Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

Parte segunda, capítulo cuatro:


-no…aléjate- cerró sus párpados y una línea de agua y sal cayó de ellos. Él pareció entenderla y se quedó a unos cuantos pasos de distancia
Observó sus ojos, era de un gris realmente admirable. Se miraron y la joven pareció perder noción del tiempo y el espacio. Su respiración se hizo tranquila, pero su corazón latía con fuerza, ¿qué eran estos sentimientos? ¿Qué podían ser? De pronto, al tener sus ojos acostumbrados a ese brillo plateado y poder ver bien su rostro, abrió los ojos desmesuradamente y tartamudeó:
-tú…-sintió que le faltaba el aliento, él…era el chico que la acompañaba todas las noches…como más que un simple beso, más que un sencillo abrazo…-¿qui-quién eres?
-… ¿princesa?
Su voz había sido serena, pacífica, sintió un calor recorrerle, sus mejillas enrojecieron.
Y es que nunca había estado tan cercana a un chico, sobretodo de él…quién siempre creyó una mera fantasía producto de sus frustraciones al no poder enamorarse. Siguió sentada en el suelo, aun sintiendo su cuerpo de plomo. Sintió desconcierto
-¿perdón? No…- bajó la vista- yo soy florista
Él no respondió
-¿quién eres?- Kagome volvió a preguntar, más incómoda que antes
“Unión…es amor a primera vista…”
“… ¿estás ciega?”
- Hana (*) basta, por favor
Una femenina voz se escuchó, más real que todas las demás voces del bosque, pero ella seguía prendada a ese muchacho que la había confundido con una dama de alta sociedad…parecía sacado de un cuento de hadas. Él, el príncipe que venía a rescatarla del yugo de la vida y la llevaría a una vida fastuosa hasta emborracharla permanentemente de felicidad y placer.
Luego su pensamiento se centró en la mujer, no debía ser de este mundo, nunca había visto reunida tanta belleza y simpleza, su mente se arremolinó al ver las extrañas ropas de ambos y se sintió insignificante. Sin embargo, ella le miraba con respeto y él…él solo la observaba, su expresión era algo indescifrable…sintió de pronto una angustia ahogarla…asfixiarla muy suavemente, sin cambiar su rostro, solo dándole unas pequeñas ganas de llorar. Después de todas esas noches…donde la amó…ya no existían. Nunca fueron reales.
Tsurue observó la escena algo enternecida, la pobre no entendía nada de lo sucedido, sonrió con discreta diversión: y eso que aun quedaban muchas sorpresas por delante
-príncipes, es mi honor verles tantos años después.
En estos momentos Kagome se sintió realmente sorprendida, más que cuando vio al chico; ¿Una mujer de lujo y por lo visto dinastía alta la confundía también con una joven de monarquía? Se llevó la mano a la cabeza y negó unas cuantas veces, el mundo estaba loco hoy, no…peor…la caída del árbol la había dejado viendo ilusiones, si, eso debía ser, sencillamente era otro sueño, ya volvería a despertar y…
Pero, más que hacerlo, sintió unas cálidas y suaves manos incitarle a levantar la cabeza. La vio cerca, era una mujer realmente hermosa, el brillo lunar parecía acariciar su piel con agrado y elegancia, no podía ser un sueño, no podía ser más real
-no es una ilusión, princesa- se le acercó hasta que sus narices casi se tocaban, la chica cerró los ojos, llegó a ella un aroma dulce que no conocía, pero le encantó- realmente existes.
-pero…- se atrevió a decir- nunca he tenido motivos…para creerlo
Se le acercó y le susurró al oído.
-¿por qué crees que tienes prohibido enamorarte?
Su cuerpo volvió a petrificarse y su corazón a latir con fuerza. Ella, fuera quien fuese, se le alejó tranquilamente con una bella sonrisa entre sus labios.
-Estás destinada, princesa
Ahora iba con aquel joven…pero se detuvo a la mitad, los ojos de Tsurue se abrieron levemente de la sorpresa y preguntó inocentemente sin sacar ese dejo de impresión
-¡¿InuYasha, qué pasó con tus humanas orejas?!
-¿eh?- Se medio incorporó y observó, el chico de sus sueños, entre sus hebras nevadas hacía parecer dos albinas orejas de… ¿perro?- “¿cómo es eso posible?”-pensó indecisa, lo más extraño de todo es que esto dejaba de asustarle… Se puso completamente de pie y dudó si acercarse. Ahora reflexionaba una palabra…”InuYasha”…
-capricho de mi madre, Tsurue- respondió él, pacíficamente, Kagome quedó helada, ¿ellos ya se conocían?...tanta majestuosidad…se sintió mareada, era demasiado, demasiado maravilloso para alguien como ella, imposible, imposible…
Era perfecto inclusive en su voz…era la más hermosa que había escuchado en sus dieciséis años de vida
-hablando de esos dieciséis años…- le sonrió la diosa a la confundida mortal, la cual dio un respingo- hoy se cumple parte de la profecía-suspiró- en esta fecha se prometió a la gitana que nacerías, príncipe- Lo observó unos segundos, ya era todo un hombre, sonrió para sus adentros-y, minutos después, llegaba a agradecer tu madre, princesa, el hecho de por fin poder ser uno con su amado
-papá…- de nuevo sintió flaquear su fuerza, la mujer le sonreía suavemente- tú… ¿tú le conociste?
-le vi una vez…cuando eras muy pequeña- estaba un algo perpleja, no esperaba que la chica le inspirara tanta ternura-…fue un gran hombre
Asintió emocionada y él, InuYasha, volvió a hablar
-¿Esta es la elegida?
Sintió un vacío al percibir la superioridad que él hacía aflorar sobre ella. Ese no era el chico que conoció por las noches. Seguramente lo había confundido todo.
-Soy Kagome- interrumpió irritada, pero, más que todo, triste- “torpe…”-pensó- “los sueños no son realidades esperando por cumplirse”
“¿Eso piensas?” quiso responder Tsurue, la cual percibió la gran brecha que había entre ambos y cerró los ojos, dos cristales aparecieron entre sus dedos blancos.
-bueno…debemos de partir
-¿qué? ¿Dónde?- Hizo el ademán de acercarse, pero tuvo miedo de caer otra vez, ¿partir, irse? Un pensamiento que tenía vagamente, pero…no en tales circunstancias, no con tales personas y no en tal momento
-a mi reino…- sus ojos se volvieron de un azul brillante al tiempo que las piedras brillaban del mismo color, sus ropas y cabello empezaron a elevarse por una brisa inexistente-…donde la profecía podrá cumplirse finalmente
-no…yo no puedo…
-tu hermana llegará en la madrugada, no te preocupes- volvió ella a interrumpirla, esta vez con un tono serio, dando a entender que la conversación había terminado.
La luz empezó a llegar a su cuerpo, podría correr y escapar, pero no lo hizo, en parte por miedo, en parte por asombro. Pero…en el fondo, tal vez solo quería conocer un poco más sobre el joven albino, InuYasha, el supuesto príncipe, destinado a estar con una princesa.
Se sonrojó mientras se llevaba una mano al pecho y cerraba los ojos ante tan destellante luz. El viento comenzaba a envolverla, a elevarla.
-No sé si pueda pasar como una princesa de calidad…- levantó la vista, el color inundaba sus mejillas y unas lágrimas amenazaban con salir- ¿podrías…llegar a amar…una plebeya, Inuyasha?

