Historia larga Blue Flame

RESUMEN:
Valk era un viajero que decidió entrar al grupo de guerreros que el Palacio Real estaba pidiendo en ese entonces para fortalecer sus defensas ante ataques del grupo rebelde, "Blue Raven". Allí nuestro héroe conoce a los miembros de su grupo asignado. Skadi, una maga elemental experta en el hielo. Gerald, un hombre carismático y un poco bromista que asegura haber estado en la anterior guerra. Y Satomi, la chica peliroja e "hiperactiva" del grupo.

Sin embargo, mientras el pequeño grupo va cumpliendo sus encargos con exito, varios secretos se van revelando sobre el pasado de Mother Harlot, la actual reina del palacio, y descubren que nada es tan bueno como lo pinta ella.

Royal Guard: Cap 01 -- 15.


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---T1C1---
--Inicio--​

Aquel día se encontraban desoladas las calles de Lantese, por donde caminaba un único individuo totalmente cubierto por una túnica larga y negra. La capucha que cubría su cabeza oscurecía de sombras su rostro, pero sus ojos eran lo único visible debido al resplandor intenso del rojo carmesí en la mirada. En sus manos llevaba lo que se asemejaban ser dos piedritas blancas, con extraños trazados azules, como escrituras a su alrededor. Con aquella reluciente mirada dirigida al Palacio Real que había algunas cuadras en la distancia, se podía estar seguro que aquella edificación era su destino.

A pesar de la corta distancia que simulaba desde su posición y el Palacio, éste recorrió el camino por largos minutos, hasta que se detuvo frente a una gran puerta de metal, con el nombre de la actual reina que ahí vivía, la cual llamaban "Mother Harlot".

Golpeó el gran portón metálico que se levantaba frente a él cuando estas se abrieron revelando a un señor de edad mayor y baja estatura con una bandeja de plata sostenida al frente. Era fácil darse cuenta de que se trataba de un mayordomo gracias a su vestimenta. Con una sonrisa, éste se inclinó ante el muchacho y le estrechó la mano con fuerza.

—Usted debe ser el chico nuevo —dijo el anciano, a lo que buscó en su bolsillo un pergamino que reveló—. Blantorche, ¿no?

—Sí, he venido a formar parte...

—De nuestro grupo de guerreros —interrumpió antes de sonreír—. Eres el tercero que llega este día. Sígame.

En ese momento, el Palacio Real estaba pasando por una "crisis" de guerreros que protegieran el castillo y que, al mismo tiempo, salieran a cumplir con sus encargos. Tal problema se incrementó gracias a la aparición inesperada de varios grupos rebeldes que iban en contra de lo que se hacía en el Palacio.

Una mayoría de dichos grupos fueron erradicados en su totalidad, sin embargo, otros parecieron fortalecerse. Aprendiendo de sus errores, dichos grupos empezaron a moverse entre las sombras, atacando cuando el primero daba la espalda, y desapareciendo en sólo instantes de haber sido divisado uno de ellos. Fueron estas acciones las que llevaban a Harlot a abrir espacios en sus filas. Llenar con personas aptas para la tarea de terminar con las fechorías de quienes se burlaban.

El señor dio el pase libre al joven que se había presentado, y lo llevó por unos pasillos oscuros decorados con ceramica morada. La luz que ahí entraba no ayudaba mucho ya que no iluminaban más allá de 2 metros, lo que se suponía que era la sala principal no era más que una habitación oscura donde algunos guardias escribían, con ayuda de velas, en sus cuadernos mientras que los magos, o aquellos con la habilidad heredada, usaban de sus aptitudes para facilitarse la vida con la iluminación del fuego flotante en su pulgar.

Al cabo de unos minutos, ambos llegaron a un pasillo, cuyo final daba con una habitación cilíndrica, donde un soporte parecido a un pilar adornado con líneas onduladas descansaba en el medio y llegaba al techo. El mayordomo miró al guerrero que acompañaba y le pidió esperar un momento.

Se acercó a la estructura en el medio, y posó el dedo índice sobre una línea. Siguió el recorrido de la marca hasta caer en un punto hueco, y tocó fuerte.

—Hágase atrás. Cuidado con la cabeza.

Los dos salieron a un paso del cuarto y piedras se escucharon crujir arriba. El pilar en el medio empezó a girarse y, a la vez, irse escondiendo en el suelo, trayendo consigo unos escalones que bajaban con lentitud. En la pared del cuarto se abrieron pequeños agujeros de donde empezaron a brillar de azul unos cristales con forma de gota. Actuaban como luces. Junto a ellos también se aparecieron restratos de aquellas reinas y reyes que alguna vez gobernaron tal gigantezca edificación.

El mayordomo confirmó que era todo al ver que los escalones tocaron el suelo y se disipó un poco de polvo que éste levantó. Le hizo señas al joven para que volviera a seguirlo por la recién aparecida escalera pero, cuando llegaron a la primera ventana de un nuevo pasillo en la cima, pidió que esperara en su sitio. El anciano siguió por el camino oscuro.

Pasaron los minutos y el guerrero se impacientaba por la espera. Se apoyó de la pared, y dirigió la mirada hacia una pequeña ventana que daba al gigantesco jardin de rosas que adornaba el patio trasero del castillo. Gracias a esto pudo distraerse del tiempo, que lentamente transcurría. El rojo de las flores ahí fuera pareció relajarlo que no escuchó a quien venía subiendo. Se exaltó en el momento que una mujer tocó, nerviosa, su hombro, sacándolo así de aquellos pensamientos que el mismo catalogaría como nostálgicos.

—Disculpe... ¿es aquí el lugar para las inscripciones del grupo de guerreros?

Se trataba de una hermosa mujer de piel blanca y cabello azul como el hielo, con mechones tejidos, de color blanco, que caían a los lados de la sien. Sus ojos, que a simple viste parecían ser del mismo color al de su cabello, se notaban más oscuros.

—Sí, estoy esperando mi turno —dijo con tranquilidad.

Por dentro se vio movido ante su aparición y belleza. Después de vagar por 2 años lejos de la mansión donde se crió, verla a ella fue como una agradable bienvenida después del largo recorrido en solitario.

Gracias a la indumentaria que llevaba puesta, se podía saber con certeza que se trataba de una maga, ya que equipaba unas hombreras de hierro no tan grandes, un peto de cuero que dejaba oculto todo desde su cuello hasta su cintura y salían por los lados dos cintas verdes que revoloteaban con debilidad ante la poca corriente de aire que por la ventanilla entraba. También tenía una falda de hierro al igual que sus zapatos y un báculo de madera con una esfera roja en ambas puntas.

—Ay —se queja ella—. Qué mala educación de mi parte.

Se inclinó frente al muchacho y le estrechó la mano con firmeza, pero sin quitar la cálida sonrisa de sus labios.

—Me llamo Skadi Niflheim.

—Valk Blantorche —respondió él para inclinarse de igual forma y besarle la mano con educación, esto hizo que la hechicera se sonrojara ante el acto.

Sus miradas se encontraron una vez más sin decirse nada cuando llegó el anciano, quien empezó a hacer señas para que los dos pasaran. Ambos le siguieron por el pasillo, teniendo cuidado de no golpear nada, hasta llegar a una puerta de madera clara.

Tocó un par de veces el mayordomo y abrió.

Al otro lado se encontraba la oficina donde darían los últimos datos para ingredar al cuerpo de defensa. Las paredes eran verdes con tallados de madera. El piso estaba cubierto de hierbas con flores, como si fuese el suelo de una pradera. Y justo en medio de tal extraño paisaje, sentada en un escritorio lleno de papeles, se encontraba una mujer alta, de piel morena y cabello castaño. Equipaba un traje de clase blanco muy ajustado para su cuerpo.

Sonriente saludó desde su posición, mordiendo de lado la punta de un lapicero azul.

—Bienvenidos —saludó ella de forma cálida, abriendo sus brazos a los lados—. Pueden tomar asiento.

Ahí señaló el suelo con su lapicero y, dando uso del ánima, aparecieron 2 sillas de madera bien amuebladas. La maga y el guerrero vieron los sillones y, sin dudar de algo malo, se sentaron.

La mujer al frente se presentó como la misma Mother Harlot, actual reina del Palacio Real, y la encargada de la segyridad de Latense y sus alrededores.

El traje blanco que equipaba, como ya fue mencionado, era muy ajustado. Sus atributos se remarcaban claros. Una llamativa cintura bien marcada, piernas curveadas, y el par de montes en su pecho se mostraban con disimulo gracias a un par de botones sueltos en el cuello del traje. La mujer se sentó para rodear el dedo con su cabello hondeado.

—Muy bien, cada uno quiere ingresar a nuestro ejercito para la defensa del Palacio Real, ¿no? —quizo confirmar la voluptuosa reina hasta escuchar la afirmación de ambos—. Muy bien...

Su mirada cayó directamente en el joven encapuchado, quien no parecía reaccionar tan sorprendido como la maga, que miraba de tanto en tanto la oficina. Notando las flores, algunos floreros con plantas medicinales, y estantes con libros y envases con insectos dentro. Harlot sonrió antes de señalarle.

—¿Podrías quitarte ese misterio y decirme tu nombre, por favor? —pidió con amabilidad.

Al no ver ningún problema con esto, Valk se paró firme frente a la mujer, quien lo inspeccionó de arriba a abajo, buscando algo que le ayudara a identificarlo.

—Valk Blan...

Mas no terminó de hablar cuando Harlot levantó su dedo índice con rapidez.

—No... Quítate la capucha y presentate con tu verdadero nombre, no quiero apodos en el primer día —le advirtió rápidamente, como si supiera que aquél nombre no era del todo suyo.

El muchacho volteó la vista con algo fastidio, pero sin mover la cabeza, e inhaló hondo. Su intento de no mostrar su apariencia no había funcionado, por lo que, poco a poco, se fue despojando de la capucha junto al ropaje oscuro con el que vino.

Con el caer de la capucha se reveló su cabello corto y peinado hacia atrás. El color blanco de su piel le hizo ver similar a los habitantes del norte, donde el frío dominaba. Sin embargo, fueron ciertas características la que llamaron la atención de la reina y la maga.

Las hebras de su cabello liso revelaron un controversial color azul-plateado y los ojos relucieron un rojo fuerte, similando brillar. Harlot optó por una expresión seria cuando creía que podría pura casualidad. No obstante el siguiente objeto fue lo que activó una alarma en su interior. Justo en medio de su frente se alzaba una clase de estaca blanca que apuntaba al cielo y parecía estar clavada en él. Sin embargo, debido a la carencia de cicatrices alrededor del objeto (o moretón alguno), Harlot mantuvo su aliento y fingió sorpresa.

—Valkyria Blantorche... —dijo por fin—, aunque no quiero ser llamado así.

Intentando disimular el puño que escondía bajo el escritorio y que reposaba en el muslo, Harlot decidió cambiar el tema para no llamar tanto la atención.

—Ojos rojos y piel blanca... muy bonito... —fue lo único que dijo—. Bien, puedes sentarte. Ahora es tu turno... —inspeccionó a Skadi de arriba a abajo antes de sonreírle.

Mostrando algo de nervios por la presentación del joven a su lado, Skadi se puso en pie, con su báculo en mano, tomándolo fuerte.

