El relicario de las 12 almas.

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Florentina, 17 Marzo 2010.

?

¿Te gusta el fic?

Poll closed 4 Octubre 2010.
  1. Si, esta excelente.

    4 voto(s)
    100.0%
  2. Si, pero, deberias trabajar mas en el.

    0 voto(s)
    0.0%
  3. Pues, esta mas o menos, como que le falta mas dedicacion.

    0 voto(s)
    0.0%
  4. No, esta aburrido.

    0 voto(s)
    0.0%
  5. No. Esta terrible, deberias dejarlo hasta aqui.

    0 voto(s)
    0.0%
  1.  
    Florentina

    Florentina Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    14 Diciembre 2007
    Mensajes:
    271
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El relicario de las 12 almas.
    Total de capítulos:
    18
     
    Palabras:
    2801
    Re: El relicario de las 12 almas.

    Hi... al fin la conti... aunque sinceramente este capi es un poco aburrido... espero y les guste aunque sea un poco...

    Mikeiry: Que mal por la desepcion del libro. Espero y te guste el cap, es un tanto aburridon pero espero y aun asi te guste...:)

    moko-chan: Espero y la abue de Yavi si te caiga bien, digamos que apesar de todo la familia es algo de lo que nunca podremos huir... :D

    SangoHanyou: Tienes razon la visita no es coincidencia, y el libro tendrá que ver bastante en a historia... este cap es un poco aburrido, como dije antes, solo espero que les guste aunque sea un poquis xD

    gorgorita: Claro que es mejor largo que corto, pero yo exagero... jeje, no hay porque dar las gracias por la explicasion, lo hago con mucho gusto, y si hay mas dudas expresalas plis... :D

    F*XS: No hay problem, ya sabes que entiendo tu situacion, solo espero que te puedas pasar pronto... besos niño... ;)

    Pelusinmarta: Que bueno que te haya gustado, espero que la historia te siga gustando mas... aqui por fin la conti, aunque es pasable ya que ultimamente me falta la inspiracion... bye xD

    ________________________________________________________________________________________________

    Capitulo 6: El regalo de la abuela.


    La semana comenzó sin apuros o algo extraño, todo fue normal. No tuve sueños extraños durante los primeros 3 días. Las clases pasaron inadvertidas y de una manera monótona. Vale, Anni, Ángel y yo expusimos en la clase de biología y lo hicimos de una manera muy buena, tanto que la profesora nos felicitó por el buen trabajo y nos exentó del examen de fin de parcial.

    Angie aun seguía detrás de Ángel, encimándosele a cada momento que podía. Era algo que me sacaba de quicio, me hacía rabiar y no entendía por qué. Solo verla me enfurecía, y ver que se le acercaba a Ángel, a MI Ángel era peor.

    El miércoles en la tarde mis amigos me acompañaron hasta mi casa para hacer una maqueta del sistema solar. Estábamos demasiado ocupados ya que queríamos que nuestro trabajo quedara igual de perfecto que la tarea anterior.

    Igual que en la ocasión anterior Maru nos llevó algo que comer mientras terminábamos.

    En esa ocasión nos llevó un plato de chicharrones con algo de salsa picante y un poco de refresco. Igual que la vez anterior Anni se lanzó contra el platón que Maru dejaba en la mesa de la biblioteca.

    -Vaya, que apetito. – dijo Ángel sarcásticamente al ver como estaba comiendo Anni.

    -Sí… - se limitó a decir Anni sin dejar de comer.

    Igual que la ocasión anterior terminamos de comer y escombramos el lugar de trabajo, después terminamos la tarea y dimos una rápida sacudida a la mesa. El trabajo estaba listo, por lo que lo dejamos en la biblioteca y, a petición de Anni, pasamos a mi habitación.

    Entramos a mi cuarto que estaba escombrado a la perfección. Había colocado el libro canela que aun seguía sin poder abrir sobre el tocador, ese se había convertido en su lugar.

    -Que libro tan extraño… - dijo Anni quien corrió a agarrarlo.

    -Anni, no deberías tomar las cosas de los demás sin permiso. – le riñó Ángel en cuanto la vio, a lo que la susodicha reaccionó sacando la lengua.

    -Déjala. – dije para que no continuara regañándola.

    -Está bien. – respondió Ángel de una manera condescendiente.

    Caminé con Vale hasta mi cama donde tomamos asiento, después se acercó Ángel y por ultimo Anni quien llevaba el libro en brazos, intentando abrirlo sin mucho éxito.

    -¿Por qué no se puede abrir? – me preguntó la susodicha sujetando el libro y enseñando por lo alto que no se podía abrir, que, sin importar cuanta fuerza aplicara la pasta no cedía.

    -Realmente no sé. – respondí con franqueza.

    Anni se dejó caer pesadamente sobre la cama dejando el libro detrás de ella. Nos acomodamos a modo de formar un círculo sobre el colchón, y Ángel, viendo que Anni había dejado descuidadamente el libro en la cama la riñó de nueva cuenta.

    -Anni... – comenzó a decir en un tono, en cierta forma, escalofriante, el cual hizo que la aludida pusiera cara de pena y ocultara la mirada.

    -¿Qué? – preguntó en un tono casi inaudible.

    -¿De dónde has tomado el libro? – continuó Ángel en el mismo tono.

    -Pues… - titubeó Anni. – De ahí. – terminó de responder señalando el tocador.

    -¿En ese caso no deberías ponerlo en el lugar del cual lo has tomado? – siguió hablando Ángel.

    -Ya voy. – chilló Anni mientras se ponía de pie y tomaba el libro para colocarlo en su lugar.

    Miré fugazmente a Ángel, quien parecía serio e inflexible ante las infantiles actitudes de mi amiga.

    Anni dejó el libro en su lugar y regresó a la cama. Platicamos de varias cosas, por parte de Anni se inició el tema de la moda, por parte de Ángel el de los deportes, por Vale los temas relacionados con la escuela y el estudio. Yo no propuse tema, a sabiendas de que soy pésima al iniciar uno. Podría decirse que a mí me gusta todo y nada, me interesa un poco las historias y leyendas, pero, no me gusta narrarlas ya que nunca me he considerado buena.

    A las 6 de la tarde se agotaron los temas, por lo que nos quedamos en silencio. Nadie hablaba o hacia ruido, era un fúnebre ambiente el que se había formado, ambiente que se vio roto por el sonido del celular de Anni.

    -Perdón. – dijo la susodicha mientras se ponía de pie y se acercaba a la puerta para abrirla y salir del cuarto.

    La seguimos con la mirada y nadie dijo nada. Anni salió emparejando la puerta detrás de sí, y en cuanto la madera blanca nos impidió verla regresamos nuestra atención hacia el centro de nuestro “circulo” aun sin saber que decir.

    Cinco minutos después entró nuevamente Anni, con una picara sonrisa en los labios y demasiado entusiasmada, aun para ella.

    -Me tengo que ir. – dijo casi gritando.

    -Cla-claro. – tartamudeé a causa de la impresión de aquella actitud alegre, y considerando que era Anni quien actuaba así, realmente debía ser algo importante o bueno.

    Acompañé a Anni hasta la puerta, en está ocasión Vale y Ángel nos acompañaban.

    -Nos vemos mañana. – dijo en voz alta mientras se alejaba por la calle.

    Después de estar unos segundos de pie regresamos al interior de la casa. Volvimos a mi habitación. Regresamos al ambiente callado en el que habíamos estado desde hacía rato sin saber qué hacer. Estábamos un tanto aburridos, lo cual era imposible de ocultar.

    Al cabo de veinte minutos se me ocurrió que podíamos bajar a la cocina para comer algo, después de todo solo habíamos comido un poco de botana que Maru nos había llevado, no estaba de más comer algo mejor.

    Maru, quien estaba en la cocina preparando lo que sería la comida no se molestó en prepararnos un platillo: unas enchiladas, las cuales fueron rápidas de cocinar, y un agua de frutos rojos.

    Vale y Ángel comieron a gusto, ambos ya tenían hambre aunque no habían dicho palabra. Resultó bastante ameno aquel momento, e incluso Vale comenzó a gastar algunas bromas con Maru, mostrando que comenzaba a sentirse en confianza.

    Al finalizar ambos regresamos a mi habitación, ya eran más de las 6 de la tarde, por lo que Vale debía irse. La acompañé hasta la puerta, mientras platicaba con ella sobre lo bien que la habíamos pasado esa tarde.

    -Mañana nos vemos, no se te vaya a olvidar el trabajo. – me dijo al estar una vez en la puerta.

    -Claro, no lo olvidaré. – respondí mientras mostraba una leve sonrisa.

    -Bien, entonces, hasta mañana. – dijo mientras se daba la vuelta y caminaba hacia la calle.

    La despedí agitando el brazo y cuando la perdí de vista por la calle me regresé a mi habitación, donde Ángel estaba esperándome; el solo pensar en eso me aceleró el pulso cardiaco. Estaba ahí, sentado en mi cama… ¿Qué? ¿Cómo podía estar pensando en algo como eso? Él solo era mi amigo, nada más, y aun así pensar en él, en verlo, ahora me causaba un extraño cosquilleo en el estomago. No, que tonta, eso no podía ser, no debía ser.

    Entre a mi habitación para encontrar a Ángel recostado en la cama, en mi cama. Me acerqué lentamente a él y lo miré… parecía un ser celestial. Estaba durmiendo cómodamente.

    Me senté a su lado procurando no moverlo mucho, después de todo no quería perturbar su sueño. Su rostro, que reflejaba tranquilidad, me parecía simplemente hermoso. Me limité a admirarlo, y, lentamente comenzó a darme sueño, de modo que me recosté a su lado, y, sin darme cuenta, terminé durmiéndome a su lado.

    En esta ocasión tuve un sueño bastante “normal” Estaba en un lugar que no podía reconocer, solo podía ver arboles y vegetación. Ángel estaba conmigo, viéndome y sonriendo. Me sentía segura, bastante bien estando con mi amigo.

    Desperté después de un rato, encontrando a Ángel despierto y mi cabeza recargada en su regazo, me tomó unos minutos entender donde estaba.

    -Á-Ángel. – tartamudeé mientras me erguía abruptamente.

    -Hola. – dijo él mientras sonreía.

    -Perdona, creo que me he quedado dormida. – dije mientras agachaba la cabeza, en un intento para que él no notara mi sonrojamiento.

    -No te preocupes. – pronunció él sonriendo. – Perecías un hermoso ángel. – agregó al cabo de unos minutos, provocando que el rubor en mis mejillas aumentara.

