[*Guiados por el Destino*] (FF Colectivo... 16 cupos)

Re: [*Guiados por el Destino*] (FF Colectivo... 16 cupos)

les traigo el séptimo capi... Se me hizo más alrgo de lo común... Por eso no alcanzé a escribir lo de las batallas... Pero en el próximo les juro que aparecerán!
Bueno, sin más... les dejo el capi =)


Capítulo 7<o:p></o:p>
Encuentros furtivos.<o:p></o:p>
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- Pues, permítanme felicitaros, nobles guerreros, por reunir sus gemas... – comenzó el profeta<o:p></o:p>
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- Disculpe, Tichondrius, pero ¿yo no tengo gema? – preguntó Ryosuke<o:p></o:p>
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- Querido, tu poder no lo entendemos aún... no hay gema para fortalecer lo que no se entiende... – explicó Alexiel<o:p></o:p>
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- Sin embargo, chico, tú solo aumentarás tus poderes... No te rindas...<o:p></o:p>
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- Comprendo...<o:p></o:p>
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- Pues, volvamos a lo que estábamos... Verán, estas gemas sirven para aumentar sus poderes elementales...<o:p></o:p>
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- Eso ya lo sabíamos, anciano ::- dijo Sakura<o:p></o:p>
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- ¿Acaso no tienes otra información que nos sea útil? :: – inquirió Samantha<o:p></o:p>
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- Estas dos juntas se potencian... Pues verán, como dije, “poderes elementales”, es decir, cada uno de ustedes posee cierto control sobre un elemento natural... Creo que esa información era obvia... Pues verán... Durante muchos años el equilibrio entre las fuerzas del “bien” y del “mal” habían estado en perfecto equilibrio, logrando así que reinara la armonía en la Tierra... –comenzó Tichondrius<o:p></o:p>
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- Y pues, últimamente las fuerzas del mal se salieron de control y planean controlar la Tierra... y más tarde los planetas adyacentes... Es su deber luchar contra las fuerzas del mal... Y tendrán que derrotar a los Siervos de la Oscuridad... – concluyó Alexiel<o:p></o:p>
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- ¿Siervos de la Oscuridad? ¿Quienes son? ¿Más metamorfos? – preguntó Ciro<o:p></o:p>
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- No... Son personas, como tú o como yo...<o:p></o:p>
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- ¿Personas? ¡¿Pelearemos con personas?! No lo haré... ¡no podría dañarlas! – se quejó Nodoka<o:p></o:p>
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- ¡¿Dañarlas?! Lo siento, Nodoka... pero hemos asesinado a metamorfos... sin saber antes que lo eran, ¿no? Ya hemos asesinado... – Samantha la fulminó con la mirada<o:p></o:p>
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- ¡Sí sabíamos que lo eran! Y si no... ¡Ellos nos habrían matado! – inquirió Amon<o:p></o:p>
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- ¡Ellos también nos matarán si no nos defendemos! – exclamó Masako<o:p></o:p>
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- No tenemos otra opción... – se lamentó Amon<o:p></o:p>
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- Si la tenemos... No luchar – Sakura bajó la mirada... <o:p></o:p>
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- Pues, si no luchamos... – todos miraron a Ryosuke – Nuestros seres queridos... morirán...<o:p></o:p>
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- ¡No! ¡No puede ser verdad! – exclamó Josh con preocupación<o:p></o:p>
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Los chicos y chicas bajaron la mirada...<o:p></o:p>
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- Pelearemos...<o:p></o:p>
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Alexiel había entablado una profunda conversación con Tichondrius, mientras los chicos practicaban con sus poderes bajo la supervisión de Ryosuke...<o:p></o:p>
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- Entonces, ¿dices que tu ex-amigo a tomado riendas del asunto?<o:p></o:p>
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- Así me temo... Zagtenier siempre estuvo sediento de poder... – se lamentaba el profeta<o:p></o:p>
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- Pero... nosotros tenemos la ventaja, tenemos a Ryosuke de nuestro lado... – aclaró la mujer, mientras Rosiel estaba pendiente de la conversación.<o:p></o:p>
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- Eso sería un punto a favor... siempre y cuando él no halla encontrado al otro...<o:p></o:p>
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- ¿Al otro?- se extrañó la joven <o:p></o:p>
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- Zagtenier jamás mencionó algo sobre otro joven... Además, ¿por qué el mocoso es tan importante? – se preguntaba Rosiel<o:p></o:p>
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- Sí... al hermano gemelo de Ryosuke... Kosuke... – el profeta respondió a la pregunta de Alexiel<o:p></o:p>
