Inmmortality

Reseña:​

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“Vivir para ser inmortal”​

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Amor peligroso… y prohibido.​

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¿Pero que haces si es lo que mas amas?​

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Edward Cullen siendo el único hombre heredero de la familia más rica del país, no puede ser de los jóvenes que se fijen en una joven como Bella Swan, que solo es hija de uno de los empleados de la familia. ¿Por qué hacerlo si se tiene todo y todas las mujeres hermosas que quiere?
Pero cuando encuentras tu otra mitad en el alma de ese ser… sabes que ni todo tu dinero puede recompensar no tener tu mitad para ser completo.
Inmmortality es una historia de amor, pasión, traición, odio, rencor, poder, lujo, alegría y dolor.
Solo los cuentos de hadas siguen el amor y no el deber… Pero éste no es un cuento, sino una historia de vidas…

Construir o Plantar.​

Los constructores pueden demorar años en sus tareas. ​

Pero un día terminan aquello que estaban haciendo.​

Entonces se paran y quedan limitados​

por sus propias paredes.​

La vid pierde el sentido cuando la construcción acaba.​

Pero existen los que plantan.​

Éstos a veces sufren con las tempestades, ​

las estaciones y raramente descansan.​

Pero al contrario que un edificio, el ​

jardín jamás para de crecer. ​

Y, al mismo tiempo que existe la atención ​

del jardinero, también permite que,​

Para él la vida sea una gran aventura.​

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Paulo Coelho.​

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Fue así como el león se enamoró de la oveja…​

 

Prefacio​

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Nunca me había a detenido a pensar de quien me iba a enamorar tan inquebrantablemente con esa intensidad sublime para querer unir mi vida con él. No tenia ni idea a mi edad como debería ser esa persona con el que compartiría mis sueños, mis miedos, celebre mis triunfos y esté ahí levantándome en mis fracasos.

Con la respiración contenida contemplé fijamente los ojos del ángel de la obscuridad al otro lado del estrecho pasillo blanco. Volteó a ver hacia donde yo estaba parada, pero parecía no verme puesto su mirada fría veía al infinito del cual yo no participaba. Desesperada por llamar de su atención noté que a mi derecha había un espejo, con inquietud quise saber al verme porque el ángel no se fijaba en mí.

Lo comprendí: Yo no estaba reflejada en él. No tenía un existir.

Una bellísima niña apareció como algo divino en el espejo aun lado de mí. Levanté mi mano para acariciar aquella risada cabellera oscura. Mis ojos en todo momento estaban fijos en el espejo, no quería hacer otra cosa por el miedo de al voltear dejar de ver al pequeño ángel.

Pero entonces cuando mi mano reposó sobre su cabecita me di cuenta que no era solo un reflejo de ese ángel de luz, ella existía, y estaba mimosa, feliz, recargada en mi pierna desnuda.

Tuve el valor de alejar mi mirada del espejo para ver realmente aquella niña. Pero al hacerlo ella ya no estaba. Angustiada la busqué con la mirada por todas partes.

Y ahí estaba, al fondo del pasillo en brazos del ángel de la obscuridad, lo besó y le dijo “Papá”, haciendo herir gravemente sus dulces y sublimes palabras en mi cuerpo.

Me dieron la espalda y empezaron alejarse con pasos lentos y firmes. El ángel de vida ya no me sonreía.

Sin tener control de mí cuerpo caí de rodillas. Aturdida por no comprender que pasaba sentí que algo caliente en mi pecho, bajé la mirada y mis manos temblorosas llegaron hacia mi corazón expuesto lleno de sangre. Entre mas se alejaban esos seres bellos mas mi sangre vaciaba mi cuerpo y mi alma se despedazaba, matando mi corazón.

¿Por qué me dejaban si podía ofrecerles tanto?

Una mano acarició mi hombro desnudo para ofrecerme paz. Pero yo no lo quería. Fue cuando me di cuenta que esos ángeles de Noche y de Día era lo que mas amaba y ellos eran mi vida. Aunque yo para ellos no era nada. Ni el reflejo de un ser, ni la sombra de un existir, ni lo que pude haber dejado como eterno.

¡No era nada!

 

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Capitulo 0​

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Inmortal​

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"¿El plantar o construir?"​

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No podía creer que uno de los días mas importantes de mi carrera se me estuviera haciendo tarde. Y todo era provocado por querer hacer mejor que nunca mi trabajo, que ironía.

El tráfico era tedioso y siendo verano era cada vez más insoportable estar dentro de mi trasto, que según decía ser un automóvil, sobre todo si se es como yo que odia el aire acondicionado. Además que mi vejestorio no contaba con tales extravagancias de comodidad.

Después de una maldita hora pude salir de la odisea y llegar a la entrada del hotel más exclusivo de Paris. Llegaba quince minutos de retraso, y sabía que era imperdonable hacer esperar a uno de los más grandes iconos de las pasarelas y del mundo empresarial. No sé que me había pasado para hacer tal falta de respeto, si sabia muy bien que tener la exclusiva de la entrevista de esa mujer, que nadie antes la había tenido, seria el mas fuerte impulso que tendría en mi mundo del periodismo, que era mi vida. Tal vez era que en el fondo a mi la “magistral” señora Newton no era para nada de la cual tenerle admiración y mucho menos respeto. Era cierto que la joven había logrado en solo unos años hacer que su nombre sea oído por todos los medios, por todas las fronteras.

¿Pero tenía valor sus logros si era acosta de ultilizar a su antojo a los demás?

No, para mi no lo era. Yo creo que era por eso que no me interesaba quedar bien con una mujer que su fama y fortuna se debía a su vida sin valores y vilmente calculadora.

Pero ser yo la elegida aunque sea de entrevistar a una mujer así era un privilegio, sobre todo porque el publico quería saber todo de ella, al ser la señora Newton todo un misterio y yo vivía para la gente y tenía que complacerlas lo mejor posible.

