Reborn! [KHR!] Cielo azul

Katekyo Hitman Reborn!
Eh~ Más que nada en mi cabeza sonaba bien porque Yamamoto tiene la flama de la lluvia y es de color azul. Pero bue~ diría ligero 8059, pero más que nada Gokudera es parte de la ambientación. Estoy un poco e,e respecto a esto pero bue. ¡Ah! Está basado en el ánime. Lo digo porque si ven algo por ahí que no va... pues ya saben. Cuando digo "Bebé" Me refiero a Reborn.

Palabras: 510 s/título.

Cielo Azul​

La lluvia cae amortiguadamente, casi insonora; ligera y suave como susurro y Yamamoto la observa, la alaba en silencio. Pega su frente al cristal frío y entrecierra sus ojos dejándose llevar por el alivio que le brinda. Mira el cielo oscuro y nublado, y se dice que le gusta más cuando es azul, cuando está despejado y la luz del sol ilumina.

Intenta sonreír… no puede.

Siempre había sido una persona de fácil sonrisa, optimista y llevadera. Se pregunta cuándo se volvió así. Suspira. Intenta no revivir los recuerdos.

Mira su cama ocupada por alguien más y la comisura de su labio amenaza con levantarse involuntariamente.

El Bebé siempre le había dicho que por su forma de ser, o era la persona más tonta del mundo o era un asesino de nacimiento. Internamente siempre deseó que fuese la primera, después de todo Gokudera lo llamaba “El Idiota del Béisbol”. ¡Ah! Ya recordaba, se volvió así cuando la realidad le expuso que en realidad era la segunda.

Mira el reloj en su mesa de noche: 5:48 am, faltaba poco para que el amanecer.

—Siempre tuviste el destino más difícil.

—Lo sé.

—¿Lo lamentas?

—No.

—Cambiaste tu bate por la espada —recuerda.

Y Yamamoto calla. Es cierto. Él era un beisbolista prometedor, prácticamente tenía el futuro asegurado como tal y había dejado de empuñar la madera para empuñar el metal.

Mira el cielo. Un as de de luz se cuela entre las nubes y la suave humedad del ambiente forma un arcoíris. Podía predecir que las nubes se irían, dejando un impecable cielo azul.

Era como ellos, como los guardianes. Tiempos malos hay, pero siempre después sale el sol y todo el cielo se vuelve a mostrar despejado y radiante.

Sonríe quedamente.

—Lo volvería a hacer —dice con nostalgia.

El Bebé se da por satisfecho y se va.

Yamamoto se da media vuelta y toma el bolso que ya tiene preparado. Se acerca a su cama y toma su Katana mientras dedica una mirada al dueño de los cabellos plateados en su cama.

—Te volverás a ir sin decir nada —afirma.

Yamamoto para en seco y su corazón se detiene por una fracción de segundo, sintiendo la opresión en su pecho.

—Volveré.

Y decide ir sin más a enfrentar el destino cruel que ha dejado huella en él, no sólo en su forma de ser, sino también en su rostro… Esas sonrisas impersonales, esa cicatriz, esos ojos imperturbables…

Contra su costumbre se detiene y le dedica una última mirada a Gokudera, que lo ve desde la cama. Le sonríe como hacía tiempo no lo hace y sale, porque sabe que de quedarse más tiempo su voluntad flaqueará.

Pero si de algo está seguro es de querer enfrentar lo que el día a día tiene deparado para él, porque él es la lluvia que todo lo lava, que borra rastros y él se llevaría todo, absolutamente todo si con eso puede volver a ver el cielo; haría todo lo posible y lo imposible por que todos vieran juntos de nuevo el cielo azul.