Long-fic Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por sorimori, 28 Abril 2010.

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  1.  
    Yrim

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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    Jajajaja pobre Rin... con esas dos encima todo el d'ia normal que no se decida a contarles nada... Bueno, la verdad es que ni siquiera ella acepta que siente algo por Sesshomaru... Bueno, espero la conti! :D
     
  2.  
    VANEZITHA

    VANEZITHA Entusiasta

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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    me encantha k Sango y Kagome son demaciado fantaciosas
    pero0 Rin ahora keda de fria y calculado0ra jaja pero0 cuando0
    va a llegar lo mas esperado0 el acercamiento0 de sesshomaru y Rin!!
    aii me avisas cuando este el otro0 capitulo sii!!
     
  3.  
    *Kurayami*

    *Kurayami* Usuario común

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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    Hola... haha ya me los leí... me gustaron mucho, la historia va constantemente a lo largo de lo que hace en todo su día y aunque algunas partes parezcan monótonas nunca van a lo mismo y eso me agrada bastante, lo de la perla... que ella no sabe nada también me gusta~ Quisiera saber qué le dice el abuelo, la da mucha risa la cara de emoción y horror que imagino xD...
    Espero ansiosa *-* me parece muy bueno que todo va calmado y no me hace perder el interés, es por así decirlo como un novela, aunque hay de muchos tipos xD

    Nos vemos luego *--* la verdad... me gustaría saber si Sesshoumaru sabe acerca de la existencia del fragmento que se encuentra en su colgante... y también ha~ la reacción cuando Inuyasha se quite la gorra(?)

    Chau :D!!!!
     
  4.  
    suzuno

    suzuno Usuario común

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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]


    Hola ^^

    Diosss!!!!!! Que rápida eres poniendo contis así se me acumularán unas cuantas contis cuando vaya a leerlas.

    Me encantaron las contis n.n están geniales :)

    Me hubiera gustado más que durará un poquito más la carrera de Rin y Sesshomaru para saber quién ganaría jaja. Pobre Shippo, ahora se sentirá destrozado si de verdad ama a Kagome.
    Que amigas más pesadas sobre el temita, yo me quedaría igual que Rin (callada) hasta que se cansen aunque me enojaría algo, a parte también opino igual que Yrim.
    Al final se decidió a decirle la verdad a su abuelo…
    Pero que tendrán que ver Sesshomaru e Inuyasha con la esfera ¿? Me intriga bastante eso y no puedo quitármelo de la cabeza jaja xD También me pregunto lo mismo de *Kurayami*
    Amm entiendo, yo muchas veces hago lo mismo :D

    Bueno sin más que decir…
    Hasta la siguiente conti ;)
    ¡Ánimo y Suerte!

    Matta ne!!!
     
  5.  
    sorimori

    sorimori Entusiasta

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    Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]
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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    La parte segunda de este capitulo no será seguida. La meteré en otro momento salteada a este. ¿De acuerdo?

    Ahora me salen admiradores por todos lados {Parte 1}

    Me encontraba en un campo lleno de flores. Flores de diversos colores que desprendían olores inconfundibles. Me sentía en un paraíso. Era la primera vez en mucho tiempo que me sentía libre, fuera de la cotidiana y aburrida vida en la ciudad.

    -Higurashi… - Una voz llegaba desde lejos, era un eco muy suave, casi inaudible. – Higurashi… - Cada vez se acercaba mas, la voz era de hombre, podía darle una edad media de treinta años. – Higurashi… - Ahora la sentía prácticamente al lado de mi oreja, ¿Qué quería decirme? - ¡Higurashu! ¡Despierte!

    Las risas y aquella voz ahora muy fuerte me hicieron salir de mi sueño. Delante de mí estaba el profesor de japonés, miré hacia arriba para encontrar su rostro. Llevaba una camiseta negra pegada a sus músculos y los mismos pantalones vaqueros de la última vez. Tenía una ceja mas elevada que la otra y me miraba con aquellos penetrantes ojos.

    -¿Ha dormido bien? – Preguntó con tono irónico. Parecía muy disgustado.
    -¿Quieres saber la verdad? – Le reté. Estaba harta de tantas llamadas de atención, ¿A caso no se daba cuenta del sueño que tenía?
    -Por supuesto – El me siguió el juego.

    Sabía perfectamente que me llevaría una falta a casa, pero me daba completamente igual. Una, dos, tres o mil, que me pusiese cuentas quisiera.

    -He dormido… - Me quedé callada, todos los que me rodeaban me miraron de golpe y en silencio. – de… - Puse intriga al asunto – vicio – alargue la ultima o como si de un burro se tratase.

    El profesor, del cual desconocía el nombre, sonrió de lado y cerró su libro de golpe.

    -Ya que esta pidiendo a gritos una falta – Golpeó la mesa con el libro – se la daré. – Se olvidó del libro y fue hacia su mesa. En el camino iba murmurando algo que nadie comprendía. Kagome, que estaba a mi lado, me observaba con los ojos abiertos de par en par y la boca en la forma exacta de una “o”.

    El gesto del profesor mostraba su nerviosismo. Rebuscaba en el cajón con rapidez pero no encontraba nada.

    -¡Venga aquí! – Fue hasta la puerta muy agitado y yo le seguí. – Sigan con sus trabajos… - Dirigió una ultima mirada a los alumnos y abrió la puerta. Salimos de aquella clase de color azul celeste, muy suave; mientras íbamos a paso ligero por el pasillo notaba como los ojos del profesor me miraban de vez en cuando.
    -Si tienes que decirme algo me lo dices. – Advertí. No me gustaban los secretos, además, podía ser mi profesor pero aún así me sacaba pocos años. Podría se perfectamente mi hermano mayor.
    -Siéntate. – Señaló un banco que teníamos muy cerca.

    ¿Siéntate? ¿Desde que momento me hablaba de tú?

    -Me sacas de quicio. – Se echó las manos a la cara y la cubrió por completo. – Es demasiado… - Se quejó, parecía tener ganas de llorar.
    -Esto… - ¿En serio iba a llorar? – no es mi culpa que la tomes conmigo… - Crucé las piernas.
    -Lo se… - Confesó, retiró las manos de su cara y me miró. Le brillaban los ojos, cuando se dio cuenta de ello me retiró la mirada.

    -“Uy… que mala espina me da esto…” – Pensé.

    -Necesito hablar contigo a la salida. – Se levantó, giró para decirme algo mas – te espero en el bar de la esquina.

    Se fue a clase de nuevo, lo miré atentamente. Realmente no parecía un profesor de japonés, lo veía mas como un profesor de deporte. Las piernas estaba bien formadas, su forma de andar era lo mas varonil posible; la espalda al igual que las piernas también estaba muy bien formada, sin ningún defecto. En resumen; era ancho y musculado. Mientras caminaba agachó la cabeza y se llevo las manos a ella, cerró las manos en la cabeza dejando dos puños perfectos.

    -¿Y la falta? – Musité.

    Me había dejado petrificada, quería quedar conmigo fuera del horario escolar para “hablar”. ¿Y si era un profesor pervertido?... no sabía que hacer, muchas dudas venían a mi cabeza en aquel momento. Podía ir y escuchar lo que tenía que decirme, pero eso era arriesgarme a lo peor, o no ir y arriesgarme a no saber que quería decirme.

    -“Uf, que decisión mas complicada. – pensaba mientras iba dirección al baño. – Si, voy a ir” – Asentí y levanté un puño a modo de victoria. Debía de admitirlo, esta había sido la decisión más difícil de mi vida. Además, me servía para alejarme de las dos marujas.

    No podía aguantar de lo nerviosa que me encontraba, mi mente daba vueltas de un lado a otro sin prestar atención a las clases. Iba y venía a lugares sin darme cuenta, hablaba y escuchaba conversaciones sin a penas saber lo que me decían o lo que yo respondía. Por una vez en la vida estaba feliz, eufórica y ansiosa.

    La campana de última hora, tenía todo guardado hacía media hora. Me levanté estruendosamente bajo la atenta mirada de Sesshomaru, por algún extraño motivo había llamado su atención. Cogí la mochila y la lleve a cuestas conmigo, corría a toda velocidad para alejarme lo máximo posible de Sango y Kagome, tenía que ir rápido sin que nadie se diese cuenta.

    El bar estaba vacío, las mesas sucias y las sombrillas recogidas. Un rosa intenso decoraba el bar mientras que las mesas lucían un color blanco imposible de mirar. Por la forma en la que estaba decorado parecía ser de alguna mujer. Deposité la mochila sobre la mesa y me dejé caer en una de las sillas de plástico más cercanas a mí.

    De vez en cuando miraba el reloj receloso. Habían pasado veinte minutos desde que me senté y aún no aparecía mi profesor. Ya estaba cansada, me levanté y colgué la mochila en un solo hombro. Miré por última vez la zona y me dispuse a irme de allí.

    -¿Te vas? – La voz jadeante de mi profesor me hizo parar. Al parecer había venido corriendo.
    -Um… - Si algo no me gustaba, era esperar. – No… - Volví a sentarme en el mismo sitio, esta vez la mochila la tiré al suelo. – No me entretengas, dime lo que sea que tengas que decirme. – No me convenía fiarme de el, ¿realmente de que lo conocía? De nada, de semana y media aproximadamente.
    -¿No quieres que te explique por que te he citado?
    -Esta claro que para hablar conmigo, ahora suelta – Observé el rostro de mi profesor.

    Se formó un silencio insoportable, un silencio en el que se notaba la desconfianza y el nerviosismo.

    -¿Puedo explicarme antes de decírtelo? – Sonrió dulcemente, esperaba un sí como respuesta.
    -Bueno…
    -Se que te parecerá raro, un profesor quedando con su alumna ocho años menor que el. Probablemente ahora por tu cabeza este pasando la idea del profesor pervertido. – Hizo una pausa.

    -“¡Bingo!” – Pensé mientras.

    -Pero no es así, tengo que decirte algo y lo haré. – Otra vez aquel brillo en los ojos…
    -¡Suéltalo! - Grité, estaba de los nervios. ¿Qué quería decirme? ¿A caso le gustaba su alumna?
    -¿Aún no sabes por que estoy tan pesado contigo? – No estaba nervioso, su cara tenía el mismo color de siempre y tampoco echaba la vista hacia abajo. Se notaba su madurez. – Me gustas Rin.

    -“¿Qué?” – Grité en mi interior.

    -¡Por el amor de Dios! ¿Estás loco? – Me levanté de la silla y esta cayó al suelo por la inercia.
    -No – Claramente no lo estaba, aquella fue la respuesta mas seria que me había dado en todo este tiempo
    -Yo me voy… - Todo esto era surrealista, ¿un profesor de veinticinco años al que le gusta una chica de diecisiete? ¡¿Pero que sentido tenía aquello?!

    El también se levantó de su silla, inclino su cuerpo hacia mi y me agarro la muñeca con su mano, aquella mano era enorme, musculada como el resto de su cuerpo y muy suave. Noté como mi corazón palpitaba a toda velocidad, aquel fue el primer contacto que había tenido con un hombre; descontando las caídas, los choques, los roces involuntarios en centros comerciales…

    Mantuvo su mirada en mis ojos, ¿Por qué no se la podía retirar? ¿Qué me estaba pasando? ¿Sería la emoción de sentir un chico tan cerca de mi?

    -No… - Me rogó. Era innecesario que mencionase mas, no quería que me fuese.
    -A-a ver… - Liberé mi muñeca de su mano. – No me conoces, no te conozco, - argumenté - ¡Eres mi profesor!, – Esta argumentación la dije algo más alta que las demás para resaltarla. – tienes veinticinco años yo diecisiete, te juegas el puesto… y además… necesito tiempo para responder.
    -¿Responder? – Frunció el ceño y se dejó caer sobre la silla. – Te he dicho que me gustas, no te he preguntado nada…
    -¿No querías saber si quería salir contigo?
    -Rin… para salir con alguien el sentimiento tiene que ser mutuo y las dos partes deben conocerse bien… Tú no sabes ni como me llamo – Una leve carcajada salió de su garganta.

    Fue tan… adoré aquella carcajada. Era perfecto, perfecto pero demasiado mayor… ¿Y si le daba una oportunidad y quedaba con el en otras ocasiones?

    -“Rin… estas caminando sobre fuego” – Me advertí a mi misma. – “Pero es una oportunidad de oro” – Tenía un dilema mentar demasiado grande para resolverlo yo sola, no podía resolverlo con Sango y menos con Kagome.

    En ese instante se me ocurrió alguien, alguien que probablemente no me diese respuesta alguna. Alguien que compartía las clases conmigo aun que no hablásemos. Pensaba en el, en Sesshomaru. Persona mas discreta probablemente no existiría.

    -Ya… nos veremos. – Salí corriendo de allí y deje al pobre tirado en el bar. Se quedó con cara de perro abandonado.

    -“¿Pero para que corres?” – Me pregunté, aún así no dejé de correr.

    -No se donde vive… y tampoco se si querrá escucharme. – La verdad es que era muy difícil encontrarlo. – Además no nos conocemos como para contarnos las cosas… ¡Da igual! ¡Todo tiene un principio! – Deje de correr ya que no encontraría su casa. Fui caminando hasta el templo mientras pensaba en las palabras del profesor.

    -“Un profesor enamorado de una alumna…” – Pensaba de vez en cuando.
     
  6.  
    Yrim

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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    KYAAA! pero como lo puedes dejar ahi???!!!
    Dios, ha sido mortal... Me he enamorado del profesor... por un momento he querido que Rin acabase saliendo con el... Pero luego la imagen de mi Sesshomaru solito me ha arrebatado el corazon de nuevo xD
    Pero por favor, el profe me da pena... buscale a alguien, andaaa jajaja
    En serio, este capi ha sido genial, no, lo siguiente! Ahh... estoy desesperada por saber lo que va a pasar.. y a Rin como se le ocurre pedirle consejo a Sessho!?!? xD eso hay que verlo
    Bueno, espero la conti.
    Cuidate
     
  7.  
    suzuno

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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]


    Hola n.n

    Que rebelde ha estado en clases de japonés, que contestaciones, no la reconozco xD

    :eek:, como es posible¿?; habrá una especie de triángulo amoroso o algo así¿? Me quede atónita al leer la parte en la que el profe le confiesa su sentimiento aunque ya me imaginaba algo cuando la citó en el bar y luego cuando piensa en Sesshomaru para decirle lo sucedido…

    ¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!! Porque lo has dejado ahí ToT

    Pon pronto la conti o si no…
    verás las consecuencias…:mad:
    ok, no es broma jaja :D

    Hasta la próxima :)

    La esperaré con muchísimas ansias ;)

    Matta ne!!
     
  8.  
    luna sahara

    luna sahara Entusiasta

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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    hola

    al fin pude terminar de leer el ff :) en verdad me en canta,
    me gusta mucho la vida que le das a Rin, muy como decirlo, muy despreocupada :D,
    es algo que diferente a como es en el anime y eso me encanta,
    ya que aveces me aburro de la misma niña inocente y dulce, no digo que esta mal,
    solo que ay que variar un poco debes en cando :),
    la verdad es que me quedo boquiabierta con varias partes del ff,
    que impresión al profesor le gusta Rin, pero eso me da un poquito de mala espina,
    no confió mucho en el maestro.
    bueno espero la conti con ansias.

    cuídate, nos vemos, bay!!!!
     
  9.  
    *Kurayami*

    *Kurayami* Usuario común

    Leo
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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    Hahaha juraría que había posteado... me gustó bastante, ¡Qué extraño!, espero que lo encuentre... para ver que le dirá Sesshoumaru, aparte... me intriga que ella aún no sabe lo del fragmento... nos vemos! Me gustó el episodio pero me sentí muy jodida cuando terminó allí porque la duda me estaba carcomiendo xD!!
    Nos vemos~ chauu n_n
     
  10.  
    sorimori

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    Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]
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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    Gracias por los comentarios chicas.

    Cada día me das mas miedo mi cuarto.

    A las dos y media de la tarde del martes sonaba el timbre con gran firmeza, el alboroto que formaban todos los alumnos me producía un dolor intenso en los oídos. Tuve que darme prisa para alcanzar a Sango y a Kagome que estaban ya saliendo por la gran puerta.

    -¡Ey! – Les grité. Llegué hasta ellas, me miraban con cara de circunstancia y aquellos no me gustaba. - ¿Os pasa algo? – Observé sus gestos de desconcierto.
    -¿Hoy no sales corriendo? – Preguntaron al unísono.
    -No – Contesté. Sujeté la mochila desde atrás con mis dos manos, de esa manera, evitaría llevar tanto peso a la espalda. - ¿Vamos? – Pregunté con aire despreocupado.
    -Vamos… - Sango se aferró a mi brazo y tiró de mi con fuerza.
    -¡Espera! – Recordé que debía buscar a Sesshomaru. – Tengo que esperar a alguien…

    Me observaron con desaprobación, probablemente estuviese alejándome de ellas, pero, necesitaba recibir una respuesta a mi dilema.

    -Ya lo sabia yo… - Murmuró Kagome, estaba realmente en desacuerdo con mi comportamiento.

    Sango dejó de amarrar mi brazo y se aferró al de Kagome, parecía que le era realmente sencillo cambiar de compañía.

    -Ya nos veremos… - murmuré.
    -Suerte – Me sonrieron, parecía una sonrisa sincera pero aún así no me daba muy buena espina todo aquello.
    -Gracias… - Bisbiseé en un tono completamente inaudible.

    Me paré en frente de la puerta, justo delante de mí estaba el hermano mayor de Sesshomaru, Inuyasha, por lo que me dio a entender que aún no había salido. Poco a poco iba saliendo menos gente del interior del instituto, a cada minuto que pasaba menos esperanza tenía de encontrarme con el.

    -“Exactamente… - Cavilaba mientras miraba a Inuyasha atentamente - ¿Por qué quiero hablar con el? – Agité la cabeza rápidamente, no me gustaba hacerme esas preguntas. Pero debía ser muy coherente… actuar con madurez y amueblar mi cabeza… - Y si…” – Pensé sin concluir la frase.

    Estaba en mi mundo, sin prestar atención ya a nada. Pude ver como una silueta pasaba por mi lado, tan silencioso como la oscuridad. Desperté a trompicones de mi anonadamiento y pude comprobar la identidad de aquella persona. Era Sesshomaru, al parecer había salido prácticamente el último.

    -¡Espera! – Le grité mientras bajaba las escaleras a toda velocidad, estaba prácticamente dentro del coche ya e Inuyasha caminaba con soltura hacia la puerta del conductor. - ¡Espera! – Me agaché situando las manos en mis muslos, estaba un poco cansada.

    Los dos hermanos se miraron. Inuyasha le hizo una señal para que saliese, parecía estar dándole permiso para hablar conmigo. Salió del coche y cerró la puerta con despreocupación. Sus dos ojos me miraron como siempre, tan fríos como otras veces. Elevé mi cuerpo para estar a su altura, no me era de agrado estar agachada mientras que el me miraba desde arriba como si fuese algo insignificante.

    -Tengo que hablar contigo. – extendí mi brazo derecho hacia su brazo izquierdo para amarrarlo.

    Cuando casi lo tenía sujeto retiró el brazo, parecía disponer de buenos reflejos.

    -No voy a hablarlo aquí… - le advertí; de todas formas poco le importaba a el. – Ven… - Dejé a manos del destino la decisión de seguirme que tenía que tomar Sesshomaru.

    Caminé hasta una zona floral cercana al instituto, había margaritas por todos los rincones, fuera de aquella zona había dos bancos de madera de una sola persona. No me senté en ellos, me situé cerca de uno a esperarle.

    No parecía querer venir, por suerte no tenía razón. Pocos segundos después se puso a caminar hacia mí. Venía despacio y con aires de superioridad, como siempre. Parecía ser una persona muy petulante. Un mequetrefe de su tamaño no podía ser menos…

    -“Que tenga que estar así para comentarle algo que no le va a importar…” – Pensé – “También tu…” – Me culpaba constantemente.

    Cuando lo tuve delante no supe por donde empezar, estaba un poco confundida por la poca confianza que tenía con el. Dejé caer la mirada hacia el suelo y empecé a pensar en como podría comentar la frase.

    -Mira, – Levanté la mirada y la llevé hasta la suya. – tengo un dilema. – Esta vez me senté en uno de los bancos. – Bueno…

    Se dio la vuelta y dio paso a su marcha.

    -¡Espérate! – Le grité desesperada. El paró de repente y se quedó de espaldas. – El profesor de japonés me ha dicho que le gusto. Es ocho años mayor que yo y no se si darle una oportunidad. No se si, salir con el para conocernos mejor o no hacerlo. La diferencia de edad es muy considerable pero… - Me quede callada cuando vi como me miraba, había girado la cabeza hacia mí y me estaba atravesando con los ojos. Tragué saliva; aquella mirada imponente era terrorífica.
    -Cuando diferencies el amor y el morbo… - Devolvió la cabeza a su posición normal y comenzó a andar hacia el coche de su hermano. – entonces te responderé.
    -¡Pe-pero…! – Probablemente si me sacaban una foto saldría con la cara blanca como la leche.

    Tanto misterio para nada, después de todo, me había quedado sin la respuesta que tanto ansiaba escuchar.

    -Antes dime una cosa. – Me dijo con la voz algo más elevada - ¿Por qué me lo preguntas a mí? – Abrió la puerta del 4X4 y entró. La cerró de golpe sin darme oportunidad para responderle.

    El coche arrancó y marchó, yo aún estaba sentada en el banco intentando encontrar una respuesta. ¿Por qué? ¿Por qué lo había echo? ¿Por qué se lo había preguntado a el? ¿Realmente era por que parecía discreto?

    En poco tiempo todo se me vino encima, tantas preguntas volvían loca a mi cabeza y la duda de que hacer no dejaba de atormentarme.

    -“Rin… - Me había levantado y estaba y en frente de una fuente cercana al lugar - ¿Qué has hecho? – Pensaba mientras me mojaba la cara. Las gotas de agua resbalaban por mi rostro hacia el mentón. - ¿Y si lo suelta en el instituto?”

    -¡Rin! – La voz de mi hermano me hizo sobresaltarme. ¿Qué hacía por ahí a esas horas? – Como tardabas, el abuelo me ha mandado a buscarte – Decía a grito limpio mientras corría hacia mi; su pelo negro se movía graciosamente con el viento.
    -No pasa nada… - Musité.

    Sota llegó a mi lado y me agarró la mano para a continuación tirar de mí.

    -¡Vamos! – Me hizo correr como nunca antes había corrido. En pocos minutos habíamos llegado al templo, como de costumbre subimos los escalones y fuimos hasta casa.

    En la cocina mama tarareaba algo mientras colocaba las cosas en la mesa. El abuelo estaba entretenido cortando en pedazos un periódico, a su lado tenía un paño abierto; probablemente lo usaría para introducir los pedazos de papel en el.

    -¿Por qué estas cortando eso? – Le pregunté un poco confusa.

    El abuelo me hizo una señal con la mano para que me acercase a el. Acerqué mi cabeza a la suya y lo miré con temor. ¿Qué me iba a hacer?

    -Voy a meter la esfera entre todos estos papeles y los envolveré con este pañuelo azul. – Me susurró al oido.
    -Vaya… ¿Para que? – Dije.
    -Para esconderla mejor. – Se quedó pensativo – aunque… si es lo que yo creo… de poco me va a servir eso. – Tiró las tijeras sobre la mesa, parecía desilusionado.
    -Abuelo – Coloqué mis dos manos sobre sus dos hombros. – Tendrías que seguir haciéndolo, no sabes si llevas razón o no. – Comenté, por la forma en que le hablaba parecía que entendía algo sobre el tema de la esfera, pero realmente yo no entendía nada. Era tan poco probable que la esfera tuviese algún poder que solo pensarlo era imposible.
    -Si tienes razón. – Agarró las tijeras otra vez y siguió cortando. Cortaba con mucha velocidad y sin a penas respirar.
    -¡Di que si! – Le animé; me fui por la puerta para dejar la mochila arriba. Me sentí muy cómoda cuando entré en mi cuarto, el calor que tenía la habitación me recibió literalmente con los brazos abiertos. Caminé hasta una esquina cercana a la cama y dejé la mochila bien situada, apoyada sobre la pared.

    Algo me llamó la atención en ese mismo instante; en el suelo había una huella de zapatillas deportivas, parecían de suela muy plana y con dibujos poco marcados.

    -¡Sota! – Grité a mi hermano desde la parte superior de las escaleras.
    -Dime. – Subía tranquilamente por ellas.
    -¿Has estado en mi cuarto? – Apreté su rostro con mis dos manos.
    -N-no… - Dijo temeroso.
    -Está bien… - Lo solté y entré de nuevo al cuarto.

    -“Si el abuelo no lleva deportivas, si Sota no ha sido, y si mama tampoco lleva deportivas… - Me agaché sobre la huella - ¿De quien es?”
     
  11.  
    Dark Phoenix

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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    Hola, perdon por no haber pasado antes, pero no prendo diario mi computadora, lo siento,
    Wow falto dos dias y mira de todo lo que me pierdo que mal, Entoses el sexy profesor de Japones esta enamorado de Rin heee jejeje lo que mas me encanto fue la respuesta de Sesshomaru ante la situacion

    -Cuando diferencies el amor y el morbo… - Devolvió la cabeza a su posición normal y comenzó a andar hacia el coche de su hermano. – entonces te responderé.

    de verdad que me rei mucho nadamas de imaginarlo, que frio he indiferente es pero esa es la razon por la que muchas lo amamos (Me incluyo).
    Cada vez se pone mas interesante esta historia, ¿Que le respondera Rin al profe? a mi no me molestarian un par de citas con beso y todo jejeje, si se queda con quien se debe de quedar al final

    Espero la conti con ancias amiga, me avisas en mi perfil...te mando un abrazo y un kiss

    Pd.: Me sigo confundiendo en varias palabras que usas, te faltan algunas tildes, y hay pocos herrores de dedo.
     
  12.  
    sorimori

    sorimori Entusiasta

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    Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]
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    47
    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    Sep xD, por desgracia el word todo, lo que es todo... no lo corrige TT es que yo... en mi vida en puesto tildes en lo que escribo y es por eso que no se ponerlas U.U
     
  13.  
    suzuno

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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]


    Otra vez igual…

    ¡¡¡NOOOOOOOO!! Como eres capaz de dejarme en ascuas de nuevo (¿?), estoy súper intrigada aunque también con algo de miedo xD(lógico, porque si yo vería esa huella de zapatilla sabiendo que no ha sido nadie de mi familia, me vendría un escalofrío por el miedo) por saber quién es esa persona que ha entrado a su cuarto.

    Nada más leer aquél párrafo (el penúltimo) el único que me vino a la cabeza fue el profe de japonés, pero también pueden ser Inuyasha (ya que en un momento fue a su casa) o Sesshomaru (aunque este dudo que haya sido él :D)

    Al final creo que la loca me voy a volver yo si no pones conti pronto :)

    Opino igual que Dark Phoenix sobre el comentario de Sesshomaru (sobre la respuesta que le dió) yo también me reí un poco… pero después de que se me pasara la risa, volviendo en sí; volví a releer esa conversación, pensando en que fue una respuesta como si personaje fuera era el mismo (su actitud) que el de la serie de Rumiko Takahashi ya que creo que él diría algo por él estilo pero más frio( aunque has hecho que se pareciera bastante la actitud al de la serie sin cambiarla mucho)…; y también hablarían de la esfera pero no fue así :(

    Sin mucho más que decir…

    Hasta el siguiente capi ;) que lo esperaré con muchas ansias para saber si me resuelve mis dudas

    ¡Sigue así!
    ¡Ánimo y suerte!


    Matta ne!!
     
  14.  
    sorimori

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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    El ¡Sí! Y el robo del fragmento

    Cada minuto del día se me había mas pesado, no era solo por las clases; también entraban los factores del aburrimiento y la poca conversación que me daba Kagome últimamente. Parecía que no iba a perdonarme los platones. Al parecer, a Kagome nunca la había dejado tirada y aquello la sacaba de sus casillas. Al menos en el recreo Sango la obligaba a hablarme más de lo normal, desde aquel día en el que me quede esperando a “otra persona” en el instituto se había vuelto mas fría y distante; Sango a su vez ya no se sentía ofendida. ¿Pero que quería que hiciese? ¿Quedarme de brazos cruzados sin recibir respuesta? A pesar de todo mi “esfuerzo” por recibirla… no lo conseguí. Me había quedado igual que antes y lo peor era que tenía que decidir yo sola.

    Por suerte para mi; era de decisiones rápidas, probablemente equivocadas pero cuando tenía que decidir lo hacía muy rápido, no me preocupaban las consecuencias a esto. Decidí quedar con el profesor, darle una oportunidad y dármela a mí también, al fin y al cabo sería mi primer amor y por algo se empieza. Su nombre era Yamato. Me resultaba muy tranquilizador pronunciar su nombre por silabas y muy despacio. Probablemente me estuviese enamorando de el. Siempre había oído hablar sobre relaciones alumna, profesor, y pocas llegaban a algo serio. ¿Seria esta mi oportunidad?

    -¿Te aburres? – Me preguntó Yamato.

    Estábamos en el parque de siempre, el parque mas cercano a mi casa. Prefería ir allí, por mi propia comodidad, antes de ir a otro lugar. Si era verdad, que sabía que podíamos ser vistos, pero cada vez que le advertía de ello Yamato me decía que no le importaba; que todo era para que me resultase más cómodo. Realmente, era el príncipe azul que toda adolescente había soñado alguna vez.

    -No – Le sonreí mientras observaba su rostro.

    Definitivamente no me podía creer que todo esto fuese real, algo dentro de mi estaba palpitando y para nada podía negar que no fuese amor.

    No solíamos pasar mucho tiempo en el mismo sitio, pero siempre cerca de mi casa. En ocasiones nos habíamos sentado en las escaleras de mi templo, a la vista de toda mi familia. Lo bueno era que no aparentaba del todo veinticinco años, al menos para personas mayores de cuarenta años. Los días pasaban y mi rutina era la de siempre; salir de clase, hacer los deberes – en caso de que tuviese -, y salir con Yamato. De vez en cuando llamaba a Kagome y a Sango para hablar con ellas y así evitar que la ira de Kagome fuese a más.

    .¡Pero que puñetas! - Solía decir yo justo después de hablar con ellas - No le debo nada a nadie…

    Así era, no le debía absolutamente nada a nadie. Bueno, quizás sí, a mi madre por darme la vida. Papa se había ido a África de turismo… era biólogo pero no lograba trabajo de ello; por lo tanto a el también le debía una buena parte de la vida que también me había concedido.

    -Rin – Yamato me saludó desde una distancia considerable.
    -¡Yamato! – El corazón me comenzó a latir aceleradamente.

    Lo necesitaba, necesitaba estar cerca suyo para no sentir el vacío que siempre sentía al estar sola.

    -¿Qué tal hoy en clase? – Me preguntó. Los jueves no tenía clase con el por lo tanto no sabía como me encontraba, si me divertía o al contrario, si me aburría.
    -Bien – Le mentí. Debía tener en cuanto que era mi profesor, también debía guardar las apariencias de alumna modelo. Sabía a la perfección que Yamato no me subiría la nota por quererme como me quería.
    -¡Eso esta muy bien! – Dijo con ánimo.

    En cierto modo nuestras conversaciones no tenía mucho sentido, no lo tenían hasta que el se ponía a hablar de su vida y de su familia. En ocasiones yo hablaba de la mía, pero, prefería escuchar aquella voz suya, tan bonita y seductora como la que mas.

    Suspiré.

    Antes de que me diese cuenta había llegado el final de la que probablemente sería nuestra décima cita.

    -Me voy a ir yendo – Dije mientras miraba el reloj, las agujas marcaban las nueve de la noche.

    Me levanté de mi silla sin hacer mucho ruido. Yamato me acompañó hasta la salida del bar. En esa puerta nuestros caminos se debían separar, el debía ir hacia la derecha y yo hacía la izquierda.

    -¡Espera! – Me gritó. Yo estaba dada la vuelta, dispuesta a comenzar mi camino hacía casa. Con una de sus manos me sujetó por la muñeca y me hizo girar con un solo tirón.

    Fui a parar entre sus brazos, me abrazó con fuerza y con la mano que tenía libre, concretamente la derecha, elevó mi cabeza con mucho cuidado. Parecía creer que era como una muñeca de porcelana, que en cualquier momento me podía romper. Probablemente este fuese el mejor momento de mi vida, entre los brazos de la persona que amo. Sí, la amaba, tenía que admitirlo. Ya no lo podía negar. Sentía su corazón latiendo a mil por hora, ¿O era el mío?, fuese como fuese nuestros corazones latían con furia.

    -No… - Musitó.

    ¿No? ¿No que? Comenzaba a temblar, me sentía muy débil pero a su vez feliz. En aquel mismo instante, sin yo esperármelo los labios de Yamato se fusionaron con los míos. Sentía que mi corazón se iba a salir de mi cuerpo. El beso duró poco, tan solo duró quince segundos.

    -Ya-yamato… - Tartamudeé.

    Con uno de sus dedos me hizo callar y me retuvo entre sus brazos, abrazada. No supe exactamente cuanto tardamos en volver a la realidad y darnos cuenta de que llamábamos la atención de todas las personas que entraban y salían del bar. Pero realmente aquella había sido la única vez en la vida en la que no me había importado la gente de mí alrededor.

    -Y ahora te pregunto… - Me susurraba al oído con demasiada sensualidad para mí. - ¿Saldrías conmigo?
    -¡Si! – Grité eufórica. Lo abracé fuerte, tan fuerte como abrazaba los peluches de mi cuarto.

    ¡No me lo podía creer! Estaba camino hacía mi casa, hacía ya tres minutos que nos habíamos separado pero seguía sintiéndolo entre mis brazos. Ahora entendía lo que Sesshomaru me quiso decir hacía ya más de una semana; “cuando diferencies el amor del morbo…”. Probablemente en su día no me diese una respuesta pero inconscientemente me ayudó a diferenciar esas dos cosas. Ahora sabía de sobra que estaba completamente loca por Yamato, mi querido profesor de japonés.

    En casa la gente se había vuelto loca. Mi abuelo no pasaba de hacer cosas nuevas para intentar esconder mejor la esfera, a mi parecer; lo hacía para entretenerse con algo. Mama estaba revolucionada por que no le daba mucho tiempo para preparar las clases y corregir las cosas que mandaba.

    -¡¿La esfera?! – El abuelo corrió hacia mí y me sujeto por los brazos mientras miraba mi cuello. - ¡Donde esta!
    -¿Cómo que…? – Lo aparté y miré mi cuello.

    ¡No estaba! El fragmento no estaba… ¿Pero como podía haber desaparecido? ¡Juraría que lo llevaba aquella misma tarde! ¿Yamato? ¡No era posible! En mi cabeza se formó un inmenso revoltijo de palabras y frases, preguntas sin respuesta o preguntas que prefería no responder.

    El resto del día el abuelo me miraba con desaprobación, no aceptaba que hubiese perdido su fragmento de la esfera, para mí, estaba claro que me lo habían robado pero no podía confesárselo. Tendría que preguntarle a mi novio, Yamato, si sabía algo del fragmento…

    Me sería realmente complicado y tenía que encontrar la forma de no parecer una desconfiada, no me convenía parecerlo.

    -Higurashi – Me llamó Yamato en clase. – Venga un momento.

    No sabía que querría decirme, probablemente algo importante en nuestra relación. Cosas que no me podía decir dentro de clase y tampoco en los pasillos. La intriga me carcomía mientras caminaba hacia el. Salí al pasillo y me llevó hasta los baños. Con las llaves los cerró para que no nos viesen.

    -Toma – Sacó una caja de su bolsillo, abrió mi mano con la suya y me la dio.

    En cierto modo, estaba realmente intrigada por dos cosas. Como me había desaparecido el fragmento y que había dentro de esa cajita. Cuando la abrí no cabía en mi asombro, dentro había un colgante de oro con una pelotita también dorada.

    -Abre la bola – Me pidió, el miraba atentamente mi cara para ver que reacción tenía,

    Dentro de aquella bola estaba el fragmento de la esfera envuelto en una especie de espumilla blanca. En la parte superior, la tapa en concreto, había un anillo enganchado. Precioso pero demasiado para mi. Comenzó a invadirme una emoción enorme y no pude resistirme a abrazarlo.

    -No creas que te estoy pidiendo la mano – Se rió – simplemente quería tener un detalle contigo. – Con una de sus manos acariciaba mi cabello suavemente.
    -Pero… ¡Te habrá costado mucho!

    Era lo único que no me gustaba de aquello, se habría gastado muchísimo dinero. Yamato cogió el colgante y me hizo girar. A decir verdad, el colgante me quedaría muy bien y no como el anterior. Por lo menos podía esconder que tipo de piedra colgaba en mi cuello.

    -Tranquila, nada que no pueda compensar. – Con uno de sus dedos recorrió mi cuello después de colocarme el colgante. – Mírame.

    ¿Por qué quería que le mirase? ¡Ah! Probablemente quería comprobar que me quedase bien el colgante. Giré muy despacio; estaba tan nerviosa que por un momento olvidé lo que tenía que decir si me quedaba bien. Poco a poco fui visualizando mi reflejo en el espejo, estaba radiante; en parte lo estaba por la felicidad que en mi corazón albergaba y en otra parte por el colgante.

    -Muchas gracias… - Fue lo único que pude decir.
    -Me fui difícil quitártelo, pero a merecido la pena. – Me besó en la mejilla y fue a abrir la puerta, introdujo la llave y la giró.
    -¿Cómo lo hiciste? – Le pregunté sin quitar la mirada de mi cuello.
    -Mañas que tiene uno – Rió y salió del baño dejando la puerta abierta.

    Tuve que salir corriendo, sería mejor llegar juntos a clase y no separados; de lo contrario la gente comenzaría a hablar. Probablemente este día había sido uno de los mas felices de mi vida; tendría que escribirlo todo en algún diario para acordarme de en que momentos fui feliz. Durante el resto del día no dejé de tocarme el colgante bajo la atenta mirada de Sesshomaru, que a decir verdad, conseguía devolverme de vez en cuando al mundo real.

    Lo que aún me resultaba confuso, y en cierto modo, aterrador; era el problema de la huella en mi cuarto. Necesitaba encontrar al culpable pero por el momento ninguna de las zapatillas en las que me había fijado; de Inuyasha, Sesshomaru, Shippo, e incluso los demás chicos de mi clase no eran, al menos la suela no era parecida ni mucho menos a la pisada. De todas formas en algún momento lo descubriría, pero aún me quedaba mucho para ello. Del que no dudaba era de Yamato, aún así, no podía negar que también me había fijado en sus suelas.
     
  15.  
    Yrim

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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    No me lo puedo creer! xD De verdad esta saliendo con el profe? Bueno, la verdad tampoco es para recriminarle nada... el tipo es increible xD Aunque lo de la esfera me parece algo raro.
    Me pregunto como se esta sintiendo ahora Sesshomaru... Y lo de la pisada ya es para tirarse de los pelos jajaja
    Bueno, espero la conti
    Un beso!
     
  16.  
    luna sahara

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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    haaaaaa

    así que el maestro se llama Yamato,
    ay que admitirlo tiene muy bonito nombre, pero...
    noooo!! Rin se a enamorado de Yamato nooooo!!!!,
    y ¿ que pasara con el sexy de sess,
    Yamato aun me da mala espina,
    simplemente no me cuadra,
    me pregunto ¿ quien abra entrado el cuarto de Rin,
    bueno creo que lo sabre después,
    gracias por avisarme,
    no lo dejes de hacer he.

    por cierto lamento la tardanza, lo que pasa es que estoy en exámenes
    y pes no tengo mucho tiempo :D

    cuídate, nos vemos después, bay!!!!
     
  17.  
    Dark Phoenix

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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    Waaaaaaa jajjajajajajaja "Yamato" que mañosito me resulto jejeje que bueno que me hiciste caso a lo de unas cuantas citas, creo que no le hace nada de mal a nadie, lo queme gustaria es que DESCRIBIERAS MAS LOS BESOS, CARISIAS y ese tipo de cosas, no un lemon (o si quieres)(Que pervertida) pero si narra un poco mas de eso.
    Me gusta mucho tu historia, de verdad que si,Gracias por avisarme de la conti, estare al tanto de tu escrito hasta el punto final, grcias por escribir cosas tan lindas.
    Tuvistealgunos herrores de Ortografia, y te faltaron algunas tildes, ya se que es muy frustrante pero bueno, yo casi no me fijo en esos aspectos, lo que mas miro son las redacciones y la trama que lleva la historia
    Espero conti pronto, A y separa los dialogos de los dialogos, por que confunde un poco y hace cansada la lectura, mmmm creo que nada mas, espero noticias tuyas pronto.Adios
     
  18.  
    *Kurayami*

    *Kurayami* Usuario común

    Leo
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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    Me gustó mucho la continuación, a veces me gustaría saber qué pasa por la mente de Sesshoumaru, y sobre Yamato me pareció un muy lindo detalle de su parte, pero creo que sabe lo que realmente pasa con lo del fragmento, porque hizo que no quede a la vista de los demás, a mi parecer o no entendí la explicación.

    Nos vemos *-* en verdad me agradó el episodio n.n
     
  19.  
    suzuno

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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    ¡¡¡¡¡WOOOAUUHHHH!!!!!!!

    Excelente conti ;)

    Me ha encantado *.*

    Me he quedado atónita y a la vez me he sorprendido al saber que sale con el profesor; yo pensando que le diría que "ya veremos más adelante" o que puede, pero decirle “si”, me quede también en shock; sin palabras (en resumen)

    Y ahora como harás el vuelco a la historia (¿?), para que Sesshomaru & Rin queden juntos (¿?)(Eso me intriga bastante)

    Al final no se ha resuelto de quién era la huella ni quién estuvo un día tirandole piedras (si no recuerdo mal); espero que pronto se resuelvan estas dudas que tengo :)

    Sin más que decir ;)…

    Matta ne!!!
     
  20.  
    sorimori

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    Re: Das sentido a mi vida [Sesshomaru&Rin]

    Muchas gracias por leerme. Espero que os guste :D

    Todo llega tan rápido…

    Me encontraba en las nubes, no era ni mucho menos que estuviese volando sobre el cielo, eso sería una estupidez, lo que me sucedía era que tenía delante a Yamato mirándome fijamente mientras sujetaba mi cintura con firmeza contra su cuerpo. No podía negarlo; la temperatura de mi cuerpo probablemente estaría a casi cuarenta grados de la excitación que, en aquel momento, comenzaba a penetrar en mi cuerpo.

    Con una de sus manos me apartaba el cabello del cuello para dejarlo al descubierto, estaba claro lo que quería hacer y yo no se lo negaría, no sería yo la que destrozase aquel momento. Después de jugar un rato con los mechones de mi pelo pude entrever una sonrisa torcida en su rostro. Aproximo sus labios hacia mi cuello y lo besó con firmeza. Yo no podía hacer otra cosa que cerrar los ojos y gemir levemente para que nadie se diese cuenta.

    Llegó a la oreja, después de recorrer por completo mi cuello por la zona izquierda. Podía notar su respiración cerca de ella.

    -Vamos – Musitó.

    Habíamos estado durante una hora en la zona trasera del instituto, a aquella zona no entraban mas que los repartidores de comida, la comida que se usaba para el comedor. Podría ser muy arriesgado pero no era algo que me importase. Aunque Yamato me había insistido durantes mas de cinco veces para que fuese a clase, yo le respondía que no. El no quería hacerme perder ninguna clase, por ello era que me había insistido tanto. Al final decidió resignarse y no sacar más el tema.

    La primera hora era tutoría, no era una hora importante y teniendo en cuenta que era lunes tampoco me importaba perderla. La clase la impartía la profesora Kaede, una señora de avanzada edad bastante dulce y amable. En esa hora se exponían los problemas que había en clase, pero jamás pensé que me mencionasen en mi ausencia.

    Dejé que Yamato avanzase unos cuantos metros por delante de mí, cuando comprobé que era una distancia adecuada me puse en marcha. Por alguna extraña razón, desde ese mismo instante una extraña sensación me recorrió el cuerpo.

    Dentro del instituto la gente de mi clase, que esta vez había salido al pasillo a descansar, me miraban atentamente y cuchicheaban entre ellos. Luego para mi desgracia miraba a Yamato que caminaba ajeno a lo que sucedía.

    -¿Qué pasa? – Kagome y Sango se encontraban sujetas del brazo y me miraban de la misma forma que los demás.
    -Acepto que quieras estar sola. – Kagome parecía furiosa y no solo lo demostraba en su rostro, sino que, también en su voz. – Pero… Me ha parecido fatal que no nos hayas dicho lo de tu noviazgo.

    ¡No! ¿Se había enterado? ¿Pero quien podía habérselo dicho? Que yo supiera… no había divagado aquella información a nadie. Me resultaba muy confuso el hecho de que se hubiesen enterado por arte de magia.

    -¿No-noviazgo? – Tartamudeé; con suerte, podrían estar refiriéndose a otra persona y no a Yamato.
    -¡Ja! – Saltó Sango. - ¿Todavía lo niegas? ¡Lo sabemos todos!

    Las dos endurecieron la mirada, yo estaba aterrada.

    -¿To-Todos?
    -¡Claro! – De nueva hablaba Kagome - ¿Por qué no nos dijiste que salías con el profesor de japonés?

    -“¡No!” – Pensé.

    No pasaría mucho tiempo hasta que la noticia llegase a oídos de los profesores, a no ser… ¡Que ya hubiese llegado! Me sentía tan débil en aquellos momentos… prácticamente no podía sostenerme en pie pero lograba disimularlo.

    -Lo peor no es eso… - Me recriminaron - ¡Lo peor es que se lo has dicho a Sesshomaru antes que a nosotras! - Lo dijeron al unísono, sin ningún fallo en la frase.

    Coincidió que en ese mismo instante Sesshomaru salía de clase dirección al baño. ¡Esto no iba a quedar así! Las dejé tiradas y seguí a paso ligero a Sesshomaru. Estaba realmente furiosa, poca gente me había conocido furiosa pero, llegaba a ser muy… mala… o al menos así lo veía yo.

    Había entrado al baño, a mi aún me quedaban algunos pasos que recorrí rápidamente. ¡Lo odiaba! ¿¡Como había podido!? Había dicho tantas veces que lo odiaba que me era imposible llevar la cuenta. No comprendía como podía ser tan mala persona, no le importaba nada ni nadie, era repugnante.

    Cuando entré estaba bebiendo agua, me vio pero no hizo ningún gesto.

    -¡Mírame! – Dije cuando me situé detrás de el. - ¡Que me mires!

    Se giró con el ceño fruncido. Me dio igual aquella cara de confusión; golpeé su rostro con la mano extendida, el giró la cara y así se quedo durante un tiempo. Cuando pudo reaccionar tenía la misma cara de siempre, me miró por encima demostrándome que para el no tenía importancia y se fue empujándome hacia atrás con un solo brazo.

    ¿¡Como se atrevía a dejarme con las palabras en la boca!? Parecía creerse muy importante y aquello me enfurecía.

    -¡Explícame por qué! – Había salido del baño y estaba sujetándole del brazo en medio del pasillo, bajo las atentas miradas de todos. - ¡Dímelo! – Le ordené, cada vez le apretaba mas en el brazo pero el no parecía sentir la presión.

    Se giró y separó su brazo del mío de un solo tirón.

    -Yo no he dicho nada – Arrastró cada palabra.
    -¡Cínico! – Le grité aproximando mi cara hacia la suya con la intención de intimidarle. - ¡Como puedes ser tan mentiroso! – Estaba a escasos centímetros de el, notaba su respiración e incluso los miedos que nunca mostraba. Era una sensación difícil de explicar.

    Me sentía con tan poca fuerza… el hecho de que ahora todos lo supiesen no me molestaba, me molestaba que le traería problemas a Yamato. En algunos momentos se me olvidaba el motivo por el que estaba tan cerca de el, cuando lo miraba fijamente y conseguía divisar un pequeño vestigio de tristeza en su mirada me sentía con ganas de abrazarlo. Pero aquello solo duraba uno segundos.

    -Necesito… - Musité sin a penas abrir los labios. – que me digas por qué lo has hecho… Por favor… - sentía ganas de llorar, de hecho sabía que Sesshomaru lo había notado por la expresión de sus ojos. Por primera vez… ¿Estaba sintiendo pena? Borré aquella ilusión de mi cabeza.

    Me desplomé, quedé con las manos y las rodillas sobre el suelo observando como unas lagrimas silenciosas caían a el. Aquello se estaba convirtiendo en un insoportable vía crucis. ¿No se iba a dignar a recogerme del suelo para decirme un solo por qué?

    -¡Rin! – Aquella voz era la de Yamato, la sentía detrás de mí. Pocos segundos después dos fuertes manos me sujetaron por la cintura y me levantaron del suelo. Veía todo borroso a causa de las lágrimas y Sesshomaru se había ido, probablemente aprovechando que estaba mirando hacia el suelo.
    -Yamato… - Musité entre sollozos.

    Sabía de sobra que éramos el espectáculo del centro, que todos nos estaban mirando aun qué hacía poco que había sonado la campana. Pero me resultaba indiferente. Con uno de sus dedos retiró las lágrimas que aún caían por mis mejillas.

    -¿Qué te ha pasado? – Preguntó.

    Detrás de el había un grupo de profesor que observaban la escena boquiabiertos, estaba segura de que a ellos ya les había llegado la noticia y venían a buscarme a mi para aclarar el problema, para mi no era ningún problema, pero ellos así lo veían.

    -El… - Poco a poco fui volviendo a mi tono habitual. – Sesshomaru ha contado… - Lo miré fijamente, ¿Sería conveniente decirlo y que los que estaban cerca me escuchasen? ¿Seria conveniente que todo el instituto se enterase de nuestra relación?
    -¿Qué ha contado? - ¿Por qué me animaba a decirlo? ¿Qué sentido tenía todo aquello? ¿A caso le daba igual perder su puesto?
    -Que estamos juntos…

    Los murmullos comenzaron desde un grupo de personas que estaban a tan solo dos metros de nosotros hasta el final del largo pasillo.

    -¿Están juntos? – Lograba escuchar entre tanto ruido.
    -¿Cómo puede ser? – me llegaba de vez en cuando.

    La sensación de debilidad se pronunció mucho mas entonces; comencé a marearme y no veía nada en su sitio. Todo me daba vueltas, noté como se me iban cerrando los ojos y como el peso de mi cuerpo quedaba en manos de Yamato.

    -¡Rin! – Fue lo último que escuche salir de sus labios.

    Cuando desperté, estaba tumbada sobre una camilla. La cama estaba situada cerca de una de las blancas paredes; al final del cuarto había una mesa con una silla y detrás de aquella silla una estantería repleta de botes y cajas. Todo lo demás estaba vacío. Lo único que había en aquella zona vacía era una enorme ventana abierta. Pude oír la puerta abriéndose, por ella entró Yamato; estaba muy preocupado. Cuando miró hacia mi se le alegró la cara.

    -¿Estas bien? – Me preguntó evitando el tono de alarma.
    -Si… - Me moví un poco en mi cama para poder verlo mejor, estaba a mi lado, sosteniéndome una mano.
    -He pedido que me dejen quedarme contigo… hasta que te mejores. – Fingió una sonrisa.
    -¿Qué me ha pasado? ¿Dónde estoy?
    -Te trajimos aquí cuando te dio un bajón de tensión… - Besó mi mano con suavidad, parecía pensativo.
    -¿Dónde estoy? – Volví a preguntar.
    -Seguimos en el instituto.
    -Ah…

    ¿Un bajón de tensión? Aquella fue la primera vez que sufrí uno, jamás en mis diecisiete años de vida me había pasado algo similar. Probablemente sería por que no me llevaba disgustos.

    -Han llamado a tu familia…
    -¿A mi…? – Pregunté sin concluir la frase.
    -Vienen hacia aquí. – Se sentó en la silla que había cerca de la zona donde estaba mi cabeza.
    -¿Les han dicho algo sobre ti? – Tragué saliva.
    -No, lo han dejado en mis manos. – Parecía convencido de querer decírselo. – Esto tenía que pasar algún día, mejor que sea ahora.

    Por la puerta entraron mi madre y mi abuelo. Sota probablemente no estaría enterado de todo esto. Sabia que después de esto me cambiarían de instituto, ¿Por qué me tenía que pasar todo aquello a mí?

    -Señores. – Saludó Yamato. Les dio la mano a los dos. Mama tenía la mirada fija en mí, por suerte de momento, no era por que supiese lo de mi relación con Yamato. Como mama venía a su hora a trabajar no se había enterado del suceso.
    -Rin, ¿Estas bien? – Mama se acercó y me acarició la cara.
    -Estupendamente – mentí.
    -Tengo que hablar con ustedes. Siéntense. – Dijo mientras traía la silla que había junto a la mesa. El abuelo se sentó en una silla y mama en la otra.

    Sabía que esto no era mejor, lo sabía, pero también sabía que le habían ordenado decírselo. Probablemente eso sería el principio de su castigo.

    -Puede que les resulte repugnante, ya que tiene que ver con su hija.

    -“¡Así no empieces…!” – Pensé.

    -Pero las cosas son así. – Fue directo a sujetar una de mis manos. Mama fue la primera en sospechar algo raro cuando vio el color de mi rostro. Yo sabía de sobra que me había enrojecido. – Quiero a su hija por encima de todo. – En ese instante los rostros de mama y del abuelo cambiaron por completo, se notaba que preferían no creerse lo que estaban escuchando – No me importa dejar mi trabajo por ella, y de ser necesario, para no dañarla, me iría de aquí; lo mas lejos posible. – Concluyó.

    Bueno… Ya lo había dicho, ahora simplemente a esperar la reacción de aquellos dos.

    -Pues… - Dijo mama, estaba ciertamente descolocada. – sí he de decir que me preocupa, me preocupa por que eres considerablemente mayor que mi hija. - ¿Había notado la edad de Yamato? ¿En serio? – De todas formas… - Se quedó pensativa, el abuelo la miraba de reojo con los ojos entrecerrados – creo que has sido muy valiente al decirnos que la quieres, valiente por que, podíamos haber reaccionado a la inversa. – Respiró hondo – Podíamos haber decidido llevárnosla ahora mismo de aquí, pero no lo haré. – Pude notar una pequeña sonrisa en sus labios.
    -¿No lo harás? – Preguntamos el abuelo y yo al unísono.

    El abuelo suspiró.

    -Papa… - Lo atravesó con la mirada.
    -Sí sí, no nos la llevaremos. – Dijo poco convencido.

    ¡Que suerte había tenido! Al principio creí que mama no lo aceptaría, que me obligaría a dejarlo.

    -Eso si… - Añadió – Te ruego que la cuides. No le hagas daño, ni física ni psicológicamente.
    -Se lo prometo.

    Nos miramos mutuamente, se notaba nuestra felicidad y eso parecía hacer feliz a mama. El que me preocupaba era el abuelo, en ningún momento dejaba de mirar a Yamato como si fuese una molestia, un impedimento. Aquello, en cierto modo, comenzó a despertar la intriga en mi interior.
     
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