¾ Señorita, yo le estaciono su carro ¾Un señor se acercó a mi cuando llegué a la puerta principal del hotel de lujo.
¾ Preferiría estacionarlo yo ¾Me entró una llamada a mi celular en ese momento. Era Bruno, mi jefe¾. ¿Si? ¾Contesté con miedo.
¾ ¿En donde demonios estás? ¾Debió de haber gente cerca de él, porque no me gritó como acostumbraba, pero pude sentir hasta hacerme un escalofrió como estaba furioso al hablarme con tanta tensión.
¾ Ya estoy subiendo por el elevador ¾Tuve que salvar mi cuello, tenia que mentir un poco¾. ¡Bueno! ¿Bueno? ¾Me colgó. ¡Oh, hijo de…! ¿Todos los jefes eran así de despreciables?
¾ ¿Señorita? ¾Volteé a ver al señor parking del hotel.
¾ Si, si, está bien ¾Odiaba dejar mi carro en manos de desconocidos, siempre los raspaban, aunque mi carro estaba tan viejo que no se podía ver peor, pero sobre todo, y lo que me preocupaba de verdad, es que tenia papeles muy importantes de mi trabajo¾. Los demandaré si algo me hace falta ¾Salí furiosa de mi cacharro y giré hacia atrás para tomar mi maletín de mano de piel negra.

El trabajador muy serio entró a mi basurero de cuatro ruedas y otro joven me entregó un talón para luego recogerlo.

¡Lo siento mucho Mundo pero hoy todos iban a pagar por estar empezando tan mal mi día!

Por fin estaba en el elevador y pulse el botón siete. Milagrosamente la buena maquina de hierro era amiga éste día e hizo su trabajo rápido, como me gusta.

¾ Por fin llegas ¾Me tomó Bruno con brusquedad del brazo y me jaló pegándome a él. Era un hombre de edad madura, de estatura alta, ojos y pelo de intenso color negro. Tenia que admitir a mi pesar que era muy guapo, pero tenia un genio de los mil demonios¾, espero que arregles la estupidez de llegar tarde. No voy a perder una entrevista con la señora Newton por tu culpa.
¾ Nunca haría algo así con la mujer que promete ser una leyenda inmortal ¾Dije con sarcasmo al zafarme de la casi mutilación de mi brazo.
¾ No seas idiota, tu nombre con esto será algo.
¾ Lo se ¾Reconocí con hartazgo. Era muy satírica la vida. La mujer que para mi no merecía nada de respeto, era admirada por el mundo y seria la que hiciera que yo sea por fin una reportera de renombre.
¾ Te está esperando desde hace veinte minutos ¾Empujó de mi y casi logra que me estampara en la puerta¾. Inventa algo muy bueno que sea bastante creíble como para que una mujer de su importancia no quiera cancelar la entrevista. Porque si es así olvídate de hasta haber nacido.

Asentí con profesionalismo, tenia razón de estar furioso, y con esa misma actitud toqué la puerta y una mujer joven me abrió al instante.

¾ Soy Laura Leblanc, la reportera de “Business world” ¾Me presenté con nerviosismo, no pude evitarlo. Aunque no sea la mujer que haría Santa o quisiera que mis hijos, cuando los tuviera, siguieran sus pasos, era de las mujeres mas enigmáticas y extraordinarias que los últimos años han aparecido. Era muy consiente de eso y por esa misma situación mi tensión de estar con un icono como ella aumentaba cada vez mas. Y eso agregarle que era tan estúpida como para llegar tarde… ¡Idiota!

¾ La estamos esperando, pase ¾No me cerraron la puerta en la cara, eso era buena señal. Ese alivio infinito fue tan maravilloso que no me percaté que ella me había contestado en mi idioma, francés.

Volteé con discreción a ver a Bruno, él tanto como yo descansamos en paz. Respiré profundamente y seguí a la señorita que empezó a caminar sin decir nada más.

¾ Perdón por el retraso ¾Empecé a disculparme con la joven que vestía un traje sastre color azul claro, muy formal para su edad, pero el conjunto de falda y saco la hacia ver bien¾, lo que sucedió…
¾ A mi no me tiene que decir nada ¾Me calló tajante sin bajar la velocidad de su andar, todo el tiempo dándome la espalda¾, es con la señora con la que debe disculparse.

Era la mujer bastante joven para tener ese carácter tan amargoso. ¿Qué tendría? ¿23 o 24 años?

Yo tenia 29 y cualquiera que me viera hoy juraría que era una amargada de lo peor, a lo mejor hoy tampoco era su día. No era quien para juzgarla.

Seguimos caminando por un largo pasillo, pasamos por dos puertas y en la tercera tocó con suavidad.

¾ Pasa, Ángela ¾Una voz sedosa, dulce, se oyó atraves de las paredes.

Con un movimiento de cabeza me indicó que entrara. Era tan rígida esa tal Ángela, que incomodaba, estaba segura que seria peor la señora Newton.

¾ A llegado la reportera ¾La joven Ángela me anunció con indiferencia y frialdad.
¾ Bienvenida, señorita Lenblac ¾De nuevo la voz dulce, agradable se escuchó, pero esta vez de más cerca, era tan confortable. Inmediatamente quise localizarla con la mirada la dueña de esa voz tan apacible y sensual a la vez que era muy atrayente.

Hablaban ambas jóvenes americanas excelente el francés, era apenas audible su acento. Me sorprendió bastante.

¾ Muchas gracias, Señora Newton ¾Estaba detrás de un librero que la tapaba, era esa la razón de que no la localizara en cuanto entré a la lujosa sala de su habitación¾. Me quiero disculpar por mi tardanza ¾Hablaba por educación, no era sincera¾. Lo que sucedió…
¾ Lo importante es que ya está aquí, señorita Lenblac, y pude darme tiempo de leer una vez más uno de mis libros favoritos: Cumbres Borrascosas. Ya lo había olvidado. Ya tiene una información mas de mí para su artículo ¾se rió delicadamente. Me fascinó¾. Por favor siéntese.

