El Poder Oculto (historia original)

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por gorgorita, 23 Marzo 2010.

  1.  
    Florentina

    Florentina Usuario común

    Aries
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    Re: El Poder Oculto (historia original)

    Wah!!!!

    Amo a este capi, me he enamorado de él... y del elfo Castrio (nah, no es cierto lo segunod, pero si lo primero)

    Zac a llegado a la escuela, eso está super... ya quiero ver que tipo de clases tiene, y cual es su poder. O o El chico misterioso resutló ser chica... eso no me lo esperaba... ^ ^

    Muero por leer la conti!!! y saber que pasara xD

    Lo de mi historia ya he escrito la conti, en seguida la subo, si tienes dudas, no dudes en expresarlas (jajaja, que graciosa soy) tu solo dime que no entiendes y yo te explico!!!

    Esperaré la conti con ansia...xDxDxD
     
  2.  
    gorgorita

    gorgorita Iniciado

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    El Poder Oculto (historia original)
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    Re: El Poder Oculto (historia original)

    bueno bueno bueno por fin la conti xd ... ya encontré el capi jiji almns algo es algo jiji... espero k os justeeee!!!!


    Un chupa sangre muy peculiar

    En la primera planta estaban las habitaciones de los chicos. En ese momento aparecieron unos muchachos de segundo curso que llevaban puestos unas túnicas de color rojo. Parecían tener muy mala leche y el cabecilla de grupo no era de los de menos.
    Era bastante corpulento para su edad. Su pelo estaba rapado pero llevaba una especie de trenza que le colgaba de uno de los lados. Su cara ya mostraba pelusilla y ni hablar de sus brazos, que eran realmente peludos. Fue andando paso por paso, como mostrando que era él el que mandaba. Antes de salir, le dio un empujón a Oliver y le hizo caer. Oliver se quejó pero al levantarse el chico le volvió a empujar.
    -Será mejor que tengas cuidado con lo que dices chaval, a no ser que no quieras acabar el curso. –y luego se marchó seguido de sus compañeros.

    -¿Quién era ése tipo? –preguntó Oliver. Un chico que había por allí se acercó a él y le dijo.
    -Ese es Marcus Lagor, viene de una familia muy poderosa. Claro que son conocidos como los peores en utilizar la magia. Pero Marcus es muy fuerte físicamente y nadie se atreve con él. Has tenido suerte de que no te hiciera nada.
    -A mí ese tío no me da miedo. Si lo que quiere es guerra pues allá él.
    Zac dejó a Oliver fanfarronear un poco y fue a ver su habitación. La sala de los chicos era muy grande y de media luna. La pared circular estaba totalmente rodeada por puertas con números romanos. Y la pared normal con la puerta principal tenía muchos cuadros con magos famosos ya fallecidos y también el horario de cada clase y curso.
    Zac se dirigió a la puerta con el número nueve. La habitación tenía tres camas. Una cama sola y una litera. Su maleta ya estaba allí.
    Cuando pensaba sacar sus cosas la puerta se abrió y pensando que era Oliver dijo:
    -¿Oye Oli, que tal si después vamos a dar una vuelta por la escuela?
    -Me parece genial. –dijo de repente un chico.
    Zac se giró extrañado. Delante de él había un muchacho delgadísimo con la piel muy blanca. Sus ojos negros estaban muy metidos hacia dentro y parecía que no tuviera nariz.
    -Hay perdona pensé que era una amigo.
    -Ya. –dijo el chico con voz baja. Parecía que le costara mover la boca.
    Zac estaba inquieto. Ese chico le hacía sentirse un poco como apagado.
    -¿Como te llamas? ¿También es tu habitación?
    -Thomas, sí.
    -¿Tu también eres nuevo, no? Como llevas la túnica negra. –Pero el chico no contestó.
    Zac, entonces, siguió con la maleta. La puerta se volvió a abrir, para no quedar mal le dijo adiós.
    -¡Qué dices! ¿Por qué me dices adiós? -Preguntó Oliver en ese momento.
    -Eh, no era a ti sino a Thomas.
    -¿Thomas? –dijo extrañado.
    -Si hombre, el chaval que a salido ahora mismo.
    -Zac, no ha salido nadie.
    -Claro que si. Hace nada estaba hablando con él y además me ha dicho que también es su habitación.
    -Te estas equivocando. Aquí solo dormimos tú, yo y Sam Conryl. El que me comentó lo del tal Marcus.
    Zac se quedó chocado. ¿Si Oliver decía la verdad, quién era Thomas? No podía habérselo imaginado. Los dos salieron de la habitación y decidieron dar una vuelta. Cuando fueron hacia la puerta principal, ésta ya no estaba y en su lugar había una gran chimenea encendida.
    -¿Pero y la puerta?
    De ella salieron dos chavales y no parecían quemarse. Entonces Oliver pensó que quizás era una ilusión.
    -Vamos Zac, pasemos entre el fuego, no es real.
    -¿Tú crees? Noto su calor.
    -Confía en mí. –los dos cerraron los ojos y cruzaron deprisa. Era cierto, solo era una ilusión. El fuego calentaba la sala pero no llegaba a quemar. Cuando salieron respiraron aliviados.
    -Buf. – resopló Oliver.
    -¿Y eso? No me digas que no estabas seguro.
    -Hombre, seguro seguro.

