Long-fic Al contrario

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Yrim, 31 Diciembre 2009.

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  1.  
    Yrim

    Yrim Entusiasta

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    Al contrario

    ¿Qué pasaría si sucediera la historia al contrario? ¿Y si Kagome es una chica campesina de la era del Sengoku, e Inuyasha un chico del Japón actual? Hago este fic sin ánimo de lucro, y por supuesto los personajes no me pertenecen a mi, sino a la gran Rumiko Takahashi. Espero que os guste.;)
    -Blabla-> diálogos
    Blabla-> recuerdos
    (blabla)-> pensamientos
    Cap. 1
    Una chica 15 años caminaba alegremente hacia su aldea mientras tarareaba una canción. Las miradas se posaban en ella sin poder evitarlo, los hombres admiraban en silencio cada detalle de la muchacha, que sonreía y pasaba de largo sin percatarse de nada. Y es que resultaba difícil no mirarla… su cabello, negro azabache,recogido con una cinta casi al final, era mecido por una suave brisa, que a su vez le acariciaba el rostro. Y esta parte era el mayor asombro de los que no la conocían, pues su tez era blanca como la nieve, y sus ojos azules como el anochecer, con un porte angelical, casi divino. Y era tal la ternura que desprendía, que muchos viajeros al verla, la adoraban como si de una diosa se tratase. Su cuerpo, escondido bajo un kimono azul cielo, se movía graciosamente, casi con torpeza.
    -¡Ya estoy en casa! Mamá, ¡he vuelto!- se apresuró a decir al llegar finalmente a su destino.
    -¡Kagome!- exclamó su madre contenta de que hubiera regresado sana y salva, y se acercó para abrazarla. -¿Cómo es que has vuelto tan pronto?- le preguntó mientras le dirigía hacia el interior de la cabaña.
    -Llegué allí muy rápido, mamá. Me encontré con unos carros de comerciantes y me llevaron hasta la entrada de la aldea- explicó contenta.
    -¡Hermana!- llamó una voz desde la entrada, y acto seguido una sombra se abalanzó hacia ella.
    -¡Souta!- exclamó mientras reía y abrazaba a su hermano. -Ya estoy aquí.
    El pequeño levantó la cabeza desde el vientre de su hermana, pudiendo así apreciarse sus ojos, del mismo color a los de ella, algo enrejecidos y al borde de las lágrimas.
    -Ay, no llores tonto, ¿no ves que ya he llegado?- dijo sonriendo Kagome mientras lo apretaba más contra ella. Lo había hechado tanto de menos, aunque solo se hubiese ausentado durante tres días… Había ido al pueblo vecino para vender parte de la cosecha.
    -¡Ah! Toma, mamá…- rebuscó algo en el obi de su kimono, y se lo entregó a su madre.Era un saquito de tela. Su madre vació el contenido en sus manos y puso cara de asombro. Se trataba de una pequeña cantidad de monedas.
    -Kagome, hija, ¿cómo es que te dieron tanto dinero?
    -Convencí al mejor postor mamá- sonrió satisfecha Kagome.
    En ese momento llamaron a la puerta, y al recibir permiso, el jefe de la aldea entró a la cabaña.
    -Kagome, tenemos que hablar contigo.
    -¿Ocurre algo malo?- preguntó preocupada Kagome, mirando a su madre quien se había puesto muy seria repentinamente.
    -Quedamos en que se lo iba a explicar yo, ¿no?- replicó la madre de Kagome.
    -Lo siento, de verdad, pero tú sabes que no tenemos más tiempo- suplicó el jefe.
    -¡¿Me puede explicar alguien qué esta pasando?!- preguntó confusa Kagome.
    -Ven, acompáñame- dijo el jefe haciéndose a un lado para que pasara ella primero. -Y por favor que venga también tu madre- añadió mirando a esta.
    Ante un asentimiento de su madre, Kagome salió de la cabaña, donde para su sorpresa, se encontraban los ancianos sabios de la aldea. Su madre salió inmediatamente detrás suya, no sin antes decirle a Souta que se quedara y vigilara la casa. Por último salió el jefe, que las guió hasta el santuario. Allí, una aldeano trajo algo protegido por un pedestal. Un objeto pequeño y esférico de un color rosado brillante.
    -¡¿La esfera de las cuarto almas?!- se sorprendió Kagome. -¿Qué tiene que ver esto conmigo?
    -Kagome, tú conoces la leyenda de la esfera,¿verdad?- le preguntó el jefe.
    -Claro, claro que la conozco…
    Flash Back
    Una niña de 12 años se entretenía escuchando a su abuelo narrar una historia sobre los dragones. Cuando terminó, vio a su nieta más interesada en su cabello que en su historia, así que para llamar su atención le dijo: Kagome, ¿a que no sabes la historia de la esfera de la cuatro almas?
    -¿Tiene una historia?- preguntó sorprendida y alegre la niña.
    -Así es… Todo comenzó con la creación de la esfera por una sacerdotisa llamada Midoriko. La esfera fue donada a nuestra aldea para que la protegiésemos, ya que la sacerdotisa murió. Cuenta la leyenda, que el poseedor de esta esfera gozará de un poder inimaginable. Por eso la esfera necesita de un protector, para que estando cerca de este no se detecte el poder de dicha esfera y , en el caso de que se detectara, luchar contra aquel que quiera arrebatársela. Y también se dice, que si un protector de la esfera muere, o le ocurre algo que le impida seguir con su cometido, en un plazo de tres días y tres noches se deberá encontrar al siguiente. De lo contrario, el destino del mundo sería terrible…
    Fin del Flash Back
    -Pues bien, el anterior protector de la perla falleció ayer por la tarde- continuó el jefe.
    -¿Y?- preguntó Kagome temiéndose lo peor.
    -Pues que tú eres la indicada para protegerla de ahora en adelante.
    -¡¿Qué?!- reclamó Kagome consternada. -Tiene que haber un error. ¿Cómo podéis estar tan seguros de que soy yo?
    -Verás…
    Flash Back
    El jefe se encontraba alrededor de una tumba junto a varias personas. De la nada una figura apareció y les preguntó por algún sitio donde dormir esa noche. Parecía humano, a juzgar por las apariencias, así que el jefe le invitó a hospedarse en su casa.
    Esa noche el jefe puso al extranjero al tanto de la situaciónde la aldea. Normalmente, el protector de la perla deja instrucciones sobre cómo encontrar a su sucesor, pero esa vez no se había encontrado nada, y estaban preocupados por si no lo llegaban a encontrar.
    -Como agradecimiento a tu hospitalidad, contestaré esa gran duda que te pesa y te hace sufrir. Pero no sé el nombre, solo te puedo decir algunas cosas de la persona indicada para ser la protectora de la esfera.
    -¿Y tú cómo sabes eso?- preguntó el jefe creyéndose engañado. -¿Cómo puedo confiar en ti?
    Fin de Flash Back
    -¿Y qué más pasó?- preguntó Kagome. -¿Qué te dijo para que confiases en él?
    -Me contó toda mi vida, hasta me dijo cosas de las que ni yo me acordaba. Es un adivino. Y me dijo que la persona era una mujer que no se encontraba en ese momento en la aldea. Y la única mujer que estaba fuera eras tú Kagome.
    -No puede ser… -Kagome estaba petrificada. No daba crédito a lo que oía.
    -Por favor Kagome, nuestro destino depende de esto- dijo el jefe acercándole la esfera.
    Después deunos minuos de silencio absoluto, las manos temblorosas de Kagome se cerraron sobre la valiosa esfera, y un resplandor proveniente de esta iluminó toda la aldea, al saberse de nuevo con un protector.
    -o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
    Le encantaba pasear por el bosque, y sobre todo, pasear por la parte del árbol sagrado al atardecer. Le traía paz y tranquilidad, y era uno de los pocos sitios en los que podía pensar sin preocpaciones. Llevó su mano hacia la esfera que colgaba en su cuello y la obsevó detenidamente. Suspiró. Tenía que proteger esa esfera con su propia vida… A lo mejor la podría proteger de pequeños demonios, pero dudaba de poder contra uno que fuera algo poderoso. Al menos, no necesitaba clases de arquería, como había insistido el jefe… desde pequeña le había encantado el arco y su padre y su abuelo le habían enseñado muy bien todo lo que sabían.
    De repente escuchó algo y salió de sus pensamientos. Prestó más atención y lo oyó de nuevo. Parecía como un quejido. Se dirigió hacia un claro, donde estaba el pozo devora-huesos. Allí el ruido era más fuerte, y parecía provenir desde dentro del pozo. Se acercó cuidadosamente y lo más silenciosamente que pudo, preparando el arco y una flecha. Miró hacia dentro del pozo, pero no veía nada. Sin embargo, el quejido seguía. Iba a preguntar por si alguien necesitaba ayuda por allí, cuando sintió un golpe en la nuca, y cayó, y cayó, y cayó…
    Fin del Cap.1

    Por favor comentad y decid si os gusta. Si encontráis algun fallo decidlo y lo intentaré corregir, ¿ok?:)
     
  2.  
    razon

    razon Usuario común

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    Re: Al contrario

    esta excelente pero separa mas los giones en los que hablan los personajes
    y pon verdana 3 creo que eso es todo ^.^
    bueno espero que cumplas con lo unico que te falta xD
    la verdad espero con muchas ansias el siguiente capitulo ya ue se ve muy interesante
    espero que te balla bien feliz año nuevo¡ ^.^

    atte:razon
     
  3.  
    Yrim

    Yrim Entusiasta

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    Re: Al contrario

    Pues aquí dejo el segundo capítulo =)

    Cap. 2
    Abrió los ojos con pesadez. No se acordaba de nada de lo último acontecido. Miró a su alrededor y distinguió las paredes del pozo devora-huesos.
    (¡Es verdad! ¡Alguien me empujó! Y… no me acuerdo de nada más… ¿Cuánto tiempo llevaré aquí? Mamá y Souta seguro que están preocupados… Pero esto…- miró hacia arriba y no distinguió el cielo- Esto… no parece el pozo…)
    Subió por los peldaños del pozo. (Un momento… ¿peldaños?- se extrañó Kagome -a lo mejor los han puesto hace poco…) Notó algo frío contra su pecho y miró bajo el kimono para ver qué era. (La esfera…uff… al menos no la he perdido…)
    Cuando consiguió salir se convenció de que definitivamente no era el pozo. Aunque si lo miraba… era igual… eso era muy raro, porque el pozo no estaba techado. Decidió salir de allí, y eso hizo, rescatando antes el arco y las flechas que habían quedado olvidados en el fondo del pozo. Abrió la puerta y…
    -¡Ah!- no pudo evitarlo, gritó. -Pero, ¡¿qué es esto?!- exclamó dando vueltas sobre sí misma y mirándolo todo a su alrededor. Era por la mañana, debía de ser cerca de mediodía. Es decir, había estado inconsciente durante toda la noche. Pero, ¿qué significaban todas las cosas raras que veía? Distinguió el árbol sagrado a lo lejos, y se dirigió hacia allí. Justo al lado, había una casa, o al menos ella suponía que era una casa. Aunque pensándolo mejor, parecía una mansión, quizás de un joven señor que podría indicarle el camino de vuelta.

    -¡Oye, tú!- le gritó una voz.

    Kagome dio un respingo y se dio la vuelta para ver a quién la había llamado. Era un joven de unos 17 años aproximadamente. Era alto y parecía atlético, y llevaba unas ropas muy extrañas. El cabello le llegaba por la cintura, y era… ¿plateado? Deslizó su mirada hacia los ojos del chico, y cuál fue su sorpresa al verlos de un color dorado brillante. (Pero… un momento… eso son… ¿orejas de perro? ¿Un medio demonio?) Pensó asustada. (¿Y si ha venido por la esfera? Debo protegerla…)

    -¡Hey te estoy hablando chica!- gritó él mientras se acercaba a ella -¿Kikyo?

    Kagome instintivamente levantó el arco y lo apuntó con una de sus flechas. -¡No te acerques a mí, medio demonio, y no te ocurrirá nada!

    El chico se quedó estático en su lugar. -¿Medio demonio? (Está claro que no es Kikyo) ¿Qué es eso, un insulto? Pues lo siento, pero no voy a permitir que nadie me hable de esa mane…- No pudo continuar ya que Kagome se había acercado al no verse en peligro y le estaba acariciando las orejas.

    -Así que, ¿son reales? ¡Entonces me has mentido! ¡Eres un medio demonio!

    -Pero, ¿de qué estás hablando? Si te refieres a las orejas y al pelo plateado, me vienen de familia, ¡y te vuelvo a repetir que no toleraré que nadie me hable de esa forma!- contestó el muchacho en un tono desagradable. -¿Acaso no sabes con quién estás hablando, niña?

    Ella lo miró confundida. -No, no tengo ni idea de quién eres. ¿Es que acaso nos conocíamos?

    Él ahora estaba más confundido que ella. -¡Soy Inuyasha Taisho!- le respondió como si fuera lo más evidente.

    Kagome se puso pensativa. -No, lo siento pero no me suena.

    Inuyasha se quedó mirándola. El parecido con su ex-novia era impresionante. -Tú no eres de aquí, ¿no?- preguntó finalmente.

    -Pues, a decir verdad, no sé ni siquiera dónde me encuentro- repuso la chica triste.

    -Al menos, te acordarás de tu nombre…- dijo Inuyasha después de un breve silencio.

    La chica asintió. -Me llamo Kagome- pero luego cambió de expresión al percatarse de la forma en la que el chico le había hablado -¡oye, que no he perdido la memoria!- repuso enfadada.

    -Ah, ¿no?, entonces, ¿porqué no sabes ni dónde estás?- le dijo el chico mirándola de reojo con una media sonrisa.

    -¡Porque me caí! ¡Me caí dentro del pozo y cuando salí el bosque no estaba! ¡Ni el camino para llegar a mi aldea!- exclamó Kagome.

    -¿El bosque?- preguntó Inuyasha confuso. Empezaba a creer que la chica que tenía delante estaba algo mal de la cabeza.

    -¡Sí! ¡El bosque que rodeaba al pozo devora-huesos, que ahora está dentro de una cabaña, allí!- gritó señalando el lugar -¡Y lo único que me suena es el árbol sagrado, que debería ser parte del bosque también!

    -¡Ya está bien, no grites, que tengo las orejas sensibles, estúpida!- le gritó también Inuyasha tapándose las orejitas.

    -Lo siento- dijo la chica apenada bajando la cabeza.

    Inuyasha se fijó en que estaba a punto de ponerse a llorar. (No, por favor, no soporto ver llorar a alguien, y menos a una chica…). -Está bien, pero no llores.

    Kagome levantó la cabeza y vio que Inuyasha había girado la suya hasta ponerse de perfil, evitando así la mirada de ella.

    Kagome se sorprendió de la reacción del chico, pero sonrió dulcemente.

    Inuyasha se sonrojó un poco por la sonrisa de ella, pero hizo como si nada. -Bueno, aquí antes había un bosque, pero lo talaron para construir este templo. Pero eso fue hace más de 200 años, así que…

    -¡¿Qué?!¡¿He estado dormida más de 200 años en el pozo devora-huesos?!- se sorprendió con las manos en la cabeza.

    -¡¿Qué dices tonta?! ¡eso es imposible! A no ser que seas inmortal, lo cual dudo…- se burló.

    (Y yo que pensé que podíamos llevarnos bien…) pensó Kagome poniendo mala cara.

    Entonces Inuyasha se fijó en algo. La chica llevaba un kimono, un carcaj con flechas, y un arco. Aparte de eso, decía que vivía en una aldea, y que el pozo que estaba en su templo estaba rodeado por un bosque… -Oye, tú, ¿por qué te vistes así?- le preguntó.

    -En primer lugar, no soy “tú”. Te he dicho antes que me llamo Kagome. Y en segundo lugar, yo soy quién debería preguntar por tu ropa, ¿qué clase de hombre eres? ¿Un joven señor? Esas ropas no las había visto nunca- preguntó examinando de cerca la camisa roja que llevaba puesta Inuyasha.

    -Keh, como sea. ¿Qué es eso de joven señor? ¿Nunca has visto una camisa?- preguntó el chico esperando la confirmación de sus suposiciones.

    -¿Camisa?- preguntó ella extrañada. -¿Así se llama el raro haori que llevas?

    -Esto no puede ser…- se dijo más para sí mismo Inuyasha.
    Ella lo miró a los ojos con expresión interrogante. Por un momento, él se perdió en sus lagunas azules, pero reaccionó y apartó la vista.

    -Creo… creo que has venido desde el pasado. Estamos en el año 2000.

    -¡¿Ehhh?!

    -¡No chilles, maldita sea!

    -Pero… ¿cómo voy a volver a casa?- se preguntó con la voz quebrada mirando el suelo.

    -Bueno, de momento ven a la mía- le dijo Inuyasha tras un incómodo silencio mirando para otro lado.

    -¿Eh?- preguntó Kagome, creyó no haber oído bien.

    Fin del Cap.2

    Bueno pues he intentado separar más los guiones.^^ Espero que más gente comente, porque parece que no gusta mucho el fic, pero bueno... =(
     
  4.  
    Alainne

    Alainne Entusiasta

    Aries
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    Re: Al contrario

    Hola. Tu fic es muy interesante y me encanta espero que lo continues ¿ok?

    PD: Quiero conti;)
     
  5.  
    Orianna

    Orianna Entusiasta

    Libra
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    Re: Al contrario

    Me gusta mucho la idea.
    En fin espero que lo continues pronto.
    Solo me gustaria que dejaras mas espacios entre lineas, es todo!!
     
  6.  
    Yrim

    Yrim Entusiasta

    Leo
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    Re: Al contrario

    ¡Hola! Bueno, me alegro de que haya gustado un poco más el fic ^^
    Aquí os dejo un nuevo capítiulo, ¡disfrutadlo!


    Cap.3
    -Necesitarás otra ropa para no llamar la atención aquí, y supongo que no tendrás sitio donde dormir. En mi casa tenemos una habitación libre- continuó sin mirarla en un tono que pretendía ser áspero.

    -¿De verdad? Siento ser una molestia- dijo con la cabeza gacha, aunque se le podía ver una pequeña sonrisa.

    -Keh- se dio la vuelta y comenzó a caminar, seguido de Kagome.

    Al llegar a la entrada, Kagome vio cómo Inuyasha sacaba unas llaves y las metía en la puerta, giraba y abría. Cuando entraron, la muchacha se quedó sin habla. La casa era enorme, y muy distinta a las de su época.

    -Quítate los zapatos y déjalos junto a los míos- oyó que le decía Inuyasha. Acto seguido, se sacó las “chanclas”, llamadas así desde el punto de vista de Inuyasha, y miró hacia donde estaban los zapatos de él. Se acercó, y los miró con detenimiento. Hasta el calzado había cambiado… Suspiró.

    -Keh, ¿se puede saber qué te pasa ahora?- preguntó Inuyasha.

    -Nada, desagradable- le contestó.

    -¡Oye tú! ¡Te estoy ofreciendo un sitio donde vivir mientras que encuentras la forma de regresar, y así me lo pagas!- le recriminó él.

    -¡¿No te duelen los oídos cuando gritas tú?! ¡Te agradezco lo que estás haciendo, pero me tratas de un modo despectivo! ¿Puedo saber qué es lo que te he hecho?- le dijo ella indignada.

    -Keh- fue su respuesta.

    Ella se percató de que nunca la miraba cuando hablaba, nada más que cuando iba a gritarle. Eso le molestó aún más, así que decidió comprobarlo.-Inuyasha-.

    -¿Qué quieres?- preguntó él de mala gana y sin volverse a mirarla.

    -¿Ves? ¡Lo sabía!- dijo, y se aproximó a él, poniéndose delante suya. -¿Por qué no me miras cuando me hablas?

    -¿Y se puede saber por qué tengo que mirarte?- se defendió Inuyasha, pero giró de nuevo la cabeza. -Ni que fueras guapa o algo, ¿por qué querría mirar a una niña estúpida? …

    Kagome, al escuchar esto, bajó la cabeza. Temblaba de ira. Nunca nadie le había faltado tanto al respeto, y puede que estuviera en el futuro, puede que sin la ayuda del tal Inuyasha no sobreviviera, pero NADIE iba a insultarla y a quedarse como si nada. Levantó la cabeza decidida, le agarró dos mechones de pelo que tenía sobre los hombros y tiró de ellos, obligando así a que el chico le mirase a la cara.

    -¡Oye, no sé cómo te tratarían los demás si les dices esas cosas, pero yo desde luego no te lo voy a permitir!- le gritó enfurecida.

    -Ah, ¿no?, y ¿qué vas a hacer para evitarlo?- se burló con una sonrisa de superioridad.

    -Tirarte del pelo hasta arrancártelo- respondió Kagome sin dejarse amedrentar.

    En eso, se escuchó el ruido de una puerta abrirse, y los dos prestaron atención a la entrada. Allí se encontraba una mujer mirándolos estupefacta.

    -Oh, perdón, ¿interrumpo algo?- preguntó, y sonrió de una manera muy dulce.

    Los chicos se miraron y se dieron cuenta de que estaban demasiado cerca, más bien nariz con nariz, fruto de los tirones de pelo de Kagome. En sus caras se podía apreciar un leve rubor. Acto seguido, se separaron dejando entre ellos una distancia de dos metros.

    -Pero, ¡¿qué dices mamá?!- preguntó Inuyasha dirigiéndose a la mujer que acababa de llegar. -Además, ¿tú no tendrías que estar ahora cogiendo el avión?- volvió a preguntar con los ojos entrecerrados.

    -Claro que sí, pero como he terminado antes, decidí coger el primer vuelo para darte una sorpresa, aunque veo que la sorpresa me la he llevado yo- rió la mujer. -Y bien, hijo, ¿cuándo pensabas presentármela?

    Kagome, que pese a no haber entendido muy bien la mayor parte de la conversación, sí había cogido la última parte, estaba color escarlata.

    -¡Mamá, te he dicho que no es eso!- se apresuró a corregir Inuyasha.

    o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

    -¡Ah!, así que, ¿vienes del pasado?- cuestionó la madre de Inuyasha, después de que este le hubiera explicado todo lo ocurrido.

    Estaban en la mesa de la cocina, todos con una taza de té en las manos.

    -No estoy segura, pero creo que así es- respondió con cierto temblor en la voz.

    -Bueno, no te preocupes- dijo conciliadoramente, seguido de una sonrisa que hizo que Kagome se tranquilizara al instante.

    (Vaya, es guapísima…) pensaba la chica. Y de verdad lo era, llevaba el pelo negro, largo hasta la cadera. Sus ojos eran dos botones de ternura, y su sonrisa le recordaba a la de su madre. Cuánto la echaba de menos…

    -Te cuidaremos hasta que encuentres la forma de volver- siguió. -Por cierto, me parece que no me he presentado, me llamo Izayoi, Izayoi Taisho.

    -Encantada de conocerla- dijo Kagome inclinando la cabeza. -Yo soy Kagome. Muchas gracias por acogerme y siento las molestias que les estoy causando.

    -No te preocupes, esta casa es muy grande, y ya hacía falta un poco de compañía femenina aquí.- dijo ignorando la mala cara que puso Inuyasha. -Por cierto cielo, ¿crees que se debería quedar en el cuarto de tu hermano?- preguntó pensativa.

    -Si pretendes que Sesshomaru te acabe odiando…- respondió Inuyasha probando el té.

    -Tienes razón… bueno, entonces te quedarás en la habitación de invitados, ¿de acuerdo?

    -Como usted diga- dijo Kagome.

    -Kagome, llámame de tú, ¿quieres? Me siento mayor cuando alguien me dice “usted”- sonrió Izayoi.

    Ella soltó una risita nerviosa. -Como quieras.

    -Así me gusta. Y dime Kagome, ¿tienes familia?

    -Sí- contestó rápidamente -vivo con mi madre y con mi hermano Souta.

    -¿Y tu padre?- preguntó Inuyasha.

    -Mi padre…- miró hacia abajo -mi padre murió cuando yo era pequeña.

    -Oh…

    Para suavizar el ambiente, Izayoi le preguntó: -Oye, Kagome, eres muy linda, seguro que tienes novio, ¿verdad?-

    -¿N, Novio?- preguntó extrañada.

    -Oh, lo siento, en tu época se debe de llamar de otra forma… mmm… una pareja, alguien con el que estás saliendo- intentó hacerla entender.

    -¡¿Ehhh?! No, no tengo…- dijo Kagome sonrojándose furiosamente.

    -¿Seguro que no hay alguien por ahí?- rió divertida la madre de Inuyasha -¿Ni te gusta ningún chico? ¿O puede ser que haya alguien interesado en ti?

    Kagome se puso aún más roja si eso era posible.

    -Ahhh, ¿ves? ¿Qué clase de chico es?- preguntó sonriente Izayoi.

    -Pu, Pues es… es un poco más alto que yo, mmm, cas, castaño…y es mu, muy amable, pero… a mí… a mí no me gusta…- dijo Kagome torpemente.

    -¿Entonces es un amor no correspondido? Pobre chico… ¡Kagome es una rompecorazones!

    Kagome rió ante aquel comentario, siendo enseguida acompañada por la mujer que tenía delante.

    Inuyasha, aburrido de la conversación, miró su reloj. De pronto recordó algo.

    -¡Ahhh!- gritó y se levantó de un salto.

    -¿Qué ocurre Inuyasha?- preguntó sobresaltada su madre.

    -Había quedado con Sango y Miroku a las dos, ¡y son las 3 menos cuarto!

    -Hijo mío, después de lo que ha pasado hoy, ¿vas a quedar con tus amigos?- preguntó con voz cansina.

    -¡Claro que sí! ¡Vamos a ir a ver “Gladiator”!- contestó como si no hubiera cosa más importante.

    -Bueno, pues en ese caso, espérate que te llevo con el coche. Kagome- continuó dirigiéndose a la chica -¿qué te parece si vamos de compras? Tienes que vestirte como las mujeres de hoy en día, y a lo mejor te apetece ver cómo ha cambiado el mundo en todo ese tiempo.

    Kagome asintió sonriendo. Le encantaba ir a comprar, y sentía curiosidad por saber qué era un coche…

    Fin del Cap.3

    Bueno, espero que haya sido de su agrado =) Y también quería aclararos que no puedo subir los capis entre semana (desgraciadamente, me quitan el ordenador ¬¬) así que desde hoy mis actualizaciones serán los sábados, ok? Ahora sí, si tengo alguna oportunidad de subirlos antes, lo haré. =P
    Muchos besos y gracias a todas
     
  7.  
    siberian

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    Re: Al contrario

    Interesante historia...realmente q lo es. Me gusta la idea d q todo sea al contrario pero solo me quedó algo en duda: porqué Inuyasha sigue teniendo orejas d perro?? es lo único q no entiendo pero lo demás está muy bien. ;)
     
  8.  
    Yrim

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    Al contrario
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    Re: Al contrario

    ¡Hola! Vale, sí, ya lo sé, he tardado mucho en actualizar, pero adivinad... tenía este capítulo terminado, y el siguienta a la mitad, pero el ordenador se reinició... ¡Y se borraron! ¬¬
    Lo siento, espero que no vuelva a pasar... desde luego, pienso guardar todo por cada página que escriba, por si acaso...
    Bueno, ahora ya sí, aqui les dejo el siguiente capítulo ^^

    Cap.4

    Los tres salieron de la casa, y se dirigieron hacia el coche, que estaba aparcado frente a las escaleras del templo. Bajaron con una sorprendida Kagome, y llegaron hasta un vehículo azul marino. Izayoi indicó a Kagome que se sentara delante, causando una protesta en Inuyasha. La chica estaba algo perdida, no sabía cómo entrar, hasta que Inuyasha le abrió la puerta y le indicó que se sentara dentro, eso sí, sin mirarla.

    (Vaya, este chico sí que es imprevisible…) Vio cómo Inuyasha se sentaba en la parte trasera todavía con una leve mueca de enfado, y se ponía una cinta que iba desde el extremo de arriba del coche hasta un aparato encima de los asientos. Se fijó en que Izayoi también la tenía puesta, así que buscó para ponérsela ella también. La encontró y encajó la pieza del final en el aparato de al lado del asiento.

    Izayoi, que había estado buscando la radio en su bolso, la puso en el coche. Entonces se volvió hacia Kagome diciéndole: -Kagome, ponte el cintu… ah, ¿ya te lo has puesto? Aprendes rápido- dijo Izayoi.

    Kagome sonrió como muestra de agradecimiento. -¿Cómo has dicho que se llama esto?-preguntó interesada señalando la cinta.

    -Se llama cinturón, y el vehículo entero se llama coche. Esto es, como en tu época, los carros y eso…- le explicó mientras arrancaba.

    Kagome se asustó al escuchar el ruido del coche y las vibraciones del motor. -¡¿Qué es esto?! ¡¿Un terremoto?!

    -Tss…- se burló Inuyasha mirando por la ventanilla.

    Izayoi rió con ganas ante el comentario de la chica. -Tranquila Kagome, eso es normal en un coche.

    -Ahh… perdón… que vergüenza…-

    -No te preocupes, tranquila. Ha sido muy divertido, parecías estar tan asustada…- comentó divertida.

    Kagome bajó la cabeza avergonzada. Izayoi la miró de reojo. –Lo siento, no me lo tengas en cuenta, pero hacía tiempo que no me reía tanto.

    Siguieron en coche hasta el centro de la ciudad. La madre de Inuyasha le explicaba cosas a la chica a su lado. Esta se interesaba por cualquier nimiedad, y agradecía en silencio a Izayoi por su paciencia. Kagome estaba tan embobada mirando las calles desde la ventana, que no se percató de que paraban en una de las esquinas hasta que Inuyasha se despidió: -¡Hasta luego! Y mamá… suerte- rió el chico fijando su vista por un momento en Kagome.

    La muchacha observó a Inuyasha que se reunía con unos chicos en la entrada de un bar, si era así como se llamaba, porque tenía tantos nombres nuevos en la cabeza que parecía que iba a explotar. Uno de ellos miró hacia el coche y, según su expresión, parecía estar sorprendido mientras observaba a Kagome. Acto seguido le dijo algo a la chica a su lado, que miró a Kagome y se puso blanca. Ella apartó la mirada mientras Izayoi movía el coche.

    o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

    Estaban subiendo las escaleras del templo. Había sido una tarde increíble para Kagome, habían aparcado en el centro e Izayoi la llevó a muchas tiendas a comprar ropa. Ya había perdido la cuenta de cuantas camisetas y pantalones se había probado. Además, prácticamente había pasado el tiempo en los probadores, ya que la madre de Inuyasha se encargaba de llevarle ropa para que se la probase. Mientras caminaba por la calle no dejaba de mirar de un lado para otro, no queriendo perderse detalle de ese mundo tan nuevo y complicado. Se puso al tanto de cosas como por ejemplo qué eran las tarjetas de crédito y los aviones. Esto último se lo preguntó a Izayoi al recordar lo que había dicho Inuyasha: (-¿Tú no tendrías que estar ahora cogiendo el avión?).

    A Izayoi le vino bien esa tarde, y cuanto más tiempo pasaba con la chiquilla, más le apreciaba. Nunca había podido disfrutar de ir de compras de esa forma, ya que únicamente tenía un hijo. Rió al imaginarse la reacción de Inuyasha con solo mencionarle la idea. Miró a Kagome, que estaba a su lado pensativa.

    -Kagome, la verdad, ese conjunto te queda genial, parece que lo han hecho precisamente para ti- dijo. Y era verdad, los pantalones vaqueros, desgarrados por algunas zonas, le hacían las piernas más largas, y el chaleco, azul cielo con las mangas hasta el codo, estilizaban su figura ya que era algo ajustado.

    La chica simplemente sonrió. Aunque la conocía desde hacía menos de un día, Izayoi se había ganado su cariño desde que le sonrió por primera vez.

    -Gracias- musitó suavemente.


    Cuando entraron en la casa, Izayoi le mostró su habitación, en la sala de invitados. Prepararon el futon, con sus respectivas mantas, y luego ordenaron la ropa que habían comprado en el armario de la habitación. Cuando terminaron, Kagome se dio el lujo de observar más detenidamente el cuarto. En una esquina, al lado de la ventana, había un escritorio, y justo al lado, una estantería con varios libros. Las paredes eran de un color beige claro, decoradas con varios cuadros con paisajes naturales. Uno de ellos le llamó la atención, y se acercó más para
    comprobar lo que pensaba.

    -Es… es mi aldea…- dijo con voz apagada.

    Izayoi miró el cuadro con detenimiento. -Pues este cuadro lleva en mi familia muchísimo tiempo, así que podría serlo.

    Dicho esto, bajó su mirada a Kagome. Por sus ojos, asomaban lágrimas intentando desbordarse, más ella no se rendía e intentaba retenerlas como si su vida dependiera de ello. Dio un respingo cuando sintió unos brazos rodearla, y miró a la dueña de ese abrazo. Izayoi parecía decirle que llorase, que no se preocupara, y que soltase todo lo que llevara dentro. Y así lo hizo. Por primera vez desde que llegó, se permitió llorar. Aceptó el cálido gesto de
    aquella mujer, agradeciéndolo en silencio…

    o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

    -¡Estoy en casa!- dijo Inuyasha mientras cerraba la puerta de la entrada.

    -¡Cielo, que bien que llegas para la cena!- se alegró Izayoi saliendo de la cocina -¿Qué tal la película?

    -Alucinante-contestó Inuyasha recordándola.

    -Me alegro. Bueno, vamos a…

    La señora Taisho se vio interrumpida por el sonido del timbre.

    -¿Se puede saber quién es a estas horas?- se preguntó Inuyasha en voz alta mientras abría la puerta.

    Una sombra cruzó el umbral y se dirigió sin más miramientos hacia Izayoi.

    -Señora Taisho, cada día está más hermosa- dijo un chico cogiéndole y besándole la mano, cuan princesa de cuento.

    -Miroku, siempre tan galán- rió Izayoi.

    -¡Miroku! ¡¿Se puede saber que haces en mi casa?!- gritó el chico de cabello plateado.

    El muchacho se volvió hacia su amigo. Vestía una camisa lila, a juego con sus ojos, azules-violáceos, siempre con un brillo pícaro; y unos pantalones negros ajustados. Tenía el pelo corto color negro.

    -Bueno, pasábamos por aquí y…


    -Venga ya, no digas tonterías, si tu casa está en la otra punta de… ¿”pasábamos”? ¿No has venido solo?

    -No, no ha venido solo- se escuchó.

    Todos se giraron para ver, apoyada en el marco de la puerta, a una chica de pelo castaño, recogido en una cola alta. Ojos marrones enmarcados suavemente por una sombra rosa. Llevaba una blusa de mangas caídas color rosa, unos vaqueros claros y unas botas hasta la rodilla del mismo color que el chaleco.

    -¡Sango, querida! Pasa, pasa…- la invitó muy contenta la madre de Inuyasha.

    -Gracias señora Taisho. Es un placer verla, como siempre- sonrió después de cerrarla puerta y acercarse a ella.

    -¡¿Me puede decir alguien por qué estáis aquí?!- preguntó Inuyasha frustrado.

    -Oh, vamos Inuyasha, no seas tan grosero- le reprendió su madre, y luego, dirigiéndose a los invitados les preguntó -¿Queréis quedaros a cenar?

    -No queremos ser una molestia…- se apresuró a decir Sango viendo las intenciones de Miroku de aceptar rotundamente.

    -No es molestia, tranquila-sonrió, y se volvió para irse a la cocina.

    -¿Quiere que le ayude en algo?

    -No, Sango, gracias, pero hoy ya tengo mi ayudante personal. ¿Qué tal si os llamo cuando la mesa esté preparada?

    -Como quiera- contestó Miroku.

    Dicho esto, Izayoi se retiró del lugar dejando a los tres amigos solos.

    -¿A qué habéis venido? Os dije que aquí no estaba Kikyo, así que dejad esa idea de lado.
    Miroku suspiró. -Por mucho que me atrajera la idea de seguirte a casa para ver si escondes a Kikyo aquí, no he venido por eso.

    -Toma- le dijo Sango, buscando algo en su bolsillo y entregándoselo.

    -¡Mi cartera!- exclamó Inuyasha sorprendido mientras la cogía.

    -Te la dejaste en el bar, listo- continuó su amiga en tono burlón.

    -Keh- respondió dándose la vuelta y caminando hacia el salón.

    -Al menos podría dar las gracias- murmuró Miroku, para después seguirlo.
    Fin del Cap.4

    Espero que comenten y me digan si os ha gustado.

    *siberian* -> Si te soy sincera, al principio pensé poner a Inuyasha con el pelo negro, ya que sería un chico normal, ¿no? Pero después cuando empezé a escribir... ¡no puede evitarlo!¡me encantan esas orejitas! Luego, me dí cuenta de que quería que los demás personajes también conservaran sus verdaderos rasgos (Sesshomaru, Kouga...). No todos sus rasgos, claro, pero sí algunos.