—D-Disculpeme —se aclaró la garganta—. Skadi Niflheim, a sus servicios.

Harlot asintió ante la reverencia que hizo la chica y señaló el asiento.

—Perfecto —escribió los nombres en un papel sobre su escritorio—. Dejenme firmar esto y estarán inscritos como miembros de nuestro gran número de guerreros para el cuidado del Palacio Real y sus alrededores —comentó con entusiasmo y algo de inmadurez. Tal cosa hizo que Valk dudara.

—¿Así sin más...? —preguntó Skadi algo dudosa.

—Sí, es así de fácil.

—Entonces... ¿sólo esperamos aquí a que usted firme los papeles y nos vamos a casa? —habla Valk esta vez.

—No no no, ustedes no van a ir a sus casas —miró a ambos—. Aquí tenemos habitaciones para que se queden. Así no hacen esos viajes que de por sí pueden ser largos.

Valkyria sonrió un poco, volviéndose a colocar la capucha.

—Me parece bien... de todos modos no tenía en dónde quedarme.

—Igual yo —susurró Skadi para sus adentros.

Se levantaron de sus respectivos asientos, para acto siguiente inclinarse frente a "Mother Harlot". Skadi se vio un tanto apagada ante la fácil bienvenida al Palacio, esperaba que se le diera una clase de emblema, o un saludo algo más cálido que decir que ya estaban dentro.

—¿Y nuestras habitaciones? —preguntó algo tímida la maga.

—Claro, claro, se me olvidaba.

Cogió una campanita de su escritorio y la hizo sonar. Unos segundos después, entró a la oficina una mujer alta, no tanto como Harlot, de cuerpo atlético y piel blanca. Sus ojos anaranjados se posaron con sorpresa sobre Skadi, quien llamó su atención en ese instante, ignorando por completo a Valk. Con una sonrisa de campeona se ajustó su cabellera naranja como sus ojos, y lo dejó al frente, sobre su hombro derecho.

—Digame, mi señora —se inclinó frente a Mother Harlot con una extraña sonrisa en su rostro.

—Lydia, muestrales la habitación a estos nuevos reclutas, por favor —ordenó.

—Como ordene, mi señora —asintió—. Siganme, por favor.

Tal como había hecho el mayordomo con Valk al llegar, Lydia hizo señas para luego tomar camino por pasillo oscuro. Caminaba la mujer al frente pero, de vez en cuando, ojeaba para atrás, confirmando la apariencia de la maga.

Pasaron por una gran cantidad de pasillos igual de oscuros, y no era el único pasaje. Cada uno de ellos parecían ir a otro pasillo que también llevaban a otro haciendo de la caminata algo que parecía no terminar. De verdad que se trataba de algo inmenso el Palacio Real a pesar de su apariencia desde afuera.

De vez en cuando se encontraban en cuartos de entrenamientos para espadas, lanzas, armas de fuego e, incluso, de magia, la cual estaba repleto de mujeres, sin evidencia de hombres. Sin embargo, Skadi no le prestaba mucha atención a esto, mas bien parecía distraída por algunas esculturas de hielo que presenció en el momento que llegaron al patio central. Las estatuillas no mostraban señales de derretirse a pesar del calor que había en ese entonces. Se preguntó si, de casualidad, había alguien de Glacius, su pueblo natal, en el castillo.

Minutos más tarde, los recién ingresados llegaron a la habitación que les fue asignada en el tercer piso. Para su suerte, tal cuarto se encontraba vacío, pero muy bien amueblado. Habían dos literas de dos camas, un gran closet en la pared que mostraba su espacio interno a puerta abierta, y lo que parecía ser un mini-sol en el techo, que iluminaba completamente el cuarto.

—Pido la de arriba —le dijo emocionada la maga a su nuevo compañero—. Así no tengo el miedo de que una cama me caiga encima mientras duermo —rió.

—Sería mejor que descanzaran por el día de hoy, es posible que se les asigne una misión mañana —sugirió Lydia.

—Sí... muchas gracias por su ayuda —agradece Valk haciendo que Lydia se retirase de la habitación.

Había algo en ella que incomodaba al chico, pero no sabía qué. La forma en la que miraba hacia atrás como queriendo decir algo... No quería pensar mucho, creyendo que sería por el cansancio, además que ya había ingresado al Palacio Real como guerrero.

Se sacudió un poco el pelo después de quitarse la túnica junto a la capucha. Debajo llevaba una camisa de mangas largas verde y encima una chaqueta pequeña roja con franjas blancas, esta última no tenía mangas y solo cubría el area del pecho junto un pantalón de gabardina azul marino. Se recostó en la cama que estaba debajo, respetando la decisión de la mujer que ahora sería su compañera de cuarto.

En lo poco que fueron los preparativos de ambos para instalarse, la hora se fue como el viento. Rápido se posó la luna en el extenso manto de la noche, trayendo frío consigo y el suspirar del aire al pasar sobre el castillo.

Todo estaba en completo silencio. Nada de ruido en los alrededores. El ambiente era pacífico. Se sentía la calma en la habitación a excepción de Skadi, quien caminaba de un lado a otro con un bolso lleno de ropa que había hecho aparecer con su magia. Al terminar de arreglarlo todo, se arrojó a su cama ahí arriba de la de Valk. El chico miraba la madera que sostenía el peso a centímetros de él, parecía pensativo. En eso vio como se asomaba lentamente el pelo de Skadi, después la frente, cejas, hasta que sus ojos se hicieron evidente.

—¿Te veo, sabías? —rio un poco Valk, la muchacha se ocultó rápidamente bajo su sabana—. ¿Por qué tan callada?

—Es que... no sé que decir —uscaba ella respuestas en su mente—. Todo estaba tan callado y creí que dormías.

—Pues ya ves que no es así... son las siete de la noche, es muy temprano para dormir—

—Y-Ya veo... —seguía oculta, mirando hacia los lados—. Emm... sabes... —balbuceaba.

—¿Sí?

—Esa estaca... ¿te duele? —preguntó con la cara roja de pena.

—No, al principio me molestaba, pero ya me acostumbré... —respondió serio pero no tanto para no ponerla más nerviosa de lo que estaba—. Skadi Niflheim, ¿no es así?

—Sí, soy yo —sonreía—. Muchos dicen que es raro.

—No lo creo así... me es agradable el nombre.

Skadi se puso boca abajo en la cama, ocultando su sonrojado rostro en la almohada. Su expresión estaba entre pena y gratitud ante el cumplido del joven, le hacía falta algo así para dejar pasar ciertos asuntos en su mente. Fue Valk quien ahora se había asomado por un lado para verla, pero ella se encontraba cubierta por la sabana, así que la dejó como estaba para no incomodarla más.

En eso se abrió la puerta, llamando la atención de los dos. Al otro lado se encontraban Lydia junto a un señor mayor, más alto que la mujer, con cara de dormido, piel blanca y cabello alborotado marrón. En su rostro se dibujaba una sonrisa medio burlona. Tenía puesto un pantalón abombado blanco, camisa anaranjada y zapatos deportivos azules.

—Pido la de arri... hmm... hay dos literas... qué suerte la mía —bufó—. Dormiré arriba en aquella entonces... Buenas noches a los dos.

Skadi salió de su bunker improvisado.

—Skadi Niflheim —se presentó rápida.

—Valk Blantorche— Respondió este.

—Nombre —se dio una palmada en el pecho con orgullo—. Gerald Reznov, un gusto conocerlos.

A pesar de su apariencia burlona, su gruesa voz decía otra cosa.

—Descanza por hoy, es posible que mañana te asignen una misión junto a ellos.

—Genial, muchas gracias —Lydia se inclinó para luego retirarse otra vez—. Uff, esa chica me incomoda un poco... en fin. Creí que sería el único aquí. ¿Todos somos Ningen aquí?

—Sí, Ningen —afirma Skadi.

—Ningen al igual que tú —le respondió Valk.

Reznov soltó una leve carcajada.

—Ya veo que nos llevaremos bien. Es un placer tenerlos como compañeros de armas.




Mientras tanto, en la oficina de Harlot, la mujer revisaba sus documentos buscando información de los que recíen habían ingresado en sus instalaciones. No se sorprendió al ver que la mayoría estaban ahí documentados, pero su expresión cambió al ver que la única excepción era Valkyria, cuya aparecia, con casi todo su nombre, se encontraba tachado, dejando sólo "Valk" en la ficha mientras que su apellido estaba oculto completamente.

—Sí era él... Hilbert hizo lo que pudo para tachar el nombre en el sistema —susurraba—. No creo que vaya a ser un problema grave... —se dijo acompañado de un soplido de cansancio.

Luego de un rato entró Lydia, sentándose en la silla del frente y poniéndose a jugar con los lapiceros que habían en el escritorio.

—Ahora, ¿cuál de los tres te gusta? —preguntó ella, provocándole una sonrisa a Harlot.

—La jovencita, Skadi —su tono de voz fue más sensual mientras se acariciaba los labios—. ¿Crees que sea...?

—¿Virgen? —completó su secretaria de forma bromista—. Sí, estoy segura que lo es. Su ánima está pura. No hay esencia de nadie más en su cuerpo —suspiró lentamente—. Podríamos hacerla llamar y... bueno, ya sabes.

Harlot estaba complacida ante su petición, pero debía negarlo

—Me gusta, pero sería muy rápido. Dejaremos que se acostumbre primero. Hay cosas de lo que quiero asegurarme primero.

—Qué aburrida eres —desilucionada, Lydia se echó en el escritorio—. La última chica se nos fue muy rápido.

—Ya sé a donde lleva esta conversación, no lo ocultes. Si tienes ganas, sólo dimelo que estoy disponible a toda hora —sonrió, incitándosele a la otra.

—En ese caso... Sí. Se me antojado algo, mi señora.

 

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--Misión--
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Las cortinas se levantaban con suma suavidad hasta tocar el techo de piedra en la habitación gracias a las refrescantes brisas que la mañana traía en el castillo. Cada uno de los nuevos integrantes se encontraban durmiendo totalmente acobijados debido al frío que en parte había provocado la maga para reconciliar el sueño, la única que estaba sin muchos tapujos era Skadi debido a la razón ya mencionada.

El primero en despertar fue Gerald, seguido de Valk quién abrió los ojos al escuchar la cama de su compañero rechinar por el movimiento de él

--Hombre... de verdad que necesitaba dormir-- Bostezó con evidente cansansio. Recogió su bolso que estaba a un su lado y lo colocó encima de la cama al igual que su inmenso martillo --Perdón-- Miró a Valk quién se había sentado en la cama --¿Te desperté?--

--No, nada de eso-- Estrechó su mano --Buenos días...--

--Muy buenos días-- Se lo quedó mirando con curiosidad. Era obvio que la estaca en la frente de Valk le llamaba demasiado la atención, en especial el material del que estaba hecho --Uff, creí que era una ilusión provocada por el sueño-- Bufó.

--¿Hablas del cuerno?-- Señaló la fuente de su curiosidad.

--De otra cosa no puede ser... pensé que estaba soñando-- Trató de acercarse pero el chico se alejó, no le gustaba estar muy cerca de alguien más --Disculpa, no debí asustarte--

--No, no lo has hecho, es solo que no me acostumbro estar cerca de alguien que no conozco-- Se talló los ojos.

