La leyenda del septimo cielo

Hola Hola mundo que vive en todo america latina, jajajaja ok no porque tambien hay otros paises por ahi pues aqui esta de nuevo la bella Alex (de donde?) bueno como decia para traer el sexto capitulo de esta saga y uno de los ultimos espero les guste y comenten.

Capítulo 6: Una cruel despedida…
La equivocada madre de los dos jóvenes seguía mirando la escena sin poder explicarse nada, la verdad es que desde el fondo de su corazón sabia que su Ryuu no había matado a la chica castaña, quería seguir pensando que todo era un accidente o más bien un terrible mal entendido.

—*Ryuu, como quisiera dejar esta estúpida profecía y desafiar a los dioses para darte todo el amor que no pude darte…perdóname por esto* ¡Marie! Por el amor de dios aléjate de él, que no ves que te puede hacer daño…o podría matar de la misma manera —la mujer tomo a la chica del brazo apartándola del azabache con un temor falso en sus ojos, Ryuu era un chico muy incapaz de matar a una persona pero no le quedaba más remedio que aceptar cada acusación sin pruebas de su madre.

— ¿Por qué tratas asi a tu hijo? Madre, Ryu Ryu no es ningún asesino…yo puedo saberlo desde el fondo de mi corazón, porque yo…yo *Pero yo no Alex…yo solo amo a…Mayu* yo…—Las lagrimas de la princesa Alex eran inevitables en ese momento, ese terrible liquido salino inundaba los orbes marrón de la chica mostrando su gran dolor, todos los presentes se sorprendieron y la miraban muy confundidos, sobre todo el azabache de nombre Ryuushi.

— ¿Marie? ¿Qué te ha pasado tan de repente? —preguntaba muy preocupada la reina ante tal tristeza, Red estaba totalmente en shock y trataba de evadir cada palabra mencionada sobre el asesinato de la castaña.

—No es nada, es que de repente me llego la tristeza por la muerte de Mayu eso es todo…pero no significa que piense que Ryuu la ha matado —esto era un balde de agua para Red pero un alivio para Ryuu, era imaginable para ambos porque sabían el amor que estaba profesando la princesa de los Asakura Miller.

—Yo me voy…Jamie debe andar muy preocupado por mí, además olvide algo muy importante —el chico se notaba muy nervioso y las piernas le temblaban, Alex lo noto de inmediato y se sorprendió por eso, los reyes asintieron algo confundidos y el azabache lo miro desafiante porque sabía que el había matado a su mejor amiga.

—Red, no te pongas asi…si tanto te asusta podemos llevarlo a otro lado para su entierro, despues de todo Mayu no se merecía una muerte tan cruel y quien allá sido tendrá que pagar algún día por su crimen —decía muy segura la chica, el azabache asintió mirando a Red durante todo este comentario, el peli plateado se sorprendió y retrocedió temeroso y nervioso.

—Si no fue Ryuu, alguien más tendrá que pagar por esto algún día, hare que el castillo entero este alerta no te preocupes, bueno es mejor regresar adentro…mandare al escudero para que se lleve el cuerpo de la chica y pueda descansar en paz —la reina miro a Ryuu y sonrió sin que nadie lo notara. Estas palabras tan tranquilas por parte de la reina sorprendieron al azabache pero sabía que nunca lo haría por el si no por el bienestar de su querida Marie.

—Bueno chicos los veremos adentro y tranquilo Joven Daniel no creo que esto ocurra de nuevo asi que no se ponga nervioso —comento el rey serio y siguió a su esposa lentamente dejando a los jóvenes totalmente desconcertados.

—Si Red no te creo que debas ponerte nervioso, el que nada debe nada teme ¿lo sabías? —ante esto el chico de los ojos carmín no pudo más y salió corriendo completamente nervioso y cubriendo sus ojos que se encontraban completamente en shock por todo lo ocurrido.

— ¡Red! Espera un poco…oh… ¿pero que le ha pasado? —pregunto confundida la pequeña Alex, Ryuu se hizo el tonto en ese momento…aunque le gustaría hundir a su peor rival si lo que pensaba era verdad, a la vez le preocupaba porque eso quería decir que Red no estaba bien aunque lo aparentaba.

—Bueno Alex es mejor ir adentro, tu sabes que estar aquí al lado de el cuerpo muerto de Mayu me pone muy mal, si me disculpas me iré a mi habitación a descansar un poco —el azabache dio pasos lentos hacia su habitación lo que confundió mucho a su hermana, pero igual ella seguía pensando que el amo a Mayu hasta su muerte lo cual la hacía muy infeliz porque sabía que su amor hacia él era profundo muy profundo.

—Ryu Ryu, me duele que hasta despues de su muerte aun la ames…yo…yo quiero verte feliz…pero si tu felicidad era ella, entonces tratare de que su recuerdo no sea tan duro para ti porque te amo con toda mi alma y a mí no me importa si somos hermanos ni que llevemos el apellido Asakura Miller…solo quiero tu amor eso es todo —la chica veía marchar a su hermano con tristeza y aun con lagrimas con los ojos que no dejaban de reflejar su dolor, pero por otra parte estaba preocupada por su amigo Red, despues de todo el siempre la había protegido de todo peligro como para no estarlo.

Daniel o Red se encontraba en su gran habitación puesto que desde hace mucho vivía con los Asakura Miller para cumplir con su misión, estaba mirando un espejo con la mirada shoqueada y llena de nervios, la culpa lo comía vivo y a pesar de que en ese momento lo había disfrutado. Su mirada de sadismo lo hacía sentir un monstruo total y un chico sin límites, pero realmente él no quería hacer esas cosas.