    -¿Cu-cuanto tiempo me quedé dormida? – pregunté en un intento de desviar el tema de conversación.

    -Bastante. – murmuró. – Por cierto, hablas bastante cuando duermes… - agregó, provocando que me apenara.

    -¿E-Enserio? – balbuceé de nueva cuenta. - ¿Qué he dicho? – pregunté resignada.

    -Pues… me pareció que repetías un nombre… - en ese instante me sonroje aun más, ¿Qué había estado diciendo?

    -¿Cuál nombre… dije? – pregunté en un murmuro.

    -Azaak… sí, creo que ese era el nombre…

    -¿Azaak? – pregunté ahora confundida. - ¿Estás seguro?

    -Si… ¿Qué? ¿No conoces a alguien con ese nombre? – cuestionó él igual de confundido que yo.

    -No, para nada. – respondí en tono serio.

    -Entonces, ¿no lo habrás leído en alguna parte o escuchado en alguna canción o película? – continuó preguntando, intentando encontrar algo. Negué con la cabeza. – Extraño, es un poco extraño… - murmuró al cabo de unos instantes.

    Nos quedamos en silencio por varios minutos, intentando pensar un poco en lo sucedido, pero, no se nos ocurría nada. Al final el me miró a los ojos y me sonrió, provocando que inconscientemente yo le devolviera el gesto tan dulce.

    Después alargo su mano para tocarme el rostro en lo que fue una tierna caricia. Lo miré un tanto sorprendida, pero, sonriente. Sus ojos parecían un tanto cansados y destellaban con un brillo de preocupación el cual me resultaba confuso.

    -Yavi… - murmuró al cabo de unos minutos. - … yo, bueno… este…

    -¿Qué pasa? – le pregunté al ver que tartamudeaba.

    -Es que… yo… solo quería decirte que yo… - en ese momento sentí una punzada en el estomago. - …bueno…solo quería decirte que… - suspiró – espero que no te olvides que cuentas conmigo. – en ese instante agachó la mirada y yo desvié la mía hacia el tocador donde estaba el libro.

    -Claro que… nunca podría olvidarlo. – pronuncié al cabo de un lapso de silencio.

    Después de aquello Maru llamó a la puerta, dejándome sin oportunidad de decirle algo más a Ángel.

    -Señorita Yavi, su padre acaba de llegar… - pronunció ella mirándome a los ojos.

    -¿Qué? – pregunté, había perdido la noción del tiempo, ya eran más de las ocho, eso quería decir que Ángel se había quedado más de la cuenta.

    -Que mal… mi padre me matará… - dijo él levantándose de la cama.

    -Perdona, creo que te he metido en un lío. – me disculpé al tiempo que también me levantaba.

    -Le diré a su padre que en seguida baja. – dijo Maru para después desaparecer cerrando la puerta de vuelta.

    -No hay problema, siempre que este contigo no importa que me castiguen, o que mi padre me mate. – pronunció Ángel mientras caminaba hacia la puerta del cuarto. – Ven, será mejor que bajemos. – dijo mientras me tomaba de la mano y me jalaba hacia la puerta.

    Salimos del cuarto y caminamos hasta la sala. Una vez ahí Ángel me soltó la mano. Mi padre estaba parado casi delante de nosotros y, por el semblante de su cara, no le hacía mucha gracia que Ángel me tomara de la mano.

    -Buenas noches señor. – dijo Ángel quien se cuadro de repente, como si fuera un soldado que se encontraba delante de un general o alguien de un rango mucho mayor.

    -Buenas noches. – respondió mi padre en tono serio. - ¿Qué estaban haciendo? – preguntó provocando que ambos nos ruborizáramos.

    -Nada… - respondimos al unísono.

    -Eso espero… - dijo él.

    Continuará...
    _________________________________________________________________________________________________________________

    Bueno, ahi está... comenten plis...xD
     
  2.  
    Vientchat

    Vientchat Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
    17 Noviembre 2006
    Mensajes:
    125
    Pluma de
    Escritor
    Re: El relicario de las 12 almas.

    Uuuuh esa reacción hace que hasta el menos malpensado sospeche xD

    Me gusto mucho, ese momento fue extraño pero lindo.

    Waaaaa!!!!!!!!! ya quiero saber más, quiero saber del nombre, del libro, de todo

    No me dejes contanbto suspenso que me infarto xD bueno no, exagere mucho, jejeje ya quiero saber que más pasa.
     
  3.  
    Gothiclolita

    Gothiclolita Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    18 Febrero 2008
    Mensajes:
    12
    Pluma de
    Escritor
    Re: El relicario de las 12 almas.

    Hola ÇFloren-chan... perdona, ya me habias invitado a pasar pero hasta apenas pude opinar... (ooo, verso sin esferzo... ejem)

    Esta buena la story... aunque Angie me recuerda a alguin ¬¬ no se a quien...

    me encantó Ángel, se paece a Chris... y Vale me recueda a una mala amiga mia... en fin... la trama es de lo mejor al igual que los personajes.

    Todo esta de 1000... en fin, besos y saludame a todos...
     
  4.  
    Florentina

    Florentina Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    14 Diciembre 2007
    Mensajes:
    271
    Pluma de
    Escritora
    Re: El relicario de las 12 almas.

    Hola...

    Solo paso a pedirles una disculpa ya que no pdré poner el capi por estos dias... es que la memoria donde guardaba el archivo se infectó de virus... no la puedo usar, asi que tendré que re-escribir el capi desde donde me quede... perdon, espero poder subir pronto la conti...

    Mis mas sinceras disculpas...
     
  5.  
    Vientchat

    Vientchat Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
    17 Noviembre 2006
    Mensajes:
    125
    Pluma de
    Escritor
    Re: El relicario de las 12 almas.

    Ok no problema, sólo que no pase un mes xD así le pones más suspenso a la historia :3
     
  6.  
    Mikeiry

    Mikeiry Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
    31 Mayo 2008
    Mensajes:
    98
    Pluma de
    Escritora
    Re: El relicario de las 12 almas.

    Waaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!1 a mi no me moplesta en lo mas minimo por que para mi este cap es nuevo xD lamento no haberme pasado antes pero el miercoles nacio mi hermana y entre eso el colegio y ademas que soy yo la que se debe encargar de las tareas de la casa (limpiar, cocinar, etc) estoy cansada en estos 4 dias he dormido solo 10 horas en total, aunque eso no te interesa pero igual xd de todas formas me encanto el cap y espero la continuacion con ansias =D
     
  7.  
    Florentina

    Florentina Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    14 Diciembre 2007
    Mensajes:
    271
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El relicario de las 12 almas.
    Total de capítulos:
    18
     
    Palabras:
    2173
    Re: El relicario de las 12 almas.

    Al fin, después de tanto, la conti!!!
    Capitulo 6: El regalo de la abuela.
    Parte 2.
    Después de aquello mi padre se ofreció amablemente en llevar a Ángel hasta su casa. Yo me limité a subir a mi habitación y pasar el resto de la noche en paz conmigo misma, o bueno, hasta donde se podía.

    Todo estaba tranquilo, mi padre llegó y el resto fue monotonía…

    Al día siguiente toda la misma rutina me hacia imaginar que si mi vida hubiese sido un film, seguramente hubiese sido de los mas aburridos, yo misma me reía de esa idea. Mi padre, por primera vez en demasiado tiempo, terminó de arreglarse casi 10 minutos antes de la hora acostumbrada, lo cual significó que llegaba mucho antes a la institución.

    Bajé del auto y caminé hasta la puerta, volteé hacia el auto para despedir a mi padre con la mano, acto seguido giré sobre mi misma para entrar en lo que amenazaba ser un día igual que los demás, aburrido. Bostecé y como acto reflejo me tapé la boca, cerré los ojos limitando mi visión cuando sentí que chocaba de frente con alguien. Aunque yo no lo había golpeado con suficiente fuerza la inercia había terminado por empujarme hacia atrás, y gracias a la rápida reacción de la persona con la que me había estrellado, no caí al suelo.

    Me incorporé ayudada por aquel chico, y al levantar la vista, mis ojos se encontraron con una extraña pero perfecta y mística mirada carmesí. Debí de haberme sorprendido tanto por aquellos ojos que en todo mi rostro se debió haber escrito aquel sentimiento, ya que el chico debió sonreír y pasar su mano por delante de mi rostro en repetidas veces para sacarme del trance.

    -Ho-hola. – tartamudeé torpemente.

    -Hola. – respondió él mientras sonreía. No pude evitarlo y mis ojos recorrieron de pies a cabeza aquella perfecta obra de arte que era iluminada por la tenue luz matinal. Su cabello, no muy largo, era de un penetrante tono negro el cual resaltaba demasiado el tono pálido de su piel, pero no un pálido descolorido, sino un extraño pálido que se matizaba con un rosado en las mejillas. Su rostro era bastante fino, sus labios eran delgados; era bastante alto y de complexión delgada.

    -Me llamo Isaac, mucho gusto. – se presentó a si mismo.

    -Hola, yo me llamo… - en ese momento regresé a la realidad tan de golpe que todo se me había olvidado, tuve que esperar algunos segundos para recordar mi propio nombre… - Yavehli… - solté, seguido de una sonrisa en forma de disculpa.

    -Hola Yavehli. Mucho gusto. – me miró fijamente, por lo que yo me obligué a bajar la mirada y revisar sus ropas, encontrándome con el uniforme escolar.

    -¿Estudias aquí? – le pregunté.

    -Acabo de ingresa, hoy e mi primer día, me parece que aun me faltan algunas cosas que arreglar en dirección. – murmuró en medio de una sonrisa angelical, la cual me hizo perderme en su mirada.

    -Ya-ya veo, que bueno que hayas ingresado en esta escuela, es realmente buena… - dije en un intento de desviar su atención.

    -Es lo que veo… - respondió él, lo que me sacó de mi.

    -Creo que… debo ir a mi salón. Después nos vemos. – me despedí para irme rápidamente.

    -Nos vemos. – pronunció él a mis espaldas.

    Llegué hasta mi salón y me acomodé en mi lugar para después hundir mi cara entre mis manos. Un rato después llegaron Anni y Ángel, quienes me fueron a saludar.

    -Llegaste temprano. – murmuró Anni mientras me daba un beso en la mejilla.

    -Sí, mi padre se levantó un poco más temprano hoy. – respondí mientras me levantaba de mi lugar y miraba a Ángel, quien parecía estar molesto.

    -Hola… - saludé.

