La nueva vida de Rin y Kagome

Capítulo 16:

Vuelve el "indeseado":

Inuyasha gritó de dolor y corrió hacia la chica desesperado, al llegar a su lado pudo comprobar que se trataba de nada más ni nada menos que Rin y Kagome, al comprobar a la segunda muchas lágrimas salieron de sus ojos dorados. Ambas estaban inconscientes. Al parecer un camión las había atropellado y ni siquiera se había dignado a parar para ver como se encontraban.

— ¡Kagome! ¡Responde Kagome! —Gritaba Inuyasha mientras la tomaba entre sus brazos y el resto de las personas presentes miraban expectantes la escena.

Cuando vio que no tenía señal de escuchar lo que él le decía optó por tomarle el pulso, al poner su mano en el cuello de la chica pudo sentir pequeños y tímidos latidos que cada vez eran más débiles.

— ¡Llamen a una ambulancia! —Volvió a gritar mientras una señora sacaba su celular y marcaba el número torpemente.

Veinte minutos más tarde llegó la ambulancia y se llevó a las gemelas, ya en el hospital las reanimaron hasta que sus signos vitales aumentaron, ambas seguían inconscientes pero al menos fuera de peligro. Una hora después dejaron que Inuyasha entrase a la sala a verlas, cuando vio a Kagome no pudo evitar que más lágrimas le salieran de los ojos, se acercó a ella y se la quedó mirando por unos minutos.

— Te amo Kagome, y ahora que podíamos estar juntos… Te pasa esto —Susurraba él mientras se limpiaba las lágrimas.

— Ella está bien… no te preocupes —Pudo oír la voz de Rin desde detrás suyo.

Se volteo a verla y ella estaba aun con los ojos cerrados, pero estaba moviendo sus labios en señal de que quería hablar, entonces él le quitó el respirador para que no se ahogara.

— ¡Rin! ¿Te encuentras bien? ¿Qué fue lo que ocurrió? —Preguntaba preocupado mientras la miraba interrogante.

— Estábamos llendo a comprar a la librería, pero antes de llegar pudimos notar que alguien nos seguía… doblamos con la intención de que se fuera, pero aun nos seguía… empezamos a correr y de un momento para otro, ya estábamos golpeándonos con el camión —Contestaba con un poco de dificultad aún sin abrir los ojos.

— ¿Quién las seguía? —Preguntó nuevamente, pero más preocupado que antes.

— No lo sé —Contestó por último antes de volver a perder la consciencia.

Inuyasha al ver que se había vuelto a desmayar recordó que tenía que llamar a su hermano y sus padres, entonces salió de la sala para dirigirse hacia un teléfono y marcó el número de su casa.

— ¿Diga? —Contestó el teléfono Izayoi con su tono pacífico.

— ¡Mamá! —Reconoció la voz de inmediato— ¡Vengan al hospital ahora mismo!

— ¿Al hospital? ¿Qué ocurrió Inuyasha? —Preguntó saliendo de su tono normal para pasar a uno muy preocupado.

— Son Kagome y Rin, fueron chocadas por un camión —Hablaba rápidamente y sin ocultar su preocupación.

Apenas terminó de hablar Izayoi le cortó, fue corriendo a buscar a su marido, su hijo mayor y a Koga.

— ¡Inu! ¡Sesshomaru! ¡Koga! —Gritaba Izayoi haciendo que todos se sorprendieran y dejaran sus actividades actuales.

— ¿Qué ocurre? —Preguntaron los tres al unisón.

— Debemos ir al hospital, las niñas fueron chocadas por un camión —Les pasaba el mensaje de Inuyasha mientras corría a buscar su abrigo.

Sesshomaru fue el primero en salir, fue corriendo hasta el hospital, el cual quedaba a más de cuarenta cuadras, pero aún así él a velocidad casi inhumana llegó hasta allá en solo diez minutos y quince segundo. El resto fue en el auto pero aún así llegaron cinco minutos más tarde que él debido al tráfico.

— ¡Rin! —Se escuchaba el grito desesperado de Sesshomaru quien se encontraba al lado de la chica.

Inuyasha al ver lo mal que estaba su hermano mayor se quedó sorprendido, nunca había creído que él pudiera perder la paciencia. Salió de la habitación para que él pudiera estar más tranquilo sin sentirse vigilado.

— ¡Rin responde! —Gritaba Sesshomaru aún desesperado, y al ver que ella no se despertaba una traicionera lágrima salió de su ojo izquierdo para rodar sobre su mejilla hasta caer al rostro de la chica.

— Cálmate Sesshomaru —Escuchó la voz de Kagome por detrás suya como anteriormente le pasó a Inuyasha.

— ¿Kagome? —Preguntó llamándola extrañamente por su nombre mientras se volteaba a verla.

— Ella se despertará, es muy fuerte —Le animaba Kagome mientras con su mano intentaba quitarse el respirador.

Al ver el inútil intento de la chica Sesshomaru la ayudó. Al terminar de quitarle el respirador ella comenzó a hablar nuevamente.

— Es penoso que tú llores —Comentó en forma de burla intentando abrir los ojos.

— Cállate, no estoy llorando —Se queja mientras se voltea a volver a ver a Rin.

— Rin es muy fuerte, además no es capaz de dejarte solo

— No pregunté —Volvió a su tono frío, la verdad se sentía muy aliviado al escuchar esas palabras de la persona que más la conocía.