    Bueno, muchas gracias a los que esteis siguiendo esta historia, ¡y besitos!
     
  9.  
    Alainne

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    Re: Al contrario

    Hola.Me encanta tu historia y la idea muy original,en serio.Narras bien y no tienes muchas faltas. Que gracia me hizo cuando penso que el motor del coche era un terremoto.Pero...¿Que diablos le pasa a Inuyasha,xq no la mira a la cara?Que maleducado...wenooo, asi es el.Unas cuestiones, si no te molesta.
    1.La chica q se pone palida al mirar a Kag ¿quien es¿sango?.y...lo mas importante¿porque?
    2.Se q Kikio fue novia de inu( por mucho que me duela xD), pero...murio o solo lo dejaron asi? esq me reconcome...
    Grax x tu tiempo (q educada soy XDD)
    Cuidate y conty pronto
    Bye
    :rosa:
     
  10.  
    Yrim

    Yrim Entusiasta

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    Re: Al contrario

    *sephoraanime* -> Claro que no me importa que me preguntes, al contrario, me da ganas de seguir escribiendo, porque sé que de una manera o de otra, el fic está gustando, así que gracias antes que nada. Luego, sobre tus preguntas:
    1- Así es, es Sango. El por qué ya es otra cosa: como Miroku, ella cree que la que estaba en el coche era Kikyo, debido al parecido tan enorme con Kagome, y debido a sucesos que más adelante se irán desvelando, no podía creer que Kikyo estuviera allí.
    2- A mí también me pesa que Inu estuviera con Kikyo, la verdad jajaja (no tengo nada contra las fans de Kikyo, aunque soy super fiel a Kagome), pero bueno, algo de acción tiene que haber, por ello Kikyo no ha muerto, simplemente no sabemos nada de ella... de momento... juas juas juas (risa malvada) Creo que ahora te dejaré con la duda, pero qué le vamos a hacer, no te quiero arruinar nada ;) Espero que me comprendas =D
    Un besito y cuídate.
     
  11.  
    Yrim

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    Re: Al contrario

    Bueno, aquí está el siguiente capi, como prometí :) Espero que os esté gustando.

    Cap.5

    Pasaron 10 minutos hasta que la señora Taisho los llamó desde la cocina. Cuando entraron en esta, se percataron de que había alguien más con la mujer, y extrañamente se parecía mucho a…

    -¿Kikyo?

    -No, Sango, aunque se le parezca no es Kikyo- comenta Izayoi. -Ella es Kagome. Es la hija de una amiga mía, que se ha tenido que mudar por cuestiones de trabajo, y mientras encuentra un piso decente se quedará aquí con nosotros.

    Miroku, al escuchar esto se adelantó dando un paso al frente y colocándose justo delante de la chica, mirándola a los ojos.

    -Kagome, un bello nombre para una bella dama- cortejó tomándole la mano entre las dos suyas. –Permíteme decirte que tus ojos son las joyas más valiosas que el hombre ha debido descubrir en toda su eterna conquista. Preciosa… te gustaría… te gustaría…

    Kagome estaba expectante ante la pregunta del chico. Nadie le había hecho tantos cumplidos en su vida, lo que había provocado que sus mejillas tomaran un leve color carmín.

    -¿Te gustaría… ser la madre de mis hijos?

    o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

    Todos estaban a la mesa, con su plato delante, aunque era un cuadro algo extraño. Izayoi sonreía, como siempre; Kagome, a su lado, no tenía nada que envidiarle a un tomate… superaba su color con creces; al otro lado de Izayoi, Inuyasha con cara de pocos amigos; frente a Kagome estaba Sango, furiosamente cabreada, y mirando de vez en cuando a Miroku, que estaba a su lado con un chichón bien grande en la cabeza.

    -Bueno Kagome- empezó Sango cambiando de expresión -dime, ¿irás a la escuela? ¿A qué curso vas?

    Inuyasha se puso tenso. Ya está, los habían descubierto. Adiós a su vida tranquila…

    -Ah, pues… la verdad es que nunca me han dicho al curso al que debería ir, es que me enseñaban en casa.

    -Guau así que un profesor particular, ¿no?- se sorprendió Sango.

    -Así es- sonrió Kagome.

    Inuyasha suspiró aliviado, y miró a su madre, que estaba con una orgullosa sonrisa. Seguro que había sido cosa de ella…

    -Entonces, ¿cuántos años tienes?- siguió preguntando Sango. -Y perdona que sea tan curiosa.

    -No te preocupes. Pues tengo 15 años.

    -Entonces estarías en un curso por debajo del mío, y dos por debajo de los chicos… por lo que deberías estar en…

    -Primero- completó Miroku.

    -¿Y en qué curso estáis vosotros?- preguntó Kagome curiosa.

    -Pues, yo tengo 16, así que estoy en segundo, y ellos tienen 17, están en tercero.

    -Ahhh…- soltó Kagome empezando a comprender la forma de estudiar que tenían en esa época.

    -Vaya, señora Taisho, esta comida está deliciosa…

    -No me lo digas a mí, díselo a Kagome… ella ha sido hoy la cocinera.

    -¿En serio? ¡Kagome esto está buenísimo!- exclamó Sango.

    -No, si yo no he hecho nada… ha sido Izayoi la que…

    -Te he enseñado cómo manejarte en la cocina, pero el resto ha sido cosa tuya y del libro de recetas- interrumpió la madre de Inuyasha.

    Kagome rió. La verdad es que se lo había pasado bastante bien cocinando desde casi que llegaron. Incluso a veces había experimentado poniendo otros ingredientes, y no le había salido mal la receta…

    o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

    Miroku y Sango se habían marchado, no sin antes convencer a Inuyasha de que la próxima vez que salieran, llevara a Kagome con ellos, las dos chicas se habían caído muy bien.

    Ahora, los tres integrantes de la casa, estaban en el salón hablando sobre lo sucedido durante el día. A esto, Inuyasha se acordó de algo.

    -Oye, mamá, menos mal que se te ocurrió prevenirla sobre la escuela, si no fuera por eso, la hubieran descubierto…

    -Inuyasha, yo no le dije nada a Kagome, la verdad es que el tema de la escuela seme olvidó por completo… así que no le pude prevenir.

    -Pero… entonces, ¿cómo…?- se preguntó en voz alta mientras volvía la cabeza hacia Kagome. Cuál fue su sorpresa al encontrarla profundamente dormida en el rincón del sofá.

    -No la despiertes, ha sido un día muy duro para ella…- le aconsejó su madre mientras salía del salón.

    Inuyasha se acercó a la chica, observando su cara. Parecía un ángel mientras dormía, porque estaba comprobado que cuando estaba despierta, no lo era… Recordó la discusión de esa mañana, y una sonrisa escapó de sus labios (Vaya carácter…)

    No supo por qué, pero la cogió entre sus brazos, con cuidado de no despertarla, y la llevó a su cuarto. Con cierta dificulta, la dejó en el futon. Entonces se fijó en algo que colgaba del cuello de Kagome… una esfera rosada. (¿Qué será esto?) pensó mientras la tomaba en sus manos. (Se parece a los amuletos del templo… ¿no será…?)

    -Inuyasha, cariño, ¿qué haces?- le preguntó su madre desde la puerta del cuarto.

    -¡Mamá, me has asustado!- le recriminó intentando no alzar la voz. Se puso en pie y salió cerrando la puerta.

    -Venga, vamos a la cama…

    Inuyasha solo asintió, y subió las escaleras hasta su cuarto. Antes de entrar, su madre le dio un beso en la frente con un ‘hasta mañana’. Se tumbó en la cama después de ponerse el pijama, que consistía simplemente en unos pantalones largos color beige, memorizando todo lo ocurrido ese insólito día. Y así, se quedó dormido sin mucho esfuerzo.

    o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

    Kagome se levantó temprano, y se dio cuenta de que la habían llevado hasta su nuevo cuarto. Repasó mentalmente todo lo ocurrido desde el día anterior, y acto seguido, se desperezó para ir a la cocina en busca de Izayoi. Cuando llegó, la mujer estaba haciendo el desayuno.

    -Kagome, ¿ya te has levantado? ¿Por qué no te echas otro rato? Seguro que debes seguir cansada, sólo son las seis y media…

    -Prefiero quedarme despierta y ayudarte con el desayuno.

    -Bueno, si eso quieres, de acuerdo- dijo contenta Izayoi.

    A las siete y cuarto, el desayuno estaba preparado. La señora Taisho miró el reloj.

    -¡Oh, no!- exclamó -tengo que salir, no me había dado cuenta de la hora- decía mientras cogía el bolso –Kagome, dile a Inuyasha cuando se levante que volveré por la tarde, por favor.

    -Claro- dijo Kagome mientras la seguía hasta la puerta.

    -Ah, y… dile que te lleve con él- dijo con una sonrisa antes de marcharse.

    (¿Que me lleve con él? ¿A dónde?) se preguntaba la pelinegra.

    La chica regresó a la cocina. Quedaba desayuno para dos, así que supuso que Izayoi había cogido el suyo. No quería comer sola, así que se propuso esperar a que Inuyasha se levantara. Estuvo esperando un buen rato en la cocina, pero como el chico no daba señales de levantarse, salió al jardín. Sinceramente, no era nada comparado con el bosque cercano a su aldea, pero si observaba el resto de la ciudad, había pocos lugares con tanta vegetación. Sus pasos la guiaron inconscientemente hacia el árbol sagrado. Lo observó durante un momento, para después sentarse en sus raíces y cerrar los ojos. Ese árbol siempre la calmaba.

    -¿Has desayunado ya?

    Kagome abrió los ojos rápidamente para encontrarse frente a Inuyasha. A ese chico seguro que le divertía asustarla. -No, no quería desayunar sola, así que te esperé.

    Inuyasha se quedó perplejo. -Keh, pues vamos que se enfría…- dijo, y sin más se encaminó hacia la casa.

    Kagome se levantó y lo siguió. -¿Cómo sabías que estaba aquí?

    -Te vi por mi ventana- respondió simplemente -¿Cuánto hace que estabas ahí?

    -No mucho, creo.

    Para ese entonces, ya estaban sentados y preparándose para desayunar.

    -Qué raro- comentaba Inuyasha mientras se servía arroz -¿Dónde habrá ido mi madre?

    -¡Ah, sí! Tu madre me ha dicho que volverá por la tarde.

    -Habrá ido al trabajo- supuso Inuyasha.

    Permanecieron en silencio durante un tiempo.

    -Oye… Inuyasha…

    Como respuesta, este levantó la cabeza y la miró.

    -¿Quién…quién es… Kikyo?

    Fin del Cap.5


    ¡Gracias y besitos!
     
  12.  
    Alainne

    Alainne Entusiasta

    Aries
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    Pluma de
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    Re: Al contrario

    Hola.Gracias por responderme(Te comprendo, esperare a ver que pasa).Me encanto la conty; Este miroku es la leche ,siempre con lo mismo.Yo a Inu lo mato, se pone cariñosito y la coge en brazos cuando esta dormida y cuando esta despierta le habla mal ¿Que narices le pasa?(Su orgullo,como siempre,es un caso perdido). Una cosita jejej ¿ Sabes preciso los dias que pones conty o no? solo eso,gracias, en este cap me kedo todo muy claro...Y haber que le contesta de lo de kikio (mira que dejarlo hay,que cruel eres , es broma xD)
    Vaya post largo que puse xD
    Cuidate y conty pronto
    Bye
    :rosa:
     
  13.  
    siberian

    siberian Usuario común

    Piscis
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    Re: Al contrario

    Hola! wow, muy bueno el cáp. Jajaja q risa con Miroku pidiendole un hijo xD algo q no puede faltar en ningun tipo d fanfic d Inuyasha xD me gustó mucho la continuación y espero leer pronto la próxima. Ciao! ;)
     
  14.  
    inulove

    inulove Entusiasta

    Virgo
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    Pluma de
    Re: Al contrario

    noooooooooo, como la dejas ahi?, me muero de la angustia de lo
    que le va a decir, te gusta hacernos sufrir verdad?
    Bueno no puedo hacer nada asi que esperando la conti se despide inulove
     
  15.  
    Inu Girl

    Inu Girl Entusiasta

    Capricornio
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    Re: Al contrario

    Mmm ahora Inuyasha esta en graves problemas!!! Ahhh con eso de que era su ex... y ahora Kagome se parece a ella... eso podría traer problemas y confusión en ambos no? :wtf: jaja pero esta muy padre!! me gusta la trama y la historia, tu ortografía esta muy bien y la redacción no es mala ^^, asi que esperamos con ansias que lo continues Yrim!! muak bsos sayonara prrrmiau super
     
  16.  
    Yrim

    Yrim Entusiasta

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    Al contrario
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    Re: Al contrario

    Bueno, aquí está el siguiente capítulo...
    Está visto que los sábados estoy demasiado ocupada para actualizar, así que a partir de ahora, pondré los capis los damingos.

    Cap.6

    Se produjo un silencio que duró varios minutos.

    -¿A qué viene eso ahora?- preguntó Inuyasha aparentemente sin darle importancia mientras seguía comiendo.

    -Pues porque todos me confunden con ella, incluido tú cuando me viste ayer.

    -Te confundí con ella porque te pareces a ella, ¿es que no es obvio?- preguntó sarcástico.

    Se quedaron callados hasta que Kagome decidió romper el silencio. -Inuyasha…- dijo casi tiernamente -solo… solo quiero saber si la razón por la que no me miras… es por eso… porque me parezco a ella…

    En este punto, Kagome había bajado la cabeza totalmente avergonzada. Esperó a que el chico le contestara, pero como no daba señales de hacerlo, probó a levantar la mirada. Entonces lo vio: Inuyasha la estaba mirando como si la viera por primera vez. Y Kagome… Kagome estaba hipnotizada, envuelta en ese baño dorado.

    Inuyasha se percató de la mirada que le estaba lanzando a la chica, y decidió desviarla, como tantas otras veces había hecho… -¿De qué estás hablando? Anda date prisa y termínate el desayuno.

    La muchacha suspiró resignada. Estaba claro que no iba a conseguir una respuesta.

    -Venga que tenemos que salir.

    -¿Salir? ¿A dónde?- preguntó extrañada.

    -He quedado con esos dos- refiriéndose a Sango y a Miroku- y como comprenderás, no te puedo dejar aquí sola…

    Kagome sonrió. Así que no le podía dejar sola… ¿es que él se preocupaba por ella?

    -Podría pasarle algo a la casa- continuó Inuyasha.

    La chica no se cayó porque estaba sentada. -¡¿Pero qué te crees, que voy a quemar la casa o algo?! ¡Eres un insensible, Inuyasha!- le soltó de golpe histérica.

    -¡Oye, que yo no he dicho nada del otro mundo!- le respondió él. -Además la de otro mundo aquí eres tú- bromeó con una medio sonrisa.

    Kagome lo fulminó con la mirada mientras terminaba de comer y se levantaba para lavar su plato. El chico simplemente la seguía con la mirada atentamente, y con la sonrisa burlona todavía presente en sus labios.

    o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

    Se encontraban caminando hacia un lugar desconocido para la pelinegra. Inuyasha la guiaba por tantas calles que le era imposible saber ni por donde habían llegado. Entonces, se pararon frente a un enorme edificio. A Kagome le resultaba familiar.

    -¿Este no es el centro comercial?

    Inuyasha la miró de reojo. -¿Y se puede saber por qué sabes tú eso?

    -Ayer Izayoi y yo pasamos por aquí- respondió ella mirándolo de la misma forma.

    -¿Sabes? A veces tengo la impresión de que eres de este tiempo…

    -Bueno, pues si es así, entonces mejor, ¿no? Miroku y Sango no sospecharán nada, aunque a mí no me importaría decírselo…

    -¡¿Estás loca?! ¡¿Y si de paso se lo contamos a la policía, a la prensa, y te vendemos a la comunidad científica para que experimenten contigo?!

    Kagome miró al chico. -Inuyasha…

    Inuyasha también la miró. -¿Qué?

    -¿Qué es la policía?

    Inuyasha abrió mucho los ojos, para después darse en la frente con la mano. Luego explicó a Kagome qué eran tanto la policía y la prensa como la comunidad científica.

    Cuando Kagome entendió lo que quiso decir Inuyasha con su comentario, le recriminó: -¿Es que acaso no confías en tus amigos?

    -No- contestó con simpleza Inuyasha -No confío en nadie que no sea yo mismo.

    Kagome se apenó ante ese comentario. -¿Ni siquiera… en tu madre?

    -¡Claro que confío en mi madre! Es la única persona en quién de verdad confío…

    Kagome se quedó pensativa. No sabía por qué, le molestaba que el chico a su lado no confiara en nadie más… ¿Qué le habría ocurrido para que desconfiara de todo el mundo?

    Inuyasha por su parte, estaba algo enfadado consigo mismo. ¿Por qué demonios le había contado eso a una chica que acababa de conocer, y que encima venía de otra época?

    Kagome no hacía más que mirar constantemente a Inuyasha, mientras que este, sin percatarse de nada, buscaba a Sango y a Miroku por los alrededores. En esto estaba, cuando detrás de ellos se escuchó: -¡Pervertido! Seguido después por el sonido de una bofetada.

    Inuyasha, al mismo tiempo que se daba la vuelta, sintió una corazonada de lo que pasaba solo a unos metros detrás suya. Allí estaban los que había estado buscando, ambos andando hacia él a pesar del enfado de Sango y la mejilla escarlata de Miroku.

    Inuyasha no se molestó en preguntar nada, solo dijo: -Miroku, estate quieto durante un rato, ¿podrás?

    Luego de saludarse, decidieron ir a almorzar y después a ver tiendas, los chicos naturalmente obligados por Sango. Mientras comían en un restaurante no muy barato, Kagome se comportaba lo más normal que podía, procurando no llamar mucho la atención para no ser descubierta. Inuyasha, sin embargo, estaba algo nervioso, ya que tenía la impresión de que la chica les contaría todo a los otros dos de un momento a otro.

    -¡Llegó el momento de las compras!- exclamó Sango al salir del restaurante.

    -Keh, pues me parece que vas a ir tu sola…- comentó Inuyasha dándole la espalda.

    Grave error. Sango odiaba que le dieran la espalda, y más con la arrogancia que desprendía el chico. Inuyasha sintió una hoguera detrás de él y se dio la vuelta lentamente… Lo que vio le dejó sin aire: Sango se erguía sobre él como un león acorralando a su presa. Inuyasha se encogió aún más al ver la mirada de la chica.

    -¡Me obligasteis a ir con vosotros a ver esa estúpida película el otro día! ¡No me importa si no quieres venir, lo harás de todas formas!- gritó con todas sus fuerzas.

    o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

    Los chicos esperaban fuera de la tienda mientras ellas hacían cola. Quedaban 2 turnos para que les tocara pagar, momento que aprovechó Kagome.

    -Oye, Sango… ¿Qué sabes acerca de Kikyo?

    Sango la miró sorprendida. -¿Por qué quieres saberlo?

    Kagome abrió la boca para hablar, pero tras pensarlo, la cerró. Sango, a pesar de la indecisión de su nueva amiga, creyó comprender.

    -Pues, la verdad es que tu parecido con ella es increíble. Bueno… - suspiró -lo que yo sé es que estuvo saliendo con Inuyasha durante un tiempo, y después lo dejaron. Tengo una ligera idea del por qué, pero no estoy segura. De hecho, lo único que tengo seguro es que Inuyasha cambió desde aquello. Supongo que es porque sufrió mucho…- comentó con un deje de tristeza en la voz -pero se volvió más frío y reservado, aparte de introvertido… no le he visto sonreír de verdad con nosotros desde eso.

    Kagome, a medida que Sango avanzaba en su relato, abría más los ojos. Así que era por Kikyo por lo que Inuyasha no confiaba en la gente… y también era la causa por la que no la miraba a ella a la cara… (¿Qué pasaría para que Inuyasha cambiara tanto?) pensaba algo preocupada.

    -Y… ¿cuál es tu ligera idea de por qué lo dejaron?

    -Bueno, pues…- la chica bajó la mirada -Kikyo… Kikyo no era buena con él… eso todos lo sabíamos. No digo que sea mala persona, pero era muy egoísta, y anteponía su felicidad a la de él…

    Se mantuvieron en silencio mientras Sango pagaba la falda vaquera que había escogido. Al encaminarse hacia la salida de la tienda, Sango miró a Kagome insinuante.

    -Y, a propósito… ¿cómo es que tienes tanta curiosidad por Inuyasha? ¿Es que acaso te gusta?

    Fin del Cap.6

    Gracias por leer *sephoraanime* *siberian* *inulove* *inu_girl*
    Besos para todos ^^
     
  17.  
    inulove

    inulove Entusiasta

    Virgo
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    12 Agosto 2009
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    138
    Pluma de
    Re: Al contrario

    hola, ya lei la conti, estonces por eso inu se comporta asi verdad?
    Bueno esperando la conti se despide inulove
     
  18.  
    hime sakura

    hime sakura Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    25 Diciembre 2009
    Mensajes:
    60
    Re: Al contrario

    konichiwa!
    oye enserio me meto en tu historia ps
    me imagino como seria too esto hehe!
    muy linda narracion ^^
    espero la conti pronto! saludos !!
    matta ne!
     
  19.  
    KaSsUmIiI

    KaSsUmIiI Entusiasta

    Piscis
    Miembro desde:
    8 Abril 2009
    Mensajes:
    134
    Pluma de
    Escritora
    Re: Al contrario

    hola soy nueva e tu fic y dejame decirte que me encanto!!! jaja valla me parecio muy interesante que la de la epoca Sengoku fuera Kagome n_n, espero la continuacion, cuidate mucho y bueno me agrada que Izayoi y Kagome se lleven tan bien y jaja ya me imagini lo asustado que se puso Inuyasha cuando sango se molesto con el por darle la espalda jaja ese miroku nunca canbia u_u en fin me despido, cuidate *GARU****
     
  20.  
    siberian

    siberian Usuario común

    Piscis
    Miembro desde:
    20 Noviembre 2009
    Mensajes:
    264
    Pluma de
    Escritora
    Re: Al contrario

    Excelente conti :D d verdad q 100pre me dejas picada y muy emocionda. No puedo creer q debamos sperar hasta el domingo :( pero ni modo, lo haré xD En fin, esperaré la conti con ansias ;)
     
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