Lágrimas De Sangre... (Atrévanse a leerlo)

Re: Lágrimas De Sangre... (Atrévanse a leerlo)

Capítulo XXXIV “Una bebé… una nueva esperanza”

Embarazada… ¿Cómo podía haber pasado? Un bebé era una bendición, pero no en las circunstancias en las que había sido concebido.



Inuyasha permaneció callado por un rato, y comenzó a caminar de un lado otro en la habitación, no sabía las consecuencias que podía traer éste hecho –¿Y ella ya lo sabe?- preguntó angustiado –¿Dónde está? Necesito hablarle, necesito verla-

-Ahome está en otra habitación, Sango está acompañándola- respondió su amigo algo incómodo.

-Pero… ¿ella sabe lo de nuestro hijo?-


-Sí, los médicos se lo dijeron-


Inuyasha tragó saliva con dificultad, deseaba hacer otra pregunta pero temía la respuesta que podía obtener –Y… y… ella… pues yo…- pronunció titubeando y su amigo sin necesidad de escuchar el resto de la pregunta supo de qué se trataba y se adelantó respondiendo -No lo sé, yo sólo supe lo de su embarazo por Sango pero ella no me contó mucho, además Ahome ha estado mucho tiempo dormida y ni siquiera he podido hablar con ella después de lo ocurrido-



Inuyasha puso sus manos en la cabeza y comenzó a caminar preocupado otra vez, no sabía qué sentir, era un hijo, un bebé, había estado feliz cuando se enteró del embarazo de Kikyo ¿Pero ahora qué debía sentir? Quizás ella lo odiaría mucho más de lo que ya lo odiaba o peor aún, podía desear deshacerse de su hijo. Aunque parecía una idea alocada estaba en todo su derecho, después de todo, él había abusado de ella… no era un hijo que ella hubiese deseado concebir.


El muchacho no podía con la agonía que lo ahogaba cada vez más dentro de su ser, sentía su corazón oprimido, debía buscarla pero no tenía suficiente valor como para enfrentar las acusaciones que podía propinarle. Miroku por un momento no dijo nada, conocía demasiado bien a su primo como para entender lo que sentía –No tienes más remedio que ir a hablar con ella, no te queda otra salida Inuyasha-

-¿Pero y si ella odia a ese bebé? ¿Y si no desea tenerlo? Yo… yo la amo y quiero que ese niño nazca!- bramó una maldición golpeando la pared y luego derrotado agregó- Tengo miedo Miróku… ella me odia y va a odiarme mucho más por esto, estoy seguro!!- -Temo que se desquite con mi hijo-


Miroku tomó a su amigo de un brazo y lo jaloneó fuertemente –Ya deja de ser tan pesimista Inuyasha!! Por tu terquedad siempre andas empeorando las cosas!! Lucha por que todo sea diferente, no ganas nada lamentándote, además, un hijo podría ayudarte a conseguir que ella te dé una oportunidad- Nunca había visto a su amigo en una actitud tan dictatorial, estaba atónito, aunque debía aceptar que tenía toda la razón, por lo que se decidió a hablar con ella lo más pronto posible.
Lo pensó mucho antes de dirigirse a su habitación, le pidió a su amigo que lo dejase solo, meditó casi media hora lo que le iba a decir pero al final no concretó nada, estaba aterrado, sudaba frío. Caminó por el pasillo, por más desquiciado que pareciera no había nadie cercano, la distancia se le hizo larga al atravesar ese frío y desierto trayecto, cuando llegó finalmente a su puerta se detuvo a pensar una vez más, algo que le resultó inútil, nada podía decir, todo dependía de ella.

-¿Ahome?- dijo suavemente al atravesar la puerta, ella no respondió nada, se encontraba acostada con los ojos entre abiertos con la mirada perdida en el horizonte que le ofrecía su ventana, no estaba llorando pero sus ojos guardaban rastros de lágrimas.

-¿Cómo te sientes? Me preocupé mucho cuando te desmallaste- dijo torpemente al no saber cómo comenzar la conversación, ella no emitió comentario alguno, ni siquiera le dignó una mirada, Inuyasha sentía una agonía peor a la que había sentido al estar cercano a la muerte, pronto gotas de sudor comenzaron a correr nerviosamente por su frente, el nudo que sentía en su garganta se hacía cada vez más insoportable, apretó sus puños buscando liberar su tención tan fuertemente que sintió como sus uñas perforaban las primeras capas de sus palmas. Cuando se vio las manos pudo comprobar que se había lastimado, aunque ese dolor no era nada comparado con el que le producía el desprecio de Ahome. –No sé cómo disculparme Ahome, pídeme lo que sea-


Finalmente con esa frase la joven levantó su mirada hacia él, una mirada indescifrable, inhóspita, tan fría y distante que heló en un segundo el corazón de Inuyasha, quien se tiró de rodillas al suelo –No sabes cuánto me lastima tu mirada, preferiría una cachetada, un golpe o un montón de insultos pero no tu indiferencia por favor… Te suplico que me perdones- no podía seguir mirándola, sólo se apoyo en el suelo esperando oír su voz pero ese momento no llegaba… ¿Cuál sería su destino? ¿Y su hijo? Como añoraba que las cosas fueran distintas, si ella le diera una oportunidad, si ella lo amara aunque fuese sólo la cuarta parte de lo que él la quería…

-Todo este embrollo comenzó con esa frase de pídeme lo que quieras, deberías ser más cuidadoso, además no sé qué demonios haces en mi habitación-


Inuyasha dudó de expresarle sus verdaderas intenciones, pero no tenía otra salida ¿Qué otra cosa podía decirle mejor que la verdad? -Yo quería pedirte, no… suplicarte que por favor no le hicieras daño a nuestro hijo yo… yo puedo hacerme cargo completamente de él, te juro que si lo dejas nacer nunca va a molestarte.


Ahome se encogió y puso las manos en su vientre, luego lo miró pensativa -Debo confesarte que no me alegró saber que de aquel percance contigo hubiera tenido fruto, pero no puedo odiar este hijo que llevo dentro, ya lo siento como parte de mí, lo quiero. Además él no tiene la culpa. Obviamente no permitiré que me alejes de él Inuyasha!!-


Inuyasha levantó la cara sorprendido, no esperaba que ella le respondiese de esa manera, definitivamente ella era un ángel, de eso no le quedaba ninguna duda, cada vez que la conocía más era inevitable quedar enredado en el rosal de sus encantos. -¿Eso significa que no te desharás de mi hijo?-

-No por supuesto que no.- Aseguró ella –No tengo el derecho de quitarle la vida a otro ser-

-Pero, tampoco lo separarás de mi ¿Verdad?- preguntó el chico en un tono dudoso


-No-


Esa breve respuesta lo hizo soltar un aliviado suspiro, pero inmediatamente sintió unos fuetes deseos de preguntar más, quizás ella aceptaría casarse con él aunque fuese sólo para darle un hogar a su hijo, eso le daría una oportunidad y un fuerte lazo que podría ayudarlo a conquistar su cariño pero… ¿sería prudente preguntar algo así tan apresuradamente?... En definitiva consideró que así sería, después de todo era la primera vez que hablaban sin discutir… además ella se mostraba muy diferente a las otras veces que habían estado juntos.

-Inuyasha… quería disculparme por lo que te pasó con aquella serpiente, fui una tonta y por mi culpa casi pierdes la vida. Tuve mucho miedo de que murieras, por desgracia parece que ese es el destino de las personas que se acercan a mí para ayudarme- El joven muchacho la miró atónito, ¿Estaría soñando? ¿Ella preocupada por él? Sonaba irónico siendo que le había pedido que muriera para dejarla en paz.

–Pareciera que tuviera una especie de maldición, por mi culpa mueren todas las personas que quiero- Inuyasha no pudo soportar ver la amargura y preocupación en sus ojos y la abrazó con fuerza mientras le propinaba un apasionado beso, no pudo contenerse y no escuchó razones en su mente, sólo se dejó llevar por el impulso de su corazón y cuando entró en razón de lo que hacía sintió miedo de empeorar las cosas con ese beso, pero al darse cuenta de que ella lo recibía sin rechazo sintió que su corazón quería escapar de pecho, nunca había sentido felicidad y paz desde que Kikyo había muerto… parecía que el infierno en que se había convertido su vida al fin lo dejaría escapar.

-¡!Inuyasha no!!- dijo ella cuando finalmente pudo zafarse de sus brazos opresores –Quiero que entiendas que acepto una tregua entre los dos por el bien del bebé, pero no estoy preparada para olvidar todo lo que ha ocurrido, entiéndeme por favor-

-Pero yo te amo Ahome, no tienes ni idea de lo que siento por ti- musitó como un soplido mientras continuaba aferrado a su espalda. Luego la tomó de los hombros, como para no perder ni un segundo su atención, con sus labios a unos pocos centímetros respirando su tibio aliento le dijo en una súplica –Déjame entrar en tu vida Ahome, déjame mostrarte lo feliz que puedo hacerte, te juro que daría mi vida por tu felicidad, por tener una oportunidad a tu lado-

Ahome sintió un temblor interno, esos ojos que parecían una llamarada ardiente, dorados, brillantes como dos pequeñas centellas de sol que además la miraban de una forma tan intensa y apasionada lograban que lograban acobardarla cada vez más, era realmente atractivo si tal vez nunca hubiera conocido a su adorado Sesshomaru sin duda se hubiera enamorado perdidamente de él pero las cosas eran diferentes. Sesshomaru estaba muerto pero todavía no podía dejar de pensar en él ¿Cómo podía olvidarlo? Ella lo había amado con toda su alma, aunque tenía totalmente claro que no regresaría jamás. Pero también debía pensar en su bebé, necesitaría un padre y ¿qué mejor padre que quien lo había engendrando?


El silencio de Ahome desmoronaba las entrañas del muchacho, sólo se podía deber a una cosa… a que ella lo rechazaría ¿O no? ¿Qué podía hacer con eso? No podía obligarla, era su decisión… -Cásate conmigo Ahome- Esas palabras se le escaparon sin siquiera haberlas pensado, obviamente deseaba casarse pero que idiota había sido, ahora si ella lo rechazaba sería el último recurso ¡Maldición! Como odiaba ser tan estúpido, ella seguramente se asustaría con esa proposición tan apresurada, él no se atrevió a mirarla más a los ojos, no deseaba leer la respuesta en su rostro antes de que ella la pronunciara, un silencio breve que para inuyasha marcó una eternidad terminó con un –De acuerdo-

¿De acuerdo? ¿Acaso estaba escuchando bien? No podía creerlo… ¿Eso significaba entonces un sí? La expresión de confusión de Inuyasha era muy evidente por lo que Ahome repitió de nuevo su respuesta –Acepto tu propuesta, sí me casaré contigo-

Inuyasha no cabía de la felicidad, parecía un sueño, finalmente ella lo había aceptado pero ¿Tan fácil? Aunque le carcomía la curiosidad no iba a dañar el momento, después de todo, no debía negarse a la felicidad si le tocaba la puerta finalmente… No esperó un segundo más y la abrazó fuertemente para asegurarse de que no fuera una alucinación, luego de tenerla entre sus brazos sonrió plácidamente y susurró en su oído –Gracias Ahome, voy a dar hasta mi vida con tal de hacerte feliz a ti y a mi hijo- La joven correspondió no con la misma intensidad pero era un comienzo, al menos eso pensó él.


Ella había aceptado por varias razones; sentía que sí había algo que la atraía de él, tal vez porque era lo más cercano a Sesshomaru, en ocasiones hasta su aroma era similar. Además, su hijo necesitaría de un buen padre y ella lo había prometido esa noche, él había luchado con la muerte y por primera vez alguien había evitado la muerte, se sentía feliz de que Inuyasha estuviese vivo y aunque todavía guardara un profundo sentimiento de amor por Sesshomaru era hora de comprender que él no regresaría jamás.


Capítulo XXXV “De regreso a Tokio”




Los días habían vuelto a la tranquilidad, después de haber dejado el hospital todo había cambiado. Ya no existía aquel clima de tensión en la casa de la playa, los días eran más hermosos y las noches llenas de magia. Inuyasha estaba muy pendiente de ella, nunca había disfrutado un momento entre ellos dos sin que el rencor o el miedo se materializara en el ambiente. La forma en que se comportaba Inuyasha para cuidarla a elña y a su hijo era un poco exagerada en atenciones, a pesar de que Sango le aseguraba que era totalmente normal las consideraba innecesarias.
A pocas horas de la llegada del hospital había llegado con tantas provisiones como para abastecerlos por un año y asegurando que sólo alcanzaría a lo sumo para una semana, además se empeñaba en no dejarla hacer nada, incluso le llevaba todas las mañanas el desayuno a la cama que por cierto era espectacular, había que reconocer que tenía talento para la cocina, además buscaba cumplir cualquier deseo que ella tuviera al punto de que cuidaba de no decir nada en voz alta porque se sentía extraña al ser complacida en todo.




