HunterXHunter [Agosto te desafía!]Nunca confíes en la autoescuela (One Shot)

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por Eternatus, 4 Agosto 2017.

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    Eternatus

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    Título:
    [Agosto te desafía!]Nunca confíes en la autoescuela (One Shot)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3029
    Escrito para la actividad Agosto te desafía, reto num 25, el cual consistía en extender la mano hacia la derecha sin mirar y agarrar lo primero que encuentres. En mi caso fue una lista de precios de la autoescuela. Tenía que escribir una comedia, era necesario xD Este es mi primer escrito de Hunter x Hunter, pero estoy segura de que los personajes estáb bien manejados. Me tomé algunas licencias con el canon, básicamente con lo que pasa en el Continente Oscuro y lo que teóricamente pasaría después. La Tropa Fantasma estaría teoricamente completa de nuevo después de 6 años, pero no quería meter 5 OCs así que no mencioné nada sobre los miembros muertos xD Como avisos, Gon y Killua tienen 18 años, y puede entenderse un poco de KuroKura.

    Bueno, eso.

    Nunca confíes en la autoescuela.
    (Ni tampoco en Gon al volante)

    Gon podía saber muchas cosas, ser un experto en muchas otras, pero siempre había algo que faltaba; algo esencial si quería verdaderamente desarrollar su carrera como cazador y su independencia. Sin un carnet de conducir y los conocimientos reales para mover un vehículo, Gon Freecs estaba un paso por detrás de la gran mayoría de cazadores. Incluso Killua habia conseguido ya su carnet, razón por la cual el joven Freecs había decidido no quedar atrás. Kurapika y Leorio eran un caso aparte, ya que al ser bastantes años más mayores, habían conseguido sus licencias mucho antes. Hacía un tiempo que Gon había cumplido los dieciocho, por lo tanto podía legalmente conseguir un carnet que le habilitara a conducir un coche.

    Con diferentes guías de precios de autoescuela en las manos, Gon contempló sus opciones. En la actualidad se encontraba en York Shin, sin muchas referencias para encontrar un lugar que realmenre valiera la pena. A Killua le había enseñado a conducir su padre, Silva, y había hecho el examen sin necesitar ni una sola práctica. Leorio había aprendido en su pueblo natal, bastante tiempo antes siquiera de conocerle, y Kurapika durante el tiempo que habían estado separados después del examen de Cazador. Ninguno podía darle referencias, y allí no conocía a nadie más que pudiera aconsejarle.

    Killua, siempre un paso por delante, había recomendado escoger una autoescuela de precio intermedio, no demasiado barata (puesto que tal vez no tuvieran tan buenos profesores) ni demasiado cara (la posibilidad de que le timaran siempre estaba ahí), así que Gon se decidió por la Autoescuela Shin, que tomaba el nombre de la ciudad donde se encontraba. No estaba muy lejos de la casa donde se estaban alojando, y por suerte el pago con la tarjeta de Cazador estaba permitido, por lo cual Gon no tendría que sacar el dinero de su propio bolsillo.

    El primer día acudió al lugar con Killua y Leorio, el mayor insistiendo en acompañarlo para comprobar que no le timaran y para ayudarlo a escoger una buena tarifa y un buen método de enseñanza. La mayor preocupación del grupo era el examen escrito, dado que ese no era ni de lejos el fuerte de Gon. Después de hablarlo detenidamente en la sala de espera de la autoescuela, los chicos se decidieron por un intensivo de dos semanas, algo un tanto agotador y difícil, pero nada que el usuario de Jajanken no pudiera soportar. El examen sería en tres semanas, con una semana entre medio de las clases y la prueba para estudiar y realizar tests por su cuenta. Gon estaba determinado a aprobar a la primera, no podía quedarse atrás; Killua había superado ambos exámenes con casi ninguna dificultad y Gon no podía ser menos.

    Después de pagar por adelantado el curso intensivo y las tasas del examen, a Gon se le entregaron un par de libros con teoría para que ojeara antes de su primera clase, que tendría lugar al día siguiente a las nueve de la mañana y le ocuparía hasta las dos de la tarde. El ya no tan joven cazador suspiró con desgana, a partir de mañana esa sería su rutina durante dos semanas, algo no muy entretenido, pero necesario de igual manera.

    Al volver a su residencia Gon dedicó un par de horas para leer el material, después de lo cual decidió tomarse un descanso y tomar un tentempié antes de la comida. Kurapika se encontraba también en la cocina, sin duda preparándose para cocinar, pues ese día era su turno. Su trabajo como guardaespaldas le dejaba la mayor parte del día libre, pero las noches siempre las pasaba fuera de casa, protegiendo a su cliente.

    —Oh, Gon. ¿Qué tal estás llevando la teoría? Leorio ya me ha estado comentando cómo fue en la autoescuela.

    El rubio estaba bastante interesado en cómo le iba a su amigo, tal vez pudiera ayudarle si tenía dificultades.

    —Mmm, es todo bastante confuso, ¡pero estoy seguro de que puedo hacerlo! —Con cara de determinación, el joven alzó un brazo para darle más énfasis a su afirmación.

    El kuruta negó con la cabeza levemente, una sonrisa adornando sus labios. Gon nunca cambiaría.

    —Me alegra ver que estás tan decidido. Si en algún momento necesitas ayuda, no dudes en pedirla. Estoy seguro de que entre Leorio y yo podremos resolver tus dudas. — Kurapika incluyó al mayor, que actualmente se encontraba estudiando en el salón, sabiendo que no tendría ningún problema con ayudar a su joven amigo.

    —¡Gracias, Kurapika! Eres el mejor. — Con una risita, Gon cogió una fruta y se dirigió a su habitación, dispuesto a continuar con el estudio.

    El día siguiente llegó con relativa rapidez para el cazador profesional, pero no le tomó desprevenido. Despues de una ducha rápida y un desayuno aún más rápido, Gon se despidió de sus amigos y corrió a la autoescuela, sintiéndose extrañamente emocionado. Al llegar se encontró con un grupo de más o menos quince personas, las cuales hablaban entre sí, jugaban con sus moviles o simplemente permanecían en silencio, mirando de forma aburrida a sus alrededores.

    Un instructor apareció por la puerta de una de las clases mientras detrás de Gon entraban unos cuantos alumnos en total. El cazador contó en total veinte auras, con él y el instructor incluídos. Algunas eran algo fuertes, pero la inmensa mayoría no tenia conocimiento alguno de Nen.

    —¡Bienvenidos a la autoescuela Shin! A partir de hoy y hasta dentro de dos semanas me encargaré de vuestra enseñanza para superar el examen teórico. Mi nombre es August, espero que disfrutéis de vuestra estancia aquí, ¡y gracias por habernos escogido! — El pequeño hombre, Gon se percató después de estudiarlo con más atención, no mediría más de un metro cincuenta, pero tenia un aura bastante imponente.

    Con una gran sonrisa, entró dentro de la clase junto con el resto de sus nuevos compañeros. Gon escogió uno de los asientos más cercanos a la pizarra, con un ordenador bastante moderno en su mesa, al igual que todos los demás. Una mujer de mediana edad pelirroja se sentó a su lado, mientras que el resto prefirieron sentarse más alejados de la atención del profesor.

    El reloj en la pared marcó las nueve en punto, y la puerta se cerró pesadamente, recordándole al joven cazador que en ese momento empezaban las cinco horas más largas y aburridas que había aguantado en toda su vida. Suspirando, Gon se decidió a prestar la máxima atención; no quería tener que volver.

    Tres semanas después, Gon estaba dispuesto incluso a dejar que Hisoka lo usara como yo-yo si con eso podía librarse de aquella agonía. Las clases habían sido un suplicio, y aunque había aprendido muchas cosas interesantes, Gon no era alguien que aguantara el permanecer estático por mucho tiempo. El examen sería al día siguiente y, por suerte, aquella tortura acabaría para siempre. O eso esperaba. Se había esforzado mucho, había asistido a todas las clases y realizado todos los tests propuestos y más, el doble de veces de las necesarias. Había contado también con la ayuda de Kurapika, Leorio y Killua, los cuales le habían llevado unas cuantas veces a lugares abandonados para enseñarle lo básico de la conducción.

    Todo indicaba que Gon aprobaría, así que cuando el examen teórico llegó, el cazador no estaba sustado, solo decidido a aprobar. Una hora y media después, Gon Freecs suspiraba cansado, apoyando su cabeza en la fría mesa de metal de la cafetería en la que se encontraba. Killua, a su lado, tomaba un batido mientras observaba a su amigo con una leve sonrisa.

    —Ahhhh, estoy tan cansado. — Gon bosteza, estirándose como un gato grande después de una siesta. — Pero por fin se ha terminado. ¡Y con solo dos errores!

    —Bien hecho. Sabía que serías capaz. — Responde el Zoldyck, dándole una sonrisa socarrona a su amigo. — Aunque ahora viene lo importante. Con lo que Leorio y Kurapika te han explicado ya deberías saber los básicos, ¿verdad?

    Gon bosteza nuevamente, pero asiente con fuerza. Sus dos amigos mayores le habían explicado muchas cosas, entre ellas cómo encender el coche, de cierta forma el juego de pedales, cómo cambiar de marchas y cómo moverse… Pero aún le faltaba la práctica real. Gon era bastante diestro en cosas que requerían habilidad manual y una buena visión espacial, pero necesitaba experiencia conduciendo alrededor de otros coches. En el momento en que le comunicaron que había aprobado el examen teórico Gon reservó 5 prácticas, no queriendo dejar pasar más tiempo.

    —Sí, he aprendido todo lo que me enseñaron. Ahora solo queda ponerlo en práctica y aprender aún más cosas. — Riendo, Gon se acaba de un trago su batido, y con eso los jóvenes pagan la cuenta y se marchan hablando animadamente sobre la película que verían aquella noche. La primera práctica de Gon no sería hasta dentro de dos días, pero los cazadores ya estaban emocionados.

    Cuando Leorio y Kurapika se enteraron que Gon habia aprobado el examen teórico, decidieron salir a cenar para celebrarlo. Los chicos se decidieron por un buffet que ofrecía comidas del mundo, algo ideal para el pozo sin fondo que eran sus estómagos. En un momento dado de la cena, Kurapika se excusó para ir al baño, y ciertamente el destino tenía sentido del humor, porque en el momento en que el rubio desapareció por la puerta de los aseos, un grupo bastante grande apareció en la entrada principal. Killua se puso en tensión de forma instantánea, mirando al bullicioso grupo con cautela. Leorio simplemente frunció el ceño, tratando de no mirarlos. Gon, siempre inocente y amigable, se levantó de su asiento moviendo su brazo a modo de saludo.

    —¡Phinks-san! ¡Nobunaga-san! ¡Machi-san! ¡Hola! — Exclamó el joven desde su asiento, sonriendo feliz por la llegada de la Brigada Fantasma.

    Después de más de cinco años de conocerlos y algunas situaciones en las que se habían ayudado los unos a los otros, Gon los consideraba inocentemente sus amigos. Algunos en la Brigada apreciaban al chico, tales como Nobunaga (que desde un principio había querido que Gon se uniera), Phinks (lo cual fue una sorpresa, pero después de colaborar unas cuantas veces al hombre le empezó a agradar Gon) o Machi (fuera de lo que había sucedido en aquellos cinco años, apreciaba al chico y siempre solía interponerse entre él y las malas intenciones de Hisoka). Kuroro, el líder, que extrañamente se encontraba acompañando a sus arañas, sonrió de forma amable y se acercó al grupo.

    —Veo que estáis disfrutando de la comida. — Comentó una vez estuvo a su lado, seguido del resto de la tropa. Gon asintió con vehemencia, entablando conversación inmediatamente con Nobunaga. Ambos tenían que contarse muchas cosas. Feitan miró a Killua con desagrado, y ambos empezaron a molestarse mutuamente. Tenían una amistad extraña, si es que podía llamarse así. Mientras, Leorio estaba bastante preocupado por Kurapika, que sin duda estaba saliendo de los baños en ese momento. Kuroro lo observó con una sonrisa conocedora, leyendo a Leorio como a un libro. — ¿Así que Kurapika-kun también se encuentra aquí?

    Esto consiguió silenciar el bullicio que nuevamente había nacido entre ambos grupos. Hacía un tiempo que Lucifer había dejado de llamar al Kuruta 'usuario de la cadena', prefiriendo usar su nombre con el sufijo -kun, puesto que esto sacaba de sus casillas al rubio. Entre ambos existía una tregua pactada desde los acontecimientos en el Continente Oscuro, donde sólo habían sobrevivido gracias a la ayuda del otro. Kuroro todavía recordaba vividamente cómo Kurapika lo había arrastrado lejos de una de las Cinco Grandes Calamidades para después curarlo con su cadena; sin duda, aquel chico era alguien especial.

    —Kurapika-kun está detrás tuyo. — Respondió una tercera voz, helada hasta la médula. El líder del Genei' Ryodan se giró lentamente, observando de arriba abajo al Kuruta, sacándole un gruñido de ira al rubio que sólo consiguió hacerle sonreír.

    — Bien. Entonces nos sentaremos a vuestro lado.

    Instantáneamente el resto de arañas movieron mesas y sillas para pegarlas a la mesa de Gon, sentándose y llamando al camarero mientras Kurapika todavía procesaba las palabras del mayor. Con los ojos encendidos de rabia el rubio fulminó con la mirada a Kuroro, que simplemente rió y se sentó a su lado.

    Después de eso la cena transcurrió con tranquilidad. Bueno, en realidad no. Los gritos y discusiones no tardaron en aparecer, así como las risas y las peleas. Varias monedas fueron lanzadas esa noche, y esto por suerte solucionó la gran mayoría de problemas. Kuroro ignoraba fuertemente a sus arañas, solo concentrado en su cena y en su enfadado acompañante, Kurapika. Ambos se pasaron la noche insultándose y discutiendo. Por lo menos por la parte del rubio, Kuroro estaba inmensamente complacido por las reacciones de Kurapika.

    Cuando finalmente terminaron de cenar, la tropa se despidió, abandonando el local con rapidez. Kuroro saludó a los dos jóvenes y al doctor, para después moverse a una velocidad que ninguno de los cazadores pudo seguir, y besar la frente del rubio y dedicarle una sonrisa socarrona, sin que Kurapika o el resto pudieran procesar lo que acababa de pasar. Un instante después, un grito agudo sacudió el local, seguido por unas risas burlonas y el sonido de pasos rápidos alejándose de la ira del rubio.

    Kuroro se había marchado, dejando a Kurapika completamente avergonzado y sonrojado (de ira, eso se hizo creer el rubio), además de deseoso de venganza. Leorio y Killua se encontraban con la boca abierta, completamente en shock, mientras Gon miraba a Kurapika con ojos brillantes.

    —Woah, Kurapika, ¡eso fue increíble! — Ahora las bocas abiertas estaban dirigidas al comentario del joven, al igual que la ira de Kurapika. — Mito-san me dijo que si alguien te besa en la frente, ¡es porque te quiere de verdad! ¡Eso significa que Kuroro-san te quiere!

    Un ruidoso 'whack' cortó la palabrería de Gon. Killua lo arrastró lejos en un instante, mientras el de pelo negro se revolvía en sus brazos.

    —No se lo tengas en cuenta, Kurapika, ya sabes como es Gon para estas cosas… — le dijo al rubio, tratando de tranquilizarlo. Killua estaba algo asustado, puesto que el rubio realmente estaba iracundo y ahora su rabia se dirigiría a Gon. — Bu-bueno, nosotros nos vamos, ¡adiós!

    Por supuesto, en ese momento un camarero se acercó a dejarles la cuenta. Cuando el rubio se percató de que sus dos amigos se habían marchado sin pagar, aun por encima después del comentario del más joven, Kurapika sentía que explotaba.

    —¡GON FREECS!

    Por supuesto, el grito calló en oídos sordos.

    Dos días después, el rubio seguía cabreado. No con Gon, sino con el líder de las arañas. Llevaba un par de días buscándolo por las calles de York Shin, sin resultados. Sentado en un banco después de caminar durante horas sin detenerse, Kurapika revisó su móvil. Killua le había mandado dos mensajes, diciéndole que Gon acababa de empezar su primera práctica y que no lo estaba haciendo nada mal. El rubio le comentó su zona y Killua le avisó que lo recogerían. De hecho, lo llamó para concretar más, pero cuando el rubio iba a coger el teléfono una fuerte mano se posó en su hombro. De un salto Kurapika se distanció del hombre, su móvil olvidado en el banco.

    Kuroro sonrió complacido. El rubio había estado lo suficientemente distraído como para no notar su presencia, pero sus reflejos seguían siendo tan buenos como en el pasado.

    —¡Kuroro! ¡Esta vez vas a arrepentirte por burlarte de mí! — La expresión de Kurapika era feral, de hecho, Kuroro creyó escuchar un gruñido.

    El Kuruta se lanzó sobre él sin contemplaciones, lanzándolo con su cadena sobre la calle. Ambos intercambiaron golpes, ajenos al mundo exterior. En un momento, Kurapika acorta la distancia, dispuesto a usar su cadenas. Ambos quedan a centímetros, Kuroro sonriendo con satisfacción, cuando un coche aparece de la nada, atropellando a Kuroro a una velocidad de por lo menos ciento cincuenta kilómetros por hora.

    El rubio se queda paralizado en el sitio, mirando con una gotita en la sien como el líder de las arañas sale disparado hacia atrás y no se levanta.

    Una puerta del coche se abre, y Killua lo urge a entrar. Aún en shock, Kurapika obedece y se mete rápidamente en el coche. Kuroro se está levantando, y el conductor, que no resulta ser otro que Gon, acelera, nervioso, y le pasa por encima al Lucifer nuevamente, entonces, pone la reversa y lo golpea una tercera vez, maniobrando el coche para dar la vuelta y desaparecer por un callejón como uno de esos conductores de Cazadores Rápidos y Furiosos.

    —Mierda, mierda, mierda, ¡mierda! — Gon está nervioso y asustado, pero controla el coche como un experto, esquivando el tráfico a toda velocidad. El instructor está desmayado en su asiento, el susto probablemente demasiado para él.

    —¡Acelera, Gon! - Grita Killua, sacando la cabeza por la ventana y mirando hacia atrás. — ¡Todavía puedo sentir su aura!

    Kurapika está mudo. No puede entender que el líder del Genei' Ryodan se haya dejado atropellar por un par de niños sin carnet de conducir. Bueno, Killua sí tenía carnet, pero era Gon el que estaba al volante.

    Cuando llegaron a la autoescuela, qué decir de que Gon no pudo seguir haciendo más prácticas.

    Tal vez en otra autoescuela lo aceptarían, o eso esperaba.

    Mientras, Kuroro seguía sentado en el asfalto, preguntándose exactamente qué había sucedido.
     
    Última edición: 4 Agosto 2017
    • Gracioso Gracioso x 1
  2.  
    Jaizmar

    Jaizmar Usuario popular

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    Ay, no puedo xDD

    Y yo que pensé que iba a ser un one-shot normal al ver el inicio tan tranquilo XD

    Sin palabras, tienes una ortografía excelente y una narración que te envuelve sin problemas en la historia. Realmente disfruté con tu manera de escribir y la forma en que manejaste a los personajes ha sido muy buena ^^

    Sin duda no esperaba un final así, el inicio lento y tranquilo no te prepara para lo demás, fue muy gracioso sin duda


    Es algo tan propio de él, aún si no hubieran hecho las pases lo veo capaz de hacerlo. Completamente u.u

    Leorio siempre tan abierto como un libro y predecible; me recordó el momento en que en el examen de cazador apostó para ver si su oponente era hombre o mujer y aún sin decir nada ya todos sabíamos lo que apostaría xD

    Jajaja XD

    Solo imaginé la cara que tendría y de pie detrás de Kuroro y me fui en risas xD


    Gon tan inocente, él no sabe leer la tensión del ambiente y sus comentarios no ayudan XD
    ¡RUN, BITCH, RUN! XDD

    Ya para esta parte me estaba muriendo de la risa de lo ilógico y disparatado que resultó todo XD

    Ha sido una trama alocada pero de algún modo lograste darle sentido y mantener las personalidades de cada uno, felicitaciones ;)

    Por algún motivo tengo la sensación de que de haber estado Hisoka allí la cosa se hubiera descontrolado ❤
     
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  3.  
    DoctorSpring

    DoctorSpring Disgregrador

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    Buenos días.

    La historia en lo personal me hizo bastante gracia. Uno de los antagonistas de HXH con una habilidad mas o menos OP, derrotado por un mal conductor xD.

    En fin, en cuanto lo técnico, encuentro que la narración y la ortografía están bastante bien; sin graves o notables errores que arruinen la experiencia o la entorpezcan.

    Los personajes están bien construidos y se mantienen fieles a su personalidad. Pero personalmente por mas inocente que sea Gon, no lo veo capaz de simpatizar con los asesinos que acabaron con la tribu de uno de sus mejores amigos aunque a saber por lo que han pasado esos años.

    Sin mas que decir, un relato bastante entretenido, espero seguir leyendo cosas tuyas.

    PD: Me pregunto si Hisoka se habrá quitado las ganas o seguirá de caliente, parece ser que es lo segundo.

    PD 2: El pobre de Yoshiro Togashi se nos va andar petateando antes de que termine el arco del continente oscuro.
     
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