Long-fic Jugando a odiarte (inu&kag)

Re: Jugando a odiarte (inu&kag)

Hola ¿cómo están? Perdonen el retraso. Sinceramente, no estaba muy animada (>.<) Y tenía unos examencitos en la semana. Pero gracias a Dios vienen vacaciones!! Espero les guste y bienvenida a mis nuevas lectoras! Cuídense y no olviden de comentar

Regla Nº 8: Alcánzalo con tus manos. .No siempre tendrás una segunda oportunidad… ¡Lucha por lo que deseas!

Ya era otro día. Un chance para arreglar lo que dejamos pendiente. Sea para bien o para mal. Quizá nos levantemos con el pie izquierdo de la cama. Pero no lo sabremos, sino hasta que tengamos una racha seguida de mala suerte. El día había empezado, como normalmente comienza un “lunes”. Pesado, todos tienen sueño. Y muchos de ellos, con una resaca del día anterior.

Cada cabeza es un mundo. Diferentes puntos de vista, pensamientos distintos. Inuyasha reflexionaba sobre su actuación del sábado. Kagome, sobre como reaccionaría al verlo directamente a los ojos. La primera hora era de Física. Según uno de los cuantos mitos que existen en el instituto, este profesor era de temer. Porque hacía los exámenes con más de 30 páginas para estudiar y 60 para resolver.

Nadie aprobaba su materia, excepto Kagome, y Sango y Aiko, que estudiaban con ella casi todos los días. Odiaba a todos, especialmente a Inuyasha, porque este le hacía la guerra indirectamente. Agregando comentarios “inocentes” como: “Profe, no sé si es la luz o qué, pero veo un hueco resplandeciente en su cabeza” refiriéndose a su calvicie y un millar de estos más.

Combinando el hecho de que Inuyasha no estudiaba, y encima que no se llevaban muy bien que digamos, su nota máxima era un 4. La incomparable, por la que se le veía una clara preferencia, era la Higurashi. Quizá porque era la única que se aplicaba en su clase, con los apuntes y evaluaciones con sus asombrosos 10 sin el más mínimo error.

O tal vez, porque las malas lenguas decían, que este viejo era un morboso e intentaba algo con ella. Como sea, de algo, si estoy claro; todos se acobardan. El profesor Keita apretó un poco más su corbata. Todos tenían puesto batas blancas. Para protegerse por si alguna sustancia extraña se derramaban. Aclaró un poco su garganta y dijo:

-como ya terminamos el primer lapso, les daré la opción de elegir un equipo de tres personas en cada mesón. Ese será su grupo para el resto de año. ¡No lo olviden!- esto último lo dijo con tono amenazador.

Todos miraron a su alrededor. Algunos escogieron a los mismos de siempre. Otros cambiaron de equipo. Inuyasha le hizo una seña a Miroku para que se acercara

-escucha bien. No dejes, por nada del mundo, que ese sarnoso de Koga se acerque a mi Kagome- ordenó Inuyasha, susurrándole en el oído, lo que causó confusión de algunos- ¡¿qué miran?!-gritó el joven de orbes miel.

El viejo solo lo anotó en el libro de vida, con una sonrisa maliciosa.

-¿tú Kagome?- interrogó el peliazabache recalcando TÚ

- sí, ¿algún problema?- respondió Inuyasha con su golpe en alto. Como insinuando: “si dices algo al respecto, te mato”. Miroku tragó saliva.

-está bien, pero que hay de mi. Yo quería estar con Sango, además es tu asunto, no el mío- contestó el chico sereno

-si pero, no lo olvides amigo. Después, idearé algún plan para ti- aseguró el muchacho de cabello plateado con llama en sus ojos.

-como sea, solo lo hago porque estás desesperado. Además no necesito que intervengas, ya tengo el 70% del amor de Sango asegurado- reveló mientras se retiraba y dejaba a un Inuyasha perturbado- ¡qué clase de amigo me gasto!-pensó Miroku.

Alguien tocó la puerta. El canoso Keita se paró de su silla y la abrió. Había llegado una chica nueva. Todos se exaltaron. ¿Dos nuevos en un día? Primero Koga, y ahora ella. Las muchachas se impresionaron por lo guapo que era Koga. Su cabello negro y largo. Sus hermosos ojos zafiro y su gran físico.

También sintieron algunos celos hacia Kagome, porque él siempre estaba con ella, defendiéndole de cualquiera y compartiendo risas y abrazos de amigos. Pero no solo, las jóvenes. Sino también hombres. Especialmente un chico cuyo apellido empieza por T y termina en – aisho. Pero, por ahora, concentrémonos en la “novata”.

Tenía el cabello, negro, agarrado en un gancho en forma de pluma. Sus ojos rojos llamaron mucho la atención. Una intención perversa se percibía en su aura. Aunque solo personas con sexto sentido, podían presenciarla. Llevaba puesto un kimono moderno. Es decir, un poco más arriba de las rodillas, con un gran lazo en la espalda.

Pero sin perder la esencia original. Era muy atractiva, pero una pieza no encajaba en el rompecabezas mental de Kagome y Sango. Kagura era el nombre de ella. Se sentó en una silla vacía al final del aula. Mientras eso se asemejaba a un gallinero. Muchachos corriendo de allá para acá, solo para conseguir un pandilla, antes del que tiempo límite se acabara.

A algunos les sobraban las ofertas, como a Inuyasha, Miroku y Koga, que a pesar de haber llegado hace unas horas, ya tenía muchas admiradoras. Aunque no podía superar al Taisho, que estaba abarrotado. Él solo quería estar con su chica amada. Pero no podía moverse en medio de tal multitud.

Y Miroku estaba entre la espada y la pared. Sango se sentiría incómoda, si él le decía que no. Aunque tenía una gran excusa. Sabotear los planes de conquista de Koga. Éste, se acercaba cada vez más a Kagome, justo cuando Miroku lo agarró del brazo y lo sentó en la silla bruscamente. Él solo lo desafió con la mirada, a lo que el pelinegro, asustado, respondió:

-¡Amigo!-dijo hipócritamente- solo pensé que debíamos estar juntos, para conocernos mejor-puso su mano en su hombro (Koga).