En definitiva, todo marchaba muy bien entre ellos dos pero ya había llegado el momento de regresar a Tokyo. Inuyasha le había comentado a su madre lo de el compromiso que había contraído con Ahome, en un principio se había alarmado por lo del bebé, ella no deseaba que su hijo se enamorara de alguien que no consideraba completamente normal, por tratarse de un clon ella no estaba convencida que era la mejor decisión. Pero era la primera vez en mucho tiempo que escuchaba a su hijo tan feliz, y eso le hacía sentir tranquila, por lo que no tuvo el valor de opacarle su felicidad con suposiciones y prejuicios, así que por el contrario animó a su hijo y le pidió que regresara a Tokio que ella estaría arreglando los preparativos de la boda, la cual sería por demás privada, aunque Náraku ya había muerto no correría riesgos otra vez.
Todo corría a la perfección, ya habían pasado dos semanas y era el día de partir de nuevo a Tokio, aquella ciudad que no había sido tan agradable y la que le había traído tantos problemas desde que ella tenía uso de razón.


-¿Estás bien?- preguntó Inuyasha al notar su expresión melancólica, Ahome que se encontraba absorta en sus pensamientos apenas notó que él estaba hablándole -Disculpa, ¿ me dijiste algo?- El joven la tomó de las manos y la besó en la frente –Sé que no es fácil para ti regresar, creo que para nadie es fácil. Pero todo va estar bien, te lo prometo- El tono dulce y consolador del chico logró arrancar una débil sonrisa de la muchacha la cual asintió con su cabeza. Eso no era suficiente para el muchacho, pero tuvo que conformarse con eso por el momento.
El trayecto en avión desde la isla a Tokio fue calmado, las palabras que cruzaron se limitaban a simples formalidades, de ninguna forma conseguía sacarla de su vago estado. Finalmente su expresión se tensó al ver por la ventanilla el aeropuerto de Tokio. Por alguna extraña razón sentía temor, sus manos comenzaron a temblar, ella recordaba el aeropuerto y supo que habían llegado finalmente a su destino.


-tranquila, todo saldrá bien yo voy a estar a tu lado para protegerte- repitió Inuyasha que tenía rato estudiándola sin que ella se diera cuenta, Ahome sonrió y apretó su mano en señal de aprobación.


Cuando bajaron del avión los esperaban unos hombres vestidos de forma elegante, los cuales ayudaron a Ahome y a Sango a bajar amablemente del avión, Sango los saludó con mucha familiaridad al igual que los demás, luego los hombres se hicieron cargo de sus maletas, cuando se adentraron en la sala de espera se encontraban los padres de Inuyasha. La madre al verlo entrar corrió a abrazarlo y darle besos, el padre en una actitud más pasiva le dio unas palmadas en la espalda y un saludo cordial pero discreto. Por el contrario su atención se centró en la chica la cual se sintió muy nerviosa al verlo directamente a los ojos, era demasiado parecido a Sesshomaru, de hecho el parecido era mucho más sorprendente que el de Inuyasha.

- ¿Cómo pasaste el viaje? Espero que mi nieto no te halla ocasionado problemas- Su seria expresión cambió a una más sensible, no lo hubiera esperado de aquel hombre de enorme estatura e imponente semblante, aunque después de todo se refería a el bebé que ella llevaba en su vientre y eso lo comprobó al ver sorprendida que el hombre señalaba levemente el aún inadvertido abdomen con una media sonrisa.

-Ahh claro que no señor- respondió ella torpemente debido a su nerviosismo luego agregó –Estoy bien… bueno los dos-
Izayoy estaba entretenida consintiendo a su hijo pero no tardó en centrar su mirada en ella, y luego se acercó saludándola con un cordial beso en la mejilla -Hola hija, estoy muy feliz ver cómo has transformado a mi hijo-

-¿Transformado?-

-Si- Aclaró Izayoy –Ha vuelto a ser el chico feliz que solía ser, tenía tiempo sin contemplar su sonrisa, no sabes lo tranquila que me siento al verlo así-


Ahome sintió mucha vergüenza, estas cosas la hacían sentirse incómoda –Yo no hice nada señora- el crédito evidentemente no era de ella, las cosas sólo había sucedido.

-No digas más, lo importante es que son felices, te va encantar saber que ya tengo adelantado lo de tu boda con mi hijo, sólo me hace falta mandar a hacer el vestido y otras pequeñeces, en dos semanas podremos efectuar la ceremonia-

-¿En dos semanas?- preguntó Ahome con gran desconcierto

–¿No es demasiado pronto?-

-Acaso no deseas casarte?-

-Si pero es que no pensé que fuera tan rápido-

-No te preocupes hija, el tiempo es lo de menos, yo me encargaré de todo, soy experta en fiestas-

-Por favor mamá, Ahome debe estar cansada horita no pensaremos en eso, primero debemos irnos a la casa- intervino Inuyasha al ver que Ahome no sabía cómo manejar la situación. No era conveniente acosarla, temía que pudiese arrepentirse de su decisión.


Sango y Miroku le sonrrieron a Ahome y comenzaron a hablarle mientras caminaban hacia la puerta, deseaban distraerla un poco y Miroku sabía perfectamente cómo hacerlo, aunque no fue necesario porque algo repentinamente logró distraer la atención de todos al momento de cruzar la puerta de salida del aeropuerto.
Cuatro hombres vestidos elegantemente con trajes oscuros, se acercaron al grupo y se detuvieron justo alrededor de Ahome, Inuyasha notó el extrañó comportamiento y empujó con fuerza a uno de los hombres que le doblaban casi en estatura -¿Qué les sucede?-


-Disculpe señor, debimos presentarnos primero- comenzó el hombre que Inuyasha había enfrentado –Trabajamos para el servicio de inteligencia y defensa de Japón, hemos venido a llevarnos a la supuesta señorita Kikyo Higurashi-
-Nadie va a separarme de Aho…- interrumpió su frase repentinamente, debía recordar que para protección de Ahome ella debía continuar con la identidad de su difunta esposa - Quiero decir que usted no tiene ningún derecho de llevarse a mi esposa-

-Eso está por comprobarse, usted debe apegarse a la ley o de lo contrario será detenido-

-¿Qué está por comprobarse? ¿Cuáles son los cargos?¿Podría mostrarme la orden y sus credenciales- agregó Miroku buscando una forma de tranquilizar los ánimos.


Efectivamente se trataba de verdaderos oficiales del gobierno y al leer la orden pudieron darse cuenta de que era totalmente legal y ahome era citada obligatoriamente a la realización de pruebas científicas para descartar que hubiese tomado ilegalmente la identidad de Kikyo Higurashi.

-¿Pero de dónde rayos están sacando esas locas ideas?- dijo Inuyasha alarmado –Es una locura-

-Alguien ha llevado pruebas irrefutables que ponen en duda la humanidad de la señorita, eso la convierte en un ser peligroso para las personas que la rodean, por eso debemos hacer las pruebas para comprobar que se trata efectivamente de Kikyo y no del producto de una clonación ilegal, como aseguran los testigos.




-Pero ¿Quién demonios pudo hacer una acusación similar?¿Quién puede saber del verdadero origen de Ahome?- Preguntó sango en voz baja a Miroku.

-No lo sé amor, lo único que sé es que Ahome está en un grave peligro-


Inuyasha con su cuerpo tenso delante de Ahome permanecía inmóvil, trataba de idear alguna idea, pero nada se le ocurría –No permitiré que se la lleven, así tenga que usar la fuerza bruta- respondió mientras tomaba una posición defensiva.

-Como usted quiera- Respondió el oficial mientras los cuatro avanzaban hacía el desprovisto muchacho, Ahome temblaba detrás de Inuyasha, no sabía que decir y temía que esos corpulentos hombres lo lastimaran innecesariamente por lo que intervino –No Inuyasha, no quiero que pelees por favor, yo iré con ellos-

El chico incrédulo y perturbado por unos segundos replicó casi inmediatamente frusiendo el entrecejo -¿Qué cosas dices? Por supuesto que no dejaré que te lleven, quédate detrás de mi, hazme caso!! – gritó él en una frase que culminó como una fuerte orden. Ella lo obedeció e Inuyasha pasó a detener un fuerte puñetazo que le había propinado uno de los hombres.

 

Re: Lágrimas De Sangre... (Atrévanse a leerlo)

Hola chicas quería avisarles que ya que Pami me está advirtiendo que no puedo tener dos discusiones iguales voy a pedirles que siempre revisen la actualización en la otra discusión LAGRIMAS DE SANGRE (Completo) porque creo q van a cerrar éste. Es preferible porque en la otra discusión están todos los capítulos completos. Por otrto laso estoy trabajndo en la conti, pronto estaré por aqui... no se pierdan los quiero mucho y gracias por toooodo besos...