Long-fic Lágrimas de Sangre

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Shezzi, 14 Marzo 2010.

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    Shezzi

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    Lágrimas de Sangre

    Lágrimas de Sangre
    Prólogo

    El gran silbido del viento chocando con la estructura de la casa resonaba por toda la oficina. Grandes nubarrones se empezaron a juntar a lo largo de toda la ciudad, iluminando las tétricas nubes con los rayos que estás producían seguido del fuerte sonido del choque de estas.

    La puerta de la oficina se abrió de golpe dejando ver la extraña figura de un hombre no mayor de los cincuenta años. Traía puesto un traje negro con una corbata color rojo, dando un toque gótico a su piel pálida. Sus ojos eran como dos grandes soles al atardecer. Dorados.
    Su extraño cabello plateado yacía atado con un pequeño accesorio dorado haciendo juego con sus ojos. Su semblante era frio y calculador. Con pasos firmes se dirigió a su escritorio sentándose en el gran sofá café que se encontraba atrás de este. Con un movimiento rápido abrió su laptop y empezó a teclear una serie de palabras. Luego se quedó estático, con sus ojos puestos en la pantalla leyendo con suma concentración el contenido del mensaje que acababa de recibir en el momento.

    Se paró muy exaltado del sofá tirando el portalápices que yacía en su escritorio, derramando todo su contenido. No podía creer lo que acababa de leer. Para asegurarse de que leyó lo correcto, recorrió con la mirada la pantalla releyéndolo de nuevo. Tiró un fuerte golpe con su puño al escritorio. ¿Cómo fue que pudo suceder? Él mismo se había encargado de borrarla del mapa.

    Sin pensarlo dos veces dirigió su mano hacia el teléfono, marcando con suma velocidad unos números antes de empezar a escuchar el pitido constante. Su respiración era agitada, no podía evitar sentir toda la adrenalina que corría por sus venas. Varías gotas empezaron a correr de sus sienes a sus bien marcados pómulos.

    No podía evitar sentirse nervioso, porque, si lo que acababa de leer era cierto, la cuenta regresiva para el fin del mundo habría comenzado ya.
    Lo sacó de sus pensamientos la extraña voz que se escuchaba del otro lado del teléfono.


    - ¡¿ pero qué has hecho?! , se supone que ella estaba muerta- vociferó el peli-plateado.
    - Lo-lo siento mucho Señor, al parecer, la s-señora a quien usted mando a matar no era ella- dijo la voz del otro lado del teléfono con nerviosismo.
    - ¡eres un inútil, no sirves para nada!- y cortó la llamada.

    Entonces lo que acababa de leer, tenía que ser verdad. Ya nada se podía hacer.

    La imponente figura del peli-plateado se dejo caer en el sofá, recargando su cabeza en el respaldo de este. Soltó un sonoro suspiro.

    Eso sólo significaba una cosa: La elegida había nacido ya y con ello la cuenta regresiva había iniciado.
     
  2.  
    siberian

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    Re: Lágrimas de Sangre

    Hola, muy bueno el prólogo. Me llamó mucho la atención eso d la "elegida" y la cuenta regresiva. Espero q publikes pronto el primer capítulo xq verdaderamente c nota q será una historia llamativa. Me gusta tambn la forma en q narras y describes todo con sencillez. En fin, staré pndiente d tu continuación ;)
     
  3.  
    Shezzi

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    Re: Lágrimas de Sangre

    CAP. 1: Noticia

    Rayos de sol se aventuraban por el gran ventanal de mi habitación, así que a causa de ello me vi obligada a cerrar de nuevo mis ojos. De nuevo haciendo un segundo intento los volví a abrir de golpe, aquí es donde siempre daba gracias por no tener ojos de color, mi madre siempre me decía que los ojos de color eran más vulnerables a la luz que los de color marrón. Solté un sonoro suspiro. Mi madre… la extrañaba mucho. Una sonrisa melancólica se extendió por mi rostro, aún no había logrado superar su muerte. Aunque ya hayan pasado nueve largos años siempre recordaba aquel terrible instante como si fuera ayer.


    Moví mi cabeza de un lado a otro, tratando de olvidar aquellos recuerdos. Me regañe mentalmente y seguí el consejo que mi psicóloga me había dado: respirar hondo cuantas veces quisiera y observar con detenimiento el

    entorno en el que me encontraba tratando de centrar mi mente en otro lugar.

    Y así lo hice.

    Me quede observando el gran ventanal, atravesado por los brillantes y esplendidos rayos de sol. El amanecer era mi parte favorita del día. Ver despertar a la madre naturaleza con lentitud, admirando su belleza, escuchar la hermosa entonación de las aves… sentir el frio viento contra mi rostro.


    Si, como adoraba el amanecer. Un momento ¡¿Amanecer?! Grr no puede ser posible… ¡de nuevo se me hiso tarde!
    Pegué un gran salto de la cama al suelo. Posé mi vista en mi tocador buscando mi “hermoso” reloj para verificar la hora.


    8:30 AM.

    Me quede estática no podía ser cierto. ¡Me quedé dormida por más de una hora! Todo esto me pasaba por pasármela hablando con Eri. Con mi mano me di unos pequeños golpecitos en la cabeza… tonta, tonta, tonta.

    Dejé caer mi cuerpo en la cama. De seguro papá iba a matarme.


    Unos tímidos golpes se escucharon en la puerta… sin pensarlo me dirigí hacia ella y la abrí de un solo movimiento.

    -
    ¡Sango! , hola que bueno es verte de nuevo – ella era una de las sirvientas de la casa… bueno más bien mansión; somos amigas desde que las dos teníamos doce años, y ahora ya han pasado más de seis años y seguimos siendo amigas. Yo la quiero como a una hermana, ella me entiende, me comprende, y sobre todo me quiere por como soy y no por quien soy, como mis “supuestos” amigos de la universidad.


    Soltó una pequeña risa antes de responder.

    - Pero Kag, nos acabamos de ver el día de ayer- La verdad es que ya no lo recordaba últimamente todo se me olvidaba, hasta peinarme antes de salir… que mal.


    Puse mi mejor cara de “claro-que-lo-recuerdo”


    - Sip, aha… - traté de no mirarla a los ojos, era pésima mintiendo y más cuando tenía enfrente de mí a la persona.
    Fijé mi vista en sus manos en donde tenía sujetada un sobre azul cielo.


    - Humm… Sango no es por nada pero ¿has venido por algo en especial no? Claro a parte de saludarme – sonreí para que no pareciera tan nerviosa.


    Sango pareció sorprenderse de escuchar mí voz, no me había dado cuenta que se había quedado viendo un punto fijo antes de empezar con mi cara “claro-que-lo-recuerdo”.

    Movió de un lado a otro su cabeza haciendo despeinar un poco su flequillo perfectamente adornado con un listón plateado.


    - Oh ¡claro! Que olvidadiza soy – Creo que no eres la única – Vine porque esta mañana llegó una carta departe de su padre.


    Me sorprendí. No me esperaba una carta de parte de él, no sería extraño recibir cartas de las tiendas, o invitaciones a fiestas, hasta incluso cartas de mis cuentas bancareas pero ¿De mi padre?


    Lo único que siempre sabía de él es que estaba de viaje en reuniones “muy” importantes, y que tardaría un mes haya, luego pasaba el mes y ahora resultaba que se iba a otro lugar… ni siquiera se dignó a venir a mi fiesta de cumpleaños la semana pasada. ¡Cumplía dieciocho años! Y nah… es más importante su trabajo que mi cumpleaños, pero bueno ya me acostumbre.

    Por eso se me hiso extraño, bueno uno que otro día me manda e-mails diciendo “Espero y asistas a clases” “has tu tarea” “hola tardaré más tiempo en regresar” o sino sólo se digna a poner un Hola y Adiós. ¡Ja! Bonito papá el mío ¿no?

    Después de despedirme de Sango, me lancé a la cama y me acomode entre todas la almohadas, terminando en una posición rara: cabeza boca abajo, casi llegando al suelo, mi cuerpo tendido en la cama, y mis brazos extendidos hacia arriba con la carta en ellas para poderla leer bien.


    No tarde ni cinco minutos en leerla y comprender todo.


    ¿porqué? ¿porqué? Me levante de la cama y corrí hacia la ventana viendo como el sol se levantaba por encima de todas las nubes, tomándose su tiempo en subir y reflejándose en el grandioso océano de California.

    Me dejé caer en la silla más próxima, no sabía si me iba a desmayar pero era mejor prevenir que luego lamentar.


    - Debe ser una broma – susurré para mí .


    Y con la mirada volví a recorrer toda la carta. La aplasté con mis manos y la lancé lo más lejos posible de mí.

    Dejaría California para irme a vivir a Rumania.

    La ira creció en todo mí ser y las lágrimas no tardaron en salir.
     
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    siberian

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    Re: Lágrimas de Sangre

    Muy interesante el capitulo, verdaderamente q si. Debo admitir q tu historia me deja en intriga debido al titulo y se nota mucho la originalidad. Tienes algunos mínimos errores pero eso le pasa a cualkiera; bueno, en fin, me gustaría q actualizaras pronto y hagas mas largos los capitulos :D!
    Estaré pndiente d tu continuación ;)
     
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    Shezzi

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    Re: Lágrimas de Sangre

    Muchas gracias a Siberian y Minakoyatsu está conti está dedicada a ustedes espero y sea de su agrado, y perdon pero nose cómo hacer para que no se repita el post, si alguién sabe porfavor les agradecería mucho. sin más preámbulos aquí la conti.


    Capítulo 2:


    Al día siguiente todos estaban muy escasos de tiempo. ¡Hasta Sango! Todos iban y venían con cajas, pertenencias y … no recuerdo que más pero siempre llevaban algo en mano.

    Todos nos íbamos a Rumania y cuando digo TODOS son todos. Así de explícito fue mi padre en la carta, al parecer no quería contratar a personas desconocidas y por eso todos andaban como locos empacando sus cosas…¿y yo? Nah me daba igual, no pensaba mover ni un solo dedo para empacar mis cosas… ¡esto era una huelga!

    Después de salir de mis pensamientos a mi mundo exterior, me di cuenta que me había quedado parada en medio del pasillo en camino a… este… bueno en camino hacia algún lugar del que ahora no recuerdo.

    Y de nuevo todos iban y venían. Nadie se había percatado de mi presencia. Así que bueno me dije que si ellos empacaban ¿porqué yo no? … oh es cierto mi “huelga” pero ya daba igual mi papá era capaz de dejarme aquí sola.

    Suspiré.

    - Muy bien padre tu ganas – susurré para dirigirme a empacar mis cosas.


    Uno, dos, tres… ¿llegué a mencionar que le temo a las alturas? Mis manos ya dolían, pero era de esperarse mis nudillos ya estaban blancos a consecuencia de la fuerza que estaba aplicando en el asiento del avión. Mis Ojos se encontraban totalmente cerrados tratando de evitar mirar por las ventanillas y recordarme que nos encontrábamos volando a una gran altura. Cuatro, cinco, seis… lo único que me distraía era contar números, y eso sólo me hacia olvidarme sólo por unos instantes de en donde me encontraba.

    - Cálmate Kag, no es para tanto – dijo Sango – si vieras lo que estoy viendo te asombrarías – afirmó.

    Me sorprendí al escuchar a Sango, se me había olvidado que ella se había ofrecido a acompañarme en el asiento que me tocó. Mi boleto indicaba el asiento 1 A , mientras que el de Sango decía 22 C… hubiera sido un martirio para mí el haber quedado sola con dos lugares vacios a los lados. Que oportuna era Sango. Por eso la adoraba.

    - No creo que me hubiera asombrado – seguí en la misma posición sólo gire un poco mi cabeza para quedar viendo hacia su lado solo
    que no parecía lógico teniendo que cuenta que tenía los ojos cerrados – lo único que hubiera logrado sería:

    1º Haber vomitado todo mi desayuno en la ventanilla.

    2º Hacer trabajar más a las azafatas por mí culpa.

    3º pasármela el resto del viaje en el baño.

    Si, sería desastroso que eso pasara, solo cabía esperar a que Sango lo comprendiera.

    - Ohh… - susurró con una voz muy queda – entonces eso si que es grave – posó su mano sobre mi hombro para después seguir hablando – si necesitas algo, medicamentos, una almohada, alguna bebida, cualquier cosa solo dímelo y yo de inmediato llamaré a la azafata – sin necesidad de ver su cara, en su voz se notaba su extrema preocupación… preocupación por mí.

    Respire una, dos veces y abrí los ojos para encontrarme con la preocupante mirada de Sango.

    - Ya me siento mejor - le regalé una de mis mejore sonrisas llamada: “Estoy-bien-¡mira-sonrío!” – ya hasta se me fueron las nauseas – mentí.

    Por causas del destino que no me interesan saber, el avión pasó por una turbulencia ocasionando el extremo movimiento del avión de un lado a otro y mi estómago muy obediente siguió los mismos movimientos revolviéndolo aún más.

    Fruncí el seño. ¡¿Es que acaso seguía pagando el Karma?!

    - Ahora vuelvo – con una velocidad impresionante desabroché el cinturón de seguridad, de un solo salto me puse de pie y me dirigí corriendo por el pasillo del avión hacia el baño, en el trayecto me topé con dos azafatas obstruyéndome el paso.

    No baje la velocidad. En ese mismo instante adentro de mí estaba sufriendo una gran batalla entre mi estómago y yo. Sentía la fuerza en que el estomago propulsaba mí desayuno por mi esófago… era cuestión de segundos para que saliera. Les grité a las azafatas que se apartaran lo cual hicieron pero no antes de mirarme con gran confusión.

    - Lo siento, estómago delicado – y entré al baño.

    Las siguientes cinco horas que faltaban para llegar la pasé en el adorable frio suelo del baño acompañada por soledad y el inodoro.



    - ¡oh vamos no fue tan malo! – dijo Sango tratando de animarme.

    - ¡¿Qué no fue tan malo?! – vociferé , hasta después darme cuenta del tono que había usado con mí voz. Suspiré. – Lo siento mucho Sango es solo que no ha sido un muy buen día.

    - No, no te disculpes en todo caso la que debe disculparse es otra, debo entender que si te ha sido un muy mal día, pero descuida tengo la corazonada que a partir de este instante todo saldrá mejor. – En ese preciso instante el chofer que manejaba la limosina en que íbamos Sango y yo no bajo la velocidad y pasó un tope, ocasionando que todo mi cuerpo rebotara en el asiento y a consecuencia de eso mi cabeza chocara con el techo de la limosina.

    Cerré mis ojos, y me mordí lo más que pude el labio inferior para evitar que saliera un grito no deseado, mientras con las manos trataba de sobarme la parte adolorida de la cabeza intentando desaparecer en punzante dolor.

    - ¿Estás bien? – preguntaron en unísono Sango y el chofer Hoyo mientras los dos se giraban para verme.

    Solo me dediqué a levantar los dos dedos pulgares y regalarles una risa forzada, que al parecer hiso efecto porque dejaron de posar su vista en mí.

    Giré mi cabeza para tener una mejor vista de todo el panorama que íbamos recorriendo, por la ventana del automóvil, tratando de fijar mi mente en algún local, estructura o monumento que hubiera cerca. Pero en lo único que conseguí fijar mi mente fue en un avión que alcancé a distinguir a lo lejos, entre dos enormes edificios con miles de ventanas, y empecé a recordar lo que nos había pasado en el aeropuerto, bueno en teoría lo que me había pasado.

    Después de pasármela en el baño del avión aterrizamos en el aeropuerto internacional de Bucarest, Rumania. Debía admitirlo, el aeropuerto era lindo, lleno de cristales y algunas que otras franjas color doradas alrededor de los enormes ventanales. Pero al ir bajando del avión, el clima no me gustó para nada como el de California. Siempre con sol, viento cálido, pocas nubes en el cielo, y el grandioso aroma de la arena mojada.

    Bucarest era todo lo contrario. El sol apenas y se notaba de entre todas las nubes que cubrían el cielo. El aire no dejaba de soplar. Con un aire tan gélido, tan frio como nunca antes lo había sentido. ¡Y nadie me aviso del clima! Llevaba puesto unos shorts blancos, con una blusa Lacoste rosa sin mangas, y mis preciados par de tenis blancos. Mientras caminábamos hacia el aeropuerto, me di cuenta que Sango si iba vestida apropiadamente para este tipo de clima.

    - Tu ya sabías que en este país hacia frío, ¡y no me avisaste! – le reclamé a Sango.

    Mostro una mirada avergonzada antes de responder.


    - Lo siento, pero fue una orden de tu padre, se enteró que no acudiste a tu clase el día de ayer y me dijo que no te mencionara nada del clima – se hiso un prolongado silencio entre las dos mientras seguíamos caminando hacia el descargue de las maletas – perdón – paramos enfrente de la gran máquina que sobre ella yacían varias maletas de los diferentes pasajeros que tomaron el mismo vuelo que nosotras.

    - No te disculpes, debí de haberme esperado el castigo de mi papá – suspiré – era tu deber cumplir su orden – sonreí – aparte , no te preocupes, en mi maleta traigo varios suéteres , así que ¡manos a la obra! – dije mientras daba pequeños saltos y movía las manos para dar énfasis a las palabras.

    El aeropuerto quedo en silencio, mientras todas las miradas se enfocaban en mí. Creo que subí mucho la voz.

    - ¿Fue mucho énfasis? – le susurré a Sango mientras recorría con la mirada el aeropuerto viendo todas las personas que me miraban.

    - Fue mucho énfasis - afirmó y todos siguieron con sus actividades anteriores.

    Sango y yo nos quedamos al pendiente de nuestras maletas, ya solo faltaba una mía. Cuando saliera la agarraríamos y nos iríamos en busca del chofer de mí padre.

    - ¡Ahí está! – grito Sango apuntando con su fino dedo una de las esquinas de la maquina.

    - Iré por ella – empecé a correr en su dirección, tenía puesta la mirada solo en la maleta que no me di cuenta de la persona que se estaba cruzando en mí camino. Hasta que sentí el golpe.

    Caí sobre mi trasero, mientras que mis manos quedaron en ambos lados tratando de evitar más el golpe.

    - Ouch… - susurré mientras sobaba una de mis manos adoloridas, subí la mirada hasta la imponente figura que se encontraba enfrente de mí. Por extraño que parezca tenía su cabello de un tono muy plateado, de seguro teñido sin duda, sus ojos no podría decir traía puestos unas gafas de sol, ilógico con las enormes nubes afuera ocultando el sol. Sin embargo se notaba que tenía el seño fruncido, sus músculos tensos, y el muy patrón con los brazos cruzados ¡no se dignaba a pararme!

    Sí a esas íbamos.

    - Y tú qué esperas… ¡levántame tonto! – se inclinó de puntillas mientras en ese momento llegaba Sango corriendo.

    - ¡Kagome! ¿qué te pasó? – preguntó jadeando Sango, que totalmente ignoré su pregunta.

    - Mira niñita, a mí nadie me dice que tengo que hacer – dijo asiendo énfasis en MI – Si hubiera querido ayudarte ya lo habría hecho, pero, me llamaste tonto y ahora las cosas cambiaron – de un momento a otro se paro y se giró para darme la espalda – tengo cosas mejores que hacer que ayudar a levantar a una mocosa mimada. – empezó a caminar hacia otro lugar.

    - ¡mira que tú… no tienes modales, eres un grosero, y – ya no sabía que decir mi cerebro se había dado una buena sacudida con el golpe, y ahora ya no pensaba-

    - ¡ y el pelo teñido hace daño a la larga! – le grité.

    Sango me ayudó a pararme y cuando levante la vista el grosero estaba a unos cuantos metros volteado hacia mí.

    - Solo te voy a decir una cosa – dijo mientras de nuevo volvía a darse la vuelta y empezaba a caminar – quiero que quede claro que mi pelo es natural – y se fue.

    Me quede asombrada. ¿Eso era todo? ¿solo decirme que su pelo era natural? ¡ja! Realmente un tonto.

    Después de estar buscando por más de quince minutos al chofer, lo encontramos en un puesto de comida, lo que causo de mi parte una que otra risa. Hoyo era su nombre y trabajaba para mi padre ya desde hace cinco años. Y aquí es donde subimos a la gran limo.
    Una sacudida me sacó de mis pensamientos.

    - Kag, hemos llegado – sacudí la cabeza un poco, y me tallé los ojos con las manos. Rápido Hoyo abrió mi puerta y me tendió su mano para ayudarme la cual acepté. Al bajar quede asombrada y nerviosa.

    Una enorme casa se alzaba ante mis ojos y con ello una nueva vida por la cual comenzar.

    Suspiré por tercera vez en todo el día.

    - ¿vamos? – pregunto Sango,

    - Vamos – afirmé.
     
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    siberian

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    Re: Lágrimas de Sangre

    Me gustó mucho ste capitulos pues tienes una singular forma d narrar q me atrae. Pobre Kagome, la mala suerte la persigue no solo en mi fic (al cual, x cierto, te invito a q leas si kieres) sino q en el tuyo jajaja xD!!!
    Ese hombre del aeropuesto qn será....?? Inuyasha o Sesshomaru...? ya kiero saber y q publikes pronto el proximo cáp. Me dejaste intrigada :D
     
  7.  
    Shezzi

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    Re: Lágrimas de Sangre

    está conti va dedicada a Siberian y a las que postearon y se los borraron... aqui la continuación pero tengo que decir que está corta en esos momentos mi cerebro se había secado xD

    Cap. 3:

    - ¿Soy yo o siento que atraigo la mala suerte? –Le pregunté Sango, mientras movía la toalla de un lado a otro secando mi cabello.

    Se hizo un momento de silencio entre las dos. Yo seguía enfrente del tocador secando mi cabello y diciendo una que otra palabrota cuando mis brazos se dormían por la posición en que se encontraban, mientras Sango me estaba ayudando a ordenar mi ropa en los diferentes closets y cajones que se encontraban en la habitación.

    - ¿Sango? – giré mi rostro para poderla ver de frente, ella seguía doblando ropa y separándola en pequeños montones sobre la cama.


    - Es una noche muy bonita ¿no? – fruncí el ceño y me crucé de brazos, aunque no pude evitar mirar a través del gran ventanal. Debía admitirlo era una noche muy linda, muy silenciosa y calmada. Ninguna nube impedía el paso a las estrellas, esa noche la luna aclamaba su lugar… los árboles y el gran pastizal que se encontraban debajo del manto de la noche perdían su característico color verde para quedar entre un tono azul y negro. Hermoso.

    Moví la cabeza de un lado a otro, volviendo a centrarme en el tema que yo estaba tratando antes de caer en las mañas de Sango.

    Suspiré.

    - Está bien. No respondas a mí pregunta. – dejé la toalla en el tocador, y me levanté de la silla en donde me encontraba sentada. Con pasos lentos y vacilantes me dirigí hacia el ventanal de mí nueva recámara (que debía admitirlo, era muy bonita) Todo el paisaje se veía tan silencioso, como si presintieran algo, como si supieran miles de cosas que no pueden decir, como si sintieran miedo a la oscuridad…

    Un movimiento capto por completo mi atención. Era una sombra que se movía por entre los árboles, parando de vez en cuando para seguir moviéndose hacia algún punto. Abrí las puertas del ventanal, y salí hacia la tétrica noche caminando hasta lo que el balcón me dejaba. Entrecerré un poco los ojos para poder tener una mejor resolución de lo que estaba pasando ahí abajo a unos cuantos metros de mí. Porqué no es que estuviera tan lejos, sólo me encontraba en el segundo piso de la casa.

    Varios escalofríos recorrieron mi columna vertebral.

    Lo que sea que se encontraba ahí abajo corriendo de un lado a otro, moviéndose con una velocidad impresionante para ser humano, estaba causando muchos nervios y calosfríos en todo mi cuerpo.

    La sombra pasó por enfrente de la fuente, para dirigirse hacia uno de los árboles que se encontraba a unos cuantos metros del balcón en el que yo estaba.

    De improviso paró. Se quedo estático haciendo más difícil el que pudiera distinguirlo. Con esfuerzo lograba detectar los movimientos que hacía. Podía ver como su caja torácica se movía muy rápido, y como su cabeza se levantaba en mi dirección enfocando sus ojos en los míos.

    Me sorprendí. Sus ojos eran dorados, como dos soles al amanecer. Solté un grito al darme cuenta de aquello.
    Inconscientemente mis piernas estaban dando pequeños pasos hacia atrás, uno por uno dirigiéndose hacia las puertas de ventanal. ¿Qué rayos era eso?

    - ¿Estás bien?

    Y por segunda vez en menos de cinco minutos me volví a gritar, girándome para encarar a la persona que se encontraba tras de mí.

    - ¿Sango?

    - Sip, la misma – sonrió un poco pero al ver mí cara su típica mirada de preocupación regresó - ¿Estás bien? ¿Por qué gritabas?

    - Sango asómate a través de la barandilla del balcón y dime que es lo que ves.

    Sango se encogió de hombros, y caminó hacia la barandilla en donde se asomó un poco. Sin darme cuenta estaba tiritando, no podía dejar de ver esos ojos observándome con determinación, leyendo a través de mis ojos…

    - Bueno, lo único que alcanzo a distinguir ahí abajo es el árbol – afirmó Sango - ¡Oh Dios mío! ¿Sabes lo que significa eso?

    - ¿qué? – pregunté intrigada por su repentino cambió de voz, ella ¿Sabría que era esa cosa? ¿Era algún tipo de animal que se escapó del zoológico? ¿Me diría que no estoy loca y que fue verdad lo que vi?

    - Significa… - se acercó hacia mí con pasos rápidos, y se detuvo al quedar a un metro de distancia, se volvió hacia el árbol antes de hablar – significa que es de noche, que tienes sueño y no eres lo suficientemente sincera contigo como para aceptar que Morfeo te está hablando y lo estas ignorando– afirmó.

    Por mí cara cruzó un gran desconcierto, no era eso lo que me esperaba que respondiera pero, puede que tuviera razón y sólo imagine a la sombra entonces… ¡no estaba loca!

    - ¿Sabías que la palabra sincera proviene de la época del renacimiento en el que los escultores españoles llamaban a sus esculturas Sin Ceras cuando estaban totalmente perfectas? Con el tiempo la definición evolucionó ahora diciéndose a una persona sincera cuando no oculta nada. – sonreí al saber que las clases de historia si servían de algo, estaba tan orgullosa de mí cabeza.

    - Okey… esto se está saliendo de control y me estás asustando – Sango puso sus dos manos enfrente de ella para señalar con ese gesto alto, pero ¿alto a qué? ¿a mí? Nah… - creo que la falta de sueño te está afectando.

    Suspiré.

    - Creo que tienes razón. – dije para encaminarme de nuevo por las puertas del ventanal pero no antes de dar una última mirada al árbol en donde hace unos momentos creí ver unos ojos dorados.



    Al día siguiente creo que todo pasó normal. Desayuné sola como siempre porque mi padre se metía a su estudio y de ahí ya nadie lo podía sacar hasta en la noche y Sango nunca quería comer conmigo que porque eso no era lo correcto ella debía comer en la cocina.

    Resoplé.

    No era justo pero… ¿Qué era justo en esta vida?

    Con la cuchara empecé a jugar con mi Mititei se preguntarán ¿Qué es eso? Pues verán… mi padre contrató a un chef rumano, y siempre nos prepara comida típica de aquí de Rumania. Hoy en su menú tocaba el Mititei que son pequeñas salchichas asadas y condimentadas con hierbas aromáticas. Aunque a mí se me hace un nombre muy elegante para que sólo se refiera a salchichas…¿Qué les costaba sólo llamarlas salchichas asadas?

    Suspiré, como extrañaba California.

    Dejé la cuchara en el plato y recorrí la silla para poder levantarme. A penas eran las diez de la mañana y no iba a hacer nada hasta las tres de la tarde que es cuando Sango y yo nos vamos con Hoyo para recorrer toda la ciudad de Bucarest.

    Caminé con la mano puesta en la mesa del comedor recorriéndola cuando caminada hasta que llegó a su fin y mi mano regresó de nuevo a mí costado. Abrí las puertas del comedor para dirigirme al gran pasillo que llevaba al vestíbulo. Si no podía hacer nada por lo menos iba a recorrer toda la casa.
     
  8.  
    siberian

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    Re: Lágrimas de Sangre

    Muy bueno el capítulo. Gracias x dedicármelo :P
    Me pareció interesante esa "criatura" d ojos dorados; stoy comenzando a sospechas q se trata mas d Inuyasha q d Sesshomaru pero qn sabe....:P!! Tu historia va kda vez mejor y me gusta mucho la trama solo te diría q tngas un poco d cuidado con las tildes pero nada grave. En fin, staré sperando tu continuación ;)
     
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    Shezzi

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    Re: Lágrimas de Sangre

    Gracias a Siberian, y los que leen sin comentar.
    El siguiente capitulo está dedicado a: Siberian.
    ¡Espero te guste amiga!
     
  10.  
    Shezzi

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    Re: Lágrimas de Sangre

    Capítulo 4:

    Al principio, se podría decir, que todo parecía normal: amas de llaves caminando por los pasillos, mucamas, ¡hasta Hoyo! Que por cierto me recordó lo del viaje turístico del día de hoy.

    El problema ahora era que conforme caminaba, sin ningún rumbo en mente, los corredores de la casa parecían no llegara a tener un fin. Candelabros adornaban las paredes caoba, emitiendo una tenue luz con la flama que estas contenían en su interior. Todo lo hacía ver más tenebroso.

    Esta casa no me gustaba para nada. Se sentía tan gélida, tan fría… tan negativa. Pero antes debo decir que yo no creo nada del Feng-Shui ni nada por él estilo, es solo que lo lograba percibir. Nunca había sol a su alrededor, siempre se encontraba fría, y nunca he llegado a la necesidad de decir la típica palabra “hogar-dulce-hogar” en pocas palabras la casa me daba miedo.

    Seguía caminando sin tener en mente ningún destino, lo único que siempre veía era pasillos y más pasillos… ¿Desde cuándo ya no había puertas?

    Cuando empecé el “súper-recorrido-mansión-miedo” había puertas, y ahora…nada. Pared y más pared con uno que otro cuadro sobre ella y los candelabros. No había ninguna señal de una ventana o una puerta. Nada.
    Era una especie de laberinto, pero en este caso, sin un fin.

    Okey, lo acepto, estaba empezando a asustarme pero solo un poco… bueno estaba asustada.

    Mientras más avanzaba, parecía hecho apropósito, la flama que emitían los candelabros bajaba cada vez más de tamaño, haciendo más difícil el visualizar el camino que seguía frente a mis ojos.

    ¿Acaso me encontraba en una película de Scary Movie? ¿Me encontraría una televisión y saldría la niña del aro?

    Solté una risa nerviosa antes de seguir recorriendo la pared con las manos en busca palanca u orificio que me indicara que había una recamara escondida, porque, aún seguía pensando en la probabilidad de estar en una de esas películas de terror o sino voltear y encontrarme con la típica cámara de los programa de TV y que gritaran ¡caíste!... pero esa probabilidad cada vez era menor.

    Mientras más avanzaba más falta me hacia el aire; todo el aire de ahí era viejo, sucio, sin ninguna pizca de aire natural… había demasiado polvo ¿hace cuánto que no limpiaban?

    Mi respiración cada vez más se fue haciendo rápida, aire viejo salía y entraba de mi boca tratando de tomar la mayor cantidad posible de este.

    Me puse en cuclillas, para poder recargar la espalda en la pared. ¿Dónde estaba el aire cuando más se le necesitaba? En mí vista “panorámica” no veía nada más que pared, pared, puerta, pared, pared.
    Pero qué rayos… ¿una puerta?

    Entrecerré los ojos para poder ver con la poca luz que había por los pasillos, ¿acaso eso era una puerta? Era un rectángulo, un tono más claro que las paredes, un muy buen trabajo tallado en la madera con miles de espirales de las esquinas hacia el centro de la puerta, y lo más característico de una puerta: la manija.

    Ahora sí estaba segura que era una puerta.

    Con trabajos logré ponerme de pie sobre el suelo movedizo, ¿Desde cuándo era tan difícil caminar?

    Mi único objetivo en mira era la puerta, por extraño que parezca, mientras más me acercaba más fuerte me sentía.
    Entonces llegué a una simple fórmula: Yo­ ± Puerta= Salida.

    El suelo dejó de moverse, mi vista recuperó su calidad, mi coordinación mejoró, y el aire era cada vez más puro mientras más cerca de la puerta me encontraba.

    Suspiré al quedar de frente a esta, y a continuación posé mi mano sobre la manija de oro. ¿Qué sucedió después…? Eso es lo que me pregunto. Al tocar la manija una extraña energía recorrió todo mí cuerpo desde la planta de los pies, hasta la nuca.

    No podía pensar, no podía hablar, no podía moverme… mis parpados se cerraron inconscientemente y a continuación miles de imágenes inundaron mi cabeza.

    El ambiente era oscuro y frio, el sol no estaba las nubes tapaban sus cálidos rayos, el terreno en el que se situaba estaba destrozado: casas destruidas, árboles quemándose, el pastizal totalmente quemado, la tierra partida a la mitad. Sobre el techo de una casa en pie una joven yacía sentada sobre este, su vestidura totalmente de negro con un vestido delicado, unas tétricas alas negras se asomaban por detrás de su espalda, su pelo azabache seguía el compás del gélido frio, su boca totalmente pintada de negro mostraba una sonrisa sádica, giró su cabeza en dirección a donde yo estaba…

    La imagen se desintegró para quedar sobre otro paisaje. Este al contrario del otro era más tranquilo, lleno de paz. Era un campo, repleto de árboles, rosales, el extenso pastizal… la misma joven yacía sentada debajo de la enorme sombra de uno de los miles de árboles presentes. Traía un simple vestido azul cielo, sin las alas, sin su tétrico vestido negro, sin la sonrisa sádica…
    Su pelo recogido en un simple moño blanco sobre su cabeza, unas simples balerinas cubrían sus pies del pasto, sus manos sostenían con fuerza un collar… un corazón negro…

    De nuevo todo cambió, ahora era un cuarto. Una oficina para ser más exactos, sobre uno de los tres sofás yacía un joven acostado sobre este, los brazos cruzados sobre su enorme tórax, un increíble pelo plateado yacía alrededor de él, hablaba con alguien…

    Después de eso las imágenes se volvieron imprecisas, oscuridad, unos ojos dorados, la misma joven llorando, el corazón negro… mí padre a pareció en una de ellas hablando con la joven del corazón negro, al girar esta su cabeza… era yo.

    Abrí los ojos para encontrarme con la misma puerta, todo estaba borroso a causa de las lágrimas que impedían el paso de las imágenes.

    Mi cabeza dolía, mis ojos ardían, mis piernas pesaban… mi alma lloraba.

    Me dejé caer de rodillas ante la puerta, estaba tan confundida, no entendía nada… las lágrimas resbalan por entre mis pómulos, algunas parando en el camino para después secarse, otras cayendo de mi cuello hacia el
    interminable suelo.

    Un gran escozor recorría toda la parte frontal de mi tórax, el dolor se fue intensificando hasta situarse entre los omoplatos. Cerré los ojos con fuerza mientras gemidos escapaban por entre mis labios.

    Suspiré, el dolor había pasado dejando a cambio una gran paz y tranquilidad. Bajé la mirada por debajo de mi cuello para visualizar la zona antes adolorida.

    Solté una gran exclamación.

    Una cadena de oro yacía atada a mi cuello, dejando al descubierto el dije que colgaba de esta…

    Un corazón negro.
     
  11.  
    siberian

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    Re: Lágrimas de Sangre

    *aplausos* Este capítulo no fue bueno..... FUE EXCELENTE! La forma en q lo narraste me hizo sumergirme en la historia e imaginarme todo lo q narrabas; simplemente me pareció un excelente capítulo. Me pregunto xq razón Kagome no conseguía encontrar una puerta o.O... habrá sido solo un sueño o alguna resaca? (jajajaja xD) Espero el proximo capítulo con ansias xq has mejorado mucho en tu forma d narrar y sta historia -la cual es muy original- stá demasiado interesante y me llena d intrigas. Tambn muchas grax x dedicarme el capítulo... me siento imxtante *-* (xD) En fin, staré pndiente d tu continuación ;)
     
  12.  
    SangoHanyou

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    Re: Lágrimas de Sangre

    Woooowwww... Me dejó confundida este último capítulo... me parece muy muy interesante tu historia...
    La verdad es que hasta yo sentí miedo cuando Kagome iba caminando sin rumbo por los pasillos... pero ese me hizo seguir leyendo... tienes una forma de escribir muy intrigante y original... Será Inuyasha el chico de cabellos plateados..? Yo creo que sip... igual tendré que esperar para saber...
    Ojala y actualices pronto... para no tener que vivir con esta intriga...
    Saludos... me despido...

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    SangoHanyou
     
  13.  
    Mina Guk

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    Re: Lágrimas de Sangre

    ¡¡¡MIAU!!! me encanto tu conti me dejo en suspenso, y perdoneme si no te he posteado, esk no he tenido tiempo pero como ya estpy de vacasiones ya me di un tiempo pare seguir tu ff, espero tu conti, y alparecer cada vez mejoras mas, te deceo un buen dia
    sayo
     
  14.  
    Shezzi

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    Re: Lágrimas de Sangre

    Capítulo 5:

    Raro. La mejor palabra para describir todo el acontecimiento sucedido. Todo lo que sucedió parecía sacado de una película de miedo ganadora de un Oscar.

    Y ahora la extraña piedra de cuarzo negro, se sentía ajena a mí piel. Por más que le daba vueltas y vueltas tratando de descifrar su significado… nada, lo que tenía ante mis ojos era una piedra de cuarzo negro sin ningún
    defecto de fábrica.

    Después de ver todas aquellas imágenes – sin sentido – en mi cabeza, ahora parecía querer explotar en cualquier momento, sentía cómo me latía la cabeza, Bum, Bum, Bum, era como tener un corazón integrado en el interior del cerebro. Era algo totalmente loco.

    Subí corriendo hasta mí recámara, ¿Me creerían qué todo eso de las imágenes, el corazón… se llevó más de dos horas? Eran las 12:05 y quedamos de vernos en el vestíbulo a las ¡12!

    Mis piernas automáticamente se dirigieron al armario, para ir sacando montones y montones de ropa. Me mordí el labio inferior al ver todo el desastre que había hecho en la recámara, ropa y más ropa por todos lados donde mirase.

    Moví negativamente la cabeza por un momento, hasta que entre en razón y me di cuenta que nada más estaba perdiendo el tiempo.

    Corría de un lado a otro, levantando unas que otras blusas, las observaba para luego volverlas a aventar e ir por las siguientes.

    Y paré. Suspiré por un largo momento. ¿Es qué a caso me estaba volviendo loca? Nada más agarré un bolso de Abercrombie, y puse dentro las cosas que creía necesarias para el recorrido-Bucarest.

    Mientras caminaba por los pasillos y bajaba las escaleras, fue el momento en el qué me pregunté ¿Porqué rayos empecé a buscar ropa, si ya estaba lista desde la mañana?

    - Porque ahora tu mente está cambiando… para siempre. – susurró una voz sádica y tenebrosa, que en mi opinión salió del corazón negro.




    - ¡Ya estoy aquí! – grité para luego patinar sin querer en el deslizadizo suelo del vestíbulo y caer sobre mí hermoso trasero. Fruncí el ceño. – No vuelvo a correr con zapatos de tacón. – mascullé más para mí que para cualquiera.


    Estiré un poco mi falda, y la sacudí un poco, sólo para asegurarme de que no se había llenado de nada.

    Y ahora que recorría con la mirada toda la estancia, ¿Dónde estaban todos?

    Yo era el único ser humano presente en aquel extraño vestíbulo, repleto de miradas que parecían no querer perderme de vista, podría jurar que mientras observaba un cuadro de una señora con ojos totalmente negros como el carbón, un perro comenzó a aullar.

    Varios calosfríos recorrieron mi columna vertebral. ¿Es qué acaso había un complot en mí contra?

    - Necesito hablar contigo.

    Me sobresalte, mientras al mismo tiempo giraba sobre los talones para encarar a aquella persona que había puesto una mano sobre mí hombro.

    - ¿Padre? – Pregunté con cierto desconcierto

    - ¿Quién sino? – Respondió con cierta ironía.

    Le sonreí, y para mi sorpresa, mi padre también me correspondió.

    - ¿A qué se debe tanta felicidad? – preguntó.

    - No muy seguido se puede apreciar tu sentido del humor. – le sonreí. – Y también, no muy seguido, o lo siento corrijo, nunca me sonríes. – sonreí todavía más.

    Quitó la sonrisa que hace unos minutos se encontraba en su cara, para dejar a cambio su típico rostro inexpresivo, mientras su mirada recorría mi rostro de hito en hito para posarse en mi nuevo collar, que hace unas horas ni siquiera sabía de su existencia.

    - ¿De dónde has sacado eso? – Su ojos eran igual de fríos como témpanos de hielo, al igual que se voz, salió fuerte y demandante.

    Claro padre veras, hace unas horas no encontraba ninguna puerta, y sin mencionar que el aire no era suficiente en ese pasillo. Toqué una puerta en el que misteriosamente me mostró imágenes sin ningún sentido para mí, al acabar dirigí la mirada hacia mi cuello y Vòila he aquí este misterioso corazón negro de cuarzo.” – pensé.

    - Lo compré en un local del aeropuerto. – mentí. – descuida no costó una fortuna. – reí nerviosamente.
    Gruñó en señal de asentimiento.

    - Sígueme. – y emprendió su camino por entre los misteriosos cuadros, vigilando cada paso que dábamos mi padre y yo.


    El silencio era sepulcral en la oficina de mi padre, él, sentado en su imponente escritorio leyendo con concentración unos papeles situados en el centro de su mesa de trabajo, yo, sentada frente a él, moviendo nerviosamente las manos entre sí, dirigiéndole la mirada de él a mis manos y de mis manos a él. ¿Es qué no planeaba hablar?

    Suspiré con exasperación.

    - ¿Para qué necesitabas hablar conmigo? – despegó la mirada de sus hojas para posarla en mí, dándose por fin cuenta de mi presencia.

    Carraspeó.

    - Te he conseguido un tutor. – dijo con suma tranquilidad, dejando flotar en el aire las últimas palabras.

    Un tutor. Uhmm… ¿Un tutor para qué? No lo necesito si voy a asistir a la escuela.

    - ¿Un tutor? ¿Para ti? No es por ofender, pero no creo que puedas aprender más. – moví la cabeza en asentimiento.

    Me levanté y me acerqué a su escritorio. – Aquí entre nos, ya estas ruco. –susurré con una sonrisa implantada en la cara.

    Arqueó las cejas hasta que se ocultaron por entre el cuero cabelludo. Para luego soltar las carcajadas que se estaban ya juntando en su estómago.

    Fruncí el ceño. ¿Qué era lo chistoso? Giré la cabeza hacia un lado y luego hacia el otro en busca de cualquier objeto o persona que fuera el responsable de su – fastidiosa – risa.

    Al no encontrar nada, me crucé de brazos.

    - ¿De qué te ríes? – Le espeté en la cara.

    Poco a poco su risa se fue calmando, hasta quedar en un volumen apenas perceptible por mis hermosos oídos.

    Levantó las manos para limpiarse las lágrimas que habían logrado salir de sus parpados, suspiró, juntó sus manos encima de su escritorio – su típica postura – y me dirigió la palabra.

    - Me rio de lo que has dicho. – abrí la boca con intensión de reclamarle, pero él se adelantó e hiso que mis palabras se perdieran en el silencio. – No es para mí el tutor que he contratado, es para ti.

    Abrí la boca de nuevo, pero después de un momento la cerré precipitadamente. ¿Un tutor para mí? La chica con mejor promedio en la escuela pasada, con miles de concursos de conocimientos ganados, con emblemas y diplomas, ¿Necesito un tutor?

    - Padre, creo que te estás equivocando de persona. –afirmé con cierto aire de superioridad. – Y creo que me tengo que ir, he quedado con Sango y Hoyo hoy para ir por un tour-turístico por toda Bucarest.

    Mi padre negó con la cabeza, y echó su cuerpo hacia atrás para recargar completamente su cabeza en el respaldo del sofá.

    - Lo he cancelado.

    - ¿Qué? – le dirigí una mirada de total desconcierto, mientras él seguía con su semblante tranquilo, sin ninguna expresión. - ¿Por qué has hecho eso?

    - Necesitaba presentarte a tu tutor.

    - ¿No podrías haber esperado para más tarde? No sé… ¿Después de qué llegáramos? ¿Era tan importante?

    Dirigió su mirada hacia mi collar, para después vacilar un poco, y por fin mirarme de nuevo a la cara.

    - Sí. – Afirmó.

    Abrí completamente la boca por la sorpresa, no cabe duda que mi padre es un completo “controlador-de-vidas-privadas”

    - ¿Sabes qué?

    - No.

    Rolé los ojos, para después seguir con mi pose de enfado.

    - NO voy a tener un tutor, NO voy a cancelar mí tour por tú culpa, NO voy a perder más mí valioso tiempo contigo y… - carraspeé un poco para después bajar a un tono más normal de voz. – No veo la necesidad de contratar al tutor, ¿Es qué no has visto mis calificaciones? Tengo entendido que la escuela te las mandaba por…

    - Las he visto. – interrumpió. – Y tengo que admitir que son muy buenas…

    - ¿Pero…? – lo incité a seguir.

    - Pero… - dijo – no sabes hablar rumano.

    Si mi boca había llegado a estar abierta antes, ahora formaba un ángulo de 360º … ¿Por qué nunca nadie me dijo que en Rumania se hablara rumano?

    Oh… bueno retiro lo dicho, creo que lo debía sacar por lógica, pero ¿es qué no pueden hablar inglés?

    Cerré la boca, me puse derecha, levanté la barbilla y no deje que mi ego callera tan bajo.

    - Padre, puedo aprender por mí misma. Hoy empezaré en cursos de internet, y te vas a quedar sorprendido cuando lo domine. – Giré sobre los talones, para darle la espalda a mí padre y dirigirme a la bendita puerta. – Así que con su permiso, yo me voy.

    Caminé sin dirigir siquiera una sola mirada hacia atrás, eché mi pelo hacia atrás con un rápido movimiento, y abrí la puerta para dirigirme a mi recámara.

    Con pasos rápidos y determinados avancé por entre la puerta, para no dar ni unos dos pasos y chocar contra una…
    ¿Pared? Desde cuándo las paredes cambian de sitio.

    Levanté la vista para ir recorriendo un “gran” cuerpo y toparme con unos – extrañamente – familiares ojos dorados.

    - Kagome. – dijo mi padre pasando a lado de mí y situarse a lado de esa extraña figura. – Este es tu nuevo tutor.

    La figura extendió una mano en mí dirección. Una media sonrisa recorrió su cara, llenando de un extraño brillo sus tan inquietantes ojos.

    - Hola, soy tu nuevo tutor. – dijo – Taisho. InuYasha Taisho a sus órdenes.
     
  15.  
    siberian

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    Re: Lágrimas de Sangre

    O.O!!!!!!!!!! Por qué demonios lo dejaste en ese preciso momento?!?!?!?, me kieres hacer sufrir, lo sé ToT

    Me gustó DEMASIADO ste capítulo. Narras d una manera única y muy fluída y correcta... solamente noté poco errores con las tildes pero nada q no se pueda arreglar. Por lo demás, todo perfecto y me gustó mucho la forma "dramática" en q Kagome abandonó el despacho del papá... creo q es muy exagerada xD!!...
    También me causó gracia:

    ¿Por qué nunca nadie me dijo que en Rumania se hablara rumano?

    Que pregunta más tonta!! xDxDxD Me mató d risa eso... En fin, staré pendiente d tu continuación y grax x avisar :D
     
  16.  
    SangoHanyou

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    Re: Lágrimas de Sangre

    Me gustó mucho... Me estoy volviendo fanática de la forma en que escribes... es muy correcta y expresiva...
    Jaja... esa Kagome... es siempre igual... me gustá la forma en la que le diste su personalidad...
    Por fin apareció Inuyasha... de aquí las cosas comenzarán a ser un poquito más divertidas verdad... me parece que se la van a pasar peleando... como siempre... jeje...
    en fin... sin más... me despido... ojala actualices pronto... Besitosss...
    :ANYWORD:
     
  17.  
    Shezzi

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    Re: Lágrimas de Sangre

    Siberian: ¡Gracias por comentar! ¡Ja Ja! amí también se me hiso muy dramática la salida de Kagome, pero tenía que ponerlo, me gustan las salidas dramáticas xD. ¡Lo sé! una pregunta boba pero, querí dar un poco de comedia a ese capítulo n.n

    SangoHanyou: ¡Gracias por comentar! Sí, tuve que cambiar la personalidad de Kag para dar mayor atracción al FF, ja, pero al parecer me he obsesionado con esta nueva personalidad, n.n, enserio realmente me subes el animo. ¡Gracias!

    Minakoyatsur: ¡Gracias por comentar! jaja me has matado de la risa. xD. ¿Enamorada de mi FF? ¿Y hasta con padre y anillos? ¡Ja Ja! enserio matas. Muchas gracias por seguir leyendo este FF, realmente tomo muy encuenta tu post al igual que el de las demás, gracias.


    ¡Realmente estoy muy apenda con ustedes, ¡más de un mes sin actualizar! y me van a matar por la miseria que les voy a dejar de cap. es sólo una primera parte de todo el capítulo, pero es muy corta, pronto pondre las demás partes.



    Capítulo 6



    Por lo menos, era lindo. Altos pómulos retocando su fina cara, con unos carnosos labios bajo su recta y pequeña nariz, ojos que ya no parecían tan especiales, si mal no recordaba el no era el único con ojos dorados ¿A caso no contaba el de la otra noche? ¿O era él…?


    Era lindo, ¡sí! Por Dios era todo un Don Juan, pero soy autosuficiente y no voy a dejar que alguien más me enseñe rumano. Yo puedo sola.


    - Ahh… hola. – Le dirigí un leve asentimiento de cabeza y después de eso deje que el silencio de prolongara, no
    pensaba presentarme ¡Ni loca!


    De soslayo pude apreciar la figura de mi padre, me dirigía una mirada de desaprobación y enojo, su ceño se encontraba totalmente fruncido, pobre de por sí que ya tenía arrugas…


    Mi padre suspiró y se giró hacia Inuyasha.


    - Perdónala, desde que estuvo viviendo en California los pocos buenos modales que tenía, desaparecieron para dejar a cambio esto. – me señaló con la mirada.


    Bufé.


    - Papá, has ofendido mis sentimientos, creo que voy a llorar. – ironicé, a lo que él me ignoró, aunque no pasó desapercibida una media sonrisa que recorrió la cara de mi “tutor” para luego hacerla desaparecer al percatarse
    de mi mirada.


    - Inuyasha, ella es Kagome, mi hija.


    Inuyasha fijo su mirada en mí, me estudió por un momento para luego posar su mirada en el corazón negro…¡¿Qué rayos se traían contra mi collar?! Aceptaba que estaba pasado de moda pero… no era para tanto.


    - Mucho gusto, Kagome. – dijo Inuyasha.


    - Idem.


    Y de ahí ya nada interesante pasó. Mi padre e Inuyasha se fueron a quién sabe dónde, no me preocupaba a dónde fueran, y yo… tendría sí o sí mi Tour-Bucarest. Ok, tendré que ir poniendo manos a la obra, para ir ideando el súper plan: “Adiós-casa-hola-Rumania”, aunque de algo sí estaba segura, esto no tendría ni una sola pisca de fácil.
     
  18.  
    siberian

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    Re: Lágrimas de Sangre

    Bueeeeenooo.... realmente pnsé q nos habías dejado o simplemente te dejó d gustar scribir y lo ibas a dejar inconcluso :(:(:(...... PERO NO FUE ASI!!!! :D:D:D!!!!
    Jejeje, bueno a tu fic: me parece interesant como va pero realmente no hay mucho q decir pues podríamos llamarlo "capítulo de relleno" ya que no mostraba casi nada que fuera TAN importante a excepción de lo extraño que fue q Inuyasha haya fijado su vista en el collar o.O
    Estaré pendient d tu continuación pues es uno d mis favoritos (finalmente uno no tan lleno d romanticismo y con más suspenso!!!!) Jejeje tngo mente retorcida xD!
    Ojalá actualices pronto ;)
     
  19.  
    Shezzi

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    Re: Lágrimas de Sangre

    ¡Tiempo sin pasarme! Ya hasta estaba cerradito, pero y aquí les dejo el capítulo 6 completo. Perdón por no pasarme antes, tenía unos cuantos problemillas pero ya pasó. ¡Gracias a Siberian por siempre estar al pendiente de este FF! Este cap. va dedicado a ti. n.n

    Capítulo 6:

    Por lo menos, era lindo. Altos pómulos retocando su fina cara, con unos carnosos labios bajo su recta y pequeña nariz, ojos que ya no parecían tan especiales, si mal no recordaba el no era el único con ojos dorados ¿A caso no contaba el de la otra noche? ¿O era él…?
    Era lindo, ¡sí! Por Dios era todo un Don Juan, pero soy autosuficiente y no voy a dejar que alguien más me enseñe rumano. Yo puedo sola.

    - Ahh… hola. – Le dirigí un leve asentimiento de cabeza y después de eso deje que el silencio de prolongara, no pensaba presentarme ¡Ni loca!

    De soslayo pude apreciar la figura de mi padre, me dirigía una mirada de desaprobación y enojo, su ceño se encontraba totalmente fruncido, pobre de por sí que ya tenía arrugas…

    Mi padre suspiró y se giró hacia Inuyasha.

    - Perdónala, desde que estuvo viviendo en California los pocos buenos modales que tenía, desaparecieron para dejar a cambio esto. – me señaló con la mirada.

    Bufé.

    - Papá, has ofendido mis sentimientos, creo que voy a llorar. – ironicé, a lo que él me ignoró, aunque no pasó desapercibida una media sonrisa que recorrió la cara de mi “tutor” para luego hacerla desaparecer al percatarse de mi mirada.

    - Inuyasha, ella es Kagome, mi hija.

    Inuyasha fijo su mirada en mí, me estudió por un momento para luego posar su mirada en el corazón negro…¡¿Qué rayos se traían contra mi collar?! Aceptaba que estaba pasado de moda pero… no era para tanto.

    - Mucho gusto, Kagome. – dijo Inuyasha.

    - Idem.

    Y de ahí ya nada interesante pasó. Mi padre e Inuyasha se fueron a quién sabe dónde, no me preocupaba a dónde fueran, y yo… tendría sí o sí mi Tour-Bucarest. Ok, tendré que ir poniendo manos a la obra, para ir ideando el súper plan: “Adiós-casa-hola-Rumania”, aunque de algo sí estaba segura, esto no tendría ni una sola pisca de fácil.


    ,,..::::..,,

    Bueno cuando decidí realizar mí tour Bucarest creí que sería fácil, ok, 50% fácil y el otro 50% difícil. Pero después de tomarme toda una hora para salir de casa, rebajé mi 50% de fácil a un 25% ¿Quién iba a creer que papá tendría tantas personas cuidando de la casa (y de mí)?

    Moví un poco las ramas del arbusto en el que me encontraba escondida, recorrí con la mirada el extenso jardín que aún me faltaba por recorrer hasta el portón, rayos, era más extenso de lo que creía. Frente al portón un hombre de seguridad caminaba de un lado a otro, era tan hipnotizador el método que utilizaba para vigilar:

    Paso – paso – para – vuelta – paso – paso – para.

    Juro que yo iba susurrando cada paso mientras él lo interactuaba, una y otra vez, sin perder el ritmo. Moviendo sincronizada mente la cabeza conforme sus movimientos. Paso, paso, para, vuelta… ¡Qué rayos estoy haciendo!, moví bruscamente la cabeza para así continuar con el plan.

    Últimamente copiaba mucho las acciones de mis películas y libros favoritos, y la única que se me vino a la mente al pensar “Escapar” fue una roca. Una simple y mediana roca que se encontraba justo junto a mi rodilla. Esa roca que sería mi pase de salida.

    La roca contra mi mano se sentía pesada, moví solo unos pocos segundos el brazo calentándolo, y… la lancé. Utilicé la mayor fuerza que pude aplicar y esta iba a medio camino del jardín, volando, yendo hacia la persona de seguridad. La roca perdió vuelo y chocó contra el portón. Contra mí salida.

    Muchas veces creerás que lo que pasa en las películas o libros puede surgir efecto en la vida cotidiana. Cómo ser de repente una gran maestra de la cinta negra, o tener super-poderes de la nada, o como en mí caso lanzar una roca para distraer al guardia. Temo decir que el día de hoy, yo, Kagome Higurashi, descubrí que eso sólo sucede en las películas.

    Al chocar la roca, el de seguridad se giró en mi dirección. ¡No se suponía que debía voltear hacia mi lado! Según mi plan debía voltear hacia el lado contrario y así podría salir en su momento de distracción. Fue ahí cuando me juré nunca más creer en las películas.

    Caminó a paso rápido hacia los arbustos en los que estaba, busqué alguna salida por la que poder esquivarlo, ¿Por qué todo tenía que salirme mal? ¿Es que a caso no se puede disfrutar de un momento en paz?

    - ¡Hey! ¿Quién está ahí? – dejé de respirar, mientras esperaba a que se acercará más. – Salga en este mismo instante y prometo no
    hacerle nada. – si claaaaro, y Britney Spears es mi hermana.

    Conté 1, 2, 3… y salté de los arbustos en el momento exacto en el que el guardia se encontraba hurgando entre ellos. Di unos cuantos pasos pero antes de echar a correr regresé de nuevo a los arbustos y me limité a empujarlo. Cayó de cabeza en los arbustos y eché a correr hacia mi salida.

    - ¡Código rojo, código rojo! – gritó el guardia, supongo que a su radio, traté de fingir que no escuchaba cuando se estaba poniendo en pie. - ¡Número 1 escapa, repito, número 1 escapa! - ¡Bah! Ellos y sus códigos raros.

    De la radio regresó una respuesta, pero, estaba ya demasiado lejos como para poder entender bien las palabras. El portón se alzaba ante mis ojos, no tenía tiempo de pensar en cómo pasarlo. Troné los dedos, y escalé el portón. Recuerdo cuando papá decía que las clases de alpinismo no me servirían de nada, y ahora, como deseaba que papá me viera en este preciso momento (Bueno en realidad no lo deseaba).

    Salté del portón hacia el otro lado en un ruido sordo. Y corrí. No podía tomarme el tiempo de respirar porque estaba más que segura que en un momento u otro me atraparían. Ni si quiera sabía en qué punto de la ciudad me encontraba, rayos, ni si quiera estaba segura de que esto fuera Bucarest. ¿Cómo iba a saber que tendría que hacer mi tour sola?

    Pasaba casas y más casas, aunque más bien se podría decir que eran mansiones y más mansiones. Tardaba varios minutos corriendo en acabar de ver el largo de una casa. Llegué al límite de la calle. Observé ambos lados de la avenida, para ser las tres de la tarde no estaba muy transitada, me imagine que no era una avenida a la que recurrieran mucho los ciudadanos.

    Suspiré lenta y pesadamente y continué corriendo.

    Honestamente si alguien me preguntara en este preciso momento: ‘Hey, Kagome ¿cuánto tiempo llevas corriendo?’ fácilmente le respondería: ‘Uh… esa es fácil, ¡No lo sé!’

    Después de estar segura que me encontraba lo bastante lejos de casa, dejé de correr y caminé. Caminé lentamente observado la estructura de los edificios, los locales, sus centros turísticos. Era difícil poder decir cómo se llamaba alguna estructura importante, y bueno eso era lógico teniendo en cuenta que no había investigado nada sobre Bucarest, ni si quiera había abierto un folleto.

    Llegué frente a un parque y paré mi caminata. Era hermoso en varias formas. En California, claro que había parques y todo, pero nunca en mi vida había visto un parque de semejante tamaño. Por donde quiera que mirara era ver árboles y más árboles, y unos que otros juegos para los niños. A lo lejos se alcanzaba a apreciar un pequeño lago inundado del sonido de varias aves.

    Con una sonrisa en el rostro caminé hacia el lago. Mamá y yo acostumbrábamos a ir cada fin de semana al lago de California y hablar sobre la vida. Era genial, en simples palabras, mamá y yo, frente al lago, a la luz de un maravilloso atardecer.

    Caminé hasta el límite del lago y me senté frente a él. El aire formaba varias ondas logrando un efecto extraordinario con la poca luz del sol. Las aves pasaban revoloteando sobre el lago, buscando un nuevo árbol para dormir, los patos nadaban de un lado a otro siempre a acompañados con uno o dos más de su especie.

    Estaba en una especie de transe que nunca me percaté de la presencia que yacía a tras de mí

    - ¿Bonito no crees?

    Y todo encanto se rompió.
     
  20.  
    Shezzi

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    Re: Lágrimas de Sangre

    Aqui les dejo una pequeña parte del cap 7, aun lo sigo escribiendo, pero se los pongo para que vean más o menos de que va a tratar todo esto.

    Capítulo 7

    Lentamente giré el cuerpo. Aunque había escuchado pocas veces esa voz, de hecho, solo había escuchado esa voz dos veces, podía decir hasta con los ojos cerrados de quién era.

    - No creíste que te escaparías tan fácilmente de tus clases ¿verdad? – se sentó a lado de mí, su mirada sobre el lago.

    - ¿Quién dijo que me escapaba de tus clases…? Uh… ¿Cómo te llamabas? – lo sé algo tonto, y si, si recordaba su nombre, pero, me caía mal. ¿Por qué? No lo sé.

    - I-nu-ya-sha. – dijo lentamente. – Haber repite conmigo, I-nu-ya…

    - ¡Ya! Lo tengo, Inuyasha. ¿Feliz? – gire la cara y lo vi a los ojos. Tengo que aceptar que me sentí desilusionada al ver que traía lentes oscuros. Como…- Oye, eres el del aeropuerto – afirmé. - El que me dijo mocosa mimada.
    –crucé los brazos y de nuevo observé el lago.

    Los patos se habían ido al otro extremo, que listos, hasta yo lo hubiera hecho con la llegada de Inuyasha.

    - Bueno, me ordenaste levantarte y me dijiste tonto. Creo que aquí la persona que tuvo la culpa fuiste tú. ¿No podrías ser más amigable?

    - No

    - Uff, enserio no te canses en tratar. – ironizó.

    - Ja Ja, que chistosito. – inconscientemente llevé mi mano hacia el dije de corazón negro y comencé a moverlo.

    El silencio se propagó entre nosotros, observábamos el lago. La calma que podía hacer sentir un lugar. Hermoso.

    - Kag, ¿Te puedo decir Kag?

    Me encogí de hombros.

    - Así suelen llamarme todos.

    - Muy bien. Kag, ¿Por qué huiste de casa?

    - ¿Huir? Yo no huí, solo, me salí de casa sin permiso. ¿Sabías? Papá canceló mi tour por tú culpa. – el sol quedó completamente oculto bajo las nubes, el aire estaba llenó de humedad, aspiré una vez más el olor. Se venía una tormenta y de las feas.

    - Pero creo que tendrá que esperar. – me levanté de un salto y sacudí mi ropa. – Bueno, Inuyasha, fue un gusto hablar contigo pero me tengo que ir.

    - Adios. – Dijo tranquilamente. – A dónde sea que vayas.

    Caminé hasta el final del parque hasta llegar a la calle. Giré la cabeza de un lado y luego del otro. ¿Por dónde había llegado? Fruncí el ceño, y observé detenidamente la calle. Había llegado por el lado derecho… ¿o izquierdo? Suspiré con frustración y regresé al lago.

    Inuyasha seguía observando sin parpadear el lago. Se veía tan relajado y tranquilo… su cara estaba completamente sin expresión alguna, solo, tranquilo.

    - Me estás observando. – giró la cabeza en mi dirección. - ¿Por qué?

    - No te estaba observando. – negué. – Es solo que… tu cabello está bonito. – Fue lo primero que se me ocurrió.

    Bufó.

    - Enserio chica, no eres la primera que lo dice. Pero lo aprecio.

    Me mordí el labio varias veces, caminaba de un lado a otro. ¿Cómo decirle que no se regresar a casa?

    - Solo pídelo.

    - ¿Qué?

    Todo este tiempo Inuyasha había estado observando mi disputa interior. Me propuse aprender a hacerlo más disimuladamente, para otra ocasión.

    - Solo dime que estás perdida y que quieres que te lleve a tú casa.

    - Yo no… - Me observó fijamente, aunque él tuviera lentes era intimidante. Suspiré. – Sí, estoy perdida y quiero que me lleves.

    - Di las palabras mágicas.

    - Ohh… - fruncí el ceño pensando. - ¿Ábrete sésamo?

    Una media sonrisa se extendió por su rostro.

    - Enserio, Kagome, no sé si eres o te haces.- negó con la cabeza. – Solo di: Por Favor.

    - Ahh… esas palabras, Pero tú sabes ¿no? Que sí sabía solo que… olvídalo. ¿Podrías llevarme a mí casa por
    favor?

    Sonrió abiertamente.

    - Solo estaba esperando a que lo pidieras.
     
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