Él lo quitó violentamente. Pero, al menos, se tranquilizó, al notar que Inuyasha no se le había aproximado. Le iba a decir las cuatro verdades bien dichas pero, trató de no ser tan grosero. Observó como Ayame, pasaba a su lado.
Se había enterado hasta ahora, de que ella sería una compañera de clases. Y que era muy amiga de Inuyasha. Bueno, le alegraba saber, que ella no era como él.

-¡qué aburrido va a ser esto!-pensó Miroku.

Necesitaba a una chica en su equipo, no era para enamorarla ni nada, sino una mente femenina que los ayudara a pensar con la cabeza fría. Hacía falta, siempre el instinto de una mujer. Conocía muy bien a esa pelirroja, sabía que era adecuada para ellos. Porque ella era tranquila y sensata.

Además de trabajadora, así que no los haría vagar. Y los cargaría a monte, pero al final, sacarían buenas notas. Las cuales eran de suma importancia, para entrar a la universidad. La agarró por los hombros y le murmuró, preguntándole si quería estar con ellos. Esa acción causó algo de celos en una castaña. Pero él no se percató.

Ayame volteó por encima de los hombros de Miroku, para ver quién más estaba. Koga. Se había enamorado desde el primer momento en el que lo vio. Quería conocerlo a fondo. Ser su amiga. Y algún día, ser tal vez más que solo su confidente. Sería difícil ocupar ese puesto, se esforzaría mucho, para lograrlo.

Ella asintió, lo que causó una alegría interna a Koga, quien le había parecido que Ayame era una persona muy interesante. Éste era el 1er grupo: Miroku, Koga y Ayame. Al chico de ojos azules le costó un poco aceptar que estaría algo lejos de Kagome, aunque eso no impedía su amor por ella. Igual se verían casi todo el día. Ella seguiría siendo su mejor amiga. Y él, un celoso sin remedio.

Inuyasha se alababa mentalmente. Y le daba gracias a Dios y a Miroku, por ayudarle en sus planes. Se molestó porque las chicas no le daban su espacio y las espantó con su mirada fulminante. Todas se alejaron dejando al ambarino solo. ¡Qué inteligente! Ahora se quedó sin compañeras.

Se conformaba con saber que Kagome estaría con sus amigas. Dirigió su mirada hacia el lugar en donde se encontraban. Se sentaron en el último mesón del salón. Ella, Sango y ¿Bankotsu? Esperen, ¿dónde está la otra, Aiko? Sí, la chica de lentes y pelo lacio. Inuyasha observó hacia todos los lados, hasta que la encontró de lo más acaramelada con su novio Kento.

Ellos eran amigos desde hace algunos años. No eran tan íntimos, como lo era con Miroku. Pero tenían cierta confianza. Él le había confesado que salía con una chica algo nerd, lo que sorprendió a Inuyasha, porque normalmente Kento salía con modelos huecas. Kagome también tuvo la misma impresión. Aiko escondía algo desde hace tiempo.

No podía creerlo. Salir con un “fresita”. Y Sango la apoyó. Pero ¿quiénes eran para juzgarla? Después de todo estaban muy enamoradas de esos chicos “fresitas”. A esta altura, eso ya no importaba. Inuyasha estaba tan distraído en tratar de separar a Koga y Kagome, que no se percató de que alguien ya había tomado la delantera. Lo mismo pensó Koga.

Se maldijo y tramaba pararse para ponerlo en su lugar, pero el profesor sacó su carpeta de evoluciones. Si era nuevo, no iba a empezar con la pata izquierda. Los dos cerraron sus puños y soltaron algunos gruñidos. Ahora qué. Tenía que conseguir dos personas más como fuera. En la esquina del salón, visualizó a una chica de cabello largo, y negro.

Ojos marrones y una colita corta para recoger un poco su pollina. Llevaba un suéter de cuadros. Era conocida, hablaban de vez en cuando. Pero siempre le había parecido muy agradable. Se llamaba Rin Matsumoto. No era muy sociable. Siempre estaba acompañada de chicos de grado menores. Como Kohaku, el hermano de Sango que estaba en tercer año.

Su novia (Kohaku) Kanna, una chica algo extraña de pelo blanco, siempre con ropa blanca y su tez tan clara como la nieve. Por último Jaken, un enano de cabello en corte de cresta. Y un traje tradicional color marrón. Ella conocía a Sango y Kagome. Se llevaban muy bien.

Decía que su mente era alguien de 10 en un cuerpo de 18. La llamó para que se avecinara y le preguntó si quería estar trabajar con él. Ella sonrió e hizo un ademán de afirmación. Mientras agarraba una silla y se sentaba junto a él.

-Kagome ¿estás celosa?-farfulló Sango viendo como su amiga giraba la cara al ver aquella escena

-¿eh?- dijo cambiando su ceño- claro que no. ¿De quién podría estar celosa?-

-de Inuyasha, obvio- respondió la castaña con total normalidad

-¿tan evidente es?- preguntó Kagome con nostalgia

-tranquila, conoces muy bien a Rin. Ella es nuestra amiga. Además está enamorada de Kohaku- reveló Sango. O más bien, se le salió

-¡¿qué?!- gritó Kagome pasmada

-Silencio- calló Sango- ella se le declaró a mi hermano. Pero el tiene novia y la ama. Mi hermano la aprecia muchísimo pero sólo la quiere como una amiga. Ella es una gran chica, merece a alguien que sea sólo para ella. Kohaku me lo contó, pero ella no sabe que yo sé y ahora que tú lo sabes-

-pero si tu hermano tiene 15 y Rin la misma edad que nosotras- analizó la azabache

-para el amor no hay edad ni momento- susurró mientras miraba a Miroku- solo hace falta amar.
Kagome no entendía mucho, pero Sango tenía razón en algo. Rin no estaba enamorada de Inuyasha, y él tampoco. Kagura agarró otro asiento y se colocó al lado del Taisho. Este y Rin la miraron como queriéndole decir: “se pide permiso. Hay una palabra llamada cortesía”.

-¡qué descarada!- pensó Kagome mientras se ponía roja como un tomate de la rabia.

-esta chica, me va costar conquistarla- recapacitó Bankotsu.

Tenía una larga trenza que le llegaba un poco más de su cintura. De color azabache. Era de la misma estatura que Inuyasha. Y muy anhelado por las chicas. Llevaba pocos años en este colegio. Como dos o tres. Y siempre se había fijado en Kagome.