Sin perder más el tiempo saqué de mi portafolio mi computadora personal y me senté en uno de los sillones de la estancia. Era precioso el lugar, todo era blanco y de ligeros colores cafés también adornaban y hacia mas exquisito el entorno. La alfombra era blanca y los sillones de un color camello. Todo lo demás era porcelana, vidrio, madera clara, como el librero.

Tecleé en una hoja limpia:

Libro favorito: Cumbres borrascosas.​

¾ Quisiera primero hacer un ensayo de la entrevista, así sabré que le apetece contestarme y que no ¾Me puse mis lentes de marco grueso rojo y estaba mas que preparada para saber por fin algo de la mujer que ha hecho un gran enigma en estos años.
¾ Es la primera vez que me entrevistan ¾Seguía detrás del librero, solo alcancé a ver que sacaba y metía libros, no sé que pretendía hacer¾. Me gustaría por lo mismo que fuera algo menos… profesional.
¾ ¿Cómo una platica de amigas? ¾Era rara la mujer ¾-. Por cierto, Señora Newton, hablo perfectamente el ingles, ¿no gusta que hablemos en su idioma? ¾Me ofrecí con amabilidad.
¾ Es de los pocos momentos que puedo practicar mi francés. Muchas gracias, pero prefiero la entrevista así.
¾ Lo habla perfectamente.

Los libros dejaron de moverse. Volteé a ver a Ángela que estaba parada como gendarme detrás de mi, ¿Por qué no se sentaba? ¿Lo tenia prohibido? Notó mi mirada, me vio y se acomodó de su nariz los antejos de un fino marco plateado.

¿Por qué la Señora dejó de hablar?

Por fin los libros cobraron otra vez vida y la modelo más codiciada se aclaró la garganta y comentó:

¾ Tuve el mejor maestro ¾Eso fue todo.
¾ Señora Newton ¾Tenia algo que debía darle las gracias de todo corazón¾, no tiene ni idea como le agradezco que escogiera que fuera yo quien la entrevistara, aun no me lo creo. No tengo ni idea como yo pude causarle interés.
¾ He leído artículos de la revista en la cual trabaja usted, y me gustó lo humana que es… Eso en este mundo es de las pocas cosas del ser humano que realmente valen. Vine desde Estados Unidos hasta Paris porque es la única joven que me gustó su manera de trasmitir los sentimientos, dice cosas, pero no es amarillista. Me da confianza, y no cualquiera logra eso.
¾ Gracias, Señora,… ¾Se me secó la garganta, no me imaginé ni en mi más desbastadora locura que ésta mujer tuviera esa sensibilidad en buscar eso de las personas.

Lo que sabia de ella era lo mismo que conocíamos todos, pues era lo poco que dejaba saber de su vida: Antes no había sido nada, lo empezó hacer hasta que el hombre más rico del país se había fijado en ella. Todos al principio creímos que era un gran amor, de esos que salen en las películas y libros que son fantásticos y uno anhela por lo menos una vez vivirlo. Pero no fue así. Al ser todo ese asunto de su compromiso puro espectáculo, una mentira. Aunque aun no se sabía a ciencia cierta el porqué.

¿Un simple juego de adolescentes para tener fama y salir en las revistas y programas más importantes?

Puede ser, y esa idea era la más probable.

La señora Newton supo realizar muy bien la forma de guiar su vida.

¿Todo había sido planeado desde un principio?

Tenía también otra fama aparte de calculadora al salir con uno de los hombres mas impresionantes del mundo, sino que era fría, clasista, frívola, pero muy inteligente. Esto último era la razón de que estuviera yo aquí.

¾ ¿Qué se siente, Señora, ser nombrada este año la revelación juvenil de los negocios?
¾ ¿La empresaria revelación del año? ¾Me hizo parecer que se rió suavemente.
¾ Así es.
¾ Es un honor que me consideren de esa manera. Pero es algo que yo no buscaba.
¾ ¿Entonces no le interesa? ¾¡Por Dios, que falsa era si decía que “no” le importaba! Todos los empresarios se matan cada año para conseguirlo, era ridículo que dijera todo lo contrario.
¾ Claro que me interesa, pero solo mi afán fue seguir sacando adelante el negocio de mi esposo, que es de generaciones. Pero lo cierto es que no lo hice sola, mi mejor amiga la señorita Weber, como todo un gran equipo que formamos, hicieron todo esto posible.
¾ Casi nadie comparte sus triunfos ¾Pero de ellos no me interesaba hablar, era Ella la que el mundo quería saber y era yo la única fuente que tendrían quien sabe cuantos años mas, por eso debía hacer orden a mis preguntas. Saqué de mi maletín de mano unas hojas en las cuales estaban cientos de preguntas que debía de hacerle¾ ¿Quiere hablar de su esposo? ¾Este era un tema delicado al hacer casi un año que había fallecido.
¾ Era un joven que vivía preocupado por sus negocios ¾Se dejaron de mover los libros de nuevo, y… por fin la mujer enigmática de los tiempos me regaló el placer de conocerla en persona. Salió detrás del alto mueble.

Estaba vestida con un vestido dorado ceñido a su magnifico cuerpo delgado, le llegaba apenas a las rodillas. No presumía de un escote provocador y no enseñaba su espalda. Al contrario de ver a una de las más buscadas modelos del mundo que era puro glamour, me encontré con una bellísima joven con pies descalzos y un cabello que caía con atractiva ondulación por su espalda. Se veía despreocupada, pero muy hermosa.

¿Dónde estaba la frivolidad en su persona?

¾ ¿Lo quiso mucho? ¾Logré despejar mis ideas y regresar al ensayo.
¾ Muchísimo, fue un gran compañero, un gran esposo, excelente padre y siempre lo extrañaré ¾Pensaba que me encontraría con una devoradora de hombres que estaría feliz por ser viuda y en su efecto conocía a una mujer muy rica era verdad, pero no era como creíamos todos, pude ver sinceridad en sus palabras al mencionar a su esposo. La puerta de su alma, sus ojos, que eran de un seductor color chocolate no pudieron mentirme.
¾ Hablar de su esposo nos lleva directamente a querer preguntar, Señora Newton, lo que todos por años hemos querido saber ¾Sonreí juguetona¾ ¿Quién fue su primer amor?

