Long-fic de Naruto - En Busca de la Oportunidad [NeTen]

Título: En Busca de la Oportunidad

Autora: Rein/Chiaki Nanami
Género: Drama.
Tipo: Long-fic

Notas y advertencias de la autora: Procuraré no hacer nada de OoC, pero no prometo nada(?). No sé si en un futuro haya escenas... Explícitas. Igual, cuando tenga bien definida la historia, se los haré saber. Tal vez alguien ya vio la historia, pues ya antes la había publicado aquí, pero la borré para reformarla. El prólogo ha tenido cambios pequeños pero el primer capítulo ya será un poco diferente.

Disclaimer: Todos los personajes le pertenecen a Masahi Kishimoto.

Resumen: El esposo de Tenten muere en la guerra y el amigo de éste, con su collar, va a buscar a su esposa. ¿Quizás sea la oportunidad que tanto buscaba para ser feliz?

Prólogo​

~NARRA NEJI~

¿Quién creería que por un simple collar, mi vida se salvaría?

Yo era del ejército de Japón. Hace tiempo tuvimos una guerra en Siria. Desafortunadamente, nos retiramos, perdiendo a miles de soldados.

Mis cálculos fueron: de 20,000 hombres divididos entre otros miles de pelotones, sólo 100 de éstos últimos sobrevivieron completos. Y otros 1300 soldados con un incompleto pelotón o incluso sin. Entre los primeros, me encontraba yo.

Mi pelotón lo conformaba Aburame Shino, Sabaku No Gaara y Uchiha Itachi. Éste último... Se podría hacer llamar... Como la persona más cercana que tenía. Pero lo perdí. Lo peor es que fue frente a mis ojos y sin piedad.

Todo comenzó una mañana, antes de que nos atacaran sorpresivamente.

~FLASHBACK~

Dentro de nuestra carpa, sólo estábamos Itachi y yo. Shino y Gaara estaban dándose una ducha. Nosotros ya previamente lo habíamos hecho. Itachi al terminar de secarse la cabeza –al igual que yo–, se encontraba sentado en su cama, contemplando un collar que sostenía entre sus manos. La curiosidad me invadió.

—¿Y ese collar?

—Es la presencia de mi esposa. Me lo regaló hace mucho. Tiene años sobre mi cuello —en su rostro se dibujó una sonrisa muy cálida a mi parecer—. Nunca me lo había quitado hasta ahora —rió. Yo sólo escuchaba aquellas palabras que al parecer le causaban ilusión a mi buen compañero y amigo.

—¿Y por qué te lo has quitado justo ahora? —me di cuenta de que con esa pregunta parecía como cualquier niño que tenía curiosidad por la vida.

—No lo sé… —se quedó absorto viendo al collar. Luego de unos pocos segundos, continuó— Quizá porque nunca lo había visto con gran detenimiento, como ahora —volteó hacia mí y sonrió tranquilamente. Correspondí con una casi invisible sonrisa.

Era un collar de cobre, con una figurilla de pergamino. Parecía que tenía algo escrito aquella figurilla.

—¿Tiene algo escrito? —me senté a su lado.

—Sí —afirmó—. Míralo —dijo orgulloso y me lo entregó. No entendía de qué se sentía orgulloso, hasta que leí el texto de aquel diminuto pergamino. Tenía grabada la frase: “Nunca te rindas”. La otra cara del pergamino decía "Buena suerte”.

Él no le perdía la vista al collar.

—Vaya... —le dediqué una sonrisa al collar. Los dos contemplábamos con una cierta ilusión al collar. No entiendo porque yo también lo hacía, era como si me contagiara de la buena energía que transmitía ese objeto. Reaccioné y se lo entregué—. ¿Dices que te lo dio tu esposa? —mis ojos no se concentraban en otra cosa más que en el collar— Te ha de querer mucho…

—Sí… Ella dice que me ama a más no poder —satisfecho sonrió.

—¿Y cómo se llama? —reí por lo bajo— Digo por si nos llegáramos a conocer algún día…

—Tenten. Tenten Amma. La amo… Es preciosa, divertida, simpática, segura… —a partir de ahí no sé cuántos halagos mencionó de más.

