Long-fic de Pokémon - Fin de Semana con mis Suegros (Ash & May)

Re: Fin de Semana con mis Suegros (Ash & May)

Fin de Semana con mis Suegros ​

Capítulo 4: ¡¿Qué hace ÉL aquí?!

Las doce del mediodía.

El aroma de la comida que estaba cocinando Caroline llegaba deliciosamente hasta donde se encontraban Norman, May y Ash. El primero miraba con los ojos entrecerrados a la pareja, su hija estaba demasiado cerca del joven entrenador.

Ash tenía formada desde hacia varios minutos una nerviosa sonrisa, aunque May sólo estuviera sentada hablando con su padre (y de vez en cuando con Ash) sentía la mirada de pocos amigos que le dedicaba Norman constantemente.

El timbre sonó por toda la casa.

-¿Te importaría ir a ver quién es, Ash?- preguntó gentilmente el señor Balance.

Ash, quien no podía negarse a aquella propuesta tan salvadora, se levantó de un salto y corrió prácticamente hacia la puerta. Ojalá la persona que estuviera del otro lado, fuese un vendedor o algo así para que lo entretuviera el tiempo suficiente y así ir a almorzar.

Pero al abrir la puerta, no fue un vendedor con lo que se encontró. Parado enfrente a la puerta, se encontraba la persona a la que no creyó volver a ver más.

-¿Qué hay de nuevo, Ash?- saludó la persona con deje de arrogancia y superioridad en su voz.

-Nada que te interese, Drew.- respondió desdeñosamente el joven entrenador. Drew entró al interior de la casa, dejando a Ash mirándolo incrédulamente sosteniendo la puerta. Como si de un mayordomo se tratase.- ¿No te equivocaste de casa?

-Ketchum, que bromista.- respondió Drew forzando una sonrisa. Ambos empezaron a caminar por el pasillo que conducía a la sala, donde un estupefacta May los recibió, seguido por un Norman sonriente.

-¡Drew que bueno verte!- saludó Norman mientras iba a recibirlo.- ¿No es grandioso, May?- preguntó su padre mientras abrazaba al joven de cabellos verdes.

-Sí, grandioso en verdad.- respondió la castaña quien aún no salía de su estupefacción. Caminó hacia Drew y le dio un beso en la mejilla a modo de saludo, él como era de costumbre le entregó una rosa roja.- Iré a ponerla en agua.

Cuando May entró a la cocina comenzó el encuentro de miradas furtivas que se lanzaban los tres hombres, las cuales congelaron el ambiente. Norman sonreía triunfal, Drew arrogantemente como siempre, y Ash, el tenía tanto enojo dentro que sólo los fulminaba con la mirada.

May volvió a entrar en la sala, y la tensión del ambiente desapareció tan rápido como si nunca hubiese existido. Todos mostraron sus mejores sonrisas fingidas.

-Ya está el almuerzo.- anunció. Los tres hombres comenzaron a caminar en dirección a la cocina sin dirigirse la palabra, May agarró del brazo a Ash hasta que llegaron a la cocina y se sentaron.

Los platos, repletos de la deliciosa comida de la señora Balance los esperaban. Como de costumbre May se sentó al lado de Ash, pero donde debería ir sentado Norman se sentó Drew, tras la insistencia del antiguo ocupante de la silla.

-¿Drew? Que sorpresa.- exclamó Caroline al tiempo que se sentaba en la mesa, junto a su esposo. El joven coordinador sonrió para después mandarle una mirada fulminante al entrenador.

Aquel almuerzo fue el peor que haya tenido. Ver a Drew coquetear continuamente con su novia, escuchar al señor Balance alabar al joven de cabellos verdes y a May sin poder decir algo coherente, era motivo suficiente para empacharse por sobredosis de azúcar y celos.

-Lo que más me gustó de May, fueron sus ojos,- decía el joven coordinador, al tiempo que tomaba las manos de May.- pero cuando sólo nos volvimos amigos, desee volver a probar esos labios tan dulces.

Ash dilato los ojos.

-Que amable Drew.- dijo May mientras trataba de soltar sus manos del agarre del coordinador y alejarse un poco de él.

-Que lástima que no hayan llegado a nada, evidentemente son el uno para el otro.- dijo Norman mirando a la pareja.