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- Espera... ¿Kosuke has dicho? ellos son los dos enviados para mantener el equilibrio... ¿verdad? – Alexiel parecía preocupada, sin embargo estaba emocionada por la noticia<o:p></o:p>
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- Sí, lo son... El “bien” y el “mal” encarnados... “gracias” al trabajo de los antiguos profetas... – Tichondrius parecía enojado consigo mismo<o:p></o:p>
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- Los profetas que sellaron ambas fuerzas... y crearon dos existencias... – La mujer había comprendido todo – Pero... Ryosuke no lo recuerda, ¿verdad?<o:p></o:p>
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- Lo dudo... miles de años han pasado desde entonces... <o:p></o:p>
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***Con los Siervos***<o:p></o:p>
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Zagtenier permanecía en un lugar apartado, a la espera de las noticias de Rosiel. Debía comprobar si el “otro” estaba con ellos. Si podía reunir a ambos muchachos, ya nada se interpondría en su camino... El bien puede corromperse con facilidad, pero el mal es muy difícil que sea redimido... <o:p></o:p>
Los Siervos entrenaban fervientemente, anhelando pronto poder encontrarse con los Guerreros, y así saldar cuentas pendientes.<o:p></o:p>
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- Así que la guerrera del Aire fue quien asesinó a mi madre... entonces... ¡Yo la asesinaré de la misma forma que ella lo hizo! – exclamó Mathew para sí mismo, al momento que invocaba un poderoso tornado, el cual arrancaba de raíz gran parte del bosque – Ya nos veremos las caras... Por primera y última vez...<o:p></o:p>
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Kite experimentaba con un voltaje mayor de electricidad, sin decir nada, sólo pensando en encontrarse pronto con el responsable de su desdicha en el pasado.<o:p></o:p>
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- Ya verás, guerrero del fuego... ¡Te haré sufrir como en el infierno por lo que le hiciste a mi madre! – exclamó Aiory al momento que invocaba una enorme columna de fuego, quemándolo todo a su paso.<o:p></o:p>
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- Ese maldito guerrero del agua... Ya quiero tenerte frente a mí... ¡Sentirás lo que yo sentí al casi perecer ahogado por tu causa! – Kira hace que las olas del mar se agiten violentamente.<o:p></o:p>
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- Aún recuerdo estar colgado de una rama, en aquél oscuro pozo... ¿Acaso disfrutaste de aquello? Espero que sí... ¡Porque será lo último que disfrutes antes de que acabe contigo! - Derek invocó densa y oscura neblina que lo envolvía poco a poco<o:p></o:p>
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*** Un mes después***<o:p></o:p>
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Tanto los guerreros como los siervos habían aprendido a controlar sus fuerzas. La hora de la batalla se hallaba cada vez más cerca. Sin embargo, antes se dirigirían nuevamente a la civilización... A pesar de estar de encontrarse aislados en los confines del mundo, sólo su ciudad había sufrido la catástrofe. Las personas seguían llevando una vida normal, sin sospechar que su destino dependía del coraje y de la fuerza de un grupo de jóvenes.<o:p></o:p>
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- Bueno, mis guerreros, creo que mucho tiempo han estado aislados del mundo real... Así que los llevaré hasta Tokio para que descansen un poco antes de el encuentro – dijo el profeta<o:p></o:p>
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- ¿Enserio? Pero... No tenemos dinero... – se lamentó Nodoka<o:p></o:p>
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- ¿Dinero? Eso no es problema... – Tichondrius cerró sus ojos y al abrirlos un enorme fajo de billetes estaba en la mano de cada joven - ¿Contentos con eso?<o:p></o:p>
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- Pe... Pero... ¿cómo? – preguntó Josh asombrado<o:p></o:p>
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- Un anciado profeta de más de 500 años, jamás revela sus trucos... Ahora, los llevaré a todos allí.<o:p></o:p>
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En un abrir y cerrar los ojos, los guerreros se encontraban en una ciudad conocida para ellos, llena de edificios y centros comerciales, restaurantes que los llamaban con su exquisito aroma... El grupo rápidamente se dispersó por Tokio, sin sospechar que pronto se encontrarían con personas inesperadas...<o:p></o:p>
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Samantha paseaba lentamente por entre las tiendas de una gran avenida. El dinero de Tichondrius no le era necesario, puesto que ella era la heredera de una millonaria compañía. Por esto mismo no se mostraba tan alegre como el resto. Salir de comprar nunca la había motivado. Finalmente se decidió por comprarse un helado para refrescar su calor. Las mesas estaban completamente llenas, a excepción de una ocupada por un joven de cabellos ligeramente plateados. La chica se acercó a él.<o:p></o:p>
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- Disculpa, ¿te molesta si me siento?<o:p></o:p>
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- No, para nada –contestó él<o:p></o:p>