~FIN DE FLASHBACK~

Ese collar. El que marcaría mi vida. Tenía que encontrar a esa mujer… A esa mujer llamada Tenten Amma. A la verdadera dueña de aquel collar que había salvado a mi vida.

Continuará...​

 

Capítulo 1

“Presentimiento”​

Los primeros rayos de sol de aquel día se filtraban a través de la separación que existía entre las cortinas en la habitación donde descansaba una linda castaña. Éstos al rozar su bello rostro, hicieron que despertara. Se talló los ojos con el dorso de sus manos suavemente para abrirlos lentamente. Estiró su mano esperando encontrarse con algo que, diariamente al despertar, sentía entre sus dedos. Pero ese día no hubo nada. Se incorporó rápidamente sobre su cama con los ojos abiertos como platos, buscando aquello que no sintió hace unos instantes. Su vista iba de un lado a otro con cierta brusquedad.

—¡Yoshi! —gritó comenzando a desesperarse, qué gran manera de iniciar el día— ¿Dónde te has metido? —salió disparada fuera de su habitación buscando a ‘Yoshi’.

Bajó velozmente las escaleras de aquel lugar que llamaba hogar. Buscó en la cocina, sala, comedor, e incluso en el baño. Pero nada. No lograba encontrar a ‘Yoshi’. Ya estaba más que desesperada. El único lugar que quedaba para buscar ahí, era el patio trasero. Volvió a correr desesperada pero algo le impidió el paso e hizo que casi tropezara, y sí, casi, pues logró sostenerse del mueble del pasillo. Se incorporó aparentando que nunca cayó, como si alguien la viese. Se sacudió el pantalón del posible polvo que se le pudo haber pegado a sus holgados pantalones y volteó a contemplar lo que había en aquel mueble: una fotografía de ella, su esposo y un bebé…

Sonrió tristemente al recordar aquello. Se quedó absorta contemplando unos minutos, luego volvió a la realidad y volteó a ver con qué había tropezado. Era Yoshi, estaba posado sobre el suelo comenzando a quejarse. Algo estaba pasando ahí, y no le gustaba para nada lo que pudiera ser. Sentía que moría. Tenía que hacer algo y ya. No quería pasar por lo mismo de hace unos cuantos años. ¿Pasar por el mismo dolor de perder a alguien tan importante para ella…?, no. No lo podía permitir.

Lo cargó con muchísimo cuidado, sólo por si acaso, y lo llevó hasta la sala. Con una cobija, lo envolvió, lo dejó sobre el sillón y destapó su rostro. La preocupación y el miedo la carcomían por dentro. Volvió a su habitación casi volando y se colocó un pants color vino. Bajó y lo volvió a cargar hasta llevarlo a su camioneta que se encontraba enfrente de su hogar. Entró y lo colocó en el asiento del copiloto. Encendió la carcacha y se dirigió cuesta abajo en dirección al centro de la ciudad. Iría con su buen amigo, veterinario y cuñado: Sasuke Uchiha. Él sabía perfectamente todo acerca de Yoshi.

—Por favor… Abran… —llamó desesperadamente a la puerta de aquella casa. Era de esperarse que, siendo las 7 de la mañana, abrieran después de varios minutos— H-hola, Sakura —dijo un poco apenada, pero se notaba que se encontraba alterada—; ¿está Sasuke? Lo necesito ahora mismo…

—Claro —la pelirrosa abrió el paso para que la castaña entrara—, ya está por bajar.

—Perdona la hora, pero a Yoshi le pasa algo… Y me preocupa… Y no quiero que le pase algo malo… N-no me gustaría que fuera una enfermedad… O… O algo peor que eso… —con varios ademanes en las manos expresó nerviosamente las palabras.

—Tranquila, Tenten —la reconfortó la pelirrosa. Se notaba que estaba nerviosa. Tenía miles de emociones en su interior aquella castaña, ¿cómo no las tendría si estaba preocupada por un ser tan importante para ella?