*

Hana = Flor

besos!!! posteeenme mucho y denme su opinion de este cap ke me gustó tanto ^^
Kru

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

hunnn se ve interesante porfavor pon la continuacion pronto.. byebye

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

Que hermosa la conti!!!!!!!!!! me encanto!!!!!!!!!! :saltarin: :saltarin: :saltarin: :saltarin: :saltarin: conti pronto!!! por fas.

Bye
Darka_loka​

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

Parte segunda, capítulo quinto:

Hacía frío, sintió algo húmedo y congelante caer sobre su cuerpo, lo sintió entre sus manos
-¿nieve?-susurró aun con los ojos cerrados, no se atrevía a abrirlos.
-vamos, debes venir con nosotros- escuchó voces de mujeres, le habló la que parecía más ruda de todas, la tomó del brazo y ella abrió los ojos al instante, intentó ahogar un grito.
Estaba de pie, con su vestido empapado por la nieve y pegado al cuerpo, marcando su figura y matándola de frío, ¿cuánto tiempo había estado ahí para quedar en ese estado? Eso no era lo importante, no quería moverse, se descubrió en la cima de un monte nevado, abajo era una maraña de árboles y plantas albinas y de color miel algunas, todo parecía variar en ambos colores, inclusive el magnífico castillo que se imponía ante ella, con torres y hasta un puente levadizo, como esos de la edad media, pero con una elegancia y finura digna de los castillos franceses. La noche le daba un tono perfecto, ya debía de ser muy tarde
Al ser empujada dentro sintió un escalofrío recorrerle toda la espalda, esto no estaba bien, ella no debía de estar aquí.
-¡apresúrate!, ¡hay muchas cosas que hacer antes de que nuestra ama llegue!
-¿están hablando de esa mujer?- pensó Kagome, confundida, fueron cerca de tres minutos de vueltas entre pasillos y escaleras, finalmente llegaron a su destino, las mujeres abrieron la puerta y la tiraron ahí- un…¡¡un momento!!
Se levantó lo más rápido que sus congeladas piernas le permitían e intentó abrir la puerta, pero estaba cerrada.
-¡¡déjenme salir!!- intentó forzar el pomo, pero de pronto lanzó unas chispas azulinas y comenzó a enfriarse, a enfriarse…tanto que ella no pudo aguantar que sus manos se posasen sobre él- ¿qué está pasando?- pensó asustada mirando a su alrededor, era una habitación hermosa, solo que ahí reinaban el verde y el café, sus colores favoritos- esto es demasiado extraño hasta para mí- suspiró y comenzó a temblar, se abrazó a sí misma y cayó arrodillada, no debió pasar tanto tiempo bajo la nieve, ahora cada fibra de su ser estaba gélida y muriendo con lentitud
La puerta se abrió de pronto y solo se escucharon unos pasos que iban de un lado a otro de la habitación. La joven estaba mirando el suelo, así que no pudo ver quién era, pero no le importaba
-venga, levántate, el agua ya está caliente y debes de descansar- sonó minutos después.
La mujer, fuera quien fuese, la ayudó a levantarse y la llevó al baño. Kagome siquiera tenía fuerzas para admirar la elegancia que había con el mármol y las piedras preciosas.
La desvistió y la ayudó a meterse. La vio suspirar de alivió al tener contacto por fin con algo de calor. Le sonrió y se quedó ahí sentada, cuidando que no se desmayase por tan brusco cambio.
Cuando comenzó a razonar nuevamente, kagome observó bien a la mujer que le acompañaba, quizás no era mayor que ella, pues aún mantenía un rasgo algo infantil en sus ojos, la cual la dejaron impresionada, por allá en su pueblo casi nadie tenía ojos verdes, y claro, unos ojos tan profundos y bellos como esos los creyó inhumanos por unos segundos. Su cabello era de un rojo cobrizo y se lo amarraba en dos coletas, reafirmando su aire joven
-Soy Ayame- le sonrió, mostrando dos pequeños dientes caninos algo afilados, lo cual la hizo abrir los ojos con sorpresa- me mandaron ver si estabas bien y te encontré así, pobre…
La miraba con compasión, kagome siempre odió que la miraran de esa forma, pero no le importó, el agua caliente se adhería de tal forma a su piel…le recobraba la vida y el ánimo. Cuando se sintió lo suficientemente bien salió, se tambaleó un poco y casi cae de no ser porque la pelirroja estaba ahí y la sujetó firmemente de los brazos. Le sorprendió la fuerza que tenía, pero prefirió callar y secarse.
Al salir buscó su vestido…estaba inservible.
-ah, no toques eso- se lo quitó rápidamente con una sonrisa, dejando a la chica nuevamente asombrada- hay otras prendas esperándote, órdenes de mi ama, por supuesto.
-¿tu ama…Tsurue?- se atrevió a preguntar mientras ella sacaba varios vestidos y los ponía sobre el lecho.
-¿Tsurue?- levantó la cabeza y la miró extrañada. Luego rió- el reino de ella está a más de quince días de viaje humano
-¡¿qué?!- se echó un poco para atrás, sin poder creer lo que escuchaba- en…entonces, ¿¿dónde estoy??
-Este es el reino de la luna, mi ama, Tsuki
-… ¿Tsuki?
-ven, acércate y escoge uno…te recomiendo el café- sonrió- atrae a observar tu mirada
Se sonrojó levemente y observó las ropas, todas eran fastuosas, con vuelos o falsos y mucho encaje, era, verdaderamente, como retroceder a la época francesa en estos días modernos
-es…es demasiado para mí- admitió humildemente buscando lo más sencillo entre lo fastuoso
-mmm…que complicada- rió, era muy risueña, eso le contagió algo de su ánimo a la chica que en esos momentos solo tenía una toalla para taparse- ten, esto te gustará
Era un vestido café con tiritas verdes, se amarraba detrás del cuello y caía con elegancia hasta un poco más arriba de sus rodillas. Se lo puso y sintió mucha comodidad, parecía hecho para ella.
-falta un accesorio que viene con el vestido- dijo y le pasó una pulsera que tenía una hoja de esmeralda
-gra…gracias, pero… ¿no se molestarán si uso esto?
-oh no, claro que no- movió la mano como para alejar tales pensamientos inútiles- tienes que estar presentable, ¿no crees?
Asintió avergonzada al tiempo que la muchacha volvía a guardar las prendas y se iba. Se sentó en la cama y sus dedos se deslizaron por las sábanas verdosas, sintió un gustoso escalofrío: eran de seda, todo en el lecho parecía ser de ese suave y exquisito material, la cama tenía unos altos pilares y de ellos colgaban unas cortinas de terciopelo café oscuro. La habitación parecía un hermoso bosque. Sonrió y se tendió abrazando la almohada, cerró los ojos y respiró profundamente, le llegó otro aroma dulce, no de la mujer que la había traído a este extraño lugar, sino otro más penetrante que, en sus momentos, le hizo cosquillear la nariz.
Se volvió a sentar y se miró las rodillas, no…esto no estaba bien, su madre debía de estar muy preocupada en estos momentos, se levantó e intentó ir hacía el balcón a ver si había algún método para escapar, aun nevaba, pero si permanecía aquí luego no podría volver
Descubrió que no se podía mover…sintió un cansancio enorme, cayó sentada de nuevo, sus ojos pesaban y le dolía la cabeza
-¿qué…qué demo…?- hizo un esfuerzo por volver a levantarse, pero se descubrió inmóvil, cayó sobre el lecho pesadamente- no…no puedo…
Empezó a sentir un sueño desgarrador, una luz blanca iluminó el lugar ya a oscuras. Le pareció idéntica a la luna cuando se filtraba en su habitación…tan nívea…tan hermosa…
A pesar de cuanto luchaba por lo contrario, cayó dormida profundamente.

*

Sus post son mis más grandes alegrías ^^ las kero, posteen!!! xD
y, si keren, repu no está demás n_ñ
Besos!!! =*
Kru

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

espero q sigas asi esta buenisimo animo

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

que linda estuvo la conti como siempre :) espero y lo sigas pronto.

Bye
Darka_loka​

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

amiga te felicito!!!!!!!! por tan buenas contis!!!!!!!!!!!! sorry por no averme pasado antes pero es ke no pude pero bueno me disculpo estan muy buenas las contis!!!!!!!!!!!!!!!;) me encantaron ademas se esta tornando emocionante bueno la verdad desde ke empeso solo ke ahora ya se conocieron huy!!!!!!!!!! ke emocion!!!!!!!!!!! amiga espero conti ansiosa por saber ke le paso a kagome alomejor fue el baño ke se dio no????? bueno mejor espero a leer la conti amiga no demores demasiado ok?????:)

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

amiga vamos!!!!!!!!!!!!! conti no demores amiga ke se kedo muy emocionante!!!!!!!!!!!! chik porfa conti!!!!!!!!!!!!! ToT jejeje no tarde ok ke me encantan tus ff!!!!!!!!!!!!!!!!;)

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

hola
soy nueva aqui pero me atrevo a desir
que tu fanfic esta muy interesante
me esta gustando mucho como va la
trama de la historia xD
espero que lo puedas continuar pronto!!

porfis continualo pronto!!
ya quiero saver que sigue!

 

Re: Hijo de la luna: Príncipe lunar y princesa terrenal

Parte segunda, capítulo sexto:



Esas paredes…me parecen familiares.
Sus pasos hicieron eco en los pasillos desolados, no había nadie más y hacía mucho frío. Solo llevaba su vestido café e iba descalza, sus pies se quemaban a causa del hielo en el suelo, pero no quería moverse, estaba asustada.
De pronto escuchó unos pasos ajenos a los suyos…acercarse.
No…no vengas
Quiso correr, pero su cuerpo se detuvo a esperar al individuo, le vio acercarse, en su rostro se formó una tierna sonrisa
Eres tú…
Corrió hacía él y le abrazó, el hombre le correspondió y la besó muy suavemente en los labios. Kagome medio rió y dejó que la alzará y la tomara en sus fuertes brazos. Apoyó la cabeza en su hombro y aspiró el aroma de sus cabellos, tan exquisito, solo podía ser él, su amado.
Sácame de aquí, no quiero estar en este lugar. Vayámonos muy lejos
En respuesta él comenzó a besarle el cuello lentamente, haciéndola suspirar. Le encantaban sus caricias, el frío comenzaba a irse…despertaba la pasión.
El pasillo no parecía nunca terminar y parecía cada vez más y más oscuro…sintió nuevamente sus pies en el suelo, pero este era alfombrado y suave. Suspiró al sentir como ya el lugar estaba más cálido y se dispuso a seguir caminando, pero de pronto él la empujó firmemente contra la pared y la acorraló entre su cuerpo y esta. Comenzó a amarla en la oscuridad lentamente, la chica cerró los ojos con fuerza intentando que en su rostro no se notara el placer. Se tapó los ojos, una voz distante la llamaba
La realidad se volvió falsa, todo se empezó a ver borroso…despertó
-¿señorita Kagome? Señorita, despierte
-hum…-suspiró y miró el techo, antes su respiración estaba agitada y sus ojos algo húmedos. Él…nuevamente una ilusión.
-levántese, debe de esta lista en media hora.
Se sentó en la cama…le dolía la cabeza, se arregló su azabache cabello y observó alrededor para ver a una rápida Ayame saliendo de la habitación.
Se levantó y sobresaltó, llevaba un limpio y blanco camisón para dormir y el vestido de anoche yacía sobre una silla aterciopelada no muy lejos. Sintió un escalofrío al pensar en manos ajenas desvistiéndola y vistiéndola.
Se cambió de ropa y fue al baño a lavarse la cara, el agua tenía un exquisito aroma, aunque al principio la miró con recelo.
-¿y si esto fue lo que me obligó a dormir anoche?- a pesar de todo tuvo que hacerlo, pues, por desgracia, no podía estar impresentable en un lugar de tamaños lujos con seres tan extraños.
La puerta se abrió y un hombre hizo aparición. Caminó unos cuantos pasos hasta quedar frente a frente. La chica quedó algo prendada de sus ojos, eran de un azul muy brillante y su cabello se veía muy liso y negro, lo llevaba amarrado en una cola. La tomó sin aviso del brazo y la comenzó a llevar fuera de la habitación.
-¿eh? ¡Espera!- trató de soltarse, pero él era demasiado fuerte.
-tengo pedido llevarte al salón del trono, para que te vea Tsuki.
-¿Tsu...Tsuki? pero…yo no…
Muy tarde, se abrió una puerta enorme de madera y dio paso a una habitación enorme, con una larga alfombra almíbar hasta el fondo, donde esperaban cerca de diez extraños, los cuales todos enmudecieron al verla.
-Camina hasta allá e inclínate en modo de saludo- le susurró el hombre al oído, la chica temió que en ese sepulcral silencio sus aterrorizados latidos pudiesen escucharse como una sirena de ambulancia
Al llegar se inclinó torpemente y permaneció ahí, temiendo ser descortés
-ya esta bien, niñita, levántate.
Se incorporó mientras miraba a la mujer que le había dicho eso, era, justamente, la que estaba sentada en el trono de piedras hermosas. La observó detenidamente, todo en ello parecía llegar cercana a la perfección. Kagome se sintió extraña entre tantos seres bellos, sospechando de su naturaleza y ella, sintiéndose demasiado normal, estaba avergonzada.
-si, supongo que está aceptable- gruñó hacía otra fémina, la cual era Tsurue. La cual no parecía muy alegre que digamos
-creí que habríamos de llevarla a mi reino- respondió lo más educada posible, pero se podía notar que estaba furiosa- ¿porqué siempre insistes en cambiar los planes de todo?
-pues porque creo que aquí la boda sería mucho más linda…- lo susurró como si nada mientras algunas miradas se volteaban hacía ambos príncipes, la cual miraba el suelo y el cual los observaba de manera desinteresada, la verdad, parecía perdido en otro universo
-¿Boda?- se le escapó a Kagome como un suspiró desesperado, Abrió los ojos y encontró los de Tsurue, los cuales le miraban seriamente, nada parecía confirmar que solo era una mala broma y que esto era una pesadilla de la cual despertaría cuando la voz de su hermana le dijera que había que desayunar.
-¿no lo sabías?- Tsuki habló con un tono fingido de sorpresa- es lo que la profecía dicta
Quiso preguntar…que era esa profecía de la cual todos parecían estar al corriente menos ella.
De pronto se escucharon más pasos y el mismo joven apuesto que la había traído llegó con otra muchacha de rasgos muy parecidos, casi idénticos a los suyos, solo que tenía el cabello mucho más largo y ojos fríos.
-¡¡hermana!!- exclamó y la abrazó con fuerza. Sollozó suavemente, de forma que solo Kikyou lo escuchara y supiera cuanto miedo tenía en esos angustiosos momentos
-¿dónde estamos?- no sabía si era la presión del momento o los nervios en su interior, pero abrazó a su gemela y miró a todos los presentes de manera desafiante
-flor de campanilla…- susurró Tsuki observándola detenidamente, pudiendo ver en sus ojos y su alma toda esa ambición y frialdad que poseía. Sonrió maliciosamente- quien pensaría que un nombre tan delicado pudiese quedar bien en un cuerpo…y tan mal en la avaricia.
-¿insulta desconocidos frecuentemente, majestad?- siseó la chica tranquilamente sin quitar esa mirada que empezaba a incomodar a Tsurue, pues las dos jóvenes ante ella eran impresionantemente diferentes
-¿majestad?- la mujer rió, complacida de tener una discusión- hace ya mucho que nadie me nombra de esa manera
-¿y cómo he de llamarle entonces? A algún nombre habrá de responder.
-hermana, no sigas…- la chica le tiró suavemente la manga mientras le susurraba suplicante. Kikyou pareció recordar que ella estaba ahí y la alejó disimuladamente de su cuerpo con un gesto frío.
-no, no…déjala, tiene derecho a saber- intervino con esa malévola sonrisa que comenzaba a asustar. La miró fijamente y pronunció con lentitud- mi nombre es Tsuki, la diosa lunar y dueña de todo lo que vez aquí hasta el fin de la nieve y las montañas almíbares del norte
Logró que su rostro no denotase sorpresa, más bien mostraba incredulidad, pero Kagome no pudo evitar llevarse una mano a la boca y exclamar:
-¡imposible!
-aquí, pequeña…- su tono sonó casi hasta coqueto al dirigírsele, sus ojos grises brillaron expectantes- nada es imposible
Extendió su palma y, se la nada, en ella empezó a bailotear unos polvos blancos parecidos a la nieve mezclado con unos dorados y rojos, se lanzaron rápidamente y rodearon a las dos muchachas. Kagome retrocedió y cerró asustada los ojos, pero Kikyou se mantuvo imperturbable, más que nada por orgullo
-detente
Tsurue movió suavemente una de sus manos y los polvos cayeron al suelo, inertes.
-por favor, perdonen su imprudencia, les pido que tengan una buena estadía estos días antes de emprender viaje a mi reino donde se efectuará la boda entre ambos príncipes, con su gemela como testigo- miró a Kagome al terminar la frase. Los ojos de la diosa eran un mensaje indescifrable- ah, y por cierto- volteó a ver al hombre de azulina mirada que les había traído- Kouga, gracias por todo.
-no hay de qué- le sonrió, mostrando los mismos colmillos que tenía Ayame, los cuales no podían menos que recordarle a un perro. Quiso la joven preguntar, pero se contuvo.
Tsuki las observó de manera despectiva, aquellas jóvenes, por muy destinadas que estuviesen, no tenían nada en particular que les hiciese dignas siquiera de respirar el aire del lugar. Miró fugazmente a su hijo, el cual miraba fijamente a la cual respondía a un tal nombre de “Kagome” que estaba mirando el suelo con preocupación y deseosa de escapar
La diosa sonrió, bueno…si eso quería, le ayudaría a conseguirlo.

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Gracias a todas por sus alentadores comentarios!!! sucede que no lo habia podido continuar porque estuve terminando mi época de exámenes, es lo cuales, debo agradecer, me fue bastante decente xD Por lo que perdonen mi atraso evidente xD, ojalá y no vuelva a pasar! pero no estaré con pc hasta el lunes, más problemas -_-U
Posteeeen!!! Y una muy feliz navidad!!!
besuuuS =*
Kru!!
(Con letras navideñas XD ^^)