El cortejo (SesshoumaruxRin)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por The Lady, 12 Julio 2010.

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    The Lady

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    El cortejo (SesshoumaruxRin)
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    El cortejo (SesshoumaruxRin)

    Ochos años pasaron desde que Naraku fue derrotado. Cuando la paz parecía instalada, Sesshoumaru debe hacer frente a otra batalla: ¡Conquistar a Rin para volverla su pareja! ¿Cómo hacerlo cuando Sesshoumaru no sabe cómo expresar su amor por la bella humana? Para su fortuna, Inuyasha y sus amigos lo intentarán ayudar, ¿pero servirá de algo?

    Aviso: los personajes de Inuyasha no me pertenecen, sino que a Rumiko Takahashi. Tsuyomaru y Hoshiko sí son de mi propiedad :).


    El cortejo
    The Lady​

    I
    Malentendido

    Si alguien hubiese visto a aquél que posaba en lo alto de un árbol, probablemente hubiera gritado y corrido debido a que allá, en las alturas, había un youkai. Todos los aldeanos sabían lo poderosos y crueles que eran aquellas criaturas. Y si éstos habitualmente eran más fuertes que los humanos, el youkai que se encontraba sentado sobre una gruesa rama lo era infinitamente más.

    El youkai de larga cabellera blanca alzó su rostro para encontrase con una luna llena en su máximo esplendor y dedujo que en cualquier momento ella saldría de una de esas casas hechas de barro, paja y madera. Inmediatamente, sus oídos agudos captaron una dulce y suave voz -que hizo que su corazón se salteara un latido- informando que se retiraría tan sólo por un rato. Con ese anuncio el youkai, dando un salto, bajó del árbol.

    —¡Sesshoumaru-sama! —exclamó una joven humana corriendo por el césped con la sonrisa radiante que tanto la caracterizaba. Cuando se detuvo, se inclinó respetuosamente y al incorporarse, preguntó: — ¿Cómo estuvo la reunión con el Señor de las Tierras del Sur?
    —Aceptable —contestó el youkai impasiblemente a la chica vestida en un simple kosode blanco que debía utilizar para dormir.

    La reunión en verdad había sido aceptable considerando el hecho de que Sesshoumaru asistió a ella especialmente para reclinar la oferta que le hizo un viejo amigo de su padre. La oferta en cuestión era emparejarse con su hija, Hanahime, la cual era una de las más bellas hembras dentro de las inuyoukai debido al color rosado de sus ojos que hacían recordar a los delicados pétalos de las flores.

    —Le agradezco muchísimo que se haya tomado la molestia de venir a verme a estas horas —dijo la muchacha conmovida mientras una sonrisa de gratitud se dibujaba en sus finos labios.
    —Toma. —Sesshoumaru llevó una mano hacia la ancha manga de su hitoe y de allí sacó un pequeño paquete morado—.Hoy cumples dieciséis años, ¿verdad, Rin?
    —¡Gracias, Sesshoumaru-sama! —exclamó la joven tomando el envoltorio entre sus manos—. Con permiso, lo voy a abrir.

    Rin tiró del nudo de la tela para encontrarse con una pequeña cajita tallada en oro, cuya tapa tenía en el centro un hermoso rubí. Ante semejante obsequio, ella no pudo hacer más que llevarse la mano libre a sus mejillas de lo asombrada y feliz que se encontraba.
    ´
    —¡Sesshoumaru-sama, es hermosa! Guardaré algo realmente valioso aquí —dijo la joven llevándose el pequeño cofre hacia el pecho.
    —El verdadero regalo está adentro —señaló Sesshoumaru.
    —Ah. —Rin se sonrojó y río nerviosamente ante su torpeza.

    La joven abrió delicadamente el cofre, pues vaya a saber el Cielo lo que debió haber costado, y sus expresivos ojos marrones se abrieron más de lo normal para mostrar su sorpresa.

    —Es un pendiente hecho del colmillo de un inuyoukai —informó Sesshoumaru clavando su mirada dorada insistentemente en Rin —.Con eso dicho ella ya debe saber…
    —¡Es precioso! —expresó Rin una vez que lo tomó en sus manos. El pendiente tenía la forma de una luna creciente y su color era similar al de las perlas —. Cuando consiga una cadenita, le prometo que lo usaré todos los días.

    Sesshoumaru alzó una ceja ante la situación. Esa no era la respuesta que buscaba.

    —Rin. —La joven alzó el rostro ante el llamado de su señor—. ¿Eso fue un sí?
    —¿Un sí? No lo comprendo, mi señor.
    Ella no sabe nada sobre las costumbres inuyoukai —terminó concluyendo mientras desviaba su mirada.
    —¿Pasó algo?
    —Me debo retirar —habló Sesshoumaru volviendo a posar su mirada dura en Rin.
    —Está bien. Le vuelvo a agradecer que haya podido hacerse un espacio para visitarme —sonrió Rin moviendo su mano para despedirlo.

    Cuando el youkai se volteó para emprender su retirada, a su puntiaguda nariz llegó el olor de humanos, pero humanos que tenían una pizca de inuyoukai.

    —¡Tío Sesshoumaru! —lo llamaron Tsuyomaru y Hoshiko mientras corrían hacia él.
    —Chicos, su tío ya se iba —les informó la joven.

    Inmediatamente, los niños se detuvieron y, como era habitual, al hacerlo la dulce Hoshiko se cayó.

    —¿Qué es eso que tienes ahí, Rin? —preguntó el mayor de los hermanos, Tsuyomaru, mientras se acercaba a la mano de la mujer.
    —Ten cuidado que es algo muy valioso —le advirtió Rin al percatarse que el pequeño cofre ya estaba en las manos del infante.
    —Tu padre no te ha enseñado ningún modal —señaló Sesshoumaru con cierto reproche acercándose a los niños.
    —¿Estás bien, Hoshiko? —preguntó Rin agachándose para quitarle la tierra que tenía la pequeña sobre su redondo rostro.
    —Sí, estoy bien —habló la sobrina de su señor abriendo sus grandes ojos dorados para horrorizarse.
    —¡Auxilio!
    —¡Onii-chan!

    Tsuyomaru se encontraba flotando en el aire y lo que le permitía estar en esa situación era el pequeño cofre tallado en oro al cual estaba aferrado fuertemente.

    —Sesshoumaru-sama, bájelo —pidió Rin tirándole delicadamente la manga de su hitoe blanco, en cuyas hombreras estaban estampadas flores sobre un fondo violeta. El inuyoukai dirigó su atención a la muchacha y al observar sus preocupados ojos marrones que reflejaban algo de la luz blanquecina de la luna, no pudo evitar hacer otra cosa mas que la que se le pedía.

    Seguidamente, el niño volvió a pisar el suelo firme y éste, sin dudarlo un segundo, le devolvió el cofre a su dueña.

    —Perdón, Rin —se disculpó Tsuyomaru haciendo puchero.
    —No, no te preocupes. Ven, te alcanzaré hasta tu casa. Está mal que se escapen a estas horas de allá. —Rin acarició los negros cabellos del muchachito y junto a él comenzó a adentrarse a la aldea, no sin antes voltearse y mirar al inuyoukai que seguía parado en el mismo lugar—. ¡Gracias por venir, Sesshoumaru-sama!

    El aludido asintió ante la despedida de la joven y luego bajó la vista.

    —¿No deberías ir con ellos? —preguntó a la niña que se estrujaba su corto kosode gris mientras lo miraba sin ningún tipo de tapujos.
    —Ahora los alcanzó, pero… ¿a ti te gusta Rin?

    Sesshoumaru alzó ambas cejas ante el comentario, pero luego volvió a su rostro estoico habitual.

    —En esos asuntos los niños no deberían meter sus narices. Ahora, vuelve —ordenó el inuyoukai.
    —¿Hoshiko se equivocó? —preguntó la niña señalándose a ella misma para recibir a cambio una mirada irritada que la hizo retroceder dos pasos y enseguida se marchó a alcanzar a su hermano.

    Una vez solo, Sesshoumaru aspiró profundo y alzó su rostro para ver el cielo estrellado de la noche. El olor de Rin era fresco y liviano, como el de las hojas de las plantas y de los árboles. El inuyoukai se volteó para el lado de la aldea e imaginó a Rin parada a pocos metros de él, con esa sonrisa dulce que le podía devolver la felicidad a cualquiera; mirándolo con aquellos ojos marrones chispeantes de vida y adornados con largas y onduladas pestañas; vestida en una de de las aristocráticas yukatas que le obsequiaba en verano; con su largo y oscuro cabello meneando suavemente en el viento, siempre acompañado de su mechón atado a un costado. Rin ya no era una linda y tierna niña, sino que era una bella mujer que en cualquier momento podía ser desposada por algún aldeano. De hecho, él ya se había enterado de dos muchachos que pertenecían a otras regiones que lo habían intentado, pero ella los rechazó. ¿Cuántos más rechazaría? En algún momento, o por amor o por necesidad de tener una familia para poder procrear, ella aceptaría.

