El Maestro del Caos

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Askelad, 21 Junio 2009.

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¿Les gusto el prólogo de la historia?

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  4. ¿Estabas borracho cuando escribiste esta basura?

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    surisesshy

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    ¡Ahhhhhh! me dejaste igual o pior que Andru, con una curiosidad mata gatos, ¿qué ese esa otar eprsonalidad que habita en Andru? Ya quiero saber, aunque sospecho qué puede ser (se pone su traje de investigadora) a ver las pistas, ejem, puede ser el primer dragon del caos, umm, es el principal sospechoso XD.

    Waaa, que buen especial, me encanta cuando esos dos se juntan, ya quiero ver qué le deparará el futuro a Andrú y que horrible futuro le espera al mundo, y debe ser muy horrible si ya no lo es con la legion del caos, hasta el próximo capitulo o especial, me encanto mucho este, chao.
     
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    Parece que a Damian le gusta eso de tener en ascuas a la gente con respecto a lo que les depara el destino,se nota quue lo disfruta bastante ja ja ja
    supomgo que en tus proximos escritos podrias incluirlo tambien,ya que por lo que veo y basandome en su apariencia puede "saltar" en diferentes epocas y dimensiones,adoro esa habilidad ¿quien no desearia poder hacer eso?
     
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    Capitulo 23: Sellando el destino

    Después de su visita hacia la montaña y su oportuno encuentro con Damián, Andru retoma su viaje hacia los castillos del caos, un viaje de una semana que realizo sin problema alguno. Al llegar al castillo de la primera brigada, para su sorpresa Deunan le recibe muy molesta

    -Tú… tú… ¡Ahhh! ¡Maldición Andru!- le gritaba Deunan frente a todos
    -Oye, calma, acabo de llegar ¿Qué te sucede Deunan?- le decía Andru, estaba anonadado por la agresividad tan repentina de Deunan
    -¡Por tu culpa, por tus estúpidos caprichos! ¡El Señor del Caos ha venido y nos ha humillado a todos! ¡¿A caso crees que porque me dejaste a cargo solucionaría todo?! Joder… mi reputación esta en total juego, mierda. Me debes una grande Andru
    -Nunca pensé que algo como eso sucediera- la expresión de Andru cambio drásticamente a una muy seria, se mostraba disgustado con lo sucedido -¿Dejo algún recado?
    -A penas llegases, has de presentarte ante él
    -De acuerdo- dice Andru dando la media vuelta y encaminándose hacia el castillo principal
    -No hagas alguna estupidez, recuerda, sereno ante toda situación

    Andru caminó a paso firme hasta llegar al castillo principal donde el guardia le detiene en la puerta principal, era un soldado dos veces más grande que él, llevaba una imponente armadura llena de espinas y su casco salía dos grandes cuernos, en sus manos sostenía un hacha tres veces más grande que Astaroth

    -Hazte a un lado- dice Andru exigiendo su acceso, pero el guardia cuyo rostro estaba totalmente cubierto por el casco y una mascaraba blanca sin rostro no se movió –He dicho que te muevas- los ojos de Andru se tornaron rojos pero aun así el guardia se quedo quieto. Andru acerca su mano hacia su pecho y rápidamente la extiende hacia el lado, el guardia quien estaba quieto cae al suelo partido en dos –Te lo advertí

    Andru continuó su camino por los salones del castillo principal hasta llegar al salón principal que estaba detrás de dos grandes puertas. Una cosa preocupo a Andru, no había nadie a parte del guardia.
    Con autoridad, Andru golpea las puertas abriéndolas de golpe y entra al salón en el cual sobre un trono en lo alto de un pedestal estaba El Señor del Caos, era un salón oscuro iluminado por pedestales con antorchas de color azules, una densa neblina cubría el suelo sin dejar de ver donde uno pisaba.

    -¿Qué haces aquí?- pregunta El Señor del Caos
    -Tú me mandaste a llamar ¿Por qué más vendría a este desagradable lugar?- dice Andru sin escrúpulos
    -Cuida tu lengua mocoso impertinente- responde desde su trono con una voz siniestra
    -Mira quién habla, me da igual si eres el señor del caos, recuerda que no eres el único dragón del caos Caín, si eres tan poderoso, para la próxima vez agrédeme personalmente y no con mis soldados- Andru estaba siendo muy directo ante el más poderoso de los soldados
    -De acuerdo- responde Caín, aquella densa neblina se agita y una fuerte presencia se posa sobre Andru, la cual comenzó a asfixiarlo, pero Andru se mantuvo firme
    -Jejejejeje, ya veo- dice Andru con una sonrisa –Me alegro al ver lo sincero que eres
    -¿Te crees mucho? No eres nada, no vales esfuerzo alguno
    -¿Entonces por qué te has dignado a liberar tu poder para ponerme en mi lugar? Lo sé Caín, sé que me temes, o quizás en lo que pueda convertirme, estoy conforme con la situación con la que me he encontrado, pero ni tu ni yo sabemos cuánto durará esta estúpida rencilla, sabes muy bien cuanto te odio, y lo mucho que deseo matarte, no temo decírtelo a la cara, pero… por ahora me contendré, y lo sabes bien, es obvio que yo perdería, pero si no has alzado tu mano aun contra mí, quiere decir que soy una pieza clave para algo que estas tramando
    -Interesante, eres más interesante que mi hermano. Dejaremos esta conversa por ahora y hare caso omiso a tus amenazas, imaginaré que nunca has venido, pero esta es la última vez que seré indulgente. Retírate- Dice Caín haciendo que el ambiente se tensara mas para Andru -(Tu muerte ya ha sido predestinada, sólo falta poco, y todo lo que tanto amas será consumido por mí, jejejeje)-

    Andru se retira tranquilamente. Al cruzar el umbral del castillo con mucha e impotencia golpea un pilar derribándolo sin problema, se mostraba agitado, pero una voz familiar lo calma

    -Tienes que ser muy idiota para romper propiedad de nuestro superior- dice Arthur quien estaba frente a él sin que Andru se hubiese percatado de su llegada
    -No estoy de humor para escuchar tus reproches- dice Andru sin dar la cara. En eso comienza a avanzar hasta pasar de Arthur quedando a un lado, cada uno dando la espalda al otro
    -Eres un sujeto bastante extraño. En momentos eres digno de ser llamado General de Caos, pero en otros te comportas como un total inmaduro, un niño que sólo actúa sin pensar
    -Viniendo de ti, es como recibir un alago. En estos momentos las palabras sobran
    -Lo sé, las murallas sí que saben escuchar
    -Je… toma- dice Andru volteándose con una caja azul en la mano. Arthur se voltea y la toma
    -Esto…- la expresión de Arthur de cambia drásticamente, estaba sorprendido –No creas que te debo una por esta
    -Nunca lo pensé- Andru le da nuevamente la espalda -Más bien, para mí es un modo de disculparme. Nos vemos

    Arthur voltea su mirada hacia la caja con una cara nostálgica. Al abrirla, una leve sonrisa se dibuja al ver su contenido estaba complacido por el obsequio –Ekatherine…

    Andru vuelve a su castillo un poco más tranquilo por el encuentro con Arthur, el haberle entregado el pedido de la reina le hiso sentir bien consigo mismo. Mientras caminaba por los parajes que había ente castillo y castillo, se encuentra con su amada quien le había seguido el paso al saber que había vuelto

    -Alice- dice Andru, este se acerca y la abraza sin razón alguna sorprendiendo a Alice
    -¿Pasa algo Andru?- pregunta la joven la cual no comprendía el actuar de Andru
    -Solo quiero estar así por un momento, sólo eso- responde, trataba de ocultar su rostro todo ruborizado
    -De acuerdo, pero me dirás que pasó
    -Es sólo que me he vuelto a enamorar de ti- con ese comentario la joven se sonrojo y le abraza -¿Y eso es debido a que? Tú no eres de esa clase
    -El sólo pensar en nuestro futuro, me hace feliz…- Andru la suelta y materializa la caja que la reina le había dado para Alice –Este es un obsequio, no es de mi parte pero, sólo hago el favor de dártelo
    -Es una caja preciosa- Al abrirla, ve un hermoso brazalete de diamantes. Alice se lo pone viendo que le quedaba bien, algo en ese brazalete se le era conocido -¿De dónde obtuviste tal joya? Sólo he visto tal material en la habitación de mi padre
    -Diamante Ártico, un diamante templado con hielo y fundido con llamas azules, una joya única y rara, pero su valor no erradica en su material si no en la intención con la que fue hecha, por ahora te diré que lo atesores como nunca, si lo pierdes, te arrepentirás, créeme
    -No sé a qué te refieres, pero si dices que es importante, pues lo es, gracias- Dice Alice con una sonrisa muy alegre
    -Una cosa más… la verdad es que son muchas las cosas que deseo hablar contigo en este momento, pero tengo asuntos pendientes, aunque tenlo por seguro que te contare todo lo que tengo, recuerda que tenemos una cita y por nada pienso perdérmela
    -Gracias Andru, será mejor que termines tus asuntos, estaré en el castillo
    -Nos vemos- Andru se acerca y la besa antes de irse.

    Continúo su caminar hasta llegar a su castillo donde Deunan le esperaba algo preocupada, pero cuando Andru, con una mirada le da a entender que le siguiera. Tanto ellos como los otros dos capitanes se reunieron para iniciar una reunión con la cual sellarían el plan final

    -Deunan, Boris, Raiman, ya está decidido, me cargare al señor del caos, sin embargo me he dado cuenta que en mi situación actual sería una locura, pero tengo la solución. Sé que no estarás de acuerdo con mis actos pero lo he decidido
    -¿Qué planeas Andru?- Pregunta Deunan
    -Me iré a Echos, allí obtendré mi venganza y mi espada, con ella ya no tendré de que preocuparme
    -Haz lo que quieras, siempre y cuando cumplas tu deber
    -Tranquila, lo dejare bien explicito a todo sobre mi partida, y conociendo la actual situación, dudo que no acepten mi propuesta
    -Eso ya lo veremos. Ahora necesito órdenes para ejecutar como es mí deber y el tuyo- dice Deunan poniéndolo en su deber como general
    -Tienes razón, pero antes ¿Algún informe de vuestra parte?- pregunta Andru, en eso habla Boris
    -En las zonas este de Thabata las cuales están bajo nuestro control ha habido un incremento de los avistamientos de los Okrams, además de que nuestras fuerzas bélicas se han visto opacadas en variadas ocasiones
    -Y no sólo eso- agrega Raiman –Hemos tenido reiterados enfrentamiento con otros escuadrones, principalmente los que están bajo las ordenes de los capitanes que renunciaron a la primera brigada
    -Ya veo- dice Andru. Se levanta de su asiento y comienza a caminar por la habitación –Deunan, contacta a Raetza y has los tratos pertinentes para mejorar nuestras armas, con respecto a las apariciones, Raiman, te dejo ese trabajo, y en sobre los bastardos que irrumpen en nuestro trabajo, tienen mi permiso para acabar con ellos, cualquier cosa yo cargaré con la responsabilidad
    -Ya veo- Dice Boris con una sonrisa al igual que Raiman
    -Si no hay nada más que decir me retiro- Dice Andru