    -Hola. – respondió fríamente.

    -¿Qué pasa? ¿Estás enojado? – intenté indagar el porqué de su reacción, pero él se limitó a bajar la mirada y cerrar los ojos, no muy buena señal si lo conoces. Me pareció que murmuró algo por lo bajo, pero realmente no había entendido bien, era mejor esperar a que el berrinche se le pasara. Mientras tomé a Anni del brazo e intenté que me dijera algo.

    -¿Por qué esta tan enojado Ángel? – le pregunté después de llevármela lo suficientemente lejos como para que él nos escuchara.

    -Realmente no lo sé. – respondió ella en susurros. – Cuando llegamos veníamos bien, en la entrada parece que vio algo que le molesto… pero no se que haya visto.

    -Ya veo… - murmuré de igual manera.

    Vale llegó un minuto antes de que la clase comenzara, como siempre, con el corazón desbocándosele del pecho.

    La clase empezó con normalidad, pero, 5 minutos antes de finalizar entró el director, quien iba acompañado de Isaac, quien me sonrió al entrar.

    -Wow, que galán… ¿Quién es? – preguntó Anni en susurro mientras se me acercaba.

    -No es ningún galán, es solo un amigo. – le respondí.

    -Pues de esos amigos quiero yo. – soltó ella, lo cual me hizo sonrojar. Reí por lo bajo para disimular.

    Volví mi mirada a mi libreta mientras el profesor presentaba a Isaac delante de la clase, entonces sentí que alguien me miraba, por lo que giré para ver de quien era la mirada. Lo primero que vi fue a varias chicas mirando a Isaac para después encontrarme con la mirada asesina de Ángel.

    Sentía su mirada, pero era extraño, en cierto modo la sentía enojada, pero extrañamente también la sentía preocupada. Ese extraño sentir decidí ignorarlo para después continuar con lo mío. Isaac se sentó en la banca vacía que quedaba detrás de Anni, por lo que mi miraba de cuando en cuando dirigiéndome una sonrisa, y trayendo con eso otra mirada asesina de Ángel.

    El receso fue un infierno. En cuanto el timbre dictó la hora para salir a comer Isaac se fue hasta mi lugar y amablemente me pidió comer conmigo, no pude negarme, pero eso detonó la bomba. Ángel se molesto hasta un punto catastrófico, y me ignoró por el resto del día. Anni y Vale se quedaron con él.

    Anni intentó calmarlo, pero, fue imposible. Mientras yo conocí un poco más a Isaac, pero, solo por lo superficial, no en algo más profundo, simplemente algunos gustos y una que otra parte de su vida. Resultó ser bastante divertido y caballeroso. Al finalizar el día escolar regresé a casa sola.

    Al llegar entré como de costumbre, fue cuando noté que algo no estaba bien. Todo se veía tranquilo, pero sentía algo extraño… caminé sigilosamente. Miré por toda la sala y también me asomé por la cocina pero… nada. Subí a mi habitación y me cambié de ropa. Guardé todo en su lugar y me dispuse a bajar a la cocina para tomar algo que comer, cuando un cosquilleo me recorrió la nuca. Estaba parada en medio de las escaleras cuando sucedió…

    -¡ARAÑA! – gritó una voz de una mujer mayor dejado caer encima de mi un objeto peludo y negro bastante parecido a una araña.

    -¡AH! – comencé a gritar mientras intentaba quitarme aquel objeto de encima. –Quítala, ¡QUITALA! – y sin más aventé aquel objeto hacia el suelo.

    Estaba agitada por lo que procuré calmarme. Respiré lenta y profundamente para apaciguarme. Después devolví mi mirada hacia arriba y encontré a mi abuela en medio de un ataque de risa ante mi reacción.

    -¿Y si me hubiese caído de las escaleras? – señalé mientras me tomaba del barandal de madera y caminaba hacia ella.

    -Te hubiese llevado al hospital.. – respondió ella más tranquila y sosteniéndose la parte del abdomen.

    -Hola abue…

    -Hola mi niña. – que familia la mia, pensaba.

    Ya más tranquila bajé con mi abuela a la cocina. Ella todavía pasó a recoger aquel objeto que me había lanzado haciéndome creer que era una araña.

    -Aun no entiendo como es que sigues cayendo en eso… - rió por lo bajo.

    -Ni yo… - admití.

    Comimos algo ya más tranquilas, pero, supuse que aunque no quería pensar en ello, mi cara expresaba el sentir de lo sucedido en la escuela.

    -¿Qué pasa? – preguntó amablemente, mi abuela podía ser bastante bromista, pero sabía cómo darme consejos y hacerme sentir bien.

    -No, no es nada. – mentí mientras una triste sonrisa se dibujaba en mi cara.

    -A mi no me puedes mentir, y lo sabes. – tenía razón, no podía, debía enfrentar la verdad.

    Me llevó un lapso de 25 minutos contarle todo a mi abuela, todo lo sucedido, con lujo de detalle. Al finalizar ella torció el gesto y me miró, pero, no como yo esperaba. Yo quería ver la mirada que ella solía poner cuando la respuesta era más evidente de lo que pensaba, pero, esta parecía no saber qué era lo apropiado para hacer. Sonreí un tanto preocupada, y ella me miró de reojo.

    -Creo que, por ahora no sabrás la respuesta, pero, sé de algo que te animará. – pronunció mientras subía a su recamara para regresar a los cinco minutos con un extraño y brillante objeto en las manos.

    -¿Qué es? – pregunté extrañada.

    -Es un relicario… - murmuró ella revelando en pequeño objeto que brillaba en un tono dorado. Parecía viejo y costoso.

    -¿Un relicario? – pregunté confundida.

    -Sí, pero, no uno cualquiera. Verás, este relicario lo consiguió mi madre cuando tenía tu edad, eran tiempos duros y lo encontró tirado en el campo, lo recogió y lo arreglo, estaba muy sucio y parecía no tener valor. Sorpresa se llevo cuando vio esto. Lo guardó y le trajo mucha suerte en su vida, me lo regalo a mí al cumplir 17 años, pensaba dártelo después, pero creo que lo necesitas ahora… - murmuró para sonreír.

    -Pero… - ¿un relicario de la suerte, que fantasioso” pensaba para mis adentros…- se ve costoso abue…

    -Nada de costosos, ahora es tuyo. – dijo mientras lo colocaba en mis manos…

    Un relicario, pensaba. Era bastante bello sin duda, pero, no pude evitar examinarlo. Su forma era como la de cualquier otro relicario, pero este tenia incrustadas 12 piedrecillas que parecían cristales. Lindo sin duda, pero nada especial… o eso creía yo.

    Continuará…
    _______________________________________________________________

    Eso es todo, espero les guste!!! Opiinene plis... xD
     
  8.  
    Mikeiry

    Mikeiry Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
    31 Mayo 2008
    Mensajes:
    98
    Pluma de
    Escritora
    Re: El relicario de las 12 almas.

    me gusto mucho el cap estubo de maravilla y solo tengo una cosa que decir: ENCONTRE EL RELICARIO!!!!!!!!!!!11 ahora si todo tiene mucho mas sentido pobrecito de Angel me dio penita esa parte estaba celosito y tiene motivos xD hasta yo pense que isaac es lindo pero parece un vampiro espero que no sea malo :S bueno eso bye kisses cuidate
     
  9.  
    The Makoto

    The Makoto Wireless

    Aries
    Miembro desde:
    28 Agosto 2004
    Mensajes:
    281
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Re: El relicario de las 12 almas.

    jaja pues la verdad tardó un poco en ponerse interesante pero aun así atrapo completamente mi atención y no puede dejar de llerlo hasta que llegué al último continuará...

    pues salvo por algunos errores mínimos de ortografía y algunos de dedo xD debo decir que esta bien redactado y facilita mucho la lectura

    la historia es muy buena, interesante y atractiva, ahora simplemente tengo ganas de seguir leyendo, ya no importa que haya empezado un tanto lentos pues la verdad ya estoy donde te quedaste, solo quiero decir: síguele =3
     
  10.  
    gorgorita

    gorgorita Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Marzo 2010
    Mensajes:
    25
    Pluma de
    Escritora
    Re: El relicario de las 12 almas.

    owo el relicario, por finnnn!!! jiji ¬¬ y ese Isaac m da mala espina, los wapos siempre son los mas malos xd y Ángel tó celoso jiji ... ains el amor k potito xd

    pero lo k mas me encanta es la abuela jiji es tan divertida y tan salaa la mujer... m gusta mucho la historia FLor sigue asi kiero leer la conti pronto ^^
     
  11.  
    gorgorita

    gorgorita Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Marzo 2010
    Mensajes:
    25
    Pluma de
    Escritora
    Re: El relicario de las 12 almas.

    owo el relicario, por finnnn!!! jiji ¬¬ y ese Isaac m da mala espina, los wapos siempre son los mas malos xd y Ángel tó celoso jiji ... ains el amor k potito xd

    pero lo k mas me encanta es la abuela jiji es tan divertida y tan salaa la mujer... m gusta mucho la historia FLor sigue asi kiero leer la conti pronto ^^
     
  12.  
    Vientchat

    Vientchat Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
    17 Noviembre 2006
    Mensajes:
    125
    Pluma de
    Escritor
    Re: El relicario de las 12 almas.

    Wiiiii!!!!!!!!!!!! por fin la continuación y siempre más y más interesante, eso me hace muy feliz.

    Oooooohhhh!!!!!!! su abuelita es genial, me cayo muy bien, no dejes de ponerla ;)

    Espero la continuación
     
  13.  
    Florentina

    Florentina Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    14 Diciembre 2007
    Mensajes:
    271
    Pluma de
    Escritora
    Re: El relicario de las 12 almas.

    Aqui he afin la conti!!!
     
  14.  
    Florentina

    Florentina Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    14 Diciembre 2007
    Mensajes:
    271
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El relicario de las 12 almas.
    Total de capítulos:
    18
     
    Palabras:
    2486
    Re: El relicario de las 12 almas.

    Mikeiry: Gracias por leer, y sí, por fin apareció el bendito relicario... ahora viene lo mejor...

    m@go oscuro: Makoto, gracias por leer mi fic. Espero te guste, y sí, tienes razon, tardó un poco en llegar a lo bueno, por eso decía que va lenta la historia.

    gorgorita: Sip, Isaac será un elemento importante de la historia, pero, despues lo verán.

    moko-chan: Si, la abuela de Yavi es genial!!! Espero te guste este nuevo capi...
    ______________________________________________________________________________________
    Capitulo 7: La Salida de Cumpleaños.
    Después de una buena charla con mi abuela regresé a mi habitación, no sin antes acompañarla a ella hasta la suya. Estaba bastante entretenida para revisar aquel relicario de tan perfecta elaboración. Cada detalle parecía hecho a mano y por un sinfín de artesanos, era una reliquia realmente hermosa, pero, igualmente me daba una ligera sospecha de que tenía algo oculto.