—¿Quién es, Sakura? —iba bajando el dueño de aquella voz de las escaleras principales de la casa en su pijama azul marino a cuadros— Pero mira a quién tenemos aquí—se apresuró a llegar hasta la castaña y abrazarla—. ¿Qué te trae por aquí? Y tan temprano…

—Es Yoshi… —el azabache se sorprendió— Algo le pasa… Hoy no fue como de costumbre hasta mi habitación para cuando yo despertara… Estoy muy preocupada… —comenzó de nuevo a ponerse nerviosa por el hecho de tan sólo pensar en lo peor; hablaba más rápido de lo normal— Pero… De seguro, tú sabes qué hacer, ¿verdad? —lo miró ilusionada la castaña al azabache.

—Pues ni siquiera lo he revisado para decirte que sí… —la castaña sin hacer mucho caso a lo que decía, lo jaló casi a rastras fuera de la casa— ¡Oye, tranquila!

—¡No!, no puedo estarlo hasta que Yoshi esté… bien… —suspiró triste.

—De acuerdo, veamos —habían ya llegado hasta el auto de la castaña. Ésta abrió la puerta y destapó al animal: un pequeño perro esquimal americano de tan sólo 6 meses de edad. El azabache lo tomó entre sus brazos y Yoshi volvió a quejarse.

El azabache fue hasta su consultorio, el que comúnmente tenía un veterinario experimentado, Tenten sólo lo siguió mordiéndose una uña. Colocó al can sobre la placa de acero donde le era posible al azabache revisar a los animales que le traían a consulta. El Uchiha le hizo una revisión completa e hizo su diagnóstico.

—¿Q-qué tiene Yoshi, Sasuke? —cuestionó nerviosa. No le gustaría escuchar lo que se imaginaba en esos momentos.

—Tranquila, aún respira… Sólo tiene fracturada una de sus patas traseras. Vamos a ponerle yeso y con eso reposará mínimo un mes, y cuando pase ese periodo de tiempo, lo vuelves a traer, ¿de acuerdo? Yo iré luego a revisarlo un poco —le dedicó una sonrisa a la castaña mientras le hacía lo mencionado al cachorro.

—C-claro —correspondió a la sonrisa, pero a ella se le notaban los nervios—. ¿Algo más? ¿Está enfermo? ¿Tiene moquillo? ¿Alguna infección?

—Tenten —la miró serio—, te alteras demasiado rápido, ¿sabías eso? —ella se apenó un poco— Y no, no está enfermo, como tú piensas. No deberías ser tan extremista —luego de eso, la castaña se sorprendió ante eso.

—L-lo siento… —se rascó la nuca y se sonrojó.

—No importa —él dijo. Luego de largos minutos esperando a que terminara de poner yeso especial, habló la castaña.

—Perdona la interrupción, más a esta hora… —rió nerviosamente— ¿Cuánto será? —sacó su cartera.

—Nada —sonrió.

—¿Cómo que nada? Me hiciste un gran favor, tengo que recompensártelo de alguna forma —el cachorro comenzó a estirar una de sus patas delanteras para alcanzar a la castaña, y ésta le dio su mano, acariciándole.

—Pues… ¿Mejor por qué no vienes a comer al rato? Tenemos que desearle a Itachi suerte en su misión —en automático hizo que el rostro de la Amma se inundara de un brillo especial y pintara una sonrisa cálida en sus labios.

—Tienes razón, nos vemos al rato. Vamos, Yoshi, tenemos que arreglarnos para al rato —cargó al mencionado y éste ladró, como si le entendiera.

—Te dije que él tiene que descansar. Es preferible que no lo traigas —la castaña asintió suspirando.

El matrimonio acompañó a la castaña hasta la salida. Sakura se limitó a decir “nos vemos al rato” y Tenten asintió. Metió al can en el asiento del copiloto, luego entró ella y encendió el auto. Bajó la ventana y se despidió con la mano de la pareja que se encontraba en la puerta de su casa. Éstos hicieron lo mismo.

—Yoshi… Me sacaste un gran susto, ¿sabes? —él gimió— No… No me hagas esto de nuevo, ¿quieres…? —seguía conduciendo en dirección a su casa— Ni sé para qué te lo digo si no fue tu culpa… —suspiró— Ahora estaré más al pendiente de ti, ¿vale? —no recibió respuesta del cachorro fracturado.

Luego de varios minutos, llegó a su casa. Bajó del auto y luego al animalito para dejarlo descansar sobre su tapete favorito que se encontraba en la sala. Revisó el teléfono por si había tenido una llamada perdida, y así fue. La llamada era de un número privado, por lo que entendía que era del ejército. Era Itachi, su adorado esposo. Se entristeció. No importaba… Quizá… En otra ocasión llame…

Luego de esto… No se sintió tranquila; le hubiera gustado escuchar su voz. Lo extrañaba tanto… Pero ella esperaba que, como en todas las veces que lo han solicitado, le vaya bien y no pase nada malo. Por una parte se sentía tranquila al saber que traía el especial collar que le había regalado. Se quedó parada mirando al teléfono con la llamada perdida. Algo en su interior apareció y no era nada bonito. Era peor que como se sintió hacía rato con lo de Yoshi.

Subió las escaleras hasta llegar a su habitación para ducharse. Tragó saliva, tal vez así se le quitaba ese nudo en la garganta que tanto le incomodaba; había descubierto que ese malestar era eso, un nudo en la garganta. Presentía algo malo y no sabía qué era. O seguro que sí lo sabía, pero no quería admitirlo. Se sentía angustiada, preocupada y nerviosa. No paraba de morderse los labios.

Mientras se duchaba, ella se concentraba en lo que ocurría en su interior. Sí… Era por la llamada perdida. Esa era la tercera vez que no contestaba a las llamadas de su marido. La primera fue días antes de que los padres de ésta fallecieran en un terrible accidente… La segunda fue también días antes de que ocurriera… Eso. ¿Algo malo pasaría? Parecía ya una maldición. Pero quizá no pasaría nada malo… Yoshi le dio un gran pero gran susto, pero no… Murió. Eso era a lo que más le temía. Odiaba la suerte que tenía.


~


Había llegado la hora de ir a la comida a la que fue invitada. Llevó al animal al patio trasero pues ahí tenía sus platos llenos de comida, y otros tazones de agua. Sasuke ya le había dicho que lo tenía que dejar descansar, y así lo haría si era necesario para no perderlo como a Takeshi...

Arrancó el carro y llegó al lugar donde había estado en la mañana. El cielo se había tornado nublado y con vista de que iba a llover.

Aquel nudo en la garganta nunca había desaparecido, por el contrario, se hizo doloroso e invadió el pecho de la Amma. Parecía crecer más y más.

Bajó y tocó el timbre de aquella casa. Un azabache salió en unos segundos.

—Hola, cuñadita —saludó con un abrazo, luego buscó algo detrás de ella—. Me alegra que no hayas traído a Yoshi —rieron, aunque ella por los nervios. Parecía que le habían robado su voz, pues no hablaba—. ¿Qué pasa?

—N-no es nada... —el se movió a un lado en señal para que ella pasara dentro de la casa, y así lo hizo.

—Es por Yoshi, ¿cierto?

—Pues en parte. También me preocupa Itachi...

—¡Oye, tranquila! Por eso estamos aquí, para desearle suerte y brindar por Itachi, ya te lo había dicho —trató de reconfortar a la castaña tomándola de los hombros.

—¡Sasuke, la carne se hace cenizas! ¡Ve a atenderlas! —se escuchó desde la cocina el grito de la pelirrosa.

—¡Ya voy! —se notaba cierta molestia en su voz del azabache— Mientras pasa con Sakura, ¿quieres?

—C-claro... —se fue sin escuchar su respuesta.

La castaña se dirigió a la cocina rápidamente y ahí estaba Sakura haciendo una ensalada. En realidad, sólo le estaba dando los últimos toques para que luciera elegante aquel tazón.

—¿No se ve deliciosa mi ensalada? —dijo orgullosa la pelirrosa al sentir la presencia de la castaña entrando por la puerta.

—Sí... Se ve bien —forzó una sonrisa, lo bastante creíble para la pelirrosa.

—Te siento extraña... —dejó lo que traía en sus manos, se dirigió adonde la castaña y tocó su frente en señal de estar midiendo su temperatura y de preocupación— ¿Te sientes bien?

—Sí, estoy de maravilla —forzó otra sonrisa—, ¡de verdad!

—De acuerdo, te creeré... —le sonrió— Si es así, ¿me ayudarías a colocar los cubiertos sobre la mesa? Ya casi está la carne, al igual que la ensalada y el postre —se enorgullecía en tan sólo pensar en que hizo su primer ensalada ahora en su vida de recién casada—. Y obvio, sin olvidar, la botella de champán —sonrió de oreja a oreja.

—¡Sakura, deja de hablar y termina ya esa ensalada! —se escuchó el grito de su marido desde el patio trasero, el cual estaba conectado con la cocina mediante una puerta.

—¡Es lo que hago! —la castaña se asustaba con las discusiones absurdas que tenían los recién casados. Ésta tomó los cubiertos e hizo lo que le ordenaron.

Luego de un rato, ya los tres estaban en la mesa listos para comer en nombre de Itachi. Aunque Amma aún conservaba aquel nudo en la garganta que ya desde hace un par de horas no la dejaba respirar sin preocupaciones.

—¿Qué tienes, Tenten? —dijeron al unísono la pareja.

—Es que estoy preocupada...

—Ya te dije que todo saldrá bien —replicó el azabache.

—Anda, come. A lo mejor con eso se te quitan las preocupaciones. Además, la ensalada me quedó exquisita —aseguró la orgullosa pelirrosa con su pulgar arriba y con un guiño.

—Sakura... —murmuró él un poco enfadado.

—¿Qué? —lo retó estando segura de su victoria en esa discusión.

—Deja de estar de arrogante. Ya ni yo cuando éramos unos adolescentes...

—Bueno, ahora se han volteado los pape-

—Sigue —interrumpió su marido—, y tendrás tu merecido —dijo totalmente serio él tomando un bocado.

La pelirrosa tragó saliva. ¿A qué se refería con "tu merecido"? Eso le asustó, así que prefirió voltear a ver a su buena amiga y concuñada Tenten, pues ya la habían hecho a un lado con la conversación/discusión.

—En fin. ¿Qué es lo que sientes?

—Caray... Ya te dije que nada, de verdad –alzando las cejas, ahora sí le sonrió honestamente pero... Un poco triste.

—Ya, Sakura… Si no nos quiere decir, dejémosla —posó su mano el azabache encima de la de su esposa.

Pasó el tiempo necesario para que los tres terminaran de comer. Era increíble que la Amma aún sintiese aquel malestar que ya llevaba varias horas dentro de ella.

—¿Hablaste con Itachi? ¿Te peleaste por el teléfono? Tu rostro no es el de siempre que irradia felicidad… —volvió a hablar la Uchiha.

—Si es así, te prometo que me las pagará —intervino el azabache. La castaña se dio por vencida, así que suspiró profundamente antes de hablar.

—No, al contrario… —su cara se veía deprimida. Al fin dejaba salir lo que en realidad sentía— No pude contestar su llamada… —la pareja se quedó anonadada.

—No te preocupes; además, Yoshi fue la razón, ¿cierto? —trató de reconfortar el azabache. Ella asintió— Vamos a brindar mejor, ¿vale? —volteó a ver a las mujeres que asintieron.

Sakura volvió a la cocina por tres copas de vidrio; la botella ya estaba sobre la mesa. El Uchiha se encargó de servir champán.

—¡Por Itachi! —el azabache con una gran sonrisa, levantó su copa seguido por las otras dos que igual repetían la misma frase.

Los tres bebieron de sus copas, la pareja sin ningún problema, en cambio, la castaña al sentir el líquido bajar por su garganta, sintió que eran piedras lo que llegaba a su estómago; y como reacción de su cuerpo, la comida se regresó.

Al sentir esto, la castaña se volteó rápidamente con la mirada al suelo. Dejando salir aquel líquido viscoso que odiaba. Como acto seguido, la pareja reaccionó y se acercó rápidamente a ella, levantándose de su lugar.

—¡¿Pero qué fue lo que pasó, Tenten?! —vociferó la pelirrosa.

El azabache le palmeó la espalda para que sacara todo, según él, pues lo había visto que lo hacían con los bebés. La pelirrosa se fue y volvió ya con un trapeador húmedo, lista para limpiar los vómitos de la castaña.

>>¿Ya estabas enferma del estómago?

—No… —él le ofreció una servilleta para que se limpiara la boca, y le agradeció— Es que… Ya me sentía mal desde el mediodía.

—No será que estás... —comenzó a decir la pelirrosa mientras limpiaba el batidillo.

—¡Ni lo menciones! No quiero pasar por lo mismo… —interrumpió la Amma a la Uchiha. Una lágrima rebelde resbaló por su mejilla.

El azabache le hacía miradas culpando a su esposa, sin que se diera cuenta la castaña. La pelirrosa entendió perfectamente lo que trataba de decirle: ¿Por qué tuviste que mencionar eso?

—¿Quieres un té? —preguntó la pelirrosa.

—No —contestó tranquila—. Lo mejor es que me vaya a casa… Ya es un poco tarde y Yoshi está solo —se levantó. La pareja notó que se veía pálida.

—Siéntate un momento, ¿quieres? Te ves muy pálida —dijo él.

—No, de verdad… Se me va a pasar en el camino… —Tomó su pequeño bolso que tenía sobre la mesa y se dirigió a la entrada principal. Los recién casados intercambiaron miradas de preocupación.

—Si eso quieres… —Sakura resignada, acompañó a la castaña hasta la entrada, seguidas por Sasuke.

Tenten se despidió de los dos y se dirigió a su auto. Entró y lo encendió. Justamente en ese momento comenzó una tormenta. Se miró por el retrovisor y realmente estaba pálida, casi más que un muerto. Se apresuró a llegar hasta su hogar en sólo 10 minutos, tiempo récord, increíble por la lluvia. Durante el camino se escuchaban los imponentes truenos en el cielo.

Entró y como si fuera diosa de la naturaleza, con cada paso que daba ocurría un trueno, el miedo la comenzaba a carcomer. Lo primero que haría era verificar el bienestar del cachorro. Se dirigió al patio trasero, pasando por aquel pasillo pero…

Se pasmó al ver lo que había caído al suelo frente a sus ojos: la fotografía enmarcada de la mañana. El cristal que la protegía se había quebrado. ¿Cómo pasó eso? Un dolor intenso en su pecho le impidió seguir buscando razones del porqué se había caído… Este dolor la obligó a tumbarse en el suelo. ¿¡Por qué demonios sentía aquello que no la dejaba ni un segundo ese día!? La respiración comenzaba a hacerse rápida y jadeante. ¿Por qué…? ¿Qué pasaba con ella ese día? Jamás se había puesto así de alterada y mucho menos había sufrido un dolor tan intenso.

Luego de un largo rato, el dolor disminuyó y decidió levantarse, pues escuchó los gemidos de Yoshi, a quien consideraba su hijo, desde el patio trasero; era seguro que ya estaba empapado totalmente. Pero al dar un paso, se desvaneció.

Contenido oculto: Notitas de yo(?):

Jaizmar: AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA Pues :C espero que te guste el fic ;-; aunque al parecer iré lento por la uni que me anda comiendo, y más ahora que entro en parciales xD Espero puedas disfrutarla <3 Y gracias por el comentario del flasshback... Veré cómo modificar ese lado (?)
Insane: Me encantas porque como tú ya leíste este cap ya te haces preguntas más... Concretas (???), espero disfrutes la historia >< Habrá algo de SasuSaku, pero es obvio que será en un 90% NejiTen xd
Pire: Uff. Yo sé que hubo cierto ooc en el prólogo, incluso puedo predecir que dirás lo mismo de este capítulo (?). En cuanto al balance... Creo que ya está mejorcito uwu Es que en el prólogo no puedo dar mucho detalle, ¿vale? >:ccc (??)
Pipilup: AAAAAAAAAAAAAAAAAAAA Gracias por venir a leer este fic >< Espero te guste este capítulo (?)

Sólo diré que la muerte de Itachi (¿ha sido un spoiler? No lo creo(?)) hará que se desencadenen mejor las personalidades de todos los personajes xD O de la mayoría al menos <3 Espero les haya gustado este capítulo :D