    Así paso el día tranquilamente. En la mañana siguiente, Andru fue citado a una junta de guerra, a la cual asistió vistiendo el atuendo del emperador, el cual llamo bastante la atención entre sus pares, en especial la de Caín quien no había visto aquel atuendo hace muchos años

    -Arthur, Nix, he visto que sus fuerzas han aumentado según lo previsto, sin embargo Shana has descuidado mucho tu zona, los okrams se infiltran con gran facilidad- dice el señor del caos desde su trono
    -Estoy en eso mi señor, según mis espías, se ha encontrado un campamento oculto, personalmente me encargaré de ellos, por lo que le ruego que espere resultados
    -Eso espero- responde este algo descontento –Por tu parte Leviatán, has cumplido bien, has mantenido un control firme en las fronteras y las islas cercanas, pero en esta ocasión mi disgusto principal es contra Darklis, últimamente tus tropas han estado muy pobres, tus tierras han sido invadidas constantemente y qué decir de ti mismo, has hecho presencia nula como general
    -Lo sé- responde Andru con una sonrisa. Se echa hacia atrás apoyándose en el espaldar de la silla. Se mostraba indiferente ante las críticas recibidas –He estado de vago últimamente, lo reconozco, pero eso no da motivo para irse contra mí, sin embargo dejaré todo en claro ahora. Primero, mis fuerzas se fortalecerán más de lo que creen; Segundo, con respecto a los okrams, he transado un plan que ya se está ejecutando, en poco tiempo no habrá rastro de ellos; y tercero y más importante diría yo, aquellos capitanes que osen atacar a mis soldados, con ustedes como testigos- Andru mira al señor del caos fríamente –No tendré reparo en contraatacar y si es necesario, el matarles
    -¡Eso es imperdonable!- reclama Nix golpeando la mesa –Si tocas a alguno de mis soldados, te juro…
    -¡¿Juras qué?!- interrumpe Andru –Yo actuare a medida de que los demás actúen- Nix queda sin palabras
    -Por mi está bien- dice Leviatán conforme con las palabras de Andru –Si mis soldados hacen tal cosa, estás en tu derecho de defenderte, por ello lo dejaré en claro entre mis soldados
    -Gracias- responde Andru
    -¡Leviatán! ¡Eso no es aceptable!- Nix no aceptaba tales opiniones -¡¿Cómo es posible que ustedes dos no digan nada?!- apunta a Shana y Arthur
    -Por mi parte- dice Shana muy calmada –Mis soldados están bien disciplinados, y no tengo nada en contra, y es más, me vale madre lo que haga Andru, siempre y cuando no interfiera en mis asuntos
    -Toda la razón Shana- agrega Arthur –Aun así, esa medida es algo extrema, pero de por si no somos los más pacifistas que digamos- dice Arthur con un tono leve de ironía
    -Ya está decido- dice Leviatán –Este asunto se ha cerrado. ¿Alguna otra cosa que agregar Darklis?
    -Sí, quiero pedir la aprobación de los presentes para aventurarme en las tierras de Echos, tengo deseos de causar algo de disturbio
    -Eso sería un suicidio Darklis- dice Shana –No hay forma de que vayas con un ejército a esas tierras
    -¿Y quién menciono a un ejército?- una maliciosa sonrisa se dibuja en Andru –Sólo seremos tres
    -¿Con qué propósito quieres ir a Echos?- pregunta Leviatán muy intrigado
    -Reconocimiento de su terreno y sus ejércitos, además de hacerme más fuerte
    -Aun no encuentro un punto valido- dice Leviatán –Yo lo veo más como un capricho
    -En parte sí, una de las razones es tener mi revancha contra Russaj, pero hay otra razón –Andru no dejaba de mirar a Caín de reojo –La cual es recuperar la espada de los pecadores, la mismísima Basoetsha- Andru sonríe al ver que el ambiente se tensa un poco por la energía del señor del caos
    -Está bien- dice El señor del Caos- palabras que sorprendieron a Andru –Puedes irte, me serás más útil allá que en estas tierras
    -Me parece bien- responde Andru ocultando su descontento
    -¿Alguien se opone?- pregunta el señor del caos, pero nadie responde –Está bien, doy por terminada la reunión. Darklis, antes de que partas, has de hacérmelo saber personalmente
    -Como diga mi lord

    Todos los generales se retiran del salón de guerra. Al caminar por los pasillos, Arthur agarra a Andru del cuello de su traje azotándolo contra la pared, junto a ellos estaba Shana

    -¡¿Eres estúpido o qué?!- le reclama Arthur –Mira que provocarlo de esa manera
    -Arthur, deja al muchacho, yo creo que el hiso algo divertido, aunque admito que bastante atrevido
    -Esta no es la primera vez que me opongo a él- Arthur lo suelta y Andru arregla su ropa –Recuerda que al final, mi objetivo es uno
    -Lo sé…- responde Arthur
    -Eres más imprudente que nuestro maestro…- acota Shana –Bueno, vamos Arthur, hay cosas de generales que hacer
    -Odio cuando lo dices de esa forma. Andru, antes de que te vayas, no olvides despedirte
    -Sí- responde con una sonrisa

    Cada general regresa a su castillo. Andru se reúne con sus capitanes y cierra todo su plan, dejando nada que lo retuviera, o eso pensaba…
    Frente a un balcón del castillo de la cuarta brigada, la luna estaba casi llena, y Alice la miraba perpleja. Una voz familiar se escucha entre las sombras, al buscar donde provenía ve que era un muchacho algo molesto para ella, un muchacho al cual le sonríe gustosamente

    -¿No es algo tarde para venir a verme? Si mi padre se entera estarás en problemas- dice Alice
    -Más problemas de los que tengo, lo dudo- responde Andru riendo
    -Tonto… supe por mi padre que te irás a Echos, y presumo que no podre acompañarte
    -Correcto, pero tengo mis motivos… Alice, mañana, todo el día de mañana quiero dedicarlo a ti, a la cita que te prometí, por ello mañana tú has de tener poder sobre todos mis actos- Andru hace una reverencia
    -Mira tú- Alice sonríe -Con gusto acepto su oferta señor- responde Alice disimulando ser una princesa…
     
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    Tiembla Cain?,o es que ya maquinaste algo?,como ya habias dicho este seria el final de esta saga,me gusto esa parte de ''ir hacer disturbios a Echos''XD XD XD,espero no se ponga muy cursi eso de la cita con Alice,la cual no entiendo como a esas alturas del partido aun no se hace a la idea de que el cabezota de Andru no le tiene miedo a su ''futuro'' suegro jajajaja
     
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    Bueno , bueno, bueno, bueno. A modo de que no he publicado nada, dejare este pequeño corto sobre el continente de Echos, mas que corto una introducción de sus inicios que consta de cuatro partes, (ademas de que si no publico algo, me cierran el tema, jejeje.)
    Espero que lo disfruten.

    "El primer Caballero Okram"

    Parte 1:

    Erase en una época en la que el caos y la discordia prevalecía entre las razas que habitaban aquel continente sin nombre. Un continente fértil, abundante de riquezas naturales codiciadas por todos.

    En las tierras altas y bajas de aquel continente habitan las bestias, poderosos seres, con un instinto salvaje y conocedores de la naturaleza; en los mares los misteriosos Marines, siempre ocultos en las profundidades y dueño de las costas y lagos que se conectaban con este; surcando los cielos la mítica raza que provenía de los antiguos guardianes, los hombres alados, cuya historia se ocultaba en las lejanias de la ciudad flotante de Arcadia; por último en los batos desiertos, donde la vida se extingue, una raza cuya existencia no interfiere en ninguna batalla, mas no interfiere cuando los muertos se hayan en los suelos.

    En el centro de esta tierra existía un ser único en su indole, poseía las bendiones del cielo, las destrezas de la tierra y la sabiduraía del mas, y la maldad misma de la muerte y el tiempo, un ser que con su poder controlaba las almas de los habitantes de aquel luga, provocando las terribles guerras entre las razas.

    Un día, desde los mares un barco naufragia frente a las costas de esta tierra, una muchacha joven de cabellos rojos como el fuego, era lá unica que había sobrevivido. Con una espada en mano, se aventuro en aquellas desconocidas tierras para ella.

    Su primer encuentro fue en el desierto, en un pueblo que ella reconocio a primera vista pero que no habia forma de que estuviese allí, era una ilusión creada de su corazón o eso pensaba.

    -"Muestrate, quien quieras que seas, muestrate ante mi"- dice la muchacha sin vacilar y detras de ella una sombra encapuchada aparece
    -"Me sorprende que hayas visto a traves de mi ilusión"- dice la sombra ocultando su rostro por la capucha
    -"Hubiera caído si no fuese que este no es mi recuerdo... si no el de una persona a la que yo amaba"- la muchacha se voltea y ve a la sombra encapuchada -"¿Cual es tu nombre?"- pregunta
    -"No poseo nombre, sino una presencia"- responde la sombra
    -"Dime cual fue tu nombre antes de que lo arrebataran"- insiste la muchacha
    -"Mi nombre no fue arrebatado, tampoco fue olvidado, si no que lo he sedido"- La sombra impresionada por palabras de la muchacha se acerca a ella -"Tu eres única, y me interesas"
    -"Pharos"- dice la muchacha
    -"Lo aceptare, a cambio tienes mi eterna compañia"- le responde Pharos el cual toma la espada de la muchacha y la introduce a su ser transformandola en una nueva espada -"Acepta esta espada como una muestra de nuestra alianza, para sellar nuestro pacto he de escuchar tu nombre"
    -"Ziel"
    -"Un nombre extranjero, en estas tierras se traduce como Alma"
    -"Si. Dime ¿Qué son estas tierras?"
    -"Son las ruinas de un paraiso infectado por la maldición de un ser que trae el caos y destrucción a nuestros corazones, este desierto es una muestra de lo que ocurrira si este odio no acaba"
    -"Parece no afectarte"
    -"Los espíritus somos los recuerdos de la destrucción de este mundo"
    -"Guíame por estas tierras, guíame hasta el origen de este mal"
    -"¿Por qué?"- pregunta curioso Pharos
    -"Quiero salvar este mundo, porque para eso he venido... soy la elegida por los Hechizeros de Ivania, según sus profesias, yo soy la llave de este mundo, soy aquella que unirá a toda una raza..."
    -"Entonces te guiaré hacia aquel que disturbia este mundo... hacia Ouroboros"......
     
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    No me imagino que relacion tendra Andrew con esta chica y el fantasma pero espero averiguarlo pronto,ya tenia un resto que no actualizabas(y mira quien lo dice)pero en si si te cerraban el fic lo podias habrir de nuevo,dejando eso de lado sospecho que esto sera una historia alterna,por lo pronto estso dos ya me dejaron una buena impresion..espero no te tome demasiado tiempo seguirle porque ya hecho de menos leer de tus escritos
    hasta el´proximo...:3
     
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    "El primer Caballero Okram"

    Parte 2:

    Como prometió Pharos, guío a Ziel a través de aquel basto desierto, llegando a las planicies de Xien-Tsu, dominios de las bestias donde se toparían con su primer obstáculo, el poderoso Leonidas, campeón entre las bestias, un poderoso león erguido como un humano, vestido con su túnica de pieles hecha de sus adversarios, brazaletes de hierro y su presencia intimidante.