Y ahora tenía oportunidad. Pero su sonrisa maliciosa hacía desconfiar a muchos. Entre ellos: la misma Kagome quien poseía un sexto sentido para detectar a las personas viles. Sango quien siempre protegía mucho a su amiga. Inuyasha, quien la amaba y le daba mala espina ese tipo. Miroku, que a pesar de no conocerla mucho, le simpatizaba y le bastaba con que fuera la mejor amiga de Sango.

Finalmente Koga, su mejor amigo, enamorado, la defendería siempre pese a lo que pasara. El híbrido se hizo ese mismo propósito: protegerla, pase a lo que pase, aunque eso incluyera su propia vida. Pero este Bankotsu Robbins, de origen inglés e hijo de padres japoneses, había vuelto con un objetivo.

Ganar a la chica que desease, sin importar lo que se le atraviese. Sea por capricho o por amor. Aunque para este tipo de persona, es imposible amar verdaderamente sin hacer daño.
Los grupos quedaron así: Kagome, Sango y Bankotsu. Miroku, Koga y Ayame. Inuyasha, Rin y Kagura. Ningunos de estos quedaron conformes. Excepto Ayame, que ahora se reuniría mucho con Koga. Sango estaba desconcertada. Pero Miroku desenmascaró el secreto de Inuyasha. Ella se quedó tranquila y él como consuelo la abrazó fuertemente haciéndole ver que la amaba.

A Rin le daba igual. Nunca había sido exigente. Bankotsu gozaba internamente. Solo tenía que elaborar una técnica sin el más mínimo resbalón. Las primeras cuatro horas transcurrieron lentas. Tocó el timbre. ¡Por fin! Pensaron algunos. El dúo de amigas se quedaron detrás de la puerta, esperando a que Aiko se despidiera de su ahora novio.

-sólo vas a dejar de estar con él 20 minutos, no cien años- dijo irónicamente Kagome

-lo que hace el amor- susurró Sango mientras olía una margarita, quién sabe dónde la encontró.

-¡¿yo soy la única que mantiene los pies en la tierra?!- gritó la morena extrañada por el comportamiento de las chicas.

Ellas la arrastraron hasta la cafetería, mientras estallaban de la risa.
Se sentaron en la mesa que quedaba en una esquina. Sango y Aiko compraban el almuerzo.

Kagome se quedó sola, mientras comía con un poco de fastidio el pan con atún. Anhelaba todos esos pasteles y cosas ricas que exhibían en el mostrador. Pero no tenía suficiente dinero para comprarlo.

¿De qué se quejaba? Tenía una gran madre que se sacrificaba por hacerle la comida. Aún cuando tenía que llegar muy temprano para empezar su turno de cajera. Tenía dones para hacer ropa. Hermosos vestuarios. Pero siempre tuvo miedo a arriesgarse. Por el temor de que todo saliese mal. Sin embargo, eso cambiaría.

-bueno, al menos mantendré la dieta- Estaba tan sumergida en sus pensamientos, que no se dio cuenta que alguien se encontraba a su lado. Alguien muy especial.

-Se saluda Higurashi- reprendió la voz masculina con su típico tono seco

-tú eres el último en llegar. Creo que el maleducado eres tú- contradijo Kagome-pero como no soy orgullosa, te diré hola

Sesshomaru carcajeó por lo bajo. La pelinegra frunció el ceño. Este medio se compuso y se enderezó. A Sango se le cayó la comida de la bandeja.
Menos mal que estaba tapado los envases. Aiko la empujó para no siguiera haciendo el ridículo. Y se sentaron rápidamente. Miraron de reojo a Sesshomaru soplándole a Kagome para que lo presentara.

-es-te… él es el hermano mayor de Inuyasha, Sesshomaru Taisho- señaló la Higurashi. Aiko y Sango se quedaron mudas.

Él era extraordinario. Sesshomaru tendió la mano para saludarlas y en ese momento, ellas sintieron debilitarse. Pasaron 10 indescriptibles minutos escuchándole. A veces el ambarino manifestaba interés. Otras veces suspiraba, sin saber por qué. Kagome echó de un vistazo a Aiko, quien se encontraba en las nubes

- Aiko, recuerda que tienes novio- dijo la pelinegra divertida

-ca-llate- tartamudeó Aiko mientras se apoyaba en Sango. A lo lejos, ésta vio venir a Koga quien se mostraba a la defensiva

-¿quién eres?-desafió Koga mientras dejaba su mochila en una silla. Sesshomaru no respondió.
Lo aniquiló con el vistazo. Pero el ojiazul se parecía indiferente

- identifícate- repitió

-despreocúpate, no quiero nada con Kagome- refutó el Taisho mayor.

Haciendo que éste se paralizara de la vergüenza. Koga se sentó con una sonrisa de satisfacción. Hizo el típico saludo de chicos. Ese en el que choca las palmas y luego finalizan con un puñetazo en el hombro.

-creo que debo disculparme. Soy Koga Kishimoto- se presentó el pelinegro

-Sesshomaru Taisho- indicó el peliblanco. En ese momento, al escuchar tal nombre, una persona se quedó en blanco.

-¿Se…shomaru?- confirmó Inuyasha. Sus sospechas eran ciertas. Él había llegado justo 30 minutos después de que Kagome se fuera. Estaba empapado y se había llevado el coche. Tenía insólitamente un rostro ¿de felicidad? No sabía con quien se había encontrado. Pero sin duda, era una mujer.

Y ahora todo estaba, como dicen, claro tal el agua. Lo pronunció muy fuerte. Para su buena suerte, o posiblemente mala, el mencionado lo notó

-Inuyasha ¡qué casualidad!- exclamó hipócritamente Sesshomaru, mientras le daba un golpe en la cabeza

-grrr- protestó el hermano menor- tú sabes perfectamente que estudio aquí- dijo con tono retador

-qué bien que te alegró verme. Mira con quién me he encontrado- emitió el hermano mayor levantando la voz cada vez más alta adrede- ¡Kagome!

La chica de la que siempre me has hablado- él la levantó para que todos pudiesen distinguirla mejor. El grupo de Inuyasha se quedó atónito, excepto Miroku, que conocía de los sentimientos de su amigo. De repente, unos estallaron en risa, lo que hizo que los demás los acompañaran. Toda el área se abrumó de burlas

-…- Inuyasha se quedó callado y salió corriendo de aquel sitio.

Era un cobarde y lo sabía. Pero en ese momento, solo sentía rabia hacia su hermano. Por humillarlo a él y sobretodo, poner los sentimientos de Kagome en el medio. Ella sólo lo miró con melancolía. Y se sentó.

-¡¿qué ven todos?!- repudió Kagome, explotando. Ella imitó la acción de Inuyasha, mientras se alejaba sin saber a dónde iba

-Kagome ¡espera!- rogó Koga. Fue inútil. Trató de seguirla. Pero un brazo se lo impidió

-creo que iré yo- notificó Sesshomaru mientras la alcanzaba. La aferró por el brazo y la chica lo empujo impetuosamente

-puedo aguantar que ustedes se metan con mi manera de vestir. No me importa si les parezco un ratón de biblioteca o qué. Pero tengo sentimiento y una dignidad que deben respetar- aclaró la Higurashi enojada. Aunque ofendida por encima de todo

-¡¿no comprendes que Inuyasha está enamorado de ti?!-gritó Sesshomaru- no pensé que sería tan cobarde para admitirlo. Lo siento mucho. Eres una gran chica. Empezando porque te lo aguantas- expresó lo que causó risita en Kagome

-¿en verdad… él está enamorado de mí?-

-completamente. Solo que el tonto es muy orgulloso como para aceptarlo. Ya sé. Déjame llevarte al cine-sugirió Sesshomaru

-¿eh?-interrogó Kagome

-no solo a ti, si quieres puedes invitar a tus amigas, y a ese celoso de Koga si te pega la gana- explicó el joven

-pensé que los ricos no iban a función de media entrada-dijo sarcásticamente la muchacha

-los ricos no; yo si. La diferencia entre ellos y mi persona, es que no me creo lo mejor. Aunque se que lo soy-presumió

-eres un caso perdido- le declaró la pelinegra con tono desesperanzador.

Él se marcho, no si antes comunicarle a la hora que se verían en el Shikon’s Movies Stars. Ella sonrió mientras se movía para invitar a Sango y Aiko.

Abrió las puertas de la cafetería. Los chicos voltearon a ver quien entraba. Las miradas incómodas hicieron su aparición. Pero Kagome decidió no darle importancia y se acomodó tranquilamente junto a sus amigos. Ella les anunció lo del cine. Sango aceptó sin dudas. Aiko tenía planes, ya saben con quién.

Y Koga no podía ir porque su papá le pidió el favor de que lo ayudara en la empresa de la familia. Si se hubiese enterado de que iría Sesshomaru, diría si enseguida.
Mientras tanto, en el baño de hombres…

-vamos Inuyasha, tenemos tiempo que no asistimos al cine.- insistía su amigo

-no sé. No estoy de ganas- respondió este

-¿eres idiota o qué? Desde cuando dejas que tu hermano te fastidie. Recuerda que es al revés: los hermanos menores molestan a los mayores. Y no estás cumpliendo la norma-sermoneó Miroku- mira que…

-con tal de que te calles voy. ¿Quién va?-

-todo el grupo-contestó el chico

-qué película veremos-inquirió el hanyou

-de las que te gustan: un sangriento filme de terror –

-está bien, pero solo porque estoy pelando-concluyó Inuyasha

Miroku puso una sonrisa de medio lado y salió. Inuyasha se lavó la cara con agua y se quedó un rato mirándose en el espejo. ¿De qué servía ser guapo si no se tiene a la chica amada? Kagome tiene razón. Si hubiera estado en sus zapatos, actuaría así. Odiaría que la azabache andara de “cacería” con todos. Miró el reloj.

Ya empezaría nuevamente clases. Tres largas y tormentosas horas lo separaban del ring de la alarma, que indicaría la salida. Sacó su ipod nano plateado y desahogaba sus penas escuchando Right Now Na na na de Akon. Siempre había encontrado algo de especial en la música R&B. Mezclaba ritmos suaves con animados.

Y la letra caía como anillo al dedo. Una especia de cinta se comenzó a rodar en su mente. Desde que la conoció, nunca más pudo dejar de pensar en ella. Su forma tímida, pero decidida. Tierna y tosca. Inteligente sino torpe. Su cabello suelto. Su inocencia. Nunca pensó enamorarse de alguien.

Todo era un simple juego. Hasta ahora no había sentido esto. ¿Era dolor? Solo con ella podía mostrarse como en verdad era. Quería recuperarla, necesitaba reconquistarla…

​

“Si la vida te muestra 1000 razones para llorar, demuéstrale que esa persona especial es tu 1001 razón para reír”​

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Soy el mejor amigo del hermano menor de Kagome, Sota. Gracias a él me entero de algunos detalles. Como el regreso de Koga o la tan esperada piscinada. Sin embargo, estudio en el mismo colegio que ellos. Me conocen. Kagome es muy amable conmigo. Mientras que Inuyasha es sólo un niño mimado. Miroku es un gran echador de broma. Soy un detective privado. Mi sueño es llegar a ser como Juni Cortés de Minispies. Pero no lo olviden: ¡es un secreto! Si se lo dicen a alguien, lo sabré y las consecuencias no serán lindas…​

 

Re: Jugando a odiarte (inu&kag)

maFFer susin: Muchas gracias amiga por leer la continuación! En verdad, sí. Inuyasha sufre, pero se lo merece @: Por ser tan mujeriego *-* aunque tendrá su recompensa con el mayor trofeo!

Siberian: Muchas gracias por leer y comentar! Te debo un comentario! Trataré de hacerlo ahora. Sí, sé que cambié mucho la personalidad de Sesshomaru. Hay Ooc, pero el problema es que este ff se adapta a tres foros, dos son de Inuyasha y uno de celebridades. No me culpen xD Mi coescritora es un obsesionada con los Jo-bros( jaja :D) Su Kevin es muy extrovertido y nuestro Sessh es todo lo contrario. Así que hay que poner una personalidad intermedia :D Además para el fanfic, también es necesario, ya pronto sabrás por qué...

Dark Phoenix: ¡Amiga! ¡Cómo me alegras que hayas comentado! Sé que me he tardado un mundo en poner continuación. Ojalá y no me quiten la compu y lo pongo ahora. Es que mi wn-friend es muy "polera" y se tarda siglos escribiendo un miserable capítulo xD a ella le toca el 9 y el 10. A mí el 11 y 12. Y así vamos, aunque claro, los míos son los mejores xD Jaja ya no es Gitana, sino Baby de Justin Bieber. Es tan lindo *-* y adorable! Me da ganas de pellizcarle los cachetes!! Claro que te envío un mensaje a tu perfil! Gracias por ser una lectora tan fiel! Ahora más tarde, si puedo te envío el link de los ff. Un besote. Te cuidas!

xXxNaRuHiNa: me alegra en verdad que te encante el fanfic! No sabes cuánto! Si a veces provoca a agarrar a Inuyasha por los pelos, pero es tan lindo *-* No me culpes! Tengo debilidad por mi semi-demonio. Y si es un celoso. Es su forma de mostrar que le gusta! Tenía qu ebuscarle una pareja a Kohaku. Y Kanna me pareció ideal, ya que es linda. Además para mi Sessh, la única es Rin y va a haber un triángulo!

kagome monin: Gracias amiga por tus consejos. Los pondré en práctica, tengo que hacerle unos ajustes. De veras, gracias por comentar y tomarte la molestia. Muacks (L)

hime sakura: la verdad... me habías preocupado! Y claro! Siéntete importante. Fuiste una de mis primeras lectoras. Y me encanta tus comentarios. Me hacen reír mucho xD. Así se hace, primero el estudio y luego la diversión, aunque suene aburrido...

InuuxLuLii: Muchas gracias amiga! Te debo mi comentario! Trataré de postearte ahora! Me he perdido muchos capítulos. Yo tampoco es que me agrade mucho Kagura, pero forma parte de RinSesshKag (Kag de Kagura xD) o.o estoy dando mucha información. Chaíto!!

 

Re: Jugando a odiarte (inu&kag)

Hola chicas ¿cómo están? Yo bien gracias a Dios (aunque sé que no les interesaL) Estoy nostálgica. Ya se acabó Inuyasha! A llorar al valle :´( Y el último capítulo es tan hermoso *-* Me encantó. Lo amé (L) No podría pedir nada. Pues cómo verán esta continuación es de comedia. Es la primera parte del malvado plan de Sessh sin intención (>.<)

Hubo algunos lectores que no entendieron la última parte del anterior. Se los explico: Shippo es el anónimo. Es el narrador testigo, participa en la historia, pero cuenta todo lo que les ocurre a los protagonistas. Sin embargo, él quiere mantener el anónimo para su seguridad (si se entera Inuyasha, lo mata xD) por chismoso : D

Es el mejor amigo de Sota, el hermano de Kagome. Hay mucho Ooc en Sesshomaru, gomenasai!! Pero este capítulo el tocó a Zulaima (sí, los tomatazos y pedradas a ella xD) y ella está obsesionada con los Jonas Brothers, y un personaje es nada más y nada menos que Kevin Jonas

Cuando me toque a mí, trataré de hacerlo más parecido a la personalidad original, pero no me regañen (^.^)

Agregué esta encuesta, porque estoy planeado hacer una segunda temporada. Ya que quedarán muchos detalles sin aclarar intencionalmente. Me van a odiar por el último capítulo! Si leen el prólogo, notarán: TRES AÑOS DESPUÉS…

Hay es cuando entra la segunda temporada. Ésta sólo tendrá 15 0 16…

Dejaré de escribir, porque sé que quieren leer el capítulo, y soy fastidiosa. Pero estoy aburrida. Ya es casi madrugada y me pasé como dos santas horas corrigiendo el capítulo! Sí dos horas!

Handsome* es apuesto o atractivo en inglés. Las quiero! No olviden de postear que me alegran la vida no saben cuánto! Sayonara!

Regla Nº 9: La vida es como una película: drama, acción, romance, comedia…todo el paquete completo, solo hay que saber actuarla e interpretar el papel adecuado.

Sonó el timbre que indicaba la salía de clases. Empezaba el fin de semana. Todos por su lado con sus respectivos grupos de amistades. Los populares en el típico rincón popular. Los de la banda reunida en el salón de música para ensayar. El equipo de física en el laboratorio inventando nuevas fórmulas. Y los chicos normales pues…esperando el bus o a que sus padres los buscaran.

El grupo de Inuyasha estaban fregándolo con la escenita de su hermano en la cafetería y el grupo de Kagome estaba conversando sobre los proyectos que había dejado el profesor Keita para las siguientes dos semanas.

- Aiko se nota que estabas más que ocupada en el cambio de hora - bromeó Kagome levantando una fina ceja color marrón claro.

- Sí, las actividades casi no te dieron tiempo para respirar-dijo sarcásticamente Sango antes de que ella y Kagome estallaran en risas.

- Ya dejen de fastidiar a la pobre chica que luego el verdulero que siempre pasa a esta hora la confundirá con un tomate - añadió Sesshomaru con humor incorporándose en su grupo mientras observaba a Aiko sonrojándose.

-Que oportuno ha de ser, Lord Handsome*. Sin duda usted es el tipo de caballero al que le gustan las bromas y sobre todo cuando es en contra de aquellos a quienes les tiene un cierto aprecio - dijo Kagome incorporándose con una sonrisa de medio lado y un acento inglés haciendo referencia al incidente del receso.

- Puedo decirle, querida mía, que aquello sólo fue un chiste tomado a mal por muchos, no fue con ninguna otra intensión aparte de fastidiar a este ser a quien le tengo cierto aprecio como usted dice - respondió Sesshomaru con el mismo acento en que ella lo hizo y la misma mueca.

Sango y Aiko rieron por lo bajo y pronto el Taisho y la chica lo hicieron también. El peliblanco retomó el tema del cine.

- ¿Entonces van sí o no al cine? -

El trío de chicas vaciló por un momento y luego asintieron con la cabeza y una de ella expresó:

- Iríamos con mucho gusto pero el problema es el transporte. Mis padres trabajan hasta muy tarde y los de Sango se encuentran en el Distrito Capital. Además que los de Kagome poseen un solo auto y no están como para salir del trabajo solo a llevarla al cine. Y sin contar que…bueno tengo planes… -

- Entonces lo tomo como un sí definitivo. Para algo son estas llaves - declaró Sesshomaru mostrando las llaves que tenía en sus manos.- Además mientras más gente mejor. Ese bus tarda demasiado y se supone que en la universidad salía hoy temprano así que… - fue interrumpido.

- Espera… ¿en la universidad? - pregunto Kagome.

- Sí…las clases de los profesores hoy estaban bastante aburridas y me escapé un rato y como no podía ir a ningún lado porque el director tiene ojos en todas partes, vine para acá que soy siempre bienvenido. - contestó tranquilamente y sin preocupación alguna. - Como decía… ese bus tarda mucho y ya me dio hambre pero no puedo dejarlas solas ¿damos una vuelta? Tengo espacio de sobra en el auto- dijo alzando las llaves y sonriendo pícaramente para que aceptaran.

Sango y la Higurashi miraron al mismo tiempo a Aiko. Ella hizo una mueca con la cara y de pronto apareció a su lado Kento, su novio.

- ¿Qué hacías amor? -mientras se ponía en cuclillas para besarla y saludar a los demás.
- ¡Kento! ¡Amigo! ¡Tiempo de no verte! ¿Cómo has estado?- exclamó Sesshomaru adivinando que se escondía detrás de esa aparición repentina y la mueca que mostró Aiko.

- Bien...supongo - respondió inseguro y a la vez extrañado el güero.

- ¿Esperas el autobús?

- Mi padre venia a buscarme pero…se presento un incidente en uno de los hoteles y pues tuvo que tomar un avión a Chicago entonces…

- ¡Excelente! El último en entrar al auto no come helado - dijo poniéndose de pie y dando fin a la conversación. Todos hicieron lo mismo.

- ¿Qué fue eso?-pregunto Kento a su novia.

- Creo que va a dejarte en tu casa -

-Ah ok...- dijo algo perturbado.

Mientras caminaban todos los veían raro. Los populares no podían creerlo. Ya era bastante con que Kento fuera novio de una cerebrito asocial y ahora se va con ella. No solo Kento sino también el albino, el hermano del líder. Esto si que estaba de locos. Primero aparece en la escuela como si nada. Luego se sienta con las cerebritos de la clase y humilla totalmente a Inuyasha en frente de todos en la cafetería y después se va con ellas y Kento a comer helado. ¿Qué le pasa al mundo hoy que esta de cabeza? A los de la banda les daba lo mismo y los del club de física y ajedrez sentían envidia de ellas.

Como el apuesto joven había dicho, pasaron por un helado y luego los dejo a todos en su casa. El rubio y Kagome protestaron porque no querían que él pagara la cuenta pero el muchacho insistió y prácticamente los obligó. Luego les compró otro helado y casi que no les manda a escribir con sirope de caramelo. “Se lo comen y sin chistar o tendremos problemas”.

Quedaron en que la pelinegra de gafas y Kento verían su película de amor y luego se encontraban y que el Taisho pasaría buscando a Kagome y a la castaña a la hora acordada para ir a ver la película y luego tal vez comer algo. Sango preguntó acerca de cuál sería la película y si alguien más aparte de ellos irían pero la verdad ninguna de las preguntas supo responderlas solo dijo “allá veremos”. Esto dejo un tanto inquieta a Kagome porque tenía un mal presentimiento acerca del cine pero hizo caso omiso y decidió darse un tiempo de relax esa tarde.

En el carro iban escuchando la radio. Contagious, Boys Like Girls; esa canción se iba reproduciendo. La letra era contagiosa así como lo decía el título aparte que el ritmo era bastante movido.

En otra parte de la ciudad un chico estaba en la ducha escuchando la misma canción una y otra vez mientras se bañaba y pasaban imágenes en su cabeza como una película. La letra tenía relación con aquella chica que le robaba las tardes en pensamientos:

“Estoy volando por el carril haciendo 95 cosas mientras en mi cabeza solo están 90 no se a donde rayos voy pero voy después de ti. Estoy saltando en el último tren con la sensación de que estoy un poco loco pero no lo puedo explicar y aun así no se a donde rayos voy pero voy después de ti. Sé que piensas que estoy loco y visto como pobre, no hago la cena ni voy al cine pero si me presentara en tu puerta…

¿Me darías un minuto más? Esta historia está lejos de terminar. Podríamos llenar todas las páginas con estoy enfermo, niña eres tan contagiosa. Quiero decirte que echo de menos cuando te bese y pase todas las etapas…me siento enfermo, niña eres tan contagiosa...”

Pensó Inuyasha mientras salía del baño… en cierta forma tiene relación, no completa pero sí la tiene. No pudo sacar esa canción de su cabeza y llevaba escuchándola toda la tarde ¿qué le pasaba hoy? ¿Su vida se estaba convirtiendo en un Song-fic o qué? Tarareaba la pegajosa canción mientras elegía que usar; hace mucho que no iba al cine y no sabía exactamente que se usaba hoy en día para ir.

Que más le daba, eso no importaba mucho. Solo irían sus amigos… bueno, pensándolo bien… si importaba; ellos se fijaban mucho en eso...

Tenía 3 opciones:

1.- Buscar en Google que estaba de moda esa temporada.

2.-Decirles a los sirvientes que la escogieran por él

3.- Lo típico de todos los días…llamar a Miroku para consultarles sus dudas.

Todas eran muy estúpidas, la primera era en casos de emergencia y nunca le gustaba mucho de lo que salía en Internet. La segunda opción era muy absurda, la última vez que un sirviente escogió algo para él, termino llamando a su mamá para preguntarle. Y la tercera pues…era en casos extremos y cada vez que lo hacia se sentía como esas chicas que llaman a sus amigas para preguntarles que deben usar y terminan ellas escogiendo la ropa para su cita.

El pensar en ello le causó escalofríos y le pasaron por la mente la imagen que presencio hace unos años de unos homosexuales en pleno beso. Eso lo traumó de por vida y hasta hoy en día no lo había recordado gracias a la ayuda terapéutica de un psiquiatra. Ya que, sólo le quedaba hacerse una y otra vez la pregunta del millón…”

¿Qué me pongo?”. Pasaron tres, cuatro, veinte, treinta minutos y ya no sabía que hacer. Iba a volverse paranoico si seguía así. En los titulares del periódico matutino de mañana se leerá en la primera plana “Epidemia paranoica: cuidado cuando elijan que usar para ir al cine” seria el motivo de burla de todo el mundo cuando leyeran el contenido “hijo de millonarios muere de ataques paranoicos al no saber que usar para ir al cine con su grupo de amigos. Amigos y familiares sienten mucho su perdida, especialmente una chica cuya identidad decidió ser no especificada.”

Esperen, ¿en especial una chica cuya identidad decidió no ser especificada? Ya estaba fantaseando mucho aunque se pregunto si ella lo extrañaría si fuera así. ¡Ya basta! ¡Esto era el colmo! Se dio vuelta, se paró de la cama y abrió la puerta del armario y saco un blue- Jean oscuro, una franela azul marino casi del mismo color y una corbata fina de leopardo y unas gomas naranjas con morado que combinaban a la perfección.

Listo, Prestto y dispuesto. Solo faltaba esperar. Saco su celular ultimo modelo y empezó a jugar. (Si, en efecto. Se lleva el premio. Para eso sirve el celular xD)

Por otra parte, una chica muy hermosa llegaba a su casa del colegio. Con una alegría que nadie se la quitaba. Hacia bastante que no iba al cine con sus amigas y ahora así de la nada, surgió la invitación. Entro a su casa por la puerta principal y saludo a sus padres que rara vez estaban allí cuando ella llegaba. Subió a su habitación y se dispuso a abrir el closet y escoger algo para la salida de la tarde.

Cuando lo abrió y lo examinó detenidamente, no encontró nada que pudiera usar. Literalmente no tenia nada que pudiera usar, no había más que ganchos vacíos colgados en la barra de metal. Luego de superar su sorpresa respirando hondo y exhalando se dispuso a preguntarle a su mamá qué había pasado con su guardarropa completo.

-Bien. Respira...inhala, exhala… ahora pregunta... ¡MAMÁ! - la pobre chica no pudo contenerse y gritó.- ¡Mamá!-

-Huh, ya se dio cuenta ¿qué pasa hija?- preguntó la madre de la chica reprimiendo una sonrisa cómplice.

-¿Qué ha pasado con mi guardarropa?- pregunto preocupada. No era mucho pero era algo. Y tampoco era algo estrambótico pero le gustaba. Así era ella. Se sentía unida con su ropa. Si, suena tonto pero bueno.

-Ah... ¿te refieres a esta?-dijo la señora señalando un montón de bolsas con papeles.
Parecía todo nuevo. Para ser exactos habían más de 20 bolsas con mínimo de 3 prendas por bolsa. Sin mencionar las cajas de zapatos que estaban a su lado.
La pelinegra se quedó boquiabierta. No podía creerlo. ¿De donde había salido todo aquello?

- Pero ¿qué pasó aquí?- consiguió decir -…-

- Hija, ya necesitabas un cambio de ropero y pues puede decirse que… conseguí un ascenso en el trabajo - dijo con una sonrisa de oreja a oreja que reflejaba su emoción.

- ¡No puedo creerlo! ¡Eso es buenísimo! Pero no debías molestarte…-

- Nada de peros… quiero que hoy mismo estrenes tu ropa nueva ¿no ibas a salir con las chicas? Pues bien, que mejor oportunidad que esa. Venga, vamos a escoger tu ropa-

Así pasaron la tarde madre e hija, guardando, doblando, colgando ropa, acomodando zapatos, viendo que usar hasta que llego la hora en la que la madre de la hermosa joven ya debía regresar a trabajar. Le deseó suerte a su hija y salió a trabajar. Kagome estaba tan contenta, que apenas podía contenerse de gritar. Quería llamar a Sango y a Aiko pero se guardaría la sorpresa para luego, ahora debía ducharse y vestirse, Sesshomaru estaría allí dentro de poco.

Así lo hizo y se metió en el baño y luego supongo que se habrá desvestido y metido a la ducha. Solté una sonora carcajada. Me cubrí los ojos, soy hombre pero no pervertido como Miroku e Inuyasha. Hablando de ellos… veamos qué pasó con ellos.

El semi-demonio ya estaba vestido y aburrido como de costumbre. Su hermano había llegado hacia ya una hora y se había metido a bañar y presumía que ya había salido, según él. Por otra parte, el muy despreocupado del mayor, se había tomado su tiempo en el baño, eligiendo la ropa y vistiéndose. Ya estaba listo pero quería revisar los chismes. Qué chico tan raro, ¿viendo chismes en una página de Internet?

Eso es de niñas. Bueno, ¿Quién quita que no lo haga? En fin, ¿Dónde quedé? ¡Ah sí! El muy fastidioso de Inuyasha no hallaba más qué hacer y decidió molestar a su hermano como de costumbre

- ¿Qué hay bro?- dijo entrando por la puerta sin antes haber tocado.

- ¿No sabes tocar?-le dijo furibundo a su hermano menor mientras apagaba la computadora

- Sí pero no me apetecía… ¿sabes algo? No lo creo pero igual voy a decirte. Estoy aburrido

-no seas mentecato- dijo secamente dando los últimos toques a su imagen.

- Que chistoso, bastardo- dijo irónico Inuyasha- ¿Para qué tanta loción? ¿A dónde vas?-

- No te incumbe. Adiós- dio fin a la conversación y dio un leve portazo.

-Claro, déjame hablando solo - dijo el híbrido resignado encogiéndose de hombros y tirando la cabeza para atrás como diciendo: “Es un caso perdido”.

Miroku por su parte ya estaba listo, todo relajado, despreocupado, tirado en el sillón de su sala de estar viendo TV, nadie quien lo molestase. Era mejor dejarlo tranquilo así como estaba.

Kagome por otra parte estaba algo inquieta pero aun así emocionada. Hacía bastante que no hacia aquello con sus amigas y ahora estaba “saliendo” con el hermano mayor del chico que le gustaba. Increíble, se dijo a sí misma, cualquiera pensaría que una…un…bueno llamémoslo “una cualquiera”. Se le fue el tiempo en esos pensamientos y al rato se escuchó una corneta de automóvil.

