísono.
    Continuará.

    Pan-chan: Gracias por seguirme :) Lo de los personajes, pues Kikyou ya apareció y los demás.. no lo diré xDUuu
     
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    sessxrin

    sessxrin Fanático

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    La trama es interesante, este tipo de historias me gusta mucho. Creo, es por el foro, pero cuando uno publica algo, todo sale pegado ¬¬ lo sé xD, deberias editarlo si es así, para que así la lectura sea más fácil de llevar.
    Otras cosas que te recomiendo: Anda un poco más lento, no sé si soy yo, pero la historia va un poco apresurada; dale, como dijo Pan-chan, más argumento, describe más, emociones y cosas fisicas, no sólo el diálogo, hazlo bien estructurado, para que así sea más interesante la historia.

    No tengo mucho que decir porque la trama me gusta e Inuyasha sigue siendo el mismo, tengo muchas preguntas y dudas que espero se me aclaren más adelante :D Sigue que estaré siguiendote xD

    Conti, conti :)
     
  11.  
    InunoTaisho

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    veamos si me sorprendes, yo tambien tengo mis dudas y espero se vayan aclarando, por lo pronto la perla la busca un demonio, al parecer naraku, pero la descripcion como que no concuerda mucho, segundo donde diablos esta Sesshomaru, el tambien la busca, para que? Espero la salida de Miroku, no puede faltar y no creo que el que describiste arriba sea él, no checa. En cuanto a Kagome y Kikyo pues que bueno que trabajen juntas y no se lleven mal. Y como no sera una historia romantica... veremos, tal vez te obligues a poner un poquito para darle mas emocion a todo (y que conste que a mi no me gusta mucho ser tan cursi con historias de amor empalagoso o inverosimiles) Sigue adelante y haz casos de los consejos para mejorar el fic. Sayo
     
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