—Mayu…Mayu, perdóname, tu bien sabes que yo no te quería lastimar, pero termine acabando con tu vida sin darme cuenta de lo que hacía…perdóname yo no quiero ser un asesino, todo es tu culpa maldita sea… ¿Por qué me obligas a estas cosas? —el oji carmín lloraba de desesperación en ese momento, estaba lastimando a Alex de alguna manera indirecta y eso para él era lo que peor que podía hacer en su vida, su mirada se alzaba lentamente viendo el gran espejo que tenía en su habitación y al hacerlo su cara quedo mas desconcertada.

— ¿Por qué esa cara Daniel? Pero si solo has hecho lo que sentías...no tienes nada de qué arrepentirte —le decía con malicia su reflejo en el espejo el cual tenía los ojos negros que siempre tiene cuando se siente fuera de su realidad, el chico al ver esto se sorprende y retrocede totalmente asustado mucho más que antes.

—Tu…tu me estas orillando a estas cosas…tu eres mi perdición desde que tengo esta horrible e interminable vida, yo no quiero hacer daño…y mucho menos a quien amo —le decía Red nervioso, estaba temblando de miedo y tartamudeaba con la respiración agitada y sin control, su reflejo solo sonrió sádicamente mostrando el hacha ensangrentado con el que había matado a la chica castaña.

—No seas tonto…tu sabes bien que la chica que amas no te corresponde, además ella ama a ese chico de mirada fría, vamos Daniel demuéstrale que puedes quedarte con la chica…demuéstrale que puedes tener a la princesa comiendo de tu mano —Red estaba más agitado y miro su mano que tenía el hacha asi que mostro una mirada aun más nerviosa y negó varias veces suplicándole que lo dejara tranquilo.

—Déjame tranquilo, por favor te lo suplico…ya no quiero matar mas, desde que me convertí en este monstruo amante de la sangre mi vida es un tremendo caos, empezando por la muerte de mis padres —el chico ponía sus manos en sus ojos que soltaban lagrimas recordando todos los cuerpos que el había matado, pero obviamente siendo controlado por una personalidad diferente.

— ¡Ha! No seas estúpido, lo que quieres es matar al príncipe de este castillo, porque te quito a Ángelus, bien sabes que ella es tu enemigo y también debe desaparecer algún día debes acabar con su alma por ser la gobernante de los cielos —exclamo el reflejo riendo de manera descontrolada y aterrando a Red con locura, sus palabras eran burlonas y sádicas, no sabía qué hacer estaba muy confundido.

— ¡Cállate, yo nunca voy a matar a mi Alex! ¡Nunca! —seguido de estas palabras desesperadas el chico alzo el arma que tenia para romper con fuerza el espejo, lo que lo hizo que saltara un pedazo y cortara su mano un poco.

En ese momento afuera del pasillo se encontraba el hermano mayor del chico que lo buscaba para saber que había pasado con el cadáver que todo el castillo comentaba con miedo.

— ¡Red! ¡Red! Oye ¿Dónde estás? ¿Eh? —el chico de nombre Jamie se detuvo al escuchar ese ruido de algo quebrándose, su sorpresa fue mayor cuando entro al lugar y vio a su hermano en el suelo con la mano sangrando y el espejo hecho pedazos, estaba muy preocupado.

—Por favor Jamie, te suplico que te largues…no quiero ver a nadie ahora, quiero estar solo —susurro el menor de ellos que tenía el hacha al lado y eso hizo que James lo alzara de la camisa mirando su rostro perdido y los ojos negros como los que mostraba su reflejo.

— ¿Qué demonios paso aquí? ¡Dime que está pasando! ¿Por qué el espejo está roto? ¿Por qué tienes…? ¡Ah! —el pelirrojo lo había comprendido, el era que había matado a Mayu y estaba totalmente aterrado de afirmar ese hecho.

—Mate…a Mayu, ¡Mate a la chica que tanto amaba a Ryuu! Ese imbécil…no merece que nadie lo ame, ni siquiera merece vivir…jajajajaja, es un idiota si cree que dejare que Alex se quede con él, primero tendría que dejar de existir —al escuchar esto el chico soltó a su hermano sin dejar de mostrarse nervioso, su hermano… ¿Un asesino?

— ¿Qué demonios hiciste? ¿Por qué mataste a la chica? Ella no tenía la culpa de nada idiota —decía James furioso y dándole un golpe tremendo al peli plateado que lo hizo reaccionar y temblar al mismo tiempo.

—Quiero poder morir…y nunca jamás sentir nada, pero para mí eso ya es imposible…estaré condenado a esta doble personalidad para siempre…por favor hermano ayúdame —al escuchar esto el pelirrojo no pudo evitar tomarlo de la camisa de nuevo y dedicarle una mirada decepcionada y frustrada que lo hacía sentirse peor y un desgraciado.

— ¡Eres un completo imbécil Daniel! ¿Qué diablos piensas que ganas con matar a la gente que te estorba? No consigues más que hundirte tu mismo —exclamo furioso y nervioso su hermano mayor, Red estaba totalmente atormentado y forcejeo a su hermano para que soltara.
—Tengo que irme…no puedo quedarme aquí a descubran la verdad, vámonos Jamie…te lo suplico —imploro el oji carmín de rodillas y juntando las manos, había caído hasta el fondo y lo peor es que James no sabía ni como ayudarlo.

—Olvídalo Daniel…yo no seré tu cómplice en esto nunca más…aunque sea igual que tu, jamás me convertiré en otro asesino —le advirtió sin nada de piedad el chico, Red se quedo totalmente sorprendido y comenzó a gritar desesperadamente, James salió del cuarto asustado y suspiro tras la puerta con tristeza.

— ¡¿Me abandonas?! ¿Por qué me haces esto hermano? ¡¿Por qué?! —en ese momento el desesperado Daniel comenzó a aventar todo en su habitación, la servidumbre del castillo escucho esto y se atemorizo pensando cosas extrañas, Ryuu que estaba al lado ignoraba todo que le parecía totalmente normal para él.

