Long-fic Amor Prohibido

Amor Prohibido (InuXkag)

Hola a todos, bueno aquí estoy yo con mi 2º fic., yo se que aun no acabo el otro que empece, pero me inspire en escribir este fic, no se preocupen que sí seguiré mi primer fic: "Mejores Amigos ¡¿Por Siempre?!", espero que les guste...^^

Primer Capítulo:

En una casa grande, de color rosa de 2 pisos y un templo, se podían oír aplausos y muchas personas alrededor de una jovencita demasiado bella, de cabello azabache, ojos grandes de color chocolate, piel blanca, mirada que a simple vista muestra la pureza de su corazón, es de estatura mediana y complexión delgada; ese día cumplía sus 17 años, su familia le había organizado una fiesta, invitando a sus amigos y a su novio.
Ella estaba feliz de poder compartir su cumpleaños con los seres que más quería en la vida, traía puesto un hermoso vestido de color azul, de un solo tirante, constaba de dos capas una de azul marino y la otra de azul cielo.

— ¡Felicidades amiga! —La felicitaba una chica, de la misma estatura que ella, ojos grandes color canela, su cabello es castaño, largo y liso, la mayoría de las veces lo trae amarrado en una coleta dejando solo su copete en la frente, pero esta vez lo traía suelto, su piel era blanca como la de su amiga, complexión delgada y le asentaba cualquier ropa que se pusiera, en este caso traía puesto un vestido color gris, sin mangas, tiene adornos de bolitas grises alrededor de la cintura, el cuello y la parte de abajo.

— Gracias Sango, me alegra que estés conmigo el día de hoy —Respondió la hermosa jovencita abrazando a su amiga.

— Toma, esto es para ti, espero que te sirva para que puedas expresar tus sentimientos —Le dijo su amiga, correspondiendo el abrazo, para después entregarle un regalo.

— ¡¿Para mi?! ¿Y qué es? —Respondió algo interesada por el regalo, ya que siempre le daba cosas muy lindas, y esta vez no seria la excepción.

— Pues… no debería decírtelo, pero por ser mi amiga te lo diré —Le contesto Sango, para después decirle—, es un diario, con él podrás desahogar todo lo que traes desde hace años, aquello que aún sientes por él.

— ¿Lo que aun siento por él? —Pensó ella, viendo el regalo.

— ¡Kagome! Preciosa, te estaba buscando desde hace rato —Dijo un chico, abrazándola de la cintura, para después darle un beso en los labios.

—… —Ella no decía nada aún pensaba en lo que le había dicho su amiga, ni siquiera sintió el beso que le dio el chico.

— Amor ¿Estas bien? —Preguntó él, algo preocupado al ver que ella no respondía.

— ¿Qué? ¡Ah! Kouga, ¿a qué hora llegaste? —Inquirió ella al notar la presencia de este, para después abrazarlo y besarlo como él lo hizo minutos antes.

— Bueno, yo me voy, nos vemos luego —Dijo Sango, para después irse, dejando a su amiga con aquel chico.

— De acuerdo, nos vemos al rato —Respondió Kagome, sin recordar lo que le había preguntado a Kouga momentos antes.

— Pues llegue desde hace rato, solo que no te encontraba — Él la interrumpió para contestarle y después le volvió a preguntar, mirando los bellos ojos de la azabache—, pero dime ¿Te encuentras bien?

— Si, estoy bien ¿Por qué lo preguntas? —Dijo ella algo confundida.

— Porqué cuando llegue estabas como ida, y no me recibiste como siempre lo haces —Contestó él, abrazándola y atrayéndola más a él.

— ¡Ah! Es que me quede pensando en lo feliz que me hace tener a todos aquí conmigo —Respondió ella, para que ya no le preguntara nada.

— Me da mucha alegría el saber que estas feliz, sabes tengo un regalo para ti —Dijo él con una hermosa sonrisa en su rostro.

— Enserio, ¿y qué es? —Pregunto ella algo curiosa.

— Pues, aquí no te lo voy a dar, vamos afuera y te lo doy —Contestó el con una voz demasiado feliz.

— Mmm… Está bien vamos, pero no debemos demorarnos demasiado —Respondió ella, regalándole una sonrisa y empezó a caminar rumbo a la puerta, Kouga solo la siguió y ya afuera decidió hablar.

— Mi amor, toma, esto es para ti —Dijo él una vez que estuvieron afuera, y le dio un regalo en una pequeña cajita roja en forma de corazón.

— Gracias, pero ¿Qué contiene esta hermosa cajita? —Preguntó un poco confundida y alegre al mismo tiempo.

— Ábrela y lo verás —Le respondió, esbozando una hermosa sonrisa. Ella abrió la cajita y cuando vio su contenido se quedo sin palabras. El regalo era un anillo de compromiso de oro, con un hermoso diamante en forma de corazón.

— Pero que… —Fue lo único que pudo decir ya que le sorprendió el regalo que le hizo su novio, el cual estaba esperando una respuesta, ella se dio cuenta de la mirada de él y sabia lo que quería que hiciera, así que decidió preguntarle—, Kouga ¿Qué significa esto?.

— Amor ¿Recuerdas lo que te he venido diciendo desde hace tiempo? —Inquirió él viendo la reacción de ella.

— Pues si, aun lo recuerdo, pero te reitero lo que te he dicho en esas veces, es muy pronto para un compromiso tan grande —Contestó ella, viendo el regalo, para después verlo a él.

— Vamos, solo di que aceptas, como te lo he dicho antes, quiero que seas la madre de mis hijos y la mujer que quiero en mi vida para siempre, mi amor no te pido que nos casemos mañana, solo quiero saber si estarías dispuesta a ser mi esposa cuando terminemos la preparatoria —Dijo él, agarrando las manos de Kagome.

— Yo… no te puedo responder en este momento, por favor te pido que me des tiempo, prometo que te daré mi respuesta —Le dijo ella en un tono triste, ya que nunca se imagino que alguien la querría de esa manera.

— Está bien, te daré todo el tiempo que necesites, ahora es mejor que entremos, ya que te han de estar esperando —Respondió él, un poco triste, ya que esperaba que ella aceptara casarse con él, pero no se iba a dar por vencido. Kagome solo asintió y comenzó a caminar para entrar a su casa, no sin antes recibir un beso por parte de él.

Ya adentro las amigas de ella llegaron a abrazarla y a felicitarla, a donde ella iba todas la seguían, ni siquiera la dejaban estar con su novio, hasta que Sango decidió intervenir.

— ¡Chicas! Dejen respirar a Kagome, estamos de acuerdo de que es su cumpleaños, pero no es para tanto —Dijo Sango, viendo a las chicas que estaban con su amiga para después voltear a verla y guiñarle un ojo. Las amigas de Kagome solo asintieron y se fueron dispersando, algunas se despidieron de ella, y otras fueron a bailar.

— Gracias amiga, me has salvado, sentía que ya no me dejaban respirar —le agradeció ella un poco más relajada.

— De nada, para eso están las amigas, por cierto ¿Dónde dejaste a tu novio? —Pregunto la jovencita mirando por todo el lugar.

— Pues digamos que de repente se me desapareció, ya ni vi para donde se fue, de seguro anda por ahí meditando las cosas —Esto último lo dijo con un poco de tristeza, lo cual no paso desapercibido por su amiga.

— Amiga ¿Qué sucedió entre ustedes dos? —Volvió a preguntar un poco preocupada por su mejor amiga.

— Hay Sango, en estos momentos no tengo ánimos de contarte, te cuento mañana que este un poco mejor —Le respondió ella mirándola a los ojos, esos ojos que le demostraban que seria mejor que ya no preguntara nada mas.

— Kagome, confiare en ti, pero mañana me cuentas —Le dijo ella viéndola con mucha ternura.

— Mi vida, al fin te dejaron sola, pensé que no te dejarían nuevamente para mí, te seguían a todos lados y me desespere un poco, así que decidí alejarme un poquito de ti —decía Kouga mientras abrazaba a Kagome de la cintura y le daba un pequeño beso en el cuello.

— Si, ya me dejaron tranquila y todo fue gracias a Sango —Dijo Kagome, regalándole una hermosa sonrisa a su amiga.

— Pues entonces, tengo que agradecerte por hacer que dejaran en paz a mi novia —Agradeció él, esbozando una sonrisa.

— De nada, es un placer ayudar a mi mejor amiga y a su chico, para que estén juntitos lo que resta de la fiesta —Respondió ella con una voz calida y mirando a la hermosa pareja que tenía enfrente.

— Por cierto, no te había visto desde hace tiempo, cuéntame ¿Cómo has estado? ¿Qué has hecho? —Inquirió Kouga, mostrando interés por las amistades de la mujer que ama.

— Si, tienes razón, hace bastante tiempo que no nos veíamos, he estado muy bien, lo único que he hecho ha sido estudiar, para salir bien de la preparatoria y entrar a una buena universidad —Respondió ella de una manera muy amigable.

— Me alegra que quieras superarte y estés estudiando para entrar en una excelente universidad —Contestó él, viendo los ojos de la castaña, para después voltear a ver a su hermosa novia.

— Te agradezco… bueno amiga me tengo que ir, mi mamá debe estar esperándome en casa un poco histérica, nos vemos mañana —Se despidió Sango con un beso en el cachete de su amiga y de él.

— De acuerdo, nos vemos mañana —Respondió Kagome, para después ver como se alejaba ella.

— Mi amor, ¿te ayudo a recoger? —Pregunto Kouga abrazándola y dándole un beso en la mejilla.

— Si no es mucha molestia sí —Contestó ella correspondiendo el abrazo que le daba él.

— Pues bien empecemos —Dijo él, para después separarse de ella y empezar a recoger toda la basura.

Y así ella y él estaban recogiendo todo lo que había tirado en el suelo, lo que había en la mesa, como los vasos, platos, servilletas, tenedores y cucharas, hasta que terminaron y metieron toda la basura en bolsas negras.

— ¡Listo! Ya terminamos, mi vida ya es tarde, debo irme, pero mañana nos vemos ¿verdad? —Dijo Kouga, esperando la respuesta de ella.

— De hecho mañana quede dé verme con Sango para platicar e ir a pasear —Dijo ella mirándolo de una manera tierna.

— Está bien, pero pasado mañana me toca estar contigo todo el día, y espero que ese día me puedas responder lo que te he propuesto —Le dijo él, dándole un beso en los labios, para después irse de ahí, antes de que ella pusiera objeción.

Ella solo se quedo viendo el camino por el que se había ido Kouga, se quedo pensando en lo que él le había dicho, para después meterse a su casa y subir las escaleras para llegar a su cuarto, el cuarto de ella era color rosa, muy espacioso, tenía un tocador, pegado a la pared al lado de la ventana, su closet estaba al lado de la puerta y su cama en frente de esta.
Kagome se quedo pensando durante un tiempo sentada en su cama, hasta que recordó el regalo que le había hecho su amiga, le quito la envoltura que lo rodeaba, vio que era de madera con hermosos dibujos a los lados, venía con una pluma muy bonita, ella lo abrió, y dudaba si escribir o no lo que sentía en esos momentos…

— Este diario me lo dio, para que expresara lo que sentía en cada momento de mi vida, y en estos momentos necesito desahogar lo que siente mi corazón por él y por Kouga, muy bien comencemos —Se dijo para si misma ella, y así empezó a escribir.