Se rió con delicia. Tomó por fin asiento enfrente de mí y se recargó en el respaldo del sillón. Cerró los ojos y respiró profundamente. Sus hermosos ojos chocolate me vieron con un brillo divertido. Tenia en su mente algo que le daba mucha alegría, me pude percatar de eso.

¾ El maravilloso Jacob Black.
¾ ¿Maravilloso? ¾Estos era el inicio de declaraciones fuertes.
¾ El primer amor no se olvida.
¾ ¿Debo entender con esto que fue un gran amor y además son ciertos los rumores de que están retomando la relación que dejaron hace años?
¾ Siempre ha sido mi mejor amigo ¾Simplemente contestó.
¾ Siempre se empieza por algo.
¾ Puede ser.

No diría más. ¿Por qué siempre los de la farándula hacían todo con una gran dosis de misterio?

¡Como odiaba eso!

Tenia que sacarle más información sobre su vida pasada. Por eso tratando de conseguir mas información recordé que había encontrado una foto de ella de hace varios años. Lo saqué de mi portafolio.

¾ Investigando, visitando el anuario de su escuela, y mil cosas que tuve que hacer…¾Le entregué la foto¾ ¿Qué me puede decir de esta época? Se le veía muy feliz. ¿Por qué sale en medio de ellos dos?
¾ Lo era ¾Pude percibir como se le cortaba la voz y por eso rápidamente quise ver sus ojos y una lagrima caía por uno de sus ojos. Me partió el corazón, no se porque.
¾ ¿Su mejor época?
¾ Y la peor, curiosamente ¾Se sorbió la nariz sin nada de recato.

Levantó la mirada de la foto y me sonrió.

¾ ¿Por qué?
¾ Cuando eres más feliz y vuelas alto, al caer es más doloroso el golpe.
¾ No le comprendo, Señora Newton ¾Eran curiosos los americanos.

Se puso de pie y cruzó la estancia para decirle algo en voz baja a su amiga Ángela. Ésta asintió con la cabeza y se marchó por la puerta en donde entramos.

¾ Para hacer esta platica entre dos amigas, debemos hablarnos sin formalidades, te lo pedí desde hace rato ¾Se dirigió la Señora Newton a mi al salir la joven de la habitación.
¾ Me cuesta hablarle de esa manera…
¾ Por favor, solo tengo veinticuatro años.
¾ Muy bien ¾Era incomodo tutear a un ser de esta magnitud¾ ¿Entonces como iniciaste en establecerte en este mundo de cámaras y famosos?
¾ Todo comenzó hace ocho años, cuando un ciclo de vida se cerraba y comenzaba otra.
¾ ¿Cómo divides los ciclos de tu vida?
¾ Están en tres. El primero es todo lo vivido antes de entrar a St. Alezandre High Elite Shool.
¾ Más conocido como Elite School ¾Era el bachillerato que era internado mas exclusivo, el mas costoso, con mayor prestigio y mejor del mundo.
¾ Es verdad. El estar en ese internado fue mi segundo ciclo, el más feliz y el más doloroso y el tercero es ahora. Como viuda y con mi pequeña…

En ese instante regresó Ángela con una niña de no más de cinco años. Era una creatura maravillosa. Era un pequeño ángel que era privilegiada de ver. Me sonrió y corrió a los brazos de la modelo.

¾ Se cuales son las dudas que la gente tiene de mi ¾Me dijo y besó unas de las mejillas de la pequeña¾. Pero si quieres conocerme de verdad te pido tres cosas ¾Inhaló aire y cargó a la niña que era una belleza¾. No me pidas que hable del hombre que me dejó en el altar y jugó conmigo, aunque el mundo crea lo contrario... que el monstro soy yo.

Era esa parte de su vida privada que mas el mundo nos moríamos por saber: ¿Por qué no se casó con él? ¿Era solo juego de adolescentes el anunciar su compromiso? ¿Pero entonces porque no quería hablar de él? Lo supe por su mirada que se había convertida en un huelo: frio y duro.

El otro misterio también estaba involucrado el hombre mas rico del país y era ¿La pequeña era hija de Michael Newton o de él?

¡Maldición, eso no me aclararía!

¾ Lo segundo que te quiero pedir es que me permitas presentarte a mi hija ¾Bajó a la niña de sus brazos, que tenia sus mismos increíbles ojos chocolate¾. Mi pequeña: Reneesme.

Sin poder evitar calmar mi morbosidad tomé la foto en la que aparecían estos tres jóvenes: Jacob Black a la izquierda, en el centro está la joven empresaria y de lado derecho de ella estaba en actitud posesiva abrazando la cintura de la joven este Cullen. Black hacia lo mismo. Parecía que los caballeros tenían guerra de poderes. Aparte de esa tensión era bello el paisaje de atrás de un bosque muy verde.

Ahora entendía porque evitaba la joven que le tomaran fotos a su hija, era idéntica a su padre: Edward Cullen.

¿Él lo sabría? Lo dudo.

¿Pero que habría pasado para alejarse estos jóvenes de esa manera?

¾ Y la tercera es que solo la prensa me dice señora Newton. Pero mis amigos, gente que quiero me dice Bella, Bella Swan.