    Estaba recostada mirando el techo. Después de un largo rato de estar así me levanté y caminé hasta mi tocador. De uno de los cajones extraje el extraño libro que seguía sin poder abrir. Lo llevé hasta la cama, donde había dejado el relicario, y comencé a pasar mis dedos por la pasta canela. Estaba bastante entretenida revisando cada detalle del desgastado libro cuando me percaté de que, casi invisible, en la parte superior de la tapa, había un pequeño trazo simulando un círculo pequeño, casi del tamaño del relicario. Me incorporé y acerqué la pasta lo más que pude a mis ojos para poder dar un mejor vistazo.

    La desgastada pasta no ayudaba mucho para distinguir algo tan ligeramente marcado y, al momento en que los ojos me comenzaron a doler debido al esfuerzo, desistí. Me recosté nuevamente y guardé silencio. Solo escuchaba el ruido del reloj que estaba en el cuarto contiguo.

    Tic-Tac Tic-Tac Tic-Tac Tic-

    Dejé de escuchar debido a que me había hundido en un profundo sueño. Me sentía liviana, tranquila y relajada. Parecía no tener cuerpo y flotar cual nube… era extremadamente relajante. De pronto abrí los ojos y me encontraba flotando en medio de una inmensa oscuridad, no sabía dónde estaba, por lo que miré a mi alrededor sin pode encontrar algo.

    Todo lo visible era oscuridad, un vacío inmenso. Entonces una luz atrajo mi atención. El relicario, el relicario que mi abuela me había dado lo llevaba colgado en el cuello, y aquellos cristales que tenía incrustados emanaban una inmensa y cálida luz que comenzó a alumbrar un poco.

    Empecé a confundirme y preguntarme donde estaba. Miré a mí alrededor, intenté hablar pero antes de poder hacerlo una conocida voz me habló.

    -No te preocupes… - murmuraba.

    Esa voz era bastante familiar, entonces recordé porque. Era la voz que aquella ocasión me había hablado cuando iba hacia mi casa.

    -¿Quién eres? – le pregunté.

    -El guardián del relicario… -murmuró. – Del relicario que llevas en el cuello… - cálida voz, eso es lo que pensaba.

    -Quiero ver quién eres… - pronuncié en un tono que me sorprendió un poco.

    -Si tú lo pides… - murmuró la voz.

    Nuevamente todo quedó oscuro ya que la luz que emanaba de los cristales se apago. Parpadeé y de un segundo a otro me trasladé hasta un bosque ya conocido. Miré a mí alrededor y di un paso dudoso sobre el verde pasto que estaba a mis pies. Buscaría un indicio que me indicara donde estaba, debía saberlo de una vez por todas, entonces aquella voz me tomó por sorpresa, está vez venía de detrás de mí.

    -Aquí estoy… - murmuró por lo que me di cuenta para encontrarme con algo que no tenía pensado. Un hombre alto y corpulento me miraba. Su tez era morena y su cabello negro, al igual que sus ojos los cuales rebosaban de vida.

    No parecía tener más de 20 años, eso era evidente a toda costa. Lo miré sorprendida, pero, aliviada de por fin ver quién era el portador de aquella tonalidad de voz. Sus ropas eran de un aire prehispánico y se notaba tranquilo.

    -¿Quién eres? – le pregunté inseguramente.

    -Tú lo has de saber… - respondió.

    -No, no lo sé, por eso te lo pregunto. – respondí mientras le miraba, a lo que él sonrió.

    -Mi nombre es Azaak, soy guardián del relicario y de su portador. Mi deber es cuidar que el poder que lleva encerrado no caiga en malas manos y que tú, portadora, estés a salvo de Él.

    -¿Protegerme? ¿De qué o quién? ¿Por qué? No logro entender… - pronuncié claramente confundida.

    El me miró fijamente. Su mirada era mística y atrapante, lo cual me gustaba, e incluso me hacía sentir bien. Sonreí impulsivamente en un gesto que consideré respuesta a tal acto que él mostraba.

    -Eso es algo que después entenderás… por ahora es momento de que despiertes… - dijo, y, acto seguido, desperté.

    Me erguí y miré a mí alrededor, después a tientas sentí el relicario colgado en mi cuello. Me costó unos segundos entender que era lo que había pasado, y cuando lo recordé no lo creí. “Debo estar perdiendo la cordura” pensé. Me levanté de la cama y caminé hasta el baño, me enjuagué la cara para refrescarme y aclarar los confusos pensamientos que comenzaban a formarse en mi cabeza… demasiado confusos realmente.

    Me disponía a ponerme mi pijama para ir a dormir cuando llamaron a mi puerta. Ya eran más de las 11 de la noche, por lo que me resultó extraño que alguien me llamara. Caminé hasta la puerta y la abrí, encontrando a mi padre de pie delante.

    -Hola papá. – saludé un tanto sorprendida de verlo.

    -Hola hija, buenas noches. – su tono delataba que algo no estaba bien.

    -¿Qué pasa? – le pregunté mientras me acercaba a él para darle un beso en la mejilla.

    -Oh, nada, solo que mi madre puso un “regalito” para mi debajo de mi almohada… - resopló – ¿tienes de casualidad una almohada que me prestes hija?

    Regresé al interior de mi cuarto y caminé hasta mi ropero para extraer de su interior una blanca almohada. Caminé lentamente hasta donde mi padre esperaba y se la di en las manos. Por un momento pensé en preguntarle cual era la sorpresa que le habían colocado, pero me arrepentí a sabiendas que era una información que sin duda seria desagradable.

    -Descansa. – me limité a decirle mientras lo veía irse.

    Cerré la puerta y, por si mi abuela decidía hacerme una visita nocturna, le coloqué seguro. Me cambié la ropa y me fui a dormir. En esa ocasión no tuve sueño alguno, solo sentí una inmensa tranquilidad y tuve una sesión de descanso completa.

    El día siguiente fue una completa sesión matutina diferente. Tanto mi padre como yo nos manteníamos con la guardia alta, no queríamos ser victimas nuevamente, claro que él no sabía que mi abuela me había regalado una “arañita” cuando llegó. Salí de casa como siempre a las carreras. Estaba acostumbrada a eso, pero, aun así terminaban por desesperarme.

    Llegue a la escuela normalmente, esta vez no con el tiempo contado, pero tampoco con mucho de sobra. Entre al aula y acomodé mis cosas en su sitio. Ni Ángel ni Anni estaban en el salón, aunque sus cosas ya estaban en sus’ respectivos sitios. Tenía pensado esperarlos en la puerta cuando alguien me detuvo tomándome de la mano.

    -Hola. – esa voz, era Isaac.

    -Hola Isaac. – respondí sonrojada por el contacto físico.

    -Buenos días. – continuó él ignorando el sonrojamiento y sonriéndome tiernamente. – Oye, ¿podemos almorzar hoy juntos? – preguntó tomándome por sorpresa.

    -Claro. – respondí en medio de una sonrisa y perdida en sus ojos de aquel envolvente tono carmesí.

    -Entonces, está hecho. Almorzamos juntos. – volvió a sonreír y en ese momento me percaté de que Ángel venía entrando al salón junto con Anni y Vale. Anni se emocionó al ver que Isaac hablaba conmigo, Vale pareció impresionarse y Ángel ponerse furioso.

    “Hay no” pensé al ver aquel sentimiento reflejado en su mirar. Isaac se fue a su lugar y Anni al suyo. Vale, por el contrario caminó hasta mí y me miró con cierto aire de reproche el cual no entendí.

    La clase comenzó con un aire tenso para mí. Ángel me fulminaba con la mirada, Anni me miraba con un aire de emoción y Vale con un toque de reproche. “Que día” murmuré para mis adentros. Durante el descanso mantuve mi promesa de almorzar con Isaac, mientras Ángel y Vale se iban por su lado. Anni fue con ellos a regaña dientes, por lo que me ví sola con Isaac y su encanto.

    -¿Estás bien? – me preguntó al cabo de unos minutos de permanecer en silencio.

    -Si… - mentí. – Y… dime, ¿Qué haces para divertirte? – pregunté en una búsqueda desesperada de que él no notará mi sentir incomodo.

    -Pues, lo normal. Un poco de deporte, escuchar música, ir de viaje, buscar objetos raros y valiosos…

    -Espera… - lo interrumpí. – Buscar objetos raros y costosos no es normal – observé.

    -Cierto. – admitió. – pero, es un tanto normal en mi familia.

    -Ya veo. Y ¿Qué clase de objetos buscas?

    -Pues… como este. – dijo mientras sacaba de debajo de su camisa un extraño dije, parecía hecho de metal.

    -¿Qué es? – le pregunté.

    -No estoy seguro, pero creo que es una especie de amuleto. – sonrió.

    En ese momento intenté tocar aquel objeto, pero, el lo alejó de mi mano.

    -No puedes, perdón. – pronunció con una sonrisa aun en sus labios.

    -Porque no?

    -Es algo de la suerte que solo el portador puede tocar. – respondió en tono serio.

    -Ya veo.

    Después de eso continuamos hablando de cosas sin mayor importancia. Parecía que con él cualquier tema se hacía sumamente interesante. AL finalizar el almuerzo regresamos al salón para continuar con la monotonía escolar.

    Agradecí como nada el final de aquel día, aunque después me arrepentí de eso. A la salida Ángel me ignoró, cosa que me dolió demasiado, y se fue con Vale. Mientras Isaac me pidió permiso para acompañarme hasta mi casa, cosa que le permití. No habíamos caminado mucho cuando Anni nos alcanzó.

    -Hola… - saludó a Isaac. – Soy Anahí, Anni para mis amigos.

    -Hola Anahí. – respondió él respetuosamente.

    -¿Qué haces Anni? – la cuestioné al instante.

    -Pues, apuesto lo que quieras a que no has invitado a Isaac a la salida que se hará para celebrar el día de tu cumpleaños. – observó.

    -Pues… - no tenía escapatoria.

    -Ajá. – dijo ella con aire de triunfo. – Entonces yo lo invito. Isaac estas invitado para este fin de semana salir a celebrar el cumpleaños de Yavi.