Diario:
Soy Kagome Higurashi, voy en tercer semestre de preparatoria, tengo 17 años, vivo con mi mamá y mi hermano Souta, mi papá y mi abuelo murieron hace años, así que ahora solo somos nosotros tres.
Tengo un novio de nombre Kouga, él es de ojos azules, cabello largo de color negro, siempre lo trae amarrado a una coleta, es de piel bronceada, complexión delgada y es alto.
Él es tierno, cariñoso, esta al pendiente de mí, me cuida, los fines de semana vamos al cine, siempre esta comprándome cosas que no son necesarias, claro, él dice que si lo son; me hace reír y tenemos los mismos gustos, mis amigas dicen que somos la pareja ideal, Kouga piensa igual que ellas, tanto, que me ha dicho, que cuando acabemos la preparatoria piensa pedir mi mano para casarnos, ya que desea que yo sea la madre de sus hijos y quiere estar conmigo para siempre, dice que cuando nos casemos me va a apoyar económicamente para entrar a la Universidad de Tokio; yo se que él me quiere, ama y desea que sea feliz, pero por desgracia yo no siento amor por él, he de aclarar que si lo quiero pero no de la manera que se merece, sé que no es bueno engañar a las personas, pero confió que voy a llegar a amarlo.
Muchas veces he pensado en la propuesta de matrimonio, pero cada vez que estoy apunto de aceptar lo que él me ofrece, mi mente viaja al pasado a kilómetros de donde me encuentro y me acuerdo de la persona que en verdad amo, aquella persona que me robo el corazón desde el primer momento en que lo vi y con la que desearía estar para toda la vida, el hombre que quiero para padre de mis hijos, sin embargo, nosotros no podemos estar juntos, ya que nuestro amor es prohibido, tal vez, por esa misma razón deba aceptar la propuesta de Kouga y casarme con él, a lo mejor de esa manera logre olvidarlo, pero como estar segura que lo olvidare si llevo años tratando y no lo he logrado.
Aún recuerdo el día que lo conocí, como si hubiese sido el día de ayer… pero… eso ya no importa, ahora estoy con alguien que me hace feliz, lo que desearía saber es si él también tiene pareja o no, pero de lo que si estoy segura es que deseo que sea feliz ya sea conmigo o sin mí.
Mi amiga sango dijo que escribiera mis sentimientos aquí, y es lo que hice.
Bueno es hora de que me vaya a dormir, mañana tengo que levantarme temprano.

Bye… besos.
Kagome Higurashi.​

Continuara...

Espero que les haya gustado este primer capítulo, dejen sus comentarios, criticas y consejos. n_n
:bonito:

 

Re: Amor Prohibido

Hola! Gracias por sus post; en verdad son muy importantes para mí, bueno sin más que decir aquí les dejo el siguiente capítulo.

Segundo Capítulo:

Era un día soleado, se podía apreciar en una habitación a un joven de aproximadamente 19 años, tenía la piel apiñonada y cabello plateado; él abrió lentamente sus hermosos ojos ambarinos que denotaban una gran tristeza, solo él se podía ver de esa manera, ante los demás demostraba que era feliz, nadie sabía de su pasado más que él y su mejor amigo el cual ya hacia 2 años que se había ido a estudiar a Japón.


— Ya es de día, me pregunto ¿Cómo habrá amanecido la mujer de mi vida? —Decía este chico de mirada ambarina, mirando hacia la ventana que estaba enfrente de él.

— Muy bien amor —Dijo una mujer que estaba parada en la puerta de la habitación de aquel muchacho.

— ¿De que hablas Kikyo? —Preguntó el chico, un poco confundido por lo que había dicho la chica. Ella tenía el cabello largo y negro, su piel era blanca como la nieve, con una mirada fría en su rostro, sus ojos eran grandes de color café oscuro.

— Acaso no preguntaste que ¿Cómo había amanecido el amor de tu vida? Y yo te respondí —Dijo ella viéndolo, con su mirada fría, muy peculiar en ella, para después preguntarle—, ¿O no soy yo la mujer de tu vida?

— ¡Ah! Tienes razón, tú eres la mujer de mi vida, sino ¿Quién? —Dijo él, para después preguntar—, por cierto ¿Qué haces aquí y a esta hora?

— Inuyasha, acaso no recuerdas que hoy cumplimos 1 año con 11 meses, tú me prometiste que iríamos al cine y me darías mi regalo —Contestó ella, en tono de reproche.

— Es cierto, se me había olvidado —Le respondió él, algo apenado por haber olvidado, que saldría con ella ese día.

— ¡¿Cómo que lo habías olvidado?! No puede ser que hayas olvidado una fecha tan importante, es nuestro aniversario y lo olvidaste, esto si que es el colmo, sobrepasaste los limites —Decía una Kikyo muy enojada con él, mirándolo de una manera fría.

— Vamos, no me veas de esa manera, entiende no fue mi intención olvidarlo, pero es que últimamente traigo muchas cosas en la cabeza, te lo compensare y seguiremos con los planes que ya teníamos —Le dijo él, viéndola con ojos de ternura.

— De acuerdo, solo porqué es nuestro aniversario, por cierto ¿A dónde me vas a llevar? —Inquirió ella, viendo los ojos ambarinos de él.

