La maldicion de Yurai

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Juan Abinadi, 23 Junio 2010.

  1.  
    Juan Abinadi

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    La maldicion de Yurai
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    La maldicion de Yurai

    1.
    El inicio de la leyenda.

    Las copas de los árboles se mecían, acariciados por el fresco aire del otoño, parecían bailar al compás de la canción que resonaba en aquel gran y frondoso bosque, las muñecas se mecían en las manos de las niñas que cantaban a toda voz mientras sonreían.

    “Tengo una muñeca vestida de azul
    Zapatitos blancos delantal de tul
    La lleve al mercado se me constipo
    La tengo en la cama con mucho dolor
    Esta mañanita me dijo el doctor
    Que le de jarabe con un tenedor
    Dos y dos son cuatro
    Y cuatro y dos son seis
    Seis y dos son ocho
    Y ocho dieciséis
    Brinca la tablita yo ya la brinque
    Brinca la de nuevo yo ya me canse”

    Ambas vestían sendos vestidos blancos, correteaban y jugaban a la orilla de un gran y cristalino lago, chocando con delicadeza las orillas de sus tazas de te de plástico, hablaban y cantaban su ronda, mientras las muñecas eran las únicas espectadoras, y los árboles tronaban sus ramas bajo el delicado peso del viento.
    El rostro de la mayor se torno serio y las risas cesaron.
    -¿Qué sucede?-preguntándole la menor.
    La mayor toco su pecho, y con las manos se reviso el cuello.
    -No traje el collar.-dijo a la menor.
    -Mamá dijo que te quería ver todo el tiempo con el.
    -Pero… ya se.-dijo sonriendo.-Puedes regresar a casa de mama Leonora, deje el collar sobre el buro del cuarto, me lo traes, así mamá no se enterara que no me lo e puesto.
    La menor pareció dudosa a la idea, pero la mayor la vio suplicante.
    -Por favor.-le dijo con exageración y en tono de suplica la mayor.
    -Está bien.-dijo la menor como si no le quedara de otra y se puso en pie, salió corriendo perdiéndose de la vista de la mayor.
    Los minutos trascurrían, se levanto del suelo, sacudiéndose la falda, miro entorno a ella, y una brisa toco sus mejillas, su hermana menor no regresaba, tal vez estaría buscando el collar todavía, se acerco a la orilla de lago y quitándose los zapatos, remojo sus pies, le pareció sentir que los pelos de la nuca se le erizaban, sentía que alguien la observaba y miro hacia atrás, esperando ver a alguien, no sabia por que pero sentía un extraña sensación en la nuca y en la espalda, salió del lago y se coloco los zapatos, por un momento le pareció ver a alguien caminando entre los gruesos troncos de los árboles, se inclino y empezó a meter los juguetes a una caja de cartón donde los habían llevado, una mano le cubrió la boca, evitando que gritara, pataleaba y aruñaba a quien la había cogido pero este no la soltaba, la mano le cubrió al mismo tiempo la nariz, evitando que respirara, la niña se retorcía asta que sus ojos se le desorbitaron, y quedo inconsciente, en aquellos brazos. La niña caía al suelo, y un cuchillo paso por su cuello, y la sangre empezó a brotar a borbotones.
    Una pequeña niña brincaba entre los árboles del bosque, con un collar en la mano, al llegar a la orilla del lago, no distinguió a su hermana por ningún lado, preguntándose donde se había metido se acerco a la pila de juguetes y de muñecas que había tirados, y vio una mancha en las piedras lizas que había a la orilla del lago, se quedo observando preguntándose que podría ser, y al seguir con la mirada el rastro de sangre vio, a su hermana flotando a la orilla del lago, con los ojos en blanco y con la boca abierta, las moscas ya le rondaban, por un momento no supo que hacer, y se quedo contemplando el cuerpo de su hermana, después de un rato la niña soltó el collar, que tenia en su mano y las lagrimas empezaron a salir de sus ojos, salió corriendo sin dejar de llorar en el momento que una gran cantidad de sangre parecía cubrirle la cabeza y teñía de rojo su blanco vestido, la niña sintió que se ahogaba, y vio horrorizada como brotaba la sangre de su boca, y entonces se levanto sudorosa de su cama, respirando con agitación, se llevo la mano a la frente, habían pasado diecisiete años desde la muerte de su hermana ¿Por qué le seguía atormentando tanto? ¿Por qué sus pesadillas se mostraban todavía tan nítidas?
    -Maldición.-dijo con furia mientras se recostaba de nuevo, no tenia ningún sentido seguir buscando respuestas y haciéndose más preguntas, aun que siempre fueran esos sueños tan desesperantes y sobre cogedores.
    Miro el reloj dándose cuenta de que eran apenas la una de la mañana, era mejor intentar dormir nuevamente, cerró sus ojos y trato de relajarse, esperanzada que las pesadillas no regresaran otra vez