    -¿En serio? – respondió él. - ¿Puedo ir? - me miró a los ojos, por lo que no pude evitar decirle que sí.

    -Entonces está hecho. La cita es mañana temprano en la casa de Yavi, o la mía, ya que yo pondré el transporte. Partimos a las 8 de la mañana. – después de decir eso se fue. – Bueno, hasta mañana… - gritó a lo lejos.

    Me limité a despedirla con la mano. Isaac aun me acompañó hasta mi casa, no en silencio. En cuanto Anni desapareció siguió charlando conmigo.

    -¿No te molesta que vaya a la salida con ustedes, verdad? – me preguntó con aquella sonrisa suya.

    -Cla-claro que no. – respondí yo. – Es solo que se me hace demasiado impulsiva la forma en que ella te invitó.

    -No hay problema. Espero que mañana nos veamos. – dijo ya estando delante de la puerta de mi casa.

    -Yo igual. – respondí.

    Isaac se fue hacia su casa mientras yo entraba en la mía.
    Continuará...
    ____________________________________________________

    Ahi está, espero les guste!!! Opinen plis!!!
     
  15.  
    Mikeiry

    Mikeiry Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
    31 Mayo 2008
    Mensajes:
    98
    Pluma de
    Escritora
    Re: El relicario de las 12 almas.

    POBRECITO DE ANGEL, lo siento pero eso es todo lo que peudo decir esta vez T.T
     
  16.  
    Hamsen Ko

    Hamsen Ko Hamsen Encontrado

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Enero 2010
    Mensajes:
    18
    Pluma de
    Escritor
    Re: El relicario de las 12 almas.

    Oooh me encanto amiga florentina
    devo aprender de tus fics
    Como te prometi si me gustaba te daba repu
     
  17.  
    Vientchat

    Vientchat Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
    17 Noviembre 2006
    Mensajes:
    125
    Pluma de
    Escritor
    Re: El relicario de las 12 almas.

    Wooooowww no se porque pero prefiero a Angel xD Isaac no me cae mal pero tampoco bien jejeje

    Me sigue pareciendo genial tu historia, ya quiero saber más, de donde son todos porque tan celoso Angel uuufff quiero más xD

    Perdon por haberme tardado, pero ya pude pasar, jejeje la verdad es que cada hora ya queria leer tu continuacion :)
     
  18.  
    Florentina

    Florentina Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    14 Diciembre 2007
    Mensajes:
    271
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El relicario de las 12 almas.
    Total de capítulos:
    18
     
    Palabras:
    4163
    Re: El relicario de las 12 almas.

    Al fin lo prometido… la conti…
    Mikeiry: Concuerdo contigo, pero, es lo que debe pasar...
    Ansem: Gracias por leer amigo... que bueno que te haya gustado ^^
    Moko-chan: Espero que te guste este cap... las cosas se pondran mas interesantes!!!

    Gracias por leer...
    _________________________________________________________________________________________________________________
    Capitulo 7: La Salida de Cumpleaños.
    Parte 2.
    Al llegar a casa me mantuve lo más cautelosa posible hasta que me encontré a salvo en mi habitación, no podía bajar la guardia ni un segundo o eso podría significar ser nuevamente presa de alguna artimaña de mi abuela. Cosa que podría lamentar profundamente después.

    Me cambié el uniforme y dejé mis cosas en su lugar. Suspiré en señal de alivio por el hecho de que no me hubiera topado con alguna “sorpresita” Busqué en el armario un bloc de hojas que usualmente guardaba ahí, pero, no lo encontré, en su lugar vi una caja de madera. “Abuela” pensé. Decidí ignorar aquello a sabiendas de que era un regalo inesperado, y obviamente indeseado, seguramente abrirlo significaría un trauma de por vida.

    Bajé a la sala y me dirigí hasta la cocina. Comí un poco de fruta que tomé de la nevera y bebí un poco de agua. El día seria tranquilo, o por lo menos hasta que mi abuela hiciera acto de aparición.

    Maru, como de costumbre, había salido a comprar lo necesario para preparar un buena cena, y es que con mi abuela de visita seguramente el menú variaría más y se necesitaría un poco más de comida. Fui hasta la sala para poder mirar un poco de televisión, comenzaba a ser el típico día en casa. Encendí el aparato y comencé a rebuscar en los múltiples canales hasta que encontré una película de ciencia ficción que llamó mi atención. La trama era un cliché. Bueno, en sí trataba de aquella temática popular en la que el futuro apocalíptico llega por causa del propio ser humano. Antes de llegar al final de la película comenzó a vencerme el sueño, y antes de que la escena final llegara comencé a caer en brazos de Morfeo, cosa que ya era costumbre en esos días.

    No estaba dormida por completo, era un sueño liviano. Entonces comencé a sentir un incomodo cosquilleo en la cara, como el que se siente cuando un insecto te camina por la piel, por lo que, pensando que un diminuto insecto era el problema intenté matarle. Sorpresa tan grande terminé por llevarme cuando al golpear mi mejilla suavemente una sustancia húmeda y espumosa cubrió aquella zona. Me desperté abruptamente aun sintiendo aquello sobre la piel.

    Miré mi mano y descubrí una espuma espesa que la cubría. Después pase las yemas de mis dedo por mi cara y encontré la misma espuma embarrada a lo largo. Acto seguido mi mente entendió lo que sucedía. El televisor estaba apagado así que me giré para poder ver detrás de mí, encontrándome con mi abuela quien sostenía una lata de espuma para afeitar en la mano izquierda y una pluma en la derecha.

    -Gracias por despertarme… - dije mientras me ponía de pie.

    -De nada… - pronunció ella conteniendo una risa.

    Pase de largo hasta llegar a mi cuarto, donde tomé una toalla para quitarme aquella espuma de la mano y rostro. Suspiré, había cometido el error que no quería… caer nuevamente en una broma de mi abuela.

    Suspiré y me recosté en la cama… mañana sería el día de la salida de cumpleaños. No sabía a dónde iríamos o que se había planeado, solo sabía que con Anni a cargo sería un largo fin de semana. Pensé en que era lo mejor preparar algunos bocadillos para el camino, seguramente, como era costumbre de ella, iríamos en coche hasta algún lugar apartado.

    Recapacité y pensé que lo mejor era adelantar un poco los deberes escolares, sin duda el domingo llegaríamos lo suficientemente tarde como para no tener tiempo de encargarme de eso. Saque los libros y apuntes de la escuela y comencé a trabajar. Terminé más de la mitad de mis deberes antes de las 6 de la tarde.

    El resto del tiempo sobrante hasta que mi padre llegó de trabajar se me fue en arreglar las cosas que llevaría, no debía perder de vista nada, no sabía a qué lugar me llevaría Anni. Empaqué un poco de ropa, algunas cobijas y unas algunas cosas de uso diario. Debía estar bien preparada, y es que con la experiencia que se va ganando unos, se aprende fácilmente. En una ocasión Anni me había llevado hasta una ranchería cerca de los estados del norte de la republica, terminamos viajando tres días en carretera, eso fue exhausto, pero, al final no fue un viaje tan malo; comenzaba a preguntarme cuáles eran sus planes para esta ocasión.

    Todo estaba listo. Solo me faltaba tomar un poco de dinero en efectivo para cualquier imprevisto, por lo que saque de donde ocultaba mis ahorros mi cartera negra, una cartera que era como mi banco personal. Saqué una cantidad grande, pero no exagerada para no quedarme en ceros, siempre me gustaba tener un poco de efectivo de reserva para emergencias.

    Guardé el dinero en lo que usaría como monedero, y lo metí entre las cosas empacadas. Cuando mi padre llegó bajé a recibirlo, sin duda estaría cansado, así que lo dejaría irse a dormir temprano. Su cansancio no era por el trabajo, más bien era por que cuando mi abuela pasaba los días en casa le era muy difícil a él conciliar el sueño, principalmente por el miedo constante de ser una presa de alguna “inocente” broma.

    Puse mi alarma a una hora considerable para levantarme a preparar lo faltante del viaje, como algo de comer para el camino e incluso algunas bebidas, esos días eran calurosos y estar sentado en un automóvil en movimiento bajo el sol y en la carretera daba sed.

    Me recosté temprano no sin antes hacer mi rutina nocturna, y colocarle seguro a la puerta. Estaba un poco cansada, pero, lo que realmente tenía era que mañana estaría con Anni y mis amigos viajando por la carretera sin saber a dónde. Suspiré para después quedarme dormida en una manera bastante cómoda y relajante.

    Esa fue una noche bastante extraña, por llamarla de alguna manera. Alrededor de las dos de la madrugada me desperté de una manera abrupta, parecía que alguien me había llamado, pero, al inspeccionar el interior de mi habitación pude darme cuenta de que no era así, por el contrario, todo estaba muy tranquilo. Me levanté de mi cama y bajé hasta la cocina donde bebí un vaso de agua simple. No hacia frio pero tampoco calor, el clima parecía agradable. Subí de nueva cuenta a mi cuarto, volví a echarle seguro a la puerta y caminé hasta la ventana. La luna, tan bella como siempre, estaba casi delante de mí. Su luz plateada era tan hermosa que parecía hipnotizarme.

    En acto reflejo abrí la ventana dejando que una leve briza entrara a mi cuarto, escuchando la voz de una joven… era Vale. La voz provenía de detrás mío por lo que me di vuelta para ver a mi amiga, claro que yo no esperaba que ella estuviera ahí, pero si estaba.

    -Vale… ¿qué haces aquí? – le pregunté bastante confundida.

    -Tenía que hablar contigo antes de la salida. – respondió ella dándome una idea de que era lo que pasaba.

    -No me digas que esto es un sueño. – pronuncié insegura de lo que decía, la verdad, para mi sonaba tonto decir aquello.

    -En efecto, es un sueño… - me dio la razón mientras sonreía. Esa era una situación extraña para mí, pero, ya había comenzado a acostumbrarme a lo extraño, por lo que preferí no preguntar más sobre su presencia en mis sueños.

    -¿Qué pasa? – le pregunté.

    -Isaac… - murmuró ella.

    -¿Qué pasa con él? – pregunté incapaz de entender porque lo mencionaba.

    -No deberías confiar en él. – Vale me miraba a los ojos como esperando a que yo dijera algo o entendiera algún mensaje oculto entre sus palabras, pero, en lugar de eso yo terminé por confundirme más.

    -¿Por qué? Él no es malo… - en aquel momento, al decir esas palabras, por la ventana entró un terrible viento, tan fuerte que terminó por tirar el libro y el relicario que había dejado sobre mi tocador.

    -Solo ten cuidado… - murmuró ella cuando el viento había cesado, y antes de que yo pudiera decir algo desperté por el sonido de mi alarma.

    Mi celular estaba sonando en señal de que debía levantarme. Me senté en la cama para revisar mi habitación, no había nada raro, la ventana estaba cerrada, pero, al mirar el tocador encontré el relicario y el libro en el suelo, tal y como lo había visto en el sueño.

    Apagué la alarma y levante aquellos objetos colocándolos en su sitio original. Me estiré y sacudí el cabello para después ir al baño para darme una ducha. No demoré mucho, después de todo era probable que si me tardaba Anni o alguien más llegara antes de las 8, la hora de partida.

    Saliendo del baño me vestí con una ropa holgada y cómoda, después bajé a la cocina para tomar un desayuno. Maru no llegaba hasta más tarde, lo que me dejaba la cocina prácticamente para mi sola. Me preparé unos hot cakes y un vaso de leche con café. Después me decidí por preparar algo para la salida, un poco de fruta picada, agua y algunas botanas para el camino. Todo estaba listo para las 7:30, todo estaba en su lugar, ya había bajado la maleta con ropa y artículos que había puesto en la noche, solo quedaba esperar.

    Estaba comenzando a parecerme un día aburrido, ya que no pasaba de lo mismo que todos los fines de semana, pero, sin duda eso cambiaría, aunque claro, era algo que yo no podía saber. Caminé con desgana hasta la sala donde coloque todo lo que había preparado para tal fecha… una fecha que no me agradaba mucho, pero que sin embargo solía recordar.

    Me senté con desgana en el sillón y miré a mí alrededor la sala. Era algo que nunca hacia en ese lugar, ya que cada que volteaba encontraba algún objeto que me hacia recordar algo que terminaba por ser doloroso… algo que me recordaba a mi madre.

    Cerré los ojos en un infructífero intento de detener el doloroso flujo que emanaba en mi mente, solo lo logré cuando el sonido de alguien llamando a la puerta me distrajo. Aun faltaban alrededor de 15 minutos para la hora acordada, por lo que me pareció extraño aquel llamada, aun así, me levanté de mi lugar y fui hasta la puerta para quitarle el seguro y abrir a mi visitante.

    -Ángel… - murmuré en cuanto lo vi de pie en el umbral de la casa.

    -Hola… - se limitó a pronunciar en voz baja y sin mirarme a los ojos. Llevaba una maleta en la que supuse había guardado cosas para la salida.

    -Pa-pasa – dije mientras me hacía a un lado para dejarlo pasar.

    Ángel entró e inspeccionó todo cautelosamente, casi como si en cualquier momento una trampa mortal le hubiese podido caer encima. Me limité a mirar sus movimientos, estaba actuando de una manera que me pareció demasiado extraña, pero, no quería armarle un “numerito”

    -Siéntate… - le dije prácticamente como una orden, aunque yo no hubiese querido que sonara así, pero, obedeció.

    Con paso lento llegó hasta el sillón y se sentó sin dejar de mirar cautelosamente por todos lados, no sabía que buscaba o si esperaba encontrar algo, pero, eso parecía.

    El ambiente comenzaba a tornarse pesado, Ángel permanecía en un silencio fúnebre que terminó por hartarme, por lo que decidí terminar aquella situación de una vez por todas.

    -¿Qué te pasa Ángel? Desde antier estas actuando de una manera muy… extraña.

    Ángel agachó la mirada y parecía rebuscar algo en el suelo. Yo hice una mueca de desaprobación y esperé su respuesta, la cual parecía no llegar. Suspiré para después ponerme de pie, pensaba ir a ver si mi padre estaba en casa cuando la voz de Ángel me hizo girar.

    -Yavi… espera…

    -¿Qué pasa? – me limité a preguntar mientras veía que Ángel continuaba sin mirarme a la cara.

    -Solo… aléjate de Isaac… - soltó mientras en su mirada se reflejaba algo parecido a el enojo.

    -¿Por qué? – pregunté un tanto sorprendida.

    -Solo hazlo… por favor… - en ese momento me miró a los ojos, su mirada era tan… desesperada, como si fuera de vital importancia que dejara de hablarle a Isaac.

    -Estoy… confundida. – alcancé a murmurar. – Él no me ha hecho nada malo…

    -Aun no… - dijo él, quien obviamente se había molestado por mi respuesta, y quien se levantó de donde estaba y caminó pasando de largo sin siquiera mirarme.

    Caminó hasta la puerta y la abrió lentamente, después salió dando un leve portazo. Yo me quedé ahí de pie sin saber cómo reaccionar, sino hubiese sido porque su actitud me molestaba, sin pensarlo estaría en ese momento con él, intentando averiguar qué era lo que andaba mal, pero, mi orgullo podía más que mi razón.

    Lancé un suspiro de resignación antes de continuar con mi camino hacia la habitación de mi padre. No alcancé a llegar hasta la cima de las escaleras ya que mi padre venía de bajada arreglándose la corbata.

    -¿No fuiste temprano a trabajar? – le pregunte mientras fingía una sonrisa, no quería que sospechara de mi mal entendido con Ángel.

    -No, pedí permiso para llegar tarde, no podía dejarte sola hasta que te fueras con tus amigos. – respondió mientras le daba el ultimo tirón a la corbata roja.

    -Gracias… - dije ahora con una sonrisa real. Sabía que mi padre sufría tanto como yo en esos días, y el hecho de que dijera cosas como esa solía levantarme los ánimos.

    -¿A qué hora se van? – preguntó mientras miraba el reloj de la sala que marcaba 7:55

    -En cinco minutos… claro, si Anni se digna a llegar temprano. – lo ultimo lo dije con un todo de reproche, el cual hizo reír a mi padre.

    -Ya veo. – pronunció mientras caminaba hasta mí y sacaba del bolsillo una caja pequeña, no más grande que la palma de su mano y de un color violeta. – Esto es para ti. – dijo en tono casi inaudible mientras me ofrecía la cajita.

    -¿Qué es? – le pregunté mientras tomaba la cajita.

    -Ábrela para que lo veas. – respondió él con un deje de sarcasmo.

    -Está bien… - respondí mientras abría la pequeña caja en lo que mi padre iba hasta la cocina para tomar algo.

    Me quedé bastante sorprendida al ver lo que contenía la cajita… una pequeña medalla de oro grabada… también tenía una cadena de oro Florentino para que me la pusiera en el cuello. No esperaba aquello. Tomé la pequeña pieza que tenía a apariencia de ser frágil y la acerqué para poder leer lo que tenía grabado.

    “Esto es para ti mi pequeña, no olvides que siempre serás el orgullo mío y de tu madre. Con cariño, A. O.”

    Las lágrimas estuvieron a punto de brotar, pero, decidí hacerme la fuerte y obligarlas a no salir. Cerré la cajita y me la llevé al bolso de la chaqueta que llevaba, después fui a la cocina para ver a mi padre tomando un vaso de agua, como todas las mañanas.

    -Gracias… - le dije mientras caminaba hasta a él.

    -No hay de qué. – contestó él mientras me miraba.

    -¿Me ayudas a colocármela? – le pregunté mientras caminaba hasta él.

    Mi padre lanzó una sonrisa triste, procuró que yo no la viera, pero, eso fue imposible. Me colocó la medalla al redor del cuello para después continuar con lo que hacía.

    En ese momento llegó Anni, lo supe por el sonido que hizo el motor de su camioneta al estacionarse delante de la casa. Salí lentamente para encontrarme con los rostros de mis amigos. Anni, Vale, Ángel, Isaac, y también con Alexander quien era un primo de Ángel y Claudia quien era hermana de Anni. Todos vestían igual que yo ropas holgadas.

    Anni caminó hasta mí y me dio un abrazo.

    -Feliz día cumpleañera. – me dijo sin soltarme.

    -Gracias… - respondí sin más alternativa que responder el abrazo.

    Después de que se alejara lentamente los demás se acercaron y me dieron un abrazo, todos excepto Ángel. Seguido de la felicitación apareció mi padre quien sonreía al ver tal escena, mis amigos felicitándome en mi cumpleaños.

    Suspiré nuevamente, principalmente por el hecho de que Ángel me estuviera viendo como si lo hubiese traicionado, y así me hacía sentir, como una traidora. Mentalmente me golpeé a mi misma ante este tipo de pensamientos. No sabía que pensaba él exactamente, pero, por el tiempo de amistad que habíamos llevado, podía hacerme una idea, una idea que ahora no sabía si era correcta o no.

    -Bueno, mejor acomodamos todo. – soltó Anni sacándome de mi mar de pensamientos y haciendo que me sobresaltara un poco.

    -Claro… - dije regresándome al interior de mi casa, para tomar la maleta que había preparado.

    Anni me alcanzó en el interior y me quitó la maleta de las manos.

    -Solo falta acomodar la tuya. – me dijo con aquella sonrisa suya.

    -Entiendo. – contesté mientras dejaba que ella cargara la maleta.

    Salimos de la casa con paso lento, a lo que Vale respondió haciendo un gesto de desesperación. Esa expresión nunca se la había visto, lo cual hizo que me viera forzada a reprimir una risa.

    No tardamos en acomodar todo en la parte trasera de la inmensa camioneta 4x4 de Anni. Siempre me asombraba que sus padres le confiaran colosal vehículo, pero, nunca se lo dije. Una vez todo listo me despedí de mi padre y le pedí que me despidiera de mi abuela, después todos y cada uno de mis amigos se despidieron.

    Cada uno paso a tomar un lugar en la camioneta de Anni. Era grande, de un llamativo pero elegante tono azul eléctrico y con bastante espacio por dentro; hasta la parte de atrás poseía un buen espacio donde colocábamos el equipaje, aparte estaban tres filas de asientos para llevar a los pasajeros. La primera era, obviamente, la del conductor y el copiloto, la segunda y tercera eran donde cabían de tres a cuatro personas.

    Anni era la conductora en cuestión, y yo por ser la festejada fui quien ocupó el asiento del copiloto. En los asientos continuos se sentaron Isaac, Claudia y Alexander, y después Ángel y Vale, quienes parecían estar incómodos ante la presencia de Isaac, lo cual me hizo suspirar nuevamente.

    Nos pusimos en marcha. La primera parte del viaje fue principalmente de bromas y juegos. Aunque Claudia no estudiaba con nosotros era muy agradable, apenas tenía 16 años. Era bastante linda y de una belleza inocente, era la menor en esos momentos. Poseía unos ojos y cabello color chocolate, su rostro era bastante fino, pero con unos rasgos que le daban aquel toque de inocencia que la caracterizaban. Su tono de piel era moreno apiñonado, su complexión mediana y altura baja la hacían ver como la más pequeña del grupo. En su forma de ser era tímida, inteligente y bastante madura, más que Anni absolutamente. Alexander era lo contrario. Era el mayor con sus 19 años recién cumplidos. Era alto, atlético y de muy buen físico. Su piel era de un tono castaño claro, su cabello azabache al igual que sus ojos le daban un aire encantador. Su rostro no era del todo fino, pero tampoco muy brusco; poseía un extraño equilibrio perfecto. Poseía una personalidad entusiasta y competitiva, pero igualmente bromista. Aun asi le daba prioridad al deporte que a cualquier otra cosa.

    Todos venían jugando y gastando bromas, hasta que se fueron quedando dormidos uno a uno. Al cabo de dos horas de haber empezado el viaje aquello estaba en silencio. Miré a todos dormidos y después a Anni seguir conduciendo. Respiré profundo y eché una mirada fuera de la camioneta, pero terminé por marearme, por lo que preferí dormir igual que los demás.

    Continuara…
     
  19.  
    Florentina

    Florentina Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    14 Diciembre 2007
    Mensajes:
    271
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El relicario de las 12 almas.
    Total de capítulos:
    18
     
    Palabras:
    3891
    Re: El relicario de las 12 almas.

    Hola.

    Al fin la conti... wiii....
    _______________________________________________________________________________________
    Capitulo 8:
    Barados.

    Desperté después de dormir por un buen rato, demasiado para mi gusto. Ya eran las 11:30 am, y por lo que pude divisar por la ventana, estábamos en los límites de la ciudad. Miré el asiento trasero y me encontré con Isaac, Claudia y Alexander aun profundamente dormidos. Atrás de ellos Vale se había colocado su chamarra a manera de cobija mientras que Ángel miraba la orilla de la carretera pasar velozmente a su lado.

    En cuanto él se percato de que le miraba redirigió su atención hacia mí. Lo primero que quise hacer fue mostrarle una sonrisa en señal de paz, pero, él ni siquiera sostuvo la mirada y, apretando la quijada, volvió a mirar por la ventanilla. Resoplé en tono bajo mientras igualmente redirigía mi atención, y, mientras, Anni comenzaba a sonreír de manera burlona.

    Al cabo de un rato más, salimos por fin de la ciudad y llegamos a los campos de siembra. Las milpas y varios tipos de cultivos comenzaban a extenderse por todo lo largo y ancho de aquel lugar. Pasaba del medio día y ya casi todos estaban despertando.

    -Tengo ganas de ir al baño… - fue lo primero que dijo Alexander en cuanto despertó. Eran apenas la una de la tarde, pero, conociendo a Alexander, ya se había tardado en hacer esa petición.

    Anni hizo una mueca de disgusto pero no le denegó la petición. Suspiró y comenzó a pensar cuán lejos estaba la próxima gasolinera.

    -Deberás esperar una media hora más… - murmuró la chica mientras le dirigía una sonrisa.

    -Intentaré… - pronunció él.

    Comenzamos a entrar en lo que era el camino rustico de un pueblo, y, después de 25 minutos llegamos a la gasolinera, tal y como Anni lo había dicho. Alexander corrió al baño mientras Anni llenaba el tanque de la camioneta.

    Isaac, Claudia y yo bajamos para estirar las piernas mientras Vale y Ángel permanecían en sus lugares. El aire de aquel lugar era bastante fresco y limpio, algo que nunca se veía en la ciudad, y que era bastante agradable.

    10 minutos después reapareció Alexander y, luego de tomar algo estando estacionados, volvimos al camino. Nos mantuvimos otras dos horas en la carretera, comenzaba a aburrirme y el sueño se hacía presente. Miré fugazmente a Anni y pide ver que ella también se estaba cansando; ahora que lo pensaba, era probable que esa niña n hubiese dormido nada en la noche, todo con el fin de planear la salida.

    No le diría nada, la conocía bien como para saber que eso era algo que a ella no le gustaba que le reprochara; sus planes eran su vida. Me limité a mirar nuevamente por la ventanilla del vehículo en movimiento encontrándome con los verdes campos bañados por la luz del sol. Esa escena me hizo sonreír. El camino estaba perdiendo el pavimento y comenzaba a adoptar la terracería, lo cual comenzaba a hacer que la camioneta se meciera un poco más, no demasiado para ser molesto, pero si lo suficiente como para pasar inadvertido.

    Después de media hora más Anni detuvo la camioneta.

    -¿Quién me reemplaza en el volante? – preguntó sin vacilación mientras sonreía.

    -Eh… - se limitó a murmurar Claudia.

    -Ay ya… no sean así…

    De ahí los únicos que sabían manejar a parte de Anni eran Ángel y Alexander, pero el primero por su humor no querría tomar el volante siquiera mientras que el segundo odiaba conducir.

    -Yo lo hago… - se ofreció Isaac de manera sorpresiva.

    -Genial… - dijo Anni casi en un grito.

    Ambos chicos bajaron de la camioneta e intercambiaron lugares mientras los demás esperábamos a que el cambio terminara de efectuarse.

    -Gracias Isaac, eres un amor… - pronunció Anni mientras cerraba la puerta de la camioneta.

    -No hay de qué. – respondía Isaac terminando de acomodarse.

    El camino continuo sin mayor demora. De vez en cuando Isaac volteaba a verme y me dirigía una de sus tiernas sonrisas, lo cual me provocaba el reflejo de devolvérselas. Estuve otra hora despierta pero el sueño era algo que ya no podía soportar. Los ojos ya me picaban del cansancio, lo cual era totalmente extraño. Miré a mis amigos para encontrarme que, nuevamente, todos dormían. Lo último que pude ver antes de caer igualmente presa de los brazos de Morfeo fue la sonrisa de Isaac.

    Un sueño extraño fue lo que tuve en esta ocasión. Aunque sentía que no dormía demasiado profundo no pude evitar sentir un descanso total. El sueño en esa ocasión había tratado de una criatura sin forma que intentaba quitarme algo importante para mí, no sabía qué o quién era, ni siquiera que intentaba quitarme, solo sabía que era algo que no podía perder. Intentaba soñar con algo más pero, fue imposible ya que un movimiento brusco de la camioneta me despertó bruscamente.

    La camioneta se había parado en seco a mitad de un camino bordeado por arboles. La carretera ya no poseía rasgo alguno de pavimento, era todo terracería con hojarasca y raíces serpenteando. Isaac intentaba hacer al motor arrancar, pero este no cedía. Anni y los demás miraban con mucho interés por si necesitaban hacer algo, pero el motor seguía igual.

    Miré furtivamente el reloj de la radio y vi que eran casi las cuatro de la tarde, hora que después verifiqué al mirar la posición del sol. Suspiré y los demás me miraron.

    -No creo que encienda… - pronunció Claudia.

    -Tampoco yo… - apoyo Isaac quien cesó en sus intentos y se dejo caer en el respaldo de su asiento.

    -Entonces… será mejor que busquemos ayuda… - dijo Vale mientras abría la puerta de la camioneta y bajaba de un brincó hacia el exterior.

    Igualmente bajé de la camioneta y, unos segundos después, los demás nos acompañaron. Miré a mí alrededor, y después de una exhaustiva revisión pude notar claramente que estábamos en un bosque. El aire fresco llenaba mis pulmones y, aunque se sentía un poco de frio, no dejaba de ser agradable.

    -Yavi… llegaste… - se oyó, o al menos yo escuché; un murmuro.

    -¿Alguien me habló? – pregunté a todos mientras me les acercaba.

    -No, nadie… - dijo Anni mientras revisaba el motor con ayuda de Alexander e Isaac. Estaban bastante entretenidos, por lo que pensé que lograrían encontrar el problema. Fue realmente decepcionante que, a los 5 minutos, los tres resoplaran y dejarán todo como estaba desde un principio.

    -No sé qué le pasa… a esa… cosa. – pronunció Alexander en tono de decepcion, él era bastante bueno con los motores de automóviles y camionetas, sin embargo, con el problema que este tuviera, no había podido lidiar.

    -Bueno… al menos saben donde estamos, cierto… - pregunto Claudia esperanzada, pero, la respuesta que la mirada de Isaac reflejó no fue la esperada.

    -Perdonen. – se disculpó él. – Es que… me desvié un poco del camino.

    -Genial… - murmuraron Vale, Ángel y Alexander al mismo tiempo.

    “Genial” pensé, eso era simplemente el escenario perfecto. Todo había pasado: la camioneta descompuesta y nadie sabía dónde estábamos. Anni sacó su celular rápidamente, supuse que en un intento de pedir ayuda, pero, un quejido en voz alta mató la poca esperanza que nos quedaba.

    -No hay señal… - dijo con un tono que combinaba el enojo, la frustración y la tristeza. Estábamos varados en medio de un bosque.

    Ángel permanecía un tanto serio y reservado, parecía no querer saber nada de nadie, sin embargo ya estaba ahí y, quisiera o no, estaba involucrado en todo eso. Era algo obvio que, a pesar de todo, estaba principalmente harto de la presencia de Isaac, por lo que, en un momento dado, se apartó un poco del grupo y se había ido a sentar a la sombra de un enorme árbol.

    Lo miré desde un lugar junto con los demás, pero, ellos estaban buscando alternativas para salir de aquel lugar, por lo que me dieron la oportunidad de poder acercarme a él y poder charlar un rato… no quería que estuviéramos más tiempo peleados.

    Mientras caminaba hasta él comencé a pensar un poco en su actitud, y, bueno, a pesar de todo comprendía un poco su sentir. Isaac era un chico bastante agradable y, admitiéndolo, atractivo. Hacia solo un par de días que lo conocía y el chico ya se me pegaba como una sanguijuela; en ese instante comparé aquello con lo que Angie le hacía a Ángel y, lo entendí. Principalmente todo aquello se debía a los celos que yo sentía por él y el hecho de Angie se le pegara como chicle, pero no estaba segura de si él sentía lo mismo con respecto a Isaac y a mí.

    El tiempo estaba comenzando a tornarse frio.

    -Por ahora será mejor que busquemos un lugar en donde refugiarnos, no sabemos cuánto tiempo estaremos varados… - ofreció Isaac mientras yo caminaba hacia Ángel.

    -Sí, creo que sería lo mejor. – Anni apoyó la idea.

    Ángel estaba sentado sobre las raíces del árbol que le brindaba la sombra, a simple vista parecía más cansado y molesto que otra cosa. Su mirada estaba clavada en el suelo, el cual estaba cubierto de hojas secas, tierra húmeda y algunos insectos pequeños. Estaba sentado con las piernas cerca de su torso y en sima de estas tenia puestos los brazos, parecía divagar.

    -Ángela… ¿estás bien? – le pregunté al tiempo en que me le acercaba.

    -Eh… - pronunció mientras levantaba la mirada para que sus ojos se encontraran con los míos. – Sí, sí, estoy bien… - suspiró.

    -¿Puedo sentarme? – le pregunté mientras señalaba el espacio que había a su lado.

    -Claro. – accedió casi de mala gana.

    Me senté a su lado. Las raíces del árbol eran firmes, brotando del suelo y dándole un gran soporte al árbol. La sombra era fresca, lo cual me pareció perfecto.

    -¿Qué te pasa? – lo cuestioné sin pensarlo dos veces, demasiado impulsivo si lo pienso bien.

    -No me pasa nada… - respondió en un tono bastante grosero, y sin darme la cara. - ¿Qué? ¿No estarás con “Isaac”? ¿o ya se cansó de ti? – pronunció en un tono que nunca le había escuchado, lo cual me sorprendió, pero a la vez me molestado demasiado. Era bastante de por si tener que aguantarlo con ese humor, y ese comentario era la gota que había derramado el vaso. No lo dejaría que me hablara así.

    -Idiota… - le dije para después levantarme de donde estaba e irme.

    Lo deje ahí sentado, me miró de reojo y después agachó la mirada. Ignoré aquello y llegué con los demás. Los chicos sostenían un mapa en las manos, intentando encontrarnos en él, pero, parecía imposible.

    -Yo creo que estamos aquí… - decía Isaac mientras colocaba el mapa en el suelo y señalaba un punto en el.

    -Puede que así sea… - meditaba Alexander en voz alta al tiempo en que todos nos agachábamos para ver mejor.

    -Oigan, cero que necesitamos una brújula. – dijo en aquel momento Claudia. - ¿Alguien trae una?

    -Creo que… no, yo no traigo. – contestó Anni. - ¿Y tu traes Vale? – dijo mientras miraba a la chica.

    -No. – respondió ella.

    -Tu Isaac ¿traes una? ¿O tu Alexander? – volvió a preguntar Anni, guardando la esperanza de que alguien trajera aquel artefacto, pero ambos respondieron con un movimiento de negación con la cabeza.

    -Yo tampoco traigo. – pronuncié antes de que Anni me preguntara a mi, por lo que una sonrisa de desilusión se dibujo en su rostro.

    -No jueguen… - comenzó Claudia en tono de reproche. - ¿A nadie se le ocurrió que podía ocurrir algo como esto?

    Los chicos comenzaron a mirarse fugazmente. Parecía que la responsabilidad de lo sucedido comenzaba a caer sobre ellos, aunque realmente nadie culpaba a nadie. Suspiré y miré el mapa aun colocado sobre el suelo.

    -Al menos podríamos buscar un lugar donde resguardarnos del frio, la noche podría caer y tomarnos aquí varados… - propuse.

    -Claro, esa es una buena idea. – apoyó Alexander sonriendo felizmente ante la propuesta.

    -Tengo una idea. – exclamó Isaac aun mirando el mapa.

    En ese momento Ángel se acercaba con paso lento hasta donde estábamos y de reojo miró y pareció analizar la situación. A pesar de eso se mantuvo un tanto apartado y con la mirada agachada parecía rebuscar la forma de intervenir, pero, parecía que algo lo detenía.

    Suspiré y decidí no pensar más en él, después de todo, enojado o no, lo que me había dicho era algo que no le perdonaría con facilidad. Regresé mi atención a Isaac, quien acababa de pensar en un plan, o eso parecía.

    -¿Cuál es tu idea? – le preguntó Anni a Isaac.

    -Bueno, a mi parecer deberíamos dividirnos en dos grupos. Un grupo podría quedarse aquí y buscar la forma de conseguir ayuda, el otro podría ir a explorar un poco para ver si encuentra algo que nos sirva como refugio… - después miró a su alrededor como si intentará que alguien dijera si apoyaba o rechazaba esa idea.

    -Me parece… una buena idea… - admitió Claudia.

    -Bien… - continuó Anni. – Creo que deberíamos ver como separar los grupos… - comenzó a contar. – Somos… 4 mujeres y 3 hombres… Eso quiere decir que un grupo deberá de ser de 3 y el otro de 4…

    -Ok, en eso estoy de acuerdo… - murmuró Vale. – El detalle es como dividirnos…

    -La mejor manera, a mi parecer, seria que dos chicas se queden con 2 de los chicos aquí, así podrían ver como pedir ayuda o como intentar que la camioneta reviva… - propuso Claudia en tono de liderazgo, cosa que me pareció extraño en ella.

    -Eso sería perfecto. – apoyó Alexander. – A mi parecer Ángel debería quedarse conmigo, ya que él me puede ayudar a ver si podemos hacer algo por la camioneta. – agregó sonriente ante su propia idea.

    Ángel miró al chico y se limitó a lanzar una sonrisa triste, careciente de ganas por hacer lo que él decía, pero, a pesar de eso, asintió con la cabeza lentamente.

    -Entonces, creo que Ángel y Alexander se quedan. – continuó Claudia. – Yo me quedó con ellos, tal vez logré encontrar la manera de pedir ayuda con una radio que traigo en mi maleta… - sonrió.

    Realmente nadie creía que encontraríamos ayuda por la radio, especialmente porque nadie sabía cómo usarla bien, pero, no estaba de más intentar. Sin más, Claudia se puso a buscar el artefacto mientras los demás terminábamos de organizarnos.

    -En ese caso… - pronunció Isaac. – A mi me tocará ir a buscar el “refugio”… ¿Quién ira conmigo?

    En ese momento Vale levantó la mano, como si quisiera ofrecerse para ir, pero, lo que dijo después me dio a ver su verdadera decisión.

    -Creo que será mejor que me quede a ver si puedo ayudar a Claudia o a los chicos… sería mejor que Yavi y Anni fueran contigo… Isaac… - la voz de Vale al pronunciar el nombre del chico fue fría, totalmente gélida, pero, eso no pareció ser problema para él.

    -Bien, entonces ellas vienen conmigo. – sonrió.

    Tomamos algunas cosas como cuerdas y una daga que Isaac sacó de la maleta que él llevaba y emprendimos camino. Nos adentramos en el bosque húmedo, y conforme avanzábamos Isaac iba haciendo marcas en los árboles para no perdernos, y encontrar fácilmente el camino hacia donde estaba los demás.

    El camino comenzaba a tornarse más y más inclinado a cada paso que dábamos, señal de que era monte. Anni estaba cansada al cabo de 25 minutos de caminata, por lo que nos sentamos cerca de unas rocas para que ella recuperara el aliento.

    Yo suspiré mientras admiraba el paisaje matizado de verde, era bastante hermoso. Respiré profundo para que mis pulmones se llenaran de aire puro, y, después comencé a limpiar mi cabello, el cual, a pesar de estar sujetado, se había llenado de hojas y ramas secas. Estaba bastante entretenida cuando escuché el sonido de alguien acercándose a mí, volteé y vi a Isaac.

    -¿Estas cansada? – me preguntó mientras se sentaba a mi lado.

    -No realmente… - respondí mientras volvía a ver mi cabello para quitarle toda esa basurita. Isaac me miró como si le extrañara verme hacer eso.

    -A ti no te gusta traer el cabello tan largo… - pronunció provocando que lo mirará con aire confuso. - ¿o me equivoco? – agregó después de varios minutos.

    -Pues… no es que… - suspiré con aire de resignación, nunca nadie había notado eso de mi. – No, no me gusta. – respondí regresando a mi labor.

    -¿Por qué lo traes tan largo entonces? – me miró llenos de curiosidad ignorando que su mirada me provocaba un sonrojamiento indeseado.

    -Porque… - miré el suelo. – Porque a mi madre le gustaba que lo trajera largo… solo por eso.

    No esperé a ver su reacción, me levanté y caminé hasta Anni quien permanecía sentada sobre una roca.

    Continuamos el camino con la misma velocidad, deteniéndonos de cuando en cuando para esperar a Anni, y tropezando en algunas ocasiones con las raíces salientes de algunos árboles. Terminamos bastante enlodados. Continuamos así por otros 40 minutos, hasta que llegamos a un claro.

    Era un lugar bastante alto, por lo que nos permitió ver el entorno de todo lo que nos rodeaba. Estábamos rodeados por bosque y más bosque… nada más. Anni suspiró y se dejó caer en el suelo, recostándose sobre el pasto y mirando el cielo aborregado por las nubes.

    Aquel claro estaba cercado por los arboles, y, pensando que si seguíamos caminando llegaríamos a lo mismo, me senté al lado de Anni. Isaac, por su parte, continuó caminando, pero, esta vez caminó hacia el lado izquierdo del claro, entrando en la arboleda. Me pareció que debía acompañarlo, aunque marcaba el camino, no sabía que le podía pasar.

    Me levanté lentamente y caminé hacia donde Isaac había caminado, procurando no despertar a Anni quien acababa de quedarse dormida.

    Entré en la arboleda y pude distinguir las marcas que Isaac hacia con su daga en la corteza de los arboles, lo cual me facilitó seguirle la huella. Caminé rápidamente hasta que una especie de mareo me desoriento. Sacudí la cabeza para después continuar caminando, ya sin fijarme si seguía las marcas o no.

    Me detuve al cabo de unos minutos, cuando me di cuenta de que no sabía dónde estaba, por lo que miré a mí alrededor, y, reconocí el lugar. Ese sitio… ya había estado ahí… pero, en mis sueños.

    Continuará...
    _____________________________________________-

    Espero les guste... xD
     
  20.  
    Vientchat

    Vientchat Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
    17 Noviembre 2006
    Mensajes:
    125
    Pluma de
    Escritor
    Re: El relicario de las 12 almas.

    Nya? yo recuerdo que lei el capitulo anterior.... y creo que postee, pero al parecer no, lo siento Florentina, pero te juro que si lo habia leido T.T

    Me gustaron los dos capitulos, me tiene ansiosa por saber que más pasara e Isaac se me esta haciendo muuuuy sospechoso mmmm.... no tardes :)
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso