KNOCK, KNOCK abre la puerta

Un Segundo… Un minuto… Una hora…Ya un día pasó.No puedo evitarlo, sigo contando el tiempo…Espero que transcurra pronto,Sólo para volver y estar a tu lado.

*knock, knock*

Un sonido familiar llama mi atención, alguien llama a la puerta y debería contestar, pero estoy tan concentrada en mi trabajo que ignoro los golpes y continúo leyendo.

*knock, knock*

Siguen tocando. Calculo la hora y la programación en la TV… sí, definitivamente sé quién es. Me paro y voy al recibidor con fatiga para atender. Estoy a punto de girar la perilla cuando noto un montón de facturas bajo mi puerta. Las cifras son cada mes más altas.

*knock, knock*

Tiro las boletas al suelo y me encamino furiosa a la cocina, nada me haría más feliz ahora que un vodka o una tequila, lamentablemente no tengo un mini bar y me conformo al ver la caja de jugo en la nevera.

*knock, knock*

“Uh… pudín! *___*”
Me empalago como un gato a su leche y a la carga se ha dicho muajajaja! Oh si… yo estaba haciendo algo… Dejo el postre sobre la mesa y veo la puerta intentando recordar vagamente lo que hacía.

*knock, knock*

“Ups”. Cojo la perilla por primera vez y saludo con una gran sonrisa a mi visitante.
“Estaba a punto de acomodarme en el suelo para esperarte” dijo Hiro con una mirada reprimente.
“Jaja, eres un exagerado. Pasa de una vez”. Nos dirigimos a la sala, yo cogiendo mi pudín de la mesa y él llevando una bolsa de bocaditos con las que disfrutaría ver su bendito partido de fútbol…

“¿Porqué siempre tardas tanto en responder a la puerta? ¡¿Qué pasaría si ocurre una emergencia, Ti-chan?! Alguien moriría en lo que tú demoras en salir.”
“¡Ya te dije que no me llames Ti-chan!” dije apuntándolo con el dedo “Soy Tahiry, ¡¿cuando dejarás ese absurdo apodo para niños?!”
“Siempre te he llamado así… además, es lindo…” hizo una pausa y me sonrió coqueto “aunque claro, eso no se compararía con lo linda que eres tú”
“¡Cállate!” Me sonrojé y le tiré una almohada en la cabeza. Hiro sólo se río al ver mi reacción y prendió la televisión.

Cogí una revista y empecé a comer mi pudín en lo que transcurría el partido. No me interesa ver un montón de hombres correr detrás de una pelota, así que me distraje con una revista… y es siempre lo mismo…
A pesar de que Hiro tiene una tremenda pantalla en su apartamento, cada partido que transmiten por TV, se aparece en la puerta de mi casa para verlo.
“Es una costumbre” siempre me responde.

 

Dos horas después, se apaga la televisión. No presto atención a ello y sigo leyendo la parte de celebridades, ya sé qué va a venir. Hiro gira en mi dirección esperando a que lo mire, pero me hago la desentendida y no desvío mis ojos del papel.​

-¿Y ya lo has pensado?- Me pregunta serio.​

-¿Qué cosa?- Finjo no saber de que habla.​

-Sobre nosotros, Ti-chan… ¿has pensado sobre ello?-​

-Somos amigos desde la infancia, Hiro. No hay nada que pensar- Volteo la página y trato de concentrarme otra vez.​

-Cuántas veces tendré que pedirte que dejes de pensar en mi de esa forma…-​

-Hiro ¿no crees que este vestido se me vería genial?- Le sonrío mientras le muestro la foto de la revista.​

-Ti-chan, estoy tratando de hablar en serio, aquí-​

-¿Llamándome Ti-chan?-​

-Sólo… olvida que soy tu amigo por unos segundos, por favor-​

-Quizás lo haga- siempre le respondo​

Nuestras conversaciones terminan así desde hace un año. Claro que no lo veo todos los días, entre nuestros itinerarios de estudios y trabajos, nos encontramos como máximo tres veces al mes… es un horario difícil por lo que me sorprendí con la declaración de Hiro en verano… ¿cómo podría estar enamorado de alguien así? ¿De una amiga de la infancia que casi no ve? Siendo amenazado por paparazzis y reporteros en cada esquina, o por fanáticas que lo acosan día y noche… ¿cómo?​

Simplemente no lo iba a meditar.​

​

Estoy girando la perilla…​

Pero la puerta no abre.​

He tardado tanto en llegar aquí…​

Por favor ya no me hagas esperar,​

Todo lo que necesito es ver tu sonrisa una vez más.​

​

Al día siguiente, me encontraba en la oficina cuando Hiro me llamó. Le contesté renegando de mi mal día. Uno de mis compañeros me quiso faltar al respeto, mi jefe me dejó doble trabajo ¡y mañana tenía un exámen muy importante para el que no podría estudiar!... Quería gritar, quería decírselo a alguien y me estaba desquitando. Hiro sólo escuchaba, incluso podía imaginar su sonrisa calmada a través del teléfono.​

-¿Ya estás mejor?- me preguntó cuando terminé de gritar​

-Sí, eso creo- me reí.​

-Me alegro… es bueno que seas fuerte y te compenses-​

-En este trabajo debo hacerlo, Hiro. Felizmente te tengo para eso… oh… por cierto, ¿tenías algo que decirme?- pregunté al recordar que fue él quien llamó.​

-creo que si… jaja quería saber si estabas en tu casa. Pensaba visitarte-​

-eh? ¡Pero si nos vimos ayer!- me reí con ganas como si se tratara de un chiste​

-Sí…- pasaron unos segundos en silencio en los que pude distinguir claramente su tristeza -da igual, lo único que necesitaba era oír tu risa, ya me siento mejor-​

-eh?-​

-Me voy, hasta pronto, Ti-chan-​

-¡Espera! ¿Dónde estás?-​

-En la puerta de tu casa- se río como lamentándose​

-Hiro, ¿ha pasado algo-​

-um… muchas cosas, pero nada con demasiada importancia-​

-Hiro-​

-Massu y yo conocimos a una importante productora, parece que tiene interés en llevarnos de gira por Corea-​

-Hiro-​

-Mis calificaciones en la universidad salieron bien, la semana de parciales será sumamente sencilla para mi-​

-Hiro-​

-Yamapi me tomó unas fotos para su sección en la revista, espero que salgan bien-​

-Hiro…- por fin se le acabaron las excusas. -Vamos Hiro, cuéntame-​

-Es que… Obaachan* murió-​