Ash hastiado de aquella conversación, pinchó furiosamente la carne como si hubiese visto la cara de Drew en ella, la cortó con el cuchillo y la dirigió furiosamente a su boca. Repitió el mismo proceso y limpió su boca con el dorso de su mano, sin dejar de mirar al acosador de su novia.

-Ash, ¿te encuentras bien?- preguntó preocupada la señora Balance al ver el repentino cambio de actitud de Ash.

-De maravilla.- siseó.- Nunca en mi vida eh estado mejor.

Evidentemente todo aquello había sido una trampa del señor Balance. Las tenazas y las indirectas habían sido para atemorizarlo; para lograr que el entrenador saliera corriendo de aquella casa, pero al ver que él había opuesto resistencia, había recurrido a su as bajo la manga y el más importante, quizá, cuyo nombre era Drew.

-Caroline, la comida está exquisita.- comentó el coordinador.

-Me alegro que te haya gustado, Drew.- respondió la susodicha con una sonrisa.

El almuerzo transcurrió sin más percances. Drew coqueteando y mandándole miradas y señas de lo más directas y otras no tanto a May, la joven sonriéndole nerviosamente cada vez que el joven coordinador se acercaba o rozaba su mano con la de ella, incluso fue tal la incomodidad de May que tuvo que levantarse, poniendo como excusa que su bebida estaba caliente, por lo que necesitaba hielo. Entre tanto Caroline miraba compresivamente a Ash, quien no paraba de fulminar al coordinador con la mirada. Y Norman… él era el que más se divertía de la situación.

Pero, si el almuerzo le había parecido un infierno a Ash, lo que vino después era totalmente peor, era casi tan malo como tomar el té con el diablo, o peor aún, secar los platos junto con su yerno.

El ambiente era tan tenso que se podría cortar con un cuchillo. Norman lavaba los platos despaciosamente, luego se los pasaba a Ash, que los secaba y guardaba en su lugar, claro que, con alguna que otra equivocación.

-Linda la rosa que Drew le trajo a May ¿no?- dijo Norman de repente provocando que Ash diera un respigo.

-Sí.- contestó secamente. Le hubiera gustado no responderle de aquella manera, ya que así su futuro suegro se daría cuenta de los incontrolables celos que sentía.

-Muy linda, en verdad.- volvió a elogiar el hombre. Ash puso los ojos en blanco al tiempo que guardaba en la estantería unos platos.- En el inferior.- lo contradijo Norman, sin ni siquiera voltear a verlo.

Ash, bufando por lo bajo obedeció.

-¿Sabías que casi nunca pierde batallas en los concursos?- cuestionó. Ash apretó fuertemente los puños. ¿Que acaso era el admirador de Drew? pensó el joven de cabellos azabaches. Asintió.- Sólo a perdido contra May, gran entrenador y coordinador debo admitir.

-Sí, es grande en verdad.- respondió Ash con apatía secando los últimos platos.

-¿Y tú eres realmente bueno? Quizá si, pero no tanto como Drew.

-Pues… no se sí realmente soy bueno pero, lo vencí a usted.- respondió socarronamente con una sonrisa de suficiencia en su rostro.

Norman enrojeció hasta las orejas. Aventó contra la mesada de granito la esponja, se secó las manos y salió de la cocina a grandes zancadas, no sin antes decirle maliciosamente a Ash “Termina las cosas por mí.”

Ash miró ceñudamente la puerta por donde había desaparecido el señor Balance, con gran impasibilidad se dirigió hasta donde estaba la rosa de Drew, le dio un golpecito con el codo. Ésta cayó al lavabo. La sacó cuidadosamente y la colocó en su lugar, ahora la brillante rosa aterciopelada lucía restos de comida y detergente, y alguno que otro corte en sus pétalos. Sonriendo inocentemente, Ash dejó el repasador y salió de la cocina, murmurando un “Que torpe, justo la rosa de Drew”

Notas de Drusky: Hola a Todos!! Primero que nada gracias por gastarse un poquito de su tiempo en leer mi fic y dejarme esos lindos comentarios... Hablando del fic... vaya aparecio el "lechuguita" para complicarle (aún más) la existencia a Ash... si con Norman ya estaba sacado, imaginense como quedará con Drew... xD Eso es todo por hoy...

Nos leemos en el siguiente Capítulo!
Drusky ^^