— ¿Está todo bien alteza? Digo es que escuche terribles gritos, no quiero parecer una chismosa es que todos estamos desconcertados —comento Gertrudis el ama de llaves del castillo, James al mirarlo sonrió y negó con la cabeza marchándose de ahí con mucha tristeza, si estaba abandonando a su pequeño hermano pero todo era por su bien.

—Ese James…te juro que nunca olvidare esto, me lo vas a pagar con algo algún día…porque eso nunca me lo espere de ti —comento Red saliendo de su habitación furioso, su otra personalidad lo estaba dominando totalmente y por si querían saber Red era un demonio muy peligroso que tenía la misión de matar a Ángelus algún día, por esa razón estaba prohibido enamorarse.

— ¡Alteza! Espere un poco… ¿Por qué estos chicos son tan raros? —exclamo la joven suspirando y tratando de verlo normal, despues regreso a su trabajo como si nada.

El chico de cabello plateado que lucía un mechón pelirrojo en sus flequillos seguía desesperado por saber que tendría que hacer para no ser descubierto aun, tenía que pensar que hacer para que Alex no supiera nada. En ese momento la pequeña princesa del castillo se encontraba con él en las grandes escaleras del castillo, traía con ella un hermoso arreglo de todas las flores que había en el gran jardín de su hogar, al mirarla el chico no pudo evitar sorprenderse y mostrar una cara de tristeza que mostraba lagrimas amargas recorriendo sus mejillas, la azabache al notar esto se acerco y le extendió el gran arreglo floral sonriendo, realmente era admirable el cariño que sentía por ese chico de ojos carmín.

—Red, por favor ya no te sientas triste…te traje este presente para que sonrías, por favor sonríe…te quiero mucho y me duele verte asi —la chica reía dulcemente, ante esto el chico Red se lanzo a sus brazos e hizo que soltara las flores sorprendida, estaba llorando mucho y eso la preocupo aun mas lo que hizo corresponder el abrazo de amor que él le daba.

—Por favor Alex, perdóname…te suplico que me des tu perdón —suplico de nuevo Daniel abrazándola con más fuerza, la pequeña se confundió pero asintió para calmar los nervios de su mejor amigo.

—Si te perdono Red…pero por favor ya no llores mas, haría cualquier cosa para que dejaras de llorar…cualquiera —le respondió la princesa sonriendo y acariciando los cabellos alborotados de su querido amigo Red.

—Entonces nunca me odies…nunca por más que quieras no lo hagas…—exclamo y beso de nuevo a la chica en los labios con ternura y pasión, esta vez la chica no se sorprendió y correspondió inexplicablemente al beso cerrando los ojos y haciendo caer una lagrima.

El beso de ambos era sincero, la pequeña no estaba fingiendo en ningún momento pero eso raro, ¿Acaso Alex también amaba de alguna manera a Red? Eso era algo que pronto se sabría. La azabache puso sus brazos alrededor del cuello del chico y el chico sorprendido pero sin detenerse correspondió poniendo sus manos en su cintura ¿Pero qué estaba pasando? Al separarse los dos se miraron un momento y sonrieron con ternura.

—Red, espero que esto te haga sentir más tranquilo…por favor ya no llores mas —Alex lo hacía inocentemente, quería ayudar tan solo a que Red no derramara lagrimas amargas y llenas de dolor nunca más, pero ella no cambiaba el amor que sentía por su hermano mayor.

—Te aseguro que significo mucho más de lo que te imaginas…Alex por favor olvídate para siempre de Ryuu y quédate a mi lado…si lo haces yo no tendría que hacer más de lo que me arrepentiré —el chico paso su mano fría por la mejilla suave de su querido amor, la pequeña se sorprendió y despues lo miro sin poder responder.

—Red yo…es que yo no…—la pequeña no pudo evitar soltar una lagrima de tristeza al recordar lo dura era que su amor por Ryuu no era correspondido bueno al menos eso pensaba nuestra princesa.

—Tú lo dijiste…el…el ama…ama…a…a…—el joven no podía decir lo que le convenía porque eso la lastimaba mas, pero también quería estar a su lado para siempre y quería obtener su amor de alguna manera.

—Lo sé Ryu Ryu ama a…Mayu aunque me duela y por eso se que estaba dolido por su muerte…si pudiera haber evitado que ella muriera mi hermanito mostraría su sonrisa de nuevo…nunca odie a Mayu como para desear su muerte…pero aun lo amo Red perdóname por eso —el chico se sorprendió pero comprendió aparentemente en su vaga personalidad “normal” pero sabía que por dentro estaba que se moría de celos.

En ese momento un chico azabache se encontraba ante ellos mirando la escena triste y lleno de celos hacia su rival, ahora si lo quería ver lejos de su casa pero para su hermana eso sería muy doloroso.

— ¿Qué están haciendo? Alex… ¿lo amas? No eso no me lo creo, el nunca tendrá tu amor… ¡No puede tenerlo! Porque…porque… ¡Ah maldita sea! —el azabache mostro una mirada por primera vez de miedo por pensar si Alex aceptaría a Red y lo olvidaría a él para siempre, se alejo lentamente entre la oscuridad del castillo sin que nadie lo notara.

—Nunca te hare cambiar te opinión ¿verdad? Es algo que tendré que cambiar de otra manera…—el chico de nuevo estaba cambiando de personalidad y eso era muy peligroso si tenía cerca a Ángelus asi que cuando la chica se distrajo salió corriendo y desapareció de un momento a otro.

—Pues es que Ryuu… ¿Eh? ¡Red! ¡Red! ¿Pero donde se metió ahora? —se pregunto a sí misma la princesa quedando con una cara confundida y triste a la vez, creo que ninguno de los dos jóvenes que eran tan importantes en su vida confiaba en ella y eso la lastimaba de cierto modo.