— Tú la amas mucho ¿Verdad? —Preguntó serena volteando a verlo, ya con los ojos abiertos.

— Como para no amarla, eh estado enamorado de ella desde hace unos seis años —Contestó volviendo a mirarla, al ver que ya estaba con los ojos abiertos sonrió para sus adentros pensando “Si ella ya despertó es cuestión de tiempo para que despierte Rin”.

— ¿Alguna vez le has dicho cuanto la amas? —Preguntó de repente haciendo que él se sorprendiera.

La verdad no se lo decía con frecuencia, es más ni se acordaba si alguna vez se lo había dicho, sabía que ella se lo decía casi siempre desde que estaban saliendo, pero él, él solamente se dignaba a abrazarla o cambiar de tema, ya que le costaba demasiado decir esas simples palabras.

— Creo que no —Contestó con la cabeza a gachas.

— Entonces díselo —Le pidió Kagome mientras volvía a desmayarse.

Sesshomaru se dio la vuelta y se acercó a la cama de Rin, cuando ya estaba bien cerca se agachó para quedar a la altura de ella y le acarició la mejilla mientras la miraba fijamente con su intensa mirada dorada.

— Te amo Rin —Susurró para luego besarla suavemente.

Al apartarse pudo ver como Rin abría los ojos con un poco de dificultad.

— Sessho… maru —Pronunció con dificultad por el dolor que lo ocasionaba el moverse.

— ¡Rin! —Gritó eufórico por primera vez en su vida.

Rin al verlo de esa manera sonrió tristemente notando lo mucho que lo había preocupado, entonces giró su cabeza para ver a su gemela la cual también abría los ojos para sonreírle y guiñarle el ojo.

Sesshomaru se levantó de donde estaba y fue a buscar a Inuyasha y los demás.

— Ya despertaron —Avisó con un tono alegre y frío a la vez intentando sonar normal.

Todos se levantaron y entraron a la sala a los empujones, primero Sesshomaru e Inuyasha, luego Koga y detrás de él Izayoi e Inu.

— ¡Chicas! —Gritó Izayoi con mucha preocupación y lágrimas en los ojos, mientras iba a abrazar una por una.

Inu se limitó a sonreír mientras Koga les decía “idiotas” a ambas por haberlo preocupado de esa manera.

Poco tiempo después llegaron todos sus amigos y amigas para ver como se encontraban, y entre ellos llegó alguien muy indeseado por parte de Sesshomaru.

— ¿Qué haces tú aquí? —Preguntó Sesshomaru con enojo al ver al peli-blanco de aquella vez.

— Tú eres el chico que abrace aquella vez —Recordó Rin mientras lo miraba extrañada.

— Rin, ¿Cómo te encuentras? —Preguntó el chico con una sonrisa de lo más tranquila.

— Bien —Contestó mirándole con extrañeza.

— Te dije que no te acercaras a Rin —Se quejó Sesshomaru mientras se acercaba a él con expresión amenazante.

— Tú no eres quien para prohibirme que me acerque a ella, Sesshomaru —Habló de forma tranquila mientras se intentaba acercar más hacia donde estaba Rin.

El resto al ver la escena se quedo muy sorprendido, nadie tenía idea de que ocurría.

— ¿Qué ocurre aquí? —Preguntaba Izayoi a Inu mientras les miraba preocupada.

— ¡Vete de aquí Ren! —Gritó Sesshomaru muy enojado.

— ¿Qué está pasando Sesshomaru? ¿De dónde lo conoces? —Preguntó Rin extrañada por la actitud de su novio.

— ¿No se lo has contado? —Preguntó Ren sarcásticamente haciendo enojar aún más al Taisho.

— Nos conocimos cuando íbamos a primaria, solíamos ser amigos, me contaba todo, hasta que él se fue a vivir al extranjero y tú llegaste a casa —Confesó mientras miraba el suelo.

— Eso fue hace diez años —Comentó sorprendida con los ojos abiertos como platos— ¿Qué pasó para que empezaras a odiarlo tanto? —Preguntó y al ver que no le respondía se preocupó.

— Cuando yo tenía ocho años mis padres me comprometieron contra mi voluntad, ellos querían unir familia con otros empresarios, y decidieron unirse con unos amigos de ellos los cuales tenían dos hijas de cuatro años, una ya estaba comprometida y la otra la comprometieron conmigo… El primero en enterarse fue Sesshomaru, y dos años después yo me tuve que mudar, pero cuando me fui llegaste tú a su casa —Contaba Ren mientras era escuchado por todos los presentes— Él sabía quién eras pero aún así se enamoró de ti, y cuando me entere le juré que no perdería contra él

— ¿Perder qué? ¿Qué tiene que ver que él se haya enamorado de mí contigo? —Preguntó extrañada, y como no recibió respuesta de inmediato empezó a sacar conclusiones— ¡No me digas que eres rarito y te gusta Sesshomaru! —Gritó de repente haciendo que todos se sorprendieran.

Todos los presentes ya se habían dado cuenta de que era lo que Ren intentaba decir, pero ella de alguna forma llegó a una conclusión muy rara.

— ¡No! —Gritó Ren enojado por la ridícula acusación.

— ¿Entonces qué? —Volvió a preguntar Rin aún más intrigada.

— Rin, yo soy tu…

Hasta acá el capítulo 16, espero les haya gustado..
Prometo subir el siguiente más rápido que este..
Saludos..