    Es por eso que quise hacerla mi pareja hoy —se decía Sesshoumaru en su interior mientras apretaba con fuerza sus puños—… ¡pero esa chica no sabe nada de las costumbres de los inuyoukai!

    No. Rin no sabía nada. Entre los inuyoukai el entregarle un colmillo de su propia dentadura en forma de pendiente a una hembra significaba, no sólo que quería emparejarse para el resto de la vida con ella, sino que la amaba. Aquello ocurría muy pocas veces en el círculo social de Sesshoumaru, pero se daba más frecuentemente entre los inuyoukai de rango inferior.

    Fue más que obvio que Rin no comprendió el significado de ese obsequio y lo interpretó como un regalo más de los tantos que él le hizo.

    Sesshoumaru se giró y se volvió a internar en el bosque para volver a su territorio solo.

    Sin embargo, no se daría por vencido. Algo tenía que pensar antes de que otro aldeano se le ocurriera desposar a Rin y a ella, debido a estar en una perfecta edad para ser madre, se le ocurriese aceptar la propuesta.

    ¡Cómo detestaba estar enamorado! Pero algo debía hacer para calmar ese nudo que sentía en su pecho cada vez que veía a esa bella humana.

    Si alguien hubiese visto a aquel youkai de porte aristocrático, con una presencia imponente, una mirada dura que ocultaba toda emoción, largas y filosas garras hechas para rasgar –según decían los rumores- tripas humanas, jamás hubiera imaginado que se trataba de un youkai que estaba perdidamente enamorado de una humana llamada Rin.

    Continuará...

    ¡Hola! Agrego otro fanfic de la que es mi pareja favorita en Inuyasha.

    Espero que lo disfruten :).

    Debido a que el fic transcurre en el período Sengoku, que sería la era feudal japonesa, tiene sentido que Rin ya sea una chica lista para el matrimonio y para ser madre. En esa época no existía la adolescencia.

    Como siempre, trataré de mantener a Sesshoumaru en su carácter, ablandándole un poco su corazón, ¡pero no crean que se va a convertir en un Romeo cualquiera xD! Ya no sería Sesshoumaru.

    Nos leemos en el próximo capítulo

    The Lady
     
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    sangura

    sangura Entusiasta

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    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    Hooooooooooolaaaaaaaaaaaaaaaaa

    Me gusto mucho el capitulo, que leeendo Sesshy que le entrega su colomillito, pero como a ella nunca le enseñaron las costumbres de los inuyoukais, pos simplemente o entendio, pobeshito. No te rindas Sesshy yose que lograras tenerla solo para ti solito, aunque suene muy posesivo, asi es como el lo ve.

    Saounara nena, hasta el proximo capitulo.
     
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    xXxNaRuHiNa

    xXxNaRuHiNa Usuario común

    Tauro
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    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    Konnichiwa!!
    Ok ya deberas de decir que te acoso xddd ¡pero no es asi! además de que tus historias son geniales yo leo y busco todo lo que sea SeshRin y no me pude aguantar al ver tu fic xdd
    ¡Esque tu haces fics de mi parej favorita de Inuyasha! y pues como aca no hacen tantos fics Seshomaru&Rin si no que hay mucho más InuKag no puedo pasar po alto un fic de esta pareja :B
    Ok creo que esa explicacione basto n.nU
    ¡Me encanto! me parecio tan dulce cuando el le regalo el colmillo, hay que admitir que no fue taaaaan "romantico" como en una novela pero si fue dulce n.n
    Pobre Seshomaru no sabe como expresar sus sentimientos D:
    Y bueno claro que Rin no ha de saber sobre las tradiciones de youkais x'D
    ¡Me gusto muchop! :B
    Nos vemos :P
    Sayo ~
     
  4.  
    Zhiiny

    Zhiiny Usuario común

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    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    Hola!!!!
    Omg fantastico, me encanto el primer capitulo
    Que kawaii lo que hizo Sesshomaru por Rin, le pidio matrimonio (mediante un collar y Rin ni sabe ¬¬)
    Ser madre a los dieciseis o.o tan joven, impresionante
    Me encanta tu nuevo fic, que lindo que escribas de Sesshomaru y Rin, porque esta pareja casi ya no se ve por esta zona, te felicito, no tenia OoC ni errores ortograficos (segun yo y todos xD) espero leer el proximo capitulo
    Sayo~
     
  5.  
    Yukany

    Yukany Iniciado

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    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    Exelente capitulo amiga! me gusto mucho la trama y desde ahora ya me estoy haciendo preguntas de como
    va a lograr conquistar a Rin ,pero lo que me preocupa es si alguien mas va a pedir su mano...
    Me encato.Espero el siguiente capitulo
    Sayo! :3
     
  6.  
    The Lady

    The Lady Iniciado

    Tauro
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    El cortejo (SesshoumaruxRin)
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    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    Aviso: los personajes de Inuyasha no me pertenecen, sino que a Rumiko Takahashi. Tsuyomaru y Hoshiko sí son de mi propiedad. :)

    El cortejo
    The Lady​

    II
    Excusa

    Los rayos del sol que se filtraban a través de los copos de los árboles iluminaban el camino de dos youkai que transitaban en silencio.

    —Sesshoumaru-sama, ¿no escuchó unas risas? —preguntó Jaken, el pequeño youkai verdoso que sostenía un báculo de dos cabezas en una de sus manos.

    El aludido tornó su rostro hacia el lugar de donde provenían las risas y comenzó a caminar serenamente hacia esa dirección. Jaken, agarrando su sombrero imperial, enseguida corrió tras su amo.

    Alrededor de un árbol de frutos había dos onis disfrutando de los manjares que éste entregaba mientras reían extravagantemente. Las frutas amarillentas, que soltaban un líquido rojizo, eran unas de las pocas frutas que ingerían los inuyoukai y debido a que no se encontraban en muchas regiones, se las decidió llamar “El dulce prohibido”.

    —Ustedes no son de mi territorio —habló Sesshoumaru acercándose a los intrusos.
    —¿Tú qué sabes? —lo desafió uno de ellos arrimando su peludo rostro al del inuyoukai mientras seguía masticando El dulce prohibido.
    —Desaparezcan —soltó el Señor de las Tierras del Oeste clavando su fría mirada dorada en los ojos torcidos del horripilante ser que tenía delante de él.
    —¡No me hagas reír, carilindo! —exclamó el otro oni alzando uno de sus enormes brazos para aplastar al youkai de finas y perfectas facciones.

    Cuando el brazo del monstruo chocó contra la tierra, éste sonrió con triunfo pensando que había aplastado a aquella sabandija.

    —¡Tonto! —exclamó Jaken mientras sonreía con gusto.

    El oni, ante la reacción del pequeño youkai, levantó lentamente su brazo y se percató que debajo de él no había absolutamente nada. Repentinamente, los enormes ojos de éste casi se salieron de sus cuencas al sentir la insoportable sensación de que algo lo estaba diluyendo y, finalmente, su cuerpo cayó dividido en dos mientras un humo comenzaba a salir de él. Parado majestuosamente ante la escena estaba Sesshoumaru con su mano alzada, mostrando sus filosas y venosas garras.

    —¡Tú, qué esperas para irte! —gritó Jaken al oni sobreviviente señalándolo con el báculo. El aludido retrocedió dos pasos dubitativamente, pero al posar sus ojos en el imperturbable rostro del inuyoukai, finalmente comenzó a correr todo asustado haciendo vibrar la tierra por cada paso que daba.
    —Vamos, Jaken —dijo Sesshoumaru volviendo por el camino que recién habían recorrido.
    —Mi señor, por ahí acabamos de…
    —Iremos a la aldea Musashi.
    —¿Pero no vio a Rin hace dos días atrás? —preguntó Jaken confundido.

    Sesshoumaru se detuvo abruptamente y se volteó para lanzarle a Jaken una mirada furibunda ante la cual el youkai reaccionó encogiéndose de hombros arrepentido por lo que se había atrevido a preguntar.

    ¿Por qué tendré un pico tan grande? —se preguntaba el pequeño youkai mientras observaba el vaivén de la larga cabellera blanca de su amo.

    Sesshoumaru se quedó meditando en el comentario hecho por su fiel vasallo. Sí, era verdad, a Rin la había visto hacía dos días atrás. Sin embargo, no era suficiente. Cada vez que estaba separado de Rin en su interior se producía una especie de sensación que lo empujaba a mover todas las partes de su cuerpo para descargar una energía que lo perturbaba. En concreto, lo que sentía era ansiedad, ansiedad por volver a verla.