    Al lado de ellos había una chica esperando. Era Carmen con cara de pocos amigos.
    -¿Carmen, te pasa algo? –le preguntó Zac al verla así.
    -No es nada, es que cuando venía para acá tropecé con un chico muy bestia. -Oliver y Zac pensaron en Marcus. –Como no me pidió perdón yo se lo exigí, pero me dijo que nadie le exige nada a él. Entonces me cabree y le empujé. Claro que en ese momento apareció el supervisor. El chico intentó defenderse diciendo que era yo la que se había metido con él y como Castrio solo me había visto a mí, me ha castigado.
    “¡No puedo créelo, solo llevo aquí unas horas y ya estoy castigada!”
    -Es que Marcus es un tipo muy peligroso. Ya nos avisaron antes. –le dijo Zac.
    -Sí, pues la próxima vez no se saldrá con la suya. –dijo Carmen bastante cabreada.
    -¿Y a qué has venido? –le preguntó Oliver con superioridad pero se le bajo el tono al ver como Carmen le clavaba la mirada.
    -¿Té quieres venir con nosotros? Vamos a ver como es la escuela.
    Los tres se fueron hacia el mapa de la escalera y miraron a ver que podían encontrar.

    -¡Vaya, no es nada del otro mundo! –dijo Oliver.
    -Que quieres, esta escuela es muy antigua y pequeña. Por eso no hay tantos alumnos. –dijo Carmen.
    El mapa indicaba cada lugar de la escuela. Aulas, biblioteca, comedor, habitaciones... y otras zonas.
    -Mirad, aquí estamos nosotros tres. –dijo Zac señalando la posición en el mapa. –Este mapa parece muy viejo.
    -Sí. Oye, aquí esta la clase de astronomía. –dijo Oliver mirando a lo alto del mapa una torre en forma de cúpula. –Y en la segunda planta esta la clase de magia, además de otras clases que aún no estudiaremos este año. ¿Dónde esta la de seres fabulosos? Oh, en el sótano. ¿Quién será el profesor?
    -Mmm, he oído a unas cuantas chicas decir que quizás es Sir Leopold.
    -¿Vaya, y le han admitido?
    -¿Quién es Sir Leopold?
    -Un vampiro, Zac.
    -Hay muy pocos y Sir Leopold es de los más importantes. Se dice que él pertenece al vestigio de Drácula.
    -Claro que también dicen que es muy embustero. –dijo Oliver.
    -Pero bueno, eso ya lo veremos esta tarde porque tenemos clase de Seres Fabulosos a primera hora.
    -Tengo unas ganas de empezar ya. –murmuró Zac al tiempo que sus amigos miraban de nuevo el mapa.

    Unas horas después se dirigieron al comedor. El comedor estaba formado por tres gradas con largas mesas. La grada de la derecha constituía a los estudiantes con el elemento agua y tierra. Y la grada de la izquierda a los elementos fuego y aire. Los novatos se colocaban en la tercera grada situada entre medio de las otras dos y directamente a lo alto de la puerta de entrada.
    Cuando los chicos se fueron a sentar observaron que al igual que ellos, todos los alumnos ya estaban en sus sitios; cada uno con su túnica de color. Estaban todos muy alborotados. A lo alto de la grada izquierda un grupo de chicos formaban una gran mancha roja. Estaba claro que entre ese grupo se encontraba Marcus Lagor intentando fanfarronear alguna anécdota poco creíble.
    En aquel momento un gran golpe se escuchó por toda la sala. En el único lugar en donde el comedor todavía estaba vacío, las paredes de piedra se movieron formando lo que era una tribuna que sobresalía. Cuando las piedras dejaron de moverse, del interior aparecieron unas sombras que se iban sentando en sus respectivas sillas.
    Zac miró atentamente las personas de aquella tribuna. La luz apareció mostrando las caras de los ocupantes. Había cinco asientos pero uno de ellos, el del medio, estaba completamente vacío. A uno de los lados estaba Castrio sonriendo y mirando cada grada. Y al otro lado estaba la anciana ciega vestida con su ropa oscura y su pelo gris plateado, su nombre era Margo. No mostraba ni alegría ni disgusto en su rostro, solamente sequedad. Los otros profesores que faltaban eran Lizard Terifocus y Sir Leopold.
    Cuando todos los estudiantes acabaron de cuchichear se callaron y se quedaron quietos. Castrio se levantó de su silla y carraspeó antes de empezar a hablar.

    -En primer lugar, bienvenidos seáis los nuevos y bienvenidos de nuevo los no tan nuevos. Este año yo seré vuestro subdirector ya que el viejo Ripley se ha jubilado, esta vez en serio.
    Como ya debéis saber, este colegio imparte magia solo para magos y la presencia de cualquier brujo o bruja no es bienvenida. Después de lo que ocurrió años atrás no podemos permitírnoslo.
    -Lo más adecuado sería que no diera mención al suceso delante de los muchachos, subdirector.- dijo en aquel momento la anciana Margo. A Castrio le molestó bastante la forma en que se dirigió Margo hacia él. Pero dejó de lado el comentario y continuó su discurso.
    -Durante los tres cursos que estudiaréis aquí habrán unas rigurosas selecciones. Ya sea por el modo en que empleáis la magia y para qué. El primer curso es simplemente una puerta que abrir para dejar salir la magia en vuestras vidas y, además, saber cuál es el poder que lleváis dentro. En definitiva, descubrir quienes sois en realidad.
    -El segundo curso- dijo en ese momento el señor Terifocus, profesor de astronomía, que se levantó de la silla y se dejó ver mejor. Era un hombre mayor, y aunque su pelo era blanco aún mostraba algún que otro pelo oscuro. Su ropa estaba galardonada por pequeños detalles dorados y su capa rojiza de terciopelo era nueva. –es más bien la aplicación de vuestros poderes y como son de útiles.
    -Así es, muchas gracias profesor Terifocus. Y para acabar, el tercer curso y último sirve para completar vuestros conocimientos y mostrar hasta que punto sois dignos de emplear vuestro poder.
    “Claro que por ahora solo podéis hacer magia con las varitas. Pero no os preocupéis. Empezar un curso puede llegar a ser difícil al principio no obstante seguro que muchos de vosotros estáis deseosos de empezar. –Sonrió como muestra de seguridad.”
    -Ya, deseoso hasta la médula. –dijo Oliver en voz baja y con sarcasmo.
    -¿Ahora, que tal si empezamos a comer? –Una vez se hubo sentado las puertas del comedor se abrieron y empezaron a servir la comida. Los sirvientes vestían con unos trajes marrones que les llegaban hasta los pies y tenían unas capuchas que les cubrían la cara.
    -¿Porqué van tan tapados? –preguntó Zac.
    -Son Dorks, no sé mucho de ellos pero mi madre me comentó una vez que no son muy tratables. Mejor ni les mires. –le dijo Oliver.
    Cuando uno de ellos se acercó a Zac para dejarle su plato, éste no pudo resistir la tentación de mirar que escondía dentro de la capucha. Cuando miró no vio nada pero, de repente la cara de una bella mujer apareció de la oscuridad y miró atentamente a Zac. Sus ojos eran totalmente negros y tenía la intención de tirarse encima de él. Cuando abrió la boca y mostró unos dientes pequeños y afilados, algo detrás de él lo empujó para que apartara la mirada. Entonces el Dork se marchó en silencio.
    -¡Pero tío, que te he dicho! –dijo Oliver con un muslo en la boca.
    -Lo peor que puedes hacer es mirar a un Dork directamente a sus ojos. -dijo una voz suave detrás de ellos. Zac y Oliver se giraron y vieron a una chica pelirroja y de ojos negros. –Suerte que te visto, ese Dork pretendía comerte.
    -¿Pero cómo, delante de todos?
    -Estos Dorks están domesticados pero llegan a un punto en que su propio lado salvaje se apodera de ellos y no pueden evitar hacer eso, aunque infrinjan las leyes de sus amos.
    -Claro. –dijo Zac un poco conmocionado. Aún estaba afectado, y pensar que una cara tan bonita pudiera atacar como una bestia.
    -¿Cómo te llamas? –preguntó Oliver.
    -Me llamo Serafín pero me podéis llamar Sera.
    -Yo soy Oliver, él es Zac y esa tía tan fea es Carmen.
    -¿Pero oye, tu de que vas? Que no estoy de humor. –Zac miraba a Sera con mucha curiosidad, como si la conociera de antes. – ¿Sera, tu eres del mundo mágico?
    -Sí, vivo con mis tíos fuera de Canterwood.
    -Bueno si no os importa yo sigo comiendo. –dijo Oliver mientras iba a por otro muslo.
    -A ver si te atragantas. –le dijo Carmen de mal humor cuando se acordó porque estaba enfadada.

    Cuando todos los alumnos acabaron de comer los platos fueron desapareciendo. Castrio se volvió a levantar y carraspeando un poco su garganta para llamar la atención, volvió a dirigirse otra vez a los presentes.

    -Ahora que todos estamos satisfechos lo mejor será que os preparéis para la primera clase.

    Los alumnos se dirigieron a la salida. Mientras subían las escaleras chicos y chicas se separaban para entrar en sus salas. Zac no alcanzó a despedirse de Sera y esperaba poder verla en clase para agradecerle su ayuda. La verdad es que aquella chica le llamó mucho la atención y por mucho que se esforzara no sabía la razón.
    Nada más entrar en la habitación Oliver se tiró en la cama con expresión de estar muy lleno. En cambio, Zac fue en busca de su varita. Estaba ansioso por empezar ya.

    Cuando todos estuvieron listos bajaron las escaleras principales para dirigirse a la clase de Seres fabulosos. Fueron hacía el sótano y bajaron por unas escaleras resbaladizas. El ambiente era bastante lúgubre y con olor a humedad. Apenas había luz y algún que otro chico tropezaba con los escalones. Al final del camino había una gran puerta de madera. Ningún alumno se atrevió a abrirla, pero en aquel momento se abrió por si sola. Fueron entrando poco a poco. Era una pequeña sala iluminada solamente por pequeñas antorchas colocadas en la pared. No había más que una mesa y una silla. Cuando todos entraron la puerta se cerró de golpe. La silla empezó a girar despacio. Había alguien sentado en ella; vestía todo de negro y tenía el rostro pálido. Zac miró a Oliver como si le fuera a preguntar si aquel personaje no sería en realidad Sir Leopold, éste asintió. Una chica del fondo empezó a ponerse nerviosa y a respirar muy fuerte, parecía estar a punto de llorar. Aquel ser se levantó de la silla y desapareció en un instante. Entonces se oyó un gritó. Todos los presentes se giraron y vieron que la chica del fondo se había desmayado y además en los brazos de aquel ser.