    Pharos, quien no era recibido en ninguno de los reinos mantenía su presencia oculta en las sombras inadvertido ante los ojos de sus enemigos.

    Ziel mantenía su postura ante aquel formidable enemigo, con su espada desenvainada desafía a Leonidas a una batalla, sin embargo las intenciones de este eran otras, planeaba a toda costa tener a la muchacha como cena y agregar aquella espada a su colección victoriosa.

    -¡JAJAJAJAJA!- reía con gracia y ferocidad, mostrando sus dientes blancos y filosos, su esplendorosa melena que indicaba su autoridad -Eres una muchacha insolente, y se que tendrás buen sabor-
    -Antes has de vencerme en batalla- responde con firmeza la joven

    Con un estruendoso rugido, Leonidas comienza su cazería, sin embargo su presa se le había adelantado, venía directo a sus fauces. Leonidas extiende sus brazos con sus zarpas y con su mandíbula abierta cierra de golpe sus brazos pero Ziel rápidamente se tira al suelo de espalda en barrida pasando por debajo, y rápidamente con su mano se frena a si misma y girando apoya su pie y se da un impulso logrando cortar con su espada la pierna de Leonidas, pero sólo logrando una herida superficial con la cual la bestia pierde el equilibrio y cae arrodillado. Ziel entierra su espada y junta sus manos recitando unas extrañas palabras, el suelo comienza a brillar debajo de ella formándose con gran rapidez un emblema, el cual ya listo se posa debajo de Leonidas al momento de que ella apunta con su mano, este emblema paraliza a su enemigo dejándolo indefenso

    -El cazador se ha vuelto la presa- dice la joven aun sin terminar su ataque -"¡DIVINE PUNISHMENT!"

    El emblema que había paralizado a Leonidas comenzó a brillar con intensidad levantando una columna de luz sobre el con poder divino explotando en el acto. El polvo se disipo y ahí estaba lastimado pero aun en pie y muy furioso, su respiración agitada, típica de una bestia intimido un poco a la muchacha, pero no desistiría.

    -Jejejejeje, eso ha sido divertido niñita. ¡MORIRAS!-

    Leonidas se abalanza sobre a una gran velocidad casi imposible de esquivar para la muchacha, apenas bloqueaba con su espada en lo que desde sus sombras aparece una mano la cual golpea a Leonidas cegándolo en el acto, era la mano de Pharos que había acudido en su ayuda

    -Es tu momento Ziel- dice Pharos desde las sombras
    -Ni de bromas... no peleare con una desventaja como esa- dice Ziel rechazando la oportunidad ofrecida por Pharos
    -Jejejeje- ríe Leonidas -Que nobleza la de tu parte, eso no quita mis deseos de combatir, ahora te quiero como un buen trofeo, quizás hasta puedas ser mi pareja
    -Que asco- responde Ziel

    Leonidas quien estaba ciego, dejo de estarlo y continuo su feroz ataque, pero los movimientos de Ziel eran distintos, eras mas simples y efectivos, tanto que logro adentrarse en la ofensiva de Leonidas y con la empuñadura de su espada golpea la mandíbula de este levantándolo, rápidamente con su puño al frente y la espada mirando hacia abajo, entierra su arma e invoca otro conjuro a si misma -¡MegaWeapom!- Su aura se amplifico haciendo que fuerza física incrementase en creces. Leonidas se repone y le ataca pero sin problema Ziel le bloquea e inclusive le obliga a retroceder, ahora era ella quien atacaba con intensidad pero Leonidas no se rendía.

    -Eres bueno, lo admito... pero no puedo seguir con esto-

    La espada que Pharos le había otorgado comenzó a brillar con una intensa luz divina, pero extrañamente expedía una siniestra aura proveniente de Pharos. Ziel eleva su espada al cielo y la sostiene con ambas manos, mientras que Leonidas corría hacia ella y en el instante en que sus garras impactarían en ella, Ziel da un corte vertical liberando una fuerte energía que impacta directamente sobre Leonidas derrotándolo de una vez por todas, pero consumiendo gran parte de sus fuerzas.

    -¿Por qué?- pregunta Leonidas en el suelo aun con vida -¿Por que no mataste cuando pudiste?
    -Yo no he venido a estas tierras a matar, si no a liberar de esta maldad, mi espada no fue forjada con el fin de matar si no para proteger a aquellos que me importan... eres un guerrero formidable, lastima que tenga cosas que hacer. Vamos Pharos
    -Espera- dice Leonidas -Déjame ayudarte, reconozco tu fuerza y por ello quiero brindarte la mía para que seas aun mas fuerte -Con esfuerzo, Leonidas se pone de pie y le entrega una armadura con finas pero resistentes pieles de tigre albino que siempre llevaba en un bolso -Esto perteneció a un guerrero que dio su vida por mi, yo no puedo usarlo, no lo merezco, pero tu, tu si puedes cargar con ese honor
    -Lo aceptare- Dice Ziel tomándolo con agrado. Después de ponérselo, sintió una sensación similar a cuando recibió la espada de Pharos -Unión... Leonidas ¿querrías brindarme tu fuerza por el bien de mi contienda?
    -No lo pensare dos veces, contigo podre conocer a oponentes de gran calibre, considérate afortunada al tenerme en tu bando
    -Lo estaré- responde Ziel con una sonrisa
    -Así ya somos dos en tu bando Ziel- dice Pharos apareciendo desde las sombras de ella
    -¿Un espectro?... jajajaja este si que será un buen equipo
    -Pharos, Leonidas... descansemos esta noche, mañana continuaremos hacía Ouroboros....
     
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    "El primer Caballero Okram"

    Parte 3:

    La mañana llego y el trío continuo su camino guiado por Pharos, no fueron pocas las adversidades las cuales se les opusieron ante ellos, Bestias, espectros u otro enemigo que habitase cerca. Su camino fue largo hasta llegar a los esteros de Tauka, un inmenso lago tan grande que no se lograba ver sus limites, un lago con varios pantanos a su alrededor.

    -Según se cuenta entre mi especie- dice Leonidas -Aquí habita un espíritu mendigante que matará a quién ose cruzar este estero.
    -Esas son patrañas- contradice Pharos -Yo he vivido la creación misma de estas tierra y no he sabido de ningún espíritu errante con tales especulaciones
    -¿Cuanto es lo que has vivido exactamente?- pregunta Ziel de forma muy curiosa
    -Mas de lo que tu corazón necesita saber- responde este cortando el tema
    -Leonidas- dice Ziel -¿Puedes sentir algo? ¿una presencia que no sea del lugar?- la muchacha no dejaba de mirar a todos lados buscando algo que la inquietaba
    -Nada de nada, este lugar confunde un poco mis sentidos- responde el León, mientras que Pharos se mantenía en silencio en las sombras de Ziel
    -Algo se acerca- dice Pharos apareciendo en frente de Ziel para protegerle de aquella amenaza invisible

    Frente a ellos, en un estanque inmenso, las aguas pantanosas comienzan a enturbiar, y desde este emergen inmensos tentáculos los cuales provenían de una inmensa bestias cubierta por barro y las plantas del pantano. El grupo, cada uno con sus armas se contraponen ante este enemigo el cual parecía no afectarle los ataque. En eso Leonidas salta sobre la bestia y con sus poderosas garras la despedaza, la cual cae en pedazos dejando en descubierto a una pequeña niña. Esta asustada, eleva sus brazos y la bestia vuelve a cubrirle quedando intacta para continuar su batalla. Pharos y Leonidas estaban dispuestos a continuar, pero Ziel guarda su espada deteniendo a sus compañeros. Firme y muy tranquila se acerca hacia la bestia

    -Calma- dice la joven arrodillándose frente a la bestia sen dejar de mirarla y esta le amenazaba con atacarle -Lamento mi rudeza, sólo quiero hablar-
    -¿Quién eres?- pregunta la bestia con una tenue y pequeña voz, y con sus tentáculos sobre la joven, lista para atacarle
    -Soy Ziel, una extranjera que ha venido a salvar estas tierras- responde ella sin dejar de mirarle fijamente
    -¿Eres buena?- La bestia paulatinamente bajaba sus tentáculos mostrando un poco de interés, pero manteniendo una actitud tímida
    -Eso dependerá de lo que tú quieras creer, ven, déjame verte y también podrás verme
    -Yo... yo... ¿Yo puedo confiar en ti?- pregunta la bestia
    -Si, puedes confiar en mi- Ziel toma su espada y la arroja hacia Pharos quien la coge en el aire -Estoy desarmada ¿ Vendrás junto a mi?

    La bestia retiro sus tentáculos y su cuerpo comenzo a desmoronarce dejando a la vista aquella niña de cabellos y ojos azules, no tenía más de 12 años. Se veía frágil y abandonado, Ziel se levanta y se acerca hacia ella, la cual retrocedio un poco por el miedo, pero no se percato de lo rápido de Ziel la cual se arrodilla frente a ella y le abraza. La pequeña quedo anonadada

    -Has vivido mucho tiempo en la soledad, eres muy valiente y te admiro por ello, pero ya no tendrás que estar sola, ya no más. Desde ahora yo estaré a tu lado, sólo si tú me lo permites- Sutilmente le abraza con mas fuerza
    -Ziel...- la pequeña le abraza y comienza a llorar
    -¿Qué ha pasado?- pregunta Leonidas el cual miraba algo confundido
    -Aplicas mucho a tus instintos, no entenderás los sentimientos de los humanos. Por ahora ya no tendremos problemas con lugares como este
    -¿Por qué lo dices Pharos?- Pregunta Ziel con la pequeña a su lado
    -Ella no es humana, es una Mirida, hija de los mares, el resto no merece más explicación
    -Ya veo- dice Ziel mirando a la pequeña -Irá con nosotros. Además... siento que teniendola con nosotros será un gran aporte ¿Que dices pequeña?
    -Llámame Ana, y sí, haré lo que pueda- responde la pequeña con una sonrisa juvenil...

    A lo lejos, desde los aires, una mujer alada les vigilaba cautelosamente

    -Así que ella es la enviada por los viejos de Ivania, no lo creeré hasta que lo compruebe por mi misma.

    A su vez, desde un lugar aun mas lejano, una fuerza errante y maligna caminaba hacia ellos, un poder que se podría comparar con el mismísimo Ouroboros, una sombra caótica...
     
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    Después de la ociosidad con los dados de arriba, continuo con la perdida crónica de Dan. Aquí la cuarta crónica.
    Ahora con "El primer Caballero Okram" faltan 3 cap y después de ello continuar con la saga Echos. XD que disfruten.