8 años antes…

;) :confused: :D​

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¿Que sucedió en todo este tiempo?​

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Mil preguntas me vienen en la mente:​

¿Edward y Bella estuvieron comprometidos pero no se casaron?​

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En cambio Bella a sus veinticuatro es viuda, tiene una hija y dice que el padre es Mike Newton​

pero es identica a Edward Cullen.​

¿Porque no quiere hablar de él, de Cullen?​

Jacob fue su primer amor. ¿Lo retomará?​

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¿Como de ser una joven sencilla se convierte en una famosa modelo y la empresaria joven del año?​

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Regresaremos a 8 años atras !!!!!!!​

MUY PRONTO SABREMOS NOSOTROS LO QUE SUCEDIÓ !!! :confused:​

Kiss :D ​

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Amigos: Muchas gracias a todos por darme de su tiempo y leer el fanfic, de verdad mil gracias por dejar un comentario de que les está pareciendo.​

Es obvio que tengan muchas dudas. De eso quiero que se trate y como vaya transcurriendo la histiria nos podamos aclarar para estar en todo entendimiento.​

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Aviso importante: Amigos, este fanfic es de vampiros y lobos. Pero nuestros personajes por el momento son personas normales. Ellos no saben que hay un mundo de inmotalidad y vida sobrenatural. En su momento por cosas de la vida, todo eso cambiará.​

Tambien quiero avisarles que mi intension en esta historia es ver el desarrollo, el crecimiento, de nuestros personajes. Al principio conoceremos personajes adolescentes: Algunos impacientes, inmaduros, frivolos, crueles. Pero como se van dirigiendo sus vidas algunos cambiaran, pues la vida les pedirá ser mejores personas, ver el mundo de otra manera. Les digo porque no vayan a creer que la historia se tratará de estupidos adolescentes materialistas de mente hueca, eso lo podremos ver mientras estos jovenes empiezan a crecer, a vivir realmente, a amar...​

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Rencores​

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" Tengo tanto que no tengo nada, que ironía "​

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Edward Cullen​

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Capitulo: 1

8 años antes...

Todos los medios de comunicación no hacían otra cosa de hablar sobre el aniversario del fallecimiento de mi padre.

Era de esperar que un acontecimiento tan personal se haya convertido en un circo, pues no era un hombre común quien había cumplido un año de muerto. Edward Anthony Cullen lograba hacer que aun después de su vida fuera una importante noticia. No tanto por haber dejado de existir, eso a nadie le importaba de verdad, sino porque querían saber cómo se había logrado, después de todo este tiempo, seguir a flote la compañía petrolera más importante del país: CP&C (Cullen Petroleum & Companys).

Era interesante querer saber cómo se ha podido mantener con tanto éxito una empresa que mi padre era quien lo dirigía. Por ese motivo, para el mundo, era de admirar como una señora de edad avanzada pudo manejar con tan soberbia victoria una compañía de ese poder. Pero para mí no era de sorprender ni de admirar, pues yo que conocía a esa mujer sabía que era capaz de hacer todo lo que se le propusiera. Todo podía hacer, como controlar a su antojo nuestras vidas.
Mientras otros ingenuos y estúpidos aplaudían a Lauren Cullen, yo la despreciaba. No podía ser de otra manera.

Vigilancia por la cámara de seguridad se percató de mi llegada y abrió el imponente portón dorado de hierro forjado. Bajé el vidrio de mi carro para sacar la mano como gesto de agradecimiento.

Aceleré apenas la reja me permitió pasar y me fui por el camino que llegaba hasta la puerta principal de la casa.

Había olvidado cuando fue la última vez que aquella mansión, que veía desde lejos sobre una colina, había sentido como mi hogar. Era una casa con muchas habitaciones, tantas eran que se podía vivir en una y nadie se percataría de tu existencia, era lujosa. Muy hermosa, tenía que reconocer. Pero era fría y no por sus columnas, paredes y piso, todos del material más exquisito y costoso de mármol, sino por la gente que la habitaba.

El palacio de Versalles había sido la inspiración del abuelo de mi padre para hacer este despliegue de poder, de triunfo. Solo que en lugar de tener la capacidad de hospedar a veinte mil personas, como era el palacio parisino, aquí solo se podía dar acogida para doscientos invitados. Supongo que para el abuelo Cullen habría sido un golpe muy fuerte a su ego no superar a un rey Francés.

¾ Joven Cullen, buenas tardes ¾saludó muy amable el señor Garner quien era el encargado de los carros y chofer de mi madre¾. ¿Se quedará mucho tiempo o le dejo aquí su auto?
¾ Buenas tardes, señor Garner ¾Contesté distraído al salir de mi Volvo y coger la docena de flores blancas que había comprado, del asiento trasero¾ ¿Están mis hermanas?
¾ Aun no, joven.
¾ Entonces me quedaré hasta que lleguen ¾Me quité mis lentes de sol y las guardé en la bolsa derecha de mi chaqueta de piel negra¾Muchas gracias, Garner.
¾ Nos vemos, joven ¾Tomó las llaves que le ofrecí y subí las escaleras para llegar a esa heredad, que suponía que debía sentirme parte de ella, pero no era así.
Como siempre que estaba aquí, me sentí ajeno, intruso. Apenas iba a tocar el timbre y la puerta de repente se abrió.
¾ Joven Cullen, que gusto verlo ¾Neutro, como era toda su persona de hombre frio y estirado, el mayordomo, el señor Bishop, me hizo pasar. Era calvo y el poco cabello que le quedaba era de color de la nieve. Era una persona alta, de complexión media. Y parecía que llevaba con orgullo su uniforme negro: Un esmoquin con chaleco negro y moño de idéntico color.
¾ Lo mismo digo, señor Bishop ¾Contesté por educado. Pues ese empleado como la mayoría los había visto tan pocas veces como a mi familia. Eso tenían todos ellos en común: Eran unos perfectos desconocidos¾ Mi madre está en su habitación ¾Tenía que ser una pregunta, pero conociéndola, ya lo daba por hecho.
¾ Así es, joven, en su sala privada.

Sin decir otra cosa más, me dirigí a esa habitación. La casa era de dos pisos, pero de pasillos ridículamente largos. Mientras me encaminaba a ver a la señora Cullen, disfruté de la vista que regalaban las ventanas altas de los pasillos. Me hizo recordar que cuando era muy pequeño corría por esos extensos jardines. Jugaba en el bosque. Recordaba que era un niño feliz, juguetón, así fue hasta que un día llegó mi abuela, era la primera vez que la veía, y me dijo que me iría a Francia a estudiar. Tenía solo cinco años cuando me arrebataron con crueldad de mi familia, desde entonces solo los veía una vez al año y un par de días, si es que podían hacerlo.

Al estar enfrente de la guarida de la señora que me dio la vida, toqué suavemente la puerta.

¾ Buenas tardes, señora Neville, ¿mi madre me podría recibir?
¾ Lo estaba esperando, joven ¾Muy pocas veces venia a esta casa y al sentirme como un bicho asqueroso en un hermoso pastel me sentía con ganas de huir, la culpa era que nunca antes, hasta el año pasado la muerte de mi padre, había venido a este país, a esta casa. Por eso en este corto tiempo cuando venia le llamaba para saber si podía verla, como si quisiera una cita con alguien muy importante, no con mi madre¾. Pase.

Entré y tras de mí la dama de compañía de mi madre, que cerró la puerta y se retiró al extremo del lugar.

¾ Edward, que gusto que ya llegaras ¾Estaba Elizabeth Cullen sentada en uno de sus sillones color rosa que adornaban la estancia. Era una bella mujer de estatura media, rostro ondulado de rasgos finos, ojos avellana, cabello castaño ondulado largo. Que en este momento lo llevaba suelto¾ ¿Son para mí?

Le di el hermoso ramo de flores que tomó con alegría y las oleó. Cerró sus ojos un momento.

¾ Gracias, hijo, son hermosas ¾Hizo una sellar a su acompañante. Ella se acercó al instante¾ Nevy, mira qué lindo detalle. Ponlas en agua, por favor.
¾ Muy bien, señora
¾ ¿Cómo te fue en la escuela? ¾Con su rostro dulce me contempló.
¾ Como siempre, madre. ¿Cómo se encuentra usted? ¿Ya mejor? ¾Me senté a un lado de ella.
¾ No me puedo quejar ¾Trató inútilmente de sonreír¾ ¿Sabes algo de tus hermanas?
¾ Desde ayer en la ceremonia no las veo ¾No pude evitar oírme apático ante la mención de ellas.
¾ No me gusta que se traten con tanta indiferencia ¾Sus ojos avellana me transmitieron una infinita tristeza, tenía fuerza, era torturante, me lo pudo transmitir.
¾ Eso es lo que ustedes consiguieron, madre ¾Deje de verla, me dolía hacerlo. Miré hacia la ventana, el día era cálido, brillante¾. Para ellas soy un desconocido, no su hermano menor. Eso mismo siento. Entonces no veo en donde nace el problema.
¾ En que son familia y no puede ser…
¾ No me digas nada a mí. Yo no he sido quien desapareció apenas terminara la ceremonia de nuestro padre ¾Me puse de pie y tomé la foto de Anthony Cullen, el exitoso hombre de negocios, que nunca supo ser un buen padre y de esposo no creo que fuera algo de presumir. Era tan parecido a él físicamente, que me costaba verlo pues no quería ser como él¾. Quien diría que gracias a su muerte yo estoy en mi tierra.
¾ Edward, por favor, el estudiar en Paris es un privilegio ¾Suspiró¾. Tú lo haces ver como una tortura.
¾ Más de diez años fuera de mi hogar, de mi familia ¾Me costaba toda mi gran fuerza de voluntad, de auto control que tanto tenia, presumía y me sentía orgulloso, para poder evitar decir lo que sentía cuando de ese tema se trataba¾. Dudo que alguien lo considere un privilegio ¾La señora no supo que decir, como era su costumbre cuando de mi destierro hablaba¾. No quiero hablar de cosas que ya no tienen importancia ¾Serió dejé la foto en la repisa de mármol y me volteé para ver a Elizabeth¾. Solo vine para asegurarme que se encuentre bien. Ayer se le veía mal.
¾ Amaba a tu padre.
¾ Qué bueno que alguien lo quisiera ¾Impaciente dije con sarcasmo.
¾ No seas irrespetuoso ¾Mi madre era de carácter. Algo que era de sorprender quien la viera tirada en un sillón como si padeciera de alguna enfermedad terminal. La conocía muy poco, pero recordaba una mujer bella, sana y no un ser patético, demacrado. Y todo gracias a la muerte de un hombre frio, insensible. ¿Por qué mi madre lo habría amado tanto? ¾ Tus hermanas lo querían y él a ellas.
¾ Una ecuación en la que yo sobro ¾Detestaba que no comprendiera que yo no era parte de sus mundos. Mi vida, mi mundo había sido en un lugar muy lejos, distinto, con personas que no eran ellos.
¾ ¡Por Dios, Edward! Eres el varón, el orgullo de tu padre.
¾ No me interesa apreciar a un hombre que nunca me demostró ni el mínimo de interés ¾Solté con indiferencia¾ y que ya está muerto.
¾ ¿Qué pasó contigo, hijo? ¾Elizabeth con dolor me pidió saber¾ Tú no eras así.
¾ Madre ¾Me reí con frialdad¾, quiere de mi algo que no sembró. Por lo menos les hubiera dicho a mis tutores que me lavaran el cerebro de que me amaban tanto que por eso estaba del otro lado del mundo, solo, siendo solo un niño. Los veía un par de días cada año o dos. Perdone, creo que esa asignatura de “Amar a la nada”, no me la dieron.
¾ ¡Edward, ya basta! ¾Elizabeth me censuró.
¾ Perdóneme, mi señora ¾Crucé los brazos ausente¾, no vuelvo a tomar el tema. Primera y última vez.
¾ Solo quiero a mi familia, hijo, que estén todos bien.
¾ Muy bien ¾Me encogí de hombros y guardé mis manos en los bolsillos de mi pantalón.
¾ ¿Alguna novedad en la escuela? ¾Su interés en mi vida llegaba más de diez años tarde.
¾ Nada, mis calificaciones están excelentes como siempre.
¾ ¿Y tus amigos, como están?
¾ Muy bien.
¾ Espero verlos pronto, deberías invitarlos a comer un día.
¾ El día que la escuela lo permita ¾Dije con mi característica frialdad que me nacía ser con los Cullen¾. Se lo agradezco.

Mis dos mejores amigos había pasado por mi suerte. Yo creo que por eso nos llevábamos tan bien y éramos tan incondicionales uno con otro. Emmet era tres años mayor que yo y Jasper solo dos. Pero íbamos en el mismo grado en la escuela. Eso era gracias a que ellos se habían atrasado unos años escolares por culpa de viajes y diferentes cursos que habían tomado en el extranjero.

¾ ¿Cómo van las competencias de natación? ¾Era ofensivo para mi ver como patéticamente mi progenitora quería tener una relación de madre-hijo, como si fuera así de sencillo.
¾ Emmet sigue siendo uno de mis peores contrincantes ¾Era la mujer que me había dado la vida, iba a ser lo más tolerante y civilizado posible.
¾ Ese muchacho tan alegre. Hace años que no los veo.

¡Si, tanto como a mí no me veías!

Mis amigos eran mi familia. Ellos estuvieron esa década de mi vida, que gente de mi sangre nunca estuvo.

¾ Espero pronto regresar con ellos para que la visiten ¾Mi teléfono empezó a vibrar, y como lo tenía en la bolsa de mi chaqueta de piel, lo pude sentir de inmediato¾. Disculpe, una llamada.
¾ Contesta ¾Me invitó hacerlo con una sonrisa¾, no dejaremos una joven dama queriendo saber de ti.
¾ Mi dama se llama Lauren Cullen ¾Me estaba llamando su asistente.
¾ ¿Qué querrá tu abuela?
¾ Querer saber si me salí de su control ¾Estaba asqueado de ese ser.
¾ No seas grosero, Edward.
¾ No sé cómo puede tolerar como está manejando todo ¾Con coraje fruncí mi frente¾. Usted, madre, debería estar como cabeza de la empresa, no ella.
¾ Lauren sabe lo que hace ¾Benevolente, como era siempre en todo, la defendió.
¾ Usted también sabría. Es inteligente, no sé que hace encerrada aquí cuando podría salir, disfrutar. No dejar que otra persona dirija su vida.

El celular dejó de vibrar.

¾ Le agradezco que sea ella quien se encargue. Se encarga de nosotros.
¾ No, madre, no se deje engañar, se encarga de controlarnos, de manejar el dinero, la empresa que nos dejó mi padre.
¾ Edward, no olvides que ella es tu abuela, de debes respeto ¾Agachó su mirada hacia sus manos que estaban en su regazo¾ Yo perdí un esposo, pero ella perdió a su único hijo. No sé qué haría si algo les pasara a ustedes ¾Una lagrima acariciaba su fino rostro al levantarlo de nuevo¾. Me moriría de dolor.

Me aclaré la garganta. Se me había formado un nudo estrangulador. Respiré profundamente para regresar a mi temple.

¾ Y ni siquiera puede rebajarse tanto como para ella llamarme ¾Cambié bruscamente el tema a propósito¾. Me está volviendo a llamar su asistente ¾Otro llamada estaba entrando.
¾ Contesta ya.
¾ ¿Qué quiere? ¾Como me fastidiaba todo lo que viniera de esa mujer.
¾ Buenas tardes, joven Cullen, espero que se encuentre bien…
¾ ¿Qué quiere? ¾Repetí tajante.
¾ Su abuela quiere que venga en cuando pueda…
¾ En un rato voy a su oficina ¾Le colgué¾. Solo por usted trataré de convivir con esa mujer ¾Le aclaré a mi madre conteniendo mi coraje.

* * *​

​

El elevador se detuvo en el piso privado, el número siete, que solo podía llegar hasta ahí por autorización del dueño de la oficina. Su asistente y personas que trabajaban directamente con Lauren estaban en el piso seis. Mi abuela tenía todo el control del siete. Una idea soberbia de mi padre al construir el edificio.
Pasé la sala privada de su oficina. Todo era en decoración minimalista: Paredes de vidrio, sillones de piel blanca, alfombra color crema. En el centro del pequeño lobby había una estatura de tres metros de alto de un hombre de un estilo vanguardista, ósea, no tenia trazos claros como un “David” de Miguel Ángel, sino formas irregulares. Hecho de bronce. Estaba impresionante, a muchos les fascinaba, sobre todo teniendo como presentación que era de un escultor muy famoso y exclusivo italiano.

¾ Tardaste en llegar ¾Déspota fue lo primero que me dijo sin voltearme a ver cuando entre a su oficina, estaba sumergida en la lectura de sus papeles¾. Tengo cosas que hacer, solo me atrasas y detesto retrasar mis cosas.
¾ Aunque no lo crea, señora, también tengo cosas que hacer.
¾ Es verdad, no lo creo ¾Se quitó sus pequeños lentes¾. Siéntate ¾Por fin se dignó a mirarme con sus ojos grises hielo. Era de estatura media, cabello de oro. Lo mantenía así con buenos tratamientos, de otra manera seria toda su cabeza una gran nube. Su forma de vestir era de traje sastre: Falda y saco del mismo color siempre. Y luciendo uno de sus muchos lujosos collares y anillos.

Respirando profundamente hice lo que me ordenó.

¾ En relativamente poco tiempo cumplirás dieciocho años…
¾ Gracias por recordármelo.
¾ Y más que nunca la sociedad se interesará en ti ¾Estaba explicando molesta por mi insolencia¾. Sabes que por ser quien eres debes dar un ejemplo impecable e implacable. Tal como casi siempre hizo tu padre.
¾ No creo que mí comportamiento sea objeto de crítica, señora.
¾ De ninguna crítica, es cierto y eso me fastidia ¾Se recargó en su silla se piel blanca¾. A tu edad tu padre ya estaba comprometido, eso en nuestro estatus económico y social es una regla. Y no veo que estés interesado en alguna joven.
¾ Llevo poco tiempo para saber quien me puede agradar para un futuro compromiso ¾Le expliqué calmado.
¾ Tan poco visionario y sin chiste como tu madre ¾Sus palabras era dueñas del desprecio.