    -Vaya, hombre. Anda que empezar el curso de esta manera.
    -Suéltala salvaje.-gritó un chico temblando.
    -Que descaro de tu parte, muchacho. Yo soy más civilizado que todos vosotros juntos. Y ya puedes pedir disculpas si no quieres llevarte un castigo.
    -Así que usted es, sin duda alguna, Sir Leopold.- afirmó en aquel instante Carmen, dirigiendo su mirada a los voluptuosos colmillos que se mostraban.
    -Gran observadora. En efecto, yo soy sir Leopold uno de los mejores vampiros del mundo mágico y a partir de hoy profesor.- sir Leopold se levantó y sujetó a la chica mejor. Se encaminó hacia la mesa y la puso encima. –Me parece que todavía no he perdido mis encantos vampirices. Mira que pegar un grito como ese.
    -¿Y qué le ha hecho para que se desmayé, pro... profesor? –preguntó Zac.
    -Tranquilo chico, no tengas miedo en hablar. Las habilidades de los vampiros son muchas y una de ellas es desplazarse muy rápido. Yo lo único que quería era mostrároslo pero cuando me acerqué a ella se sorprendió y pam, cayó en redondo. No lo hice adrede. –El profesor se acercó a la muchacha desmayada y le susurro unas palabras. En ese mismo momento la chica abrió los ojos un poco conmocionada pero se levantó de la mesa sin ningún problema.
    -¿Siry estás bien? -Preguntó una chica de pelo rizado.
    -Em si, creo… que si.
    Sir Leopold sonrió y seguido dijo:
    -Bueno dejemos ya de perder el tiempo, que tal si comenzamos nuestra primera clase de “Seres fabulosos”.
    -Hum, este tío me da mala espina. –dijo Oliver.
    -Aunque me cueste de reconocer te voy a dar la razón.- afirmó Carmen.
    -¿Por qué?- se sorprendió Zac. A mí me parece un hombre genial.
    -Eso será porque aún te estas iniciando en el mundo de la magia, así que es lo mas normal que hasta un gato que hable sea para ti algo increíble.
    -¿Los gatos hablan?
    -Oliver, será mejor que no intentes explicarle.

    -Bueno chicos sé que aquí no hay mesas ni sillas así que no podremos estudiar hoy,… na, es broma. –intentó bromear Leopold para calmar la situación de hace un instante.
    Que tal si os muestro algún animal misterioso.
    Los chicos empezaron a entusiasmarse, preguntaban que clase de animal podría ser.
    Sir. Leopold sacó de debajo de la mesa una caja muy pequeña, del tamaño de una mano. Era completamente negra. La agitó con cuidado y empezaron a brillar unas marcas doradas que rodeaban todo el objeto. Dejó la caja en la mesa de nuevo y de su cuello mostró una llave diminuta colgada de una cadena plateada. Se quitó la cadena y fue directo a abrir la caja. Todos los allí presentes estaban muy atentos, esperando ver que podía ser lo que había dentro.

    La cajita se abrió lentamente y de dentro se pudo ver un huevo también de color negro. Sir. Leopold sacó el huevo con sumo cuidado y se lo mostró a los alumnos, que seguían callados por la cierta curiosidad.

    -Veréis. Dijo el vampiro.- Lo que tengo entre mis manos es un huevo muy valioso e incalculable. Es de un ser muy peligroso y nada compasivo con sus presas. Dentro de este huevo hay vida. La cría de una hydrus o hidra, como queráis llamarle.
    Los alumnos empezaron a pensar que podría ser esa clase de bestia y que tan daño podría causar.
    Zac tenía tanta curiosidad que se acercó sin darse cuenta a Sir Leopold y admirar el huevo de hidra. Sir Leopold se dio cuenta, le mostró una sonrisa a Zac y le posó el huevo en sus manos.

    Se notaba caliente y también notaba movimiento dentro de él. Parecía que fuera a salir. Un ruido pequeñito se escucho del huevo, Zac se quedó extrañado y Sir Leopold se lo quitó enseguida de las manos.

    -¿Que ocurre profesor? Dijo al instante.
    -Em, será mejor que lo guarde, necesita estar encerrado en un lugar oscura y a su temperatura.- lo devolvió a la caja negra, cerró la llave y las marcas doradas desaparecieron.- bueno chicos en la próxima clase os explicare con mas detalle sobre la hidra, que tal si vais hacia la salida, pues ya es la hora.

    Los alumnos fueron saliendo con desilusión pero tampoco les desagradó tanto la clase de Sir Leopold. Oliver salió de la clase refunfuñando que había sido muy aburrida y Carmen estaba triste de que no hubiera pasado nada interesante. Los dos se miraron y se dijeron:

    -Que aburrimiento de clase.- al unísono.
    -No me copies.-dijo Oliver con burla
    -¿Perdona? No me copies tu cabeza hueca.
    -¿Yo cabeza hueca? Y tu que, recuerda que estas castigada.- rió Oliver bien fuerte.
    Carmen se cabreó y le dio un codazo en las costillas. Éste replicó de dolor.

    Cuando Zac se fue dirigiendo a la puerta de la clase para salir y poder atrapar a sus amigos Sir Leopold le llamó:

    -¿Muchacho, puedo preguntarte una cosa?
    -¡Eh! ¿Yo, señor?
    -Sí, dime. ¿Sabes ya cual es tu poder?
    -Mi poder… No señor aún no lo sé.
    -um!! Interesante, muy bien gracias, eso es todo.

    Zac salió de la clase caminando lentamente y pensando que raro le resultaba todo.

    Oliver esperó a Zac en el vestíbulo, estaba observando a las alumnas superiores como pasaban por su lado. Cuando Zac llegó éste le dijo con una cara tan feliz.
    -Aunque las clases sean aburridas creo que tampoco me lo voy a pasar tan mal. ¿Has visto cuantas chicas?
    -Pues yo creo que tampoco ha sido tan aburrido.
    -Ya claro, como tu has sido el único en poder coger el huevo.
    -Pero era tan extraño, la sensación que sentía y luego cuando el profesor me lo arrebató como si hubiera echo algo malo.
    -Zac ya te dije, mejor no te fíes de ese vampiro. ¿Vale? Y ahora que no hay mas clases hasta esta noche. Porque no aprovechamos el tiempo.
    -¿Cómo?
    -¿jeje… tu no estabas pensando en aquella chica del comedor?
    -¿Sera? Es verdad, no estuvo en clase.
    -Entonces habrá que descubrir por que.

    Oliver y Zac subieron las escaleras y fueron a dirigirse a la sala de las chicas, quizás con algo de información les facilitaría las cosas.
    Se acercaron a la puerta de la sala pero al oír voces salieron corriendo hasta entrar en una puerta para esconderse.

    -Oli, está prohibido entrar en la sala de las chicas tu lo sabes.
    -Si ya, pero tenemos un aliado allí dentro.
    -¿Carmen? Pero si esta castigada.
    -Ains es verdad, se me olvidó. Esa tarambana
    -Mira quien habla.
    -¿Que dijiste?
    -Nada.- dijo Zac para no discutir y ser escuchados por alguien. Si les llegaran a castigar el primer día no se lo perdonaría.
    -Pues ahora no se que podemos hacer
    Zac se giró afligido pero cuando miró a tras una curiosidad le llamó la atención.
    -Oye Oli, creo que esta habitación no es normal.-Oliver se giró para comprobarlo y vio que toda la habitación estaba cubierta de matorrales y hiedras, árboles y flores. Decidieron ver que había más allá de todo ese espesor sabático. En el fondo del bosque se escuchaba un sonido parecido a un arroyo. Era una cascada pequeñita. Oliver se acercó más a ella y tocó el agua. La notaba muy fría, cogió un poco con la mano y sorbió en ella. Pero aunque notaba que estaba muy fría no tenía sabor alguno.
    -¿Qué tal está?
    -No sabe a nada. Pruébala.
    -A ver. –Zac también la probó y no le supo a nada.- Tienes razón, que extraño. Y te deja la boca seca.
    -Sí. Oye
    -Que
    -Toma agua jaja. –Oliver mojó a Zac pero éste no se quedó quieto. Empezaron a tirarse el agua por encima y a correr por alrededor de la cascada, hasta que Zac tropezó con una roca y cayó al suelo.
    -Que torpe eres.
    -Bueno, deja de meterte conmigo y ayúdame a levantarme.
    -Zac no he dicho nada. –Zac miró a Oliver que miraba al suelo con los ojos bien abiertos. Éste le siguió la miraba y pudo ver que la roca no era una roca exactamente. Tenia ojos y boca, también cuatro patas y podía moverse.
    -Que es eso.
    -¿Eso? Perdona pero no me llames eso. Soy una…..
    -¿Una tortuga?
    -No soy una….
    -Vamos, una tortuga.- dijo Oliver
    -Que pesados. Bueno da lo mismo. Se puede saber que hacéis aquí, es una zona prohibida.
    -¿Prohibida? Porque…
    -¿Porque dices? Pues ahora no recuerdo
    -¿Entonces? Que mas da.- dijo Oliver sin importarle.
    -No no, si esta prohibido esta prohibido sea cual sea el motivo que no recuerde.
    -¿Porque no recuerdas?
    -Ya soy muy mayor, llevo tanto tiempo aquí solo y ya hace tanto que nadie me visita.
    -Vaya. ¿Tortuga… digo (…) esta agua es muy rara, de donde viene?
    -Oh eso si que lo recuerdo, viene del lago tenebroso.- Zac y Oliver se miraron con cara de horror, acababan de beber de esa agua. -Tranquilos, beberla no os ara nada, esta agua solo tiene un poder y es el transportarte a cierto lugar que desees.
    -¿En serio? Soltó Oliver
    -Oh no debí contar eso.
    -¿Y te puede llevar a cualquier sitio?
    -No diré nada más.
    -Vamos (…) ya que has empezado… -dijo Oliver intentando persuadirlo.
    -OHHH! Esta bien esta bien. Mirad lo único que se tiene que hacer es pensar con todas tus fuerzas donde quieres ir, no hace falta visualizar la imagen solo decidir donde y si lo haces bien la cascada te abrirá un túnel que te llevara directamente a donde quieras ir.
    -¿Tan fácil? Que tal si lo probamos Zac? Vamos a la habitación de esa chica.
    -Que, no se si será buena idea.
    -No es buena idea para nada, mejor volved de donde hayáis salido ahora.
    -Zac solo será un momento.
    ¿Zac quería verla de nuevo pero llegar a ese extremo, bueno tampoco era tan mala idea no? Acepto la propuesta de Oliver.
    -Genial, muy bien pues piensa que quieres ir a la habitación de Sera, vamos.
    -Está bien. –Zac cerró los ojos e intentó pensar en ir a la habitación de Sera, incluso la tenia visualizada, con su cara blanca y su pelo rojo. Y esa voz tan suave que tenía cuando hablo con ella por primera vez.
    La cascada comenzó a partirse en dos y un túnel oscuro pudo verse a través. Los chicos entraron dentro sin escuchar las advertencias de (…) que le decía a los lejos.
    -Al menos no os olvidéis de que la cascada se cierra en 5 minutos.- gritó. Pero ellos ya no estaban.

    Cruzaron un túnel oscuro y húmedo pero no se veía nada, hasta que chocaron con una pared enfrente.
    -Oye Zac espero que no te hayas equivocado.
    -¿Me lo dices ahora? Fue tu idea. –Zac empujo la pared dura que se abrió de golpe y cayeron los dos al suelo. Por lo visto habían salido de un armario. Estaban en un dormitorio que parecía ser de chica.

    -Vaya parece que si lo logramos. Aquí esta la habitación de tu princesita, Zac.
    -Calla no digas eso.- Zac observó toda la habitación, parecía que solo la habitaba una persona. Fue observándola, como de organizado estaba todo y la fragancia tan dulce que hacia. Pero en ese momento se escuchó un ruido detrás de la puerta. Corrieron hacia el armario y se metieron dentro. Entonces fue cuando entró Sera. Cerró la puerta y se sentó en su pupitre, abrió un libro pero no se la veía con mucho interés hasta que se levantó y fue directa al armario. Los chicos asustados por si les podía pillar se dieron la vuelta para volver al túnel, pero se dieron cuenta de que este ya no estaba. Había desaparecido. Sera vaciló el abrir las puertas y cuando estaba a punto alguien llamó a la puerta. Sera se dirigió a ella y una compañera le pidió que si la podía acompañar un momento. Sera se marchó. Los chicos estaban relajados pero aun no sabían que podían hacer para salir de esa situación. Lo mas seguro es que se tuvieran que esperar hasta que todas las chicas se fueran a clase nocturna pero para ello faltaban aun dos horas y los chicos estaban cansados de estar en cuclillas. Pero en ese momento la puerta del armario se abrió y los chicos cayeron al suelo de nuevo. Se levantaron adoloridos.

    -Decidme que estáis haciendo en mi habitación.- dijo Sera
    -Ah pues veras. –Intentó excusarse Oliver.- fue casualidad jeje nos equivocamos de armario.
    -La verdad es que quería verte.-dijo Zac
    -Bueno, vale, pero… como habéis podido entrar en mi habitación si es imposible, para eso tendrías que atravesar todo el salón y esta claro que no es fácil.
    -Es que encontramos una manera.- dijo Oliver. Tuvieron que explicarle a Sera sobre la cascada. Ella no puso ninguna cara rara, les creyó y decidió ayudarlos.
    -¿Muy bien, hay una manera de sacaros pero esta me la deberéis, vale? –Los chicos asintieron, querían salir como fuera de ese sitio.- cerrad los ojos. –Sera pronunció unas palabras y con su varita dirigida a ellos un humo blanco los oculto. Se sintieron extraños y sus cuerpos ardían, no entendían nada. ¿Que les estaba pasando? Que les había hecho Sera?
    Cuando el humo blanco desapareció de los chicos solo quedaban sus ropas y dos pequeños y peludos ratones.
    Sera cogió a los ratones y salió de la habitación. Pasó por el salón y cuando se iba a dirigir a la puerta de salida una chica le paró.

    -Sera, a donde vas. No te olvides que tenemos una cosa pendiente.
    -Sí, tranquila Marlen. Solo voy a soltar estos ratones que me e encontrado.
    -Ah! Ratones, que asco, quítalos de mi vista deprisa. –dijo la chica con cara de horror.
    -Ahora mismo. –dijo Sera riendo entre dientes.
    La puerta del dormitorio de chicas tenia forma de pecera gigante con muchos peces tropicales que nadaban tranquilamente. Sera cruzó sin miedo y pudo salir del salón. Dejó los dos ratones al suelo y les dijo.
    -Será mejor que vayáis corriendo al vuestros dormitorios antes de que el hechizo acabe, nos vemos en clase. Y volvió a entrar.
    Los dos ratones corrieron hasta el salón de los chicos y cuando entraron otro polvo blanco apareció. Cuando se dispersó allí estaban Zac y Oliver pero sin sus ropas. Los chicos del salón empezaron a reírse de ellos y estos avergonzados fueron hasta su habitación.



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    el proximo capi lo tngo k escribir aun xd asi k tardare un tiempo jiji
     
  3.  
    Florentina

    Florentina Usuario común

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    Re: El Poder Oculto (historia original)

    Wah... me encantó...

    Amo a los vampiros, asi que esnormal que... ME ENCANTE EL PROFESOR LEOPOLD...

    Y... ¿quien es Thomas? quiero saberlo... me muero por saberlo... en serio...

    Hum... muero por leer la conti. Espero que pronto la pongas...xD la espraré ansiosamente...xDxDxD
     
  4.  
    gorgorita

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    El Poder Oculto (historia original)
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    Re: El Poder Oculto (historia original)

    claro a ver si m pongo xd lo de thomas jiji se descubrira muy muy muy por delante falta mucho aun... sabes a veces releeo lo k escribo y siempre m parto de risa en algunos trozos de la historia... creo que Oliver será el bromista xd jaja y lo de cuando se kedan desnudos xd jaja
     

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