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El joven, al igual que ella, comía un helado. <o:p></o:p>
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- Hace calor, ¿no? – comentó<o:p></o:p>
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- Sí... – respondió la chica sin darle mucha importancia<o:p></o:p>
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- Pero qué modales los míos... Mi nombre es Mathew, ¿y el tuyo?<o:p></o:p>
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- Samantha, mucho gusto<o:p></o:p>
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- El placer es todo mío.<o:p></o:p>
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Rápidamente los jóvenes entablaron una animosa conversación, sintiendo una extraña afinidad el uno por el otro... Jamás sospecharían que ambos eran enemigos a muerte... Ni mucho menos, que ambos eran hermanos mellizos...<o:p></o:p>
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Kaworu caminaba hacia un centro de videojuegos. Al entrar, se percató que un grupo se gente se reunía en torno a un joven con gran expectación. El chico se acercó para ver de qué se trataba. Un muchacho de cabellera rojiza y ojos esmeralda eliminaba a cuanto jugador se atreviera a retarlo en un juego de pelea de última generación. El último adversario se retiró abatido y Kaworu decidió probar suerte.<o:p></o:p>
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- Veamos si puedes vencerme a mí.<o:p></o:p>
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- Bien – aceptó el otro joven<o:p></o:p>
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Ambos chicos peleabas fervientemente, manteniendo al oponente a raya. Ninguno cedía puntos, ni daba oportunidad al otro para atacar. El grupo de personas a su alrededor iba incrementando a medida que trascurría el tiempo. El juego ya llegaba a su fin y los jóvenes se llevaron la mano al bolsillo en busca de más monedas. Grande fue su decepción al comprobar que “sólo” habían billetes de grandes cantidades. <o:p></o:p>
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- Es una lástima... Te hubiese ganado – comentó Kaworu<o:p></o:p>
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- Eso me gustaría haberlo visto – replicó el otro <o:p></o:p>
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- Es un reto... La próxima ves que nos veamos, te venceré – lo desafió – Mi nombre es Kaworu... no lo olvides<o:p></o:p>
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- Acepto el desafío, Kaworu. Mi nombre es Kite... Recuérdalo cuando me pidas clemencia. <o:p></o:p>
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Ambos jóvenes se dieron un fuerte apretón de manos y se fueron por caminos separados.<o:p></o:p>
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Nodoka había corrido hacia el parque de entretenciones, en la carrera había chocado con un joven de cabellos lilas.<o:p></o:p>
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- Cuidado, pequeña – le aconsejó el chico<o:p></o:p>
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- No soy pequeña, tengo 17 años – replicó Nodoka un poco sonrojada<o:p></o:p>
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- Ya veo... ¡Ibas a los juegos? ¿Te dejarán pasar con esa altura?- se burló el joven<o:p></o:p>
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- ¡No te burles! – exclamó Nodoka, cada vez más sonrojada<o:p></o:p>
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- Era una broma, tranquila. ¿Quieres que subamos juntas? – le preguntó el desconocido<o:p></o:p>
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- Claro, me gustaría mucho – sonrió la niña – por cierto, mi nombre es Nodoka<o:p></o:p>
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- Mucho gusto, Nodoka, yo soy Derek<o:p></o:p>
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Ambos jóvenes subieron a los juegos muy contentos... Sin sospechar que pronto las risas darían paso a las lágrimas.<o:p></o:p>
Un joven de azulada cabellera caminaba por la calle conversando alegremente con una joven de cabello rosa. Se habían encontrado por casualidad y habían entablado una rápida conversación, mientras esperaban ser atendidos en un restaurant.<o:p></o:p>
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- Así que te llamas Sakura, ¿verdad? Lindo nombre<o:p></o:p>
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- A mí también me gusta el tuyo, Kira<o:p></o:p>
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- No bromees... Siempre me molestaban diciéndome “Kiara” -_-U<o:p></o:p>
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- Jajaja, no te preocupes... Lo que piensen los demás no debe intervenir en el como tú te veas a ti mismo<o:p></o:p>
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El camarero se dignó a atenderlos y los jóvenes siguieron conversando mientras comían... Hablaron de muchas cosas, menos de lo más importante... Que ambos eran enemigos<o:p></o:p>
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Joseph caminaba junto a Alexiel hacia el parque. Ninguno de los dos había hablado en todo el camino. Uno porque no podía sacar a Amelia de sus pensamientos, aunque no la viese hace más de 10 años... Aquella mujer le traía muchos recuerdos de su amiga. Alexiel, por su parte, no hablaba puesto que se hallaba sumida en una conversación con Rosiel.<o:p></o:p>
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- ¡No debiste perder de vista al chico! ¡Zagtenier lo necesita! – exclamaba el demonio <o:p></o:p>
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- Lo sé... Pero este joven me pidió que camináramos... – se excusó la joven<o:p></o:p>
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- ¡Qué te importa más? ¿Jugar con los sentimientos de un niño enamorado o obedecer las órdenes de tu amo? ¡Busca al mocoso y no lo vuelvas a perder de vista!<o:p></o:p>
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La mujer se excusó con su acompañante y regresó lentamente hasta el lugar donde debía encontrarse Tichondrius, dejando a Joseph sumamente confundido... ¿Por qué le había pedido a la chica estar un rato a solas con él?... ¿Quién era ella realmente?<o:p></o:p>
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Ciro competía con una joven de largos cabellos negros por probar quién podía comer más hamburguesas en menos tiempo.<o:p></o:p>
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- Seguro ganaré... Con Tichondrius sólo pasaba hambre... ¡Estoy famélico!<o:p></o:p>
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- Este niño está perdido... Jamás probó la comida preparada por Zagtenier... ¡Tengo el estómago completamente vacío!<o:p></o:p>
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Ambos jóvenes comenzaron a comer en cuanto sonó el silbato, para parar al mismo tiempo, cuando ambos ya habían consumido la considerable cantidad de 20 hamburguesas.<o:p></o:p>
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- Ya no doy más... – suspiró Ciro – Creo que me venciste, ¿cómo dijiste que te llamabas?<o:p></o:p>
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- No te lo dije... Me llamo Aiory... Y creo que esto será un empate...<o:p></o:p>
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- Ciro, mi nombre es Ciro...<o:p></o:p>
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- Bien, para la próxima arreglaremos esta pelea... Por ahora me urge ir al baño –comentó Aiory<o:p></o:p>
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- Sí... a mí también... ¡Y rápido!<o:p></o:p>
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Los jóvenes corrieron a encerrarse en sus respectivos baños. Al parecer la enorme ingesta tanto de líquido como de bebida, no era la adecuada para quien se prepara para un ferviente combate.<o:p></o:p>
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Al pasar las horas, los Siervos volvieron a reunirse. Ya debían volver a lo profundo de las montañas, pero les faltaba un integrante.<o:p></o:p>
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- Kosuke, localiza a Mathew y dile que regrese <o:p></o:p>
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- Está bien.<o:p></o:p>
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El joven de cabellos dorados recorrió la ciudad en busca del muchacho. Lo encontró sentado frente a una heladería, pero no estaba solo... Una hermosa joven le acompañaba. Kosuke se acercó a ellos, sin perder de vista a la bella desconocida.<o:p></o:p>
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- Mathew, por fin te encuentro... ¿No me presentarás a esta hermosa damisela?<o:p></o:p>
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- Kosuke, me asustaste... Ella es Samantha<o:p></o:p>
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- Samantha, un elegante nombre para una joven tan refinada... Que sin embargó oculta tras una máscara invernal su tibio corazón de primavera...<o:p></o:p>
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- Guárdate tus halagos para otra – dijo Samantha de forma cortante<o:p></o:p>
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- Y veo que tiene carácter... Y no sólo veo eso...<o:p></o:p>
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Kosuke se detuvo a mirar fijamente los ojos de la joven, para luego esbozar una sonrisa maliciosa... En su mente estaba todo...<o:p></o:p>
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- Bueno, ma petite, debo dejarte... Pero descuida, nos veremos antes de lo que imaginas... Mathew, vámonos.<o:p></o:p>
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- Adiós, Samantha, ha sido un gusto hablar contigo – se despidió el joven<o:p></o:p>
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- Igualmente, Mathew – respondió la chica con un dejo de tristeza... algo en ese joven le resultaba vagamente familiar...<o:p></o:p>
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- Nos vemos... – volvió a despedirse Kosuke - Guerrera del Aire...<o:p></o:p>
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El joven de ojos ambarinos se retiró del lugar con un deleite secreto... Tarde o temprano, aquella joven sería suya... De una forma u otra... <o:p></o:p>
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Continuará...<o:p></o:p>


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:bye:

~Kyros~