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  2.  
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    Re: La maldicion de Yurai

    2
    Planeación.
    La noche termino, y el sol teñía, rápidamente el cielo, el reloj dio la alarma, y se levanto a prisa, tomo un jeans y una camisa, y se coloco la mochila al hombro, salió rápidamente, tomo un taxi, que la llevo a la universidad, al llegar vio, que los alumnos entraban por la puerta, unos con paso rápido y otros un poco mas lento.
    “¡ALEJANDRA!” escucho que alguien la llamaba, dos mujeres estaban sentadas en el patio de la escuela bajo un frondoso árbol.
    -¿Qué paso?-dijo Alejandra al acercarse a ellas, para darles un beso en la mejilla.- ¿No hay clases? ¿Por qué están aquí?
    -No, ya sabes como es el maestro Baco.-dijo una de ella.-Nunca da clases.
    -¿Y donde están los demás?-dijo Alejandra mientras se sentaba alado de una de ellas.
    -Están desayunando, mira ahí viene Trini.
    Una mujer alta de tez morena, y de pelo ondulante negro, caminaba hacia ellas.
    -Te esta buscando Waldo.-dijo al llegar.
    Zenia con tez clara, y ojos verdes se puso de pie y se colgó su mochila al hombro.
    -Luego hablamos Úrsula.-Dijo Zenia con complicidad antes de que se marchara a la mujer a lado de Alejandra, Úrsula solo asintió con la cabeza con una sonrisita.
    Trinidad les dio un beso en la mejilla a ambas, y se regosto en el pasto.
    -¿Ya pensaron si van a ir a la excursión del maestro Luis?
    -La verdad trato de no pensar mucho en ello.-dijo Alejandra.
    Hacia una semana que el maestro de ciencias, quería llevarlos de excursión al bosque vecino, para reunir plantas, para estudiarlas en el laboratorio, irían a un bosque cercano de la ciudad, y se quedarían todo el fin de semana, pero la mayoría ignoraba que en el lago de este bosque había fallecido extrañamente su hermana Yurai.
    El timbre sonó y las tres se pusieron de pie.
    Las clases transcurrieron como de costumbre.
    El tedio era algo que le agradaba a Alejandra, algo que muchas personas odia, pero ella lo disfrutaba.
    En la clase del maestro Luis estudiaron las formas de identificar la antigüedad de un objeto por medio del carbono.
    Alejandra apuntaba esmeradamente cada cosa, justo antes de terminar la clase el maestro abordo el tema de la excursión, el maestro exigía mínimo diez alumnos, de los cuarenta que conformaban el grupo, la mayoría se mostraban algo antipáticos con la idea de pasar un fin de semana en el bosque.
    -Pegare esta hoja en la puerta del salón.-dijo el maestro.-solo apúntense los que tienen por seguro que van a ir junto con su numero telefónico, mañana en la mañana saldremos a primera hora.
    Alejandra miro hacia la ventana, era primavera, lo mas seguro era que el bosque estaría muy frondoso en esta época, la mejor forma de vencer un miedo es enfrentándolo, tal vez sea lo mismo con los traumas que ella tenia, tal vez yendo al bosque sus pesadillas terminarían. Se hallo contemplando la lista en la puerta del salón ya había algunos nombres escritos, los leyó.

    1. Zenia Javier López

    2. Úrsula Puc chan

    3. Trinidad Sayago Torres

    4. Oswaldo Aguilar Martínez

    5. Eduardo Buenfil Sabido.

    Todos eran amigos de ella, saco una pluma, no sabia por que le preocupaba tanto, sentía que su mano le temblaba al acercarse al papel, después pensó que estaba actuando como una tonta, lo aria sin pensar, y escribió rápidamente su nombre

    1. Zenia Javier López

    2. Úrsula Puc chan

    3. Trinidad Sayago Torres

    4. Oswaldo Aguilar Martínez

    5. Eduardo Buenfil Sabido.

    6. Alejandra Duran Esquivel

    Muchos se acercaban a ver la lista con curiosidad, cuando Alejandra se alejaba.

    “No vayas “susurro alguien a su oído eso le hizo levantarse, miro el reloj, era justo la media noche, aquella había sido la voz de su hermana
    -Déjame en paz.-dijo Alejandra y se recostó tratando de dormirse de nuevo, no importa cuanto le torturaran las pesadillas, ella estaba decidida a ir a ese bosque.
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