Como me hacia hervir la sangre cada vez que la matriarca de la empresa abría su venenosa boca. Nunca había alguna vez que no hablara mal de mi madre. Lauren nunca aceptó la segunda esposa de su único hijo. ¿Cómo hacerlo con su estúpida mentalidad? Elizabeth Masen era una joven estudiante e hija de un profesor universitario. Sin prometedor futuro. Y aunque lo tuviera nunca iba a ser la mujer perfecta para un heredero Cullen, siendo una joven sin apellido, sin fortuna, sin prestigio profesional… Sin sangre azul. Pero por desgracia para la gran señora Cullen, su hijo se había enamorado. Y Lauren quería un nieto, y al nacer yo la vida de todos había cambiado.

¾ No le veo el caso hablar de mi madre, abuela ¾Mascullé lentamente para contenerme.
¾ Nadie te está preguntando tu opinión. Solo escucha y obedece ¾Me tragué mi orgullo, para llevar la paz, lo mejor posible, y asentí¾. La prensa, las acciones, en pleno siglo XXI, aun no perdonan que un emporio de esta fuerza como lo es todo lo que hemos creado, esté dirigido por una mujer. Exigen más solo por ser una vieja como yo quien está al mando de todo. Por eso tanto como yo y mi equipo de asesoramiento de publicidad… he decidido hacer un cambio a la escuela. Así las acciones dejaran de bajar por la estúpida prensa amarillista, que me acusa de clasista. Alegan que es una monstruosidad, que ya no se debe usar ese control. ¿Pero cuál control? Solo cada quien tiene lo que merece.
¾ Vaya, ni idea porque digan eso ¾Fingí sorpresa¾¿Y qué quiere hacer? ¾Me burlé con crueldad¾ ¿Ser la caridad?
¾ ¡No seas imbécil! ¾Golpeó su escritorio de caoba con fuerza con su mano derecha¾. Solo ser más flexible, eso será todo.
¾ Si usted lo dice y cuál es su idea. ¿Más dinero a la gentuza?
¾ El problema es por la escuela, entonces ahí está la solución: Aceptar unos cuantos becados.
¾ ¿¡Que!? ¾Protesté de inmediato¾ Es una gran tontería. Dejar a plebeyos desconocidos de quien sabe que pasado inaceptable vienen… Mi padre no lo permitiría si viviera. ¡Debe de haber otra manera!
¾ Yo soy la que menos quiere, Edward, pero se debe hacer para que la prensa no nos siga perjudicando.
¾ Ellos dirán lo que quiera.
¾ Es cierto, pero la gente cada vez exige más y quiere pruebas. Ya no se conforman como antes…

Un pitido agudo hizo que Lauren Cullen se callara. Era su contestador, apretó un botón y una lucecita brillante roja dejó de prender.

¾ Señorita Lacey, estoy con mi nieto, no quiero que me interrumpas.
¾ Es el comandante de policía, que quiso llamar usted por la seguridad…
¾ Es cierto, que suba ¾Ordenó mi abuela y apretó un botón debajo de su escritorio, era para dejar subir a la gente.
¾ ¿Pasa algo? ¾Me preocupé sinceramente.
¾ Nada que te incumbe ¾Como las grandes sabia fastidiar lo poco sincero que podía ser con ella.
¾ En eso estamos de acuerdo ¾Como la detestaba.
¾ Nos vemos luego, Edward, necesitamos seguir hablando de prospectos como prometidas, la futura señora Cullen.
¾ ¿Alguna idea? ¾Esa parte tenía que reconocer que sería divertido: Quien demonios creería que sería la mujer con quien compartiera mi apellido y uniéramos fortunas.
¾ Las jóvenes Denali o Jessica Stanley.
¾ Las conozco ¾Desdeñoso le informé.
¾ Claro, son de nuestro mundo, de eso se trata el porqué todos van en una misma escuela. Tienes de donde escoger. Conócelas y la próxima semana que vengas dime quien será tu prometida.
¾ En una semana…
¾ Comandante Swan ¾Lauren Cullen saludó con un despliegue de elegancia, que lograba hacer de la educación una aberración¾ Pase, por favor.
¾ Señora Cullen, es un placer verla de nuevo ¾Entró erguido el señor¾ Joven Cullen, hace mucho que no lo veía. Espero que se encuentre bien.
¾ Muy bien, muchas gracias, comandante ¾Me puse de pie y cortes lo saludé¾. Espero que usted también.
¾ Muchas gracias.
¾ ¿Todo en orden, comandante Swan? ¾Sentí tensa a mi abuela. No estaba seguro de eso.
¾ Según mis hombres así es, Señora ¾Respondió con profesionalismo.
¾ No confió en ellos como en usted, por eso le pedí que viniera desde la comisaria.
¾ Me retiro, abuela. Y espero tenga una mejor idea para Elite ¾Era la manera que era más conocida mi escuela.
¾ Personas de confianza, Edward ¾Entonces volteó a ver a Swan con una insistencia que creía leerle la mente. ¡No se puede atrever! ¾ ¿Tiene hijos adolescentes, comandante?
¾ Solo una hija de diecisiete años.

¿Se atreverá? No, no podía, no debía. Mi abuelo había luchado con los abuelos de Emmett y Jasper para hacer algo exclusivo, con prestigio. Que familias que se conocían de generaciones estuvieran juntos. Pues es su momentos esos jóvenes serian pareja y serian los que llevarían el control del futuro de las empresas, que cada generación eran más poderosa al casarse entre las mejores familias del país.
¡Por Dios, mi abuela no se podría rebajar a tanto!

¾ Se llama Isabella ¾Continuó diciendo Swan en medio de mi shock.
¾ Perfecto ¾Asintió con frialdad la mujer.