--Entiendo...-- Se rasca la nuca --Como dije anoche, soy Gerald Reznov, vengo de Naggiar...--

--¿Naggiar?-- Dudó el pelo plateado recordando el nombre --¿Aún sigue gente viviendo en la planicie?--

--Unos pocos, yo, mi esposa y mi hija tenemos un hermoso bunker ahí--

--Pero Naggiar ya no es nada... solía ser un hermoso prado y ahora... es solo tierra--

--Y estoy viviendo bien-- Sonrió con confianza. Allí sacó su billetera del bolsillo y le mostró una foto al joven --Vine aquí para ganar dinero y mantenerlos, claro, cazando me iba bien, pero también necesito para medicinas--

--Te entiendo-- Asintió Valk.

--¿Y tú...?, ¿por qué has venido aquí?--

--Porque no tengo a donde ir... hace mucho que estoy vagando por el mundo sin cruzar la frontera--

--A traveler, great-- Levantó el pulgar, aunque fue el lenguaje lo que llamó un tanto la atención del joven --Fue una de mis opciones, pero no ganaría nada caminando de un lado a otro... sin ofender--

--No te preocupes, también me aburría un poco--

Se encontraban distraídos en su conversación esperando una notificación sobre lo que harían ese día. Tal vez se les iba a asignar algo fácil para que se acostumbraran a las misiones, sin embargo, ninguno de los dos quería eso.

En ese momento, su ligera conversación se vio interrumpida por Skadi quién se levantó con lentitud estirando sus delgados brazos al aire. Su azulado cabello que cubría en parte su rostro parecía brillar con el sólo recibir la luz del sol, además que llevaba puesta una bata para dormir de seda blanca algo transparente la cuál dejaba ver un poco de su cuerpo y ropa interior azul oscura. Valk se quedó ahí paralizado al presenciar tan hermoso cuerpo de diosa frente a él. Le resultaba agradable observarla con asombro.

Una cintura bien curveada y hermosas piernas perfectamente tonificadas. Claro, la mirada del chico no pasó desapercibida a los ojos de ella quién al darse cuenta se cubrió completamente en su cobija con las mejillas completamente rojas.

--Perdón-- Valk volteó la mirada apenado de lo que había hecho --No quise hacerlo, Skadi--

La chica se envolvió en sus sábanas y se bajó de la cama aún sintiendo pena ante la mirada de su compañero. A pesar de lo ocurrido, Gerald no la había visto de forma perdido como su compañero, sino que posó su mirada en los pies de la maga que aparentaban estar cubierto por una delgada capa de hielo junto a los dedos de sus manos.

--Disculpeme... ¿pero se siente bien?-- Le pregunta extrañado ante lo observado --Veo que sus dedos estan algo... congelados, si no me equivoco...--

--Oh...-- Skadi bajó la mirada hacia su pie que se asomaba al final de la sábana --sí, no te preocupes. Es normal si tomas en cuenta la magia que mejor controlo-- Le sonrió un poco satisfecha por la pregunta. Lo que ambos chicos no sabían, era que a Skadi le fascinaba hablar de las cosas que podíahacer con su magia, pero se limitaba para no emocionarse demasiado --Como verás, puedo controlar perfectamente el hielo con magia... aunque también sepa controlar otros elementos, no se me da más que el ya mencionado--

--Manejo del hielo-- Susurró Valk quién aún no la miraba --Entonces tú debes ser ésta chica, "Bufula", ¿no?--

Skadi se molestó ante la comparativa --No... ella es otra mujer del lugar de donde vengo--

--No fue mi intención hacerte molestar-- Nuevamente se disculpa el muchacho --No lo sabía-- Skadi desvió la cara y recogió su ropa ante la respuesta.

--Emmm... Muy buenos días, Skadi-- Dijo en broma Gerald intentando cambiar el tema --¿Cómo amaneces?--

--Bien, muchas gracias por preguntar, señor Reznov--

--Por favor, Gerald nada más... y "señor" me hace sentir viejo-- Se reía a lo bajo --¿Y Bien?, ¿qué trae por aquí a tan hermosa diosa?-- Las palabras sonrojaron a la chica.

--Bueno... esto se escuchará un poco repetitivo, pero vine para hacerme más fuerte-- Se abrazó a ella misma --Qué pena...--

--No es repetitivo-- Comentó Valkyria --o al menos a mí no me lo parece... Todos vinieron por una razón original para sí mismos--

--Sí... exactamente eso...-- Se dijo para ella misma recordando Glacius, el pueblo donde nació.



El día pasaba normalmente pero no había noticias sobre su asignación, la habitación ya se hacía aburrida. Gerald fue el primero en levantarse de su cama y abrir la puerta del cuarto para salir a algún lado cuándo se encontró con Lydia al otro lado a punto de llamarlos. La asistente llevaba una libreta en sus manos en donde se veían anotados los nombres de estos.

--Oh, ya era hora. Estabamos a punto de morir de aburrimiento-- Bufó este.

--Muertos no nos sirven-- Respondió de manera seca la asistente --Presten atención a la nueva asignación-- Caminó hasta las camas y dejó un papel encima de esta, luego se dio la vuelta y procedió a explicar --Como ustedes son de nuevo ingreso, la misión que se les asignó es muy fácil. Se les ha pedido matar a un Ghoul que ha estado acabando con las proviciones de Rykros, un pueblito no tan lejos de aquí--

--¿Un Ghoul?-- Repitió la maga --Si mal no recuerdo, los Ghoul pertenecen al área norte, y Rykros está muy al sur--

--Por eso se lo hemos pedido. No sabemos cómo llegó allí, tal vez vino de polizonte en uno de los trenes que repartían suministros en el pueblo minero pero no estamos seguros... Ahora, si no tienen más nada que decir, me retiro... Que tengan suerte en su misión--

Lydia salió de la habitación algo apresurada por el pasillo hacia la oficina de Harlot. Muchos hombres le pegaban la mirada a su cuerpo en su camino a la oficina mientras que otros le arrojaban piropos que de vez en cuando rayaban en lo obsceno. Haciéndose de oídos sordos, la mujer sólo siguió su camino sin desvío alguno.

--Matar a un Ghoul...-- Remarcó Valk --Tiene razón, la misión es fácil--

--¿Has peleado con uno antes?-- Skadi preguntó.

--No puedo decir que muchos, pero la mayoría cayeron sin mucha dificultad--

--Yo igual, en Naggiar solían salir demasiados tratando de matar a los habitantes. Qué suerte que la vigilancia es muy buena-- Dijo al mismo tiempo que cargaba el grandísimo martillo en su espalda. En eso se dio cuenta que su arma había atrapado la atención de Skadi --¿Curiosa?-- Dijo sonriente a lo que esta asintió --Es una Sacred Weapon, se llama McHammer--

Con asombro abrió sus ojos provocando que el azul resaltara --Leí mucho sobre esas armas, pero nunca llegué a ver una-- Se le acercó a Gerald totalmente asombrada cuándo Valk la detuvo.

--No toques el arma. El peso va a cambiar y atravesará el piso--

--C-Cierto... se me había olvidado-- Recordó la cualidad de esta --Pero es que se ven tan... no sé... ¿"misteriosas" sería la palabra...?

--Creo que esa sería la palabra que buscas-- Sonreía él olvidando el enojo que le provocó momentos atrás --Sólo puedes tocar una Sacred Weapon siempre y cuando sea tuya-- Le remarcó Valk --De lo contrario, esta se pondrá tan pesada que no podrás levantarla--

--Awww... no necesitaba recordarlo-- Se entristeció --Bueno... creo que sería hora de irnos, ¿no?--

--La brujita tiene razón, nos vamos... pero antes, ¿alguien quiere ser el jefe del grupo? Ya saben, para no tomar decisiones estúpidas--

--Yo no quiero serlo-- Se apenó la chica --Es mucho peso para mi--

--Entonces será Valk--

--¿Qué?--

--Decidido, serás nuestro jefe-- Aplaudió Gerald --Ahora, ¿qué haremos?-- Le preguntó esperando una orden.

El chico estaba a punto de rechazar el puesto pero los otros dos imposibilitaban tal acción, claro, tenían razón con eso de tener un lider para no tomar decisiones tontas. En un último intento de calmar las cosas y no perder el tiempo, Valk asintió.

--Ok, seré el lider. Pero nada más porque me lo piden--

El pequeño grupo salió de su habitación rumbo a la oficina de Harlot para firmar su salida. Al hacerlo, se les dio el permiso de salir. Pero claro, las reglas del castillo eran que regresaran apenas terminen su misión, de no ser así, se le enviará una carta al castillo donde se diga la razón del porqué no han regresado, después de eso, un escuadrón será enviado a recogerlos.

Despidiéndose de Mother Harlot, los tres salieron del Palacio Real hacia Rykros, un pueblo minero al sur de donde se encontraban. Aunque el camino era largo, el grupo estaba ansioso en saber lo que les preparaba el futuro.

 

---T1C3---
--Rykros--​

--¿Entonces qué haremos con él...?-- Se escuchó la preocupada voz del mayordomo en la oficina sin mucha iluminación.

--Por los momentos no haremos nada...-- Hizo una pausa cuando leía sus expedientes sobre el escritorio --Lo mejor sería dejar esto así como está-- Respondió ese hombre alto de cabello marrón corto y ojos café --Si algo similar llega a suceder otra vez, por favor, quiero ser el primero en saberlo, ¿entendido, Steven?--

--Sí, mi amo-- El anciano mayordomo se inclinó frente a él en señal de respeto con una mano en el pecho --¿Y con los demás?--

--No les digas nada, esto será un secreto entre los dos... Puedes retirarte--

Su amo chasqueó los dedos resonando en el cuarto y en la lejanía se abrió lo que parecía ser una puerta por donde entraba un aturdidor brillo azul. Steven se limitó a salir de allí y se detuvo en el pasillo de afuera, la luz se disipó mostrando un corredor de paredes rojas muy bien decoradas y el suelo tapizado de un color turquesa.

Y allí estuvo el mayordomo, parado frente a la oficina cerrada del señor a quien debía obedecer ordenes. Estaba pensativo ante las cosas que estaban ocurriendo y le sorprendía también la forma en la que se lo tomaba. Ahí suspiró cansado y limpió su arrugada frente sudada con un pañuelo cuándo sintió un ligero tirón en la manga derecha de su uniforme.

--Oh...-- Exclamó algo sorprendido el anciano. Era un niño, el hijo de su amo --Señorito, ¿qué hace despierto a estas horas? Sabe muy bien que el toque de queda de la mansión pasó hace un buen rato ya-- Le anunció sonriente.

--Sí-- Respondió nervioso el niño --Pero es que no puedo dormir--

--¿Cómo es eso?-- Amable lo guió por el pasillo hasta las habitaciones --¿Algo lo asustó?--

Aquél infante bajó la mirada con miedo --Es esa sensación otra vez... las voces...--

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--Ok, Gerald-- Se quejaba Skadi mientras buscaba algo en su pequeño inventario --Estoy segura que fuiste tú quién me quitó el mapa--

--Juro por mi esposa que no lo tengo-- Respondió el otro mientras soltaba risas en su camino.

Los dos venían discutiendo desde hace unas horas sobre algunos objetos "perdidos" que en realidad se habían quedado en la habitación del Palacio Real, específicamente sobre la cama de la hechicera del hielo. Debido a esto, Valk estaba más que cansado de escuchar tantas acusaciones de parte de sus compañeros que al final no llegaban a nada más que un regaño de uno.

--¿Pueden callarse de una buena vez?-- Sostuvo el tabique de su nariz --¿Acaso nunca se cansan de discutir?--

--Pero lo que ella dice no es verdad, no le he quitado nada-- Se quejó --Estoy seguro que lo dejó bajo su cama--

--Eso es mentira-- Levantó un poco la voz.

El pequeño grupo caminaba por el frondoso y extenso bosque. La discusión de estos se escuchaba por todo el área sin mostrar señales de acabar dentro de poco. Si algún enemigo estuviese cerca, con mucha facilidad los detectaría sin siquiera pensar un poco en ello. En eso el peli-plateado se detuvo al ver unos railes en el suelo que yacían cubiertos por hojas secas.

--Paren...-- Señaló los casi invicibles raíles y miró hacia ambos lados --El tren va a pasar-- Dijo e hizo retroceder a los otros dos cuando de repente un dragón pasó a gran velocidad con el cuerpo pegado a los raíles de metal como si se tratara de un tren --Cuando diga "ya", todos saltamos a su espalda, ¿entendido?- Preguntó a lo que ellos asintieron --Esperen... esperen... ¡Ya!--

Los tres saltaron por instinto a la espalda del dragón y se agarraron con fuerza a las escamas sobresalientes de éste. La velocidad a la que el monstruoso ser viajaba dificultaba el agarre del equipo pero con todas sus fuerzas, estos se resistieron. En un instante Valk miró a Skadi quien era a la que más se le complicada mantener su peso debido a la rapidez de su transporte improvisado. No queriendo perder a un miembro del equipo en algo que podría ser tan rutinario, el recién contratado guerrero se le acercó cuidadosamente y con un movimiento la abrazó dejándola bajo su pecho.

--¿Estás bien?-- Le preguntó a la vez que ella se sonrojaba --Vi que tenías algunas dificultades y...--

--G-Gracias...-- Sonrió por instinto al tenerlo así de cerca --Y sí, estaba a punto de soltarme--

--Bonita pareja hacen ustedes-- Bufó amigablemente Reznov --En fin, creo que pillé tu plan, Valk-- Se agarró con más fuerza --Esta es la forma de llegar más rápida a Rykros, ¿no?--

--Exacto, siempre usaba este método para llegar rápidamente a un sitio cuándo no tenía ganas de caminar--

--Entonces... calculo que a esta velocidad, hmmm-- Pensó por un rato --15 minutos de agarre puro, tío. Las manos me doleran por un buen tiempo--

Se sostuvieron esos extensos 15 minutos que parecían poco cuando se mencionaban pero era todo lo contrario. Para su suerte ya no les quedaba mucho de camino, habían salido del bosque, sin embargo, estaban entrando al desierto, esto quería decir que su destino estaba cerca pero debían mantenerse un ratito más.

Rykros es un pueblo no muy popular pero sí conocido debido a sus grandes minas de oro. Pero que últimamente había sido sede de muchos actos vandálicos de parte de un grupo de rebeldes que estaban en contra del mandato de Harlot. Aunque se han mantenido a raya, cada una de sus acciones son una molestia para el Palacio y mucho más grave cuando se trata de una de las minas de las cuales se reciben más recursos mensualmente. El punto tétrico de este lugar es su apariencia abandonada debido a que sus habitantes son más activos durante la noche que el día, dejando sus calles desoladas.

El caluroso ambiente agotaba a los tres quienes hacían su mejor esfuerzo en no soltarse, ya casi no faltaba nada para llegar a Rykros. Valk abrazaba con fuerza a Skadi mientras que Gerald parecía no tener problemas aunque en realidad sólo ocultaba muy bien su cansancio.

A lo lejos se observó una torre de reloj hecha de ladrillos con las manijas detenidas pero resonando en la distancia como si funcionara con normalidad, ya habían llegado a su destino.

--Esperen...-- Dijo Valk --Ahora, sueltate, Gerald-- Ambos se soltaron y cayeron al suelo con tanta fuerza que terminaron arrastrados por otros diez metros más o menos.

--Damn!-- Gritó entusiasmado Gerald en ese lenguaje un tanto desconocido para el guerrero y la maga --Otra vez--

--No... regresaremos a pie-- Suspiró Skadi aún sujeta al torso de Valk con las uñas atravesando la chaqueta.

Al darse cuenta, la chica se soltó para secar su sudor de la frente disimulando la situación hasta que se dió cuenta de que aún no estaba lo suficientemente alejada de él.

--No lo vuelvo a hacer--

En eso se rio el chico --No, tranquila. Estabas asustada--

--N-No lo estaba-- Le dio un empujón --No seas tan malo conmigo--

--No era malo con nadie, solo dije la verdad--

--Sí, claro...-- Se alejó de ambos Gerald con obvia burla --Buscaremos al Ghoul, lo acabamos y regresaremos al Palacio--

--Ok-- Se estiró --Será mejor separarnos, así se nos facilitará encontrarlo--

--Entonces me iré hacia las minas-- Contestó Gerald --Que Skadi vaya hacia los edificios de administración-- Sugirió.

--Tienes razón. Skadi, esos edificios son altos, desde ahí tendrías una buena vista y podrías mantenernos al tanto--

--Entendido-- La chica hizo un saludo militar, luego se creó unos patines de hielo y se fue deslizándose dejando atrás a los dos.

--Valk-- Llamó Reznov aprovechando el momento solitario entre ambos --¿Ya te gusta la muchacha?--

--¿Hmm...?, ¿y a qué viene tal pregunta?-- Se giró a él y que estaba de espaldas mirando de lejos a Skadi irse.

--Nah, it was a joke... Bien, me retiro--

--Vale, yo igual. Suerte-- Gerald asintió en respuesta y se adentró en el desolado pueblo.

"Hmmm... Un Ghoul aquí..." Sospechó el peli-plateado teniendo en mente las costumbres de tales seres.




La maga se estaba acercando a los edificios de administración a una buena velocidad. Sin embargo, debido a su habilidad de control de hielo y el pueblo de donde provino, su cuerpo siente más calor de lo que debería. Para ella, estar bajo ese ambiente la cansaba rápidamente a no ser que se creara un bunker donde el frío sea lo único que sienta y así no desmayarse.

Abrió las puertas con delicadeza para darse cuenta que no había un alma en la distancia, casi toda la planta se encontraba llena de cubículos. Skadi caminó buscando las escaleras con su báculo en mano cuando se escuchó el rechinar de una puerta, de inmediato adoptó una pose de pelea apuntando su único instrumento de defensa hacia la dirección de donde vino el ruido. Lentamente camino de puntitas mientras murmuraba algún que otro hechizo para estar preparada.

De pronto, por entre los cubículos pareció asomarse lo que asimilaba ser una cabeza de apariencia putrefacta sin la mandibula inferior y cuencas huecas como sus ojos, por un momento se mostraba tímido pero en verdad la vigilaba desde allí para reaccionar a sus momvimientos. Sintiendo que la chica no se movería, el endemoniado ser salió de su escondrijo lentamente revelando su delgado cuerpo, como el de una persona que pasa mucho tiempo sin haber comido, y dos largos brazos carente de músculos de donde salían tres filosas garras.

Buscando la forma de intimidarla, el Ghoul soltó un agudo alarido que destrozaron algunas ventanas del edificio para luego correr hacia ella con la intención de embestirla.

--Maldición-- Skadi cerró sus ojos con miedo y golpeó el suelo con el báculo elevando una pared gruesa de hielo.

El monstruo sin tener tiempo suficiente para reaccionar ante esto, impactó con tanta fuerza la pared que se escuchó la forma en la que su cráneo crujió. Incluso, después de haber dado tal golpe, la pared no mostró abolladura alguna. Gracias al fuerte imacto de su cabeza en la superficie, la criatura retrocedió unos pasos mientras se sacudía de un lado a otro esperando espabilar el dolor.

La maga aprovechó que este estaba aturdido e invocó una estaca de hielo la cual arrojó a una increíble velocidad atravesando el craneo de la criatura. El ghoul cayó inmovil liberando su último respiro en señal de que había acabado ese corto enfrentamiento.

--N-No fue tan difícil...-- Bufó ella cuando escuchó otros pasos a unos metros atrás. Al darse vuelta pudo observar a otros cinco que la miraban desde los cubículos como había hecho el primero --No puede ser...-- Empuñó su báculo nuevamente.




--Qué molestos...-- Gerald, al igual que Skadi, se encontraba frente en las minas frente a una gran cantidad de ghouls. Con su martillo les destrozaba el craneo a cada uno pero a siempre salían más desde la oscuridad --Maldita sea, ¿por qué hay tantos? Se supone que esto sería fácil--

Ahí se apoyó de un solo pie y comenzó a girar formando un pequeño remolino a su alrededor con la Sacred Weapon extendida de un lado. Se fue moviendo de un lugar a otro acabando con cada monstruo en la mina hasta el punto de marearse y caer al suelo. Se llevó las manos a la cabeza donde se golpeó unas cuantas veces antes de seguir peleando.

Uno de ellos se le abalanzó tratando de quitarle el martillo pero en cambio recibió un rodillazo en el estómago. Esto dejó su defensa abierta para que Reznov lo cogiera por el cuello y lo utilizara como un mazo contra los demás. Lo agitaba tan fuerte que despedazaba a unos y arrojaba a otros, así con cada uno de los ghouls que se le atravesara en el camino.

Al terminar con una gran cantidad, le arrancó los brazos a su "mazo" la cual usó como un arma arrojadiza contra los que no paraban de salir

--Ugh, son peores que un Spawn. Espero no haya uno cerca...-- Se dijo en sus adentros.

Sorpresivamente salió uno más grande a su espalda. Era algo parecido a los normales a excepción de la masa múscular que parecía ser menor. Con delgados brazos que caían desde sus hombros como peso muerto y que se movían incluso con la poca corriente de aire que entraba allí en la mina. Gerald no se encontraba asombrado ante la sorpresa, sólo que se molestaba la idea de que no pararían de llegar.

--Si mal no me enseñó mi padre...-- Se alborotó el pelo y suspiró --Tú debes ser esos mini jefes, ¿no?--

La pequeña criatura liberó un intento de rugido antes de salir disparado contra Gerald quién volvió a empuñar su martillo con fuerza entrando en combate nuevamente contra su nuevo enemigo. Éste le guiñó el ojo en broma al empuñar el arma.




Mientras que los otros dos luchaban, en un área alejada se encontraba Valk sentado en una roca junto a una pila de Ghouls que cayeron ante él sin mostrar dificultades algunas. Suspiró antes de levantarse y sostener dos piedritas que llevaban una extraña escritura curveadas de color azul en estos. Ahí señaló a un callejón

--Ya sospechaba yo del porqué habían tantos ghouls en el sur... Mejor muestrate--

Y fue entonces que salió de allí una chica alta de ojos totalmente negros, cabello marrón y varios pasajes del libro de invocadores en sus brazos. En su rostro se mostraba su sonrisa al notar lo divertido que fue presenciar la lucha del guerrero de cabello plateado. La mujer cargaba una camisa negra de mangas arrancadas que estaban muy pegadas al pecho mostrando su delgada figura y un pantalón verde algo desgastado el cual estaba sucio de polvo.

--Ah... es raro-- La chica tenía esa apariencia débil y de alguien que se confundía con facilidad. Sin embargo Valk sabía que esto solo era una tapadera de su verdadero poder --De verdad que es raro...-- Suspiraba adormecida --No pensé que me descubrieran desde esa distancia...--

--¿Qué haces aquí?--

--Te pregunto lo mismo, creí que las Valkyrias no podían pasar a este lado de Tera--

--No soy una Valkyria-- Corrigió Valk con molestia cuando vio un simbolo extraño en la ropa de la mujer, era parecido a un cuervo azulado dentro de un cuadro verde --¿Hmm...? Blue Raven...--

--Sí... soy miembro de esa organización... ¿Quieres unirte?-- Le ofreció amable --Nos falta mucha gente--

--No gracias, he venido por una misión, y pienso completarla--

Apretó las piedritas las cuales se transformaron en una gran y filosa lanza plateada en su mano derecha mientras que en su brazo izquierdo apareció un escudo del mismo color. De pronto el cuerpo del chico pareció verse envuelto por una aura azul mientras que sus rojizos ojos se iluminaban.

--Bien, ejercicios-- Dio unos brincos la invocadora a la vez que le hacía señas para que la atacara.

--¡Aquí voy!--

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Por ahora serán estos 2 capítulos. Debo arreglar otros mientras escribo más historias nuevas.

 

Por hoy será este capítulo en vez de dos porque debo seguir editando los nuevos caps después del 35. La universidad me ha quitado mucho tiempo y por suerte se ha despejado el horario que tenía en un principio. ¡Disfruten!

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---T1C4---
--Mika and Tommy--​

En reacción al movimiento del guerrero, la invocadora clavó sus manos en el rocoso suelo en donde estaba y tomó impulso hacia él quién iba disparado en su dirección empuñando la lanza que necesitaba para salir victorioso. Al estar a una distancia aceptable, Valk posicionó su escudo frente a él y se envolvió en ese fuego azul resplandeciente que su cuerpo emanaba con furia. Parecía una bala de cañón envuelta en llamas.

La mujer, al presenciar tal acción, no vio de otra que clavar sus manos en el suelo unas vez más y pegarse a este.

--Mierda...-- Insultó por dentro sintiendo algo de dolor en sus palmas.

El muchacho le había pasado justo por encima tal cual una bala dejando leves quemaduras sobre su hombre. Por otro lado, Valk usó su lanza como un ancla y se frenó a unos diez metros más allá de la posición de su actual oponente. Con el torso curveado hacia adelante se le vio correr una pequeña gota de sudor resultado del calor del pueblo y no de sus llamas.

--¿Y dice que no es una Valkyria...?-- Meditó la mujer.

Ésta no pudo seguir pensando en las características de su rival cuando lo vio moverse rápidamente rodeándola por la izquierda. Queriendo dar un paso atrás, la invocadora se vio interrumpida ante la mirada familiar de Valk por lo que no se movió recibiendo así el impactó de su escudo en el pecho. Tal golpe la envió hacia atrás pero pudo mantenerse en pie. ¿Quién era él? No podía pensarlo mucho. Así como él, a ella se le había asignado una misión que debía cumplir.

Al por fin mantenerse firme, la invocadora cerró sus ojos y concentró su energía en los pies y de esa forma enviar vibraciones al suelo. No queriendo que la mujer ejecutara una acción, el joven guerrero volvió a colocar el escudo frente a él y salió despedido en contra de ella. Sin embargo, su rival no se lo iba a dejar tan fácil. Apenas el guerrero estuvo a la distancia suficiente, ella saltó evadiéndolo pero dejando a un grupo de Ghouls recien invocados en su antigua posición para que los embistiera.

Así como ella lo quizo, Valk impactó contra el grupo de invocaciones mandándolos a volar en pedazos y con fuego en los trozos borrando pruebas de su existencia. Preparando otra invocación ahí en el aire, la mujer se sorprendió al ver que Valk no había acabado con su ataque. Se detuvo en seco marcando el suelo con sus botas y con susurros apretó el puño que cogía el mango de la lanza. Aquella arma ya no era lo que en un principio parecía ser, el metal se extendió como un látigo y con un velóz movimiento de su brazo, su nuevo armamento se dirigió hacia ella para tomarla de una pierna.

--¡Abajo!-- Gritó.

Sin perder más tiempo, el guerrero la hizo caer con fuerza contra el piso levantando piedras y una nube inmensa de polvo. Todo estuvo en calma por fin... claro, esto no significaba que hubiese ganado. Aún en guardia, Valk se mantuvo a distancia del punto de caída en caso de ataques sorpresas. Para él había sido fácil tener tal enfrentamiento cosa que no le daba confianza.

Luego de unos segundos, el polvo se disipó mostrando a la invocadora quién yacía arrodillada sobre un montón de Ghouls que había invocado momentos antes de caer para amortiguar su caída. Aliviada por su rápida reacción, se puso en pie sacudiendo su pantalón que ahora estaba cubierto comletamente de polvo.

Apretó un tanto los dientes --No me dijeron nada sobre esto--

--Lo más que puedes hacer ahora mismo es rendirte-- Le sugirió sin muchas ganas. Disfrutaba en parte pelear con ella.

--No eres mi capitan para decirme qué hacer, Valkyria--

Asqueado por la descripción, Valk se preparó para seguir con la lucha. Pero antes de dar su siguiente movida, se percató que había un leve movimiento en la tierra. Reaccionando por instinto, se agachó inmediatamente evadiendo dos largos brazos que salieron del suelo como espigas que iban dirigidas a su cuello. Se trataba de dos Ghouls que ella invocó sin que se percatara.

Aprovechando el momento, hizo que su arma volviera a ser una lanza para atravesar la superficie en donde se supone que estaría uno de ellos mientras que con la otra mano sostenía el brazo del otro. Confirmando la eliminación de uno, procedió a sacar del suelo al restante como si fuese una planta la cual arrancan. Al dejarlo libre, atravesó su pecho con su arma para acabar con tal fastidio.

Sin embargo, gracias a esto no vio a la invocadora quien vio el momento de embestirlo de lado y apresarlo contra el piso. El fuego azul que rodeaba al guerrero la iba quemando de a poco pero no lo suficiente para convertirla en cenizas. Posicionándolo boca arriba, la mujer sentó en su pecho y preparó sus garras para terminar con él pero se vio rodeada del látigo. No podía arriesgarse.

--¿Por qué tienen que ser tan difíciles las cosas?-- Se dijo ella.

Al no tener de otra, tuvo que liberar al joven quien se levantó deprisa para continuar con el enfrentamiento. Dando puñaladas con su arma quien cambió otra vez, Valk esperaba que retrocediera hacia las casas que habían la distancia para cortarle las vias de escape. Pero la mujer vio el momento de sostener la punta de la lanza con la palma de su mano el cual se vio atravesada pero no lo suficiente como para llegar a su pecho. Resistía tanto el dolor hasta el punto que Valk llegó a pensar que no lo sentía en lo absoluto.

Con fuerzas fue dando pasos hacia adelante la mujer para no estar rodeada de edificios y así buscar áreas sin estorbo. Al llegar hasta cierto punto, chasqueó los dedos de su mano sana provocando que un Ghoul saliera del suelo a espaldas del guerrero para tomarlo con una llave. Aspirando que sea este el momento de tener la ventaja, la invocadora liberó la mano atravesada y con la misma dio un corte que iba al cuello. Sin embargo, Valk tuvo la fuerza de inclinarse a un lado haciendo que sus afiladas uñas le cortaran la mejilla.

--Tampoco lo dejaré tan fácil--

Incluso estando en una posición difícil, el guerrero no iba a rendirse ante tal movida. Su arma inmediatamente se convirtió en aquél látigo que tomó al Ghoul por la pierna y haciéndolo girar a su alrededor, lo hizo impactar en contra de su creadora. Retrocediendo gracias al golpe que le sacó el aire de sus pulmones, la mujer intentó ponerse de pies a unos metros, pero al momento de abrir los ojos, se encontró con el joven guerrero frente a ella. No dudó en regresar el arma a su estado original para atravesar el costado de la invocadora debido a que se había movido a un lado en el último segundo.

¿Cuándo se le dificultó la misión? Al igual que él, ella tenía su propio encargo, uno que creyó fácil cuando lo aceptó.

Viendo que la mujer estaba distraída pensando en su misión. Valk la tomó de un brazo y la alzó por encima de él para después arrojarla al suelo retumbando el área con un sonido seco como el de un cuerpo que golpea elsuelo luego de caer desde una gran altura. Tomó su lanza con fuerza apuntándole al rostro, ella ni se inmutaba en moverse, no después de haber sido cortada en el costado. En el momento que el guerrero de cabello plateado se disponía a dar el último golpe. Del suelo se apareció por sorpresa un gran puño que impactó un lado de su cuerpo y lo arrojó por los aires hasta atravesar la pared de una casa.

--Casi...-- Se quejó la chica. Lentamente se fue parando con ayuda de la mano que del suelo salió --Tuve suerte de que no haya sido una Sacred Weapon... de lo contrario, uff--

Por otro lado, Valk tenía los ojos abiertos en señal de sorpresa. De verdad que no había visto venir tal golpe, se dejó llevar un tanto por la situación. Al igual que la invocadora, se fue parando apartando cada trozo de madera que estaba en su ropa para luego limpiar su rostro del polvo. Ahí se dio cuenta de algo, a pesar de provocar tanto ruido, nadie en el pueblo había salido a ver lo que estaba pasando. Es más, la casa donde se había estrellado se encontraba vacía.

--¿Evacuación...?-- Pensó él. Tal vez alguien del palacio supo de la misión y se llevó a todos fuera del pueblo para evitar bajas civiles.

--Antes de empezar con la pelea otra vez...-- Le hizo señas la invocadora desde su posición --¿Cómo te llamas?--

--Valk-- Responde él saliendo de los escombros --¿Y tú quién eres...?--

Ella asintió recordando su nombre antes de dar el suyo --Mika... aunque me llaman Summoner--

Ante la atrasada presentación, ambos estuvieron atentos antes posibles ataques mientras pegaban miradas a su alrededor en caso de ataques sorpresa. Valk sabía que podía invocar a alguien en cualquier momento a la vez que Mika tenía la certeza de que el Palacio Real no iba a enviar a una sola persona en la misión.



--¡Fuera fuera fuera!--

Mientras tanto, Skadi luchaba contra una horda que había rodeado el edificio de administración. Desperada subía los pisos por las escaleras mientras dejaba trampas de hielo que acababan con sus perseguidores. No podía darse el lujo de descansar por un momento gracias a la plaga de Ghouls que había en cada planta que subía. Cuando por fin llegó al último piso, se vio frente a la puerta que llevaba al tejado del edificio. Como última defensa, Skadi dejó la pared más gruesa posible de hielo que pudo crear antes de pasar por la puerta.

La suave brisa cálida del pueblo acariciaba su rostro, ya no tenía a donde escapar. Se dio la vuelta para encarar la puerta y volvió a dejar otra pared de hielo que frenara el paso de aquellos que querían matarla. Al otro lado se escuchaban los rasgazos de esos seres intentando romper el hielo para así llegar con ella, aunque se estaban tardando mucho, cosa que la dejaría pensar en un plan.

--"Debe haber algo para huir"-- Pensó asustada. Se asomó por las orillas del edificio sólo para marearse un poco debido ante la altura --Nop, nada de eso-- Volvió a retroceder cuando escuchó fuertes golpes contra la primera pared de hielo --Ya están aquí...--

Los golpes se hicieron más rápidos y violentos hasta que se escucharon cristales que caían, ya habían atravesado un bloqueo, sólo quedaba la última capa de hielo que Skadi había dejado. Los monstruos empezaron a golpear el muro agrietándolo pero en eso se detuvieron y parecieron alejarse de su posición dejando confundida a la hechicera. A unos minutos de haber tranquilidad, otra vez se volvieron a escuchar golpes, pero que esta vez parecían ser de uno solo.

--Tal vez si pueda crear una espada, o una lanza, podría... no--

Negó moviendo la cabeza de lado a lado. El primer plan que le había llegado era bueno, sin embargo, había mucho calor y eso la debilitaba tanto a ella, como a su magia.

Sabiendo esto, empuñó su báculo y se rodeó en un cilindro de hielo como última opción de defensa. Confiada se dirigió a la puerta esperando hacerles frente pero se sorprendió al ver que al otro lado se encontraba Reznov rompiendo el hielo con su martillo. Los dos se vieron la cara por unos segundos a lo que Gerald preguntó.

--¿Por qué no quitabas las barreras? Te estuve gritando--

--Perdón, es que desde el otro lado no se oye nada más que los golpes-- Respondió algo incómoda.

--Bueno, como sea-- La tomó del brazo cuando ella se liberó del cilindro de hielo que la cubría --Hay que huir de aquí, los pisos de abajo están llenos de Ghouls junto al flaquito que me sigue desde las minas--

--Momento... estabas en las minas--

--Sí, estuve ahí por un buen rato, pero me desesperé y salí a la fuerza atravesando el techo. Luego aparecí en el sótano de este edificio... no hablemos más, hay que saltar--

--Ni loca, es muy alto-- Se negó Skadi --Estamos a quién-sabe-cuántos metros del suelo--

--No importa, se me ocurrirá algo--

Con su martillo en mano, Gerald subió a la nerviosa hechicera en su espalda para luego correr hasta el borde del edificio en donde saltó sin previo aviso porvocando que Skadi se agarrar con fuerza de su cuello. La caída desde el tejado parecía eterna a pesar del peso que cargaba el hombre, cada vez se iban acercando más y más del suelo cuando de pronto, atravesando una de las ventanas del edificio, saltó el Ghoul que perseguía a Gerald y los agarró en el aire antes de caer sobre una vivienda que se encontraba vacía.

Trozos de madera volaron a todos lados levantando una espesa nube marrón de polvo como si hubiese ocurrido una explosión. Skadi se retorció de dolor sin poder ver nada a su alrededor, se encontraba bajo una gran cantidad de escombros cosa que le dificultaba moverse.

--Ay, mi cuerpito-- Se quejó tosiendo --¿Acaso morí...?-- Revisaba con dificultad su cuerpo con las manos.

--No, no estás muerta-- Se escuchó la voz un tanto forzada de su compañero.

Adolorida fue apartando el material destruído sobre ella y miró hacia los lados hasta encontrarse con Reznov defendiéndose de los rápidos movimientos del delgado Ghoul. Apretando los dientes, detenía los golpes como podía, aunque era obvio que estaba muy cansado como para seguirle el ritmo. Esperando ser de ayuda, la chica empuñó su báculo apuntando con dificultad al veloz ser y disparó una bola de fuego. Aunque no era muy buena con tales elementos que no sea hielo, la esfera despistó por corto tiempo al Ghoul quien dirigió la mirada a ella y no a su contricante.

Fue en ese entonces que Gerald aprovechó su distracción y con su martillo golpeó la cabeza del monstruo destrozando la mitad de esta. El Ghoul se elevó unos metros tapándo su rostro lleno de dolor cuándo recibió otro golpe en las piernas que lo llevó a impactar contra el piso.

--¡MALDICIÓN!-- Gritó el Ghoul cosa que sorprendió a Skadi.

--¿P-Puede hablar...?-- Tomó con fuerza el báculo y mantuvo la distancia --Los ghouls no hablan, eso lo saben todos-- Miró a su compañero.

--No me mires-- Suspiró cansado --Tampoco sé nada de nada--

--Maldita sea... Summoner me matará-- Siguió con sus quejas la criatura mientras buscaba cómo arrastrarse.

--¿Quién...?-- La hechicera estaba a punto de hacerle más preguntas cuando les llamó la atención un estruendo.

El suelo comenzó a temblar con violencia, no se trataba un terremoto o algo parecido. Los dos se sostuvieron del piso a lo que, frente a ellos, se levantó del suelo un enorme barco pirata con dos grandes velas y la palabra "Highlander" escrito a un lado. Sólo una persona se veía en el timón de éste, se trataba de un chico alto de apariencia amigable con chaqueta verde oscura abierta y un gorro pirata rojo con una calavera sin mandibula cocida en este. El capitán los miró por unos momentos antes de chasquear sus dedos haciendo que el malherido Ghoul apareciera a su lado con el cuerpo totalmente sano.

--¿Cómo?-- Gerald miró a la criatura --No es posible... ¿Cómo pudo curarse de esa herida? Las Sacred...--

--Sí sí sí-- Interrumpió el pirata --Toda herida causada por una Sacred Weapon es incurable, ya todos los sabemos-- Se sostuvo el tabique de la nariz --Ahora, si no les molesta, sólo vengo a buscar a alguien y me largo. Nada serio--

Dio una palmada al aire a lo que el barco siguió su rumbo rompiendo el suelo en su avance y dejando atrás a los dos guerreros que mitaban la nave alejarse. Gerald se mostró confundido por lo que había pasado, ¿cómo es que pudo sanar ese tipo de heridas? Pensaba. La maga se encontraba a su lado observando como el enorme barco se alejaba de su posición cuando recordó.

--¡No!-- Se le acercó a Reznov para agitarlo un tanto y después correr tras el navío --Van hacia Valk, rápido--

--S-Sí... ahí-- Confundido tuvo que apartar sus pensamientos y siguió a la maga.



--No no no no--

En medio de quejas, Summoner luchaba contra Valk sin rendirse. Ambos se encontraban totalmente cansados pero el guerrero seguía sin querer detenerse. La invocadora no veía un momento para darse un respiro e invocar a un Ghoul que lo distrajera porque tenía que usar sus brazos para cubrirse y al mismo tiempo evitar los cortes de su lanza a la vez que debía saltar para evitar los agarres del látigo cuando la convertía en menos de un segundo.

--Debí hacerle caso a Tommy, luchar contra una... o un Valkyria...-- Jadeó --Es difícil...--

--¡Que no soy una Valkyria!-- Gritó completamente molesto.

Agarró a la invocadora por el cuello de su camisa y la acercó hacia sí mismo para darle un duro cabezazo en el rostro antes de tirarla al suelo y justo cuándo iba a dar el último golpe, por segunda vez, un leve temblor se sintió en el área.

--¿Terremoto...? No...--

El chico se dio la media vuelta y divisó que por encima de unas viviendas se veía venir la enorme embarcación hacia donde se encontraban los dos luchando. Evitando que le pasara por encima, valk corrió hacia un lado para alejarse del camino. En eso la chica se levantó y miró fijamente hacia el barco cuando este se la llevó por el medio. Ahí se asomó el capitán por el frente antes de hacerle señales al Ghoul que había salvado minutos atras.

--Joder, no otra vez-- Maldijo este --Revenant, ayudame aquí. Creo Summoner está debajo del barco otra vez-- Decía aún sabiendo que Valk estaba a un lado viendo lo que estaba pasando --Para la próxima navego por aire, así no atropello a nadie...-- Dirigió su mirada al guerrero.

--¿Quién eres tú?-- Fue lo único que preguntó Valk.

--No pienso hablar con alguien que le hace caso a Harlot...-- Se paró firme --¿Quién eres?--

El ambiente alrededor de ellos cambió. El entorno pasó a sentirse hostil y la energía que ambos emanaban podía sentirse a metros de distancia. Valk empuñó su lanza con fuerza y preparó su escudo a lo que su contrincante se armó con un rifle Gewehr 43. Se miraron un instante sin dar el primer golpe cuando el pirata mostró una amigable sonrisa.

--Un momento... creo que te conozco-- Asintió cuando encontró el recuerdo que buscaba --Tú eres este chico, el hijo del millonario de la familia Blantorche, ¿no es así?--

--¿Cómo sabes eso?-- Exigió --Y no vuelvas a involucrarme con esa gente--

En menos de lo que dura un parpadeo, el pirata se apareció frente al joven guerrero para intentar golpearlo en rostro con la culata del arma pero fue detenido por su escudo. Viendo que tenía la guardia baja, dirigió la punta de su lanza en dirección al cuello de su enemigo pero él lo evadió echándose a un lado para responder con un fuerte golpe en su estómago.

--Entonces sí tengo razón--

El tiempo pareció ralentizarse debido a la velocidad a la que se movió el pirata. Posó su dedo índice en la frente de Valk y con un solo empujón lo mandó a volar hasta un edificio que se encontraba a unos metros. Sin siquiera esperar que se despejara el polvo, caminó hacia él para sostenerle una pierna y lo azotó dos veces contra el suelo.

Durante todo ese momento, Valk seguía empuñando su lanza buscando la fomra de hacerle frente ante el sorpresivo ataque. Procurando tomarlo por sopresa igual, ordenó su arma a que se transformara en el látigo y así rodear su cuello con esta. Poco a poco fue apretando y lo dirigió cerca de él para golpearle el rostro con su escudo un par de veces haciéndolo retroceder pero lo trajo a él ya que seguía amarrado. Fue ahí que impactó su puño el rostro, sin embargo, también recibió un impacto en el pecho con la culata de su arma. Ambos se echaron atrás respirando con emoción, por un momento, el cuerpo de los dos se vio inyectado en tanta adrenalina que de por sí pudieron haber seguido con el enfrentamiento.

--Tommy Thompson-- Dijo el pirata mientras se levantaba --No tengo tiempo para ti ahora mismo, debo asistir a una reunión primero-- Se rió antes de darse la vuelta y caminar estirando sus brazos al aire.

A lo lejos se pudo ver cómo Summoner iba saliendo de la tierra con la ropa desgarrada y casi desnuda, pero sin ninguna herida grave a pesar de haber sido atravesada por la lanza de Valk en su pelea. Apenas Mika vio a Tommy acercarse, lo recibió con un beso en su mejilla y subieron al barco. El pirata observó por un momento a Valk antes de alejarse, todo había pasado muy rápido.

Valk se quedó ahí por un momento antes de dejarse caer agotado. Tirado en el suelo se mantuvo por unos minutos pensando en lo que había ocurrido hace unos momentos. Aunque había estado viajando por casi toda Tera, nunca había escuchado nada sobre alguien como él. Lo más cercano que escuchaba en sus recorridos era sobre un barco que navegaba por los cielos, sin embargo, en ningún momento escuchó sobre uno que navegara por tierra.

--Siempre hay una primera vez para todo... creo...--

Se sentó con una mano sobre su estómago tratando de aliviar el dolor cuando llegaron sus dos compañeros, Skadi, al verlo herido, corrió preocupada hacia él y lo levantó para apoyarlo sobre su propio hombro pero fue Gerald quien lo tomó porque la maga seguía cansada por el calor.

--Hombre, ¿qué pasó?--

--No lo sé...--

--No hables-- Le ordena Skadi --Descanza un poco que Gerald te llevará--

--Por cierto... creo que ya es todo. Por nuestro camino no nos encontramos con ningún ghoul-- Comentó Reznov.

--Eso es porque alguien los invocó-- Respondió Valk --Por eso habían tantos--

--He leído sobre invocadores, estos usan su energía para convocar distintos seres. Pero el máximo de invocaciones es de dos-- Meditaba Skadi --Aunque el más conocido pudo llegar a crear seis de ellos--

--Bueno, esta chica pudo invocar a cientos--

--Aunque hay algo mucho más raro...-- Agregó Gerald --Lo que hizo ese chico hace momentos cuando se apareció frente a nosotros... no, será mejor regresar al castillo. Allí le diremos a Mother Harlot lo que pasó en nuestra misión--

--Tienes razón-- La maga intentó crear con su magia una diminuta nube que al menos les diera algo de frío --Hace unas horas me negué... pero tendremos llegar al Palacio por "tren" y reportarnos--

--A tomar el tren entonces...--

Los tres se encaminaron lejos del pueblo hasta encontrarse con los raíles del "dragón-tren" y así esperar su transporte. Durante la espera, Skadi era la única con la mente despejada ya que los otros dos se encontraban un poco confusos con lo que había ocurrido. Gerald no creía ver que alguien sanará las heridas provocadas por una Sacred Weapon y Valk estaba pensativo en Tommy Thompson, el pirata que se había aparecido frente a él y que emanaba una energía muy distinta. Sin embargo, fue en la sensación que sintió en su enfrentamiento que le arrebató el cansacio y pudo haber seguido luchando de no ser por Tommy que se retiró.

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Contenido oculto: No sé si debería ir aquí. Pero hice a Valk y Skadi en un juego porque soy asquerosamente malo dibujando

 

---T1C5---
--Reporte--​

El grupo tomó el "tren" de regreso hasta por fin estar en el bosque donde lo habían tomado unas horas atrás. Agotados caminaron los tres sin decir una sola palabra hasta encontrarse con las puertas del palacio frente a ellos. Ahí los esperaban unos guardias que se disponían a buscarlos por ordenes de Mother Harlot, por suerte, la presencia del pequeño grupo hizo que no fuese necesario. Los guardias, asintiendo, se hicieron a un lado para dejarlos pasar.

Al entrar, uno de los vigilantes le recomendó a Valk ir directamente, y sin nadie a su lado, a la oficina de Harlot para dar el reporte de su misión cosa que el joven afirmó sin mediar palabras. Skadi y Gerald le hicieron saber que irían directamente a la habitación para esperarlo.

Valk siguió por el oscuro pasillo hasta que el mayordomo se le acercó --¿Cómo le ha ido en su misión?-- Preguntó con formalidad pero no recibió respuestas, Valk solo siguió su camino.

Subió las escaleras callado hasta llegar a la puerta de la oficina y tocó un par de veces para anunciar que había regresado pero nadie le respondía. Éste esperó unos minutos antes de volver a tocar, fue en ese entonces que alguien salió. Se trataba de un chico del mismo tamaño de Valk, tal vez de su misma edad, de cabello alborotado negro que vestía una camisa larga sin mangas mostrando varias cicatrices en sus antebrazos y pantalones de cuero negro.

Ambos se miraron por un rato hasta que el desconocido hizo una mueca de incomodidad y bajó las escaleras empujando al guerrero con su hombro provocando que él lo mirara con seriedad mientras se iba. En eso apareció Harlot detrás de él y posó su mano sobre su hombro.

--Es un poquito grosero, no le hagas mucho caso-- Dijo tranquilamente --Ya puedes pasar--

--Sí, señora-- Asintió Valk.

Harlot lo acompañó dentro y lo sentó frente a su escritorio mientras que ella se sentaba al otro lado y sacaba el libro en donde anotaba los reportes de todos los que llegaban ahí. Observó de arriba a abajo al muchacho y sonrió un poco al ver las magulladuras en su vestimenta.

--¿Se complicó el trabajo?-- Bufó amigable.

--Algo así... tuvimos un problema en medio de la misión--

--¿Qué tan grave?--

Valk recordó su batalla junto aquél pirata que tanta confusión le causó --Como sabrá, nuestra misión fue acabar con un Ghoul que causó estragos en Rykros, el pueblo minero--

--Sí-- Anotó --Recibímos esa información gracias al chico que acaba de salir, ellos pasaron por el pueblo mientras regresaban de su misión anterior y vieron a un Ghoul--

--Pero ese no fue el problema-- Contestó él --Al llegar a Rykros, este estaba como todas las mañanas, desolado--

--Su actividad es mayor por las noches, son algo así como vampiros-- Se rio.

--No. Me refiero a que se encontraba solo... como si hubiesen evacuado el pueblo entero-- Esto llamó la atención de Harlot quien, con un movimiento de su mano, le pidió que siguiera --Ahí decidimos separarnos para encontrar nuestro objetivo mucho más rápido... Al final los encontramos, pero no era uno, eran muchos. En mi camino me encontré con quince si mal no saco cuentas--

Harlot lo miró extrañada, la información que ella tenía era de uno solo según el otro grupo, pero ante todo mostró seriedad en el asunto

--Raro... ¿Saben el porqué?--

--Una mujer, ella es la razón-- Afirmó Valk gracias a su encuentro con Summoner --Ella es quien invocó los Ghouls en Rykros--

--¿Summoner?-- Preguntó esta vez asombrada --¿Estás seguro de eso?--

Valk levantó la vista un poco --¿Hmm...? Nunca dije su nombre... ¿acaso la conoce?--

--Claro que la conozco...-- Dejó de escribir y cerró su cuaderno --Sigame contando--

--¿No lo anotará...?-- Dijo con dudas.

--No, de ahora en adelante esto es confidencial... dime, ¿apareció alguien más?--

--Sí...-- La miró --Un chico acompañado de un Ghoul mucho más delgado a los demás, este muchacho parecía un...--

--Pirata-- Completó ella a lo que Valk asintió. Harlot se paró de su silla y dio tres palmadas haciendo que su secretaria apareciera a su lado --Lydia, acompaña a Valk hasta su habitación y luego ven a verme, necesitamos hablar con el décimo escuadrón-- Le ordenó a su hermosa secretaria quien se inclinó al escucharla como de costumbre.

--Sí, mi señora-- Se dirigió al chico y lo acompañó por el pasillo del Palacio.

En el camino, Valk se percató de la expresión de incomodidad que mostraba de a poco Lydia. Algo así como una pequeña preocupación. Queriendo saber de lo que se trataba, hizo la primera pregunta esperando conseguir algo de información.

--¿Ya han tenido problemas con ellos...?--

--Sí... muchos-- Le contesta de forma cortante --Ya nos haremos cargo de ellos, tu grupo debería descansar--

Siguieron los dos su camino. El guerrero seguía con ganas de saber un tanto más, pero con tal respuesta, no iba a ser fácil. ¿Quién era ese chico? Se veía tan tranquilo y amigable, casi como si no tuviera tantas ganas de acabar con él. Pero lo raro era la extraña sensación que corrió por su cuerpo en ese momento. La había sentido antes, mas no recordaba en dónde. Tal vez fue en el bosque con aquél extraño chico, pero descartó la idea.

Luego de unos minutos de caminata, ambos se detuvieron ante la puerta de la habitación. Por un instante pareció que Lydia iba a decir algo, sin embargo, se mantuvo callada y abrió la puerta para dejarlo entrar.

--Muchas gracias por haber terminado su misión con exito, se lo agradecemos--

--¿Eso era todo el reporte?-- Había dicho Skadi pensando que algo así tomaría horas --Eso fue rápido, la próxima vez hago el reporte-- Pidió alegre a lo que Lydia respiró hondo y se inclinó en agradecimiento.

--Descansen para cuando se les asigne una nueva misión-- Les sugiere la secretaria antes de retirarse.

Ya en su lugar de reposo, el grupo decidió ir a los baños del Palacio Real antes de descansar. Después de eso regresaron relajados para tirarse en sus respectivas camas. Seguían con sus preguntas en mente esperando que se diera el momento de hablarlo y ver qué conclusión podían sacar de ahí. Gerald fue el primero en sacar conversación.

--Valk...-- Llamó mirando al techo --Sé que tienes preguntas-- Afirmó --Cuentalas--

--Lo sé-- El joven se sentó a orillas de la cama sin molestia alguna --Estoy seguro que no soy el único que...--

--¡Aquí está el mapa!-- Interrumpió Skadi al encontrar el pedazo de papel bajo su almohada --Emm... Perdón, Reznov--

--Nah, ya no importa... pero te dije que no lo tenía yo-- Se rio a lo bajo --En fin, perdónala por interrumpir, Valk. Es sólo una niña--

--¡No soy niña!-- Creó una bola de hielo en su mano para arrojársela pero la detuvo Valk.

--Dejen de pelearse, hay un asunto serio--

--Ok... perdón-- Se deshizo de arma.

--Gracias...-- Se apretó el tabique de la nariz --No es mucho lo que voy a decir, pero esta misión, para mí, fue un tanto extraña. Ocurrieron algunas cosas que nos dejó con dudas-- Se llevó la mano a la barbilla sumido en sus pensamientos a lo que Reznov habló.

--Mi Sacred Weapon, McHammer-- La invocó para levantarla con facilidad --Todos saben que estas armas son muy conocidas y cada herida creada por una es totalmente incurable--

--¿Y cuál es el problema?-- Preguntó Valk debido a que no se encontraba con ellos en el instante que los atacó el Ghoul.

--Ese Ghoul, el flaco que estaba al lado del pirata, no sé cómo, pero el otro chico lo teletransportó a su lado sin ninguna herida, totalmente sano-- Remarcó.

En la habitación estaban los tres con dudas al escuchar lo que Reznov afirmaba. Aunque Skadi era testigo, parecía que el tema no le interesaba mucho ya que hay muchas cosas que no se saben sobre las Sacred Waepons. Por ende, tal vez habían algunas excepciones que no haya leído en los libros de su pueblo o en otras bibliotecas.

--Lo sabía-- Dudó Valk --Ese chico no es normal, su energía es muy distinta a la de un Híbrido común--

--¿Será miembro de ese grupo de rebeldes?--

--¿Te refieres a Blue Raven?-- Skadi levantó su cabeza de su almohada.

--¿Sabes de ellos?-- Gerald le dirige la mirada esperando que diera más información, si es que la tenía.

La chica se sentó en la cama para recordar las cosas que había oído en algunos de los pueblos en los que había estado antes de llegar al Palacio. Muy pocas veces había escuchado del grupo en sus cortos viajes por los pueblos.

--No es mucho lo que sé, la mayoría son rumores que escuché gracias a algunos vendedores--

--Cualquier cosa nos ayudaría si nos volvemos a encontrar con ellos-- Comenta esta vez Valk.

--Bueno, yo advertí-- Levantó los hombros la hechicera --Lo más que he escuchado es que tenían planeado algo así como un ataque al Palacio...-- Señaló el piso --...éste Palacio. Pero que no tienen los recursos necesarios para tal movida. Pero sigue siendo lo de siempre, atacan porque están en contra de los ideales de Mother Harlot--

--Eso es un poquito cliché, ¿no?-- Dice Gerald --Y tambien algo sin sentido, digo... atacar el Palacio con todos estos grupos aquí metidos y sin ningún recurso que los respalde en caso de perder integrantes... Suicídio--

--Yo solo digo lo que escuché, otra cosa que sólo he escuchado muy pocas veces es que "Blue Raven" tiene la ayuda de dos personas muy peligrosas que estuvieron en la antigua batalla contra las Valkyrias--

--En esa guerra hubieron muchos que realizaron grandes acciones por no decir que miles-- Comenzó a meditar Gerald --Yo apenas tenía 15 años cuando me enlisté en un escuadrón... nos enviaron a distraer un batallón del anterior Palacio y al mismo tiempo enviarlos a los subterráneos. Teníamos con la suerte de que el enemigo tenía prohibido destrozar el castillo para cortar el paso--

Valk se levantó y fijó la mirada en el señor para preguntarle con asombro --¿Estuviste en esa guerra?-- ¿Cómo era posible? Habían pasado muchos años desde aquel entonces --¿Cuántos años tienes en verdad?--

--Un poquito más de los 60, un poquito menos de los 40...-- Bufó --Is a joke... i'm not gonna say it--

El guerrero lo observó confuso. Primero por la forma en la que respondió al final, no era un lenguaje que se hablara mucho en el planeta. Y segundo, porque ahora sabía algo de él.

--Como sea...-- Desvió el tema para después caminar hacia la ventana --Creo que eso es todo lo que tenemos por ahora, ¿o tienen algo más?-- Los dos integrantes negaron --Bien... será mejor que descansemos un poco, nuestro próximo encargo puede llegar el cualquier momento-- Asintieron los dos al escuchar la recomendación de Valk.



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--¿Cree usted que Blue Raven ya sabe como atacarnos, mi señora...?-- Lydia estaba sentada sobre el escritorio de Harlot jugando con los lapices y las borras esperando la respuesta de su "dueña".

--No lo sé. Dudo mucho que ataquen, no después de haberles destruído sus suministros en Tundra-- Fijó su vista en una cantidad de carpetas que yacían en su escritorio justo al lado de los muslos de Lydia --¿Avisaste al décimo escuadrón?--

--Sí-- Afirmó --Deberían de llegar en unos minutos a más tardar--

Apenas terminó su oración, un grupo de cuatro personas entraron a la oficina, uno de ellos era el chico que se había encontrado con Valk en la puerta hace unos momentos.

Estaba acompañado de una chica de apariencia muy infantil con una paleta en su boca. Cabello liso castaño y ojos amarillos, con una capucha verde que ocultaba sus orejas de gato.

El otro estaba vestido de militar con el cabello corto canoso. Del grupo era el que se veía mucho más formal, se paraba recto con un rostro serio aunque la cantidad de pelo en sus cejas ocultaba sus ojos y con una cantidad moderada de arrugas.

Por último estaba otra chica delgada alta, con una sustancia negra parecida a la tinta que actuaba como su única vestimenta ocultando sus senos y todo desde la cintura hacia abajo. Su cabello parecía tener vida propia ya que se iba moviendo como serpientes, similares a los de "Medusa".

--Aquí Hank, reportándose-- El grupo saludó de forma militar --¿Algún encargo disponible?--

--Claro, como siempre-- Sonrió Harlot y les entregó una de las carpetas --Sabemos que esta misión es algo difícil, pero quiero que investiguen un poco sobre estas dos personas. Quiero aclarar mis dudas sobre este asunto inmediatamente--

Hank retiró el contenido de dicha carpeta justo cuando se la entregaron y leyó detenidamente

--Allen Dimitrov...-- Dijo --¿Quiere que busque información de un héroe de guerra que de por sí pudo haber muerto?--

--Sabemos que buscar información sobre ese tipo puede ser algo tonto-- Comentó Lydia como intento para entrar en la conversación --Pero queremos estar seguras--

--Hmm...-- Meditó este --Lo haremos-- Se inclinó ante las dos y giró hacia su grupo --Ink, Norio, Gata-- Los tres dieron un paso adelante --Ya oyeron, nuestra misión ha comenzado--

El grupo salió de las oficinas pero el lider miró por última vez a Harlot por un segundo y luego seguir con su encargo.

Las dos mujeres se quedaron ahí en silencio hasta que todos salieran del despacho, al asegurarse, intercambiaron miradas. Lydia se bajó del escritorio y limpió su falda de cuero con delicadeza, suspiró y le dio la espalda a su ama.

--¿Cuánto debo esperar?-- Preguntó Lydia.

--Calma, todo a su tiempo, hay que esperar--

--Pero ya casi ni me puedo resistir. ¿No has visto el cuerpo de esa chica?-- Se refirió a Skadi.

--Si la llegas a tocar antes de tiempo, me encargaré de que sea lo último que hagas, Lydia-- Mother Harlot amenazó seriamente, Lydia sabía que cuando ella amenazaba, lo hacía de una forma imponente.

--Sí... mi señora-- Se inclinó inquieta para luego salir de la oficina --Le tengo tantas ganas...-- Confesó en voz baja.



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Mientras tanto, muy lejos de allí navegaba el gran navío por los aires a un destino desconocido por ahora. Se trataba del mismo "Highlander", la embarcación en donde Tommy Thompson se había aparecido. Dentro de este, el pirata escribía en su diario los hechos que habían ocurrido ese día como siempre solía hacer cada vez que el sol se ocultaba en el horizonte. A su lado se encontraba Summoner abrazándolo al mismo tiempo que leía y corregía el diario.

--Es extraño... ¿Crees que a Harlot se le hayan acabado las ideas?-- Habló Summoner --Digo... yo hubiese mandado a otro grupo que tenga por lo menos a un profesional. Valkyria no puede hacer mucho como está ahora mismo--

--No lo subestimes, querida-- Mostró una leve sonrisa --Este chico nos va a sorprender, ya lo verás--

--Awww...-- Entrecerró los ojos algo triste --Aquello no debió pasar... por cierto... esa mujer, Skadi, ¿crees que en uno de estos días pueda sorprendernos como esperas de ese chico?--

Al escuchar sus palabras, Tommy cerró el diario y le robó un beso --La noche está cayendo, mejor vamos a dormir... Magno-- Llamó.

--Aquí, capitán-- Se abrió una trampilla de donde salió un ser gigante totalmente musculado de piel roja y grandes cuernos.

--Estarás de guardia hoy... Ah, y dile a Revenant que para cuando lleguemos a la base, que revise las provisiones que quedan, esperemos que queden sufiecientes para la siguiente movida--

--A la orden-- Saludó con algo de dificultad en su voz para así salir de la trampilla y caminar hacia el delgado Ghoul.



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La noche ya había caído y los pasillos del Palacio Real se encontraban oscuros. La única fuente de luz salía por debajo de las puertas de unas cuantas habitaciones mostrando que algunas personas estaban despiertas, ya sea porque estaban leyendo o hablando.

Pero en una de esas habitaciones se encontraba Valk apoyado de la ventada mirando hacia los jardines, en especial el laberinto de rosas a la distancia a un lado del mausoleo. La luz estaba apagada debido a que los otros dos miembros del grupo dormían, o eso creía él. Skadi abrió sus ojos al darse cuenta del leve resplandor de la luna que entraba por la ventana y la sombra de Valk estaba plasmada en la pared.

Bajó de su cama tocando el frió suelo de la habitación para luego acercarce sigilosamente al chico y apoyarse de la misma forma.

--¿No puedes dormir?-- Le susurró.

--No... no es eso... Es que la vista a los jardines me encanta--

La observó a ella pero al instante desvió la mirada al darse cuenta que la pijama de Skadi resultó ser más transparente de lo que recordaba.

--No mientes, la vista es espectacular-- Confirmó. Ahí se le acercó lentamente pero decidió detenerse al no saber qué decir si el chico le preguntaba algo, por lo que quiso hablar ella primero --Esto... ¿Tienes alguna historia de tus viajes?--

--Oh, bueno... verás, a todos los viajeros no le ocurren tantas cosas sorprendentes, disculpa. Aunque sé de lugares que son muy buenos--

--No te disculpes, tal vez aquí todos tengamos nuevas historias que contar, ¿no?--

--Sí-- Sonrió --Tienes razón--

Se hizo el silencio otra vez entre los dos. Ninguno tenía un tema para ese momento y hablar sobre la belleza del jardín por las noches no tendría sentido cuando se acabaran sus puntos.

--Valk...--

--Digame-- Reaccionó a la voz de la bella chica a su lado.

--Disculpame por no sostenerme bien cuando abordamos el tren-- Le recordó.

--No te preocupes por eso, la primera vez que lo hice me solté. A todos les pasa lo mismo--

--Sí, lo sé. Pero tuviste que abrazarme para que no me cayera, hice que te preocuparas--

--Shhh, ya pasó, al menos estás bien... ¿no tienes frío?-- Dijo al verla con tal pijama a lo que ella negó.

--No, mi habilidad es el hielo, esto no es nada. Ya ni siquiera es la costumbre-- Giró alegre sobre su eje con un poco de rapidez haciendo que su vestido se levantara hasta el punto de mostrar su ropa interior. Al darse cuenta se detuvo y arregló su vestido de inmediato y totalmente sonrojada --Y-Ya, mejor voy a dormir-- Se rio nerviosa y subió a su cama apresurada.

--V-Vale... buenas noches, Skadi-- Siguió mirando el jardin algo apenado.

En medio de su distracción, vagos recuerdos le llegaban como imágenes que desaparecían en un parpadeo. Cada una de ellas eran cuando vivía en la mansión de su familia y este era apenas un niño de 12 años. Aunque Valk no quería recordar nada de esos días, muy de vez en cuando lo hacía para relajarse de cosas que los estresaban.

De todas las personas que iban a la mansión, el único recuerdo que sí tenía marcado bien era el del mayordomo, Steven, la única persona con la quien hablaba en ese entonces debido a que su padre estaba todo el día ocupado en su oficina y su madre viajaba mucho por lo que la veía menos veces que a su padre.

--¿Se siente bien, señorito?--

Escuchó a su lado provocando que Valk se diera la vuelta sorprendido. Sin embargo, no era más que uno de sus recuerdos... había oído a su mayordomo como si estuviese a su lado como siempre hacía.

--Vincent...-- Susurró.

--¿Has dicho algo?-- Skadi estaba despierta viendo al joven sin que se diera cuenta.

--No, no... no dije nada, duerme--

--No puedo si tú no lo haces, ven a la cama--

--...--

--...--

--...--

--P-Perdón... no quería decir eso... olvidalo-- Se dio la vuelta dándole la espalda al chico quien no vio otra salida más que irse a dormir y esperar su próximo encargo.

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Disculpen, hoy será un capítulo solamente debido al poco tiempo que he tenido con la laptop (15min máximo al día). Debido a esto, no me será posible publicar como he querido.