“Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por lua, 22 Octubre 2009.

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    lua

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    “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.
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    “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    Bueno les aclaro de ante mano que este fic ya lo comence a subir en otra pagina, en paraiso fanfic, con el nombre de kika-chan.

    Capitulo 1: Volviendo en el tiempo, conociendo a nuestros ante pasados.

    Nuestra historia comienza con una fría noche de Julio, faltaban veinte minutos para que fueran las diez de la noche cuando un grupo de jóvenes se reunieron uno a uno en un claro del gran bosque que estaba en su aldea, Konoha, la aldea en donde viven tiene una cierta magia en ciertas parte de su bosque, frente a una gran cascada, que, gracias a la luz de la luna, emanaba una ambiente enigmático para los jóvenes que llegaban allí, el primero en llegar fue un chico alto, de cuerpo atlético, con su cabello azabache desordenado en su frente, una piel completamente blanca, la cual resaltaba al máximo sus ojos negros, penetrantes e inexpresivos, casi al mismo tiempo llego una chica de cabello negro noche, piel pálida porcelanica, que daba a relucir sus hermosos y dulces ojos perla, su cuerpo fino, que al caminar pareciera que danzase entre los árboles del lugar. Sus ojos perla chocaron con los negros de su amigo, provocando en ambos una sonrisa, desde que él había vuelto, se convirtieron en los mejores amigos.

    — Buenas noches, Sasuke... — dijo la chica con una tierna sonrisa, desde que él había vuelto eran amigos, el había sido un gran consejero, ella lo consideraba como un hermano mayor, con él podía ser ella misma, mientras que la mayoría de las chicas de su aldea creían que ella era su novia.

    — Buenas noches Hinata — dijo el chico de cabello azabache con una media sonrisa en su rostro, desde que comenzó a tener una amistad con ella sentía una paz en su interior notable como si se conocieran desde hace mucho tiempo, para el ella era una hermana, una pequeña hermana a la cual debía proteger.

    — ¿Sakura no vino con tigo? — pregunto el chico de ojos negros con un notable brillo en ellos, mientras que en el rostro de la Hyuga se asomaba una sonrisa juguetona.

    — No... No eh hablado con ella, solo anoche... pero esas son charlas de mujeres — dijo la chica sin quitar la sonrisa de su rostro, sabía que al Uchiha le gustaba su amiga, pero su orgullo el cual muchas veces le reprocho la chica, no lo dejaba ser sincero con sus sentimiento — No hablamos nada sobre ti... Sasuke — dijo de forma burlesca la chica, sabía que lo haría exasperarse.

    Durante la pequeña conversación de la Hyuga con el Uchiha se estaba acercando una chica de una peculiar cabellera rosada y unos hermosos ojos jade, con un cuerpo fino, su piel algo más bronceada que la de la Hyuga.
    Sus ojos jade se posaron en su amiga, la cual le sonrío de forma afectuosa, por lo que ella le devolvió la sonrisa, ella sabía desde hace mucho la amistad entre ella y Sasuke, al principio la envidio un poco, pero entendió enseguida que era solo una amistad, ella sabía que a la Hyuga le seguía gustando Naruto. Sus ojos se posaron luego en los del moreno que simplemente le devolvió la mirada de forma seria e inexpresiva, típico, jamás tendría una expresión diferente con ella, ninguna expresión de amor.

    — Lo siento llego tarde, me perdí en el camino de la vida, ¡de veras! — dijo un chico de ojos cielo, parecían los de un niño pequeño, cabello rubio que brillaba con el contacto del sol, un cuerpo atlético, era realmente notable el hecho de que ahora tenía dieciséis años, su piel bronceada lo hacía parecer un joven extranjero, que interrumpió el contacto visual entre el Uchiha y la Haruno.

    — Eso es muy “Kakashi-sensei” Naruto — dijo la ojijade provocando una sonrisa en su rubio amigo, y risas por parte de los dos pelinegros.

    — Bueno, faltan exactamente cinco minutos para las diez de la noche ¿comenzamos? — dijo la chica de ojos perla, mirando a sus amigos.

    — Claro, para eso vinimos — respondió con una sonrisa la pelirosa a su amiga.

    — Muy bien entonces todos tómense de las manos, y cierren los ojos... — dijo la Hyuga, entrelazando sus manos con las de Sasuke y Naruto.

    — Esto es estupido, no va a funcionar — dijo el peliazabache, provocando que la Hyuga le pegara un codazo — Esta bien, sigamos — dijo el chico provocando unas pequeñas risas en el rubio y la pelirosa.

    — Vamos Sakura, recita la “profanación” — dijo el chico recibiendo un golpe de la pelirosa.

    — Es “profecía” ¡baka! — grito la chica mientras volvía a tomar la mano del Uchiha y la mano del Uzumaki.

    — Bueno, bueno continuemos — dijo la Hyuga mientras cerraba los ojos cosa que sus amigos imitaron.

    Luna, luna que no tienes edad, siempre joven y fresca, iluminas nuestros caminos hacía los sueños en las noches, tu que has sido la inspiración de músicos y poetas, tu que con tus invisibles ojos has visto millones de historias donde la tristeza, el odio, la tragedia, la traición, la felicidad, el amor han sido sus protagonistas, te pedimos por favor que nos muestres una en especial, haya por el siglo XVIII donde cuatro jóvenes movidos por sus obligaciones, deciden huir junto a sus verdaderos amores, encontrando la muerte, en una noche parecida a esta, donde tu luna fuiste el único testigo de lo que realmente les sucedió”

    Después de la pequeña plegaría a la luna que pronuncio la Haruno, la luz de la luna los ilumino sintiendo una calidez enorme, abrieron sus ojos y vieron como una joven descendía, su vestido blanco el claro símbolo de la pureza brillaba, su cabello negro ondeando mientras descendía, su piel pálida brillaba, su rostro cubierto por un antifaz color plata no dejaba ver bien el color de sus ojos, los cuatro jóvenes estaban completamente maravillados.

    — ¿De verdad queréis ver lo que les ah pasado a aquellos cuatro jóvenes, en aquellos tiempos remotos? — hablo la joven provocando una sensación de hermosa música en los oídos de los jóvenes.

    — Si... — respondieron al unísono los cuatro jóvenes, mientras observaban maravillados a la joven.

    — Pues muy bien, os mostrare todo, no simplemente el como murieron, me habéis pedido que os muestre una en especial y la veréis completa, veréis... el comienzo del fin, para estos cuatro jóvenes que por intentar vivir su amor, perdieron sus vidas, una fría noche como está, os aré ver en tan solo una noche, lo ocurrido en un año entero, para cuando despierten en la mañana tendrán la sensación de que fue un sueño, pero no, lo que están a punto de presenciar, nunca antes fue visto ni lo será, son ustedes los privilegiados, que sabrán la verdad de esta trágica historia de amor, no los podrán ver serán invisibles para los ojos de las personas que tengan frente a ustedes, y por ultimo, si no entienden algo no duden en llamarme, os explicare lo necesario, buena suerte — y con esto ultimo desapareció de los ojos de los presentes.

    En ese mismo momento se encontraban en un despacho, uno muy elegante para aquella época, las paredes pintadas con un hermoso color rojo sangre, un delicado candelabro de fino cristal colgaba desde el techo blanco, inmaculado, las cortinas hechas de fino terciopelo blanco, un estante lleno de libros, los muebles parecían hechos del mas fino roble, era un despacho impresionante, aun que para la Hyuga y el Uchiha no daba tanta impresión, siempre estuvieron rodeados de eso, en el estaba un hombre revisando lo que parecían una especie de papeles muy importantes, cuando levanto el rostro los ojos de los cuatro jóvenes se ensancharon, y el corazón de la Hyuga se helo.

    — ¿Papá? — pronuncio la chica de cabello negro noche completamente impresionada.

    Mientras que la puerta del despacho se habría provocando que ahora el corazón del peliazabache se congelara por completo, al despacho había entrado una hermosa mujer de piel porcelanica y tersa, su cabello negro largo le daba una hermosa forma a su rostro, sus ojos también negros destacaban gracias a su blanca piel, usaba un hermoso vestido que se acomodaba perfectamente a su esbelta y fina figura, de un delicado color lila, decorado con pedrería fina, era ella, su madre, Mikoto Uchiha.

    — Mónica... ¿Qué sucede? — pregunto el hombre de los ojos perla mirando penetrantemente a los ojos de la mujer.

    — Tenemos que hablar Arturo... es sobre tu gran idea del matrimonio de nuestros hijos — dijo sarcásticamente la mujer provocando un enorme dolor en los dos pelinegros, ¿hijos? ¿Cómo? ¿Cuándo?

    — José Luis y Luna están listos para casarse, no veo gran problema — dijo Arturo despreocupadamente.

    — ¿Estas loco? ¡Son hermanos Arturo, por dios! — dijo completamente exaltada Mónica.

    — Será mucho mejor, mantendremos el linaje de nuestra familia como el señor de la familia Montt debo velar por su bienestar — dijo el hombre mientras que en el rostro de Mónica se formaba una mueca de espanto ¿Cómo podía decir eso?

    Antes de que Mónica pudiera hablar entro una pelinegra hermosa, sus ojos perlas se mostraban completamente poseídos por la rabia, su piel porcelanica se dejaba ver en su perfecto rostro y hombros, llevaba puesto un hermoso vestido negro, decorado al igual que el de su madre con la pedrería mas fina, completamente exaltada dejando sorprendidos a todos en el lugar, se acerco al escritorio de su padre y sin previo aviso dejo caer su mano sobre el rostro de su padre, mientras lagrimas brotaban de sus perlinos ojos gruesas lagrimas de rabia recorrían su puro rostro.

    — ¡Eres un maldito enfermo! ¿Cómo mierda crees que me voy a casar con José Luis? ¡Es mi hermano! — gritaba exasperada la chica a los ojos atónitos de los presentes, tres de ellos observaban a la que claramente era Luna en esa vida, pero Hinata en la que ellos vivían, los tres miraban a las dos chicas, iguales, pero diferentes al mismo tiempo, si ella era Luna ¿Quién era José Luis?

    — ¡Chiquilla malcriada! —grito Arturo mientras levantaba la mano, por lo cual la joven ni se inmuto, no se movió ni un centímetro, pero justo en el momento en el que la mano del hombre impactaría en el perfecto rostro de la pelinegra una mano la detuvo, la mano pertenecía a un joven alto de cuerpo atlético, cabello y ojos negros, vestía un traje negro profundo con una camisa completamente blanca inmaculada.

    — ¡No permitiré que golpees a mi hermana! — grito el chico mientras soltaba la mano de su padre lanzándola a un lado de la cara de su hermana y colocándose él frente a su padre, mirándolo a los ojos con evidente odio en sus penetrantes ojos negros.

    — ¡José Luis! — exclamo aliviada Mónica, al ver que su hijo había intervenido justo a tiempo, en lo que abría sido una enorme que su hija llevaría en su rostro pon un par de días.

    Esta vez, ambos pelinegros se miraron a los ojos entendiendo al fin aquel sentimiento de paz que los embargaba al estar cerca el uno del otro, mientras que Sakura y Naruto los miraban completamente sorprendidos, hermanos en el pasado, mejores amigos en el presente, la coincidencia era impresionante.

    — ¡Fuera, Fuera de mi despacho!, ¡Ese matrimonio se hará, aun que sea lo ultimo que haga!, ¡No permitiré que se manche el apellido Montt, el cual mi padre, mi abuelo y mis ante pasados, han mantenido en alto! — grito mientras los tres salían del despacho del hombre, a empujones mientras que el ojiperla cerraba la puerta fuertemente.

    Mónica se dirigió a la cocina, mientras que José Luis y Luna se dirigieron al patio seguidos por los cuatro jóvenes, dos de los cuales no podían quitar los ojos de sus antepasados, no lo podían creer, era sorprendente eran tan diferentes, especialmente Luna, en el aspecto era idéntica a Hinata, pero su forma de ser era bastante diferente, o tal vez... esa fortaleza estaba en ella, solo que escondida.

    — ¿Qué hiciste para que quisiera golpearte Luna? — le pregunto José Luis mientras limpiaba las lagrimas que corrían por los ojos de su hermana.

    — Lo abofeteé, ¿Qué querías que hiciera? ¿Aceptar como una estupida el casarme con tigo? ¡Eres mi hermano, por Dios! — grito a todo pulmón la chica mientras nuevas lagrimas corrían por sus porcelanicas mejillas, sus ojos emanaban rabia, odio, se sentía horrible.

    — Lo se Luna, pero ¿Qué quieres que haga?, ¡Es nuestro padre!, ¡Tampoco me gusta el hecho de que me obliguen a casarme con mi hermana!, pero... no podemos hacer nada... — le dijo el chico mirándola a los ojos, mientras que por los ojos de Luna seguían corriendo lagrimas de rabia.

    — ¿Qué vamos ah hacer José Luis? ¡No podemos casarnos! — siguió gritando mientras lloraba la joven, le dolía, le dolía ser obligada a casarse, especialmente con su hermano, con el cual llevaba un año de diferencia.

    — Tranquila Luna, deja de llorar, pensaremos en algo, como cuando éramos pequeños, ¿recuerdas? — dijo el pelinegro mientras abraza a su hermana y le limpiaba las cristalinas lagrimas que corrían por sus mejillas, provocando una sonrisa traviesa en ella.

    — ¿Como cuando enterramos el jarrón que papá compro en China y le echamos la culpa a su perro? — pregunto la ojiperla con una pequeña sonrisa traviesa provocando risas en su hermano.

    — Si, ese perro era malvado ¿recuerdas? — sonrío el pelinegro recordando los viejos tiempos cuando el y su hermana hacían travesuras.

    — Claro, le gustaba morderme, ¿recuerdas cuando le tiraste las orejas? — dijo la chica mientras comenzaba a reír.

    — Si, si lo recuerdo, después de lo del jarrón, ese perro se fue de la casa — dijo el pelinegro riendo junto a su hermana.

    Los cuatro chicos que observaban la escena daban crédito a la crianza distinta en ese tiempo al actual, Luna y Hinata, José Luis y Sasuke, completamente parecidos en lo físico, pero diferentes en lo psicológico, Luna era a simple vista una joven totalmente fuerte, no se inmutaba, parecía completamente dura, pero a la vez, dulce y tierna. José Luis tenía la misma mirada sería y arrogante de Sasuke, pero era mucho más risueño que él, por lo menos como se veía riendo con Luna.

    — ¿Cómo es posible que obliguen a hermanos a casarse? — hablo la Haruno, mientras todas las miradas se posaban en ella.

    — En realidad no es tan extraño, mi padre y mi madre eran primos, mantuvieron el linaje de los Hyuga de esa forma, tal vez yo corra la misma suerte, con Neji... — hablo la chica de mirada perlina provocando un escalofrío en los presentes, especialmente en un rubio que sintió una puntada en el pecho por lo pronunciado por la joven heredera de los Hyuga.

    — Exacto, en este tiempo era algo común ver a hermanos, primos casarse para mantener el nombre de sus familias, Mónica y Arturo, no tuvieron esa suerte, Mónica fue criada especialmente para ser la esposa de Arturo, hija de la amante de Manuel Montt, padre de Arturo, Selena Gonzáles, cuando Manuel la conoció, Selena ya tenía a Mónica y a Manuel le pareció tan encantadora la pequeña que la escogió para su hijo, claro que Mónica nunca lo quiso así, su madre la obligo, ella amaba y era amada por Ricardo Montalbán, el verdadero padre de José Luis y de Juan Carlos, el hermano mayor de Luna y José Luis, claro Juan Carlos ya está casado, pero Ricardo está muerto, Manuel se entero de que Mónica estaba embaraza cuando se casó con su hijo obviamente ambos creían que había quedado embarazada por la primera noche de bodas, pero no, Manuel mató con sus propias manos a Ricardo al comprobar que primero Juan Carlos y después José Luis eran hijos de él, Manuel nunca lo supo, Mónica por otra parte lo supo en el mismo momento cuando se enteraron Juan Carlos y José Luis, al conocer a la madre de Ricardo, claro que a él, lo conocen por Fugaku Uchiha y a Juan Carlos como Itachi Uchiha, obviamente que lo ya dicho lo verán a medida que vaya pasando la historia — se escucho la vos melodiosa de la luna claramente en los oídos de los cuarto jóvenes, cada uno mas sorprendido que el otro, los mas afectados eran por supuesto el Uchiha y la Hyuga.

    Cuando se dieron cuenta estaban en otro lugar, una especie de salón enorme, decorado con matices anaranjados y dorados, los muebles mas finos, en el centro de el había una mesa del mas fino roble, en la pared principal había una chimenea, sobre ella un cuadro en el cual había una familia, una hermosa pelirroja de cabello completamente largo, le llegaba a los tobillos, piel blanca y tersa, ojos azules destellantes, junto a ella un hombre rubio, de ojos azul cielo, mas claros que los de la mujer, un piel perfectamente bronceada le daba el talle de un príncipe extranjero, en los rostros de ambos se veían claramente sonrisas, en el medio de ellos había un joven de similares características a las del hombre, sus ojos aun mas claros que los de sus padres, los dejo paralizados nuevamente, esto si que era para no creerlo.

    — Ese es Minato Namikaze, el cuarto Hokage — pronuncio la Haruno completamente sorprendida.

    — ¿Quién es ella? — pregunto la Hyuga claramente confundida.

    — Ella es Kamil Ramírez, esposa de Francisco Da Silva, y madre de Franco Da Silva, pero ustedes los conocen mejor como, Minato Namikaze, Kushina Uzumaki y Naruto Uzumaki — los ojos de los cuatro jóvenes se abrieron como platos, mientras que una lagrima corría por el rostro del rubio, así que ellos son sus padres... ¿Quién lo diría? Hijo del cuarto Hokage, tendría que hablar con la vieja Tsunade cuando todo eso terminara.

    — ¿Estas bien, Naruto? — la dulce voz de Hinata penetro en sus oídos, sacándolo de sus pensamientos.

    — Si Hinata... no te preocupes... estoy bien — dijo el chico con una sonrisa dedicada a la ojiperla.

    — ¿El apellido es Da Silva, no? — pregunto el Uchiha confundido.

    — Si, la familia Da Silva llego a España cuando Francisco, tenía dieciséis años (el ante pasado de Naruto es descendiente de brasileños y los descendientes de Luna, José Luis y Stella son españoles), aquí conoció a Kamil, hija mayor del general Ramírez, de la cual se enamoro en el primer momento en el que la vio, provocando el mismo sentimiento en ella, lo demás es historia — les explico la luna a los cuatro jóvenes de forma que pudieran entender.

    — Wow, dobe eres extranjero — bromeo el Uchiha.

    —Eso parece teme, al menos en este tiempo... — concordó el rubio sin hacer caso omiso al tono burlón del pelinegro.

    — Miren... tocan la puerta — dijo la pelirosa viendo como una criada habrían dejando entrar a una mujer de cabello rojizo y rizado, sus ojos verdes resaltaban de entre unas largas pestañas, vestía un hermoso vestido color rosa pálido, con preciosos encajes bordados, tras ella venía un hombre de cabello anaranjado, ojos pardo, tenía un talle muy elegante, junto al entro una joven, que hizo que los ojos del Uchiha se encendieran con amor, lujuria y pasión, una hermosa pelirosa entraba junto al hombre su cabello rizado en las puntas completamente largo, cubría su espalda completamente, sus ojos jade cautivaban a cualquiera, traía puesto un hermoso vestido color rojo rubí, finamente decorado con pedrería, entonaba sus curvas de forma completamente seductora.

    — Catrina, llama a mi hermana por favor — pidió la mujer con una sonrisa a la criada que les había abierto la puerta.

    — Enseguida señora — dijo la joven subiendo por las escaleras.

    — Esa mujer, no se parece a mi madre, pero el hombre si es mi padre, esa mujer se parece a mi tía pero ella... — pronuncio la ojijade mientras Kamil descendía por las escaleras.

    — Isabel, hermana, que alegría me da verte — pronuncio la pelirroja de larga cabellera abrazando a su hermana.

    — Kamil, es un placer volverte a ver — saludo el ojipardo a su cuñada.

    — ¡Esteban! Que gusto volver a verte — saludo Kamil a su cuñado con una abrazo — ¡Stella, cuanto has crecido hija! — dijo Kamil mientras abrazaba a su sobrina.

    — Tía Kamil, que gusto volver a verla, la extrañe en Francia — expreso la joven de mirada jade.

    — Tu sabes que a Francisco y a Franco, les gusta estar en la época de casa — dijo Kamil disculpándose con su sobrina.

    — Salvajes...— pronuncio la pelirosa provocando el enojo de su madre.

    — ¡Stella, no te refieras así de tu tío y tu primo! — dijo exaltada Isabel, reprochando a su hija.

    — Tranquila hermana, yo también creo que es un deporte de salvajes— aseguro sonriendo Kamil a su hermana.

    Pero antes de que pudieran seguir con su conversación entraron por la puerta principal los dos hombres que faltaban, dos rubios risueños, alardeando de lo bien que habían casado ese día, el mayor de los rubios se acerco a su esposa sin percatarse de las demás personas que habían en el lugar tomándola posesivamente por la cintura y besando con pasión en los labios provocando un sonrojo en las dos mujeres que observaban la escena y risas por parte del joven y el hombre.

    — Tía Isabel, tío Esteban, Stella, ¡que alegría verlos aquí! — exclamó el rubio menor con una sonrisa, mientras aparecía un enorme sonrojo en su madre y una enorme sonrisa en su padre.

    — Isabel, Esteban, Stella, ¡que bueno verlos!, debo disculparme sinceramente no me di cuenta de que estaban aquí, la belleza de tu hermana me siega Isabel — dijo con una sonrisa el señor de la familia Da Silva.

    — Me lo imagino Francisco, eres realmente impulsivo — argumento la pelirroja con una sonrisa — Bueno a lo que veníamos, como se han podido dar cuenta mi hija Stella ya ah cumplido los diecisiete años, y bueno ya es tiempo — dijo la mujer provocando una miradas serias en los mayores y de extrañeza en los menores.

    — Claro hermana, los dos ya tienen edad, creo que la fecha ideal sería en dos meses — dijo la ojiazul mirando seriamente a todos los presentes.

    — Haber un momento, no entiendo nada, ¿De que están hablando? —interrumpió la pelirosa mirando a su madre a los ojos con una clara expresión de confusión.

    — Ustedes dos están comprometidos, se casaran en dos meses... — sentencio Esteban provocando miradas atónitas por parte de los dos jóvenes.

    — ¿¡Qué!? — gritaron ambos jóvenes mirándose completamente confundidos, ¿Cómo se les ocurría semejante estupidez?, ¡Son primos!, ¿Qué mierda les pasaba por sus mentes?

    — Vamos chicos cálmense, es algo normal que dos primos se casen, Stella tu sabes que tu padre y tu madre son primos ¿no? — dijo el patriarca de los Da Silva mirando a su hijo y a su sobrina.

    — Si pero no... — intento decir la pelirosa pero su primo la interrumpió gritando a todo pulmón.

    — ¡Pero papá, tu sabes que a mi me gusta otra persona!, ¡y Stella es mi prima! — grito el ojiazul mirando intensamente a sus padres y tíos, que sarta de estupideces les pasaba por las cabezas.

    — Lo sabemos hijo, lo sabemos bien, pero tu no la conoces, no has hablado con ella, claro, tu madre y yo conocemos a sus padres, y bueno, hoy nos ah llegado una invitación para una fiesta de compromiso, la fiesta de compromiso de Luna y José Luis Montt, lo siento hijo pero así están pasando las cosas — dijo la pelirroja, provocando que los ojos de su hijo se llenaran de lagrimas de rabia, no, no la iba a perder sin conocerla, pensaba mientras se daba media vuelta dirigiéndose fuera de la casa.

    — ¿¡A donde vas, Franco!? — grito su padre viendo abrir a su hijo la puerta principal de su mansión.

    — ¡Lejos de está mierda! — grito cerrando la puerta tras de si, montándose en su caballo, mientras los presentes oían atónitos el galope del caballo alejarse.

    ___________________________________________

    Espero les haya gustado.
     
  2.  
    xXxNaRuHiNa

    xXxNaRuHiNa Usuario común

    Tauro
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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    hola
    wow me encanto!!
    o_o primero como es que aquellos ellos conocian es que ellos queria ver la historiad e aquellos jovenes que perdieron su vida por amar, porque bueno de verdad nose como se les ocurre XD
    y una cosa...
    QUIEN SE CREE ESE TIPO PARA GOLPEAR A HINATA?!! NI ES SU HIJAAA ASI QUE RESPETE Y QUE VALLA A GOLPEAR A SU ABUELA!! esque como se atreve!!!
    si lo hace esque lo mato!! nadie toca la cara de hinata!! bueno no es hinata pero igual xD
    me ah encantado!!!
    de veras!! XD
    jeje bueno nos vemos
    aunque te aseguro que eso de francisco y todo eso me tuvo mareada un poco
    bueno nos vemos sayo :p
     
  3.  
    lua

    lua Entusiasta

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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    hola!!!!!!! bueno me alegra que te haya gustado!!!!! me hace feliz!!!!! bueno, Arturo si es el padre de Luna, pero sus dos hermanos no, pero eso lo explicare mas adelante espero que disfruten el siguiente capitulo bye!!!!!!


    Capitulo 2: El claro del bosque, la visita, los amores comienzan a nacer.

    Ante la mirada atónita de todos allí se oyó la vos de la luna en los oídos de los cuatro jóvenes que observaban perplejos la escena, Franco, tenía la misma expresión de tonto de Naruto, y también esa forma impulsiva de ser que lo caracterizaba, mientras que Stella, tenía la misma belleza de Sakura, pero su carácter parecía menos dominante que el de Sakura, después de todo el griterío que provoco el rubio ella continuaba perpleja mirando directamente a sus padres con lagrimas corriendo por sus ojos jade de forma dolorosa.

    —Como ven los padres de Stella son primos, pero para ellos fue fácil se sentían atraídos el uno del otro en su juventud, en este momento los tendré que separar, dos de ustedes seguirán a Franco, mientras que los otros dos volverán a la mansión de los Montt, necesito que me digan quienes de ustedes seguirán a Franco — habló calmadamente la luna.

    — Hinata y yo seguiremos a Franco, tengo el presentimiento de que se encontrar con Luna, así que sería bueno que lo viéramos nosotros ¡de veras! — argumento el Uzumaki mientras que una luz los iluminaba en un segundo y en el otro se encontraban en un hermoso claro del bosque, donde en la rama de un árbol descansaba una joven con un libro en sus manos, observando un punto perdido mientras que su blanco caballo pastaba frente a ella.

    — Tenías razón Naruto...— pronuncio la joven de perlina mirada viéndose tendida tranquilamente en la rama del árbol.

    — Me lo imagine — dijo el chico mientras le dedicaba una enorme sonrisa a la Hyuga.

    — ¿Quién esta hay? — se escucho la melodiosa voz de Luna mientras corría su mirada mirando específicamente el punto en donde estaban los dos chicos provocando un escalofrío en ambos.

    — Lo lamento señorita, de hecho al verla aquí pretendí retirarme para no disturbarla, pero como me ah descubierto me presento, soy Franco Da Silva, es un placer — se sintió una voz ronca detrás de los jóvenes, obviamente ya sabían quien era.

    — No se preocupe, no me disturba, yo soy Luna Montt, el placer es mío — dijo la chica mientras el rubio se acercaba al árbol donde estaba la joven con una mirada centellante, provocando una pequeña sonrisa en ella, cosa que la Hyuga no pasó por alto, claro que Luna era mucho mas disimulada que ella, si Naruto hiciera eso ella seguramente se desmayaría.

    — Lo se, usted es muy conocida señorita Montt — dijo el rubio provocando que la ojiperla frunciera el seño.

    — No me gusta que me traten de usted los chicos de mi edad, que te parece si me dices Luna y yo a ti Franco ¿si?— dijo la chica con una sonrisa provocando que el chico se impresionara, pero asomo una sonrisa también en sus labios, si antes le gustaba ahora le gustaba mas.

    — Muy bien Luna— dijo mirandola con una linda sonrisa.

    — Y dime Franco, ¿Qué te da tanta rabia? — pregunto la pelinegra mirando a los ojos al joven rubio.

    — ¿Por qué preguntas eso? — dijo extrañado el rubio mientras miraba a la chica levantando una ceja interrogativamente.

    — Bueno hace como 2 minutos escuche un grito de rabia de un hombre, y luego llegaste tú — dijo la chica de ojos perlinos mirando directamente al Da Silva.

    — Ah, eso bueno... es complicado — dijo bajando la mirada el ojiazul.

    — Dime, tal vez pueda ayudarte — dijo la chica mirándolo directamente a los ojos.

    — Uf... lo que pasa es que estoy obligado a casarme... con mi prima... — dijo el chico con la mirada perdida en el río que estaba junto al árbol en el que estaba la chica.

    — Estamos sobre la misma barca...— dijo la chica mientras miraba al igual que el rubio un punto fijo en el río — Claro que yo no me caso con mi primo... me caso con... mi hermano — dijo mientras una lagrima corría por su mejilla.

    — Pues si al parecer estamos en la misma barca, Stella es como una hermana para mí — dijo dirigiendo esta vez su mirada al rostro de la chica percatándose de la lágrima que corría por su mejilla.

    —No llores... te vez mas linda cuando sonríes Luna... —dijo el rubio mirando con una sonrisa a la chica, provocando un pequeño sonrojo en la pelinegra.

    — Es verdad, te vez mucho mas linda cuando sonríes — dijo el Uzumaki mirando con una enorme sonrisa a la Hyuga.

    — Gracias... — dijeron al unísono las dos ojiperla mientras sus mejillas se teñían de rojo.

    — No es nada — dijeron ambos rubios al unísono, provocando que el Uzumaki y la Hyuga se sorprendieran.

    — Luna... ¿no crees que es muy peligroso que estés trepada en el árbol? — pregunto el ojiazul provocando que la pelinegra frunciera el seño.

    — No, siempre lo eh hecho, y nunca me eh caído — dijo la chica de forma despreocupada por el hecho de estar sobre la rama de un árbol a una altura considerable.

    — ¿Sabes bajar? — pregunto esta vez el rubio, preocupado por la chica.

    — Pues claro qu... ¡Ah! — comenzó a decir la chica mientras intentaba decender el gran árbol, pero al pisar de mala forma en una rama cayo, mientras que el rubio se acerco rápidamente a ella para sostenerla, sus brazos se enredaron en la delicada cintura de la joven, mientras que sus rostros estaban a escasos centímetros de distancia, provocando que sus labios se unieran accidentalmente mientras que, por perdida del equilibrio del chico cayeron al río que estaba junto al árbol donde estaba trepada la chica, mientras los observaban atónitos un par de ojos.


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    Mientras que en otro lugar una enorme carroza tirada por dos caballos de pelaje extremadamente blanco se detenía en frente de una hermosa mansión, pintada de un hermoso color blanco perlado, el jardín de la parte delantera estaba hermosamente decorado por rosas rojas y blancas por el rededor habían unos pequeños árboles de manzanas, la puerta principal hecha de caoba finamente tallada con dos dragones, uno a cada lado de la puerta, sobre ella había una hermosa placa de oro blanco donde estaba grabado “Familia Montt”.
    Del carruaje bajaron dos hombre, dos mujeres y una joven con la mirada completamente opaca, las dos mujeres se acercaron a la puerta principal siendo recibidas por el mayor domo de la casa.

    — Señora Kamil, señora Isabel, es un placer verlas nuevamente— dijo el hombre dejando pasar a todos los presentes.

    — ¿A que habrán venido? — pregunto la pelirosa al ojinegro mientras seguían de cerca de los da Silva y a los Ramírez.

    — No lo se, tal vez los vienen a felicitar por la boda... — contesto el azabache con la visa clavada en Stella, se veía totalmente hermosa.

    — Iré por los señores, esperen un segundo— dijo el hombre mientras les daba una pequeña reverencia.

    — Aquí los esperamos Gastón — dijo Isabel mientras se sentaba en un sillón tapizado con un delicado terciopelo rojo.

    — ¿Por qué estas tan callada hija?— pregunto el ojipardo a su hija mientras que esta levanto la mirada, provocando un escalofrío en sus padres al ver que su mirada estaba gélida, los miro a los y luego corrió la mirada en un claro desprecio a ambos.

    — No seas insolente jovencita...— dijo la pelirroja mirando a su hija hacer caso omiso a su advertencia.

    — ¡Kamil, Isabel! ¡Que alegría verlas!— exclamo la pelinegra que bajaba desde el segundo piso de la gran mansión.

    — Mónica, estas preciosa — dijo la ojiazul mientras le daba un abrazo a la ojiazabache.

    — Es un placer volverlos a ver, Francisco, Esteban— dijo Arturo bajando después de su esposa con una sonrisa de superioridad.

    — Hemos venido a felicitarte por el matrimonio de tus hijos — dijo el ojipardo extendiendo su mano en forma de saludo.

    — Mis hijos estarán felices por sus felicitaciones. — dijo cínicamente el hombre mientras giraba su vista a la joven pelirosa que estaba junto a su padre.

    — Tú debes ser Stella la hija de Esteban e Isabel — dijo el hombre extendiendo su mano, mientras la ojijade le sonreía y extendía su mano en forma de saludo al hombre.

    — Si señor, soy Stella Ramírez — dijo la joven con una encantadora sonrisa, mientras apretaba la mano del hombre.

    — Es muy educada tu hija Isabel, si tan solo Luna fuese así de respetuosa — dijo Arturo provocando que su mujer frunciera el seño.

    — No hables así de mi hija Arturo, Luna tiene el mismo carácter que tu, no lo olvides — dijo Mónica defendiendo a su hija.

    — Gastón ve por José Luis, esta en la biblioteca — dijo el hombre mientras el mayordomo de la casa se dirigía a la biblioteca en busca del joven, que estaba sentando entre un montón de libros sobre política, deforma que no vio al hombre entrar en la habitación.

    — Joven José Luis lo llaman sus padres, han llegado unos amigos de sus padres — dijo el hombre provocando que el pelinegro subiera la vista y alzara una ceja de forma interrogativa.

    — ¿Y eso debería importarme? — dijo el chico provocando que la Haruno riera.

    — ¿Qué te parece tan gracioso? — dijo el pelinegro con la misma expresión facial de su antepasado.

    — Te respondes tu solo con los gestos tuyos y de José Luis — dijo la pelirosa con una enorme sonrisa burlona y tenía razón el habría dicho lo mismo.

    — Hay una hermosa jovencita en el vestíbulo y se ve aburrida no cree que sería buena idea... — comenzó a decir el hombre pero el ojiazabache lo interrumpió con una sonrisa de medio lado.

    — Dices que es linda ¿no? — dijo con la sonrisa plantada en su rostro mientras se ponía de pie.

    — Pues si, es muy bonita — dijo el hombre frente al joven de mirada azabache.

    — Entonces vamos, eso si, espero que no sea igual a la otra, estaba loca...— dijo el peliazabache saliendo de la habitación seguido por su mayordomo y por Sasuke y Sakura.

    — ¿La joven Amelia? — dijo el hombre provocando en los otros dos jóvenes una interrogación en sus cabezas, ¿Quién era Amelia?

    — Esa misma, estaba lo...ca — dijo el chico mientras sus ojos se posaban en una hermosa joven de cabello rosado y ojos jade, que lo dejo paralizado ¿Bonita? ¿Linda? Es más que preciosa, de pronto sus ojos de encendieron con lujuria y pasión, sus ojos recorrieron su escultural figura, sus labios perfectamente delineados y completamente rojos, de pronto sus miradas se cruzaron provocando un gran sonrojo en la joven y un pequeño sonrojo en el, mientras una sonrisa tímida aparecía en el rostro de la chica.

    — José Luis, hijo, te presento a Stella Ramírez, ¿No es preciosa? — dijo Mónica mientras tomaba por los hombros a la joven.

    — Mucho gusto Stella, soy José Luis Montt — dijo el chico sosteniendo la mano de la joven y depositando un beso en ella.

    — Mucho gusto — dijo la joven sonriéndole de forma gustosa.

    — ¿Por qué no le enseñas la casa a Stella hijo? — dijo la pelinegra mientras que le sonreía a su hijo de forma maternal.

    — Pues claro, si ella lo desea por mi no habrá problema — dijo el chico mirando de forma directa a los ojos de la joven.

    — Si... me gustaría... conocer la... casa — dijo la joven ruborizada mientras José Luis le ofrecía su brazo para caminar pero justo en ese momento entran dos jóvenes completamente empapados.

    — ¡Luna! / ¡Franco! — gritaron al unísono ambas madres mientras corrían a ver el estado de sus dos hijos.

    — ¿¡Pero que sucedió!? — grito exjefe de la familia Montt mientras tomaba mandaba a la sirvienta de la casa por unos abrigos para los jóvenes.

    — Bueno papá... ¿recuerdas el árbol en el cual José Luis y yo jugábamos siempre? — pregunto la ojiperla mirando de forma inocente a su padre.

    — Si... — dijo el hombre entendiendo un poco por donde iba toda la historia.

    — Pues bueno... lo que paso fue que yo estaba sentada sobre una de las ramas del árbol y pues... cuando comencé a bajar de el, pise mal y... Franco pasaba con su caballo y logro alcanzarme... pero perdió el equilibrio y caímos al agua... — dijo la chica ante la sería mirada de su padre.

    — ¿Es eso cierto jovencito? — dijo el hombre mirando severamente al rubio, no le había gustado para nada la historia que le había contado su hija.

    — Si señor así fue — dijo el ojiazul mientras miraba al hombre de forma tranquila, pero había un par de ojos que no creían aquella historia, José Luis Montt no creía nada de lo que había dicho su hermana, sabía mejor que nadie la facilidad con la cual mentía el mismo se lo había enseñado, esto debían hablarlo y... lo harían.

    — ¿Cómo les ha ido?— se escucho una voz ronca tras el peliazabache y la ojijade, provocando que ambos voltearan.

    — Bueno, vimos algo muy formal Naruto — dijo la chica de cabello rosa, mientras miraba a ambos jovencitos.

    — ¿Y ustedes? — dijo estaba el Uchiha mirando a la Hyuga a los ojos provocando que esta se sonrojara al recordar el momento en que Luna y Franco se besan accidentalmente.

    — Ha-hablaron un poco... — dijo el rubio nerviosamente ante laminada atenta del Uchiha y la pelirosa.

    — ¿Si y que mas? —dijo el Uchiha mirando penetrantemente a la Hyuga, sabía que eso la haría hablar.

    — Se cayeron al agua... — continuo la chica mientras el Uchiha y la Haruno se iba acercando cada vez mas a ellos.

    — ¿Y luego...? — continuo la pelirosa mirando a ambos chicos ponerse cada vez mas nerviosos

    — Y lu-luego... — dijo el chico de forma nerviosa.

    — ¿Y Hinata....? — continuo el Uchiha mientras utilizaba tosa la fuerza de sus ojos mirando penetrantemente a los de la Hyuga.

    — Se... besaron... — dijo la chica sucumbiendo ante la mirada penetrante de su mejor amigo, provocando un sonrojo en el rubio y uno aun mas fuerte en ella, pero sonrisas en la pelirosa y el ojinegro.

    — ¿Se besaron eh? —dijo la chica de ojos jade con un peculiar brillo en ellos.

    — Fu-fue casualidad... el la fue a... a atraparla —continuo la Hyuga ante la atenta mirada de sus amigos mientras que el rubio permanecía completamente ruborizado y callado, pensaba en el momento exacto en el que Luna y Franco unieron sus labios, Franco cerró automáticamente sus ojos, obviamente pareció gustarle el hecho de juntar sus labios con la pelinegra, mientras que Luna permaneció con los ojos abiertos como platos al sentir el contacto de sus labios con los de su rubio antepasado, luego salieron del agua sin decir nada hasta llegar aquí.

    — Bueno entonces ven por aquí jovencito, Esteban te mostrara donde puedes cambiarte, José Luis te prestara ropa — dijo Arturo mientras dirigía al rubio a uno de los pasillos de su casa.

    — Y tu Luna ve rápidamente a secarte y a cambiarte, no quiero que pesques un resfriado, eres una jovencita tan delicada... — dijo el hombre mientras su hija fruncía el seño.

    — No soy delicada, soy tan fuerte como mis hermanos, tu no quieres que me pase nada solo por el tu maldita obsesión con el linaje de nuestra familia, después de todo, yo soy la única que nació con los ojos perlados — dijo la chica de ojos perla mientrass se daba media vuelta en un claro desprecio hacia su padre y subía las escaleras directo a su habitación seguida de su hermano, provocando que su padre enrojeciera de la ira.

    — Lamento la descortesía de mi hija, su madre la conciente demasiado — dijo el hombre disculpándose con sus amigos, mientras esta vez era su mujer la que fruncía el seño.

    — No digas eso Arturo, tu hija se ve encantadora, me gustan las jovencitas con carácter, sinceramente se nota que es tu hija, tienen el mismo carácter — dijo el Da Silva con una sonrisa zorruna, provocando una que otra carcajada en los cuatro jóvenes observadores, se notaba que él era el padre de Naruto.

    — Pues si, tiene mucho carácter, aun que yo diría que se parece mas a mi — dijo Mónica con evidente orgullo en su mirada.

    — Pues si, yo creo lo mismo Mónica, claro que mi hijo es idéntico a su padre, son igual de apasionados — dijo Kamil mirando con una sonrisa enorme en su rostro.

    — Que encantador, Juan Carlos y José Luis no tiene muchas cosas en común con Arturo, pero... ¿Qué mas da? Tal vez mi carácter es más fuerte — dijo la mujer con una sonrisa burlona hacia su marido, por lo cual el sonríe de igual manera.

    — Puede ser, pero admítelo, Francisco tiene razón, mi hija salio idéntica a mi — dijo el hombre de forma orgullosa, si la chica le daba muchos dolores de cabeza, pero, era su única hija y aun que no lo daba a notar a la que mas quería.

    Luego de la pequeña charla llegaron el rubio y el pelinegro al gran salón en donde solamente faltaba la menor de los Montt, José Luis le había prestado unos pantalones negros, unos mocasines del mismo color, y una camisa blanca, la cual estaba abierta en posprimero botones del cuello hacia abajo.

    — ¿No crees que estas algo desarreglado hijo? — dijo el hombre de cabellera dorada mientras su hijo sonreí.

    — No me quedo ninguno de los sacos de José Luis — dijo el rubio mientras sonreía y ponía una de sus manos en su nuca, un gesto típico de el.

    — Cuando dejaras de ser un niño Franco — dijo la pelirosa acercándose a su primo.

    — Por favor Stella, eres mi prima no mi madre como para decirme eso ¿no? — dijo el chico mirando con una sonrisa a su prima mientras giraba su cabeza para ver como bajaba la chica mas hermosa que hubiera podido ver.

    Luna bajaba por la gran escalera a paso lento, su cabello estaba recogido en un moño alto, algo desordenado, su cabello estaba hecho rizos que caían por su espalda desnuda, su vestido blanco inmaculado, con un hermoso escote que dejaba ver algo de sus pechos y hombros, de piel porcelanica, los tirantes estaban al comienzo de sus brazos, sus labios delicadamente adornados con un hermoso color rojo carmesí, sus pestañas perfectamente encrespadas, sus ojos con un delicado delineador negro, una sombra color rosa pálido, sus mejillas con algo de rubor.
    El menor de los Da Silva quedo embobado, viéndola bajar esplendorosamente, sus ojos la recorrían completamente, deteniéndose en su rostro, para luego bajar a su escote, era la primera vez que quedaba completamente embobado.
     
  4.  
    xXxHinata

    xXxHinata Usuario común

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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    Hola! pues la verdad ya habia comentado pero se borraron los post u_U pero bueno aqui vengo de nuevo :P

    Me encanto la conti de tu fic, te quedo muy bien, me gusto mucho la parte en la cual Luna y Francisco se besaban ya me lo imagino *-*

    Y pues bueno, ya me imagino como se sonrojaron sasuke y sakura al verse por primera vez en sus vidas pasadas! xD

    Pues en verdad que me gusta tu fic, es bien interesante, ademas que en esa epoca Hinata era una joven fuerte, con caracter!

    O_O no es la misma a la del presente ovbiamente pero bueno siguen teniendo esos sonrojos al ver a Naruto xD

    Bueno sayo! cuidate y pon la conti cuando puedas adios! :D
     
  5.  
    lua

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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    Lamento la tardanza espero les guste este capitulo!!!!!!!

    Capitulo 3: Nuevas amistades, corazones atrapados, ¡No pienso casarme con el!

    El menor de los Da Silva quedo embobado viéndola bajar esplendorosamente, sus ojos la recorrían completamente, deteniéndose en su rostro, para luego bajar a su escote, era la primera vez que quedaba completamente embobado.

    — Te vez hermosa hija — dijo la pelinegra mayor mientras se acercaba a su hija.

    — Gracias mamá, no me había puesto antes este vestido por que creía que era un poco escotado, pero no, estaba exagerando — dijo la chica ante la mirada asesina de su padre y hermano, ¿Un poco escotado? Eso era demasiado demostrativo, ¿Exagerando? Ese escote era exagerado.

    — Tengo muchos vestidos como este... creo que comenzare a usarlos ¿Tu que dices madre? — termino de hablar la chica mientras su madre ampliaba su sonrisa, sabía lo que su hija estaba haciendo, no le disgustaba, aquellos vestidos eran de los mejores diseñadores que había en todo el continente, además, adoraba ver a su marido enfadado, pero, siempre guardando las apariencias.

    — Por su puesto que si hija, esos vestidos son preciosos, ¿Tu que dices amor? — dijo la ojiazabache mientras dirigía todas las miradas a su esposo, provocando una sonrisa en su hija, si, su madre entendió el mensaje, eso le agradaba, después de todo, no se rendiría sin luchar, ella jamás lo hacia, clareo que su hermano (y estaba en lo correcto) no había entendido el mensaje, se le veía en su rostro una irritación enorme, eso no le gustaba le pondría fin a ello.

    — Se ve bien — dijo el hombre secamente y con el seño fruncido, no le gustaba ver de esa forma a su hija.

    — José Luis, ¿Qué te parece si les enseñamos la casa a Franco y a....? — inquirió la chica mientras que su hermano afirmaba con la cabeza.

    — Stella — dijo la pelirosa mientras daba unos pasos adelante y tomaba el brazo de su primo sacándolo de transe que le había provocado ver a la menor de los Montt vestida de esa forma, para seguir caminado.

    — Entonces ¿Quieren venir? — dijo esta vez el pelinegro con una mirada destellante hacia Stella, cosa que la hizo sonrojar, y a la pelinegra menor le provoco risa, así que...
    ¿A su hermanito le gusto una chica bonita al fin?

    Los cuatro jóvenes se dirigieron al gran jardín que estaba en la parte trasera de la gran mansión de los Montt, un hermoso jardín decorado con un incontable numero de flores, todas a juego, y unos enormes árboles, pero hubo uno en especial que llamo la atención de los cuatro espectadores, un árbol de cerezo. Los cuatro jóvenes protagonistas de esta historia se dirigieron a aquel árbol el cual dejo maravillados a ambos primos.

    — Es un árbol de cerezo, en japonés es un árbol de Sakuras — dijo el ojiazabache mientras miraba el hermoso árbol, completamente lleno de flores de cerezo, de un hermoso tono rosado, el mismo tono de la cabellera de la joven que estaba a su lado.

    — Mi padre, aun que no lo de a notar es un hombre muy romántico, hizo que trajeran el árbol desde Japón para obsequiárselo a mi madre en su décimo aniversario, mi madre estaba feliz, ese día hicimos un picnic debajo de el — dijo la chica de ojos perlinos mirando atentamente aquel hermoso árbol.

    — Luna...— comenzó a decir el pelinegro pero en ese mismo momento la joven lo interrumpió.

    — Es una estrategia, a mi padre jamás le han gustado estos vestidos, por eso nunca me los había colocado, pero ahora me los colocare todos y tu como mi hermano y futuro “esposo” tienes que apoyarme, papá no lo aguantara, lo se, lo conozco, me preguntara que es lo que quiero y listo, compromiso disuelto, mamá lo comprendió enseguida, tu eres muy cabeza dura — termino de decir la joven mirando directamente a los penetrantes ojos del pelinegro, provocando que una media sonrisa saliera de los labios de ambos, ahora lo entendía, si, eso podría funcionar.

    — Tu Stella, podrías hacer lo mismo, se que te tienes que casar con Franco — dijo la chica esta vez viendo a la ojijade a los ojos, provocando que los ojos de esta se oscurecieran.

    — No se puede, no tendría el valor para hacerlo, me daría demasiada vergüenza... — dijo la chica ruborizada ante, ahora, la atenta mirada del peliazabache.

    — Entiendo... ¿Y tu Franco que estarías dispuesto a hacer? — pregunto esta vez el pelinegro, al rubio que lo miro seriamente.

    — Lo que sea, a mi... en realidad me gusta otra persona... y me doy cuenta de que a mi prima igual... — dijo el chico mientras un fuerte sonrojo salía de las mejillas de la joven, por lo que el ojinegro sonrío, el se había dado cuenta en realidad de que al ojiazul le gustaba su hermana apenas vio como los ojos del chico se quedaron prendidos de su hermana cuando bajaba por las escaleras.

    — Pues entonces manos a la obra, tenemos menos de un mes para hacerlo, en cuatro semanas será nuestra fiesta de compromiso, una vez que toda la ciudad lo sepa no podremos hacer nada, mi padre esta obsesionado con mantener el apellido de nuestra familia en alto — dijo la chica mientras se sentaba en el césped seguida por los otros tres jóvenes.

    — ¿Cuándo será su fiesta de compromiso? — demando el pelinegro a la ojijade mientras que esta lo miro al sonrojada.

    — No lo sabemos, nos acabamos de enterar de que nos casaremos — dijo la chica con la mirada gacha por lo que el pelinegro no pudo aguantar el hecho de acariciarle el rostro en modo de protección, delante de la mirada sorprendida de cinco jóvenes, uno de ellos presente entre los cuatro y los otros cuatro espectadores, y de una mirada sonriente de su joven hermana.

    — Entonces... tendrán que saber lo antes posible cuando será su fiesta — dijo la chica captando la atención de todos, mientras que su hermano retiraba su mano del rostro de la ojijade.

    Mientras los cuatro espectadores estaba anonadados, el ante pasado de Sasuke era... ¿Consolador?, ¿Amable?, ¿Risueño?, eso si que eran para no creerlo especialmente el hechote que le acariciara el rostro a Stella.

    — Ok, ese chico es parecido a Sasuke, pero demuestra mucho mas los sentimientos que tu teme — dijo el Uzumaki mientras no daba crédito suficiente a lo que veía, para el eran Sasuke y Sakura.

    — Cállate dobe, Nome dejas escuchar — dijo el pelinegro mirando asesinamente a su rubio amigo.


    — Jóvenes deben entrar es hora de la cena — dijo una mujer de edad avanzada, mientras sonreía.

    — Enseguida vamos señora Sara — dijo la ojiperla mientras se paraba del césped y le tendía la mano a Stella — te ayudo — dijo la chica mientras la otra le respondía con una sonrisa y tomaba la mano de la chica, para luego comenzar a caminar rumbo al comedor.

    — Tu hermano es muy agradable Luna — dijo la joven de mirada jade mientras miraba para atrás y se sonrojaba.

    — Ya veo, te gusta mi hermano ¿no? — Dijo la chica provocando que la pelirosa enrojeciera mas sus mejillas — Eso lo dice todo — sentencio la chica mientras entraban en la gran mansión.

    Los cuatro jóvenes entraron al comedor seguidos por sus cuatro espectadores, cada par de ojos se poso en una parte diferente, los ojos de las ojiperlas se posaron en el hombre de igual mirada, mientras que los ojos de los ojinegros se desviaron a la mujer que estaba sentada junto a su esposo, su madre, los ojos azules de ambos rubios se dirigieron a sus dos padres, Francisco, Minato, Kamil, Kushina, las dos ojijade miraron a la mujer que era madre de la Stella en ese momento.

    — Siéntense chicos Sara traerá la comida enseguida — los cuatro jóvenes se sentaron uno junto al otro, José Luis junto a Stella y Franco junto Luna, los cuales quedaron completamente felices, Luna no quitaba la sonrisa de su rostro al igual que su hermano.

    — Estas muy contenta, hija — dijo el ojiperla mirando a su hija ampliar su sonrisa.

    — Pues si, tengo dos nuevos amigos, algo por lo que me alegre, ¿no? — dijo la chica mirando con una sonrisa a su padre, aun que sus ojos no demostraban lo mismo, demostraba un brillo diferente.

    — Claro... — dijo su padre mientras la mujer entraba con un carrito donde llevaba todos los platos a la mesa.

    Comenzaron a comer en silencio cada uno, mientras que todos estaban distraídos (o al menos eso creía el ojinegro), el pelinegro bajo la mirada del escote de la pelirosa a su falda mientras imaginaba sus perfectas piernas descubiertas, no dudo ni un segundo en levantar su mano y colocarla sobre la rodilla de la chica, por lo cual la ojijade se sonrojo y disimuladamente bajo la mirada hasta la mano del chico que estaba sobre su rodilla, luego miro al chico que con una arrogante sonrisa subió su mano hasta su muslo, provocando que la chica se sonrojara un poco mas tratando de pasar desapercibida, mientras que el chico paseaba su mano por el muslo de la chica de lo cual, cuando la joven pelinegra se dio cuenta de aquel hecho tiro una fuerte patada a su hermano mayor.

    — ¡AH! — grito de dolor el chico mientras miraba a su hermana con el seño fruncido, provocando que todas las miradas se fueran a ellos.

    — ¿Qué sucede José Luis?, ¿Por qué gritas? — dijo su madre preocupada por su hijo.

    — No es nada, me golpeé con la mesa en una herida que tengo la rodilla cuando me caí del caballo ayer, y pues... me dolió — dijo el chico algo ruborizado por el hecho de haber gritado de tal forma.

    — Es cierto madre... ayer cuando fuimos a cabalgar el caballo lo votó, y el callo de rodillas — dijo la pelinegra mirando a su hermano con una sonrisa de superioridad.

    Mientras que tras ellos dos de los cuatro espectadores no podían para de reír el hecho de ver aquella escena los dejos completamente atónitos, se notaba que José Luis y Sasuke no eran los mismos.

    — ¡Ha-ha-ha-ha! El frío Sasuke jamás le hizo caso a una chica y José Luis pasea su mano por el muslo de Stella — dijo el Uzumaki mientras que ambos nombrados se sonrojaban.

    — Cállate Naruto, no seas estupido — dijo la Haruno mientras miraba con ira asesina a su rubio amigo.

    — ¡Sh...! Escuchen — dijo la Hyuga mientras

    Los chicos ven como las sonrisas de sus antepasados se ensanchan a más no poder, para Luna no había podido salir más perfecto.

    — Entonces... ¿la fiesta será el mismo día? — inquirió la joven pelinegra con una enorme sonrisa.

    — Pues si, y si están deacuerdo también el matrimonio — dijo la madre de la pelinegra mientras, los cuatro chicos asentían.

    — Por su puesto, nos encantaría ¿no? — hablo está vez la pelirosa con una sonrisa enorme sobre su rostro.

    — Claro, sería divertido, ¿ustedes que creen chicos? — inquirió la pelinegra con una sonrisa autosuficiente en su rostro.

    — a mi me da igual... es solo una boda —dijo el pelinegro mientras bebia n poco de vino.

    — Por mi esta bien, después de todo... no importa la opinión que tengamos nosotros ¿no? — dijo el rubio mientras miraba a sus padres seriamente.

    — Pues entonces esta decidido, ¡sera una boda doble! — dijo el cabeza de la familia Montt, terminado así, con la conversación.

    Luego de haber finalizado la cena, los Montt se despedían de los Da Silva y los Ramírez en la gran puerta de la mansión Montt, José Luis no quitaba su mirada de Stella, cosa que no paso desapercibida ante su hermana y Franco, luego de que las familias subieran a sus carruajes y Franco a su caballo, Naruto Y Sakura siguieron a sus antepasados mientras que Hinata y Sasuke se quedaron junto a antepasados de ellos, la familia entro a la casa tranquilamente, Luna fue la primera en comenzar a subir por las grandes escaleras de la mansión, pero una voz la detuvo.

    — ¡No quiero que vuelvas vestirte de manera, te lo advierto! — dijo con una voz ronca su hermano mirándola penetrantemente, por lo cual ella ni se inmuto, para luego darse media vuelta y continuar caminado.

    — Esto lo hablaremos en otro lugar José Luis, guarda tus estúpidos celos de hermano mayor para después — dijo la chica mientras su hermano la seguía a su habitación, sabia desde hace mucho tiempo, que a ella no le gustaba usar su seriedad con el, si la estaba usando era para algo importante.

    Ambos subieron por las escaleras hasta la habitación de la chica, ella entro junto a su hermano, mientras ella se sentaba frente a un enorme mueble con un gran espejo, comenzó a sacarse el maquillaje, mientras que el pelinegro la observaba sentado desde la cama de ella, sus no se movían de la figura de su hermana, estaba seria, eso no le gustaba, o estaba enojada, o estaba planeando algo realmente grande.

    — No quiero que vuelvas a ponerte histérico por mi vestimenta, a partir de mañana no me vestiré de otra forma, usare todos los vestidos que mamá me compro en Paris, así te guste o no, se que a papá le enferma que yo me vista de esta forma, incluso a mi me incomoda, pero las cosas son así, no me va a importar que los hombres me miren, obviamente le va a enfermar, a ti igual lo se, Juan Carlos también se va a enojar, lo se, pero no me casare sin luchar, se que me dirá que comience a vestirme diferente, entonces le diré que si quiere que yo vuelva a vestirme como antes, no me obligue a casarme con tigo, ¡te lo dije en el jardín! — dijo la chica mientras gruesas lagrimas corrían por sus mejillas, odiaba hacer eso, pero se debía hacerlo... ¡lo haría!

    — Entiendo... tu sabes que irrito fácilmente... tu... eres lo mas importante en mi vida, eres mi hermana, crecimos juntos, me enferma verte así... — dijo el chica mientras se acercaba a su hermana y la abrazaba por la espalda.

    — No quiero que llores, se que... encontraremos la solución, y si no pues... ya veremos que hacer... pero... no llores por favor — dijo el chico mientras ponía la pelinegra frente a el y limpiaba sus lagrimas.


    Mientras que en otro lugar, específicamente en la mansión Da Silva, se veía a una joven pelirosa discutiendo con sus padres, sus ojos jades centellaban ira, mientras su madre la miraba seriamente, su padre miraba a ambas mujeres con preocupación, su hija era una joven recatada y tranquila, pero cuando la sacaban de sus casillas era todo un hombre, literalmente.

    — ¡Compórtate Stella! — gritaba su madre mientras fruncía el seño ante su hija que no inmutaba por nada.

    — ¡Me comporto decentemente frente a mis tíos y en frente de los Montt, pero ya no, no pienso aguantar esto! — dijo la chica alzándole la voz a su madre.

    — ¡No me hables así!, ¡Soy tu madre! — dijo la mujer causando que la pelirosa la mirara con odio.

    — ¡Tu no eres mi madre!, ¡La madre que yo creía tener no me obligaría a casarme con mi propio primo! — gritaba la joven de ojos jade mientras lagrimas corrían ahora por sonrosadas mejillas.

    — ¡Te casaras con él aun que tenga que llevarte amarrada al altar! — la mujer de cabello rojo sangre mientras que su hija comenzaba a subir la escaleras, no sin antes voltearse con sus llenos de lagrimas.

    — ¡No pienso casarme con él! — Grito mientras terminaba de subir las escaleras hacía su habitación, dejando a sus padres completamente impresionados.

    Mientras que en la gran mansión Da Silva un joven de intensa mirada azul se encontraba en el balcón de su habitación mirando la enorme luna llena que se encontraba frente a sus ojos, pensaba solamente en el momento de aquel beso, un fugaz e inesperado beso, sintió como su corazón latía y el color subía a sus mejillas.
    Recordar eso lo hacía sentir magnifico, tal vez habría una oportunidad con ella.

    — Después de todo no me reclamo nada... — susurro el chico recordando aquel instante en que sus labios se unieron.

    Esa suavidad que sintio al unir sus labios con los de ella, la forma en la que el tiempo paso lentamente hasta caer de lleno al agua, se ruborizo al maximo mientras la recordaba con su vestido completamente ceñido al cuerpo, y luego verla bajar por aquellas escaleras, una diosa, eso era ella, la mujer mas hermosa que había visto, pero...
    No podría estar con ella, se casaría con su prima, si en un mes es la fiesta de compromiso y de seguro que la ceremonia seria a la semana siguiente... sentía que estaba entre la espada y la pared... ¿Por el amor debía ser así?
    ____________________________________


    Pobre Franco, pero el amor nunca es faci ¿no? jeje nos vemos!! =)
     
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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    Lamento la tardanza espero les guste este capitulo!!!!!!!

    Capitulo 3: Nuevas amistades, corazones atrapados, ¡No pienso casarme con el!

    El menor de los Da Silva quedo embobado viéndola bajar esplendorosamente, sus ojos la recorrían completamente, deteniéndose en su rostro, para luego bajar a su escote, era la primera vez que quedaba completamente embobado.

    — Te vez hermosa hija — dijo la pelinegra mayor mientras se acercaba a su hija.

    — Gracias mamá, no me había puesto antes este vestido por que creía que era un poco escotado, pero no, estaba exagerando — dijo la chica ante la mirada asesina de su padre y hermano, ¿Un poco escotado? Eso era demasiado demostrativo, ¿Exagerando? Ese escote era exagerado.

    — Tengo muchos vestidos como este... creo que comenzare a usarlos ¿Tu que dices madre? — termino de hablar la chica mientras su madre ampliaba su sonrisa, sabía lo que su hija estaba haciendo, no le disgustaba, aquellos vestidos eran de los mejores diseñadores que había en todo el continente, además, adoraba ver a su marido enfadado, pero, siempre guardando las apariencias.

    — Por su puesto que si hija, esos vestidos son preciosos, ¿Tu que dices amor? — dijo la ojiazabache mientras dirigía todas las miradas a su esposo, provocando una sonrisa en su hija, si, su madre entendió el mensaje, eso le agradaba, después de todo, no se rendiría sin luchar, ella jamás lo hacia, clareo que su hermano (y estaba en lo correcto) no había entendido el mensaje, se le veía en su rostro una irritación enorme, eso no le gustaba le pondría fin a ello.

    — Se ve bien — dijo el hombre secamente y con el seño fruncido, no le gustaba ver de esa forma a su hija.

    — José Luis, ¿Qué te parece si les enseñamos la casa a Franco y a....? — inquirió la chica mientras que su hermano afirmaba con la cabeza.

    — Stella — dijo la pelirosa mientras daba unos pasos adelante y tomaba el brazo de su primo sacándolo de transe que le había provocado ver a la menor de los Montt vestida de esa forma, para seguir caminado.

    — Entonces ¿Quieren venir? — dijo esta vez el pelinegro con una mirada destellante hacia Stella, cosa que la hizo sonrojar, y a la pelinegra menor le provoco risa, así que...
    ¿A su hermanito le gusto una chica bonita al fin?

    Los cuatro jóvenes se dirigieron al gran jardín que estaba en la parte trasera de la gran mansión de los Montt, un hermoso jardín decorado con un incontable numero de flores, todas a juego, y unos enormes árboles, pero hubo uno en especial que llamo la atención de los cuatro espectadores, un árbol de cerezo. Los cuatro jóvenes protagonistas de esta historia se dirigieron a aquel árbol el cual dejo maravillados a ambos primos.

    — Es un árbol de cerezo, en japonés es un árbol de Sakuras — dijo el ojiazabache mientras miraba el hermoso árbol, completamente lleno de flores de cerezo, de un hermoso tono rosado, el mismo tono de la cabellera de la joven que estaba a su lado.

    — Mi padre, aun que no lo de a notar es un hombre muy romántico, hizo que trajeran el árbol desde Japón para obsequiárselo a mi madre en su décimo aniversario, mi madre estaba feliz, ese día hicimos un picnic debajo de el — dijo la chica de ojos perlinos mirando atentamente aquel hermoso árbol.

    — Luna...— comenzó a decir el pelinegro pero en ese mismo momento la joven lo interrumpió.

    — Es una estrategia, a mi padre jamás le han gustado estos vestidos, por eso nunca me los había colocado, pero ahora me los colocare todos y tu como mi hermano y futuro “esposo” tienes que apoyarme, papá no lo aguantara, lo se, lo conozco, me preguntara que es lo que quiero y listo, compromiso disuelto, mamá lo comprendió enseguida, tu eres muy cabeza dura — termino de decir la joven mirando directamente a los penetrantes ojos del pelinegro, provocando que una media sonrisa saliera de los labios de ambos, ahora lo entendía, si, eso podría funcionar.

    — Tu Stella, podrías hacer lo mismo, se que te tienes que casar con Franco — dijo la chica esta vez viendo a la ojijade a los ojos, provocando que los ojos de esta se oscurecieran.

    — No se puede, no tendría el valor para hacerlo, me daría demasiada vergüenza... — dijo la chica ruborizada ante, ahora, la atenta mirada del peliazabache.

    — Entiendo... ¿Y tu Franco que estarías dispuesto a hacer? — pregunto esta vez el pelinegro, al rubio que lo miro seriamente.

    — Lo que sea, a mi... en realidad me gusta otra persona... y me doy cuenta de que a mi prima igual... — dijo el chico mientras un fuerte sonrojo salía de las mejillas de la joven, por lo que el ojinegro sonrío, el se había dado cuenta en realidad de que al ojiazul le gustaba su hermana apenas vio como los ojos del chico se quedaron prendidos de su hermana cuando bajaba por las escaleras.

    — Pues entonces manos a la obra, tenemos menos de un mes para hacerlo, en cuatro semanas será nuestra fiesta de compromiso, una vez que toda la ciudad lo sepa no podremos hacer nada, mi padre esta obsesionado con mantener el apellido de nuestra familia en alto — dijo la chica mientras se sentaba en el césped seguida por los otros tres jóvenes.

    — ¿Cuándo será su fiesta de compromiso? — demando el pelinegro a la ojijade mientras que esta lo miro al sonrojada.

    — No lo sabemos, nos acabamos de enterar de que nos casaremos — dijo la chica con la mirada gacha por lo que el pelinegro no pudo aguantar el hecho de acariciarle el rostro en modo de protección, delante de la mirada sorprendida de cinco jóvenes, uno de ellos presente entre los cuatro y los otros cuatro espectadores, y de una mirada sonriente de su joven hermana.

    — Entonces... tendrán que saber lo antes posible cuando será su fiesta — dijo la chica captando la atención de todos, mientras que su hermano retiraba su mano del rostro de la ojijade.

    Mientras los cuatro espectadores estaba anonadados, el ante pasado de Sasuke era... ¿Consolador?, ¿Amable?, ¿Risueño?, eso si que eran para no creerlo especialmente el hechote que le acariciara el rostro a Stella.

    — Ok, ese chico es parecido a Sasuke, pero demuestra mucho mas los sentimientos que tu teme — dijo el Uzumaki mientras no daba crédito suficiente a lo que veía, para el eran Sasuke y Sakura.

    — Cállate dobe, Nome dejas escuchar — dijo el pelinegro mirando asesinamente a su rubio amigo.


    — Jóvenes deben entrar es hora de la cena — dijo una mujer de edad avanzada, mientras sonreía.

    — Enseguida vamos señora Sara — dijo la ojiperla mientras se paraba del césped y le tendía la mano a Stella — te ayudo — dijo la chica mientras la otra le respondía con una sonrisa y tomaba la mano de la chica, para luego comenzar a caminar rumbo al comedor.

    — Tu hermano es muy agradable Luna — dijo la joven de mirada jade mientras miraba para atrás y se sonrojaba.

    — Ya veo, te gusta mi hermano ¿no? — Dijo la chica provocando que la pelirosa enrojeciera mas sus mejillas — Eso lo dice todo — sentencio la chica mientras entraban en la gran mansión.

    Los cuatro jóvenes entraron al comedor seguidos por sus cuatro espectadores, cada par de ojos se poso en una parte diferente, los ojos de las ojiperlas se posaron en el hombre de igual mirada, mientras que los ojos de los ojinegros se desviaron a la mujer que estaba sentada junto a su esposo, su madre, los ojos azules de ambos rubios se dirigieron a sus dos padres, Francisco, Minato, Kamil, Kushina, las dos ojijade miraron a la mujer que era madre de la Stella en ese momento.

    — Siéntense chicos Sara traerá la comida enseguida — los cuatro jóvenes se sentaron uno junto al otro, José Luis junto a Stella y Franco junto Luna, los cuales quedaron completamente felices, Luna no quitaba la sonrisa de su rostro al igual que su hermano.

    — Estas muy contenta, hija — dijo el ojiperla mirando a su hija ampliar su sonrisa.

    — Pues si, tengo dos nuevos amigos, algo por lo que me alegre, ¿no? — dijo la chica mirando con una sonrisa a su padre, aun que sus ojos no demostraban lo mismo, demostraba un brillo diferente.

    — Claro... — dijo su padre mientras la mujer entraba con un carrito donde llevaba todos los platos a la mesa.

    Comenzaron a comer en silencio cada uno, mientras que todos estaban distraídos (o al menos eso creía el ojinegro), el pelinegro bajo la mirada del escote de la pelirosa a su falda mientras imaginaba sus perfectas piernas descubiertas, no dudo ni un segundo en levantar su mano y colocarla sobre la rodilla de la chica, por lo cual la ojijade se sonrojo y disimuladamente bajo la mirada hasta la mano del chico que estaba sobre su rodilla, luego miro al chico que con una arrogante sonrisa subió su mano hasta su muslo, provocando que la chica se sonrojara un poco mas tratando de pasar desapercibida, mientras que el chico paseaba su mano por el muslo de la chica de lo cual, cuando la joven pelinegra se dio cuenta de aquel hecho tiro una fuerte patada a su hermano mayor.

    — ¡AH! — grito de dolor el chico mientras miraba a su hermana con el seño fruncido, provocando que todas las miradas se fueran a ellos.

    — ¿Qué sucede José Luis?, ¿Por qué gritas? — dijo su madre preocupada por su hijo.

    — No es nada, me golpeé con la mesa en una herida que tengo la rodilla cuando me caí del caballo ayer, y pues... me dolió — dijo el chico algo ruborizado por el hecho de haber gritado de tal forma.

    — Es cierto madre... ayer cuando fuimos a cabalgar el caballo lo votó, y el callo de rodillas — dijo la pelinegra mirando a su hermano con una sonrisa de superioridad.

    Mientras que tras ellos dos de los cuatro espectadores no podían para de reír el hecho de ver aquella escena los dejos completamente atónitos, se notaba que José Luis y Sasuke no eran los mismos.

    — ¡Ha-ha-ha-ha! El frío Sasuke jamás le hizo caso a una chica y José Luis pasea su mano por el muslo de Stella — dijo el Uzumaki mientras que ambos nombrados se sonrojaban.

    — Cállate Naruto, no seas estupido — dijo la Haruno mientras miraba con ira asesina a su rubio amigo.

    — ¡Sh...! Escuchen — dijo la Hyuga mientras

    Los chicos ven como las sonrisas de sus antepasados se ensanchan a más no poder, para Luna no había podido salir más perfecto.

    — Entonces... ¿la fiesta será el mismo día? — inquirió la joven pelinegra con una enorme sonrisa.

    — Pues si, y si están deacuerdo también el matrimonio — dijo la madre de la pelinegra mientras, los cuatro chicos asentían.

    — Por su puesto, nos encantaría ¿no? — hablo está vez la pelirosa con una sonrisa enorme sobre su rostro.

    — Claro, sería divertido, ¿ustedes que creen chicos? — inquirió la pelinegra con una sonrisa autosuficiente en su rostro.

    — a mi me da igual... es solo una boda —dijo el pelinegro mientras bebia n poco de vino.

    — Por mi esta bien, después de todo... no importa la opinión que tengamos nosotros ¿no? — dijo el rubio mientras miraba a sus padres seriamente.

    — Pues entonces esta decidido, ¡sera una boda doble! — dijo el cabeza de la familia Montt, terminado así, con la conversación.

    Luego de haber finalizado la cena, los Montt se despedían de los Da Silva y los Ramírez en la gran puerta de la mansión Montt, José Luis no quitaba su mirada de Stella, cosa que no paso desapercibida ante su hermana y Franco, luego de que las familias subieran a sus carruajes y Franco a su caballo, Naruto Y Sakura siguieron a sus antepasados mientras que Hinata y Sasuke se quedaron junto a antepasados de ellos, la familia entro a la casa tranquilamente, Luna fue la primera en comenzar a subir por las grandes escaleras de la mansión, pero una voz la detuvo.

    — ¡No quiero que vuelvas vestirte de manera, te lo advierto! — dijo con una voz ronca su hermano mirándola penetrantemente, por lo cual ella ni se inmuto, para luego darse media vuelta y continuar caminado.

    — Esto lo hablaremos en otro lugar José Luis, guarda tus estúpidos celos de hermano mayor para después — dijo la chica mientras su hermano la seguía a su habitación, sabia desde hace mucho tiempo, que a ella no le gustaba usar su seriedad con el, si la estaba usando era para algo importante.

    Ambos subieron por las escaleras hasta la habitación de la chica, ella entro junto a su hermano, mientras ella se sentaba frente a un enorme mueble con un gran espejo, comenzó a sacarse el maquillaje, mientras que el pelinegro la observaba sentado desde la cama de ella, sus no se movían de la figura de su hermana, estaba seria, eso no le gustaba, o estaba enojada, o estaba planeando algo realmente grande.

    — No quiero que vuelvas a ponerte histérico por mi vestimenta, a partir de mañana no me vestiré de otra forma, usare todos los vestidos que mamá me compro en Paris, así te guste o no, se que a papá le enferma que yo me vista de esta forma, incluso a mi me incomoda, pero las cosas son así, no me va a importar que los hombres me miren, obviamente le va a enfermar, a ti igual lo se, Juan Carlos también se va a enojar, lo se, pero no me casare sin luchar, se que me dirá que comience a vestirme diferente, entonces le diré que si quiere que yo vuelva a vestirme como antes, no me obligue a casarme con tigo, ¡te lo dije en el jardín! — dijo la chica mientras gruesas lagrimas corrían por sus mejillas, odiaba hacer eso, pero se debía hacerlo... ¡lo haría!

    — Entiendo... tu sabes que irrito fácilmente... tu... eres lo mas importante en mi vida, eres mi hermana, crecimos juntos, me enferma verte así... — dijo el chica mientras se acercaba a su hermana y la abrazaba por la espalda.

    — No quiero que llores, se que... encontraremos la solución, y si no pues... ya veremos que hacer... pero... no llores por favor — dijo el chico mientras ponía la pelinegra frente a el y limpiaba sus lagrimas.


    Mientras que en otro lugar, específicamente en la mansión Da Silva, se veía a una joven pelirosa discutiendo con sus padres, sus ojos jades centellaban ira, mientras su madre la miraba seriamente, su padre miraba a ambas mujeres con preocupación, su hija era una joven recatada y tranquila, pero cuando la sacaban de sus casillas era todo un hombre, literalmente.

    — ¡Compórtate Stella! — gritaba su madre mientras fruncía el seño ante su hija que no inmutaba por nada.

    — ¡Me comporto decentemente frente a mis tíos y en frente de los Montt, pero ya no, no pienso aguantar esto! — dijo la chica alzándole la voz a su madre.

    — ¡No me hables así!, ¡Soy tu madre! — dijo la mujer causando que la pelirosa la mirara con odio.

    — ¡Tu no eres mi madre!, ¡La madre que yo creía tener no me obligaría a casarme con mi propio primo! — gritaba la joven de ojos jade mientras lagrimas corrían ahora por sonrosadas mejillas.

    — ¡Te casaras con él aun que tenga que llevarte amarrada al altar! — la mujer de cabello rojo sangre mientras que su hija comenzaba a subir la escaleras, no sin antes voltearse con sus llenos de lagrimas.

    — ¡No pienso casarme con él! — Grito mientras terminaba de subir las escaleras hacía su habitación, dejando a sus padres completamente impresionados.

    Mientras que en la gran mansión Da Silva un joven de intensa mirada azul se encontraba en el balcón de su habitación mirando la enorme luna llena que se encontraba frente a sus ojos, pensaba solamente en el momento de aquel beso, un fugaz e inesperado beso, sintió como su corazón latía y el color subía a sus mejillas.
    Recordar eso lo hacía sentir magnifico, tal vez habría una oportunidad con ella.

    — Después de todo no me reclamo nada... — susurro el chico recordando aquel instante en que sus labios se unieron.

    Esa suavidad que sintio al unir sus labios con los de ella, la forma en la que el tiempo paso lentamente hasta caer de lleno al agua, se ruborizo al maximo mientras la recordaba con su vestido completamente ceñido al cuerpo, y luego verla bajar por aquellas escaleras, una diosa, eso era ella, la mujer mas hermosa que había visto, pero...
    No podría estar con ella, se casaría con su prima, si en un mes es la fiesta de compromiso y de seguro que la ceremonia seria a la semana siguiente... sentía que estaba entre la espada y la pared... ¿Por el amor debía ser así?
    ____________________________________


    Pobre Franco, pero el amor nunca es faci ¿no? jeje nos vemos!! =)
     
  7.  
    xXxNaRuHiNa

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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    hola!!!
    bien me ah encantado
    perdona no haberme pasado antes u_u
    estuvo GENIAL!!!!
    hinata ese escote? bueno lunda ese escote?
    quiero ver al padre de luna asi de enojado y si la golpea YO LO GOLPEO *perverso* XD
    u_U el antepasado de naruto no cambia mucho en lo pervertido
    deja de mirar sus escote nojombre
    y sasuke eres un PERVERTIDO bueno su ante pasado
    menos mal luna le dio una patada, hubiera sido mas fuerte muahahahaha *perverso*
    bien nos vemos
    me encanto
    sayonara**********
     
  8.  
    xXxHinata

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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    Hola! perdona por no comentar antes U_U problemas con internet T_T peor bueo aqui voy!

    luna! usaras vestidos tan escotados? ya me imagino O_O bueno si es por cancelar su compromiso con su hermano hazlo
    *perverso*

    Y oh por Dios ese jose luis, estupido pervertido! no se parece nada a sasuke nada nada! sasuke es mas educado *-* bueno a veces xD que suerte que luna le dio una patada bien hecho, su hermano de pervertido eh O_O

    Bueno sayo! cuidate! :D
     
  9.  
    lua

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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.




    Capitulo 4: Luna y Stella, ¡Esto no se quedara así!


    Luna se levanto muy temprano en la mañana, tomo un baño y luego se vistió, el mismo escote que el día anterior, con unos hermosos encajes y de un hermoso color azul cielo, bajo a desayunar, junto a sus padres y hermano, José Luis trato de no enfadarse al ver a su hermana así vestida, pero su padre no dejo hacer esperar un grito.

    — ¡Sácate ese vestido en este mismo momento! — grito el hombre mientras se levantaba de su asiento, le aguanto aparecer en esas fachas por que estaban los Da Silva y los Ramírez.

    — No — pronuncio la chica mientras se sentaba junto a su hermano, con una sonrisa de satisfacción en el rostro.

    — ¡Niña insolente, debes obedecerme, soy tu padre! — grito el hombre con la cara roja de ira, lo estaba sacando de sus casillas.

    — ya te dije padre que no lo aré, a mi futuro esposo le gusta como me veo, ¿No es cierto José Luis? — dijo la chica lo mas calma posible, mientras su hermano sonreía, y cínicamente contestaba.

    — Así es Luna, querida mía, me gusta que luzcas tu perfecto cuerpo, después de todo, tienen que ir aprendiendo desde ya, que tu belleza es solo mía — sentencio el peliazabache mientras miraba a su padre con una sonrisa arrogante de medio lado.

    El hombre solo los miro fulminantemente mientras se sentaba junto a su mujer, odiaba ser el que debía callar, pero no importaba, si así querían jugar, el también lo haría. Continuaron su desayuno tranquilamente, mientras que tocaban la puerta de la gran mansión, en unos segundos apareció Gastón informando la presencia de una joven. Luna y José se levantaron de la mesa ambos con una sonrisa en el rostro.

    — ¡Stella, que alegría que hayas venido! — dijo Luna corriendo a darle un abrazo de bienvenida, mientras que José Luis se paralizaba, Stella vestía un hermoso vestido de color rojo fuerte, acentuado a su fino cuerpo, un escote que dejaba ver sus hombros y parte de la espalda, sus labios delicadamente adornados con un color rojo claro, sus ojos con un rosa claro de sombra, con un delineado negro, y un poco de rubor en sus delicadas mejillas, pero los ojos de ojinegro no salían de su escote, era algo que lo hacía hervir la sangre.

    Mientras que los cuatro chicos que miraban la escena estaban sin habla, a las chicas nos les cabía en la cabeza verse vestidas así, mientras que ambos chicos estaban embobados mirando a los ante pasado de sus compañeras, esas vestimentas dejaban mucho y poco a la imaginación, sus ojos no se despegaban de ellas, hasta que sintieron cada uno por su parte un cadazo en las costillas.

    — Estas babeando... — pronunciaron ambas chicas a sus respectivos mejores amigos, e rubio se sonrojo al igual que el Uchiha, mientras que este agregaba su típico monosílabo, “hmp”.

    Luna tomó la mano de Stella mientras la hacia darse una vuelta, mientras en sus labios se formaba una sonrisa, si, todo salía como ella quería.

    — Te ves preciosa Stella, me gusta este vestido — dijo la chica mientras que Stella le devolvía la sonrisa.

    — Gracias Luna, dime, ¿Te gustaría ir a dar una vuelta con migo al pueblo? — pregunto la chica mientras que disimuladamente miraba al pelinegro, le había gustado su vestido, eso estaba claro, su mirada lo decía todo, le agrado aquello, sonrío mientras veía correr a Luna al comer de la mansión, mientras que José Luis se acerco a ella con claro entusiasmo y una mirada seductora.

    — Ese vestido te queda perfecto Stella — dijo el chico acercándose a la joven pelirosa, con una mirada seductora en el rostro, Stella se sonrojo pero no dejo que José Luis viese su nerviosismo.

    — Muchas gracias José Luis — dijo la ojijade con una sonrisa dulce en el rostro, provocando que ambos azabaches se sonrojaran.

    —Bueno Stella, ya podemos irnos — dijo la pelinegra mientras la tomaba del brazo y la hacía salir del la gran mansión.

    Decidieron ir caminando hasta el pueblo, donde verían más vestidos para su plan, pasearon un largo rato, ante la mirada atenta de muchos chicos que pasaban junto a ellas, obviamente conocían a las herederas de las familias mas poderosas de de por hay, todo el pueblo sabía lo del matrimonio doble, pero los chicos no podían evitar mirarlas, esos vestidos los dejaban hipnotizados, mientras que las doncellas las miraban envidiosas, sus madres jamas lo permitirían y la envidia es algo que nadie puede evitar, además de ser las jóvenes con una belleza natural inmejorable, esas cosas provocaban que miradas de envidia al igual que lujuriosas se posaran sobre ellas.

    — Stella, tengo un pregunta para ti — dijo la joven ojiperla cunado llegaron a un pequeño parque donde niños jugaban, a ambas les traían recuerdos, Luna jugando con José Luis a las escondidillas, Stella jugando junto a Franco en un columpio de madera, recuerdos de sus épocas felices.

    — ¿Qué sucede Luna? — dijo la chica de cabellera rosada y con pequeños rizos en sus puntas, mientras sus ojos no se despegan de los alegres niños.

    — Te gusta mi hermano, ¿verdad? — pregunto la chica de ojos perlinos, mientras la ojijade la miraba con un enorme sonrojo en sus mejillas, claro, Luna se había dado cuenta.

    — Bu-bueno, es... lindo — dijo la chica ante la penetrante mirada de la pelinegra, cosa que dejo sorprendidos a sus 4 espectadores, era algo sorprendente en realidad, ver a una “Hinata” con una mirada tan directa y a una “Sakura” tan nerviosa y sonrojándose por todo, de hecho daba algo de risa.

    — Se que te gusta, lo veo en tu ojos y tu, claramente le gustas a mi hermano, eso lo note anoche en la cena, me di cuenta de que estabas incomoda, puedes decirme ¿Qué te hizo? — sentencio la chica provocando que la pelirosa se sonrojara como un tomate (al igual que Hinata muchas veces), mientras Luna sonreía.

    — El, me toco la pierna — dijo la chica mientras de vergüenza, provocando que la joven se levantara de un salto.

    — ¿¡Qué!? — grito la chica mientras se paraba de golpe mirándola de forma sorprendida, sus ojos estaban como platos, eso nunca se le había pasado por la cabeza.

    — Cálmate... Luna — dijo la pelirosa mientras la ojiperla se sentaba nuevamente junto a ella.

    — ¡Si lo hubiera sabido lo habría pateado mucho mas fuerte! — decía completamente exaltada la joven pelinegra, su hermano, todo un lujurioso.

    — Bueno, por lo menos no me beso sin mi permiso — dijo la pelirosa mientras dirigía su mirada jade a una sonrojada pelinegra, que la miraba de forma interrogativa.

    — Si, Franco me lo contó — respondió provocando que la pelinegra se sonrojara a más no poder, “tal como lo haría Hinata”, pensaron el Uchiha y la Haruno, después de todo, algo de Luna debería estar en Hinata.

    — Bu-bueno fu-fue un ac-accidente... — tartamudeo la chica, realmente odiaba tartamudear, la pelirosa sonrío al ver como Luna se sonrojaba y tartamudeaba, la fuerte y decidida Luna que conoció la noche anterior, era totalmente diferente en ese momento.

    — Tranquila, no se lo diré a nadie, mientras tu no le digas a nadie lo de José Luis — sentencio la ojijade mientras le dedicaba una sonrisa a la chica de ojos perlinos, esta sonrío y asintió, era obvio que a la una le gustaba el prometido de la otra.

    Luego de esa conversación con muchos sonrojos, decidieron volver a la mansión de los Montt, mientras tanto los jóvenes que las seguían eran segados por una luz y transportados a la mansión de los Da Silva, específicamente a la sala de la mansión, donde una pelea entre padres e hijo tenía lugar.

    — ¡No pueden obligarme a casarme con ella! — gritaba el rubio menor ante la mirada de enojo de sus padres.

    — ¡Te casaras con ella y punto! — Grito su madre — ¡Lo quieras o no, ya esta decidido! — continuo la mujer, estaba completamente encolerizada.

    — ¡Ustedes no fueron obligados a casarse!, ¿¡Por qué me obligan a mi!? — gritaba el chico mientras lagrimas querían salir de sus ojos azul cielo, pero no, no se demostraría débil frente a ellos.

    — ¡Tu y Stella siempre se han llevado tan bien, no veo el problema con su matrimonio! — grito el rubio mayor, mientras que en los ojos mostraba la decepción por la forma de ser de su hijo.

    — ¡El problema es que tenemos la misma sangre, somos familia! — gritaba el chico mientras que apretaba cada vez mas fuerte los puños.

    — ¡Eso no debe importarles, tus tíos también tienen la misma sangre y se aman! — grito la madre del chico mientras lagrimas corrían ahora por sus porcelanicas mejillas.

    — ¡Es porque son unos malditos enfermos, toda esta maldita familia esta enferma! — grito el chico mientras la lagrimas de rabia corrían por sus mejillas, de pronto siente el impacto de la mano de su padre en su rostro, provocando que este le mirara inmediatamente, su padre lo miraba de forma decepcionada y enojada a la vez.

    — ¡No quiero que vuelvas a maldecir en esta casa, respétanos que somos tu padres! — grito el hombre con rabia, nunca había golpeado a su hijo, siempre habían estado de acuerdo en todo, y ahora, lo había golpeado, esto cada vez iba de mal en peor.

    — ¡Si ustedes no respetan mis sentimientos! ¿¡Cómo quieren que yo los respete!? — gritaba el chico mientras se sostenía la mejilla, ese golpe le había dolido mas que cualquiera.

    — ¡Somos tus padres, sabemos lo que es mejor para ti! — grito la mujer mientras aguantaba las lagrimas, veía a su hijo sufrir y no podía hacer nada, el casarse con Stella había estado pactado, si el no se comprometía antes de que ella cumpliera los diecisiete, tendrían que casarse los dos.

    — ¡Esto no se quedara así, no pienso casarme sin amor! — grito el chico mientras salía de su casa seguido por sus padre.

    — ¡Franco!, ¿¡Adonde crees que vas!? — grito su padre hecho una fiera esto ya lo estaba sacando de sus casillas, no podía ser peor su suerte, su hijo ya no le tenía ningún respeto, había perdido a su hijo, y eso le dolía, le dolía de sobremanera.

    — ¡Adonde pueda sentir que soy querido y respetado! — grito, mientras se subía a su caballo, se iría a donde su abuela, ella siempre lo apoyaba en todo, pero lo que dejaba en su casa y sin darse cuenta, era a sus padres con el corazón roto, nunca habían escuchado esas palabras de su hijo y les había dolido, baya que si, jamás pensaron escuchar unas palabras tan hirientes de la boca de su propio hijo.
    Franco cabalgaba a toda velocidad, dejando un gran rastro de tierra, las lagrimas inundaban cada vez mas sus ojos, no veía bien el camino, pero le importo, se sentía horrible, era la pero pelea que había tenido con sus padres, le dolía haber dicho eso, pero... ¿Qué mas podría hacer? Nada, solo esperar a encontrar una solución, eso era todo, continuo cabalgando hasta que una voz lo hizo detenerse en seco, la dulce voz de la chica a la cual amaba.



    Lamento enormemente la tardanza, pero los examenes T_T son malos con migo...xD Espero les hay gustado, n.n



    sayo!!!! :)
     
  10.  
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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    Hola
    Bien yo siempre sigo la conti de los fics que me gustan n_n asi que voy a comentar :D...
    Ami tampoco me gusta que Luna lleve ese vestido me paerce muy bulgar -.- y tampoco a Stella y Naruto y Sasuke son unos pervertidos vallanse a babear por otra chica par de pervertidos -.-
    en serio que TODOS los chicos sean del pasado o del futuro (porque contando a los del pueblo ¬¬) bueno en total todos son unos pervertidos -.-

    Por mi parte a mi si me gusto como les hablo Franco a sus padres esque quien no!
    Sus padres le piden respeto aja...
    pero...
    como pueden pedir respeto si antes dar ellos respeto si que me enojaron mucho los padres de Naruto muy hipocritas >.<
    y ellos no respetan sus sentimientos y aun asi ellos piensan que eso se les pasa, claro ellos no estan obligados a casarse con SU PRIMA!!, pareciera que el fuera el unico con equilibrio mental ¬¬ en serio como alguien se casa con personas de su familia tremenda barbarida...
    Bueno nos vemos!!
    SAYONARA!!!!!!!!!!!!! :D
    espero la conti pronto n.n
     
  11.  
    lua

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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    Bueno chicas me eh inspirado y eh escrito la conty! mis neuronas se han ido regenerando jeje xD los examenes me tenían toda imposivilitada,pero ahora ya no hay ningun drama, solo debo prepararme para la licenciatura, pero bueno... ese es otro tema, hoy falte a clases! yupi! jeje, y pues me desperte con inspiracion y termine de escribir el quinto cap!! bravo! :D bueno pues le dare un pequeño adelanto, conoceremos a Juan Carlos! wii jeje ^^ bueno y sin mas demora aqui el fic!!! ^^



    Capitulo 5: Consejos, el regreso del primogénito de los Montt.

    Continúo cabalgando hasta que una voz lo hizo detenerse en seco, la dulce voz de la chica la cual amaba. Se detuvo y la vio mientras bajaba de su caballo, hay parada en medio del camino, con un hermoso vestido que le acentuaba a su esbelto cuerpo, sus mejillas algo sonrosadas, tal vez por la caminata, sus ojos lo miraban preocupados, claro, no se había percatado de que estaba llorando cuando ella le habló.

    — Franco, ¿Qué sucedió? — pregunto la chica acercándose a el y posando su mano en la mejilla del chico, claramente preocupada.

    — No es nada Luna... — dijo el chico, pero su mirada no la engañaba, se veía opaca, sin rastro de alguna buena emoción.

    — Has estado llorando, confía en mí, dime... ¿Qué fue lo que sucedió? — volvió a decir la chica mientras el chico se desmoronaba y la abrazaba mientras lagrimas volvían a corren por sus mejillas, necesitaba tanto que alguien lo abrazara y si era ella mucho mejor. La chica lo abrazaba sin decir nada mientras acariciaba el cabello dorado del joven, le dolía verlo así, destruido.

    — Lo siento, me deje llevar yo... — intentaba decir el joven mientras se iba separando de la chica, pero esta no lo dejo, sabía que el estaba mal, y no dejaría que sufriera de esa forma, no si ella estaba para reconfortarlo.

    — No te separes de mi, se que estas mal, lo veo en tus ojos — dijo la chica mientras lo miraba a los ojos, sin soltarse de su cuello.

    — El árbol donde nos conocimos esta cerca, ¿Qué te parece si vamos para haya y me cuestas lo que paso? — dijo la chica mientras volvía a abrazar al chico, dejándolo perplejo, mientras que en su cabeza resonaban algunas de las palabras pronunciadas por la joven “No te alejes de mi”.

    La chica tomo la mano del rubio, mientras se dirigían al lago donde sin darse cuenta, lo había convertido en su lugar de encuentro. Mientras que ellos se dirigían al lago, los cuatro espectadores estaban impresionados, esa facilidad con la que Luna había aceptado el abrazo de Franco, las palabras emitidas por ella, la dulce mirada que aparecía en su rostro cuando estaba junto a el, lo único que faltaba era el sonrojo, según pensaban el Uchiha y la Haruno, mientras veían a la joven sentarse bajo el árbol, obligando al chico a recostarse en el césped y colocar su cabeza en el regazo de la chica.

    — Ahora dime, ¿Qué sucedió? — inquirió la chica mientras le acariciaba el cabello al chico, lo reconfortaba estar de esa forma con ella, con su cabeza recostada en su regazo, como si fueran dos enamorados, mientras mantenía los ojos completamente cerrados.

    — Peleé con mis padres, la misma discusión de siempre, la boda — dijo el chico sin abrir los ojos.

    — Es algo duró casarse sin amor y mas aun cuando la persona con quien estas obligado a casarte es tu prima, sabiendo que tu corazón es de otra mujer. Le dije a mis padres cosas de las que en estos momento me arrepiento, les dije que me iría, donde pueda ser “querido y respetado”, se que eso les debe haber dolido, pero... n-no... — su voz se quebró, no podía seguir hablando, las lagrimas corría nuevamente por sus mejillas, intentaba detenerlas pero no podía, se sentía un completo idiota, un hombre llorando.

    — Puedes llorar, eso te limpia el alma, debes sacar todo lo malo de tu interior — decía la chica mientras continuaba acariciando el rubio cabello del chico, se sentía mal al verlo llorar de esa forma, ambos vivían lo mismo, obligados a casarse.

    — Dime, ¿quien es la chica a la que amas? — le pregunto la chica, mientras sus ojos se opacaban, entonces el chico abrió los ojos y la miro directamente, las lagrimas habían dejado de salir de ellos, ahora miraban a la joven que lo miraba dulcemente.

    Los cuatro jóvenes que observaban la escena sentían el cariño y amor que emanaban los corazones de ambos jóvenes, ambas chicas miraban emocionadas la escena, era como si la pregunta de la chica fuese obvia, esperaban ver un beso por parte de ambos, alguna palabra de amor, mientras que los chicos miraban de formas diferentes, el Uzumaki miraba sorprendido, para el, eran Hinata y el, desde hace un tiempo que el chico sentía algo por la Hyuga, pero ver eso lo dejaba perplejo, sus antepasados estaban protagonizando uno de los tantos sueños que había tenido junto a la joven pelinegra, sus ojos se posaron en la Hyuga que estaba junto a Sakura expectante, esperando el momento mas hermoso de la escena, “ No creo que ella sienta lo mismo por mi” pensó, para luego posar su vista nuevamente en la escena que protagonizaba su antepasado, el Uchiha por su parte miraba la escena imaginándose a el junto a su pelirosa, no podía evitarlo, la amaba, por eso había vuelto a la aldea.

    El rubio miro a la joven y sonrío, se lo diría en ese mismo momento, le confesaría sus sentimientos, aun que no fuese correspondido, lo haría, el solo hecho de estar de esa forma con ella lo llenaba, lo impulsaba a seguir viviendo.

    — La estoy mirando a los ojos en estos momentos — dijo el chico sin quitar su mirada de la joven, la chica lo miró completamente sorprendida, mientras corría la mirada de los ojos del chico, se sentía avergonzada y lo dio a notar con el enorme sonrojo que apareció en sus mejillas.

    — Mírame — dijo el chico mientras levantaba su cabeza del regazo de la chica y le tomaba el rostro para que lo mirara a los ojos, esos hermosos ojos perlinos que el adoraba ver.

    — Me gustas, desde el primero momento en el que te vi, sentí como mi corazón latía con mayor fuerza, y debo decirlo, te amo — dijo el chico mirándola directamente a los ojos, la chica no decía nada estaba sorprendida, no sabía que decir eso la tomaba por sorpresa.

    — Entiendo si no soy correspondido, solo necesitaba decírtelo — dijo el chico mientras se paraba y se dirigía a su caballo, pero algo no lo dejo, la mano de la pelinegra, tomaba su camisa obligándolo a girar y mirarla a los ojos, esos ojos que lo volvían loco.

    — Yo no eh dicho que no te corresponda — dijo la chica, palabras suficientes como para que el chico tomara la cintura la joven, mientras que esta rodeaba el cuello del chico con sus delicados brazos, fundiéndose en un tierno y delicado beso, cosa que provoco que una descarga de energía se apoderara de sus cuerpos, un beso que ambos deseaban, el chico la atrajo mas a su cuerpo mientras se intensificaba el beso, sus labios se movían dulcemente, al cabo de un par de minutos se separaron para tomar aire, mientras se miraban con una tierna miraba que expresaba el amor que sentía el uno por el otro.

    — Te amo — dijo el mirándola a los ojos mientras la tenia entre sus brazos, no queriéndola dejar irse nunca de su lado.

    — Te amo — repitió la chica mientras volvía a unir sus labios con los del chico, dejando de testigo, al roble donde se conocieron, al lago que celebraba su unión y a cuatro jóvenes espectadores, dos jovencitas que miraban embelesadas esas demostración tan hermosa de amor, y a otros dos chicos, en realidad, guardando notas mentales de ese momento, que tal vez, los ayudaría a conquistar a las jóvenes que ellos amaban.


    Una luz los absorbió llevándolos a la mansión Montt, específicamente a la gran biblioteca donde se encontraba José Luis arreglando unos papeles, parecía los planos de una mansión, de una enorme mansión, incluso más grande que la de sus padres, sintieron como tocaban la puerta de la casa, no le prestaron atención al igual que el pelinegro que estaba en su escritorio, pero un voz lo hizo abrir los ojos como plato.

    — ¡José Luis, Luna, vengan a darle un abrazo a su hermano mayor! — grito un hombre, provocando que José Luis saliera de la biblioteca al encuentro con el hombre que acababa de gritar.

    Los cuatro jóvenes lo siguieron por los pasillos de la mansión, emocionados por ver quine sería el hombre que gritaba, pero los cuatro se helaron al ver al hombre que estaba sentado en un sillón junto a una mujer, el hombre de cabellera larga y suelta ojos negros penetrantes, vestía con un traje negro, muy elegante para la época, junto a el una mujer de tez blanca, ojos verdes musgo, cabello largo castaño con uno que otro destello rojizo, llevaba un hermoso vestido de encaje color amarillo, un collar digno de una joven de alta sociedad, y en una de sus manos al igual que el hombre, llevaba un anillo de compromiso.

    — ¡Juan Carlos! — exclamo el chico mientras que el hombre se paraba y abrazaba a su hermano menor, dejando a los espectadores completamente perplejos, era Itachi.

    — ¡Hermanito, has crecido! — dijo el hombre mientras despeinaba a su hermanito, junto al hombre José Luis aun tenía cara de niño, a pesar de tener los diecisiete años bien cumplidos.

    — ¡hmp!, los años no pasan en vano Juan Carlos — dijo el chico para luego dirigirse a la mujer que continuaba sentada en el sillón.

    — Es un placer volver a verte Francesca, veo que aun soportas a este dolor de cabeza — dijo el chico tomando la mano de su cuñada, y besándola delicadamente.

    — Para mi también es un placer volver a verte José Luis, pero, aun que no lo creas, Juan Carlos no es un dolor de cabeza para mi — dijo la chica mirando con una sonrisa a ambos hermanos.

    Juan Carlos miraba a todos lados, tratando de encontrar a su adoración, a su pequeña hermana, que no se encontraba por ningún lado.

    — ¿Dónde esta mi pequeña Lunita? — pegunto el hombre mientras miraba a su hermano.

    — Salio, fue al pueblo con una amiga de ella, es la hija de los Ramírez, fueron al pueblo y no han regresado, pero debes estar por llegar — dijo el chico mientras se percataba de algo en su cuñada.

    — No quiero ser descortés Francesca, pero veo tu vientre algo mas abultado — dijo el chico mientras que la mujer sonreía tocaba su vientre maternalmente, y en sus ojos aparecía un brillo maternal.

    — Serás tío hermanito, mi mujer tiene ya cuatro meses de embarazo — dijo orgulloso el hombre mientras abrazaba a su mujer por la espalda y posaba sus manos en el vientre de ella, mientras aparecía un hermoso brillo en los ojos del hombre, dejando atónitos a los cuatro jóvenes espectadores.

    — ¿¡Qué!? — se escucho tras ellos la voz de la menor de los Montt, mientras los tres se giraban dejando a dos de ellos completamente perplejos, la pequeña Luna se había convertido en toda una mujercita, cuando ellos se había ido para vivir su matrimonio habían dejado una pequeña niña de catorce años, ahora ya no lo era.

    — ¡Voy a ser tía, que emoción! — mientras se acercaba a ellos con una hermosa sonrisa, primero el chico que amaba le había confesado sus sentimientos y ahora se enteraba de que sería tía.

    — ¿Lunita? — fue lo único que atino a preguntar el hombre mientras la chica se acercaba con una sonrisa a el.

    — ¡Pues si! , ¿Quién creías que soy? — dijo la chica, mientras se tiraba a los brazos de su hermano, dos largos años sin el, la tenían harta, al fin podía volver a sentir la protección de los brazos de su hermano mayor. El hombre la abrazo mientras sentía las lagrimas asomarse por sus ojos, al fin podía abrazar a su pequeña hermanita, la niña que el siempre se había encargado de proteger, pero que ahora no podría, sabía que ella se iba a casar con su hermano y eso lo enfermaba, saber que su padre podía ser tan enfermo como para obligarlos a ellos.

    Lagrimas corrían por las mejillas de ambos ante la mirada atenta de seis personas, dos de ellas los miraban calidamente, pero otras cuatro los miraban con sorpresa, ese amor de hermanos, que se veía claramente en ese abrazo, Sasuke miraba perplejo como su hermano, el que había matado a todo su clan, abrazaba protectoramente a Luna, mientras lagrimas corrían por los ojos de ambos, eso lo dejo sin habla, provocando por primera ves, que lagrimas quisieran salir de sus ojos negros, reprimidas por el odio que le tenía. Aquel abrazo continuaba, mientras que las lagrimas corrían por las mejillas de ambos, sin querer detenerse, su hermano, al fin estaba hay, como lo había necesitado esos dos largos años, especialmente el ultimo tiempo, sentía como recobraba las fuerzas, sabía que el los ayudaría a romper ese estupido matrimonio, tenía toda la fe del mundo en ello.



    _____________________________________________________

    Espero les guste y me avisen de cualquier error !!

    Sayo!!! *-*
     
  12.  
    lua

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    “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.
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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    Se repitio otra vez y no entiendo por que!! :( pero bueno apreovecho para decirles que los vestidos de Luna y Stella no son taaannn descotados, no como ahora, sino que descotados para es epoca serian los vestidos como en la imagen de mi avatar, asi pues espero les haya gustado la conty :D


    sayo!!!! :)
     
  13.  
    xXxHinata

    xXxHinata Usuario común

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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    Hola lua! :D gracias por avisarme! :P

    Te quedo excelente la conti! siii pero me perdi la conti anterior o.O ni me habia dado cuenta que despistada xD

    Siii Luna y Franco se besaron! siiiiii :D hinata, naruto deberian aprender de ellos e_e ñ_ñ :D
    Jeje pues quien se iria a imaginar, que era itachi su hermanos mayor en ese tiempo o.o ademas que se ve que era cariñoso y bueno, no como el itachi que todos ya han de conocer :l si asi fueran los personajes... ñ_ñ

    Bueno sayonara! :P muchas muchas gracias de nuevo por avisarme de tu fic :P soy una gran admiradora de tu fic ñ_ñ

    Me encanta tu FF, bueno adios cuidate :D
     
  14.  
    xXxNaRuHiNa

    xXxNaRuHiNa Usuario común

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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    Hola!!
    ok te qued genia super genial!!!!!!!!!!!!!!!!!1111
    PORFIN!! SE LE DECLAROA LUNA ALELUYA AUNQUE... comparado con naruto ... xD
    Que hermoso!! *-* yo tambien estaba embelesada leyendo la escena xD
    que romantico *-* NarutO, Hinata si siente lo mismo solo dicelo!!! -.-
    Itachi en ese tiempo si era bueno D:
    y tiene un bebe *-* y abraza a Hinata, digo Luna, tan protectoramente D;
    en serio... Cambiemos de itachi!! xD
    Si vamos itachi ayuda a luna y a jose luis D: AYUDALOS >.<
    nOS VEMOS!!
    SAYOARA!! TE QUED SUPER n.n
     
  15.  
    lua

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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    hola!! me alegra de que les guste chicas!! pero me siento mal, una chica a plagiado mi fic, es algo feo descubrirlo, en verdad, me siento insultada, pero bueno, la vida sigue obviamente la desnmascare, no me gusta eso del plagio, tambien les haviso que subire pronto la conty jeje xD la inspiracion llega rapido por estos dias! :)


    sayo!!
     
  16.  
    susie

    susie Usuario común

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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    uuu me encanta tu fic, esta super co0ol, nooo!!ToT, Luna se va a casar con su hermano Jose LuisToT(wau casi igual qe mi mejor amigo de la primaria Jorge luisToT, lo estrañoToT),y co0mo0 es po0sible Franco0 se va a casar co0n su prima StellaToT,eso0s papas qe se creen co0mo0 es po0sible qe unan a sus hijos con la pro0pia familiaToT, com0o estan desqiciado0s, Itachi alli es bueno??, sii no0 lo0 creo0, i ese viaje en el tiempo0,co0mo0 es qe a ello0s(sakura,sasuke,naruto i Hinata, no Stella,Jose Luis,Franco y Luna)(Wau no0mbres de telenovela, i les qedan perfecto0s:P), se les o0currio0 pedir regresar el tiempo??, como es qe sabian qe cuatro0 jobenes abvian muerto0??, por qe coño(disculpa la groseria)les importaba??, espero0 me aclares esas dudas, plis ia qiero0 la co0nti, espero0 este mensaje no0 se bo0rreToT
     
  17.  
    lua

    lua Entusiasta

    Virgo
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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    eh aqui la conty!! ^^ espero les guste esta algo corta porque es la primera parte del capitulo, por que es la primera parte? por que me estan robando el alargador de mi pc, pero bueno espero les guste esta primera parte jeje, y pues asami-chan tus preguntas seran respondidas obviamente, pero a medida que vaya avanzando el fic xD y pues si los nombres parecen de telenovela pero me gustan para ellos :) espero les guste la conty y sin mas eh aqui!!!


    Capitulo 6: Juan Carlos devuelta, cena de bienvenida.
    El abrazo duro más de lo que cualquiera hubiese imaginado, ese amor fraternal no se comparaba con nada, pero la voz de una mujer los saco de ese abrazo sin dejar que sus ojos terminaran con sus lagrimas de alegría, voltearon a ver a una mujer pelinegra, de ojos azabaches entrar por la puerta, junto a ella su marido, lagrimas corrían por las mejillas nivea de la mujer que se acerco a abrazar a su hijo mayor.

    — ¡Juan Carlos, hijo mío! — exclamaba la mujer con la alegría en su corazón maternal.

    — ¡Mamá, que alegría ver tu hermoso rostro nuevamente! — grito el hombre mientras abrazaba a su madre, notablemente feliz, cerro sus ojos con fuerza sintiendo nuevamente los protectores abrazos de su madre.


    — ¡Que alegría verte hijo! — dijo el hombre que se acercaba para abrazar a su hijo mayor, su orgullo.

    — Bueno, que les parece si hacemos una cena en honor al regreso de nuestro querido Juan Carlos — propuso el pelinegro menor mientras se acercaba a susurrarle algo a su hermana.

    — ¡Excelente idea José Luis, podríamos invitar a los Ramírez y a los Da Silva! — dijo la pelinegra menor mirando a su familia con una sonrisa, una sonrisa de la cual ninguno de podía negar y eso lo sabía.

    Sus padres quedaron encantados mientras que José Luis mandaba a una criada para mandarles las invitaciones a las dos familias, mientras que Luna subía a su habitación junto a Francesca, siempre se habían llevado bien, Luna siempre supo de los sentimientos que tenía la chica por su hermano mayor, desde siempre habían sido los mejor amigos, pero Francesca siempre lo vio con otros ojos, aun recordaba el día cuando su hermano se dio cuenta de sus sentimientos.


    Flash Back.

    Un chico caminaba junto a su hermana menor por el pueblo, se dirigían a la casa de la mejor amiga del chico; muchas de las personas de aquel pueblo no daban crédito a la amistad de aquellos jóvenes, todos creían que estaban en una relación secreta ya que la joven era simplemente la hija del panadero de l pueblo, mientras que el chico era el primogénito de una de las familias mas poderosas del lugar, otros decían que chico satisfacía sus deseos mas obscuros con ella, pero para ambos, eran solo calumnias levantadas por los chismosos que no se fijan en sus propias vidas, ambos jóvenes llegaron a la casa de la joven.
    La madre de la chica les abrió dejándolos entrar a la humilde casa, donde el salón de ella estaban la joven, su padre y otro chico que miraba descaradamente a la chica, provocando que los penetrantes ojos negros del joven se encendieran con ira.

    — Juan Carlos, querido, que alegría verte, mira te presento al joven Bustamante, ah venido a pedir la mano de nuestra querida Francesca, ¿No es fabuloso? — dijo una mujer de cabello avellana mirando al joven que tenía junto a ella, mientras que el joven de mirada azabache fruncía el seño.

    — ¡Exacto, Francesca muy pronto será la señora Bustamante, así se librara del mal nombre que le ah provocado ser tu amiga! — exclamo el chico con una sonrisa de superioridad ante Juan Carlos, provocando que se acercara para golpearlo, pero la mano de su pequeña hermana lo jalaba de su camisa.

    — No es necesario que le hagas juicio a este vulgar pueblerino hermanito, lo único que lamento es que usted señora Riquelme quiera que Francesca se case con el, alguien tal vulgar no se merece a semejante chica — dijo Luna sería y con la cabeza bien en alto ante la mirada atónita de los presentes a excepción de su hermano, que la miraba con el orgullo de todo un Montt.

    — ¿Y según tu quien es bueno para Francesca mocosa? — inquirió el chico descortésmente provocando que Juan Carlos no aguantara las ganas de golpearlo, pero no lo hizo, la voz de la joven que hasta el momento había estado en silencio se dejo escuchar.

    — ¡Basta ya, no quiero peleas en mi casa, joven Bustamante yo jamás aceptare su propuesta de matrimonio, jamás me ah simpatizado, y muchos menos ahora que se a atrevido a ofender a mis amigos, fuera de mi casa! — grito la joven mientras que el chico salía completamente derrotada de la casa de los Riquelme, ante la fulminante mirada de tres personas, ella, y los hermanos Montt.

    — ¡Francesca! — exclamo la madre de la chica mientras sus ojos se llenaban de lagrimas de amargura.

    — ¡Has rechazado a todos los jóvenes que han venido a pedir tu mano, no quiero que termines como una solterona! — gimió la mujer mientras las lagrimas corrían ya por sus ojos caramelo.

    — ¡Ella si se casara señora, eso se lo puedo asegurar! — dijo decididamente el pelinegro, mientras en sus ojos aparecía un hermoso brillo.

    — ¿Con quien Juan Carlos, con quien? — preguntaba la mujer mientras las lagrimas corrían por sus mejillas.

    — ¡Pues con migo! — dijo el chico al mismo tiempo que se arrodillaba frente a la chica, ante la mirada atónita de los padres de esta, la mirada conmovida de la niña, mientras que sacaba de su bolsillo una pequeña cajita donde contenía un hermoso anillo, el cual dejo emocionada a la joven que se lanzo a los brazos del chicos mientras que unía sus labios en dulce y tierno beso.

    Fin Flash Back.

    Recordar aquello provoco que una enorme sonrisa apareciera en su rostro mientras que su joven cuñada habría un paqueta el cual traía de regalo un hermoso vestido celeste, con un escote casi imperceptible, junto a el había una pequeña cajita donde había un hermosos collar de oro blanco con un colgante en forma de luna hecho en diamante, unos aros de oro blanco también en forma de luna y una pulserita con dijes de luna.

    — ¡Por dios Francesca, a mi hermano se le paso la mano con la luna! — dijo la chica tomando las joyas entre sus manos, mientras que la joven de ojos verde musgo la miraba con una sonrisa.

    — Pues el te extrañaba, esas joyas las compro hace como un año y medio — dijo la mujer del mayor de los hermanos Montt mientras que Luna Habría los ojos como plato, tanto tiempo guardándole aquel obsequio.

    — ¡Chicas bajen pronto los invitados ya han llegado! — grito el ojinegro mayor mientras que el corazón de su hermana latía con mas intensidad, Franco pensó, mientras se comenzaba a vestir, a la velocidad de un rayo, un sonrojo apareció en sus mejillas al sentir la risa de su joven cuñada.

    Luego de ello bajaron las escaleras de la gran mansión, mientras las miradas de los presentes se posaban en ambas jóvenes, una de ellas se posaba exclusivamente en la pelinegra, lucía hermosa, los ojos del chico brillaban al verla, como ansiaba probar nuevamente esos dulces y calidos labios.

    _________________________________________________________


    Espero les haya gustado avisenme cualquier error!!

    sayo!!1 :D
     
  18.  
    susie

    susie Usuario común

    Capricornio
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    Pluma de
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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    Wau me encanto, qe cool, aii qe bo0nito0 se le declaro0 Itachi(Juan carlo0S) a Francesa,jhajha Bustamante salio0 derro0tado0 po0r la puerta, jhajha, me burlo0 de el, i en su cara, jhajha, ai Naruto0 tu ya de plano0 no0 tienes lucha, te enamo0ras de Hinata, y tu antepasado0 se enamo0ra del antepasado0 de ella, jhejhe, ia qiero0 co0nti,bueno0 pzz bae:rosa:
     
  19.  
    xXxHinata

    xXxHinata Usuario común

    Tauro
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    Pluma de
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    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    O.O juro que te habia comentado, pero no recuerdo la ultima parte despues del flash back hmp... bueno aqui voy ñ_ñ

    Que lindo Juan carlos (itachi) declarandosele a Francesca :D que lindo! ñ_ñ que suerte si no capaz se casaba con ese estupido de pacotilla O.O

    Ya me imagino, esas joyas ñ_ñ de aseguro eran demasiado linda! *-*

    xD

    Bueno adios! :rosa: :D cuidate! ñ_ñ
     
  20.  
    xXxNaRuHiNa

    xXxNaRuHiNa Usuario común

    Tauro
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    Pluma de
    Escritora
    Re: “Conociendo nuestro pasado, el amor nace nuevamente”.

    Hi!!
    Ok eso no lo habia visto... no habia visto la conti xD
    Te qquedo hermoso!!!!!!!!!! *-*
    Me gusta mucho!!!! Haber... Juan carlos era amigo de Francesca la cual era una pueblerina o algo asi
    Pero la parte que me encanto fue cuando Luna dijo que aquel chico era un vulgar y dejo a todos los presentes atonitos jajajaja
    me encanto esa parte Luna callo a ese chico tan vulgar *perverso* asi se hace luna!! n_n
    Wow en serio que Juan carlos se paso con la joya de luna es hemoso mira cuantas jemas *-*
    En su pasado Naruto, Hinata, Sakura y Sasuke no pudieron estar juntos ahora...
    Ellos tienen la oportunidad AHORA! y no admmiten sus sentimientos ¬¬ que tontos (claro digo a los chicos no a las chicas xD)
    Bien nos vemos
    me gusto mucho
    SaYoNaRa BESOS!!! :P
     
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