    ¿A ti te gusta Rin?​


    Tras la pregunta que le había hecho Hoshiko y que había quedado tintineando en la mente de Sesshoumaru, éste se preguntó si lo que sentía por Rin resultaba ser muy evidente. Pero al pensarlo más detenidamente, era prácticamente imposible que eso fuera así. Tanto los humanos como los youkai -lo más débiles en mente y alma- cuando se enamoraban mostraban ciertos indicios de que lo estaban, como un rubor en sus mejillas, tartamudeo al hablar, una mirada que mezclaba la lujuria con el embelesamiento o se volvían muy agresivos. Por supuesto que Sesshoumaru no mostraba ninguno de esos síntomas exteriores a pesar de que todo su interior se revolucionaba cada vez que veía a Rin. Aquella cualidad, desde el momento en que se enamoró de ella, la calificó como una cualidad muy positiva ya que mostraba lo superior que era ante a aquellos tontos que no podían más que plasmar sus sentimientos en sus patéticas caras, en sus patéticos cuerpos y en sus patéticas reacciones.

    Sí, es imposible que sea notorio. Además —Sesshoumaru bajó su vista para observar a su pequeño acompañante—, se ve que Jaken no relacionó el que yo quiera ir a la aldea Musashi porque… tenga cierta necesidad de verla.
    ¿Por qué querrá volver a la aldea de humanos? ¿Acaso quiere ver a Rin otra vez? No, no lo creo, si bien es la única humana que mi señor aprecia, tampoco puede ser para tanto… entonces, quizás le tenga que decir algo a Inuyasha o tal vez quiera entrenar un poco enfrentándose a ese hanyou. —La mente de Jaken lejos estaba de llegar a esa conclusión.

    Inesperadamente, a los oídos de Jaken y Sesshoumaru llegó el ruido de alguien chocando contra la tierra y cuando vieron un arbusto moverse, se detuvieron para ver salir a un pequeño muchacho vestido en una yukata color celeste y un obi amarillo que tenía entre sus manos a un conejo muerto.

    —¡Lo atrapé, papá! —exclamó Tsuyomaru con su aguda voz y una sonrisa triunfante que mostraba sus pequeños, pero afilados colmillos.
    —Ah… pero si es el hijo de Inuyasha —dijo Jaken llamando la atención del niño.
    —¿Eh? ¿Jaken? —La mirada dorada del niño luego fue subiendo y se encontró con una hakama blanca, una armadura de samurai hasta que llegó al rostro de Sesshoumaru—. ¡Tío!

    El inuyoukai tan sólo se lo quedó observando.

    —Este… Perdón por lo de la otra vez, es que Tsuyomaru es muy curioso —dijo el niño arrepentidamente mientras uno de sus pies se iba hundiendo en el césped.
    —No es a mí a quien le debes las disculpas.
    —Vaya, vaya, vaya… con razón sentía un olor rancio, eras tú Sesshoumaru —habló Inuyasha apareciendo detrás de su hijo vestido nada más en su hakama roja y kosode blanco.
    —Sí, yo también tenía ganas de verte —contestó el inuyoukai irónicamente.
    —¡Mira papá! —señaló Tsuyomaru el conejo que tenían entre sus manos.
    —Muy bien, hijo —dijo su padre tocándole la cabeza mientras le sonreía —. Ahora llévaselo a tu madre para que lo cocine.
    —Sí —respondió el otro asintiendo alegremente. Luego, llevó al animal hacia su pecho y comenzó a correr entre los árboles para volver a su casa —. ¡Adiós Tío, Jaken!

    Inuyasha se volteó tan sólo unos segundos para asegurarse de que su pequeño fuera por el camino correcto a la aldea y una vez que éste desapareció de su vista, se giró y encaró a su medio hermano mayor.

    —¿Qué quieres? —preguntó Inuyasha cruzándose de brazos — ¿Acaso quieres ver a Rin?

    Sesshoumaru no respondió, se quedó observando el ceño fruncido del hanyou que parecía estar algo impaciente. No era de extrañar, Inuyasha siempre fue impaciente, así que por esa razón él no lo haría esperar demasiado.

    —Desenvaina —dijo el inuyoukai sacando lentamente a Bakusaiga de su funda.
    —Alguien tiene ganas de jugar un rato, ¿eh? —señaló Inuyasha sonriendo arrogantemente—. De acuerdo, juguemos un poco.

    El hanyou desenvainó a Tetsusaiga y fue el primero en atacar. Cuando su espada estaba por caer en el cuerpo de su hermano, éste rápidamente alzó la propia y el sonido de colmillos chocando retumbó por el bosque. Inuyasha, aún con la sonrisa dibujada en el rostro, retrocedió y corrió hacia la misma dirección por la que su hijo se fue. Sesshoumaru lo siguió.

    Perfecto —pensó el inuyoukai mientras alcanzaba al mestizo y lo embestía con la espada.

    Bakusaiga golpeó la espalda de Inuyasha provocando que cayera al suelo, pero rápidamente el hanyou rodó sobre el césped al sentir que una vez más Sesshoumaru lo atacaría con su espada y así sucedió puesto que Bakusaiga se clavó en la tierra.

    —¡Hacía tiempo que no me divertía así! —exclamó Inuyasha alzando a Tetsusaiga contra el inuyoukai y nuevamente ambas espadas chocaron para comenzar un duelo.

    Cuando Bakusaiga atacaba desde la derecha, Tetsusaiga la recibía desde la izquierda e inversamente sucedía lo mismo. En cierto momento, Sesshoumaru esquivó un ataque de Inuyasha saltando para llegar a la rama de un árbol y comenzó a moverse de rama en rama. El hanyou rápidamente lo siguió hasta que consiguió cortar la próxima en la que Sesshoumaru se apoyaría, obligando al último a caer sobre el césped.

    Una vez que sus espadas se volvieron a encontrar, Sesshoumaru escuchó las voces alegres de unos niños muy cerca. Una pequeña sonrisa de victoria apareció en sus blanquecinos labios. El inuyoukai retrocedió de un salto y luego se lanzó sobre Inuyasha, pero esta vez alzando su otra mano para pegarle un puñetazo en la cara.

    El cuerpo de Inuyasha recorrió en el aire unos veinte metros hasta encontrarse en el medio de la aldea.

    —Pero si es Inuyasha —dijo una señora que llevaba a su bebé en la espalda acercándose al hanyou. Cuando se agachó para ver la paliza que había recibido, algo tapó la luz del sol que los iluminaba. La mujer se giró para el otro costado y sus ojos se abrieron con espanto—. ¡Youkai!

    La señora rápidamente se alejó del youkai de impasible rostro y los demás aldeanos se metieron en sus respectivas casas para esconderse de tal amenazante criatura, sin embargo, no pudieron evitar la curiosidad por ver qué pasaría con el hanyou, y espiaron por sus ventanas.

    —Sesshoumaru… ¿eras tú el youkai que atacó a Inuyasha? —Apareció Kagome corriendo hacia el mestizo inconsciente. Cuando lo tomó entre sus brazos, alzó su fuerte mirada chocolate y frunciendo el ceño dijo: —. Escucha, yo no sé qué habrá pasado, pero no debes pegarle así a tu hermano.

    Sesshoumaru no respondió, guardó su espada en la funda y giró su rostro de un lado a otro. No veía a Rin por ninguna parte, ni siquiera sentía su olor.

    —Rin no está. Se fue a pasear con las gemelas de Sango y Miroku —informó Kagome mientras tocaba delicadamente la mejilla morada de su pareja—. Parece que no despierta…

    Kagome suspiró e hizo la única cosa que se le ocurría para despertarlo: tiró de sus orejas blancas de perro.

    —¡Auch! —gritó Inuyasha abriendo sus ojos
    —Querido, ya está el almuerzo —sonrió Kagome.
    —Ahí voy. Pero antes —comenzó a decir el hanyou mientras se levantaba de un solo impulso—… tengo que terminar lo que empecé.

    El hanyou alzó a Tetsusaiga.

    —Guárdala —dijo Sesshoumaru con desinterés en seguir luchando.
    —¡Pero estaba divertido! —expresó Inuyasha.
    —¿Estaban jugando? —preguntó Kagome alzando una ceja mientras se ponía pie. Luego caminó hasta su pareja y la volvió a agarrar de las orejas—. ¡¿Te fuiste a jugar a la hora del almuerzo?! ¡¿Qué te crees?! ¡¿Un niño?! ¡Madura ya!
    —Creo que eso es algo imposible —dijo Sesshoumaru volteándose para volver a sus tierras.
    —¡Oye! —llamó Inuyasha a su medio hermano mayor mientras era arrastrado por Kagome en la dirección contraria.

    Una vez que el youkai se adentró en el bosque, volvió a encontrase con Jaken quien estaba exhausto de tanto correr para alcanzarlo.

    —Vamos —dijo Sesshoumaru caminando sólo dos pasos ya que, inesperadamente, escuchó unas pisadas acercarse a ellos. Se volteó y sus ojos rasgados se abrieron ante la sorpresa de ver quien estaba yendo hacia él.
    —¡Sesshoumaru-sama! ¡Jaken-sama!
    —¡Cada vez estás más grande! —comentó Jaken sonriendo.
    —Y usted cada vez está más pequeño —bromeó la otra para escuchar una seguidilla de protestas por parte del youkai verdoso.
    —Rin. —Jaken calló.
    —Kagome-sama me dijo que recién se había ido de la aldea. ¿Para qué vino? —preguntó la joven cortésmente a la vez que le mostraba una de esas dulces y bellas sonrisas que sólo ella poseía.
    —Vine a practicar con mi espada. Lo necesitaba a Inuyasha —mintió el inuyoukai.
    —Ya veo… ¡Por cierto! ¡Mire! Conseguí un pedazo de caucho y pude colgar el pendiente que me regaló. —Rin alzó su muñeca para mostrar la nueva pulsera que usaba—. Cuando consiga algo más lindo, se lo cambiaré.

    Sesshoumaru se quedó contemplando a Rin mientras ella le empezaba a hablar de sus aventuras con las gemelas de Sango y Miroku. La joven estaba vestida en una yukata de un verde muy suave, pero vivaz, y el estampado del vestido eran unas líneas circulares rojas que le adornaban las mangas y parte de la delantera de la yukata. El inuyoukai pensó que esos colores vivaces iban perfectamente con la juvenil y alegre personalidad de la humana.

    —Rin —la interrumpió Sesshoumaru—… Si tú lo deseas, podemos ir a conseguir una cadena para el pendiente.
    —¿En serio? A mí en verdad me encantaría, pero no quiero que desperdicien su tiempo —aclaró la joven mientras movía sus manos de un lado a otro.
    —Si Sesshoumaru-sama te da la opción significa que debe tener algo de tiempo libre —señaló Jaken —. Así que te la traeremos muy pronto, ya sabes como es nuestro señor.

    Rin asintió sonriendo y luego alzó su tierna mirada chocolate para contemplar al alto e imponente youkai que tenía frente a ella.

    ¿Me expresé mal? Pregunté claramente: “Si tú lo deseas, podemos ir a conseguir una cadena para el pendiente” Eso significa Rin y yo… —El inuyoukai miraba hacia un costado con el ceño fruncido ante la impotencia que le causaba esa situación.
    —Creo que el tío Sesshoumaru quiere que Rin vaya con él por el pendiente —dijo una aguda voz que no pronunciaba muy bien el nombre de su propio tío.
    —¡Hoshiko! —exclamó Rin sorprendida al ver a la pequeña aferrada a su yukata —¿Desde cuándo estás aquí?
    —No sé… pero seguro mi mami me está buscando —comentó mientras se metía un dedo en su nariz.

    Rin se volteó y tomó la mano de la pequeña diciéndole que de seguro Kagome estaba sumamente preocupada.

    —Esta bien… pero, ¿vas a ir con el tío a buscar tu cadenita?
    —¿Sesshoumaru-sama quería eso? —preguntó Rin girándose sobre su ángulo para observar al inuyoukai de estoica expresión.
    —Así es.
    —¡Vaya! Perdóneme por no comprenderlo. Me encantaría, mi señor.
    A decir verdad, yo tampoco lo comprendí—se dijo a si mismo Jaken mientras miraba la escena con cierta confusión.
    —¿Cuándo quiere ir, mi señor?
    —Mañana te pasaré a buscar cuando salga el sol —informó Sesshoumaru mientras se volteaba para retirarse.
    —¡Lo esperaré con ansias, Sesshoumaru-sama! —exclamó Rin con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.

    En la mirada de Rin se podía ver una gran excitación ante el pedido de su señor, emoción que no pasó desapercibida por la pequeña Hoshiko. La niña se quedó observando como la joven a su lado se llevaba ambas manos hacia el pecho y fue allí que recordó un cuento que le contaba su madre.

    “Y la princesa, tras la invitación que el dulce príncipe le había hecho para comer bajo un árbol de cerezos, se llevó ambas manos hacia su pecho para evitar que su corazón se saliera de la felicidad que sentía.”​


    —Hmm… —la niña se quedó pensativa.
    —¿Qué pasa, Hoshiko? —preguntó Rin mientras las dos retornaban a la aldea.
    —¿A ti te gusta Sesshoumaru?
    —¡¿Qué?!

    La respuesta fue obvia: claro que sí.

    Continuará…

    ¡Muchas gracias por sus posts a sangura, xXxNaRuHiNa, Zhiinygami, Shizura!
    ¡Me ponen muy feliz!

    En fin... no sé si tengo que aclarar algo, quizás lo de la ropa.
    Hakama es el pantalón ancho que usan Inuyasha, Sesshoumaru, Kikyo y Kaede en la serie. Kosode es esacamisa blanca de estilo japonés que usa Inuyasha, se usaba como ropa interior, pero luego se pudo usar también como ropa normal, para lo cual se hizo más largo. Yukata es un kimono, pero más ligero, es para verano.

    Bueno, les aclaró a los que estaban leyendo Las Tierras del Oeste que estoy medio trabada con esa historia, pero sólo porque tengo que rendir un examen muy pesado y entonces se me complica pensar la intrincada trama de ese fic. Igual ya tengo el capítulo siete, pero me falta corregirlo y de seguro lo publique entre mañana o pasado mañana.

    Besos

    The Lady
     
  7.  
    Zhiiny

    Zhiiny Usuario común

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    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    Hola!!!
    Omg...... la contii estuvo sorprendente. Parece que me quieres matar de un infarto al corazón, me emociono ucho la contii estuvo tan linda.
    Me dio mucha risa cuando Inuyasha le dice a Sesshomaru que se estaba diviertiendo y Kagome le dice Estaban juando, que era un niño, que madurara xD fue muy gracioso, y luego se lo llevó a rastras xD
    Cuando Sesshomaru le dijo a Rin si quería ir con él a buscarle una cadenita al pendiente:
    — ¿Me expresé mal? Pregunté claramente: “Si tú lo deseas, podemos ir a conseguir una cadena para el pendiente” Eso significa Rin y yo…
    Omg... esa parte fue taaaaaan kawaii Adore la contii, estuvo muy linda, espero la proxima
    Sayo~
     
  8.  
    sangura

    sangura Entusiasta

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    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    Hooooooooooooooooooooolaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    Te quedo magnifico, me gusto la parte donde se confunden Rin y Jaken
    que leeendo Sesshy el ququeria estar con Rin SOLOS los DOS,
    pero que persectiva es Hoshiko, segura que es hija de Inu.

    Espero la conti, Sayounara.
    Nos leemos luego.
     
  9.  
    sessxrin

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    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    OMG!! Hace rato no leía una buen Sess&Rin desde Pan-chan y Luchy....Ciertamente, tus historias siempre me ha gustado y más que utilizas mi pareja favorita.
    Me gusta como narras todo, y la facilidad con la que manejas a los personajes, a mi me gustaria poder tener esa habilidad...Me divierte mucho las conversaciones internas de Sesshoumaru, ese debate que tiene, me gusta mucho, lo haces sin salirse de su personalidad.
    Los hijos de Inuyasha son muy monos, y me gustan, salieron igual a Kagome en observadores :D!!

    Rin, como siempre, es la misma niña dulce y tierna, awww amo esta historia.
    Tienes una nueva lectora, nos vemos Lady ~
     
  10.  
    The Lady

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    El cortejo (SesshoumaruxRin)
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    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    Aviso: los personajes de Inuyasha no me pertenecen, sino que a Rumiko Takahashi.

    El cortejo​

    The Lady​

    III
    Un joven lento

    Sentada sobre una piedra, Rin admiraba los colores púrpuras y anaranjados pintados en el cielo del amanecer. Repentinamente, la joven notó un punto negro moverse entre las nubes y éste parecía que se estaba dirigiendo hacia ella, por lo que a una determinada distancia Rin pudo identificarlo.

    —¡Ahun! —exclamó la joven corriendo hacia el lugar donde el dragón de dos cabezas tocaría el suelo. Sin embargo, lo que la tomó por sorpresa fue encontrarse encima de éste al mismísimo Sesshoumaru—. ¡Mi señor! No esperaba que viniese con Ahun. Pensé que vendría caminando.
    —El lugar al que iremos queda a una distancia larga, es por eso que tú irás en Ahun —informó el youkai bajándose elegantemente del dragón.

    Sesshoumaru se quedó junto a la criatura mientras veía como Rin se acercaba a ella. Cuando la joven apoyó sus manos sobre el lomo de Ahun, no llegó a hacer fuerza para subirse ya que alguien la había tomado de la cintura y sus pies se encontraban en el aire.

    No puede ser… —pensó la muchacha impactada volteándose lentamente para encontrar a su señor detrás de ella, mirándola con esa dura expresión que siempre llevaba.
    ¿Y ahora qué hice mal? —se preguntaba Sesshoumaru mientras contemplaba a una Rin boquiabierta.
    —Sesshoumaru-sama… yo puedo sola… —dijo la muchacha con las mejillas sonrojadas.
    ¿Se sonrojó? ¿Acaso la avergüenza que la sostenga así? —se seguía preguntando el inuyoukai totalmente desconcertado—. Súbete de una vez —ordenó firmemente.
    —Sí —balbuceó la joven haciendo lo que dijo su señor.

    El corazón de Rin estaba palpitando ferozmente y el rubor en sus mejillas parecía no desaparecer. La joven se llevó las manos a la cara y cerró los ojos para tranquilizarse y hacer que el calor que había invadido todo su cuerpo se fuera de. Ella no quería que Sesshoumaru se enterara que estaba enamorada de él.

    Por su parte, Sesshoumaru había comenzado a ascender lentamente al cielo perdido en pensamientos, por lo que no pudo prestarle atención a las fuertes palpitaciones del corazón de Rin.

    Yo había oído que tanto a las humanas como a las hembras de mi raza les encantaba cuando los hombres eran serviciales con ellas. ¿A Rin no le agradará ello?

    A Rin le había fascinado sentir las fuertes manos de Sesshoumaru tomándola de la cintura, pero aun así ese acto tan servicial la había sorprendido bastante ya que provenía justamente de su señor. ¿Sesshoumaru servicial? ¡Qué importaba! Guardaría aquel momento en su corazón para siempre.

    —Ahhh… —suspiró la muchacha sintiendo el viento golpear suavemente contra su rostro mientras volaba por los cielos.

    Sesshoumaru, en cierto momento, se volteó disimuladamente para observar el perfil de Rin. Su perfecto rostro ovalado brillaba con la luz del sol que los bañaba y su cabello negro bailando en el aire parecía hacer una danza para hipnotizar a cualquiera que se atreviera a posar ojos en una joven tan bella. Su nariz era recta y tenía una terminación triangular no muy prominente que llevaba a sus perfectos e inmaculados labios rosados. Esos labios…

    —¿Me quiere decir algo, Sesshoumaru-sama? —preguntó la joven inocentemente al ver que su señor la estaba observando.
    —Has crecido… —fue lo único que se le ocurrió decir.
    —Sí, así es. Mi cuerpo ha cambiado, mi visón de algunas cosas de la vida ha cambiado, pero mi aprecio a usted jamás cambiará —confesó la muchacha sonriendo con júbilo —. De hecho, ha cambiado también, pero ahora es más fuerte lo que siento por usted…
    —Estamos por llegar —informó el youkai haciendo parecer que aquel comentario no le había importado.
    —Bajemos, Ahun —ordenó Rin gentilmente mientras tomaba las correas amarradas alrededor de los picos de los dragones.

    Sesshoumaru y Ahun comenzaron a descender hasta llegar a un escampado donde sólo había una enorme montaña. Rin bajó del dragón y tras acariciar cada una de las cabezas, se volteó para ver al youkai caminar con serenidad y solemnidad hacia una cueva que formaba parte de la montaña. La jovencita inmediatamente lo siguió.

    —¿Aquí venden cadenas? —preguntó Rin caminando siempre detrás del inuyoukai no por ser una persona temerosa, sino por respeto a alguien con un estatus mayor al de ella.

    Repentinamente, en la oscura cueva se vio una luz y al acercarse a ella se encontraron con toda una hilera de faroles colgados de las paredes de piedra. Éstos llevaban a unas mesas donde había una gran cantidad de accesorios. Delante de las mesas había un youkai algo encorvado con las manos detrás de la espalda.

    —Sesshoumaru-sama, no era a usted a quien esperaba.
    —¿Estás diciendo que no soy bienvenido? —preguntó el youkai con seriedad acercándose al otro que tenía una apariencia vieja y en su rostro arrugado tenía tres ojos. De no ser por ese detalle, pasaría como un simple humano.
    —No, claro que no. ¿En qué lo puedo ayudar?
    —Queremos una cadena para un pendiente —dijo Sesshoumaru comenzando a examinar las mesas—. Rin, elige la que quieras.
    —¿La que quiera? Algunas se ven algo… caras —habló Rin mirando de un lado a otro la enorme cantidad de cadenitas que había. Algunas eran de oro, otras de platas, incluso había algunas hechas con pequeños diamantes.
    —No pienses en ello. Ahora, elige libremente —dijo el youkai clavando sus ojos dorados en los marrones de Rin quien lo contemplaba atentamente.
    —De acuerdo. —Asintió ella comenzando a examinar las cadenitas.

    Sesshoumaru observaba cuidadosamente todas las expresiones que ponía la humana al tomar cada una de las piezas creadas por el youkai de tres ojos vestido en un hitoe y una hakama gris que por poco le llegaba al pecho.

    —Elegiré esta —dijo Rin tomando una simple cadena de plata.
    —Rin, no me mientas—habló el inuyoukai con severidad.
    —Yo no estoy mintiendo —dijo la joven girando el rostro para un costado donde su señor no pudiera ver su expresión avergonzada.
    —Vi tu expresión al agarrar aquella cadenita. Esa es la que quieres. —Señaló Sesshoumaru una cadenita que era de plata, pero había partes donde tenía diminutos diamantes convirtiéndola en un fino accesorio—. Tómala y deja esa cosa ordinaria.
    —Pero Sesshoumaru-sama, esto es para alguien de un círculo social más alto al mío. Ya con los kimonos y yukatas que me obsequia es suficiente. Siento que me estoy aprovechando de usted —explicó la joven volteándose hacia el youkai con un rostro preocupado.
    —Tú no te estás aprovechando de mí. De hecho, dudo que alguna vez te aproveches de alguien, Rin.
    —Gracias, Sesshoumaru-sama —sonrió con regocijo mientras en sus ojos aparecía un brillo especial.
    —Nos llevaremos esta —dijo Sesshoumaru tomando la cadena de plata y diminutos diamantes.
    —Muy bien —sonrió gustosos el youkai de los tres ojos.

    Tras pagar la cantidad de monedas que costaba la cadenita, la pareja se comenzó a retirar de la cueva y cuando pudieron divisar la luz del sol que indicaba que estaban muy cerca de la salida, ambos notaron que había una silueta parada en aquel lugar.
    Al irse acercando cada vez más a ella, vieron que poseía un largo cabello dividido en dos colitas y estaba vestida en un kimono de un color bordo con flores amarillas estampadas en él.

    —Sesshoumaru-sama, su madre —dijo Rin sonriendo debido a que hacía muchos años que no veía a aquella bella youkai.
    —Pero miren quienes están aquí, mi estimado hijo y su humana… crecida —habló la madre echándole un rápido vistazo a la joven vestida en una yukata de un verde vivaz y claro con líneas circulares rojas como estampado.
    —Buenos días, Tsukiko-sama —se inclinó Rin respetuosamente.
    —¿Qué hacen aquí ustedes dos?
    —Sesshoumaru-sama me consiguió una cadenita para el pendiente que me regaló en mi cumpleaños. ¿No es hermoso? —preguntó la joven mostrándole con emoción el obsequio hecho por su señor.

    La inuyoukai tomó delicadamente el collar en una de sus manos y se lo quedó observando por un rato hasta que sus rasgados ojos dorados pasaron a su hijo.

    —Tú respuesta, jovencita, ¿cuál fue? —preguntó la youkai creyendo saber perfectamente que la respuesta había sido positiva.
    —¿Mi respuesta? No comprendo…
    —Perdona, quise decir, tu reacción. —Media sonrisa maliciosa se fue formando en los finos y rojos labios de Tsukiko.
    —¡Estoy encantada por tan hermoso regalo! ¡Además es el colmillo de su hijo! Será mi amuleto —explicó la joven juntando sus manos conmovidamente.
    —Sesshoumaru —llamó la madre a su hijo mientras le devolvía el collar a la humana.
    —Rin, ve con Ahun.
    —De acuerdo. Con permiso.

    La madre se cruzó de brazos y alzó una ceja mientras su sonrisa maliciosa seguía dibujada en los labios.