    CRONICAS DAN: 04


    Han pasado años desde que volví a ver a ver a Caín, se veía bien, había escuchado rumores de un hombre muy fuerte, los cuales resultaron ciertos.

    Él llego a mí con la idea de que me uniera a su ejército, quería que fuese su mano derecha… tarde un mes en responderle, después de pensarlo bien, le respondí que “sí”, un sí que llevaría el inicio de un sinfín de tormentos en aquellos que me rodeaban.

    Deje a Freya en la casa junto a Mitsha, comencé a priorizar más mis objetivos que mi familia, había estado mucho tiempo sin probar el clamor de la batalla, un deseo del cual no avergüenzo, pero sí que detesto, el sentir la sangre de mis enemigos, y más aun la de los inocentes, sólo provoca que mis deseos aumenten.

    Partí junto a Caín. Juntos fundamos la Legión del Caos, en un principio no eran más que nuestras propias sombras las que nos seguían, y hasta ahora son esas las que están al lado de Caín. Con el paso del tiempo muchos se nos fueron uniendo, y así creció el ejército.

    Habían pasado ya 10 años, Mitsha era toda una pequeña demonio, mostraba signos de ser alguien grande, alguien con un futuro incluso mejor que el mío, sin oposición de Freya, Mitsha acepto ser mi alumna, de la cual hasta el día de hoy me enorgullece mencionarlo, la mejor de todas.

    Creció firme bajo sus propios ideales, me di cuenta que era más un demonio que una muchacha, había creado a un guerrero perfecto, un guerrero sin emociones, me horrorice de mi acto, era ver la viva imagen de mi hermano, una imagen que no creí conveniente. Sin embargo, aun bajo esa fachada monstruosa quedaba algo de humanidad, la cual sólo se mostraba frente a Freya y algunas veces frente a mí, eso fue hasta que sorpresivamente un viejo conocido se hiso presente, vistiendo un largo abrigo rojo, por alguna razón sus ojos ya no me provocaban nada, a diferencia de Mitsha quien cedió fácilmente ante él, ella le reconoció inmediatamente como alguien insuperable, encontré a aquel capaz de controlar al demonio que cree. Lao Shang-Lung acepto tener a Mitsha, y mi pequeña nieta se fue con él a Gaia. “Un estorbo menos” me dije a mí mismo. No la vi hasta unos años más tarde…

    De ser uno de los fundadores pase a ser el Primer General de esta legión, para mí fue un alivio, y también la oportunidad de actuar por mi cuenta, sin dejar de brindar mi ayuda a la legión.

    Junto a mi ejército y los otros que se crearon invadimos toda Tabatha, fue sencillo, ya que no había ejércitos ni reinos que se nos opusieran. En aquella invasión arrasé con el único imperio que significaba un impedimento, el imperio del Sol, en el desierto junto a al pueblo de Rusento. Fue una batalla exhaustiva, pero sobreviví dejando atrás sólo ruinas la cuales desaparecerían con las arenas del mismo desierto, y con ello traje un nuevo discípulo, el mejor que jamás hubiera querido tener, a pesar de que sólo era un muchacho de 17 años, mostraba determinación y fiereza, en especial su deseo de venganza hacia mí.

    Con mi viaje, adopte a dos pequeños más, una muchacha adinerada con un gran sentido de la justicia, y un joven licántropo con un incomparable orgullo. Este llegaría a ser uno de los más decisivos guerreros.

    Los años pasaron, y la legión pasó a ser un imperio en Tabatha, nuestro único límite era el mar y los Okrams que una vez conocí en sus inicios, pero esa es otra historia. Mis alumnos crecieron y se convirtieron en grandes caballeros, posibles generales.

    Con mi deber de General, había obviado a mi familia, o lo que quedaba de ella. Por cosas del destino termine cerca de lo que una vez fue mi hogar, y allí estaba ella aquella casa, vacía y no muy lejos había un pueblo que no recordaba. Revise la casa y luego fui al pueblo vistiendo un traje simple. Mi sorpresa fue grande, cerca de un pozo había una mujer de pelo corto, negro y liso, una mirada serena. “Freya” susurre en mi mente, de pronto un hombre se acerca a ella y le besa, comprendí de inmediato que era su pareja, por su mirada vi que era alguien de corazón puro, yo ya no tenía derecho de interferir en su vida, pero aun así frecuente la aldea, hasta el día en que nació mi segundo nieto… el pequeño Andru.
     
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    Especial 4: Cita

    El sol salía desde el horizonte iluminando las enormes murallas que rodeaban a los castillos de cada brigada, en especial el de la primera brigada. Desde el tejado de la torre este, en su jardín secreto flotante, Andru observaba complacido el alba, era uno de los pocos lugares en donde podía disfrutar la paz, o eso creía. Una voz familiar interrumpe su grandiosa vista

    -Es una vista maravillosa. Sabes, cuando Dan construyo este lugar, lo hiso pensando en las maravillas que podría observar, y si que estaba en lo cierto, logro una vista estupenda- dice Damián acercándose al lado de Andru
    -Sí que eres oportuno. Dime… ¿A qué te referías con lo de la otra vez?
    -Aun intrigado mí joven dragón… Ouroboros ¿Te suena?
    -No, nunca lo he escuchado ¿Quién o qué es Ouroboros?
    -Esa es una buena pregunta, pero dejare que la descubras por ti mismo cuando vayas a Echos. Cuando sepas quien es esa cosa, sabrás la verdad detrás de todo, pero sólo has de enterarte una vez obtengas a Basoetsha antes no, o todo será en vano
    -Hablas mucho Damián, eres tan ambiguo… es una de las pocas cosas que me agradan de ti, tu maldita personalidad misteriosa. Como sea Damián, ya es hora de que me marche, tengo una cita a la que atender
    -Alice es una muchacha muy afortunada, o quizás tú seas el afortunado
    -Sí, tienes toda la razón, yo soy el afortunado por tener a alguien así como ella, pero…
    -¿Pero qué?- pregunta Damián al ver la pausa de Andru
    -Eso es algo que tú sabes bien. Nos vemos Damián- dice Andru retirándose del lugar.

    Esa misma mañana en el castillo de la cuarta brigada, Alice se ponía en marcha hacia aquel lugar que acordó con Andru, estaba algo ansiosa, después de todo, era la primera vez que salían juntos en algo que no tuviera que ver con la legión.
    Alice llego al lugar del encuentro pero no vio a nadie, espero un rato mientras jugaba con su pelo, y balanceaba la canasta con comida, pero nada. Por alguna razón decidió mirar hacia arriba y ahí estaba él, acostado en la rama del árbol muy tranquilo y observándola complacido

    -¿Cuánto tiempo llevas ahí?- pregunta Alice algo descontenta
    -Lo suficiente para saber que tienes una manía con tu pelo, te ves linda haciendo eso, aunque deberías tener cuidado con la canasta, no vayas a voltear algo ahí adentro
    -No fastidies- responde Alice avergonzada -¿Qué esperas? Baja de una vez por todas
    -¿Por qué tan impaciente?- le pregunta Andru al bajar del árbol –Je, realmente luces hermosa con ese vestido, deberías de usar mas vestidos que uniformes o armaduras, realmente te asientan
    -No sigas ¿Quieres? Me apenas- su rostro estaba rojo
    -Como digas mi pequeña damisela- Andru le quita el canasto y le toma la mano llevándosela a un lugar especial

    Ambos caminaron por un largo rato entre las sendas de la zona hasta llegar a una montañas que rodeaban todo el lugar, el camino había terminado, o eso pensaba Alice hasta que Andru le guio a una pequeña cueva oculta entre matorrales. Al llegar al final de esta había una pared en la cual una cerradura idéntica a la de la puerta que protege la habitación de Andru, en la cual este inserta la empuñadura de Valefort y aquella pared se abre mostrando un pasadizo. Al final de este un pequeño valle oculto a los ojos del mundo encerraba una belleza inigualable, Alice estaba impresionada.
    Era un valle dentro de las montañas, cascadas artificiales caían desde pilares hecho por los antiguos arquitectos, un sinfín de flores que Alice nunca había visto en su andar por Tabatha. Al igual como una niña corrió hacia el lago donde morían las cascadas. Era un pequeño pedazo de paraíso terrenal que sólo ellos estaban disfrutando

    -Esto es hermoso- dice Alice mientras daba vueltas de felicidad
    -Es uno de los tantos secretos de Tabatha- dice Andru mientras caminaba hacia ella
    -¿Cómo encontraste este lugar?- pregunta la entusiasmada Alice
    -Un día, leyendo los diarios que dejo mi abuelo en el castillo, descubrí el jardín flotante de la torre este, me costó un mundo el poder abrir la cerradura, casi la rompo.
    -Eres un bruto, pero dime ¿Qué es un Jardín flotante?- pregunta Alice mientras en su mente se imaginaba plantas volando por doquier
    -Se llama así porque está en la altura y no en la tierra como debería. Es un pequeño jardín con un lago artificial, y a un lado de este hay un mirador que da justo a este lugar, por lo que decidí investigar y encontré aquella ruta que tomamos. Trato de mantenerlo en secreto, no me gustaría que se perdiese esta belleza
    -Sí, sería un horror el que desapareciese todo esto- Alice comienza a recorrer todo el lugar tratando de captar tal belleza con sus ojos –Andru- Dice Alice deteniéndose frente a lo que era una lápida -¿A quién pertenece esta lápida?
    -Esa…- Andru se acerca al lado de Alice y se arrodilla frente a la lapida –A nadie, es sólo una piedra tallada con las inscripciones “El Arquitecto del Tiempo”… esa es la marca que deja Raetza a sus obras
    -¿Raetza? ¿El hiso este lugar? ¿Cómo?- Alice no dejaba de preguntar
    -No lo sé. Tengo entendido que su profesión es Mercader de las Sombras, pero también que hace pequeños trabajos como estos, o eso creo
    -¿Pequeños?- dice Alice con una cara de ironía –El tiene un gran don
    -Sí, pero no se compara a tu belleza
    -Gracias, lástima que no pueda decir lo mismo de ti
    -Jajaja, los hombres no somos bellos, somos atractivos
    -Si tu, el príncipe de los atractivos
    -Y usted la reina de la suprema belleza

    Ambos comienzan a reír, en eso Alice le da la espalda a Andru y se acerca al lago que había en frente de las cascadas artificiales, mientras tanto, sentado junto al canasto, Andru la observaba fijamente, su mirada no se despegaba, y más aun al ver que Alice se quito el vestido quedando en paños menores. De espalda, Alice mira provocativamente a Andru, se voltea y salta al lago en el cual nada un poco y luego queda flotando de espalda disfrutando los placidos rayos de sol.
    Andru se acerca a la orilla, y se sienta en una roca, no dejaba de observarla

    -Sabes, esta es la segunda vez que te veo así y no dejas de encantarme
    -¿Y lo dices tan abiertamente? Te has vuelto algo descarado Andru, un total pervertido
    -¿Yo? ¿Descarado y un pervertido? Jajajaja, Mira quien lo dice, ya estás en el agua semidesnuda y provocándome para que me una a tu lado
    -jajaja ¿y qué esperas? ¿Una invitación mi señor de los atractivos?

    Con una sonrisa Andru se desviste y salta al agua junto a Alice, los cuales comienzan a nadar por el lago, donde Andru trataba de atrapar a Alice, pero esta escapaba de él. Así se mantuvieron un rato, hasta que el logro atraparla por la espalda, abrazándola por los hombros con delicadeza, Alice sujeta el brazo de Andru y apoya su rostro en ellos como si estuviese envuelta en un manto cálido, se voltea y besa a Andru quien no la dejaba, era primera vez que tenían una oportunidad para ellos y pensaban desperdiciarla, en especial Alice, quien sonríe y lanza agua en el rostro de su amado y sale huyendo sin parar de reír, Andru se sacude y va tras ella. Después de un rato ambos estaban tirados de espalda sobre el pasto. Alice se levanta y mira a Andru fijamente, pero luego desvía su mirada, su rostro estaba rojo, más de lo usual, vuelve a mirar a Andru seriamente, se veía determinada

    -¿Pasa algo Alice?- pregunta Andru no captando la situación
    -Eres tan inocente
    -Alice… jejejeje, ¿Inocente? ¿Yo?- Andru se sienta al lado de Alice –Si no he hecho nada, es porque no tengo la intención de ofenderte- una sonrisa maliciosa se dibuja en el rostro de Andru –Aunque no niego que te he deseado de muchas formas, pero me he contenido, aunque ahora pareces querer provocarme. Si que eres una pervertida
    -¡¿Qué?!- dice Alice toda sonrojada –Tu, tu, tu eres un….– suspiro -¿Qué tiene de malo querer sentirte? El solo pensar que te iras de viaje y no te veré por mucho tiempo, me hace sentir sola, aun teniéndote aquí este sentimiento me invade, yo…- Andru la interrumpe con un beso y la mueve hacia el abrazándola –Andru- dice Alice dejándose llevar

    De la espalda de Andru sale sus dos alas de dragón y la cubren por completo, una paz rodea a Alice, se sentía protegida, tan cercana a él

    -Creo que me hare adicta a esta sensación- dice Alice sonrojada
    -¿Te refieres al hecho de que tendremos relaciones?
    -Idiota pervertido, hablo de estar rodeada de tus alas, me calma, y sí, creo que también a lo otro
    -Jejeje- Andru besa a Alice y ambos se dejan ir con el momento

    Era la tarde, Andru estaba apoyado de espalda a un árbol y sobre su pecho descansaba Alice de espalda a él, cubierta por las alas de dragón, de pronto su estomago ruge al igual que el de Andru, ambos se miran y ríen.
    Con un pequeño mantel en el suelo, Alice comienza a sacar los aperitivos que había preparado esa mañana

    -¿Tú cocinaste todo esto?- pregunta Andru al ver lo bien que se veía la comida
    -Obvio, aunque no lo parezca, soy una buena cocinera y no creerás quien fue mi maestro- dice Alice con una dulce sonrisa
    -¿Quién?- pregunta Andru mientras se echaba un sándwich a la boca
    -Por lo menos espera a que termine de sacar las cosas. Mi maestro fue mi padre, el no sólo me enseño a pelear, también me enseño labores domesticas. Ahora que lo pienso ¿Por qué sabe hacer cosas como esas?
    -Sibl…
    -Termina de tragar- le reprocha Alice
    -Perdón, pero es que esta muy delicioso- tomando otro sándwich- al igual que yo, tuvimos al mismo maestro, mi abuelo siempre dijo que el saber combatir no lo era todo, saber algo de medicina, labores domesticas, o simplemente culturizarse bastaría para poder desenvolverse
    -Que interesantes palabras, bueno hora de comer

    Con una botella de vino y algunos otros aperitivos ambos pasaron un buen rato hablando y disfrutando los manjares de Alice.

    El sol descendía y aquel santuario comenzaba a oscurecer, pero ninguno deseaba irse aun

    -Andru- dice Alice muy bajo –Por esta noche, permíteme acapararte, quedemos aquí
    -Hará frio
    -Con tu cuerpo me basta
    -Jajaja, como quieras, además no eres la única que desea permanecer aquí acompañado
    -Tienes razón. Por cierto Andru… ¿Seguro que yo fui tu primera vez?- pregunta Alice matando el ambiente
    -¿Por qué preguntas eso?- responde Andru con otra pregunta algo descontento
    -Es que en la forma en que lo hacías, parecías tener bastante experiencia- dice Alice con la mano en la cara y mirando a otro lado, estaba algo sonrojada
    -Te digo que tu eres la primera, además puedo darme el gusto de preguntarte lo mismo, te movías como si supieras que hacer, tanto que con seguridad dirías que eres una salvaje
    -¡¿QUÉ?!- aclama Alice sorprendida y ruborizada a la vez -¡t… tu…! ¡TU ESTUPIDO PERVERTIDO!- Alice empuja a Andru con fuerza haciendo que este cayera
    -¡Ahh! Eso dolió- Con la mano en la cabeza sobándosela por el golpe –Como sea, hagamos que esta noche sea memorable…- de pronto el rostro de Andru cambia a una expresión de desagrado mínimo -oye ¿Qué haces?
    -Bebo- dice Alice tomándose una botella de buen vino que había recibido de parte de Amy, y en la otra mano, una botella de Vodka.
    -¿Y por qué haces eso?
    -Porque lo deseo, además no creas que con lo de la tarde me conformare, te mostrare que no soy una salvaje
    -(Joder, se ha prendido un poco) No me queda de otra, por esta vez, cumpliré tus caprichos-

    Andru se acerca y le quita la botella bebiéndosela él, dejándola a un lado se abalanza sobre Alice quien le abraza y así seguir con felicidad.

    A la mañana siguiente, frente al castillo de la cuarta brigada, Andru se despedía de Alice, la cual se veía triste. Con un último beso, Andru regresa a su castillo donde sus dos compañeros le esperaban

    -Parece que estuvo entretenido- dice Max con su seriedad de costumbre
    -Sí, lo pase bien, tanto que me hace querer arrepentirme de ir a Echos- dice con una sonrisa –Pero tango un cumplir, me iré a preparar y partiremos
    -No tardes- dice Tatiana riéndose por la situación
     
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    Y con esto dejo al día mis cuentas, si no fuera por la universidad y el trabajo, avanzaría mas que rápido. Bueno espero que hayan disfrutado XD
     
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    CRÓNICAS DAN: 05[FINAL]

    Con el nacimiento de Andru, me plantee a mi mismo que era lo que había sido de mi vida. Sentado frente a lo que fue mi casa, viendo plasmado en ella vivos recuerdos de mi llegada, de cuando conocí a mi mujer, de los días y noches que pasamos junto, del día en que Freya nació y muchos otros.

    ¿Qué era lo que me había alejado de aquella vida? ¿Qué era lo que me cambio? Preguntas que no demore en responderme y cuyas respuestas quedaron en lo más profundo de mi corazón. Ya era hora de dejar las riendas, ya habían pasado 600 años desde que nací, 600 años en los cuales he dejado mi marca la cual no ha sido placentera ni para Gaia y a este mundo. Ahora heme aquí, con mi mirada perdida en el pasado. Ya había pasado tiempo desde que no sonreía, pero aun me sentía solitario, me lo merezco de alguna forma.

    Aquella noche, aun frente a mi casa, meditaba sobre mis actos, hasta que un amigo me interrumpe, era Arthur.

    -Es extraño el verte así mi señor- me dijo mi pupilo
    -Más no el que tú llegases- le dije fríamente
    -¿Pasa algo?- Arthur en todo momento se mostraba preocupado, después de todo fui como un padre para él. No lo culpo
    -Quiero que seas el primero en saberlo- le dije con una actitud seria –A partir de hoy, ya no pertenezco a la legión- con esas palabras Arthur me miro en silencio, el parecía entender mi situación
    -Espero que encuentre la paz que ha buscado, a pesar de todo el odio que pude guardar en mi corazón, no tengo remordimientos contra usted, lo respeto mucho e incluso lo considero como un padre para mí, cuídese, y téngalo por seguro que Shana y Hans lo comprenderán.
    -Desde ahora somos enemigos, recuerda las reglas, ninguna piedad contra los traidores
    -Lo hare, pero por ahora fingiré que no le he visto. Pero descuide, siempre respetare a aquellos cercanos a usted. Hasta siempre, mi maestro
    -Que tengas un buen futuro, mi joven estudiante

    Esa fue la última vez que vi a Arthur, tiempo después se convirtió en general, al igual que otros dos estudiantes, me sentí orgulloso de escucharlo.

    Han pasado 6 años desde que abandone a la legión, hoy es el día en que tengo que voy al pueblo por víveres. En la posada, como de costumbre, el dueño me tenía preparado las cosas, y por casualidad del destino me tope con el pequeño Andru, era tan pequeño y puro, vi en el los ojos de mi difunta amada, aquellos ojos sinceros los cuales no pude evitar, pero yo no tenía derecho a involucrarme, tome mis cosas y me marche. Esa misma tarde los soldados del caos arremetieron con la aldea. Corrí lo más rápido que pude, pero llegue tarde, Freya ya había sido asesinada, por lo menos logre salvar al pequeño. Quizás esta es la forma en que el destino quiso que yo enmendara mis errores, no dude y lo lleve conmigo.

    -El resto es historia, a juzgar por las lunas y por lo que el viento me ha dicho, en poco tiempo volverá de su viaje. ¿Le esperaras o te irás otra vez? Recuerda que el ya te ha visto
    -Lo sé- responde una mujer muy bella de ojos plateados –Pero de momento prefiero no verle, creo que será lo mejor. Me alegro que por fin accedieras a contarme tu historia abuelo. Ya es hora, nos vemos- dice la muchacha la cual desaparece
    -Cuídate, y gracias por tu compañía Mitsha…
     
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    Y con esto doy fin a las crónicas de Dan, quizás en su momento de inicio a las de Arthur u otro personaje que lo requiera, pero bueno XD por fin termine una parte de esta historia (de alguna forma tenia que atar los cabos y no podía dejar a Andru con todo el crédito)

    Bueno, pronto me reportare con mas novedades y continuar con la trama original (me estoy pareciendo a Naruto y Bleach con tanto relleno XD)
     
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    "El primer Caballero Okram"

    Parte 4:

    Con esta nueva integrante, el grupo continúo su camino hasta llegar a lo que era una colina muy particular, de la cual se podía apreciar el centro del continente, un lugar en donde aguardaba el mal absoluto. Una inmensa nube negra cubría todo el terreno mostrándose gris y marchito.

    -Ese es el nido del eterno- Dice Pharos quien aparece a un costado de Ziel -Allí aguarda el ser que buscas
    -Así parece...
    -¿Tienes miedo?- Pregunta Leónidas
    -¡Ella no tiene miedo león tonto!- le reprocha Ana
    -Mocosa ¡No me obligues a ponerte en tu lugar!- grita Leónidas
    -¡Quiero verte intentarlo!
    -¡BASTA!- grita Ziel calmando a todos -De que tengo miedo, lo tengo, pero ese no es motivo para abandonar, soy fuerte, pero más aun por que los tengo a ustedes a mi lado
    -¿Fuerte?- dice una voz femenina desde el cielo. Todos miran hacia arriba -No pareces gran cosa para ser la elegida por los viejos de Ivania, sólo eres una mocosa imprudente y tonta al pensar que podrás derrotar al poderoso Ouroboros
    -No lo sabré hasta intentarlo. Y por favor, llámame Ziel
    -Ziel... jejeje, lindo nombre- la mujer desciende hasta estar frente a Ziel, sin que ella se moviese y siempre seria, la mujer toma el rostro de Ziel y coloca su rostro muy cerca del de ella -Siento el temor que mencionas, siento la sobre confianza que expresas, pero siento que tu vida no está al máximo y ello se debe a que confías en tú misma- La mujer da un leve salto hacia atras
    -Eres muy perceptiva, ¿cuál es tu nombre?
    -Aeon, una enviada desde Arcadia, nosotros somos los únicos que no fuimos infectados por la maldad de Ouroboros, pero solos no somos nada contra él. Los magos nos dijeron que vendría un salvador, pero me siento decepcionada al ver quien
    -Lamento no cumplir tus expectativas
    -Lo tienes que lamentar, porque siendo quien eres no podrás vencerle
    -¿Qué hace pensar eso?- Pregunta Pharos algo preocupado
    -Tú lo debes saber muy bien espectro del infierno, ¿o me equivoco Pharos de Matoya?
    -No, estás en lo correcto- asienta Pharos
    -Es decir- irrumpe Ziel -Todo este tiempo, todo lo que hemos pasado... ¿Fue una mentira? ¿Nunca tuve la oportunidad de ganar?
    -Nunca...

    Todos aguardaron silencio, Ziel se mostraba desconcertada, para ella quien llevaba una gran carga en sus hombros, el escuchar esas palabras solo significo la caída de su moral. Sin importar nada, comenzó a caminar en dirección a su destino, Tanto Aeon como Pharos se interpusieron, pero ésta no hiso caso y con ella le siguieron Leónidas y Ana, dejando a los dos que estaban en contra

    -¿Qué tratabas de conseguir Pharos?- dice Aeon
    -Nada... sólo ver hasta donde llegaba el potencial de esa chica
    -Idiota. Pero por lo menos pude comprobar lo capaz que es, lástima que no es suficiente para ir contra Ouroboros.
    -Sigo pensando lo contrario, a pesar de que la realidad sea otra
    -¿Qué te hace pensar en ello?
    -No lo sé.

    A lo lejos, Ziel había avanzado bastante hasta llegar a una inmensa planicie llenas de árboles muertos, un ambiente lúgubre y desahuciado, tanto Leónidas como Ana se sentían inseguros, mas no ella permanecía firme, o eso es lo que disimulaba. Su camino se vio entorpecido por una inmensa cadena de montañas, era su último obstáculo para llegar al centro del mal, en eso, aquellos dos que se oponían, le esteban esperando en frente a un túnel

    -Pensé que no era capaz- dice Ziel de forma sarcástica
    -No lo eres, pero eso no quiere decir que no puedas…- dice Aeon –Te brindaré mi ayuda de todos modos
    -Gracias- dice Ziel algo apenada
    -Detrás de esto- irrumpe Pharos –Se encuentra la guarida de Ouroboros, una vez dentro ya no habrá vuelta atrás
    -Lo sé… ¿están dispuestos a seguirme?- pregunta la joven, y como era de esperar todo asintieron, pero aquel ánimo se vio irrumpido por la voz de un hombre de armadura negra con una presencia siniestra
    -Son los primeros seres vivos que veo en días, será un placer jugar con ustedes jejejeje….
     
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    ¿Quién sera ese hombre de armadura negra? ¿Qué pasara con nuestra heroína y sus compañeros?
    Todo se sabrá en la quinta parte. (parezco locutor de serie americana jajaja)
    Con esto restan dos capitulos mas de "El primer Caballero Okram", y así dar paso final a este relleno el cual les servirá para entender un poco mas la historia de ciertos personajes que ya no están y que aparecerán XD
     
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    Parte 5:

    Al cruzar el túnel, el equipo nuevamente conformado se vio irrumpido por un extraño hombre de armadura negra, una armadura que imponía presencia y respeto como a su vez temor, una presencia intimidante y acechadora, con unas obvias intenciones de matar

    -Son los primeros seres vivos que veo en días, será un placer jugar con ustedes jejejeje
    -¿Quién eres?- Pregunta Ziel algo intimidada
    -¿Por qué tan asustada? ¿A caso te provoco pavor? Si es así entonces me equivoque con mis presentimientos
    -No tenemos tiempo para juegos- dice Aeon algo molesta
    -Espera Aeon… ¿Cuál es tu nombre Dragón?- dice Ziel sorprendiendo al caballero
    -Al parecer no me equivoque. Eres una niña prodigio Dime ¿Te gustaría tener un duelo?- pregunta el caballero haciendo una reverencia
    -Ziel, déjanos esto a nosotros- dice Pharos

    Los compañeros de Ziel se prepararon y atacaron al caballero, pero este con un desplante único esquivo cada ataque y con sus manos las cuales estaban cubiertas nada más que con guantes bloqueaba los poderosos golpes del grupo. Ziel miraba tranquilamente, analizando cada movimiento.

    El caballero en un tenue salto hacia atrás es atacado de frente por Leónidas, con una habilidad inesperada se deja caer al suelo quedando debajo de la bestia y con su espalda se da un impulso, aprovechando el movimiento hacia atrás, sus pies se apoyan en el estomago de Leónidas y lo lanza al aire mientras que con sus se da un impulso y se eleva por los aires donde le esperaba Aeon la cual comienza con una ráfaga de flechas las cuales caían al suelo en pedazos por una extraña espada de gran tamaño, en eso lanza una cadena y acerca a Aeon hacia si donde le golpea en el estomago y la azota contra Leónidas el cual se estaba levantando, al tocar el suelo, expulsa un extraño poder sobre Pharos inmovilizándole en el acto. Ana no pudo moverse por el miedo de este adversario.

    -Eso es suficiente- dice Ziel corriendo hacia el caballero

    Ziel desenvaina su espada y le ataca siendo bloqueada por la gran espada del caballero, a pesar de su tamaño la blandía con gran facilidad, pero la joven no se precipito y continúo con su ataque calculados, ya sabía de lo que era capaz su adversario

    -Eres fuerte- dice el caballero –puedes llamarme Dankalius- dice durante el combate
    -Ziel, la elegida para matar a Ouroboros- responde con algo de esfuerzo por la constante presión de parte del caballero, aquella espada era muy fuerte.

    Hubo un intercambio mutuo de espadazos que no acertaban en su adversario, pero el resultado era evidente, Dankalius era más fuerte que ella

    -Con ese poder jamás vencerás a esa basura de Ouroboros, morirás antes de acercártele
    -No importa, porque moriré en mi ley
    -¡Idiota!- golpea con fuerza Dankalius a la joven obligándola a retroceder contra su voluntad –La vida no es algo que se tire tan fácilmente a la basura… el orgullo no vale nada una vez muerto ¿Qué pensará tu familia?
    -Yo no tengo familia, soy la única que vive de mi clan
    -¿Qué no tienes? Eres una cría sumamente estúpida- Dankalius guarda su espada –No vale la pena pelear con alguien que no tiene deseos, y menos que no valora lo que tiene
    -¿Te vas así nada más? No lo permitiré- la joven le ataca pero el caballero con su mano desnuda sostiene la espada y con una facilidad inigualable la quiebra por la mitad
    -Esa espada era el sustento que tenias. Aunque no lo creas tienes una familia, y es aquella- apuntando a los derribados –Cuando entiendas el valor de las cosas dejare que te enfrentes a ese monstruo
    -¿Por qué te preocupas tanto?- le reclama la joven
    -Me recuerdas a mí, a mis errores y niñerías que hacía, conozco el sentimiento de perder a todos, pero tú les tienes
    -Tú… otra oportunidad, por favor, sólo una más- dice la joven seriamente
    -Toma- dice lanzando una espada envuelta en una funda dorada –Esa espada busca a un dueño y creo que tú eres la apropiada-

    El caballero guarda su gran espada y saca una de menor tamaño, se veía frágil pero de un aura temible, con su bella figura plateada deslumbraba a los presente. En cambio la joven toma la espada que Dankalius le dio, al desenvainarla, un filo plateado con adornos dorados y una inscripción en lengua antigua reaccionaba ante la muchacha

    -Valefort es la espada que empuño en mis manos, la espada que nunca teme, y su hermana, la que llevas en tus manos, es Alefort también llamada La espada del Emperador Caído, cuando aquel herrero las creo, para tu espada usó la sangre del emperador dragón que murió hace años atrás, a diferencia de Valefort que lleva la esencia de un héroe desconocido. Ahora, muéstrame de que eres capaz Ziel

    Ambos chocan sus espadas, una gran fuerza se libera, fue una batalla corta pero emocionante la cual termino con una victoria inminente de Dankalius.

    -Toma- entregándole un frasco que contenía un extraño líquido –Añádele una gota de sangre de cada miembro de tu familia, ponlo al fuego y bébelo caliente, después de ello serás capaz de enfrentar a Ouroboros
    -¿Cómo me ayudará eso?- pregunta curiosa la joven
    -Confía en mí… por ahora, sólo descansa, será una batalla complicada
    -Gracias… atesoraré tu regalo
    -¿Regalo? Míralo como un legado para ti y tus descendientes, y el signo de tu victoria

    Dankalius se quita el casco dejando ver su rostro, era un hombre de 40 años, de cabellos negros y unos profundos ojos plateados

    -Ganaré- dice la joven sonriéndole
    -Lo sé…- Dankalius se coloca el casco y se va del lugar…
     
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    TIPS TIPS TIPS y mas TIPS XD (solo relleno para que no se cierre el post)

    Algo acerca de los 5 Caballeros Okrams

    Nombre: Russaj
    Raza: Humano/Lider
    Arma: Espada Okrams (Alefort)
    Detalle: Un arma con un poder inigualable, su origen se remonta antes de la creación de los Okrams, y esta fue otorgada por Dankalius a Ziel

    Nombre: Pharos
    Raza: Espectro/Puesto 2
    Arma: Caja de Armas
    Detalle: Una pequeña caja que contiene una infinidad de armas malignas

    Nombre: Baku
    Raza: Bestia Leon/Puesto 3
    Arma: Garras del Rey
    Detalle: Inmensas garras que cubren sus manos, su filo es comparable con el de Valefort

    Nombre: Elena
    Raza: Marina/Puesto 4
    Arma: Lanza de Seiryu
    Detalle: Una lanza plateada con adornos azules, su habilidad se basara en su portador, en este caso, agua

    Nombre: Icaro
    Raza: Arcadia/Puesto 5
    Arma: Arco de Apolo
    Detalle: Un inmenso arco plateado con adornos dorados reflejando el emblema del sol

    Bueno, dejo esto como un pequeño indicador XD, ya pronto me pondré al día. XD
     
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    Parte 6:

    Después de aquel enfrentamiento contra el poderoso caballero Dankalius, el equipo descansaba bajo la luz de la luna junto a una fogata, era una noche cálida a pesar de las tenebrosas presencias que emanaban de los alrededores. A pesar de la gran derrota, todos se mostraban tranquilos. Esa noche entre sueños, Ziel se hallaba en un lugar desconocido de su alma, era la viva imagen de su hogar en la isla de Ivania, en aquel pueblo campestre que convivía con los poderosos hechiceros.

    -Que recuerdos- dice la joven parada admirando el paisaje, sintiendo el viento que acariciaba su cuerpo, en eso una figura cubierta de una armadura dorada, muy fina y con hermosos diseños similares al de la espada, aquel ser cubría su rostro con un casco que solo dejaba ver sus cabellos plateados.
    -Sí que es una buena vista- dice aquel ser. Con una tranquilidad como ninguna se quita el casco dejando ver su rostro, era un joven moreno de ojos dorados adornado por su cabellera plateada, era apuesto a los ojos de Ziel –Soy Alefort, pero puedes llamarme Al si gustas
    -Ziel, me llamo Ziel, un gusto. ¿Sabes que es este lugar?- pregunta la joven
    -Es tu corazón, y un hermoso corazón diría yo
    -Gracias…
    -Esta no se la única vez que nos veamos, habrá muchas, pero antes de eso tienes que despertar- Al decía cosas que Ziel no lograba comprender
    -¿Desper… tar? No entiendo- mostrando un rostro de desconcierto
    -Mi nombre es Alefort, la espada del Emperador Caído, aquel que libera el dominio eterno, mi poder es tu destino, si confías en ti- decía Al con una gran confianza la cual contagiaba a Ziel –Si realmente confías en ti, no habrá duda alguna que mi poder será liberado, después de todo, mi único propósito es hacer caer a los regentes para que uno nuevo surja, he de ahí mi apodo
    -Un apodo algo macabro… pero creo que tienes razón. Gracias Al, gracias
    -De nada… ahora debes volver a la realidad

    Ziel despierta de su sueño y ve que los demás se estaban preparando, ella no demoro en levantarse y vestir su traje, asegurando firmemente a Alefort a su cintura. Ya el lista ella y el grupo, antes partir, cada uno vierte una gota de su sangre en aquel elixir entregado por Dankalius, el cual toma un color carmesí opaco, Pharos prende una fogata y Ziel deja el frasco dentro del fuego, aquel líquido se torno plateado y extrañamente el fuego se extingue. Ziel sin miedo toma el frasco el cual estaba frio. Ya estaban listos, Ziel con su espada y el elixir en su bolso, y el resto con su disposición parten hacia Ouroboros.
    Fue un viaje tranquilo con algunos enfrentamientos, todo fue así hasta llegar a los portones de Moebius donde se encontraba el esbirro más leal de Ouroboros, Phobos, un demonio que transmitía miedo y horror a sus víctimas. Era un ser de 2 metro de alto y muy delgado, vestía una toga desde su cintura hasta los tobillos, y sobre su torso desnudo llenos de marcas rojas que representaba el horror mismo; sus manos cubiertas de guantes plateados con el emblema de su maestro de los cuales habían inmensas garras, su mirada perdida incomodaba a los presentes.

    -¡Jajajajajajaja! Victimas para el maestro Ouroboros ¿Estáis dispuesto a ser mis sacrificios?- decía irónicamente Phobos, una expresión intimidante se reflejaba en su rostro
    -¡Nunca!- responde Aeon lanzando una ráfaga de flechas las cuales fueron detenidas con otra ráfaga de flechas las cuales explotaron en el aire. Era una mujer de cabellos almendrados, con un traje de cazadora silvestre y un gran tatuaje en su brazo izquierdo del emblema de Ouroboros, en su mano derecha portaba un arco de similares características que las garras de Phobos –¿Otro más? ¿Quién eres?- reclama Aeon
    -Yo soy Artemisa, la vigilante de los páramos y un fiel sirviente del amo Ouroboros. Espero que no te moleste mi presencia Phobos
    -Para nada, entre más seamos, mas temor infundiremos y mas fuerte seré- decía Phobos con una macabra sonrisa
    -Lo sé. Deimos y Enios esperan a tu llamado, por si les necesitases- Artemisa se mostraba más que segura
    -Como si les necesitásemos, contigo aquí nos basta ¡A PELEAR! JAJAJAJAJA

    Phobos salta del portón y es bloqueado por Leónidas el cual le obliga a retroceder, pero Phobos no le importaba y prosiguió su ataque, esta vez enfocado a plenitud contra Leónidas, mientras que Aeon desviaba la atención de Artemisa

    -¡Ziel, No te preocupes por nosotros, sigue adelante!- gritaba Aeon quien bloqueaba los ataques de Artemisa.

    Ziel algo impotente no le quedo más que aceptar y seguir adelante junto a Pharos y la pequeña Ana.
    Corrieron por un camino algo peligroso, lleno de trampas naturales. A sus alrededores, inmensas ruinas de lo que era una antigua civilización la cual demostraba ser abatida por el tiempo y estragos sin explicación alguna para la muchacha.
    Mientras corrían hacia el frente, el sonido de la batalla desaparecía y a lo lejos se lograba ver el Palacio de Ouroboros, pero su camino no duraría mucho, fueron interceptados por otros dos guerreros, ambos con el emblema de su maestro.

    -Veo que mi hermano no fue lo suficientemente apto- dice un hombre que vestía igual que Phobos, era más pequeño y sus marcas eran azules las cuales, en su mano derecha cargaba una gran lanza plateada y en la izquierda un escudo circular con el emblema del ciclo infinito y a su lado una mujer cuyo cuerpo cubierto por una armadura, cargaba en su espalada una extraña caja casi como un morral de hierro en el cual llevaba una infinidad de armas ante los ojos de los presentes- Enios, acabemos con los restantes
    -Como digas hermano Deimos- dice la muchacha sacando un par de látigos los cuales agita contra Ziel pero son bloqueados por Pharos
    -Ziel- dice Pharos- yo y Ana continuaremos con estos dos sujetos
    -¿No…. Nosotros Pharos?- dice Ana muy asustada
    -Ana, no es momento para dudar, muestra el orgullo de los Marines- Pharos inspiraba a su pequeña compañera
    -¡Sí!- alrededor de ella una gran muralla de agua se eleva y la cubre creando una bestia de agua y Hielo muy amenazadora
    -Chicos, discúlpenme, no dudaré, venceré por todos- Ziel dabas sus palabras de aliento que motivaban a sus compañeros
    -No te preocupes- decía la pequeña Ana con una fuerte voluntad

    Pharos y Ana retuvieron a los dos contrincantes mientras que Ziel corría con fiereza hacia el palacio. Al llegar, si delicadeza alguna derriba la puerta del palacio, para su sorpresa no había nadie, estaba oscuro, apenas iluminado por unos candelabros en los cuales ardía una extraña llama azul. Ziel muy precavida, camino a paso firme pero precavido, atenta a cualquier desengaño del lugar, pero nada de nada hasta llegar al salón principal, un trono y en este nadie. Ziel miro extrañada, asustada por la posible amenaza, pero nada, el lugar estaba vacío. Ziel camino hacia el trono, se sentía decepcionada y confusa, e inconscientemente se sentó en aquel vacio trono, dejando que su cuerpo se relajara en este

    -Es increíble lo lejos que has llegado- dice una voz en la habitación, Ziel miraba a todos lados desde el trono pero no divisaba nada hasta que un hombre de traje negro aparece por entre los pilares, aquella extraña apariencia fuera de lugar, y esos extraños lentes negros
    -¿Quién eres?- pregunta Ziel aun confusa
    -¿Yo?, je, mi nombre es Damián, aquel que controla el libro del destino, el mismísimo pilar del equilibrio, sin mí, todo esto no existiría, pero bueno, no estamos aquí para hablar de mí, sino de ti mi querida soberana
    -¿Soberana? ¿De qué demonios hablas? Dime ¿Dónde está Ouroboros?
    -¿El? No me digas que… jajajajajaja- Damián no paraba de reír lo cual molestaba a Ziel, pero de pronto esta se calmo, dejo caer su cuerpo sobre el trono se sentía cansada
    -Dime Damián ¿Por qué todo tuvo que ser así?- preguntaba Ziel totalmente desanimada
    -Eso no puedo responderlo, solo puedo decir que una vez que digas quien eres, todo lo que deseas ocurrirá. Bueno mi joven aventurera, me retiro- dice desapareciendo por entre los pilares
    -yo- decía mirando sus manos temblorosas mientras su cabello cubría su rostro.

    La puerta se abre bruscamente, detrás de ella estaban los preciados compañeros de Ziel, cada uno sujetando en sus manos las poderosas armas de Ouroboros. Se acercan hacia el trono, sus cuerpos magullados por la batalla impedían la libertad de avance, pero su voluntad les daba fuerza para seguir. Cuando se dispuso a correr hacia su amiga, Aeon le detiene, al igual que Pharos a Leónidas el cual se descontento de inmediato

    -¡Suéltame Aeon! ¡Suéltame!- reclamaba la pequeña
    -No puedo, no cuando nuestro enemigo aun esta en frente
    -¿Enemigo?- dice Leónidas algo sorprendido

    Ziel baja sus manos y las apoya en los brazos del trono, un aura siniestra se sentía alrededor de ella. Lentamente se levanta y desenvaina su espada, su rostro cubierto por su cabello no dejaba ver su expresión, solo un tenue brillo plateado. Al estar frente a sus compañeros Ziel les apunta con su espada dejando ver su rostro, sus ojos pardos estaban plateados y en sus pupilas el emblema de Ouroboros

    -Es hora de que me presente otra vez mis compañeros, yo soy Ouroboros- una macabra sonrisa se dibuja en su rostro. Este era el momento de la batalla final…
     
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    Si que he estado de vago, bueno por lo menos ya puse el penultimo cap de los okrams, despues el ultimo y a continuar con la historia original XD
     
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    Parte 7: El Primer Caballero Okram [FINAL]

    Los guerreros se enfrentaban con gran dificultad a este nuevo oponente, sus sentimientos hacia su compañera impedían que peleasen con toda sus fuerzas. Era una batalla ante cualquier espectador totalmente desigual. A cada paso de la batalla, Ouroboros dominaba con gracia a sus enemigos cansándolos y acertando más golpes Alefort.

    A pesar de todo, un encuentro distinto se libraba en el interior de Ziel…
    En aquel hermoso campo dentro del corazón de Ziel, ella se hallaba encadenada a un extraño altar con la forma de Ouroboros, mientras que a su alrededor una figura idéntica a ella, pero de pelo plateado al igual que sus ojos con el emblema de Ouroboros caminaba a su alrededor

    -Este cuerpo no está nada mal, para mi es imposible estar en un cuerpo físico por mi cuenta, todo por culpa de aquel sujeto, aquel que se hacía llamar mi maestro destruyo mi cuerpo dejándome una maldita forma incorpórea, pero míralo de esta forma, ahora tengo la capacidad de apoderarme de cualquier cuerpo que desee- decía Ouroboros mientras miraba sus manos con ansias las cuales alzaba hacia al cielo, una sonrisa desquiciada se mostraba en su rostro. –Ziel ¿Por qué no dices nada?- Ziel guardaba silencio, estaba destrozada por dentro, su cuerpo colgaba solo sujetado por las cadenas –Es cierto, jejejej, casi olvido que destruí tu mente, jejeje- su rostro se opacó y una seriedad siniestra comenzó a cambiar la realidad del lugar transformándolo en un desierto desolado lleno de muerte y vacio. Ouroboros toma el rostro de Ziel muy molesto y lo levanta para ver aquello ojos totalmente vacios, sin ningún deseo –(suspiro) tu maldita perseverancia casi me mata, es la primera vez que un huésped me da tantos problemas, menos mal que guardabas muchas dudas en tu corazón, y por eso pude dominarte fácilmente, tan bella y salvaje, je…- Ouroboros se aleja y su cuerpo comienza a transformase.

    Su piel se torna plateada y escamosa como una serpiente, su cuerpo se ensancha rompiendo la ropa quedando un ser alto y corpulento, en su espalda un tatuaje negro con su propio emblema, en sus brazos largos y bien formados eran cubiertos por las escamas que se levantaban quedando como sierras ornamentales, una extraña aura comenzó a recorrer su cuerpo materializándose en un manto negro, su rostro femenino se transforma en uno masculino el cual era su verdadero rostro , el cual estaba cubierto en ciertas partes por sus escamas plateadas. Desde su frente pequeños cuernos que iban hacia atrás, recorrían su cabeza hasta su nuca, y aquel rojizo cabello se torna negro destiñéndose paulatinamente hasta quedar blanco en las puntas.

    -Ziel, me hubiera gustado que fueras una conmigo, pero al dominarte te destruí, jejejeje. Ya es hora de que termine con tus amigos- Ouroboros mira por última vez a la muchacha sin vida encadenada al pedestal con su emblema. Se retira para continuar su batalla.

    En el exterior el cuerpo de Ziel estaba cubierto una armadura de escamas, un aspecto intimidante e impenetrable. Su fuerza era singular y los cuatro guerreros ya no podían más. Con el simple agitar de su mano, Ouroboros empuja con su poder a los guerreros impactándolos contra los pilares los cuales caen sobre ellos, sin espera, con el mismo poder saca los cuerpos magullados y apenas consientes

    -Sois fuertes, derrotaron a mis subordinados, pero eso no es suficiente para ir contra mí. Ya es ho… que… que… mi cuerpo… ¿qué pasa con mi cuerpo? Me… ¡AHHHHHHHH!- Ouroboros pierde el control de su poder y los cuerpos impactan brutalmente contra el suelo. Algo estaba pasando contra él, de pronto sus manos agarran aquella armadura y comienza a desprenderla, ya que estaba adherida a su cuerpo -¡MALDITA SEA! ¡CREÍ HABERTE MATADO!- gritaba Ouroboros, y al abrir los ojos, el izquierdo era de color pardo, su color original, poco a poco el cuerpo de Ziel volvía a su forma original. En su interior algo pasaba.

    -¡MALDITA ARPIA! ¡¿CÓMO ES POSIBLE?!- gritaba Ouroboros mientras sostenía la hoja de Alefort, trataba de impedir que Ziel le atravesara más.
    -Ahora lo entiendo, tú fuiste quien provoco la tormenta y destruyo el barco, buscabas un nuevo cuerpo, y yo lamentablemente fui la víctima, pero te era inútil, esperaste a que creciera más, sin embargo no previste que tan fuerte llegaría a ser. Admito que estuve asustada y al borde de la muerte, pero no puedo dejarlos a ellos combatir solos, realmente no puedo.
    -jajajajajajajaja…. ¡JAJAJAJAJAJAJAJA! ¡ESTUPIDA HUMANA MUERE!- Ouroboros sostiene fuerte la espada y se la saca del pecho lanzando a Ziel lejos de él

    Aquella herida cierra rápidamente, y la energía maligna en Ouroboros comienza a rodear la zona haciendo suyo el mundo de Ziel, pero esta se mantenía firme. La energía oscura se concentra en las manos del demonio y al estirar las manos dos espadas ondulas como serpientes se materializan. Ya preparado, Ouroboros comienza su ataque sobre Ziel, pero ella bloqueaba cada ataque con facilidad, su oponente no se comparaba con Dankalius, o eso era lo que pensaba la joven, no hasta que Ouroboros comenzó a mostrar su verdadero poder, uno tan grande que perturbaba el exterior, donde el cuerpo de Ziel actuaba bajo la influencia del temible poder de Ouroboros, pero con gran dificultad. Ouroboros luchaba aun con más intensidad y Ziel comenzaba a tener problemas, estaba perdiendo el control de su propio mundo.

    -Ziel- dice Alefort –Es hora de purificar tu corazón y llevar a Ouroboros al plano terrenal, es la única forma de derrotarle
    -¿Y cómo pretendes que haga eso?
    -Confía en mí, y principalmente confía en tu poder, en el legado de Ivania- con aquellas palabras, Ziel afirma con más seguridad a Alefort y la zona alrededor de ella comenzó a purificarse, su poder estaba surgiendo, poco a poco su corazón volvía a ser aquel hermoso campo de sus recuerdos, Ouroboros se mostraba molesto.
    -Por el poder de Ivania concebido a mí, te invoco señor de lo puro, protector del mundo, concédeme el arma de la justicia ¡Sacret Jabaline!- desde los cielos cae un haz de luz sobre Ziel apareciendo una Jabalina dorada la cual lanza hacia Ouroboros impactando en su corazón, lo cual lo dejo indefenso, rápidamente Ziel corre hacia él y da un solo corte vertical.

    En el exterior el cuerpo de Ziel se detiene y una luz oscura y tenebrosa sale por sus ojos y boca, todo aquel poder maligno se acumula en el aire cayendo frente a Ziel, la cual recupero su cuerpo. Aquella energía oscura se condeso transformándose en Ouroboros.

    -Ahora no tienes control sobre el mundo, eres uno más de nosotros criatura de la oscuridad- decía Ziel muy campante, pero Ouroboros reía ante tal osadía
    -Jajajaja, sólo eres una humana, quizás me derrotaste en tu corazón pero aquí no eres nada.
    -Quizás- responde una voz por detrás de Ouroboros, era Aeon –Quizás una mujer sola no pueda, pero conmigo habrá más oportunidad
    -No te hagas la valiente- dice Leónidas levantándose desde los escombros al igual que sus compañeros –Mientras alguno de nosotros estemos en pie, tu existencia siempre peligrara
    -¡Si!- grita la pequeña Ana -¡Somos los mejores!
    -Estaré complacido de llevar tu alma al mismísimo infierno- agrega Pharos
    -¡IMPOSIBLE, YO MISMO LOS DERROTE! ¡¿A CASO ESTE ES EL PODER DE LOS MORTALES?!... no… jajajajaj, puedo sentir el miedo, su flaqueza es evidente, todos están en sus límites
    -¿Y?- irrumpe Ziel –Eso no nos impide seguir adelante. Basta de palabreríos, ya es hora de que mueras. ¡VAMOS!

    Los cinco guerreros saltan al combate contra Ouroboros, una batalla sin cuartel contra este poderoso enemigo, aun cuando sus cuerpos estaban debilitados, pelearon hasta el final. Fue una larga contienda, ya todos habían caído menos Ziel y Ouroboros quienes, aun en sus deterioradas condiciones, continuaban su exhaustivo combate, Alefort y aquella extraña arma resonaban en todo el palacio, un chirrido metálico que no cesaba.

    -Después de todo resultaste ser una molestia- decía Ouroboros mientras jadeaba con fuerza
    -Terminemos esto- dice Ziel muy firme, aun cuando apenas podía mantener su postura

    Ouroboros desintegra su arma y de sus manos comenzó a emerger descontroladamente una masiva cantidad de poder el cual se condensaba en dos grandes esferas de energía, las cuales eran rodeadas por varios aros con letras desconocidas para Ziel, una vez que aquel poder dejo de emerger, Ouroboros los junta creando una esfera aun mayor, Ziel se mostraba preocupada, si aquel poder impactaba destruiría todo a su alrededor, miro hacia atrás para ver que sus compañeros aun yacían inconscientes, estaba entre la espada y la pared. Pero de pronto una voz amiga se escucho en su mente… -No temas… sólo haz lo que debas hacer- con esas palabras, Ziel no dudo y empuño nuevamente su arma con firmeza.
    Ouroboros arroja su ataque y Ziel se abalanza contra este directamente, un impacto mortal, una luz que cegó todo a su alrededor.

    El cielo comenzaba a despejarse y los rayos del sol abrazaban con su calidez las tierras que antes sucumbieron al mal, una sensación de paz se esparció por todo el continente, los emblemas y maleficios de Ouroboros caían y se destruían liberando a sus víctimas, sus esbirros desaparecieron entre las sombras dejando el paso a los verdaderos habitantes de esta nueva tierra.

    En el palacio, el cual estaba todo destruido, y dentro del, en el salón del trono, los cinco guerreros miraban al cielo sonrientes por su vitoria, llorando de alegría, cayendo al suelo de lo exhaustos que estaban, mas no Ziel permanecía en pie con una deslumbrante sonrisa.

    -Hoy mis queridos amigos, hoy es el fin de una era de terror, pero a su vez el comienzo de una nueva era… juntos, aun cuando seamos distintos por fueras, juntos llevaremos a este nuevo continente a un prospero futuro, donde nuestras voces resonaran en todos los corazones como uno solo…- exclama Ziel para sus compañeros
    -Echos…- acota Aeon
    -Si… una tierra sin nombre no llegara a ningún lado. Desde hoy este será mi nuevo hogar, el continente de Echos, y nosotros procuraremos la paz como sus guardianes, seremos conocidos por todos como “Los Caballeros Okrams”
    -Es un nombre algo extraño- dice Pharos –Pero me gusta
    -¡Jajajaja! ¡Auch!... – reía Leónidas –Una nueva era… pues que esperamos, pongámonos en marcha
    -¡SIIII!- gritan todos…

    Desde aquel día, los cinco guerreros trabajaron juntos hasta formar lo que es hoy en dia el imperio Okrams.

    -Una linda historia, una más que he visto y que ha sucedido por mis faltas… pero como siempre, hay algo, mejor dicho “alguien” que vela por mis errores, menos mal que tan solo soy un mero escribano del destino, jajajajaja… ya es hora de volver a mi trabajo, aun hay asuntos que atender ¿No crees Dan?
    -Si… porque si no te mueves, nos complicaras la vida a todos, no veremos pronto, Damian….
     

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