— Eso es una sorpresa mi vida —Respondió él, aún sentado en la cama con ella a lado.

— Entonces, es hora de que te levantes y te cambies, si quieres te ayudo —Esto último lo dijo sensualmente, para después besar los labios de él.

— Ki…Kikyo —Dijo él, separándola un poco para poder hablar mejor—, este no es el momento para eso, ve a tu casa a cambiarte, yo paso por ti más al rato.

— Claro que es el momento, nadie nos interrumpirá, tu familia no esta, salieron hace rato, es por eso que entre y vine a verte hasta tu cuarto —Respondió ella, para después abrazarlo por el cuello y besarlo nuevamente.

Inuyasha no puso objeción al beso que le propicio ella, y se lo respondió, la atrajo más hacia él, la besaba como si fuera la primera vez, pero cuando lo hacia se imaginaba que era ella, aquella mujer que le había robado el corazón años atrás…

— Es tan parecida a ella, será por eso que le pedí que fuera mi novia, sus ojos los tiene igual que ella, su boca, su cabello, hasta tiene el mismo aroma, ese aroma embriagante de esencias frutales, todo me la recuerda, deseo verla nuevamente; pero en que piensas Inuyasha, tu tienes a Kikyo, ella es ahora tu novia, no puedes andar pensando en otra —Pensaba Inuyasha en su interior sin percatarse que Kikyo le miraba algo extrañada.

— Inuyasha ¿te encuentras bien? —Preguntó ella, con una mirada de preocupación, que muy pocas veces expresaba.

— Claro que me encuentro bien, no tendría porque no estarlo —Mintió él, ya que no le gustaba que nadie se preocupara por él.

— Bien, allá tu si no me quieres decir la verdad, no olvides que te conozco mejor que nadie y se en que momento me mientes —Dijo ella, un poco molesta por la actitud de él.

— Vamos mi amada Kikyo, no te molestes, esa es la verdad, acaso ¿no me crees? —Le preguntó él, viendo la expresión en el rostro de ella.

— No, no te creo, y mejor cambiemos de tema, no quiero seguir peleando contigo, por cierto ya nos podemos ir, cámbiate enseguida, nos vemos abajo —Digo autoritariamente, mientras se levantaba de la cama y se dirijo rumbo a la puerta, para cerrarla atrás de ella.

Él solo se quedo observando la dirección por la cual ella había salido, pero, de repente una imagen atravesó por su cabeza, esa imagen era una mujer, la cual tenía unos ojos cálidos, sinceros, que demostraban una gran ternura que emanaba hacia los demás, sus labios rosas, una piel blanca y suave, de cabello azabache y sedoso; él no podía creer lo que su mente traía de vuelta, ya no quería recordarla pero eso le era imposible, no podía olvidar el día que la conoció, no dejaba de pensar los bellos momentos que vivió con ella, eso besos que se dieron los dos acompañados con el negro manto de la noche y con la luna llena resplandeciente; no se dio cuenta en que momento su mente empezó a divagar hacia el pasado, ni en que momento volvió en sí, cuando se dio cuenta ya era tarde y se apuro para cambiarse de ropa.

— ¡Oh no! Si no me doy prisa Kikyo se va a enojar más de la cuenta —Se decía a si mismo, viéndo el reloj.

Kikyo quien ya estaba abajo esperando a que él llegara, pensaba detenidamente lo que había sucedido hace rato con él; ella sabía que había algo que aun no le contaba, algo que ocultaba, temía que su novio estuviera pensando en otra, en vez de que pensara en ella, eso la ponía de mal humor, para colmo la actitud que últimamente tenia hacia ella, no quería perderlo, ya que él seria solamente suyo y de nadie más, tendría que recuperar el amor que él sentía por ella, como el día que se conocieron.

Ambos recordaban como se habían conocido, la primera en recordarlo había sido Kikyo, para después recordar Inuyasha, él estaba sentado bajo un árbol con hermosas flores en él, ella iba pasando casualmente por ahí por encargo de su madre, cuando pudo ver a un chico, el cual se veía triste, sus ojos dorados denotaban una gran tristeza, su mirada estaba como perdida y miraba sin rumbo fijo, hasta que ella se acerco a él, le pregunto si se encontraba bien, él no le respondió, ni siquiera había oído su voz, pero en un momento alzo sus hermosos ojos y pudo visualizar a la bella mujer que tenia delante de él, se sorprendió mucho al notar el gran parecido que tenían ambas, esa mujer que tenia enfrente y la otra que se había marchado minutos antes, ambos quedaron prendados el uno del otro y desde ese día nació el amor que se profesaban siempre.

Cuando se dieron cuenta el tiempo ya había transcurrido, él ya estaba listo, así que bajo las escaleras; iba vestido con una camisa de vestir de color beige y un pantalón negro, zapatos del mismos color que el anterior…

— Amor, te ves muy bien, ¿nos vamos? —Pregunto Kikyo viendo a Inuyasha bajar las escaleras.

— Si, vamonos mi amor —Respondió él, dándole un beso en los labios a aquella mujer que tenia entre sus brazos.

— Inuyasha, sabes que te amo ¿cierto? Y que no soportaría perderte —Le dijo ella, devolviéndole el beso a el, para después separarse por unos momentos.

— Eso lo se, y yo también te amo, te prometo que jamás me perderás —Contestó él, mirándola tiernamente, avanzando hacia la salida.

— Te creo amor —Dijo ella, esbozando una sonrisa de victoria.

Continuara...


Espero que sea de su agrado, a lo mejor es algo cortita, pero fue lo que desarrollo mi cabecita en esos instantes, acepto cualquier critica constructiva, consejos y comentarios. ^^

windmiko: Me alegra que te haya gustado mi fic, tienes razón Inuyasha fue quien le robo el corazón a la linda de Kag; puse a Kouga de esa manera porqué es un chico tierno, amable y cariñoso con ella (en el anime lo ponen así) espero que te haya gustado este 2º capítulo.

InuKax: Hola me da gusto que si te haya gustado el fic, no te preocupes que si pasare a leer el fic de tu amiga, no eh podido pasar porqué últimamente mi cabeza anda en otro mundo pero prometo que si lo leeré; sabes tal vez Kag., piensa que Inuyasha es imposible por una sencilla razón, pero esa razón se ira descubriendo conforme vayan pasando las cosas *perverso*.

Inuyassha: Amiga me da gusto que sea de tu agrado; jeje, Kouga quiere casarse con ella cuando tengan 19 años, pues como te habrás dado cuenta en este capítulo si aparece Inuyasha ^^, gracias por pasarte.

:nosvemos:

 

Re: Amor Prohibido

Hola! Bueno aquí les traigo la conti del fic, perdonen la demora, pero como lo he dicho antes, no tengo tiempo de actualizar tan rápido, bienvenidas a la nuevas lectoras, espero que les guste la conti...

3er Capítulo:

En una hermosa habitación se encontraba una bella jovencita, unos pequeños rayos de luz se asomaban por la ventana, ella lentamente abrió sus lindos ojos color chocolate, su mirada denotaba tristeza, lo que soñó aquella noche había sido un tormentoso recuerdo del cual ella sólo quería alejar…

Esa tarde había quedado de verse con su novio, él necesitaba saber la respuesta de ella, así que la había citado en el lugar en el que se conocieron, en donde él quedo prendado por su belleza, por su carisma y sus sentimientos.

Ella vestía unos jeans color azul marino y una blusa colorida de tirantes, que hacía que resaltara su espectacular figura, mientras que él iba vestido con pantalones de mezclilla y una playera café, con zapatos negros.

— Mi amor, que alegría verte —saludó aquel chico a la recién llegada.

— Hola Kouga, ¿cómo has estado? —preguntó ella de igual manera que él.

— He estado extrañándote, todo un día completo, y veme aquí —dijo él, besando a la joven que estaba enfrente.

— Yo también te extrañe, pero entenderás que a veces deseo tener mi espacio para estar con mis amigas —aspecto ella, devolviéndole el beso que minutos antes había recibido.

— Sí, y eso lo respeto —añadió él mirandola a los ojos, para después decir—, pero ahora señorita no hablemos de eso, ya que tu y yo tenemos una platica pendiente.

— ¡Ah! ¿Sí? —dijo ella, haciéndose la desentendida.

— Sí, ahora si me tienes que dar tu respuesta, ¿aceptas o no ser mi esposa? —inquirió él, viéndola de manera tierna.

— Yo… —dudó por un momento lo que le iba a contestar, ya que por su mente aparecieron aquellas imágenes que no quería recordar—, acepto.

— Yo entenderé si no… ¿Qué fue lo que dijiste? —preguntó un muy sorprendido Kouga, no creía que la mujer que amaba más que nada en este mundo le hubiera dicho que sí.

— Lo que has escuchado, yo quiero ser tu esposa, nada me haría cambiar de parecer —terminó por añadir ella, esperando la reacción de su novio.

— No puedo creerlo, Kagome, me haces el hombre más feliz del mundo —exclamó él, con una sonrisa en su rostro.

— Pues créelo, así es, me conoces demasiado bien y sabes que yo no jugaría con algo tan serio, como lo es el matrimonio —replicó ella, tomándolo del rostro, para volver a besarlo.

--

En otro lugar se encontraba sentado, un muchacho de ojos ambarinos y cabello plateado, viendo hacía el horizonte añorando el ayer, recordando su pasado y aquel dolor que sentía en su fornido pecho, tenía un presentimiento, algo no andaba bien con ella, algo iba a suceder, podía sentir que perdía para siempre el amor de aquella mujer que le robo el corazón…

Desde que amaneció podía percibir un dolor en su pecho, había tenido ese sueño, donde sus recuerdos se apoderaron de su mente, la había soñado como antes de que se apartara de su lado, la había vuelto a besar como en el pasado, pero esta vez era diferente, en esta ocasión era un beso de despedida y eso lo tenía intranquilo.

Continuara...

Lamento que sea algo cortito, pero es para lo único que me alcanza el tiempo, prometo que el próximo será mas extenso...^^
:bonito:

 

Re: Amor Prohibido

Hola! Aquí les dejo el siguiente capítulo, espero que sea de su agrado, está vez traté de hacerlo un poco más largo, no es mucho pero es algo, bueno disfrutenlo. ;)

4to Capítulo:

— Pero que me pasa, me siento intranquilo, algo no anda bien, ella me llama en mis sueños; cada vez su recuerdo está más cerca de mí, esos recuerdos que eh tratado de olvidar regresan, sus besos, su aroma, su calidez y su buen corazón, todo esta cerca de mí… Siento que la voy a perder para siempre y no puedo evitar sentirme triste, me dan ganas de ir a buscarla, decirle que a pesar de que lo nuestro es prohibido la sigo amando; sé que en estos momentos tengo novia, la cual se le parece físicamente, pero no emocionalmente; mi novia es fría con la demás gente, en cambio ella es calida con las personas que la rodean; Kikyo no demuestra con facilidad sus sentimientos, pero ella es todo lo contrario, tal vez ese es el motivo por el cual yo aún la amo —pensaba un chico de mirada ambarina, sentado en el pasto viendo al vacío, el aire jugaba con su hermoso cabello plateado.

Sin embargo no se encontraba solo, se podía observar no muy lejos de ese lugar a una jovencita, mirando a aquel chico de cabello plateado, preguntándose el porqué él se a alejado de ella, últimamente lo encuentra distante, ella sabía que antes de que llegara a la vida de él, se encontraba enamorado de otra, esa mujer que sabia aún seguía clavada en el corazón de aquel muchacho, el cual no la podía olvidar.
No podía creer que a pesar de ya llevar bastante con él, no había podido quitar ese vago recuerdo de su corazón, y eso la hacia ponerse furiosa, intranquila, impotente, y la hacia sentir celos por aquella mujer, de la cual lo único que sabe es que parecen solamente físicamente. Pero no iba a dejarse vencer por un recuerdo, lucharía por el amor de él, se casaran, tendrán hijos y la sacaría para siempre de su corazón; así que decidió poner su plan en marcha.

— ¡Mi amor! Por fin te encuentro, te eh estado buscando desde hace rato, ¿qué haces aquí sentado? —Inquirió ella, pero no obtuvo respuesta por parte de él, así que decidió idear otra forma para llamar su atención—, te vez algo triste ¿Sucedió algo que quieras contarme?

— No… no ha sucedido nada, todo está bien —respondió él, de manera fría, algo muy raro en él y lo cual no paso desapercibido por ella.

— ¿Estas seguro? Te noto inquieto, angustiado, triste y algo deprimido —replicó ella, de manera sutil.

— Ya te dije que me encuentro bien, no tienes porque hacer tantas preguntas, sólo necesitaba pensar algunas cosas; ¿qué te parece si nos vamos de viaje? —añadió él, viendo los hermosos ojos de aquella mujer.

— ¿Estas hablando en serio? —preguntó ella muy sorprendida, por la repentina decisión de él.

— Sí, demasiado en serio, yo pienso que debemos darnos un descanso e ir a conocer más lugares —dijo muy emocionado, ante la idea que estaba teniendo.

— Tienes razón, pero amor ¿A dónde iríamos? —preguntó algo inquieta, no sabía la razón por la cual se encontraba así, pero tenía la corazonada de que este viaje le cambiaria la vida para siempre.

— Que te parecería ir a Tokio, sería bueno visitar por primera vez aquella ciudad y sus atractivos ¿Estas de acuerdo o no? —inquirió, esperando una respuesta.

— Suena bien —terminó por decir, no muy convencida.

— Bien, sólo hago algunas llamadas y luego te aviso cuando nos vamos —reafirmó, muy animado, parándose de aquel lugar en el cual se encontraba, para comenzar a caminar, dejando sola a su novia.

— ¡Inuyasha! ¡¿A dónde vas?! —gritó ella, algo enojada y confundida por la actitud de él. Más sin embargo no recibió respuesta por parte de éste.
Ella se quedó sola, enojada y pensando el porqué actuaba de esa manera, jamás lo había visto comportarse así, estaba demasiado emocionado y ansioso por arreglar lo antes posible ese dichoso viaje, el cual no le daba buena espina.

Mientras tanto Inuyasha caminaba por una linda vereda, llena de árboles, flores, pinos y un camino muy bien cuidado, los pájaros cantaban en los árboles, mientras que las mariposas se posaban de flor en flor; ese paisaje lo tenía maravillado, tanto que en su mente empezaron a divagar imágenes de cómo se verían ellos dos juntos, como en el pasado, un pasado que él añoraba y deseaba que regresara; siguió caminando hasta que llegó a su casa, abrió la puerta y se metió, tomó el teléfono y marco un numero telefónico y espero a que contestaran…

— ¡Bueno! —se oyó la voz de un muchacho, en la otra línea.

— ¡Hola Miroku! Soy yo Inuyasha —saludó muy emocionado, algo raro en él.

— ¡Hola amigo! Y ese milagro que te comunicas, por lo regular soy yo el que te habla por teléfono, pero ahora si me sorprendiste —terminó por decir Miroku.

— Primero que nada, tranquilo, segundo, la razón de mi llamada es para avisarte que voy a ir unos cuantos días a visitarte, nos podrías dar asilo a mi novia y a mí —preguntó él, esperando la respuesta de su amigo de toda la vida.

— ¡¿Es en serio?! Por mí no hay problema, al contrario, me daría mucho gusto tenerlos de visita por acá; amigo tengo tanto que contarte, conocí a un par de chicas, demasiado hermosas, ya cuando vengas te las presentaré, te caerán muy bien —dijo muy emocionado, para después añadir—, ¿y cuándo vienen?

— Tú no cambias, siempre conquistando mujeres, para después… pedirles que tengan un hijo contigo; bueno y con respecto a cuando iremos, estaba pensando ir lo antes posible tal vez en una semana ya estemos allá —añadió Inuyasha, esperando la reacción de su amigo.

— Yo simplemente le digo eso a las mujeres que me gustan —replicó su amigo, del otro lado de la línea.

— Si como no, eso se lo dices a “todas” —dijo él, haciendo énfasis en la palabra “todas”.

— Es que no tengo la culpa de que estén todas lindas; pero bueno amigo, en una semana los espero, tú ya tienes mi dirección, así que no es necesario que te la dé, ya cuando vengas te contaré todo lo que eh vivido acá —terminó por decir él.

— Feh! Ya habrá tiempo para eso, bueno ahora te dejo, tengo que arreglar todo —concluyó él.

— Tienes razón amigo, yo también te dejo, quede de verme con una de las jovencitas que conocí, nos vemos en una semana —afirmó su amigo, para después colgar el teléfono.

Inuyasha colgó de igual manera el teléfono, y se puso a pensar en la posibilidad de volver a ver al amor de su vida, aquel amor que no había podido olvidar…

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Mientras tanto, en un lugar alejado se encontraba una joven, sentada bajo un árbol, con un diario en su mano, escribiendo sus más profundos sentimientos, pensamiento y recuerdos de un amor que nunca pudo, puede o podrá ser… ella estaba muy metida en sus pensamientos, que no se dio cuenta en que momento comenzó a ponerse el sol; cuando abrió los ojos se encontró con bello atardecer, y eso la hizo añorar el pasado que vivió con el ser que más ha amado. Así que comenzó a escribir en él…

Diario:
Amor mío, cuando estoy lejos de ti, cómo en estos momentos me siento triste, me pongo a pensar que quizás ya no volveré a verte y eso me entristece, no quiero tener estos pensamientos pero es inevitable no tenerlos. Cuando no estoy contigo mis labios te extrañan, mi cuerpo te necesita y a mi ser le haces falta tú.

No sabes lo mucho que te extraño:
Extraño tus manos junto a las mías…
Tus ojos viéndome a todas horas…
Tu cara diciéndome lo mucho que me quieres…
Tu cuerpo junto al mió…
Tus brazos rodeando mi cintura y atrayéndome hacia a ti…
Tus labios besando los míos, con esa gran ternura que me haces sentir, la cual hace que me derrita en un éxtasis sin fin…
Cuando tus labios tocan los míos, me hechizan y hacen que no quiera separarme nunca más de ti…

¡Hay…! ¿Por qué tuve que conocerte?
¿Por qué tuvo que pasar eso entre nosotros?
¿Por qué tuve que enamorarme de ti?
Habiendo más chicos en el mundo ¿Por qué precisamente tú?...

Sabes me gustaría volver a ver tu rostro, tus bellos ojos que parecen dos luceros hermosos, tu boca, tus fuertes y grandes manos, ver aquellos rosados labios que alguna vez me besaron, pero lo que en verdad quiero ver es a ti, amado mío…

Amor estoy consiente de que lo que siento por ti no es correcto, pero… no puedo mandar a mi corazón con respecto a ese sentimiento…

No sé si tú me extrañes como yo te extraño, tal vez ya ni te acuerdes de mí, pero de algo estoy segura, que mi amor siempre vivirá por ti…

Siempre te voy a amar.​

Kagome Higurashi.​

Continuara...

Espero que les haya gustado, si es corto pues disculpenme, pero como se los había comentado antes no dispongo de tanto tiempo como antes; acepto cualquier crítica constructiva, consejo y/o apoyo...^^

Nos vemos...
:lindo:

 

Re: Amor Prohibido

Hola! Después de mucho tiempo aquí me tienen con la conti de mi fic, espero que les guste esta conti...^^

Capítulo 5°

La semana pasó rápido para un chico de cabello plateado, ya ansiaba estar en la ciudad de Tokio, para poder buscar a esa persona a la cual él estaba decidido encontrar.
Él no recordaba que llevaría consigo a su novia y que tendría que estar con ella el mayor del tiempo posible, ya que, conociendo a Kikyo eso sería lo que iba a querer. Las cosas ya estaban listas, él estaba algo impaciente, ya que, sólo faltaba que llegara su acompañante, la cual aún no estaba en el lugar acordado; pero no pasó mucho tiempo cuando a lo lejos se pudo observar a una chica, que caminaba placidamente sin siquiera mostrar expresión alguna en su rostro, ella llegó hasta donde se encontraba el chico de ojos ambarinos; él pensaba que ella, ya no iba a llegar y no podía irse sin despedirse, porqué aunque no lo quisiera aceptar ella era su novia, la mujer que se había apiadado de él, aunque se escuchara raro esa palabra así era…

— ¡Kikyo! ¿Por qué has llegado tarde? Debimos haber partido hace como quince minutos —replicó aquel muchacho, muy enojado.

— Inuyasha, amor, me tarde porque tuve que guardar algunas cosas importantes para mí, además no sabia que ropa llevar, así como tampoco sabía que lencería guardar en la maleta, ya que presiento que nos vamos a quedar una temporada por allá —dijo Kikyo en un tono molesto.

— Está bien mi amor, te entiendo, pero es mejor que partamos de inmediato, ya no quiero seguir perdiendo el tiempo en éste lugar —ordenó él, viendo a los ojos de aquella mujer, para después comenzar a caminar, tomándola de la mano.

Ella no respondió ante aquello que dijo él, ya suponía que le pasaba algo, y lo descubriría en el transcurso del viaje.
Abordaron el autobús que los llevaría a su destino, ninguno de los dos había pronunciado palabra alguna desde que habían salido, y eso incomodaba a Kikyo, que aunque era de palabras frías no le gustaba aquel silencio que se había hecho entre ellos dos, por lo regular Inuyasha le sacaba platica o le daba alguno que otro beso, pero esto era diferente, él ya no era el mismo desde días atrás, se había jurado así misma recuperar su amor, para después casarse con él y llevárselo adonde nadie se lo pudiera arrebatar…

Pasó una hora y ya iban arriba del autobús, aún sin hablar ninguno de los dos, eso molestaba de sobre manera a Kikyo, así que ideo un plan para arreglar aquel asunto.

— Inuyasha, mi amor, ¿en qué piensas? Has estado muy callado en todo este tiempo —inquirió ella, tratando de sacarle platica.

— En nada, y perdona, no me había dado cuenta que ninguno de los dos había hablado, por lo regular suelo ser yo el que te saque platica a ti y no al revés, en verdad lo siento —se disculpó él, viéndola a la cara, para después darle un tierno beso en la frente. Esto dejo muy confundida a Kikyo, ya que estaba más que segura que le daría un beso en los labios.

— Sí…pero

— Kikyo, tengo un poco de sueño, no te molestaría si me duermo un rato —él la interrumpió, antes de que dijera algo más, para después preguntarle— ¿o hay algo más de lo que quieras hablar?

— No… no te preocupes, tú duerme —le contestó, viéndolo con una mirada fría.

Él ya no contestó y se acomodó para poder dormir sin ser molestado por su novia, la cual estaba muy molesta por la actitud de él…

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En Tokio se encontraba una chica de cabello castaño platicando con un chico de cabello corto y negro, amarrado en una pequeña colita, de ojos de color azul.
Ellos ya llevaban tiempo de conocerse y se la pasaban muy bien juntos, aunque a veces a él se le pasaba la mano, tocando cosas que no debía, y ahí se acababa la armonía que había entre ellos.
Está vez se encontraban sentados en una banca de un bellisimo y agradable parque, estaban hablando de la llegada de un viejo amigo de él, y le emocionaba mucho la idea de que su mejor amigo se pasara una temporada de visita en su casa…

— Ya no me contaste que te dijo tu amigo, ¿siempre si va a venir o no? —Preguntó ella con mucha curiosidad por la llegada de aquel chico.

— Tienes razón ya no pude contarte bien, pues resulta que me hablo hace una semana y me dijo que en menos de lo que pensara lo tendría de visita por acá, también me contó que traería a su novia… —le comenzó a contar todo lo que había platicado con él.

— Vaya, pero pobre de él, se supone que vendría para despejar su mente, y su novia al parecer no entiende eso, él sí quería pasar una temporada por acá, pero solo; bueno eso es lo que entendí, ¿o me equivoco? —añadió ella de la manera más normal.

— Se supone, pero hazle entender eso a su novia —comentó él, un poco resignado, ya que conocía a la susodicha.

— Bueno, eso solo lo puede hacer tu amigo, si se pone los pantalones y no se deja mangonear de esa manera —replicó ella, algo molesta por la actitud de aquel chico desconocido.

— Bien, pero hay que dejar de hablar por unos momentos de ellos —le dijo él, cambiando su tono de voz a uno más romántico.

— Bien, ¿y de qué quieres que hablemos entonces?

— Pues de nosotros dos, de la relación que tenemos en estos momentos y la que podemos llegar a tener ¿Qué opinas? —le dijo de manera romántica y audaz.

— ¡Ay Miroku! ¿Qué cosas dices? Estás jugando conmigo ¿verdad? —respondió con un leve sonrojo en las mejillas.

— No, para nada mi querida Sanguito, quiero que entre tú y yo exista algo más que una simple amistad, así como la relación que tiene Kagome con Kouga, ya vez que lo de ellos comenzó con una simple amistad y mira, ya hasta están a punto de casarse… —añadió él, volteando a ver la chica a los ojos y ver su bello rostro.

— Tienes razón, lo de ellos comenzó así pero…

— ¡Por favor! Es más quisiera hacerlo formal, Sango ¿Quisieras ser mi novia? —le preguntó él, regalándole una linda sonrisa, y espero para saber la respuesta de ella.

Tardó unos minutos en asimilar la pregunta que él le había hecho, su corazón latía a mil por hora, no podía creer que él, quisiera tener ese tipo de relación con ella, siempre había creído que no era correspondida, que él estaba enamorado de alguien más, pero no era así, se le había declarado, le pidió ser su novia, y eso la ponía contenta, no podía articular palabra alguna para responder, se sentía conmovida… Él no sabía que pasaba por la cabeza de ella, y se le quedo viendo con algo de impaciencia. Ella aún no reaccionaba, hasta que se dio cuenta de las miradas que recibía por parte de él.

— ¿Y entonces? ¿Aceptas o no aceptas? —Inquirió él, aún viéndola a la cara.

— Yo… Sí, claro que me gustaría ser tu novia —respondió, abalanzándose sobre él para besarlo.
Él no esperaba semejante reacción de ella, pero le encantaba la manera en la que esta lo besaba, se estaban dejando llevar hasta que…

— ¡Miroku! ¡Eres un pervertido! —Exclamó ella, muy enojada y le soltó una cachetada. Ya que cierta mano “maldita” había tocado lo que no debía.

— No fue mi intención, ya sabes que mi mano está maldita, y hace cosas que yo no quiero —se excuso él, sobándose la mejilla.

— Mi mano maldita, mi mano maldita, si como no —refunfuño ella, volteando a ver a otro lado.

— Por favor, perdóname, prometo que no lo vuelvo a hacer, ¿me perdonas? —le preguntó, poniendo unos ojitos de borreguito a medio morir.

— Está bien, pero ya no me pongas esa cara —le contestó, besándolo nuevamente, pero esta vez fue un beso corto, para que no se le pasara a mano nuevamente.

Continuara...

Bueno espero que haya sido de su agrado, perdonen mi ausencia y el que haya abondano mi fic por un tiempo, pero tenía muchas cosas en que pensar...
Acepto cualquier tipo de crítica constructiva, consejo y/o apoyo...

Nos vemos...
:teamo: