Romántico H de Hospital [Dias del abecedario 3.0]

Hospital


Aquella noche escuchaba el murmullo de la gente que se reunió junto a mí , el incesante sonido de las sirenas y la lluvia que al parecer no daba indicios de detenerse, recordaba toda la imagen como si estuviera al revés y no es para menos; era yo quien estaba dentro de aquel vehículo tras sufrir un gran accidente. Lo último que recuerdo fue el cabello de una mujer que se asomo por la ventana para poder socorrerme, después de eso mi mente quedo en blanco.


Desperté en una camilla de hospital, el sonido del reloj era el único sonido dentro de la habitación, mientras que afuera al parecer seguía lloviendo porque escuchaba las pequeñas gotas chocar contra los cristales de la ventana. Gire mi cabeza y pude darme cuenta que los herramientas de medicina , la camilla y una televisión vieja era lo único que ocupaba la habitación. No tenia flores, ni tampoco una tarjeta de esas que venden en las librerías que diga mejórate, no era de sorprenderme para nada ya que hace mucho tiempo perdí al último pariente que tenia debido a una enfermedad crónica que acabo con su vida.

Me encontraba solo en medio de aquella habitación inmensa pero vacía, mire la hora y marcaban la seis de la tarde cuando de pronto escuche un ruido en medio de los pasillos de afuera, al parecer eran las enfermeras y doctores de turno, la perilla de mi habitación empezó a girar he inmediatamente entro una enfermera con un carrito medico.

— Que alegría verlo despierto señor.

Era raro ver sonreír a una enfermera porque yo era un completo extraño, por aquella época el país se encontraba en una guerra constante por lo que la muerte era cosa de todos los días y las enfermeras no socializaban con sus pacientes ya que estos fallecían muy rápido, cruel realidad el de no dar esperanzas a alguien que va a morir.

Salude gentilmente y pregunte como había llegado hasta aquí.

— No lo recuerdas -sorprendida- , no te preocupes solo asegúrate de mejorar.

Dejo un vaso con agua y un par de aspirinas y se marcho dándome una última mirada, al cabo de unos minutos entro el doctor de guardia.

— Buenas tardes señor Lawn, que alegría verlo despierto.

Buenas tardes doctor, usted puede decirme como llegue aquí.

— Bueno creo que tendré que agregar amnesia temporal en su informe, usted sufrió un accidente cuando estaba conduciendo, al parecer la lluvia bloqueaba su vista del camino y termino chocándose con otro coche, afortunadamente la familia que venía en el otro coche no sufrieron lecciones, no podría decirse lo mismo de usted que termino boca arriba con su coche.

Recuerdo el accidente apenas, recuerdo que estaba sangrando mucho y pensé que moriría, fue gracias a esa mujer que me salvo la vida.

— Creo que es todo lo contrario, usted le salvo la vida, el coche que venía en dirección contraria se le habían vaciado los frenos y estaba a punto de atropellar a nuestra enfermera. Si usted no hubiera interferido impactando su coche creo que la historia hubiera sido muy diferente.


Un sudor frio recorrió mi cuerpo antes de hacer la pregunta ¿Cual enfermera doctor?

— La que acaba de entrar hace unos minutos, bueno creo que eso es todo lo dejare para que siga descansando.


No podía creer lo increíble de la historia y de tanto pensar volví a dormir.

Dicen algunos que el destino es una dama misteriosa, otros aseguran que puedes tener una segunda oportunidad y yo la obtuve.

Mientras seguía de cabeza en el coche pude imaginarme toda esta escena, este tal vez hubiera sido un final feliz si mi familia estuviera rodeada por mí en aquella habitación que parecía tan vacía.

Poco a poco empezaba a cerrar mis ojos y pensé que moriría cuando de pronto la puerta de mi coche se abrió, una enfermera con la poca fuerza que tenia logro sacarme del vehículo arrastrándome por el piso mojado.

— No te mueras porfavor , resiste hasta el último momento, aun hay cosas que quiero decirte.

La mire detenidamente y recordé su rostro, era la chica que vivía en el piso de abajo de mi departamento. Pude notar claramente como lloraba mientras sujetaba mi mano con delicadeza.

—Quédate conmigo porfavor, todavía no te he dicho cuanto te quiero.