Pasaron las horas lentas en el gran reloj del reino, cada hora se escuchaba las campanadas nada novedosas para todos, los sirvientes cambiaban sus actividades correspondientes y los reyes hacían su recorrido diario por el castillo. El príncipe de aquel lugar se encontraba en su habitación devastado por el recuerdo de esa escena en su mente, ¿Alex amaba a Red? Para el eso era peor que la propia muerte de Mayu, porque Alex estaría en peligro si él no estaba equivocado, el chico camino hacia la gran ventana que dejaba ver un gran balcón lo que lo hizo salir para sentir el viento y tratar de reflexionar pero al salir…

— ¡Maldito seas! Ya te dije que me dejes en paz…lo único que quiero es vivir mi vida en paz, ya no quiero matar a nadie más…no quiero que Alex siga llorando —el chico tenía el hacha de antes y comenzó a dar fuertes golpes con ella en el gran árbol del jardín, sus ojos se mostraban llenos de locura y temor. Al observar esto el chico Ryuu no pudo evitar retroceder confundido y temeroso, ¿Red estaba loco?

— ¿Qué demonios…? Eso quiere decir que… ¿Red si mato a Mayu verdad? —el chico siguió observando a su rival preocupado más que nada por el bienestar de su hermana, no dejaría que estando asi Red se acercara mas a ella.

—Daniel…eres un demonio que vive aquí para cumplir la misión de cumplir la promesa del séptimo cielo y destruir la felicidad de Ángelus y despues matarla sin piedad —le respondía su personalidad que se aparecía sentada en la rama del árbol y sonriendo de manera siniestra, el chico demonio de ojos carmín tiro el arma que arrastraba por el suelo en ese momento y cayó al suelo poniendo sus manos en la cabeza y gritando sin detenerse.

— ¡No! ¡No! Ya te dije…que no matare jamás a la mujer que amo, no quiero ser yo quien lo haga —el reflejo que antes mostraba su espejo se acerco a él y alzo su cara acariciándola y dándole un beso que hizo en ese momento este se sorprendiera, su cara se puso completamente ida y su piel estaba fría. Más bien helada como si fuera un cadáver.

—Daniel…es tu turno, demuéstrale que aun puedes hacerlo retorcerse del dolor… ¡Mata a todos! —el chico asintió un momento pero despues comenzó a desesperarse y alzo el hacha para empuñarla en el aire, pero sin percatarse venia llegando el ama de llaves con miedo por aquel grito antes emitido y sin pensarlo por pensar que lo delataría este de nuevo corto el cuerpo débil de la muchacha con esta fina arma mortal, Ryuu se quedo sorprendido observando todo desde la ventana de su habitación.

—Gertrudis…no puedo ser…—susurro el azabache que se sintió totalmente atemorizado y cubrió sus ojos un momento cayendo y apoyando su cuerpo en el balcón de ese gran cuarto, Red por suerte no supo que vio todo pero este no podía dejar de temblar por tal escena.

— ¡Maldita tipa! ¿Por qué tenias que llegar? Que no te das cuenta que hubieras podido salvar tu vida… ¿Eh? —al ver el cuerpo se sorprendió y esta vez al parecer nadie más del castillo había escuchado nada, como pudo arrastro el cuerpo muerto de la chica hacia los arbustos y con sus ropas llenas de sangre salió corriendo desapareciendo de ahí de nuevo.

—Red si mato a Mayu…ese tipo esta más loco que nada, tengo que hacer que mi hermana se aleje de él para siempre, porque podría hacerle daño —el chico estaba decidido a sus palabras, salió de su habitación con la mirada seria y comenzó a buscar a su hermana por todo el castillo, iba a protegerla por su bien, pero más que nada porque la amaba con toda su alma.

La princesa del aquel señorial lugar se encontraba sentada en las escaleras y muy triste por la reacción de su amigo, estaba muy dolida por no poder corresponder el amor que él sentía por ella y estaba tan centrada que no presto atención a nada que se presentaba a su alrededor.

—Pobre de Red, no quiero verlo sufrir más…porque lo quiero mucho para permitir que derrame una sola lagrima en esos bellos ojos —la chica estaba muy confundida en ese momento, el azabache llegaba al lugar y aunque sabía que Alex no lo aceptaría tan fácil tenía que convencerla.

—Alex…tengo que hablar contigo urgentemente —susurro lentamente el chico y esto hizo de inmediato que la pequeña alzara su mirada mirando a su hermano sorprendida, estaba nervioso y casi temblando lo cual la preocupo demasiado.

— ¿Ryu Ryu? pero… ¿Por qué estas asi? ¿Paso algo malo? —respondió la de ojos marrón pestañeando algo confundida pero a la vez preocupada por lo que sentía su hermano en ese momento.

—Alex…te suplico por todo lo que te importa que te alejes de Red…ese chico no es una buena persona, además podría lastimarte…mucho más de lo que piensas —la chica se sorprendió y retrocedió cambiando su semblante, el azabache miro pero sabía que esa sería su reacción sin evitarlo.

— ¿Por qué me pides eso tan de repente? ¿Qué ha pasado con Red? El no ha hecho nada para que me pidas eso ahora Ryuu…—cuestiono seria y confundida al 100% el chico la miro y coloco sus hombros mirándola con temor y preocupado por el bien de su pequeña hermana y lo que el mas amaba en el mundo.

—Porque si algo te pasa… yo no podría resistir, prometimos que viviríamos uno para el otro para siempre… ¿No recuerdas? —la escuchar esta mini confesión de parte de su hermano mayor la princesa no pudo evitar abrir los ojos de sorpresa pero eso no la hizo cambiar de opinión.

—Estas… ¿Insinuando que Red es el asesino de Mayu verdad? —pregunto la chica aventando a su hermano muy molesta porque ella iba a proteger a Red pasara lo que pasara, tampoco creía que el matara a esa chica y esa era su última palabra.

— ¡Alex! Por amor de dios, solo veo por tu seguridad…porque por más que quiero evitarlo y por más que deseo suprimir esto de mi corazón no puedo…ya no puedo mas —el chico en ese momento se levanto y la miro de una manera diferente, esta vez era con un amor profundo y puro y sin intención de nada, la pequeña retrocedió aun mas pero se interesaba por todo lo que decía su hermano.

— ¿De que estás hablando Ryu Ryu? ¿Por qué por mi seguridad? —la chica se acerco lentamente a su Ryuu y acaricio su mejilla lo que el azabache correspondió tomando su delicada mano mirándola y sonriendo.

—Alex…yo también te amo, no me importa si eres mi hermana, quédate conmigo para siempre—al escuchar esta confesión definitiva la princesa se sorprendió totalmente y se sintió un fuerte viento pasar a su alrededor, sus labios estaban a punto de juntarse y estos jóvenes a su vez cerraban los ojos para corresponderse uno al otro, pero fueron interrumpidos por el chico de cabello plateado que estaba recargado en la pared y totalmente serio y sin respuestas.

— ¿Por qué quieres que me aleje Ryuu? ¿Paso algo malo? —Alex miro a Red y se sorprendió apartándose de Ryuu totalmente y yendo hacia la preocupada, el oji carmín bajo la mirada lleno de lágrimas, pero también estaba sonriendo sínicamente, porque sabía que Ryuu ya había visto algo en algún momento.

— ¡Alex! Por favor…no te le acerques…el es un completo loco psicópata…yo no permitiré que él te toque ni un solo cabello de nuevo —al escuchar esto la chica se sorprendió y a la vez se asusto mirando a su hermano mayor, el chico Red comprobó en ese momento su teoría y sonrió aun mas pero con tristeza.

—Está bien me largare para que no te preocupes mas…pero cuando regrese no creo que te agrade mi saludo, adiós Ryuu…adiós mi bella princesa Alex —el chico de la mecha pelirroja alzo la mirada y sonrió tiernamente para despues caminar hacia la salida e irse por mucho tiempo.

— ¡No te vayas Red! Dijiste que no me dejarías sola nunca…—suplico la pequeña de ojos marrón, su hermano estaba muy triste por el dolor que esto le estaba causando, el peli plateado se giro mirando como Alex se cubría los ojos llenos de lagrimas y negando muchas veces con la cabeza.

—Vine a despedirme…pero voy a tener que hacerlo a mi manera —respondió el joven de 16 años y se acerco a la chica que ante esto lo miro y sintió de nuevo sus labios fríos sobre los de ella, esta sensación era confusa pero de nuevo no pudo evitar cerrar los ojos dejándose llevar por el momento.

— ¿Eh? Esto no puedo ser… ¡Alex por favor no hagas esto! —decía el azabache y asi de un momento a otro con furia aparto a su amor del enemigo mirándolo como retándolo.

—Nunca más…vuelvas a tocar a mi Alex, porque te juro que no lo voy a permitir…asi que mejor ya lárgate…—Red sonrió cubriendo esto con sus flequillos largos y alborotados, la pequeña siguió llorando y tan solo vio como Red abandonaba el castillo con un silencio detrás lento y ahogado.

—Red…no te vayas…no lo hagas…—suplicaba la princesa aun con lagrimas en los ojos y emitiendo ruidos de dolor ahogados que preocupaban mucho a su hermano, pero este momento la hizo recordar algo que el había dicho y que nunca iba a poder olvidar.

—Alex…yo solo quería…protegerte no llores por favor —al escuchar esto la pequeña Alex salió corriendo hacia su habitación y cerrando la puerta con fuerza, dejando con la mirada baja al azabache y algo culpable pero eso no quitaba que en el fondo se sentía aliviado.

— *No llores más Alex, te juro que yo estaré a tu lado para siempre* Red eres un mentiroso… ¿desde cuándo le haces caso a Ryuu? Ese no es el Red que yo conozco —se decía la princesa mirando la luna que mostraba el cielo en señal de que oscurecía.

Y aunque le dolía todo lo que había ocurrido, por ahora era mejor no estar cerca de su amada Alex, más que nada porque él era un demonio peligroso y ella era Ángelus, la princesa de los cielos pero también mi mayor y mas grande enemigo que tenía que acabar algún día.

—Debo seguir con la profecía por más que me duela verte llorar —exclamo esto último el chico y derramando una lagrima dejo el castillo desapareciendo lentamente entre la oscuridad de la noche.

Esto fue un golpe para la pequeña princesa, pero a la vez estaba feliz porque su querido Ryu Ryu al fin le decía que la amaba… ¿espera que dijo? Esto era muy confuso pero pronto todo se resolvería como uno de los grandes que mandaba el séptimo cielo, cuando Red regrese no será nada divertido asi que será mejor disfrutar todo el tiempo que les quedaba juntos.

Y recuerden que hay que morir para poder vivir pero Shhh.…

En el próximo capitulo

— ¿Estabas celoso todo este tiempo? Pero si sabes que mi amor es solo tuyo —

—Nunca voy a perdonar a Red por haber matado a Mayu…nunca —

— ¡Gertrudis muerta! ¿Pero qué ha pasado esta vez? —

—Maldito Red…asi que al final huyo como un cobarde…podre esta vez decirle a mi princesa que la amo —

—Mi ángel…me encanta cuando estamos solo y mirando las estrellas juntos, te amo tanto…—

Capitulo 7: Recuerdos inolvidables para toda la vida.

Y una ultima cosa ¿A quien prefieren? '¿A Ryuu o a Red? espero sus comentarios nos posteamos

 

Hola queridos amigos y lectores espero que no haya sido muy larga la espera acabo de desocuparme porque estoy en evaluacion mil disculpas y espero les guste ¡Disfruten!

Capítulo 7: Recuerdos inolvidables para toda la vida

El viento en aquella tarde resoplo con fuerza, se sentía una soledad inmensa para muchos dentro de aquel señorial castillo, la tristeza invadía a una princesa de catorce años, esto se sentía peor que cuando Ryuu la odiaba en su tiempo, porque ahora era más confuso de lo habitual.

—Red… ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste sola? Aun no entiendo porque mi hermano dijo todo eso sobre ti…pero yo sigo confiando en ti pase lo que pase —susurro la pequeña azabache entre lágrimas que despedían un agobiante olor salino, las ventanas de su habitación estaban siendo golpeadas por las enormes ramas que salían de los frondosos árboles del jardín.

La princesa ya se encontraba por primera vez confundida acerca de sus sentimientos, pero tambien por lo ocurrido…era todo muy extraño en realidad. Mientras tanto en las grandes escaleras se encontraba un joven de aspecto serio y pensativo, estaba totalmente hecho pedazos con lo que había pasado entre Alex y Red, porque había visto a su amada corresponder sin darse cuenta…en realidad quería saber como decirle a todos que Gertrudis estaba muerta y que el responsable era simplemente el chico de cabello plateado.

—Alex…me duele tanto que piensas que te miento, bien sabes que yo jamás pondría esta situación si no la hubiera comprobado, Red está mal de la cabeza y además el mato a mi querida amiga Mayu… ¿Qué debería hacer ante eso? —comento el chico mientras soplaba sus largos flequillos que cubrían su blanco rostro frio y temperamental, el aunque no lo admitiera sentía muchos, pero muchos celos…

— ¿Ryuu? ¿Te sientes bien? He venido a decirte que si has visto a Gertrudis, es que no la he visto en mucho rato y necesito que prepare la cena ahora —pregunto preocupado mientras llegaba hasta el azabache su padre, el chico se sorprendió con lo que había dicho y de inmediato alzo la mirada mirando a su padre con temor.

—Pues es que…Gertrudis…ella esta…esta…muerta…padre—pronuncio titubeando de sus fríos y secos labios, el padre del chico y rey de Londres lo miro alzando una ceja y despues retrocediendo sorprendido.

— ¡Gertrudis muerta! ¿Pero qué ha pasado esta vez? —contesto el hombre gritando de sorpresa y confusión, el chico solo lo miro demasiado nervioso, no sabía si debía contestar o simplemente asimilar que era imposible que alguien le creyera… ¿Quién creería semejante cosa?

—Yo lo he visto todo, en el jardín hace rato…estaba…estaba ese chico…hablando solo, me siento tan miserable padre ¡Siento que yo tambien estoy ayudándole con esos actos de crueldad y malicia! —grito el azabache colocando sus manos en la cabeza y con un dolor insoportable…hasta que no hablara no habría tranquilidad en su castillo, o al menos eso pensaba él.

— ¿Qué dices? ¿A qué chico Ryuu? ¿De qué demonios estás hablando? —exclamo el rey mucho mas sorpresivo y nervioso que antes, el azabache lo miro para confesar pero de repente algo lo detuvo.

— ¡Ahhh! ¡Auxilio por favor, Gertrudis esta…! —semejante griterío se escucho en todo el reino de los Asakura Miller, la reina que se encontraba en la escena se cubrió la cara aterrorizada y temblando mientras caía de rodillas en el mojado césped del jardín.

— ¡Elizabeth! ¿Qué está pasando Ryuushi? Aclárame de una vez que es todo esto de muertes sin sentido —el rey lo acorralo mirándolo imponente y haciéndolo sentir mucho más miedo y nervios, el azabache cayo contra la pared sudando de la impotencia de no poder hablar.

— ¡Yo no sé qué está pasando! ¡Sólo quiero proteger a mi hermana! Eso es todo…—le advirtió el hijo al rey, este sorprendido se alejo y el azabache aprovecho para correr hacia el jardín con rapidez.

—Ryuu… ¿Qué está pasando contigo? —susurro el gobernante de Londres mientras veía a su heredero alejarse totalmente desesperado, no sabía que lo tenía asi pero pronto lo averiguaría.

— ¿Qué tengo que hacer ahora? Me siento como una total basura —se decía el chico asi mismo mientras llegaba corriendo hacia un árbol totalmente agitado y nervioso, su madre regresaba hacia el jardín con la cara llena de pánico, esta vez creía que…algo raro estaba pasando en su castillo.

—Pobre muchacha…ella no se merecía esa muerte tan cruel —exclamo la mujer y en el momento alzo al mirada observando a su hijo totalmente desecho y agitado, la manera de actuar de Ryuu a la reina la hacía confundirse y en ese momento…

— ¿Mama? ¿Eh? —el azabache recibió una terrible cachetada de la reina que lo dejo impactado y con mucho dolor en el corazón, esto era lo último que el soportaría no habría duda.

— ¡Ryuushi, no tienes idea que cuanto quiero que te largues y no vuelvas jamás! Eres un maldito…las personas no tienen la culpa de tus problemas mentales, si no te quiero es precisamente por eso…porque no sabes hacer nada sin que tú mismo te delates… ¡Imbécil! Ojala que yo no fuera tu madre…—la reina lo miro con mucha decepción lo que si dolió, estaba totalmente temerosa porque si era su hijo entonces tendría que pensar más duro que antes.

— ¡Ya basta! Escúchame…jamás me vuelvas a tocar, si no me voy es porque aun tengo algo que me obliga a quedarme a protegerla, porque la amo… ¡No me iré si mi querida Alex no viene conmigo! Y ya basta…no tienes porque poner ante todo a mi hermana porque…ya no me duele nada de eso, solo me hace amarla profundamente —el chico azabache miro a su madre decidido de sus palabras, despues de 14 años el chico ya no sentía ni un solo gramo de dolor por su odio, tan solo quería ser feliz con la persona que amaba.

— ¿Qué…dijiste? Ryuu…dime que es broma…tú no puedes amar a Marie, bien sabes que son hermanos…es imposible que la ames —comento la de ojos esmeralda sorprendida y confusa, al final el gran odio que Ryuu decía sentir hacia la princesa era solo amor disfrazado y celos incontenibles y explosivos, como era de esperarse el chico bajo la mirada y sonrió.

—No me importa nada…porque sé que Alex me corresponde, si mi amada me dice que me ama no me interesa pelear contra ti ni contra el mundo que se quiera oponer —esto era lo más impactante que se habría podido haber vivido en ese reino, el azabache derramo una lagrima que ocultaba su largo flequillo y se fue caminando hacia el castillo dejando a la mujer mucho mas confundida y desolada.

—Ryuu…como quisiera decirte que no tienes nada de que…arrepentirte porque Marie no es tu hermana, ni nunca lo será —susurraba la reina mientras soplaba el viento y dejaba el ambiente frio y solitario, su hijo parecía odiarla por todo el sufrimiento que le había hecho pasar.

Paso un rato, Alex se encontraba en su cama abrazando un cojín de terciopelo, su tristeza no desaparecía porque ella realmente quería mucho a Red y le dolían las palabras de su hermano mayor, de repente la puerta fue golpeada por una persona inesperada y dejo sorprendida a la chica.

—Alex…necesito hablarte…por favor ábreme la puerta, me estoy muriendo en este momento…—el chico azabache estaba tras esa puerta apoyado y derramando lagrimas de remordimiento y tristeza, tal vez si no hubiera tratado nunca mal a su amada ella no dudaría de entregarle su corazón solo a él.

—¿Ryu Ryu…esta llorando? —susurro mientras se levantaba de su cama con pocas fuerzas, sus piernas temblaban y tambien ella lloraba tan silenciosamente porque a pesar del tiempo, de los obstáculos, de Mayu, de Red…en fin de todo ella aun amaba a Ryuu con toda su alma y seria hasta el ultimo día de su vida.

—Alex…te amo…te amo…no me importa nada si solo te veo sonreír —al escuchar esto la chica giro la perilla de la puerta y vio a un azabache hincado y mostrando los pétalos de flor que había guardado durante 7 años para disculparse con ella…más bien para decirle lo que sentía por ella.

—Yo tambien te amo…siempre te voy a amar Ryu Ryu, de eso no tengas duda jamás…quiero estar contigo para siempre —la chica tomo los pétalos de la mano del chico apretándolos un poco y mostrándole una bella sonrisa, Ryuu no podía creer lo que veía y lo que escuchaba, su felicidad crecía y su corazón latía con fuerza despues de escuchar esas bellas palabras de parte de su princesa.

—Alex…fui un idiota…perdóname, nunca aprecie todo lo que decías y hacías por mi desde que éramos niños y me arrepiento tanto de eso…te lo juro —la chica sonrió aun mas y abrazo a su querido hermano con fuerza derramando lagrimas incontenibles que el tambien correspondió.

—No me importa el pasado, porque en este momento de la vida…soy tan feliz mi amado Ryu Ryu, por ti soy capaz de lo que sea…te amo tanto —la chica se acerco a sus labios juntándolos en un tierno beso que se convirtió en uno apasionado lentamente y termino por mostrar todo lo que ambos sentían, los brazos de la princesa se postraban alrededor del cuello del chico y él lo hacía en su delicada cintura sin detenerse.

—*Es definitivo que voy a pelear por lo que ambos deseamos…asi sea lo ultimo que haga* —los jóvenes se separaban lentamente y sonreían con ternura, parecía que despues de mucho tiempo al fin podían ser felices, la princesa era la que más se creía ese sueño convertido en realidad.

El amor de los dos jóvenes cada vez crecía más pero… ¿podían mantenerlo para siempre?
En la entrada principal un chico de alborotada cabellera pelirroja estaba hablando con el escudero para terminar enterándose de una terrible noticia. Su mirada se mostraba atónita e impactada, no creía que su hermano menor hubiera enloquecido con E de estúpido.

—Su hermano al parecer desapareció huyendo porque me parece que la princesa es la única que no desconfía ni un gramo de él, es bastante ingenua—dijo el escudero serio

— ¡¿Qué dices que que?! Red se acaba de ir del castillo…pero, ¿Cómo pudo escapar tan fácilmente? Dijiste que no dejarías que lo hiciera…—le susurraba totalmente nervioso, el guardián solo negó y lo miro con algo de pena.

—Lo siento alteza, pero parece que el señor Daniel logro escapar por otro lado del castillo, parece que lo que supe es que antes mato a otra persona…en verdad lo lamento pero si lo detenía ahora no se cumpliría la profecía —exclamo el hombre hincándose ante James y mirándolo apenado por no haber cumplido su deber.

—Está bien olvídalo, lo que te encargare ahora es que cuando lo veas regresar te encargues de avisarle a los reyes de este castillo, para que se den cuenta de que corren peligro…eso es todo…—el chico de ojos carmín se despidió del escudero dándole la mano para cerrar el trato, el tipo asintió sin quejas porque sabía que el chico Daniel era muy peligroso estando cerca de Ángelus.

—Si claro alteza lo que usted ordene…bueno me retiro porque el rey me necesita espero que todo salga bien hasta pronto —y asi se despidió el guardián de aquel castillo mientras salía corriendo y el chico pelirrojo se despedía de manera normal

—Maldito Red…asi que al final huyo como un cobarde…podre esta vez decirle a mi princesa que la amo —exclamo el príncipe de Francia sonriendo y mirando el cielo con ilusión, al parecer el no sabía que Ryuu tambien sería su competencia.

— ¿James? ¿Qué estás haciendo aquí? —pregunto el azabache que acababa de bajar de la habitación de su amada hermana y traía una sonrisa de oreja a oreja.

— ¿Ryuu? Qué bueno que te veo porque necesito hablar contigo y tiene que ser ahora —el joven lo miro serio y este al mirarlo se dio cuenta que lo quería hablar era demasiado importante y no habría rodeos.

—Está bien, es mejor ir…a la sala ya que aquí hay muchos testigos —este comenzó a caminar de nuevo hacia el castillo y fue seguido por el pelirrojo, sus pasos eran cortos y algo nerviosos puesto que no sabía si hablarían de algo malo. Ambos llegaban a la gran estancia del castillo, este estaba decorado con cuadros de la época y hermoso terciopelo en los sofás, vaya que el castillo era lujoso y enorme.

—Ryuu…no quiero que te pongas nervioso por lo que voy a decirte…pero creo que es mejor que lo sepas ahora…—el chico al hablar tan seriamente sorprendió al azabache que estaba muy nervioso, creo que ahora podía adivinar de que trataría la conversación o más bien de quien.

—Es mejor que lo digas de una buena vez, no quiero más sorpresas James asi que habla —el azabache apretó los puños esperando la confesión del hermano de su peor enemigo, el chico solo lo miro y comenzó a mover los labios lentamente que la confesión fue casi inmediato, el de ojos oscuros cayó de rodillas siendo observado por el chico pelirrojo algo preocupado

—Perdóname Ryu…no es mi intención…hacerte sufrir pero el mismo me dijo que había matado a Mayu y que lo hizo para vengarse de ti por haberle quitado al amor de su vida —James apoyo su mano en la cabeza del chico y expreso su solidaridad total para hacerle saber que contaba con él para lo que fuera.

—Nunca me imagine…que Red se atrevería a matar a una persona inocente solo por sus ridículos celos, ¡Porque son ridículos! el ya sabía de los sentimientos de Alex y ahora resulta que por eso hizo…lo que hizo —contesto muy dolido recordando la escena de muerte, lo que hizo temblar a todo su cuerpo y llorar amargamente.

—Nunca voy a perdonar a Red por haber matado a Mayu…nunca —el chico miro a James y este asintió, los dos jóvenes creían que Red debía pagar su crimen, pero lo más importante tenían que descubrirlo frente a su amada.

—Si te interesa, yo te puedo dar todo el apoyo que necesites…quiero que Daniel reaccione de una buena vez —susurrando el alto francés concreto que su hermano estaba mal de la cabeza y algo tenían que hacer, aunque eso significara tener que traicionarlo como familiar.

—Me parece perfecto, quiero que cuando Red regrese…Alex sepa a qué se está enfrentando…el esta tan mal que puede matarla tambien a ella…—el azabache alzo la mano en señal de contrato, el trato se había cerrado al sentir la mano del pelirrojo, ahora eran totalmente amigos y confidentes.

La noche cayó en Londres, el castillo estaba totalmente tranquilo, el viento soplaba con fuerza golpeando las ventanas y haciendo sentir algo de frio a la pareja de enamorados de aquel lugar, ambos estaban acostados con las manos entrelazadas y sonriendo a la luna esplendorosa y brillante que mostraba el gran cielo oscuro, la princesa estaba feliz de al fin cumplir su sueño y el príncipe estaba aliviado de haber podido decir sus sentimientos.

—Ryu Ryu, la noche es hermosa ¿No crees? Si por mi fuera yo me quedaría aquí para siempre y disfrutaría de esta bella luna que nos regala esta noche, mi amado y querido Ryuu te amo tanto que no tengo una visión de una vida sin ti —la pequeña Alex expreso todo su amor en esas bellas palabras mientras se volteaba a acariciar la suave mejilla de su hermano que el disfruto poniendo la suya sobre esta y sonriendo dulcemente.

—Mi ángel…me encanta cuando estamos solos mirando las estrellas juntos, te amo tanto —exclamo totalmente lleno de felicidad y apretó su mano con ternura cerrando sus ojos pensando y suplicando que no se acabara nunca.

— ¿Estabas celoso todo este tiempo? Pero si sabes que mi amor es solo tuyo —al escuchar esto el azabache no pudo evitar sorprenderse y levantarse con rapidez del frio pasto que se movía con el viento mirando a la princesa con confusión.

— ¿Yo? Pero claro que…que…—pero fue interrumpido con otro beso apasionado de parte de la chica de ojos marrón, este quedo impactado pero dudo en corresponder de nuevo, su hermana o su amada era todo que él quería a su lado, si ella estaba el no necesitaba nada más que eso.

Vaya que el joven de cabello oscuro aun tendría que enfrentar pero tenía un nuevo amigo y confidente, pero un temor de saber que pasaría cuando el de los ojos dorados regresara algún día.

Y en el próximo capitulo

—Estoy enamorado de ti Alex, ahora sé que podría tener una oportunidad—

—A mí qué demonios me importa lo que diga esta estúpida gente, lo importante aquí es que nos amamos—

—No olvides que aun soy tu madre y que lo seré siempre, ¿entendiste Ryuushi? —

—Estos años han sido lo más felices, aunque aún sigo extrañando a mi querido Red —

—Quiero que le des esa noticia al príncipe de este castillo, si no lo haces te vas a morir —

—Muy pronto Ryuu, nos vamos a ver las caras y no te va a…agradar mi saludo —

Capítulo 8: Sombra esperando ser descubierta

Recuerden, esto es un secreto del séptimo cielo asi que Shhh.

Comenten que esto se esta poniendo mas interesante ¡Nos posteamos!