    —No conoce nuestras costumbres por lo que veo…
    —No, no las conoce —contestó el hijo fríamente.
    —¿Y qué has hecho para que conozca tus intenciones?
    —Eso es mi asunto.
    —Ya lo sé… pero tu madre te puede ayudar. ¿Qué has hecho? ¿Qué piensas hacer? —preguntaba la madre mientras comenzaba a caminar en círculos alrededor de su hijo.
    —Iré dándole algunas señales hasta que ella se percate de mis intenciones.
    —¿Cómo venir con ella a comprarle una cadenita que ella misma tuvo la libertad de elegirse? —La madre lanzó una risa sarcástica.
    —¿Eso no hacen los humanos con sus esposas, eso no hacen los inuyoukais con sus parejas?
    —Sí… pero creo que esa chica necesita otro tipo de señales.
    —¿Te atreves a decir que Rin es tonta? —preguntó Sesshoumaru con el ceño fruncido y cierta irritación en la voz
    —No. Esa chica no es tonta. Pero te venera demasiado y conoce tu regla de “no enamorarse de humanos, no emparejarse con humanos”.
    —He cambiado de opinión.
    —Pues díselo. Además, ¿cómo sabes si ella está enamorada de ti?
    —La estoy conquistando —dijo Sesshoumaru muy seriamente y tras su respuesta se escuchó otra risa sarcástica.
    —Hijo mío, tú no sabes nada de conquistar a mujeres. En eso sin duda no te pareces a tu padre. Eres muy inteligente en lo que se refiere a asuntos políticos, pero en cuanto a asuntos amorosos, te quedas muy atrás… Incluso tu medio hermano menor es más rápido que tú…
    —Madre… —gruñó el inuyoukai.
    —Te deseo mucha suerte —se despidió la madre adentrándose en la cueva.

    Mientras tanto, Rin se encontraba sentada sobre el lomo de Ahun y trataba de enganchar el collar alrededor de su cuello sin demasiado éxito. Una expresión de frustración y cansancio se había dibujado en su rostro.

    —Volvió, Sesshoumaru-sama —dijo la joven cambiando rápidamente de ánimo.

    El inuyoukai no la miró, simplemente la pasó de largo preparado para emprender el regreso a la aldea donde la joven vivía hacía ocho años.

    —Este… ¿Sesshoumaru-sama? —El youkai volvió a pisar la tierra con sus botas y se volteó—… Me preguntaba si usted podía ayudarme a ponerme este collar. Es muy difícil hacerlo sin un espejo.

    Rin extendió la cadenita en el aire mirando a su señor expectante. Éste se acercó a ella, tomó el collar en una de sus manos y se posicionó detrás de la joven. Desabrochó el collar y pasando sus manos por delante de Rin fue colocando suavemente la cadena alrededor de su cuello.

    Rozar la piel de Rin era algo que Sesshoumaru encontró maravilloso y una vez que abrochó el collar, no pudo evitar quedarse contemplando el armónico cuello blanco de la muchacha.

    —Muchas gracias, Sesshoumaru-sama —se volteó Rin mostrándole una dulce sonrisa mientras tocaba con delicadeza el pendiente de luna creciente que colgaba en su pecho. Aquella escena que tenía Sesshoumaru delante de sus orbes dorados era de lo más deleitante.

    El inuyoukai no respondió nada. Comenzó a caminar nuevamente en dirección a la aldea y lentamente fue ascendiendo al cielo mientras Rin se quedaba admirando su larga estola pomposa, en la cual siempre soñó dormir. La muchacha largó un suspiro y se pasó las manos alrededor del cuello.

    Que excelente idea tuve… —se felicitó mientras se acomodaba sobre el lomo de Ahun para partir de allí.

    La madre del inuyoukai observó atentamente toda la escena y una media sonrisa burlona se formó en sus labios.

    —Hijo mío, eres tan lento en estos asuntos...

    Continuará…


    Gracias por sus comentarios Zhiinygami, sangura, sessxrin!!

    Me alegra que les haya gustado este fic en el que haré sufrir un poquito a nuestro querido Sesshoumaru, pero siempre para nuestra diversión, ajaj

    ¡¡Apareció la madre!! y es que tenía que hacerla aparecer porque amo tanto a este personaje y la nombré Tsukiko, jeje.

    ¡¡Bueno, nos leemos en el próximo capítulo!!

    The Lady
     
  11.  
    Zhiiny

    Zhiiny Usuario común

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    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    Hola!!!
    Omg... que kawaiii el capitulo, fue tan, tan hermoso, increible, espectacular.
    Tsukiko-sama fue muy astuta, awww todavia pienso en el capitulo y fue tan maravilloso
    Y Rin no se queda atras, le pidio a Sesshomaru que le pusiera la cadenita awww!!!!!!!!
    Supogo que Tsukiko-sama va a hacer algo para unir a esta pareja.
    Me dio mucha risa que Tsukiko le dijera a Sesshomaru que Inuyasha era más rapido que él.
    Me encanto el capitulo.
    Sayo~
     
  12.  
    rhapsodic

    rhapsodic кучко. Comentarista empedernido

    Géminis
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    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    Dios!!! me encanta este fic! tienes talento!
    Rin no sabe nada de las constumbres Youkai's!
    Haaa, y pensar que Sesshomaru esta loquito por ella y ni cuenta de ello se da!
    ¿La madre de Sesshomaru se llama Tsukiko-sama?
    Pobre Sessy, que bofetada la que le dio la mamá:
    -Hijo mío, tú no sabes nada de conquistar a mujeres. En eso sin duda no te pareces a tu pádre. Eres muy inteligente en lo que se refiere a asuntos políticos, pero en cuanto a asuntos amorosos, te quedas muy atrás....
    Inclúso tu medio hermano menor es más rápido que tú....

    -Madre- Gruñó el inuyoukai

    -Te deseo mucha suerte -se despidió la madre adentrandose en la cueva.
     
  13.  
    Nessie Danny

    Nessie Danny Guest

    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    Wow! Hermoso Fic!!!
    Me encanta ver este lado se Sesshomaru... tan Kawaii!
    Me pregunto como lograra hacer que Rin entienda lo que significa el pendiente.
    Es adorable ver como ninguno de los dos se da cuenta de que se gustan >_<
    De seguro que la Madre de Sesshomaru ayudara en algo a la parejita x)
    Tambien ame la parte en que Inuyasha y Seshomaru se pusieron a "jugar", es taaaan maduro de su parte!
    Espero con ansias el proximo capitulo.
     
  14.  
    sangura

    sangura Entusiasta

    Acuario
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    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    hooooooooooooooooooooooolaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
    Me encanto el capitulo, sobre todo la parte ultima, donde Rin le pide ayuda a Sesshy con el collar, no me digas que esa niña si podia con el collar y solo lo dijo para que el se lo pusiera?????
    Por que si es asi, de ahora en adelante Rin tiene mis respetos, que inteligente.
    coincido con AnnaKagome pobre Sesshy con eso que le dijo su mami, pero no dijo otra cosa si no la verdad.
    Nos leemos luego, Sayounara.
     
  15.  
    sessxrin

    sessxrin Fanático

    Virgo
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    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    OMG!! Amo tus capitulos, son tan originales y divertidos. Me fascina como manejas las personalidades y los dialogos, y amé a la madre de Sesshoumaru, es tan...ella xD
    Pobre Sess y Rin como siempre de sencilla y dulce.

    Espero leer el proximo capi.
    sessxrin~
     
  16.  
    The Lady

    The Lady Iniciado

    Tauro
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    El cortejo (SesshoumaruxRin)
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    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    Aviso: los personajes de Inuyasha no me pertenecen, sino que a Rumiko Takahashi.


    El cortejo
    The Lady​

    IV
    Totalmente inesperado

    —Todavía no pude encontrar el libro que trata sobre las costumbres de los inuyoukai —habló Sango agarrando un fruto caído de un árbol para apretarlo delicadamente, darlo vuelta en su mano para verificar que estuviera en buen estado y así poder guardarlo en el canasto que colgaba de uno de sus brazos.
    —¿Para qué? Ya concluimos que ese pendiente que Sesshoumaru le regaló a Rin debe simbolizar que él estará siempre presente en la vida de ella o algo por el estilo —dijo Kagome con tranquilidad—. ¿Volvemos?
    —Sí. Lo que pasa es que cuando yo era más joven y vivía en la villa de los exterminadores había aprendido mucho sobre las costumbres de los youkai y estoy casi segura que ese regalo significa algo —decía Sango haciendo gestos con su mano mientras hablaba.
    —Yo no puedo creer que Inuyasha no sepa absolutamente nada acerca de las costumbres inuyoukai —habló la otra mujer alzando una ceja incrédula y acomodándose un mechón de su cabellera negra azulina detrás de la oreja.
    —Lo que pasa es que Inuyasha creció con su madre…
    —Sí, tienes razón. Encima ella murió cuando él era muy pequeño —comentó Kagome alzando el rostro al cielo—. ¿Viste eso?
    —¿Qué? —Sango la imitó en la acción.
    —Me pareció ver un perro volando.
    —¿Será Sesshoumaru?
    —No, era más delgado… pero se dirigía para el lado de la aldea.
    —Que raro.
    —No importa. Oye, ¿quieres pasar antes por el pequeño lago? Tengo mucho calor.
    —Dale. Todavía falta un poco para el almuerzo.

    Las dos mujeres se desviaron del camino original y fueron por uno donde había grandes y gruesos árboles, cuyas raíces salían del suelo y estaban envueltas en musgo. Cuando llegaron a un pequeño descampado, rodeado de aquellos viejos y enormes árboles, ambas corrieron hacia la orilla del lago mientras reían divertidamente.

    Kagome y Sango se arremangaron las mangas de sus yukatas y se agacharon para mojar sus manos en el frío y transparente lago. Las mujeres suspiraron de la satisfacción.

    —Está hermosa —comentó Kagome mientras se pasaba las manos mojadas sobre el rostro.
    —¡En verdad! —concordó Sango arremangándose esta vez la parte inferior de su yukata amarilla para meter sus pies en el agua—. Esto es vida…
    —Sí… —contestó Kagome en un suspiro metiéndose en el lago mientras sostenía su yukata lila.
    —¡Mami! —se escuchó una voz tierna e infantil resonando en aquel descampado.
    —¿Hoshiko?

    Repentinamente, los copos de un árbol se mecieron e inesperadamente algo cayó en el medio del lago.

    —¡Mami! –volvió a repetir la niña asomando su cabeza del agua.
    —Hoshiko, ¿qué haces aquí? ¡Así mojaras toda tu ropa!
    —No, mi ropa está atrás de ustedes. —Señaló la niña—. Como no me escucharon, pensé en darles una sorpresa. Escuché que hablaban antes del tío y de Rin…
    —¿Desde cuándo nos estás siguiendo, Hoshiko? —preguntó Kagome saliendo del lago y yendo en busca de la ropa de su niña.
    —Al tío Sesshoumaru le gusta Rin —comentó Hoshiko ignorando la pregunta de su madre.
    —¡¿Qué?! —gritaron Sango y Kagome sumamente sorprendidas.
    —Que al tío le gusta Rin. Yo me di cuenta cuando le dio ese pendiente.
    —¿Qué hacías a esa hora despierta?
    —¡Lo recuerdo! —exclamó Sango llevando las manos a su rostro que mostraba una expresión totalmente estupefacta.
    —¿Qué recuerdas? —preguntó la otra mujer.
    —¡El pendiente! ¡El darle a Rin el comillo de Sesshoumaru en forma de pendiente es una forma de pedirle que sea su pareja de por vida! ¡Y no sólo eso! ¡Significa también que la ama!
    —¡¿Qué?!
    —Vieron, Hoshiko tenía razón —dijo la niña sonriendo y golpeando el agua divertida mientras Sango y Kagome no podían cerrar la boca del asombro.

    ¿Cómo no se habían dado cuenta antes?



    Un hombre acariciaba suavemente el cabello castaño del pequeño que dormía en su regazo mientras veía a sus hijas corretear y reír con júbilo en la entrada del bosque.

    —Hay olor a youkai —comentó Inuyasha sentado en el pasto junto a su amigo, con la excepción que en lugar de estar apoyado sobre sus rodillas, él se encontraba con las piernas cruzadas.
    —¿Crees que deba llamar a mis hijas? —preguntó Miroku seriamente.
    —No. Son dos youkai los que están ahí adentro. Uno es Sesshoumaru, el otro tiene un olor similar a él…
    —¿Querrá ver a Rin?
    —O quizás quiera jugar un rato. —Se levantó Inuyasha entusiasmadamente.
    —Inuyasha, ya no falta tanto para el almuerzo. Por ahí Kagome quiera que vayas a cazar el almuerzo…
    —¿Por qué rayos tengo que ir siempre a cazar el almuerzo? ¿Qué creen que soy? ¡¿Un animal?!
    —No técnicamente, pero algo de perro tienes, ¿o no?

    Inuyasha se volteó para fulminar a su amigo con la mirada y éste río nerviosamente sabiendo que no era bueno meterse con el hanyou.

    —Voy a ver si tiene ganas de pelear —dijo Inuyasha adentrándose en el bosque.
    —De acuerdo.



    Sesshoumaru caminaba bajo árboles que vestían hojas verdes y pequeñas flores amarillas y rojas que le daban al bosque un hermoso decorado. Él se dirigía a ver a Rin, pero no tenía en claro si se dejaría ver para que ella se acercase con su dulzura o si la observaría en la lejanía, como si la humana se tratara de una hermosa pintura dinámica.

    Un suave viento sopló traspasando a Sesshoumaru y haciendo que a su nariz llegara el fresco olor de Rin. Sesshoumaru cerró los ojos por unos segundos intentando que ese olor quedara impregnado en él, pero una extraña y fuerte ventisca provocó que abriera sus frías orbes doradas para encontrarse a otras idénticas a los suyas.

    —¿Qué quieres? —preguntó el youkai con su voz grave e indiferente.
    —Hola, Sesshoumaru. Tu estimada madre te ha venido a visitar —sonrió la mujer con arrogancia—. ¿Qué haces aquí?
    —Yo debería preguntarte eso —contestó el otro siguiendo con su camino y dejando atrás a la mujer.
    —Tienes razón. Tú vienes a ver a esa humana. Perdón hijo, no debí haberte preguntado semejante estupidez —habló sarcásticamente.

    Sesshoumaru no respondió, él siguió caminando con la misma serenidad con la que había llegado hasta ese lugar. Sin embargo, detrás de él se escuchaban otros pasos siguiéndolo con la misma tranquilidad que él poseía. El youkai se detuvo abruptamente y se giró en el lugar para encarar a la bella mujer que estaba detrás de él mirándolo con altivez.

    —Había olvidado que tenías otra ropa. Es que siempre te veía con ese traje blanco con toques de violeta —comentó la madre señalando el hitoe color violeta y la hakama gris con un obi del mismo color que vestía su hijo.
    —¿Qué quieres?
    —¿Qué harás cuando veas a Rin?

    Sesshoumaru se volvió a voltear ignorando por completo la pregunta hecha por su madre, pero ella parecía insistir en averiguar cada cosa que él pensara hacer puesto que detrás del youkai se escuchaba el repiqueteo de sandalias de madera.

    —¿Te la quedarás observando desde la lejanía?
    —No.
    —¿Cuál será tu excusa para verla?
    —Ninguna.
    —¿Acaso te confesarás?
    —Quizás —dijo el youkai volteándose para mirar desafiantemente a su madre.
    —Quieres decir que ahora estás yendo ahí para confesarle a Rin tus sentimientos.
    —¡¿Qué tu qué?! —exclamó Inuyasha saltando desde un árbol para mirar a su medio hermano mayor con ojos que por poco se salían de sus cuencas.
    —Así que estás enamorado de la joven Rin —comentó Miroku caminando tranquilamente hacia ellos.

    La madre de Sesshoumaru giró su rostro hacia atrás al sentir la presencia de más personas dirigiéndose hacia el mismo punto y no pudo más que sonreír maliciosamente.

    —¡Inuyasha! ¡Inuyasha! ¡Tú hermano está…! —La voz de la mujer que gritaba se apagó al tener que recuperar el aliento y cuando pudo recomponerse dijo: — Tú hermano está… ¡Ah, hola, Sesshoumaru!

    Kagome se detuvo abruptamente al ver al majestuoso youkai mirándola con un semblante indiferente y ésta comenzó a reír nerviosamente mientras se escondía con su hija detrás de Sango.

    —Aquí hay demasiada gente —habló Tsukiko mirando a los humanos y no tan humanos rodeándola—. Cuéntame las novedades, hijo.

    La mujer se fue elevando en el aire hasta convertirse en una esfera de luz que desapareció entre las nubes que había ese día. Una vez que la youkai quedó fuera del alcance, la mirada de todos los presentes se plantaron en Sesshoumaru quien seguía teniendo en su rostro aquella expresión estoica que lo caracterizaba. Parecía que nada lo podía intimidar.

    —¿Tú estas enamorado de Rin? —se atrevió a preguntar Inuyasha señalándolo con un tembloroso dedo índice.

    Sesshoumaru no iba a responder a esa pregunta, ya todo debía haber quedado claro tras las palabras de su madre, es por esa razón que el youkai comenzó a moverse nuevamente hacia la aldea, pero una pregunta lo hizo detenerse.

    —¿Qué hará para conquistarla? Su primer plan falló —dijo Sango mirando al youkai con curiosos ojos castaños.
    —¿Qué primer plan? —preguntaron Miroku e Inuyasha.
    —El pendiente que le regaló a Rin parece que simboliza una especie de confesión de amor entre los inuyoukai —aclaró Kagome saliendo detrás de su amiga con Hoshiko tomada de la mano.

    Tanto el hanyou como el monje se miraron mutuamente con expresiones de extrañeza, no pudiendo creer la información que se estaba procesando en sus mentes. ¿Sesshoumaru estaba enamorado de Rin, una humana? El mestizo llevó una de sus manos por debajo del kosode blanco que vestía y se pellizcó un brazo. Al ver que seguía en el bosque con su pareja y amigos observando a Sesshoumaru pasmadamente supo que no estaba soñando.

    —Si eso le falló, deberá ser más claro la próxima vez —comentó Miroku.
    —¿Qué quieres decir con eso? —peguntó el youkai observando seriamente al monje.
    —Bueno… usted sabe, más claro, más directo.
    —¿Acaso tengo que rebajarme y expresar esas sandeces que ustedes suelen decirles a sus esposas o parejas? —inquirió el youkai alzando una ceja.
    —Keh, esas sandeces son cosas que tú sientes —río Inuyasha con burla mientras se cruzaba de brazos.
    —Sesshoumaru, llevándola de compras, dándole regalos con simbolismos que no explicas no servirán para dejarle en claro a Rin que tú sientes algo por ella. Debes tener ciertas acciones para con ella que sean especiales… —explicó Kagome con mesura.
    —Esa chica no entiende algunas acciones… —masculló Sesshoumaru recordando la vez que intentó ayudarla a subir en Ahun.
    —¡Y claro que no las entiende! Todos estarían asustados si tú te mostraras amable. —comentó Inuyasha revoleando los ojos.
    —¿Qué harás para confesarle a Rin lo que sientes? —preguntó la mujer de cabellos negros azulinos.
    —Eso no te incumbe.

    Repentinamente, a los oídos de Sesshoumaru e Inuyasha llegó un crujido, como si alguien hubiese pisado una rama. Enseguida Inuyasha hizo un gesto con la mano para que todos dejasen de hablar del tema y en medio del silencio que se había formado se escuchó una suave y dulce voz.

    —Sesshoumaru-sama —dijo Rin apareciendo en la escena con la respiración exageradamente entrecortada—. Las gemelas me dijeron que usted estaba yendo a la aldea.

    Inmediatamente, Kagome junto sus palmas e informó que debía hacer la comida, Sango la siguió dando la misma excusa y ambas tomaron a sus respectivos hombres del cuello de la ropa para hacerlos desaparecer de aquel lugar donde los tortolitos -como los llamaría Kagome a partir de ese momento- se encontraban.

    —¿Para qué vino a la aldea, mi señor? —preguntó Rin inocentemente acercándose al youkai.
    —Tenía cuentas pendientes con Inuyasha —mintió—. ¿Por qué rayos no puedo decir que la vine a ver ella?
    —Ya veo… —comentó Rin tomando con una mano gran parte de su cabello para pasarlo por el hombro y comenzar a acariciarlo suavemente mientras sus ojos marrones oscuros no dejaban de admirar el perfecto rostro del inuyoukai.

    Sesshoumaru se quedó contemplando el suave movimiento que hacía la humana con su larga cabellera negra. Era un movimiento lento, pero con gracia donde las puntas de sus delicados dedos se perdían entre tanta cabellera y luego volvían a emerger y luego volvían a desaparecer; sus pupilas doradas no podían hacer más que perderse en aquellas repeticiones. Cuando quiso salir de aquel hechizo, pasó a observar su ovalado y risueño rostro. Peor idea no podría haber tenido. Los vivaces ojos oscuros de Rin lo miraban con devoción e inocencia, la cual contrastaba con sus tentadores y rosados labios que parecían llamarlo para que los probase, para que probase aquel manjar que seguramente era más dulce que el mismo azúcar.

    —Sesshoumaru-sama —lo llamó Rin moviendo su cabeza para echar su larga cabellera hacia atrás. Cuando el youkai la miró expectante la joven prosiguió: — una amiga me contó algo sobre un árbol que florecía tan sólo por unos pocos segundos a mitad del séptimo mes. Yo quería saber si usted sabía algo al respecto.
    —Lo conozco. Queda en una zona lejana. A tres días de aquí.
    —¿En serio? —inquirió la muchacha desilusionadamente.—. En verdad quería verlo…
    —Tengo que encontrarme con un Señor cuyas tierras quedan pasando el bosque donde se encuentra ese árbol. Si estás dispuesta a acompañarme a la reunión….
    —¡Por supuesto! —exclamó Rin efusivamente estirando su cuerpo para encontrarse muy cerca del rostro de Sesshoumaru.

    Cuando el youkai vio la manera en que aquellos tentadores labios se acercaron a él, dio un paso hacia atrás y enseguida se volteó con la elegancia que a él tanto lo caracterizaba y se puso en marcha para volver a sus territorios.

    —En dos días pasaré por ti, después del mediodía —avisó el youkai.
    —Lo estaré esperando Sesshoumaru-sama. —agitó Rin su brazo infantilmente en forma de despedida.

    Una vez que la joven dejó de agitar el brazo, llevó ambas manos detrás de la espalda y largó un suspiro cerrando los ojos. Cuando los volvió a abrir, ladeó la cabeza y una sonrisa atrevida se formó en sus labios.

    —Escuché todo, Sesshoumaru-sama.

    Continuará…

    Muchas gracias por sus post Zhiinygami, AnnaKagome, Nessie Danny (bienvenida), sangura y sessxrin!

    Por cierto AnnaKagome, Tsukiko es un nombre que le inventé yo a la madre de Sesshoumaru, en realidad Rumiko la deja sin nombre xD.

    Como han visto todos amo hacer sufrir a Sesshoumaru, pero jamás perderá esa elegancia, majestuosidad y frialdad que lo caracteriza, jajaj.

    El capítulo lo nombré así por un lado porque todos no pueden creer que Sesshoumaru esté enamorada de Rin, una humana y por otro lado, por el final que tuvo. No sé si muchos se esperaban que Rin escuchara que Sesshoumaru tiene sentimientos hacia ella.
    Veremos la próxima vez que piensa hacer Rin... *perverso*

    Besitos!!!

    The Lady
     
  17.  
    sessxrin

    sessxrin Fanático

    Virgo
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    Pluma de
    Escritora
    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    ¿Ya se acabo el capitulo? ¿tan cortico? ):
    Amo tus capitulos, ya los sabes, ademas de que cumples mi fantasia de verlos juntos. Amo a la madre de Sesshoumaru y a Rin. Ten cuidado con el Ooc, vi un levesisismo, pero leve Ooc en Sess, nada grave.

    Espero leer pronto la conti ;)
     
  18.  
    rhapsodic

    rhapsodic кучко. Comentarista empedernido

    Géminis
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    Pluma de
    Escritor
    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    Wiii la primera!!! Hola mi amiga!
    Woow, estuvo fabulosa la conti! me encanta la forma en la que escribes!
    Este capitulo me hizo reir mucho!! de verdad que Sesshomaru está enamorado de Rin *suspiro*
    me dió mucha gracia cuando Inuyasha dijo:
    —¡Y claro que no las entiende! Todos estarían asustados si tú te mostraras amable. —comentó Inuyasha revoleando los ojos.

    De verdad que la madre de Sesshy trata de ayudarlo! *con sus maneras claro*
    Esto está cada vez mejor!!
    Rín ya se enteró!! Wiii Kiiaaa que emoción!!

    Una vez que la joven dejó de agitar el brazo, llevó ambas manos detrás de la espalda y largó un suspiro cerrando los ojos. Cuando los volvió a abrir, ladeó la cabeza y una sonrisa atrevida se formó en sus labios.

    —Escuché todo, Sesshoumaru-sama.

    Bueno, sin mas preambulos me despido amiga, esperaré anciósa la próxima conti n_n
    Besitos!!
    KaguraANNA::_ AnnaKagome.
     
  19.  
    ISYLU

    ISYLU Entusiasta

    Tauro
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    Mensajes:
    136
    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    Hola! soy nueva en tu fic!
    me ha encantado! es muy lindo jaja
    sessho enamorado de una humana ¿quien lo diría?
    me encanto este ultimo capi! si que le pega el titulo jaja quien se iba imaginar que Rin escuchó la conversación?
    ya quiero ver que hace esa pequeña pícara jaja
    espero la próxima conti con muchas ganas!! nos vemos!
     
  20.  
    sangura

    sangura Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    10 Diciembre 2009
    Mensajes:
    65
    Pluma de
    Escritora
    Re: El cortejo (SesshoumaruxRin)

    Hooooooooolaaaaaaa
    Wow que lista es Rin, ahora me pongo a pensar, si esa
    pequeña picara escucho todo, sabe que Sesshy siente
    algo por ella, eso del arbol fue mas una excusa para
    pasar un tiempo a solas con Sesshy que ver el dichoso
    arbol, jajajaja que inteligente niña, por eso me cae bien.

    Nos leemos luego.
     
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