Long-fic Amor a distancia

Amor a distancia

Hola a todos!!!
Me he animado (Por fin) a poner un fic, fue algo que se me ocurrió derepente (¿No será una copia? Porque esta es una idea algo gastada) Pero la mía va ha tener varios cambios ¡Espero que sea de su agrado! Y si notan algún error, me dicen (déjame te ahorro tiempo: TODO) Además, se aceptan comentarios de todo tipo y más si son constructivos (Para qué dices eso si bien sabes que no sabes escribir) ¡Ya cállate, cállate que me desesperas! Ellos lo decidirán y si no sé escribir, pues iré aprendiendo ¡dah! (Bueno, bueno, como digas ¡Menos platica y más acción!)
P.D: Primero pondré el prologo y luego el cap. ¡Lean!

Prologo:
Vivía una vida monótona, aburrida y en una constante rutina. Todo giraba en torno a un destino sin, como decir, destino. A pesar de tener una corta edad y sin creencia en el amor (Si no hubiera sido por mis amigos, desde hace tiempo aparecería en las noticias como una cifra más de chicos suicidados o me hubiera convertido en “emo”)

Un día, a mis cortos doce años, ocurrió algo que dio un giro de ciento ochenta grados a mi vida: conocí el amor.
Se había mudado a la ciudad y compartíamos salón de clases, el que desde ese día me pareció el maravilloso 6° B.
Era una persona algo extraña, pero muy simpática; una persona orgullosa, pero muy atractiva; nos la pasábamos casi siempre peleando pero después terminábamos en risas y alegrías.

Aunque no todo era miel sobre hojuelas, pues el tiempo pasó y aún existente ese gran amor, nunca me atreví a confesarle mis sentimientos ni se enteró por alguien más de ellos.
Me he acostumbrado a ser los mejores amigos, me he acostumbrado a tener un amor a distancia.
Pero…

 

Re: Amor a distancia

Bueno, aquí va el primer capitulo y gracías querida Windmiko por apoyarme, solo una cosa: Le atinaste en varias cosas, pero otras no, una pregunta ¿Quién crees que es el que sufre de este amor no correspondido?


Capitulo 1: Un común inicio de semestre

Era de día, y de eso me dí cuenta cuando mis ojos detectaron los intensos rayos del sol. Todo apuntaba a que se me estaba haciendo tarde, así que me apresure a ponerme el uniforme, tanto, que me enredé con las sabanas y caí directamente al frío piso.
Después de eso me miré al espejo, ¡No me critiquen! me quería ver lo mejor posible para “esa persona”: Mi largo cabello plateado, mis ojos dorados (ambos eran extraños, pero hermosos, bueno, eso me decían varias chicas en la escuela ¿Para qué? Si no les tomaba en cuenta).
Luego examiné mi vestimenta y todo estaba en su orden. Entonces bajé rápidamente con el fin de poder irme, estaba decidido a mejorar mis notas y llegando tarde el primer día del nuevo año escolar no iba a lograrlo.

— ¡Inuyasha, a dónde crees que vas!— ¡O no! Mi madre se había dado cuenta de que ya me iba y de seguro me distraería con sus típicas cosas de mamás.

— A la escuela y debo de apresurarme— Contesté con el fin de que me dejara.
— ¿Acaso no vas a desayunar?— Insistió.

— No tengo hambre— Contesté, pero al parecer mi suerte no estaba a mi lado y de mi estomago salió el ruido que delataba que mentí.

— Mentiroso— En su rostro no se reflejaba una mirada enojada ni nada por el estilo, si no una calida sonrisa que expresaba los sinceros sentimientos que solo una madre puede expresar. Lo único malo de ello era que no podía decirle un “no”.

— Esta bien, pero va a ser tu culpa si no llego pronto—

— Sí, sí, como digas. No te preocupes, yo te llevo en mi auto— Mencionó cuando me arrempujaba hacia la cocina.

Sobre la mesa se encontraba una deliciosa comida, aunque también se encontraba en ese lugar algo que no era delicioso para nada, en realidad asqueroso o repugnante: Mi odioso medio hermano, Sesshoumaru.

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Después de un mal desayuno con mi “querido” hermanito y con un viaje en coche, no muy grato porque él también iba, me encontraba ya en el salón y gracias a Kami llegue algo temprano. Unos minutos después llegaron mis amigos y con ellos “Ella”.

— ¡Gracias Kami-sama, ahora creo en los milagros!— habló Miroku, el pervertido del grupo.

— Ja, que graciosito— Dije con ironía.

— Pero Inuyasha, en verdad si es raro que llegues pronto— Sango también se expresó.

— Es que me trajo mi madre— Despejé sus dudas.

— Bueno, entonces así si creo que algo así hubiera pasado, aun que ya no creo en los milagros— Miroku otra ves habló, pero casi no le tomaba atención.

— Inuyasha ¿Cómo te fue en las vacaciones?— Por fin había hablado la persona que ocupaba toda mi mente ¿Cómo no hacerlo? Si se veía tan bien con ese uniforme, bueno, ella se veía bien de todas formas. Y este día tenía un especial toque de inocencia.

— Bien, lo que no me gustó fue que las pasé junto al idiota de Sesshoumaru— Y lo peor fue que no la vi por un largo tiempo.

— Bueno, tonto y tonto ¡Pues claro que de hermanos se trata!— ¡Por qué ella suele ser tan molesta! Y yo que deseaba tener un día agradable.

— ¡Pues tu no eres la más inteligente y cuerda que digamos!— Seguí su discusión ¿Por qué es que no puedo evitarlo?

— ¡Qué quieres decir! ¡Para tu información tengo mejor promedio que tú y a mi no se me ocurren tan locas ideas, si se podría decir así!—

— Que mal Miroku, y yo que pensé que por fin no iba a ver peleas— Sango y mi mejor amigo pervertido hablaban de nosotros, mientras yo estaba en un asunto importante.

— Ya ves Sanguito, ese es su mejor pasatiempo— Le respondió.

— Solo una cosa—

— ¿Si?—

— ¡No me digas Sanguito! ¡Odio ese apodo!— Y así seguimos todos discutiendo sin importarnos que ya habían llegado los demás alumnos, hasta que tocó la campana y entró el maestro Totosai, encargado de la peor materia de todas: Algebra.

Para empezar, el maestro nos reunió en equipos, pues en el pizarrón se encontraban unos problemas tan difíciles que ni el difunto Albert Einstein los podría resolver.
A mi cabeza llegaron dos noticias: la buena, que Kagome es muy buena para esa materia, esos problemas serían pan comido; mientras que la mala, pues que acabábamos de discutir, lo que significaba que estaba molesta y no querría aceptarme en su equipo ni a Miroku.

— Inuyasha ¿Le entiendes a esto?— Me preguntó él, pues, como no había más remedio, nos reunimos los dos.

— Miroku, muy bien sabes que yo no doy una a esta porquería de materia— En su rostro se reflejaba decepción, lo cual retomaba mis sospechas de que este monigote le copeaba a las chicas, bueno, con él buscamos remedio en vano.— Pero espera, deja intento algo para que se apiaden de nosotros—

Volteé a donde se encontraban ellas, al parecer no habían conseguido otros dos y también se reunieron como nosotros. Kagome se dio cuenta de que las estaba observando, una buena oportunidad para hacer mis ojos de cachorro regañado, los cuales no utilizaba desde secundaria. Pero antes de actuar, me hizo una sonrisa burlona y me sacó la lengua ¡Quién se cree esa niña! ¡Que infantil! Se aprovecha de que no puedo vivir sin ella ¡Feh!

Estaba decidido a decirle unas cuantas verdades, cuando derepente se les acerco el viejo ese del maestro.

— Señoritas, yo dije equipos no binas así que mejor intégrense a los señores Taisho y Hoshi, ¿Entendido?— Las chicas solo obedecieron ¡Gracias Kami, eres grande! Como que me estaba empezando a agradar ese maestro.

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Ya había pasado más de media clase, la misma que se me hacía eternidades. Aunque ya tuviéramos a Sango y Kagome con nosotros, se me hacia igual de difícil.

— ¡No Inuyasha! Si estas dividiendo, pasa multiplicando y así sucesivamente ¡Por dios, esto es básico!— La cerebrito Higurashi estaba dando su mayor esfuerzo enseñándome, un esfuerzo inservible.

— Me rindo, es que eres tan mala maestra— Mencioné mientras ponía mis manos sobre mi cabeza en señal de cansancio.

— ¡Qué que! Tu eres el mal alumno, si fuera por mi, te mandaría con Souta a la primaria—

— ¡Qué tu qué!— antes de terminar, fui interrumpido por la vendita campana y el maestro diciendo que quería los problemas resueltos para mañana, cuando creía que me empezaba a agradar.

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El tiempo transcurrió rápidamente y todo fue normal: frustrar y ser frustrado por Kagome, golpear a Miroku por las locuras que suelen pasarse por su mente, espantar a uno que otro baboso que se le acercaba a Kagome ¡Quién se creen! Entre otras cuantas cosas.

Y ahora me encontraba aquí, caminando rumbo a mi casa junto a mis amigos.

— ¿Kagome?— Estaba rogando por mi salvación.

— Mande— Su voz sonaba cansada, cómo no estarlo, si se la había pasado siendo molestada por mi y además de que yo la traía de un lado al otro para evitar de que se encontrara con los chicos de hormonas alborotadas.

— Me preguntaba si…— Ya llevaba solamente esas tres palabras y Sango y Miroku pararon oreja, muy atentos, al parecer pensaban que un acontecimiento importante iba a ocurrir — Podrías ir a mi casa esta tarde y ayudarme en la tarea— Los susodichos anteriormente se cayeron tipo anime, quizás por decepción ¡Yo que sé!

— Claro— Su rostro mostraba una sonrisa, muy bella por supuesto — Me alegra que pidieras ayuda, pues como veo, sin ella te iría muy mal— La etapa bella terminó.

— ¿Qué quieres decir con eso?—

— ¿Acaso no fui lo bastante clara?— Antes de que volviera a armarse una pelea, al llegar a una desviación, Miroku y Sango se despidieron, vivían casi en la misma cuadra y la casa de Kagome y la mía quedaban aun algo lejos.

Un silencio reinó y muy bien sabía que eso a mi acompañante no le gustaba, era eso y el apio. Así que comencé a hablar.

— Kagome ¿Estás cansada?— Muy bien sabía la respuesta.

— ¿Acaso no lo ves? No puedo ni con mi alma—

— Sí, pero tengo un plan— Entonces me encogí y le señalé que subiera a mi espalda.

— ¿Estas seguro? ¿No me tirarás?— Parecía que tenía miedo de que no pudiera con ella ¡Tonta! Soy lo suficientemente fuerte.

— Claro que no, o ¿Es acaso que quieres seguir caminando?— Al decir eso rápidamente subió a mi espalda.

— Bueno, qué esperas. Apresúrate porque me esperan en casa y ya tengo hambre— Ella lo pidió. Entonces comencé con una gran velocidad, lo cual causó que me tomara fuertemente del cuello — ¡Alto Inuyasha! ¡Me vas a tirar! ¡Por favor!—

— Tu me dijiste que lo hiciera— Era mi tiempo de mostrar una sonrisa burlona. Pero al verla con miedo, disminuí mi velocidad. — ¿Así su alteza?—

— Sí— Se encontraba más calmada — Sabes Inu, me gusta estar contigo— Sabía que yo estaba sonrojado porque sentía mis mejillas muy calientes.

— ¿Aunque casi siempre peleemos?—

— Pero eso es gracioso y muy divertido— Los dos nos reímos un poco.

— Cierto, muy cierto— aún manteníamos una gran sonrisa.

— Y sabes otra cosa—

— No, qué— Deseaba con todo mi ser que me digiera lo que siempre quisiera oír.

— Que ya llegamos— No, era demasiado lindo para ser verdad. — Bájame— Obedecí y ella se despidió — Nos vemos a las cinco— Una bella y gran sonrisa decoró su cara.

— ¿A las cinco? Es muy pronto, mejor a las siete—

— No, es una muy buena hora porque necesitaras toda la ayuda posible— Me enojé, pero decía la verdad. — Además, tu casa me queda “muy lejos”—

— Ja, que graciosa— Y era cierto, qué tan lejos quedan nuestras casas, veamos ¡Cuatro metros! Gracias al cielo, éramos vecinos.

— Adiós Kagome—

— Adiós Inuyasha— Después la vi alejarse.

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Hoy se podría decir que fue un día extrañamente normal, pero muy agradable para mí. Ahora estoy esperando a que sea la hora en que la vea, no me canso de ello.

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¡Comenten!

 

Re: Amor a distancia

Holaaaa!!!! Hermana!!!!!!!!!!!!

pues pasaba por aquí y me dí cuenta de que por fin te animaste a publicar tu fic, y tengo que aceptar que esta muy chido, no se lo pierdan se pondra mucho más.

P.D: Amiga Iza dile a mi hermana que no se me aserque mucho porque me está empezando a pegar la doble personalidad (tu callaté)
ves, ayudame por favor!!!

 

Re: Amor a distancia

Muchas gracias por leer mi fic, me hacen tan feliz T_T (guacala, cuanto sentimiento) Bueno, he aquí el segundo capitulo. Nota: He puesto de narradores a los personajes principales para que se note su punto de vista en la historia.


Capitulo 2: Si esto fuera una cita, sería desastrosa.

El reloj marcaba casi las cinco y ya estaba arreglada: unos jeans azules, de esos que les dicen entubados o vaqueros; una playera de tirantes color rosa y un listón blanco decoraba mi cabello.
Me dirigí a la casa que quedaba al lado de la mía. Era hermosa y grande, de color beige y grandes ventanas. Una pequeña casa si hablamos de una de las familias más ricas de Japón, pero, al parecer, a ellos no les agradaban tanto los lujos y preferían la comodidad.

Toqué la puerta y fui recibida por la mamá de Inuyasha, se veía muy joven y hermosa.

— Buenas tardes señora Taisho— La saludé amablemente.

— Muy buenas sean para ti querida Kagome, pero ya te he dicho que me digas Izayoi— Mencionó mientras me dejaba entrar.

— Sí, pero se me hace algo raro. Mejor le diré señora Izayoi ¿Está bien?.

— Claro. Pero dime ¿Qué haces aquí?.

— Vine a ayudarle a Inuyasha en la tarea.

— Eso lo dice todo, aunque creo que será muy difícil para ti, tomando en cuenta como es mi hijo— La señora Taisho si que era sincera, lo que no contábamos era la presencia del mencionado.

— Gracias por apoyarme mamá— Mencionó con ironía Inuyasha. Él vestía unos jeans oscuros, casi negros, y un polerón rojo, el cual era típico de él. No puedo negar que mi amigo tiene buenos gustos en cuanto ropa — Que bueno que ya llegaste Kagome. Madre, utilizaremos la sala.

— OK. Estaré arreglando el jardín si me necesitan. Kagome, has todo lo necesario para revivir las neuronas de mi hijo ¿Lo prometes?.

— ¡Madre!— Los dos se veían muy graciosos.

— Aré lo que pueda— Le grite pues ya se había ido, pero este chico se enojó y me despeinó con una mano — Infantil.

— Lo que tu digas ¿Acaso no vamos a comenzar?— Parecía que esta ves era en serio ¡Que miedo!

— Muy bien, comenzaremos con los problemas más fáciles.

— Pues claramente ¿No? profesora Higurashi Baka— Kami-sama ¿Algún día iluminaras su mente?

*i:n:u:* ​

Pasó una hora y media corriendo y no dejaba de ver a Kagome, se veía tan bien, tan inocente, tan amable, tan, tan, tan…

— ¡Inuyasha!

— ¿Si?— Al parecer se dio cuenta de que no le prestaba mucha atención.

— Oíste lo que te dije— Quería verificar si era cierto.

— Sí.

— ¿Y que dije?

— Que se tienen que reducir en términos semejantes y así es más fácil resolver la incógnita— Después de decir eso sonrío y me abrazó, lo cual respondí con un sonrojo.

— ¡Sí! Por fin entendiste— Como que me estaba agradando saber cosas.

— Es que ahora estas mejorando en ser maestra, así que agradécemelo.

— Mejor muérete, tu eres el que me debía de agradecer el que esté aquí perdiendo tiempo contigo y no utilizándolo en cosas importantes— El volcán estaba apunto de explotar.

— ¿Cuáles cosas útiles? ¿Maquillarte, ver telenovelas, jugar con tus peluches o salir con un baboso?— Si ella comenzaba, pues yo no me dejaría.

— Sí, tienes toda la razón— ¿Cómo? Nunca creí oírlo de su boca

— Iba a salir con un chico, me iba a llevar a una cita romántica y, quizás, terminar con un BE-SO— La ira me dominó.

— ¡Cómo! ¡Quién era! ¡Acaso el río de baba viviente llamado Hojo! ¡Responde!

— Esto me demuestra que eres un tonto al creer todo lo que te dicen ¡Tonto!— Esa niña. Mi paciencia había llegado a su limite, así que comencé a perseguirla por toda la planta baja mientras ella me gritaba “tonto” sin parar. Entonces…

— ¡Se pueden callar, parecen unos niños!— Para empeorar la situación, Sesshoumaru bajó a regañarnos ¿Quién se cree? Mi padre no.

*:k:a:g:*​

El medio hermano mayor de Inuyasha se molestó por nuestra conducta, así que me detuve, pues él me daba algo de miedo.

— ¿Quién te crees como para darme ordenes?— Inuyasha cada ves que lo veía se comportaba altanero, bueno, también cuando no estaba.

— Alguien superior que tú, imbesil.

— ¡Tarado!

— Inmaduro y debilucho.

— ¡Cuál débil! ¡Te demostraré quien es el débil!— ¡O no! Aquí va ha ver pelea.

— Inuyasha— Le susurré con el fin de que se calmara — No comiences, no es bueno pelearse entre hermanos— Le supliqué y el solo pronunció su típico “Feh” y volteó a otro lado su cara.

— Que bien Inuyasha, las simples e insignificantes mujeres te mandan— Sesshoumaru había cometido un gran error.

— ¿Me llamó simple e insignificante? ¡Déjame enseñarte que puede hacer esta insignificante mujer!— Estaba que ardía y quería golpear a ese baka, pero Inuyasha me tenía agarrada de las manos — Suéltame Inuyasha, solo un golpecito o una patada en el estomago.

— Cobarde, dejas que las mujeres luchen por ti.

Mi amigo ya no aguantó más, se le echó encima y comenzaron a golpearse tirando todo a su paso. Yo no iba a desaprovechar la oportunidad, así que tomé su ejemplo: Si no le estaba jalando el cabello a “Sesshi”, se lo estaba jalando al menor de los Taisho ¿Qué quieren? Él también me debía algunas.

— ¡Qué haces Kagome! Se supone que estás de mi lado— Inuyasha se dio cuenta de que también me estaba vengando de él.

— Sesshoumaru ¡Siente mi ira!— Ese era mi grito de guerra.

— Inuyasha eres un idiota— Sesshoumaru comenzó a golpear más fuerte, lo que no me gustó fue que a mí me alcanzaban algunos.

Después, Inuyasha me tiró a un lado alejándome de ellos, los cuales aún seguían. Sabía muy bien que estábamos causando un gran alboroto porque llegaron despavoridos los señores Taisho.

— ¡Sesshoumaru! ¡Inuyasha!— Inu no Taisho estaba furiosísimo, tanto, que creí verle salir humo de sus oídos y fuego en sus ojos dorados — ¡Esta es la educación que les dí! ¡Sepárense!— Y así lo hicieron.

— Miren lo que le hicieron a la pobre de Kagome— Dijo la señora Izayoi mientras me ayudaba a levantarme. Me miré en un espejo y estaba toda despeinada y con unos raspones ¡Me veía muy graciosa!

— ¡Pero Kagome…!— Inuyasha trataba de que hubiera más regañados, pero a mi no me iba a atrapar.

— ¡Pero nada! ¡Ustedes dos no pueden dejar de estar peleando!— El padre de estos dos tenía toda la razón. — Así que aprenderán a comportarse.

Se llevó a sus hijos a su despacho y ya no supe más ¡Roguémosle a Kami para que no se los coma! Si no ¿A quién voy a molestar?

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Ya había oscurecido y yo me encontraba en la cocina de la residencia Taisho, mi cabeza recargada en la mesa del comedor y muy aburrida, no sé siquiera por qué aún seguía ahí. Segundos después llegó Inuyasha, se recargó como yo. Nuestras miradas quedaron cruzadas.

— Tú te merecías ser castigada también, que injusticia— A Inuyasha no le gustó que su madre creyera que yo fui la victima, pero qué se le puede hacer al pasado.

— Sí, lo sé— Seguíamos en la misma posición — Solo respóndeme ¿Qué les hicieron?.

— Nos quitaron el dinero de todo un mes, tenemos que reparar lo que rompimos, tenemos prohibido salir por dos meses, nada de automóvil, computadora, celular u otro medio que nos comunique al mundo exterior.

— ¿Ni siquiera una pobre paloma mensajera o un teléfono hecho de latas?

— Ni eso.

— Auch.

— Lo único que me alegra es que comparto castigo con mi “querido” hermano— Expresó una rápida sonrisa, luego se oyó sonar el timbre. — Ve tú, a mí me duele todo.

Me dirigí a toda prisa hacia la puerta y la abrí, me encontré con dos caras conocidas: Sango y Miroku.

— Hola Kagome— Saludó mi dulce amiga — Te busqué en tu casa, pero me dijeron que estabas aquí.

— Vinimos para invitarlos al cine o a comprar un helado ¿Qué piensas Amigo mío?— Mencionó Miroku.

— Yo no puedo, estoy castigado.

— ¡Otra ves! ¿Y tu Kagome?— me preguntó Sango.

— No creo, mañana hay clases y debo de terminar de ayudarle a este peleonero. Mejor otra noche ¿Si?.

— Como digan, pero nosotros sí vamos ¡Vámonos Sanguito!

— ¡Que no me digas así!— Con estas palabras, mis amigos se dirigían a la diversión y yo aquí, pidiéndole peras al olmo, el lado bueno es que ya hemos avanzado algo.

*i:n:u:* ​

Hace algunos minutos que Kagome se fue. Ahora son casi las doce de la noche, pobre, se esforzó mucho para que terminara.
No puedo negar que este día fue agradable (Y más cuando pude golpear a mi odioso medio hermano). Lo que no me gustó fue que este día hubiera podido ser mejor, los dos solos ¡Pero no! Ahora sólo me debo preocupar en la tarea y portarme bien para que no se alarguen mis días de castigo.
Buenas noches.
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Nuestro Inu se encuentra castigado y la pregunta es ¿Quién lo acompaña? *Se oye sin fines de “Yo” “Yo merita”*
Agradecimientos a:

Izayoi sama: Arigato por comentar y pasarte por este humilde fic. Lo que me parece absurdo es que nuestras personalidades se pelen por un simple pepino ¡Que locas! Es cierto, espérame un instante amiga. ¡Personalidad mía! (Sí) ¿Verdad que el cielo está más claro que de costumbre? (No es cierto, está igual)No claro, que no…
Espero tu apoyo querida sempai y saludos a Yuuko.

Windmiko: Hola!!! Gracias por seguir aquí y también por señalarme ese error. Ojala y esta ves no tenga errores (Más no se puede) Agradezco que me apoyes. Una cosa: ¿Ya eres líder de foro? Si es así, te felicito por ese gran paso.

SangoHanyou: Hola. Jejeje, a mí también me gustó que nuestro querido Inu cargara así a Kagome (Bueno, eso ya lo hacía Inu con ella. Aunque me hubiera gustado que fuera esa yo) A mi también T_T . Esperamos tu apoyo.

Sangoasakura: One-chaaaaaaaaaan!!! Sería el colmo que no te hubieras pasado por aquí, al menos para decirme que no te gustó o algo así. Una cosa: ¡No adelantes! Ya no te voy a dejar que veas cuando escribo los capítulos.

Y si se me olvidó alguien, me avisan y, si quieren, me regañan (Cuál regañar!!! Mejor un golpecito o una turbia molesta, una correntiadita no te cae nada mal)

 

Re: Amor a distancia

Ohayo!!! Por fín he buelto con el tercer captulo (Mejor no hubieras llegado) Sí, como vieron, también vino Chijoku (Sí, no se podrán librar de mí) Los lunes (Dentro de una semana o dos, ya ven como es) pondré el cap ¡Así que esperen! (¿Ahora?) Sí ¡Lean el capitulo! (Advertencia: peligro de aburrimiento, tiempo perdido, etc.) ¡Chijoku!

Capitulo 3: ¡Suéltenme que lo mato! Uno de los peores momentos de mi vida.

El segundo día de clases en la preparatoria “Shikon kōtōgakkō”. Era temprano, aún no comenzaban las clases, pero yo ya me encontraba ahí, no sé ni siquiera por qué, ya estaba en el salón así ¿Qué más da?

— Ah— Me estiré y bostecé, tenía sueño. Todo por culpa de mi amiguito ¡Arg! Tuve que quedarme con él a altas horas de la noche, si me duermo en clase ¡Será su culpa! Oh, hablando de el rey de Roma.

— ¡Kagome! Me hubieras dicho que ya te ibas.

— Me trajo mi mamá.

— Pues con más razón. Como estoy castigado sin auto, me tuve que venir caminando.

— Pero aún así llegaste pronto.

— Sí, eso fue porque me levanté a las seis y tengo mucho sueño— Después de decir eso, soltó un gran bostezo que parecía que me iba a comer.

— No eres el único, por tu culpa me dormí muy tarde.

— La culpa es tuya por ser tan mala maestra.

— ¡Qué! Bueno, mejor calmémonos porque no tengo ganas de pelear— Y era cierto, no tenía ganas de nada. Esos son los efectos que tienen no dormir tus ocho horas y, para acabarlo, el malvado de Souta se comió mi almuerzo ¡A ese niño también le tocará algo de mi ira!

— Mira, ahí vienen Sango y Miroku. Preguntémosles como les fue en la noche.

— Tienes razón— Los chicos se acercaron a nosotros — ¿Se divirtieron ayer?

— Pues más o menos— Respondió nervioso Miroku.

— ¡Cuál más o menos!— Dijo enojada mi amiga — Al principio era divertido, fuimos a tomar un helado. Pero este señor pervertido me tocó donde no se debe y le dí su merecido— ¡Con qué eso era! Con razón Miroku tenía roja una mejilla.

Antes de que estos dos terminaran peleados, tocó la campana de entrada. Una nueva clase daba inicio.

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Saqué una buena nota en la tarea que dejó sorprendido al maestro. Y hablando de él, desde el principio de algebra, nos informó que había una sorpresa.

— Bueno chicos, les presento a un nuevo compañero ¡Pasé por favor!— Dijo el viejo con emoción ¡Bah! Si tan solo era un tonto con cara de tonto, que no sé por qué, pero me cayó mal desde que lo vi.

— ¡Hola! Mi nombre es Kouga Wolf y vengo de Okinawa…— Bla, bla, bla, que aburrido.

— Muy bien, escoja un lugar y comencemos con el tema de hoy— Bien, todo hasta el momento estaba normal. Un momento, que es esto ¡El nuevo se sentó al lado de Kagome y le está echando ojitos! ¡Es MÍA! Ni te atrevas.

— Hola linda, mi nombre es Kouga ¿Cuál es el tuyo?— Le susurró el tonto ese ¡No le hagas caso!

— Kagome, ese es mi nombre— ¡No! Ella le sonrió…

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En todas las clases cuidaba que “Kouga” no la molestara, pero en todas las clases fue lo mismo: ese baboso se le quedaba viendo con ojos de borrego directo al matadero, y yo no podía hacer nada para evitarlo, bueno, aria todo lo necesario en la hora de descanso.

— Kagome, observé que en algunas clases le hablabas al nuevo— Preguntó Sango mientras comíamos junto a un gran árbol.

— Sí, es muy agradable, gracioso, amable…— Cada palabra que salía de los labios de Kagome me hacían molestarme más y más.

— Y además guapo ¿Tu que piensas amiga, lo es o no?.

— Bueno, ahora que lo dices— Esperaba con ansias que dijera que era grotesco — ¡Sí tienes razón! Es atractivo.

— ¡Ya cállense! Pareciera que lo adoraran ¡Comienzan a artar!— Estallé la furia que tenía, lo malo fue que se me quedaron viendo raro mis amigos.

— ¿Qué te pasa Inuyasha? ¿No te agradó Kouga o qué?— Era raro que Miroku no hablara.

— ¡Nada!— La verdad era todo, me molestaba el que la chica que me gusta le echara flores a ese inepto.

— No es cierto, a ti te pasa algo— Sango no es de las que son difíciles de engañar y más si se trata de alguien muy cercano.

— Sólo que estoy muy irritable porque no dormí bien— Todo se me quedaron viendo con cara de “A este no le creo ni misa” Así que lo mejor que podía era irme por un rato o si no se darían cuenta de por qué estaba así — En un rato regreso, voy a la cafetería.

— ¡Inuyasha!— Me gritó Kagome cuando estaba yéndome.

— ¿Sí?

— Me podrías traer algo, es que aún tengo algo de hambre ¡Por favor!

— Trataré de no olvidarlo— Después de eso, me retiré.

Al regresar de mi destino, me encontré con la persona, que menos quería ver en estos instantes, hablando con una bolita que se hizo de amigos, tal vez eran chicos que anteriormente conocía. Estaba oculto sin que me oyeran, quería escuchar su platica. No me llamen chismoso, solo quería enterarme de lo que podría planear o darme una idea de quien sería mi próximo enemigo.

— Kouga ¿Qué te parecieron las chicas de aquí?— ¡Aja! Este era el tema que quería oír.

— Pues, Hakaku, hay una chica en mi clase que es muy hermosa e inteligente y me interesó mucho. Su nombre es Kagome— ¡Maldito, me las pagará!

— Aaa, Higurashi, pero si lo que pretendes es salir con ella tendrás un obstáculo, más preciso, alguien que te dificultará las cosas— Pronunció el otro, llamado Ginta.

— ¿De quién se trata?— El momento de salir de mi escondite había llegado.

— De mí, yo soy ese obstáculo.


— ¿Y quién demonios eres? No me digas que eres su novio— Eso es lo que yo más quisiera ¡Inuyasha cálmate! No es tiempo de cursilerías.

— Mi nombre es Inuyasha Taisho y no soy su novio, soy su mejor amigo y déjame advertirte que si te atreves a acercarte a ella lo pagaras— Yo estaba hablando en serio. Miré hacia mi alrededor y me di cuenta de que ya se había hecho un circulo de chismosos viendo.

— No me digas, pues yo te digo que no me importa lo que pienses o digas, pues Kagome va a ser mi novia y nada ni nadie, absolutamente nadie, lo impedirá. Además, sé que le gusto.

— Pues ya veremos— Después de eso me fui a donde mis amigos, no iba a pelear con una basura como él.

— Inuyasha ¿No trajiste mi comida?— me preguntó Kagome cuando regresé con ellos, pero me encontré con que Miroku y Sango habían ido a pasear por el patio.

— Ha, sí, ten— le dije mientras le daba la mía.

— ¿Qué te pasa? Estas muy distraído— Se acercó a donde yo estaba, recargado en el árbol.

— No, nada.

— No me mientas, soy tu amiga ¡Mentira! Tu mejor amiga y sé que no es así.

— No en serio, no me pasa nada— Si supiera que estaba apunto de quitarle la cabeza a el baboso ese por el simple hecho de haber puesto los ojos en ella. Pero en mi mente rondaba la loca idea de que a Kagome le gustara ese. — Vamos al salón que ya tocó la campana y no hay que llegar tarde, vamos.

— Como digas.

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Me quedé con la duda de que le habrá pasado y no puedo enterarme de eso aquí, en la casa ¡Ya sé! Le hablaré a Sango, ella debe saber algo.

— ¿Hola?— Habló una voz por el teléfono.

— ¡Sango, amiga! Soy yo.

— ¡Kagome! Era a ti a quien quería hablarte.

— ¿Sí? ¿Para qué?— La duda me invadía.

— A que no te enteraste que por poco se pelea nuestro queridísimo Inuyasha con el chico nuevo en el recreo.

— ¿En serio? No me lo creo ¿Quién te lo dijo?

— Yo tengo mis contactos— Luego me quedé en silencio — Bueno, me dijo Ayame.

— Pero ¿Por qué?

— Oí que el motivo era porque el joven Kouga quería invitarte a salir y eso a Inuyasha no el gustó.

— Con que por eso actuaba así ¿Por qué? No me digan que… ¡Eso se lo debo preguntar en persona!

— ¿Kagome? ¿Kagome? ¿Estás ahí? ¡Si ya no quieres hablar cuelga bien!

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Bueno, pues como ya leyerón, Inu se puso celoso por culpa de Kouga y la pregunta es ¿Kagome descubrirá que Inuyasha se muere por ella? (Todo por culpa de no poderce controlar)
Osí, los agradecimentos (Yo te ayudo! *La arrempuja a un lado y la ata a una silla* gracias SangoHanyou; gracias Winmiko por ayudar a no empeorar a esta, pero no progresar; gracias Izayoisama por seguir aquí y etc, etc.) ¡Oye! ¡A donde vas! ¡Al menos deshatame!
:ANYWORD:

 

Re: Amor a distancia

Tan tan tantá, he aquí el cuarto capitulo.

Capitulo 4: Nuevos rostros y asuntos por resolver

No pude dormir muy bien en la noche, quería saber el por qué de la conducta de mi amigo. Me desperté pronto, pues recordé que como Inuyasha se encontraba castigado sin vehiculo, se iría caminando como ayer. En estos instantes me encontraba esperándolo casi frente a la puerta de su casa.

— ¡Inuyasha!— Le grité al verlo salir de su casa.

— ¿Kagome? ¿Qué haces aquí? No me digas que también te castigaron— Me dijo cuando se acercaba a mí.

— Cómo crees, es solo que…— Antes de ir al grano, se me ocurrió mejor preguntarle cuando estuviera más tranquilo, pues si se lo decía en ese instante podría ponerse sus moños y no soltar nada. Hoy lo trataría muy bien — …quise acompañarte porque estarías algo solo.

— ¿En serio? No te creo.

— ¡Qué! ¿Me crees tan mala amiga?

— No, no es eso. Bueno, es hora de irnos, luego llegamos tarde y no soportaré más castigos por ahora.

En todo el camino guardé silencio, yo no soporto mucho eso, pero sé muy bien que a Inuyasha no le gusta el ruido ni hablar tanto. Ya en la escuela, me porté de lo más amable con él, hasta acepté pasarle unas respuestas de una prueba que nos hicieron.

En las ultimas dos clases para salir al receso fueron libres; Sango, Miroku y otros compañeros aprovecharon ese tiempo y fueron al gimnasio a intentar entrar al equipo de basquetbol femenil y el de futbol, respectivamente. Mientras yo, Inuyasha y los demás nos quedamos en el salón, un salón donde se hizo mucho escándalo. Nota: nunca dejes solos a chicos de preparatoria, son muy hábiles con el desorden.

— Kagome ¿Qué te pasa? Te has portado muy rara— Me preguntó mi amigo; se encontraba sentado en el lugar de Sango, ósea, delante del mío, pero él estaba volteando hacía mí.

— ¿Rara?— Sabía muy bien de qué hablaba.

— Sí, casi no has hablado, me has hecho favores sin quejarte y, lo peor, no me molestaste todo lo que llevamos del día ¿Te sientes mal o enferma?— luego tocó mi frente — No, al parecer no tienes fiebre.

— Ja ¿Acaso no puedo portarme amable contigo?

— Ka-go-me— Me miró fijamente, una mirada que no podía evadir, si no, intenten ustedes con esos ojos dorados — Te conozco muy bien ¿Qué es lo que quieres?

— Bueno, ahora que lo dices, quiero saber por qué te ibas a pelear con el joven Kouga.

— Te enteraste— Me dijo de forma seria, casi como su hermano Sesshoumaru ¡Esto si que debe de ser grave!

— Sí, anda dime.

— No.

*i:n:u:*​

— Por favor— Me miró inocentemente con sus ojos cafés — ¿Qué puede ser tan grave? Anda, si es algo malo que te hizo, ni siquiera le dirijiré la palabra. Te lo juro— Levantó su mano y luego la puso en su pecho.

— ¿En serio?— Ella accedió — Bueno es porque él quería salir contigo.

— Sí eso ya lo sé.

— ¿Ya lo sabías?

— Ajá, pero lo que quiero es saber por qué actuaste así, si se supone que, no lo tomes mal, es mi vida. Espera un momento, estabas ¿Celoso?— ¡Ho, o! se dio cuenta.

— ¿Yo? Nunca.

— ¡Sí! Era eso ¿Por qué?— No, estaba metido en un problema.

— Es que yo…— Tenía que decir algo rapidamente o sino se enteraría de mis sentimientos por ella y lo peor era que sino me corresponde, se pondría fin a nuestra amistad. — Yo, yo…

— ¡Rápido que me hago vieja!

— Es que yo tenía miedo de que el menso ese te iriera o solamente jugara contigo. Además de que si pasabas más tiempo con él no estarías más conmigo y así ¿A quién voy a molestar? Sé que suena ridículo— Bueno, más o menos estaba diciendo la verdad.

— ¡Inuyasha!— Me abrazó efusivamente y yo, como ya era de costumbre cuando ella hacia eso, con un sonrojo. — Eres un tonto por creer eso, yo nunca te olvidaré.

— ¿Entonces sí te gusta?

— ¡Tontorrón!— Luego me volvio a abrazar, pero esta vez caímos al suelo y ambos nos pusimos a reír.

*Y:O:p*​

Dos chicos miraban por la puerta la escena: unos muchachos divertidos y riéndose.

— Es ella— Mencionó un chico de cabello castaño a una joven que se mantenía muy seria.

— Muy bien, y ese es su “amigo”. Es muy atractivo, no he de negarlo, pero no sabe lo que se ganó— Mencionó la chica.

— Sí, pero como ya sabes de quienes tratamos, es momento de ir con él— Hizo énfasis en esa última palabra y luego se alejaron.

:*:*:*:*:*:​

Las dos horas libres habían transcurrido y era la tan deseosa hora del descanso. Nuestros chicos se encontraban, como ya era costumbre, comiendo cerca del mismo árbol de siempre.

— ¿Cómo les fue? ¿Pudieron entrar?— Preguntó el de cabello plateado.

— Sí— Sonrió con gran felicidad Sango — Ahora formo parte del equipo de basquetbol femenil y Miroku en el de futbol.

— Es cierto. Inuyasha, yo sé que te gusta el futbol y que además juegas muy bien ¿Entonces por qué no fuiste a las pruebas? De seguro hubieras quedado— Dijo el muchacho de ojos azules.

— Tienes mucha razón, pero no creo tener tiempo para las practicas con todo esto del estudio, pues estoy tratando de subir de calificaciones. Aunque en verdad quería pertenecer a ese equipo— Respondió un poco decepcionado.

— Pero bien podrías…— Antes de que la azabache terminara su oración, se les acercó Kouga junto a una joven de piel blanca, casi pálida, mirada algo fría y cabello muy negro.

— Hola Kagome— Saludó el de ojos azules claros, ese acto no fue del agrado de Inuyasha.

— Hola— Contestó a su saludo. — ¿Quién es esa chica?

— Es mi hermana, se llama Kikyo y pertenece al grupo D.

— ¿En serio? Porque no se parecen— Intervino la chica de pelo café, un tanto seria, pues no le calló nada bien esa muchacha, había algo que le daba mala espina.

— Es que es mi hermana adoptiva— mencionó Kouga — Pero en este momento debemos retirarnos, tenemos un asunto pendiente. Luego platicaremos con más detenimiento— Y así lo hicieron — Las cosas se van a poner divertidas por aquí— Pensó el mismo.

— Todo esto estuvo algo raro y hablando de raro ¿Y esa chica, de dónde salió? Pareciera como si le hubieran comido la lengua los ratones— Dijo Sango.

— Pues a mí me pareció muy linda— Las chicas se le quedaron viendo al mujeriego ese.

— Tienes razón— ¿Inuyasha había dicho eso? Todo señalaba que ocurrirían cosas extrañas y que aquí cambiarían varias cosas, para bien o para mal.

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Agradecimientos a todas las que siguen mi fic y gracias a SangoHanyou por ser una e las chicas que siempre comenta; a Windmiko, y te aseguro que cuidaré eso de las tildes y a Isayoi sama, voy a comenzar a escribir más la narratiba (¿Ya acabaste?) Sí ¿Por qué? (Porque parece como si estbieras resibiendo un Oscar, no te sientas tanto, comienzas a chocar) grrr.
Bueno, eso es todo y recuerden que el proximo lunes es la proxima conti y, si no, el siguiente lunes de la siguiente semana (Porfavor salgan por las salidas de emergencia y si sienten nauseas por el capitulo, se repartirán volsitas de papel servisios medicos) También desalojen rapidamente porque CHIYOKU tiene una sita con el medico (Pero no me siento mal) ahora sí, de eso me encargo yo.
:I&K:

 

Re: Amor a distancia

He aquí el, pequeño pero revelador, siguiente capitulo.　

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Capitulo 5: Planes

*:k:a:g:*
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La última clase terminó y ya era momento de las actividades extracurriculares. Sango y Miroku estarían practicando en el gimnasio, mientras, Inuyasha y yo estaríamos en la biblioteca estudiando. Las cosas estaban extrañas por parte de Inu porque, en base a mi, yo no pertenecía a ningún grupo o club y soy fanática a la lectura ¿Pero él? Todo apuntaba que estaba decidiéndose a mejorar.

— ¿Estas listo para aprender?— Le mencioné mientras tomaba mi mochila y guardaba mis libros y demás cosas en ella.

— Estoy listo para aburrirme como ratón de biblioteca— Dijo con todo menos ánimos.

— ¿Qué dijiste? Porque a mi me gusta estar ahí— Cuando le mencioné eso, tenía una mirada asesina, de esas que pongo cuando mi hermanito me hacía travesuras, me decía algo malo o, simplemente, cuando me quitaba el santísimo control remoto.

— No, nada. Que ya debemos de apresurarnos— Expresó un poco nervioso. Operación mirada asecina completa.

*Y:o:p*

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Un pequeño grupo de jóvenes se encontraban en un lugar oscuro, algo desagradable de apariencia y olor. Nada bueno se podría esperar de ello.

— Hasta cuando nos hará esperar, hoy comienzo en el equipo y no debo de llegar tarde— Mencionó un chico de ojos azules algo molesto.

— Tienes toda la razón, además de que este lugar me causa repugnancia ¿Para que demonios nos hizo venir? No se supone que no nos necesita— Habló una muchacha de ojos castaños.

— Cállense ya, yo también tengo varias cosas más importantes que hacer. Pero el ordena y nosotros cumplimos, eso es todo— Expresó arrogante un joven de cabello blanco.

— ¡Tú eres el que se debe callar Hakudoshi! Solamente te crees superior porque eres su hermano— Después de que el otro chico hablara, apareció el esperado.

— Por fin has llegado Naraku hace tiempo que te esperábamos— Habló la joven aún sin expresión alguna.

— Sí, tenía varios asuntos que resolver. Se preguntarán el por qué de mi llamado— Dijo Naraku.

— Claramente, pero date prisa— Habló el chico desesperado.

— Kouga, Kikyo, Hakudoshi. Les he mandado llamar porque ha llegado el tiempo de acabar con los hermanitos Taisho y sus amigos. Es hora de acabarlos poco a poco—

— Naraku, sé desde siempre que tú y Hakudoshi los odian, así que ¿Cuál es ese gran rencor?— Preguntó Kikyo, pues esa era la duda que había tenido desde que se había integrado a la familia.

— A su tiempo lo sabrán. Ahora lo que me importa es verlos sufrir, ahí es donde entran ustedes dos. Kikyo, sé que Inuyasha te gusta; y Kouga, también a ti te pasa lo mismo con Kagome. Así que el plan es este: Seducirán a cada uno, no importa que solo sea Kagome, lograrán que se separen.

— Y qué con eso— Dijo el albino del grupo.

— Simple. Inuyasha no es nada sin ella. Hakudoshi, tú te encargarás de separar a sus amigos. Lo único que estará difícil va a ser el idiota de Sesshoumaru, pero algo se me irá a ocurrir. Quiero verlos sufrir y retorcerse en su dolor.

Naraku tenía un gran odio hacia ellos, un odio que a los demás era inexplicable, pero muy fácil de darse cuenta. Todo esto del plan lo demostraba, el cual, aunque si ya todo estuviera fríamente calculado, no convencía del todo a los participantes.

— ¿Y qué se supone que ganamos nosotros en todo esto? Porque en lo que a mi me concierne, nosotros dos solamente somos intrusos en todo esto— Interrogó la de mirada fría, una pregunta muy importante para ella.

— Esperaba eso de ti Kikyo, pero deja y resuelvo tu duda— Luego se les acercó más. — Sí me ayudan, se podrán quedar con su respectiva pareja, claro, si es que lo desean o si es que no les ha ocurrido nada a ellos.

— ¿Eso es todo? ¿Pretendes que nos deshagamos de unas personas o les hagamos mal por algo tan insignificante como eso?— Habló Kouga.

— No sólo eso, no me dejaron terminar. Cuando logren su cometido, podrán liberarse de mí— Los hermanos tomaron mucha atención — Como oyeron, olvidaré que me deben mucho, que me deben casi la existencia y los dejaré, harán lo que les plazca sin que yo esté ahí dándoles ordenes. Además que liberaré a su hermana ¿Aceptan?

— Claro, no somos tontos— Después de esa charla, todos se fueron, dejando todo como si nada hubiera ocurrido.

Cerrado ya el trato, lo único que faltaba era planear con más detenimiento el cómo y cuándo tomar las riendas del asunto y llevar la situación a su favor. Eso lo señalaría el tiempo.

— Hermana, por fin te volveré a ver. Haré todo lo que sea por ti— Pensó el peli-negro en su practica.

— Nuestra libertad, cuanto añoro ese día. Naraku, nunca más volveré a ver tu despreciable rostro— Pensaba distraída la otra muchacha.

Un enemigo llegaba a sus puertas y tenía personas a su lado. La pregunta era ¿Por qué? Sí ¿Por qué ese enorme rencor? Todo era guardado en un gran secreto que poco a poco se iría revelando.
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Bueno ¡He regesado! (Noooo! era demciado bueno para ser vedad) ¡Pues te aguantas! (Ash, te hubieras quedado un rato mas prque regresate con un micro capitulo) Feh!
Agradecimientos: ¡ha no! esperen, Chiyoku tiene un agradecimiento especial:

(Muy bien, sangoasakura, hermana de anime angels, dice ella que si por favor ¡Puedes dejar de leer sus capitulos en la compu que mejor los veas aqui! Y si no quieres obedecer, pues olvidate de saber de su historia. Bueno, eso es todo. P.d: Metiche!!! -jejeje eso lo puse yo-)

SangoHanyou: ¡Me da felicidad que te guste mi fanfic! (Sí ¿No ves lo difisil que es para ella encontrar a alguien que es loco para que le guste algo echo por ella?)
Widmiko: Arigato por tus consejo, sé que con ellos llegaré muy lejos (Sí, yo tambié creo eso) ¡En cerio! (Claro, si sigues scribiendo más fics,de seguro que los usuarios de cemzoo te van a corretear hasta que se cansen)
Izayoi sama: ¡Sempai! Te agradesco el que sigas entre nosotros ¡Muchas gracias! (Yuuko ¿Le puedes decir a Izayoi-sempai que por favor ya deje de dale esperanzas a esta? pliss porque llega al punto de que se lo cree)