Era el Taisho mayor que ya había llegado por ella. Qué suerte que su mamá la había ayudado, porque seguro ella no habría podido acabar antes de que él viniese por ella. Bajo por las escaleras, salió por la puerta, le echó cerrojo y se dirigió hacia el auto casi corriendo. Se notaba a distancia que no podía contener la agitación y para su mala suerte, fue el tema de burla todo el trayecto de su casa al cine.

Quedaron de verse con Aiko y Kento diez para las cinco en frente del cine, pero como todavía faltaba una hora, Sango, Sesshomaru y la sacerdotisa siguieron dando vueltas en el centro comercial.

- ¡Ay! Como que ya se tardaron mucho ¿no? - se quejó la exterminadora tumbándose en una de las sillas de la feria de la comida en frente del cine.

- Sí. Creo que entramos a la película, salimos, vamos a la luna y volvemos y todavía no salen- se bufó Kagome

- Oh vamos chicas, no se quejen tanto. Solo pásenla bien y todo descanso - anuncio Sesshomaru recostándose en la silla.

- Ah ¡bien! Si tú dices…pero dudo que lo logres. Ahí está Sara - dijo la chica de orbes marrones mientras señalaba a la mujer que usaba shorts, lentes cuadrados y una camiseta con la cara de Sesshomaru en ella.

-ok, momento de anti-relax… ¡corran!- dicho esto se paró lo más rápido que pudo de la silla y se echó a andar. Sango y la miko solo se limitaron a seguirlo con una expresión divertida en la cara.

Por otro lado, estaba reunido un grupo grande de amigos. Discutiendo acerca de que película iban a ver. Unos decían comedia, otros acción y otros terror. Pero se dejaron llevar por su instinto natural y usaron la vieja táctica que venían usando desde hacia años…

-¿Cara o cruz?- algo patética la pregunta que hizo Akitoki. Es increíble que estos chicos estén casi graduándose.

- Cara - dijo Miroku. Para su suerte, y la de Inuyasha, cayó cara, así que ellos elegían la película y si a los demás no les gustaban… allá ellos.

- ¡Ay no! siempre es lo mismo… Miroku e Inuyasha escogiendo la película. Cambien la rutina, siempre son películas de acción que todos terminamos viendo… la escojo yo. Será una comedia y punto.- dijo Ayame dando fin a la conversación y arrebatándole el dinero de la mano a Kaijinbō para ir a comprar las entradas.

Los demás solo se limitaron a ver como se iba a comprar las entradas. Esa no era la Ayame que conocían. ¿Qué habría pasado con ella? Solo la siguieron en lo que comenzaba la película no le dirigieron la palabra más que para decirle gracias por haber comprado las entradas.

- Ahora sí, el puesto por el que todos se matan… ¿Quién va a comprar la comida?-anunció Byakuya. Una vez más nadie levanto la mano. Esperen…ese no es… ¡Nah! No puede ser. - ¡Inuyasha! Que sorpresa gracias por ofrecerte- dándole el dinero.

- Pero ¿qué?... ¡yo no levanté la mano! No debería por qué ir.- gruñó el hanyou enfadado con su amigo por haberle levantado la mano en ese preciso momento.-estás muerto Miroku- le susurró antes de irse a comprar las cosas.

Estaba que lo asesinaba, pero se contuvo. Sería poco ético matar a tu mejor amigo y cómplice de operaciones. Por otro lado…

- ¡Hasta que se dignan a aparecer! Ya va a empezar la película- chilló Kagome.- no hemos comprado la comida y ya la sala de está llena.

- Entonces si ese es el caso… lárgate a comprarla tú- ordenó Sesshomaru dándole el dinero de la comida y yéndose con los demás a la sala de cine.

- Pero ¿qué? ¿Qué se supone que haga con esto?- les preguntó gritando ya que se habían alejado.

- Comprar la comida- eso fue lo último que escucho de la atractiva exterminadora y del demás, puesto que ya habían entrado al cine.

La Higurashi fue de mala gana a buscar la comida, que por suerte no era mucha, al igual que Inuyasha. Si que fue un milagro el que no se encontraran en la fila de la feria de comida, sino, capaz ella no fuera a ese cine nunca más. Luego de un rato, ambos entraron a la película al mismo tiempo pero por puertas diferentes y fueron a sus respectivos asientos.

La chica no encontraba a sus amigos, ya que la sala estaba a oscuras y no había llevado celular para alumbrarse, y el joven localizó a sus amigos en una fila de la parte media pero no había asientos libres, así que les dio a cada uno lo que les correspondía y se sentó con una fila de separación. La peliazabache no encontraba donde sentarse hasta que vio un asiento libre al lado de un “señor” y fue a ver si estaba ocupado.

- Disculpe…disculpe…- pasó pidiendo permiso entre los que estaban sentados hasta llegar donde estaba el peliblanco- ¿está ocupado?- susurró.

- No, puede sentarse – sólo se limitó a contestar y ni siquiera la miró, sino que siguió viendo la película. Así fue hasta la mitad de la película, que lo llamaron por teléfono y salió a atender, ninguno de los dos supieron que estaban sentados uno al lado del otro, ni siquiera cuando se encendieron las luces.

Inuyasha estaba de lo más animado hablando por teléfono y no reparó en que ya la película había terminado y debía encontrarse con sus amigos.

En cambio Kagome estaba perdida buscando a sus amigos con toda la comida encima, no le gustaba mucho comer en el cine pero ya que la tenía allí, se comió una cotufas medianas, un refresco grande y un chocolate edición especial, aun así todavía le quedaban dos cotufas, dos refrescos y un agua.

Para colmo obstruían su vista y no vio que un chico algo de tez blanca y cabello blancuzco que hablaba por teléfono se cruzó por enfrente y chocaron.
- Te llamo luego- dijo el chico cortando el teléfono mientras se quitaba las cotufas del cabello y se secaba como podía la franela empapada de refresco.- Oye ten más cuidado ¿si?-

- Lo siento, lo siento mucho de verdad - limpiándole con una servilleta la franela -tenia todo esto encima y no sabía…- se quedó callada al reconocerlo

Estos accidentes siempre nos pasan. Pero por algo será. Y la razón de ésta no existe. Sólo es por obra del destino. Únicamente nos queda recordarnos que…

“El destino ayuda a quien lo acepta y arrastra a quienes se resisten.”​

Lucío Anneco Séneca


Xoxo, Anonimo♥​