Long-fic de Pokémon - ¿Qué significa ser un campeón?

Muy bien, estoy bloqueado con Rosita, lo siento mucho gente, ya me desbloquearé pronto, para compensar mi falta de capítulo, les tengo un fanfic corto, no serán muchos episodios, es una continuación del fanfic que subí a la página: "Ash vs Tobías, el duelo final", pueden buscarla en el foro: https://fanficslandia.com/tema/fanfic-ash-vs-tobías-¡el-duelo-final.50129/



¿Qué significa ser un campeón?


Capítulo 1: Un héroe incómodo


Pasaron casi ocho meses desde mi gran victoria en el torneo mundial pokémon, desde ese día muchas cosas han cambiado. Ya no viajaba por las regiones para mejorar mis habilidades de entrenador pokémon, en vez de ello me quedaba encerrado en una oficina sin muchas cosas que hacer, para colmo, los papeles no dejaban de llover por todo el cuarto.


—¿Cuántos faltan, Pikachu? —cuestioné sin muchas ganas, mi querido compañero señaló con sus manitas otra enorme fila de documentos sin firmar, al principio creí que podía hacerlo sin problemas, pero luego llegaron más solicitudes que literalmente, llenaron mi cerebro de números irrelevantes.


Al convertirme en campeón debía supervisar todos los torneos oficiales que se realizaban en todas las regiones, era una lata, ya que a cada rato la asociación pokémon realizaba competencias donde necesitaba ir mi firma de aprobación. También me dieron control sobre las fuerzas policiales y organizaciones de justicia, en caso de amenaza mundial, el campeón debía asistir personalmente para solucionar los problemas.


Pero bueno, ahora mismo no había organizaciones peligrosas…


—Pikachu, quiero comida. —Mi primer pokémon negó repetidas veces con la cabeza, posteriormente me entregó otra serie de papeles que debía revisar urgentemente —. Ah, vamos… ¿No puedo al menos dejarlo para después?


—Pika-pi —respondió mi compañero.


—Ya sé, ya sé, soy el campeón mundial.


Extrañaba viajar por regiones y conocer nuevos rivales, durante mi juventud e infancia tuve muchas aventuras que estaba deseoso por retomar, recorrer los caminos naturales y saludar entrenadores, luchar de vez en cuando con el equipo rocket y participar en pequeños torneos. Esa era la vida que alguna vez tuve, por desgracia, ya no podía regresar a mis días descuidados, pues las responsabilidades de ser el campeón me ocupaban todo el tiempo.


Fue ahí, cuando el teléfono sonó, seguramente era otro de esos patrocinadores que deseaba usar mi cara como promocional. No me molestaba en lo absoluto, pero debía pasar un papeleo innecesario para poder hacerlo, en fin.


—Bueno, ¿quién habla?


—Soy yo, Serena, ¿recibiste mi carta? —Del otro lado del altavoz pude escuchar la voz de Serena, ella se escuchaba apurada, como si estuviese hablándome infraganti.


—Eh, s-sí —mentí, en realidad de tantas cartas que tenía acumuladas no pude leer nada, no obstante, mi poca experiencia en citas me dictó que debía darle la respuesta esperada.


—¿No la leíste, verdad? —Serena soltó un suspiro del otro lado de la línea, yo simplemente solté una risita incómoda para no tener que lidiar con su enojo.


—Lo siento, tengo muchos papeles en la oficina y no alcancé a verlos, ¿qué sucede? —pregunté para continuar el tema, ya que no me convenía defenderme en una discusión donde prácticamente yo tenía la culpa.


—En la región Teselia habrá un festival, precisamente en Ciudad Caolín, he sido invitada como estrella importante para la sucesión del líder de gimnasio, ¡Iris por fin tomará el mando! —exclamó Serena, ahora que lo mencionaba yo también estaba invitado, como campeón era mi deber supervisar a cada líder de gimnasio y revisar sus niveles, atención con los entrenadores y resolver cualquier duda de acuerdo al cargo. Toda una carga burocrática molesta, pero necesaria.


—¿En serio?, es genial, yo también iré como estrella invitada, pero mi trabajo será más tedioso por ser el campeón.


—¡Sí!, ¿te parece si nos juntamos en el aeropuerto Caolín?, para ir juntos al evento.


—Es una estupenda idea, a-además tiene dos meses que no nos vemos. —Esa última frase la dije un tanto incomodo, ya que no me acostumbraba al hecho de tener una pareja romántica. Traté de pedirle consejos a Brock, pero el doctor pokémon solo me enseñó trucos baratos y según palabras de Tracey, irrelevantes con una chica como Serena.


—S-Sí, será divertido. Bueno, Ash, tengo que colgar, mi manager está llamándome y me ha descubierto hablando contigo, te veo allá. T-Te quiero…—Serena bajó mucho el tono de su voz antes de colgarme, la chica en verdad yacía muy avergonzada de coquetearme frente a las demás personas, pero podía comprenderla. Yo tampoco era un experto en eso.


—Pikachu, ¡saldremos de viaje!, ya no soporto estar encerrado. —Mi compañero elevó ambas manos con emoción, justo cuando íbamos a salir corriendo de la oficina llegó Tracey con más papeles por firmar.


—Ash, ¡buen momento!, llegaron estas solicitudes de entrenadores nuevos.


—¡Noooooo! —Y así, pasé el resto de la tarde revisando fichas…


Mientras iba en el avión camino a Teselia tuve un extraño pensamiento, ¿en verdad estaba siendo un buen campeón?, para ser sincero no disfrutaba esta vida, tantas ocupaciones y poca diversión me estaba colmando la paciencia. Si bien tenía tiempo de entrenar con todos mis pokémon en casa, extrañaba los viajes y mis aventuras, además, ¿qué significaba realmente ser el campeón?


Cuando era niño creí que bastaba con ser el entrenador más poderoso del mundo, de hecho, me la pasaba diciendo que sería un gran maestro pokémon, alguien capaz de entender a sus compañeros y darlo todo sin importar la situación. Incluso ahora seguía creyendo lo mismo, sin embargo, hoy en día no estaba tan seguro del verdadero significado de la palabra “campeón”.


—Oye, Pikachu, ¿qué significa ser el campeón? —susurré, mi pequeño amigo me miró un poco extrañado, ya que jamás se esperó esa pregunta de mi parte —. Nada, olvídalo.


¿Por qué no me sentía feliz con mi título?


Miré por la ventana del avión las enormes nubles blancas que pintaban el cielo, el mismo que observé aquella noche hace doce años atrás cuando era perseguido por una parvada de Spearow. En aquel entonces no me preocupaba por estos tontos ideales, me bastaba con viajar y tener batallas para cumplir mi sueño de ser un maestro pokémon.


Luché y me esforcé mucho hasta alcanzar la cima de los entrenadores, sin embargo, sentía que algo me faltaba…


Fin del capítulo 1

Es todo por el momento, ¿qué les pareció el escrito?
¿Cuál fue su escena favorita?
Y para entrar en reflexión, ¿por qué creen qué Ash se siente así?

 

Acá les tengo el capítulo dos, espero lo disfruten.



Capítulo 2: Ceremonia


Mi llegada a Teselia fue discreta, gracias a mi nueva gorra negra nadie podía verme bien la cara y Pikachu tampoco poseía un rasgo especial que lo distinguiera entre otros de su especie. Bajamos del avión con las piernas entumidas y muchas ganas de estirarnos, ya que no me gustaba pasar tanto tiempo sentado.


—Teselia, hace años que no estamos acá, ¿no te trae recuerdos de nuestro viaje? —cuestioné a mi mejor amigo, éste simplemente se subió a mis hombros y sonrió con cierta nostalgia. Si bien mi experiencia en esta región fue mala en términos de productividad, logré hacer buenos amigos y lazos con personas importantes para mí. Hablando en términos sociales, mi visita a Teselia fue de lo más reconfortante que viví como entrenador viajero.


Tras hacer unos cuantos trámites en la recepción del aeropuerto, Pikachu y yo salimos del lugar cargando únicamente una mochila pequeña, el resto del equipaje ya fue trasladado directamente al hotel. Las personas pasaban a lado mío sin prestarme atención, seguramente por la gran cantidad de viajeros que iban y venían de la región y también por mis ropas sencillas, una chaqueta azul con camiseta negra nada ostentosa y por supuesto, una gorra negra carente de cualquier símbolo representativo.


—Nadie nos reconocerá.


—¡Pikachu!


Justo cuando creímos haber pasado de incógnitos una mano me tocó el hombro desde atrás, al girar mi cabeza pude ver a una chica vistiendo una falda morada y un enorme sombrero rojo que tapaba su rostro, además, traía consigo unos lentes negros tan grandes que parecía estrella del pop antiguo.


—Ash… Soy yo, Serena. —La chica me habló en voz baja, casi susurrando su nombre.


—Hola, m-me alegro de verte. —Quería gritar y darle un abrazo, pero si lo hacía llamaríamos la atención y nos podríamos ir despidiendo de nuestra salida tranquila —. ¿Por qué no vamos a un lugar más despejado?, acá las paredes oyen.


—Me parece bien, vamos. —Salimos del aeropuerto y tomamos un taxi hacia la villa caolín, una zona turística donde mostraban reliquias del pasado. Si algo me gustaba de esta ciudad era la combinación de elementos tradicionales con modernidad. La primera zona de la metrópolis estaba compuesta por rascacielos negros y diversos pasillos donde transitaban trabajadores, entrenadores y comerciantes. Por otro lado, la zona antigua tenía muchos árboles, castillos e incluso comederos gratis para jugar con los pokémon.


—¿Y cómo has estado, Serena? —cuestioné un tanto aliviado, al parecer la misión de infiltración temprana fue un éxito rotundo.


—Muy ocupada, ¡Yashio no me deja en paz!, presentaciones, giras y muchas actividades. Pero me divierto mucho, en verdad ser la Reina de Kalos es fantástico, además, ¡Yashio quiere que los performance sean universales!, será muy duro expandir estos eventos fuera de Kalos, ya que competiríamos con los Concursos pokémon, ¡pero no importa!, me esforzaré mucho para que las personas vean nuestros espectáculos. —Serena habló con voz firme y feliz, a diferencia de mí, ella encontró su motivación y el significado de su título. Ambos nos lo prometimos en la terraza de ese castillo, allá en la Meseta Añil…


Estar en la cima por mucho tiempo.


—Me alegro por ti, si alguna vez hacen performance en Kanto iré a verte, sin duda alguna.


—¡Gracias!, será como en los viejos tiempos. —Serena me tomó del brazo mientras daba pequeños saltitos, Pikachu y yo sonreímos ante aquella muestra de afecto.


—Sí, veo que tienes tus objetivos muy claros, Serena.


—Por supuesto, ser la Reina de Kalos no solo significa ganar la clase maestra.


—Oh, ¿en serio?, ¿qué significa para ti ser la Reina?


—Esto lo entendí cuando perdí la clase maestra por primera vez. Una Reina hace que todos sean felices a su alrededor, en ese entonces yo dependía de mis pokémon y ellos me ayudaban a salir adelante. Éramos inexpertos y no podíamos salir de los problemas por nuestra cuenta. Sin embargo, aprendí que mi título también brinda felicidad a las personas, cuando la gente observa mis presentaciones olvidan sus problemas, aunque sea por un momento. —Serena hizo una pausa mientras entrelazaba sus dedos con los míos, su voz no tenía ninguna duda o algún resentimiento, en verdad… Serena era una mujer hermosa. —. No hay mejor recompensa para mí que las sonrisas de mis espectadores, cada aplauso me llena de alegría y me permite seguir adelante con esta gran aventura.


—I-Impresionante, en verdad eres sorprendente, Serena.


—N-No es para tanto, Ash…—Serena se sonrojó muchísimo cuando escuchó mi comentario, en seguida volteó su rostro hacia otro lado. Pikachu también estaba sorprendido con el relato, en cierto modo, Serena era el opuesto extremo a nosotros, que todavía no encontrábamos un significado a la palabra: Campeón.


—Sí lo es, en verdad te admiro mucho, Serena. Tienes tus metas claras y un concepto real de lo que eres. En cambio yo… No sé muy bien lo que es ser un campeón. Lo deseé tanto tiempo y me esforcé mucho para lograrlo, cuando vencí a Tobías en la final del torneo mundial me sentí tan feliz que no pensé en las consecuencias de mi victoria. Ahora no puedo viajar y el título me está pesando demasiado, ¿qué debería hacer? —Por primera vez hablé de esta incomodidad con alguien, en sí podía tolerar las ocupaciones y el papeleo, pero… Había un detalle importante que no estaba viendo, algo que marcaba la diferencia entre un entrenador de alto nivel y un verdadero campeón.


—Ash… —Serena dejó de tomar mi mano y en su lugar me dio un suave abrazo —. Es normal que te sientas así, toda tu vida has tenido aventuras, dejar de tenerlas seguramente causó un impacto en ti. Pero, si estás confundido… Piensa en porqué decidiste convertirte en campeón. —Serena dijo esas últimas palabras con un tono cálido, el solo escucharlas reconfortó un poco mi corazón.


¿Por qué motivo me convertí en campeón?


—Tendré que pensar en ello, gracias…


—¡Sí!, ahora demos una vuelta, todavía faltan algunas horas para el evento.


Tuvimos una cita improvisada, caminamos por los senderos antiguos y vimos enormes árboles repletos de pokémon. A decir verdad, nunca tuve la oportunidad de conocer a fondo Ciudad Caolín, ya que mi estadía aquí fue rápida por asuntos personales de Iris.


En fin, tras pasear como turistas por un rato los dos decidimos separarnos y asistir al evento de forma individual, pues no deseábamos levantar sospechas entre los paparazis.


—Ya era hora de que aparecieras, Ash, tenemos mucho que hacer. —Un hombre trajeado y de lentes oscuros me habló con cierta prisa, a su lado había muchas personas caminando rápido por todos los pasillos del recinto. El lugar de la ceremonia era el mismo gimnasio de Ciudad Caolín, pude ver al ex líder de gimnasio Lirio realizar algunas órdenes con los encargados de la decoración y también a pokémon tipo dragón como Haxorus o Dragonite ayudando con los asientos de los espectadores.


—Sí que están muy animados —comenté algo sorprendido.


—Claro que sí, hoy tomará posesión la gran Iris, ¡todo debe de estar listo, campeón!, y usted también. Vaya al camerino y póngase su atuendo especial.


—Eh, ¿en verdad tengo qué usar esas ropas tan ostentosas?


—No hay tiempo para quejarse, estamos retrasados. —El hombre trajeado me llevó a los camerinos contra mi voluntad, ahí pude ver a varios sastres con las miradas llenas de frustración hacia mi persona. Sin embargo, no podía culparlos, yo me la pasé jugando con Serena y no revisé mi agenda de campeón a tiempo. Pikachu soltó un suspiro de resignación, en seguida corrió hacia la gaveta del probador y me pasó un sombrero de gala negro.


—Gracias, amigo, bueno… ¡A darlo todo! —Me cambié de ropa, dejé de usar estas prendas sencillas para ponerme una gabardina negra muy cara, con la insignia de la liga pokémon en la espalda. También usé botas del mismo color y una camiseta roja como interior —. Hm, siento que este atuendo no me gusta.


—Oh, ¿todavía te quejas de la ropa?, en verdad sigues siendo un niño, Ash. —Otra voz conocida me llamó desde la puerta del camerino, era Iris, la chica portaba un vestido blanco en la parte superior y rosado en la inferior, nada que ver con los trapos que solía usar normalmente. Otra diferencia clara fue la forma de su cabello, ya no lo tenía desordenado ni mal acomodado, en vez de ello se lo dejó suelto y bien peinado para darle un aire de grandeza a su presencia.


—Mira quien lo dice, seguro tardaste horas acomodándote el cabello.


—¿Qué comes qué adivinas? —Los dos nos reímos un momento, en seguida, Iris me volteó a ver inquisitivamente, como si estuviese a punto de soltar alguna bomba psicológica —. Oye, Ash… ¿Ya tienes listo tu discurso de apertura, verdad?


Eh…


En ese momento mi cerebro se desconectó de la realidad, ¿acaso debía decir algo hoy?, ¿no solo venía como invitado nada más?, sentí como si hubiese sido aplastado por un Golem, de hecho, ni siquiera estaba seguro del calendario o el orden de los acontecimientos. Ugh…


Debí haber leído la invitación completa…


—Por supuesto, soy el campeón mundial, nada se me pasa. —Mentí de nuevo, sin embargo, la futura campeona de la región soltó un suspiro repleto de indignación.


—¿Ni siquiera sabías qué ibas a decir algo, verdad? —Al igual que Serena, Iris pudo ver detrás de mis mentiras. Bueno, tampoco es que fuese un mentiroso experto, seguramente las muecas preocupadas de mi rostro delataron cualquier intento por engañarla.


—Debí haber perdido la invitación por ahí, o simplemente no recibí bien el programa de actividades. —Pikachu me dio un pequeño coletazo en señal de desaprobación, ¿desde cuándo mi propio pokémon me regañaba más qué mi agente?


—No me sorprende, sigues siendo un niño aún con ese título en tus espaldas.


—Quizá tengas razón… —susurré, Iris me volteó a ver rápidamente por ese comentario, ya que nunca le daba la razón cuando ella me decía niño o infantil. Pero en este caso ella podía estar en lo correcto, quizá no había madurado lo suficiente para tener este título.


—¿Eh?, ¿en verdad está todo bien, Ash?


—Venga, estamos retrasados. —Corté la conversación de golpe, ya que no deseaba revolver mi cabeza con pensamientos innecesarios. Por el momento, necesitaba improvisar un discurso digno de campeón cuanto antes —. Nos vemos en la ceremonia, Iris.


—De acuerdo. —Con un tono algo incómodo y repleto de preocupación, Iris se retiró del camerino. Pikachu volvió a subirse en mi cabeza y se puso a pensar conmigo en algunas palabras capaces de sacarme de este apuro.


Nuevamente cometí otra metida de pata como campeón, en verdad me molestaba no ser capaz de comprender mi puesto y mucho menos realizar las actividades del protocolo como los demás campeones antes que yo. Cuando los veía siempre creí que vivían de su poder, las veces que los topé durante mi juventud no lucían estresados del todo, quizá porque tenían ayudantes a su disposición o simplemente contaban con una personalidad mucho más responsable que la mía.


La ceremonia inició un rato más tarde, en el lugar pude ver a varios pobladores ondeando banderas con la cara de Iris, también vi a Serena sentada en una especie de trono improvisado, sobre la base de su asiento yacía la leyenda siguiente: “Serena, Reina de Kalos y amiga de la región Teselia”, eso sin mencionar las incontables marcas de productos conocidos por todo el gimnasio.


La arena de combate estaba decorada con las pinturas tradicionales de la región, de igual forma, pude ver a Iris junto al viejo líder de gimnasio, Lirio y también algunos hombres con trajes negros que seguramente eran los encargados de la seguridad. Un detalle que me sorprendió fue la ausencia de cualquier otro campeón, ya que siempre se reunían para ver las coronaciones.


—Hay muchos niños en el evento, ¿no lo crees, Pikachu?


—¡Pikachu! —exclamó mi adorable pokémon, ambos estábamos felices de ver a tanta gente joven en la audiencia, la mayoría rozaba los once años de edad para abajo. Venían muchos grupos de amigos, posiblemente viajeros que apenas iniciaban su aventura, el solo verlos me trajo bonitos recuerdos del pasado.


—Que nostalgia, ¿recuerdas cuándo vimos los combates de campeonato?, nosotros estábamos del otro lado, como espectadores soñadores que ansiaban estar aquí. —Pikachu y yo veíamos estos eventos con mucho entusiasmo, pues era nuestra meta alcanzar la cima de todos los entrenadores pokémon. No obstante, las cosas cambiaron con el pasar de los años, aquella fantasía infantil se convirtió en una realidad que todavía no sabíamos afrontar.


Pero bueno, la ceremonia comenzó con una pequeña danza tradicional realizada por mujeres jóvenes, todas ellas iban vestidas con vestidos negros y blancos, los cuales simbolizaban a Reshiram y Zekrom, pokémon legendarios de la región y también los iconos de esta ciudad. En seguida, un hombre trajeado tomó el micrófono y se dirigió hacia los espectadores.


—Atención, la ceremonia de coronación a la nueva campeona y maestra dragón está a punto de iniciar. Iris no solamente se convirtió en líder de gimnasio, también obtuvo la aprobación del campeón Mirto, de sucederlo como mejor entrador de la región, pero antes, escuchemos las palabras del campeón mundial pokémon, Ash Ketchum.


Los encargados del evento me trajeron un micrófono pequeño, posteriormente tragué saliva para no arruinarlo. Pude ver el rostro de Serena preocupado por mi presentación, ella seguramente infirió la situación en la que me encontraba.


—Muy bien, quiero felicitar a mi amiga Iris por su gran logro, estoy seguro de que podrá salir adelante con los nuevos retos que la vida le presentará en un futuro. Los humanos y pokémon estamos juntos desde hace tiempo, nuestro lazo nos hace fuertes y estoy seguro que Iris comprende eso. ¡Muchas gracias! —Menudo discurso más terrible, pude escuchar aplausos de compromiso, carentes de emoción y muy estáticos, como si hubiese hecho una presentación terrible. Estos aplausos no se comparaban en nada a los que recibía Serena en sus presentaciones.


No, compararlos con eso era un insulto hacia mi novia…


Mis palabras estuvieron vacías, sin convicción ni alegría, fueron frases que elegí al azar porque verdaderamente no sabía que decirle a Iris en este momento. Los niños se distrajeron, voltearon a ver a otro lado o simplemente sacaron sus dispositivos móviles para centrar su atención. Pero no podía culparlos….


—Muchas gracias, campeón. Ahora, señorita Iris, ¿quiere decirnos algunas palabras acerca de su coronación? —El presentador le pasó a mi amiga el micrófono, posteriormente la chica dragón cerró sus orbes y dio unos pasos adelante.


—Para ser sincera, yo no recuerdo a mis verdaderos padres, la primera memoria que tengo es haber sido recogida por el ex alcalde Lirio, maestro dragón y líder de gimnasio en aquel entonces. En mi infancia era tímida con las personas, no sabía cómo entablar una conversación y mis hábitos salvajes eran una molestia para los demás compañeros. Ni siquiera los pokémon me entendían, aquellos que usaba prestados en la academia Caolín parecían ignorarme o no saberme apreciar, solamente los tipo dragón comprendían mi situación. —Iris hizo una pausa a su discurso para tomar un poco de aire, a diferencia de mí, todos le estaban prestando atención —. Pero incluso los de este tipo tenían sus dudas respecto a mí, ¿por qué nadie me comprendía?, busqué esa respuesta durante muchos años y fue ahí cuando conocí a un entrenador viajero llamado Ash, el campeón actual. Cuando viajé con él hace varios años comprendí muchas cosas, como el valor de la amistad y la perseverancia de alcanzar tus sueños. Recuerdo que él no paraba de decir que sería un maestro pokémon, me reí de él llamándolo infantil y aún creo que lo es, aún si tiene el título de campeón. Pero bueno, en ese viaje fortalecí mis lazos con los pokémon tipo dragón e incluso atrapé de otros tipos, ya que no deseaba encerrarme en una sola categoría, hice muchos amigos en incontables competencias y también tuve la oportunidad de probarme un vestido. ¡No saben lo incómoda que me sentía! —Para ese momento, Iris ya había derramado unas cuantas lágrimas de felicidad, esas palabras venían desde lo más profundo de su corazón.


—Ella en verdad sabe lo que quiere —susurré, pero Pikachu no me escuchó.


—Ese viaje cambió mi vida, me hice más abierta y logré controlar a los pokémon que antes no me obedecían. De ahí entrené duro, combatí con formidables enemigos hasta llegar hasta aquí, por eso, quiero agradecerles a todos ustedes por este día. Como campeona y líder de gimnasio, estaré dispuesta a darle consejos a todos, sin importar el tema yo me esforzaré para que no existan más niños tímidos o pokémon solitarios que no sean apreciados por los demás. ¡Muchas gracias! —Cuando terminó el discurso todos aplaudimos y nos pusimos de pie, los niños corearon su nombre y los adultos vieron orgullosos como una niña salvaje pudo llegar tan lejos, era toda una historia de superación personal.


Pero sobretodo, Iris sabía muy bien lo que deseaba al igual que Serena.


Ambas estaban por delante de mí, quería ser como ellas… Caminar en el mismo sendero repleto de valor y honor, pero…


Aún no era posible.


—Serena e Iris… Las dos son grandiosas, ¿no lo crees, Pikachu? —Mi pokémon inicial asintió con una sonrisa conmovedora.


Serena deseaba hacer felices a las personas, Iris brindar apoyo a los necesitados, ¿y yo qué?, muchas preguntas invadieron mi cabeza al punto de no escuchar bien la siguiente parte del evento.


—Y tras ese conmovedor discurso es hora de la batalla de exhibición, ¡la nueva campeona y representante de Ciudad Caolín, Iris, enfrentará al campeón mundial, Ash Ketchum!


—Eh, ¿vamos a tener una batalla?, bueno, a diferencia del discurso sí estoy preparado para luchar en cualquier momento, ¿verdad, Pikachu? —Mi compañero asintió con alegría, por fin un poco de acción luego de estar aburrido por varias semanas, además, quizá una batalla era lo que necesitaba para aclarar mis ideas.


—Prepárate, porque estrenaré mi título con una aplastante victoria, campeón infantil. —Los dos nos pusimos en los costados del campo, en seguida, el presentador caminó hasta el centro con dos banderas reglamentarias de la liga pokémon.


—Este será un combate de tres contra tres, es válido para ambos hacer cambios en medio de la batalla. De ahí en adelante, las reglas serán las mismas que una batalla de gimnasio, ¡empiecen!

Fin del capítulo 2

¿Qué les pareció?, ¿cuál escena les gustó más?
Y sobretodo, ¿cuál creen qué sea la respuesta qué busca Ash?

 

Acá el capítulo tres, un episodio reflexivo.



Capítulo 3: Tribulaciones


Si algo he aprendido a lo largo de mi carrera como entrenador pokémon, es que los problemas de la vida se resuelven en una batalla. En este caso, las dudas respecto a mi título y el porqué de mi sentir, definitivamente iba a matar dos pájaros de un tiro. Iris caminó de forma elegante hacia el campo de batalla, o al menos eso aparentaba, sus pasos irregulares y visión ajetreada solamente me daban un veredicto: La chica estuvo practicando por horas para caminar así.


—Esto será interesante, vamos, Pikachu.


Mi inseparable compañero asintió, en seguida nos posicionamos del otro lado del escenario. Mis manos comenzaron a sudar y también sentí como mi corazón latió ligeramente más rápido, definitivamente podía recordar esta poderosa sensación, el hecho de enfrentarme a un rival de alto nivel encendió mi llama competitiva.


—Usarás a Pikachu, entonces yo usaré a… ¡Excadrill! —El hecho de usar a un pokémon no dragón en un santuario de dragones mostró realmente su verdadera personalidad, antes que una maestra dragón y heredera de las tradiciones, Iris era una verdadera campeona.


—¡Vamos a empezar, Pikachu, usa cola de hierro! —Mi primer movimiento no fue muy inteligente, pude escuchar comentarios del público refiriéndose a mis dudosas tácticas como entrenador, no obstante, Iris ignoró los comentarios porque ya conocía mi estilo de batalla.


—Excadrill, ¡recibe el ataque mientras usas tormenta de arena! —Otra táctica inteligente, el pokémon terrestre tomó a mi pokémon con sus garras y luego le dio un azote contra el piso. Pikachu no sintió el impacto, más bien lanzó una descarga para tratar de soltarse —. Parece que tu título te ha cegado, Ash, los pokémon tipo tierra son inmunes a los ataques eléctricos. —Pero los rayos disparados por mi compañero golpearon el suelo, sacando varias piedras pequeñas del campo de batalla que terminaron por golpear los ojos de Excadrill, cuya piel dura no cubría totalmente la zona de sus globos oculares.


—¡Libérate y sigue atacando con cola de hierro! —Gracias a la visión nublada de Excadrill, Pikachu fue capaz de soltarse y contraatacar con varios golpes a su rostro, a pesar de los impactos y fuerza de los mismos, estos no tuvieron mayor efecto por la enorme diferencia de tipo.


—Excadrill, cava un agujero y recupérate. —El pokémon enemigo rápidamente obedeció el comando, dejando a Pikachu solo y a la expectativa de un golpe fulminante. Por suerte ya tenía experiencia con este tipo de ataques, se necesitaba algo más que una sorpresa para derrotarme —. ¡Ahora!


Excadrill intentó golpear a Pikachu desde abajo, fue ahí donde puse en marcha mi plan para desestabilizar al enemigo.


—Pikachu, ¡muévete a la derecha y usa rayo! —El pokémon eléctrico me obedeció sin rechistar, de nuevo la gente quedó a la expectativa, ya que ningún ataque de Pikachu era realmente eficaz contra Excadrill, aun así, sonreí mientras los rayos bloquearon la visibilidad del pokémon rival, impidiéndole continuar su asedio —. Ahora, deja que sus garras te toquen un poco.


Pikachu embistió a Excadrill sin mayor éxito, Iris por su parte se quedó perpleja ante mis constantes golpes inefectivos. Lo que pasó después fue la culminación de mi plan, Excadrill sufrió los efectos de electricidad estática, la habilidad especial de Pikachu, la cual consistía en paralizar al oponente aún si estos poseían una ventaja de tipo.


—¡Excadrill, regresa! —Iris actuó sabiamente, pelear con un pokémon paralizado la ponía en severa desventaja —. Veo que has mejorado desde la última vez que luchamos, ¡pero aún no me daré por vencida!, vamos… ¡Druddigon! —Un pokémon tipo dragón hizo aparición, éste traía consigo una mirada de pocos amigos y también ganas extenuantes de pelear.


—Oh, ese pokémon es nuevo —comenté sin perder la concentración.


—¡La batalla se reanuda! —El juez dio luz verde a las hostilidades, Pikachu se alejó un poco del dragón enemigo, ya que la diferencia de tipos volvió a ser factor desventajoso para mi primer pokémon. Cambiar de pokémon era una opción viable y de hecho, la más inteligente de mi parte.


No obstante, de paralizar a mi enemigo podría tener la ventaja en el combate, ya que Excadrill sufrió un problema de estado permanente.


—Druddigon, ¡usa garra dragón! —ordenó Iris, el dragón escamoso cargó lentamente contra Pikachu, éste simplemente dio un salto en reversa y así evadió la técnica del contrario.


—¡Pikachu, usa rayo! —Como esperaba, el poderoso ataque de Pikachu ni siquiera le hizo cosquillas a Druddigon, de hecho, aprovechó la abertura que dejó para contraatacar con cola dragón —. Evade. —Mi compañero hizo un buen trabajo al agacharse y esquivar la cola filosa del rival, de inmediato, Pikachu retrocedió a base de saltos.


La situación no era buena, necesitaba pensar en un plan para voltear las tablas a mi favor. Iris notó mis dudas y de inmediato volvió a la carga.


—¡Druddigon, terremoto! —Un ataque tipo tierra de alto nivel, las cosas no pintaban nada bien, el dragón dio un fuerte pisotón, al hacerlo la tierra comenzó a moverse y mi pokémon de inmediato sintió los efectos del terremoto. ¿Debía ordenar el cambio ya?, ¿o arriesgarme a paralizarlo con su habilidad?


Era una opción riesgosa, no siempre surtía efecto y quizá lo mejor sería regresar a Pikachu para continuar con otro plan.


Eh…Un momento, ¿acaso estaba huyendo de una pelea?


—Soy el campeón mundial, ¡Pikachu, elévate usando cola de hierro y aterriza sobre Druddigon! —La jugada fue riesgosa, estúpida y en cierto modo ineficaz, no obstante, la idea de retroceder siendo el campeón me incomodó un poco.


—¡Necio!, ¡recibe el ataque y luego termínalo con garra dragón! —Druddigon no esquivó la cola de hierro, de hecho, se quedó parado mientras la cola brillante de mi pokémon golpeaba su cabeza. Sin embargo, Druddigon no se vio adolorido, fue Pikachu quien cerró sus ojos en par por el dolor —. Olvidaste la habilidad oculta de mi Druddigon: ¡Piel tosca!, el pokémon atacante también recibe daño al contacto.


—¡Pikachu! —grité, nada pudo hacer mi compañero cuando las garras del dragón lo golpearon y lanzaron hasta el muro del estadio, dándole así la victoria a la festejada del día de hoy. Rápidamente caminé hacia Pikachu y lo recogí con ambas manos, las personas a mi alrededor lucían un poco decepcionadas por mi presentación.


Sí, ver perder al campeón, aunque sea un round debió ser un shock para todos esos niños que me tenían en alta estima. Entonces… ¿Ser el más poderoso me daba el título de campeón?, ¿era eso lo que tanto buscaba?


Sí, algo así debía ser, ¿no?


Dejé a Pikachu en mi esquina de batalla, éste se recuperó del impacto y continuó apoyándome como en los viejos tiempos. La situación no estaba del todo complicada, uno de sus pokémon yacía paralizado y yo tenía conocimiento previo del segundo. Analizando este combate de manera fría y centrada, nadie tenía el control asegurado.


Aun así, la audiencia no sabía mucho de estrategia ni tácticas avanzadas, el público estaba compuesto en su mayoría por niños de once años en adelante y en sus rostros pude ver una ligera decepción. Mi corazón se congeló, de repente dejé de sentir el calor que siempre tuve cuando combatía en mi juventud, en su lugar solamente quedaron cálculos aburridos y notas como las que traían a mi oficina todos los días.


—Campeón mundial, elija a su siguiente pokémon. —El referí me sacó de mis pensamientos, llevé mi mano al bolsillo y saqué a Greninja de su pokebola, el pokémon shinobi apareció bañado en un manto de agua y con la pose ninja que lo caracterizaba.


—Greninja, vamos a ganar esto —afirmé sin muchas ganas, ¿para reafirmar o comprender lo que significaba ser un campeón debía ganar de forma aplastante?, muy bien, que así sea. La gente no deseaba ver a un campeón mundial débil y dudoso.


—¡Que empiece la pelea!


—¡Evolución sincronizada! —El cuerpo de Greninja se rodeó de un manto acuático, al hacerlo su apariencia se transformó, dos extremidades negras salieron de su garganta y una shuriken acuática gigante apareció sobre su espalda. Habíamos entrenado muy duro para dominar esta forma al cien por ciento, gracias a esta unión nuestros pensamientos y sentimientos se hicieron uno, además, los poderes normales de Greninja se incrementaron como si fuese una mega evolución.


—¡Oh! —Los presentes exclamaron sorprendidos ante mi transformación, Iris en cambio solo sonrió.


—Parece que estás de vuelta, Ash, ¡vamos a combatir!, ¡Druddigon, usa garra dragón! —El dragón espinoso trató de atacarnos con su poderosa técnica, no obstante, la velocidad de Greninja era muy superior, cuando éste se encontraba a menos de un metro mi pokémon “desapareció”.


—¡Corte! —El pokémon shinobi reapareció frente a él y luego lanzó un corte brutal contra el pecho del dragón, éste retrocedió adolorido por el impacto y entonces lanzó la misma técnica en contra de Greninja —. Mantén tu distancia con shuriken de agua.


El daño por piel tosca me molestó un poco la mano izquierda, seguramente Greninja ni siquiera se veía afectado por el ligero dolor de su afilado cuerpo.


—Druddigon, ¡cúbrete y contraataca con garra dragón!


—Greninja, no lo dejes moverse. —No me gustaba esto, ¿en verdad estaba bien combatir de esta manera?, Greninja no dejó a Druddigon moverse, sus constantes asedios con pequeñas shuriken de agua le impidieron realizar algún contraataque, pude ver la mirada frustrada del dragón al ser víctima de esta oleada de movimientos brutales.


—¡Vamos, Druddigon!, ¡confío en ti!, ¡sé que puedes salir de este bombardeo! —Iris mandó todos sus deseos y ánimos a su confiable compañero, sentí en ella la verdadera pasión de la batalla y un espíritu indomable de pelea. Pero ni siquiera eso fue capaz de reavivar este combate, al cabo de unos segundos Druddigon cayó derrotado ante la incesante lluvia de ataques.


—Druddigon no puede continuar, Greninja gana.


La audiencia se quedó en silencio, no celebraron ni tampoco me dieron porras, simplemente fijaron sus miradas en mí. Ya no veían al chico que participó en el torneo mundial hace unos meses, ahora realmente estaban apreciando al verdadero campeón mundial. ¿No era eso lo que deseaba?, entender el peso de mi título y aplicarlo como lo hicieron mis antecesores.


Después de todo, ¿no era esto lo que rectificaba mi título?


—Buen trabajo, Druddigon, ¡vamos, Dragonite! —Otro viejo conocido entró en escena, yo estuve ahí cuando Iris atrapó a Dragonite y desde ese entonces pude apreciar su crecimiento. Al principio no se llevaban bien, tuvieron disputas y malos entendidos a lo largo de nuestro viaje, no obstante, pasó el tiempo y los dos se hicieron muy unidos.


—¡Empiecen!


—¡Dragonite, usa puño trueno! —Gracias a la sincronización pude ver de cerca el ataque del dragón enemigo, Greninja dio un salto en diagonal para esquivar el ataque sin recibir la orden de hacerlo. Su cuerpo pasó rozando por la panza de Dragonite y finalmente se reincorporó a pocos metros de su contrario.


—¡Usa corte! —Mi pokémon cargó contra el dragón, éste sonrió por el desafío y rápidamente esperó las órdenes de su entrenadora.


—¡Puño trueno! —Los dos ataques colisionaron en medio de la exclamación del público, lo que ellos no sabían era que Greninja no tenía intenciones de pelear poder a poder. Nuestros pensamientos estaban tan unidos que ni siquiera fue necesario ordenarle a Greninja lo que iba a realizar.


El pokémon shinobi dejó de hacer fuerza en el impacto, permitiendo a Dragonite superarlo en fuerza. Sin embargo, Greninja se agachó justo antes de recibir el puñetazo en la cara, dejando expuestas las piernas del dragón.


—¡Corte! —La técnica de mi compañero mermó la velocidad del contrario, ya que su pierna izquierda fue cortada con tanta precisión que le resultó imposible ponerse en pie.


—¡No puede ser!, ¡Dragonite, vuela! —Iris estaba frustrada, ella no contó con esa jugada tan astuta de mi parte, en un intento desesperado por escapar la chica ordenó una táctica relativamente segura y coherente: El vuelo.


—No lo dejes escapar, ¡apunta a las alas con corte! —El dolor le impidió a Dragonite despegar a máxima velocidad, por lo que fue presa fácil para la técnica de mi preciado amigo. Con las alas neutralizadas también a Dragonite no le quedaba mucho tiempo en la pelea, pude ver los ojos cristalizados de Iris desde la distancia, ella no esperó que yo cambiaría mi estilo de pelea en pleno encuentro.


Desde un primer momento ella infirió que usaría el estilo descuidado y agresivo de mi juventud, no obstante, su inferencia no estaba del todo equivocada. Hasta hace unos meses habría combatido poder a poder, empleando las mejores técnicas de mis pokémon y un repertorio más variado, basándome más en la intuición del momento que en estrategias reales.


—E-Esto debe ser una broma, ¡no podemos perder así!, ¡Dragonite, usa cometa draco! —Iris cayó víctima de la desesperación, en un último intento le ordenó a Dragonite realizar la técnica definitiva de los tipo dragón. De inmediato, el cielo se tornó rojo y varios truenos comenzaron a caer, la audiencia exclamó emocionada, ya que nunca antes habían visto en vivo una demostración de poder tan impresionante para la vista.


Pero solo eso era, un espectáculo visual carente de efectividad.


—Ya sabes que hacer. —Greninja saltó los cometas de uno en uno, justo como en la final del torneo mundial. Sus movimientos eran coordinados, casi programados digitalmente en lo más profundo de nuestro subconsciente, pues habíamos realizado esta evasión en múltiples ocasiones. Iris no dio crédito a lo que vio, ni siquiera su técnica más poderosa fue capaz de hacernos sudar empleando esta forma de combate —. ¡Termina con shuriken de agua gigante! —A pesar de la ventaja de tipo Dragonite no pudo soportar un impacto de tal magnitud, las heridas sufridas en la batalla le cobraron factura y por ende cayó vencido.


—Dragonite no puede continuar, Greninja gana.


—Bien hecho, compañero. —A pesar de felicitar a mi pokémon ninguno de los dos estaba feliz, ¿y cómo iba a estarlo?, esta forma fría y carente de emociones realmente no me sentaba para nada bien. No lo disfrutaba, en verdad quería rendirme y salir de este lugar lo más pronto posible, lo que antes era mi actividad favorita se había convertido en un calvario.


¿Desde cuándo las batallas pokémon dejaron de ser divertidas?


Pero…


No podía hacer nada más, esto era lo que significaba ser un campeón, ¿no es así?, ¿no debía comportarme como un verdadero campeón?, alguien invencible, capaz de superar todos los retos a base de poder y eficiencia.


El público no me vitoreó, de hecho, parecían asustados de mi demostración. Los niños susurraban cosas como: “Impresionante”, “es demasiado fuerte” y lo peor, “jamás podré ser como él”, al escuchar esa frase me sentí realmente mal. ¿Por qué los niños no me admiraban?, ¿por qué a las personas no les gustaba mi estilo de combate?


Rayos, giré mi cabeza hacia el frente para ver el rostro de mi oponente, Iris no lucía muy bien, a pesar de ser la celebrada parecía desgastada por este combate. No reconocí a la chica sonriente que me acompañó por un buen tiempo en esta región y ella seguramente sentía lo mismo conmigo. Ambos deseábamos terminar esto ya, aún si eso significaba decepcionar a los espectadores que vinieron buscando una batalla pokémon digna del recuerdo.


—¡Excadrill, tú puedes! —El pokémon terrestre salió de su pokebola muy debilitado, los efectos de la parálisis todavía hacían mella en él. La ventaja de tipos y mi evolución sincronizada eran abrumadoras, me bastaba solo un movimiento acuático para ganar el combate.


Pero…


¿Realmente estaba bien obtener el triunfo de esta forma?


¿Lograría mi objetivo de convertirme en un verdadero campeón?


Fin del capítulo 3

Ahora bien, unas preguntas ya para reflexionar.

¿Qué significa ser un campeón mundial?

¿Por qué Ash no se siente cómodo peleando así?

Y lo más importante, ¿creen qué él hace lo correcto?

 

Les traigo el final de esta historia, espero les haya gustado c:



Capítulo 4: La sonrisa del campeón


A esta pelea solo le quedaba un movimiento, las personas seguían en silencio viendo estaba batalla de un solo lado, ni una sonrisa, tampoco un grito de aliento hacia cada uno de nosotros. Era como ver un diamante hermoso detrás de una vitrina, se podía apreciar y contemplar, pero no tocar o hacer una conexión directa con él.


¿Esto era lo que deseaba?


No, algo estaba definitivamente mal, podía comprenderlo con solo mirar el rostro de los espectadores. Cerré mis ojos por un momento y traté de hacer memoria, en mi subconsciente apareció la imagen de un niño pequeño, tenía una chaqueta azul con camiseta negra puesta, sin embargo, el rasgo más significativo de ese pequeño era su gorra de colores llamativos, con una L estampada en bordados negros. El niño cargaba a un Pikachu sobre sus hombros, solo que más gordito que el mío y con una cola mucho menos llamativa.


De inmediato reconocí la identidad del infante…


—Hey, ¿cómo estás? —El pequeño se dirigió a mí con una sonrisa despreocupada, no le importó mi semblante preocupado o mis pensamientos divagantes, simplemente se acercó a mí sin tener ningún tacto posible.


—Ash Ketchum, ¿verdad? —pregunté a mi yo del pasado, éste simplemente sonrió lleno de entusiasmo y a la vez me mostró dos medallas de gimnasio, al verlas pude reconocerlas de inmediato, pues fueron los gimnasios de mis primeros compañeros de viaje y amigos: Brock y Misty.


—¿Cómo lo supiste?, ¿¡no me digas qué ya soy todo un entrenador famoso!? —Ver sus reacciones me hizo sentir un poco incómodo, ¿acaso yo era tan infantil en mis comienzos?, bueno, realmente no podía culparme, apenas tenía diez años y no estaba consciente del peso que cargaría ser un campeón.


—Digamos que te conozco por algún motivo, pero bueno, pequeño Ash, ¿cuál es tu sueño? —Aquella pregunta podía ser un poco redundante, pero necesitaba escucharlo de él mismo, del niño que deseaba ser el mejor y atraparlos a todos, menudo sueño más infantil e irresponsable. No obstante, seguía siendo hermoso y hoy, más de diez años después continuaba pensando de la misma forma.


—¿No lo ves por mis medallas?, ¡mi sueño es convertirme en un maestro pokémon! —exclamó el pequeño con aires de grandeza, ¿cuántas veces no repetí lo mismo durante mis viajes?, aún si esto era una imagen de mi mente no pude evitar sentirme nostálgico por todo lo que pasó.


—¿Y qué significa ser un maestro pokémon?, ¿lo mismo qué ser el campeón mundial? —pregunté nuevamente, al pequeño Ash no parecía importarle responderme, más bien parecía encantado.


—Es más que eso, ¡un Maestro pokémon significa dominar por completo el entrenamiento pokémon!, ser el mejor, mejor que nadie más. Pero al mismo tiempo, es comprender lo que tus amigos dicen. —El pequeño Ash por un momento habló como si fuese una persona diferente, posteriormente mi yo del pasado tomó a Pikachu en sus brazos y luego sonrió —. ¿Qué te hace feliz?, ¿por qué elegiste este camino? —Y con esas preguntas el Ash pequeño desapareció, dejándome solo por un momento en la oscuridad de mi mente.


Pero no pasó mucho tiempo antes de que los albores de mi subconsciente cambiaran, ahora me encontraba sentado en medio de un estadio gigantesco. Sin embargo, lo que aquí presentaban no eran batallas, sino espectáculos, la gente coreaba el nombre de Serena al unísono, las luces de su performance le daban un aura hermosa a su sonrisa. Sí, no podía describirla de otra forma, sus pasos de baile y las técnicas de sus pokémon en verdad se combinaron para formar una belleza sin igual, incluso alguien ignorante como yo podía darse cuenta.


Al recordar este momento mi corazón latió con tranquilidad, sí, ella era justo lo que yo deseaba ser, una persona segura de sus metas y sin ningún temor a sus propios fantasmas. Pero más que nada, había algo en su demostración que me hacía sonreír, como si se tratase de un abrazo maternal a media mañana.


Y entonces pasó, la demostración de Serena se puso más vivida y miles de aficionados saltaron de alegría, no obstante, la cosa que más me sorprendió fue la cantidad de niñas que brincaban de alegría y soñaban con ser Serena en aquel gran escenario. Sí, definitivamente eso era…


¡Serena inspiraba a la gente!, ¡su sonrisa podía conmover el corazón de millones!, no solo era su habilidad (admirable, por cierto), sino su actitud al momento de subir al escenario e inspirar a las artistas más jóvenes a dar lo mejor de sí, para que algún día pudiesen bailar a su lado o contra ella. A diferencia de mi demostración en la pelea contra Iris, donde los niños solamente se distanciaban del gran sueño al ver la diferencia de habilidades.


Sí, las cosas por fin estaban cobrando sentido.


Así como la reina de Kalos inspiraba a las artistas, yo como el campeón mundial debía brindar esperanza a los entrenadores pokémon, para que den lo mejor de sí y algún día puedan luchar conmigo por el puesto de campeón.


—¿Finalmente te das cuenta, Ash? —Una imagen de Serena apareció flotando frente a mí, ella vestía su atuendo de siempre con el sombrerito rosa que utilizó durante nuestro viaje en Kalos y el listón azul que le regalé hace varios años.


—Sí, gracias a ti por fin pude entenderlo, aún si estoy en mi propia mente.


—No solo soy yo, Ash, todos los que te hemos conocido hemos crecido de alguna forma. —Detrás de Serena aparecieron los rostros de todos mis compañeros de viaje, amigos, rivales, villanos y familia, cada uno de ellos me inspiró a mí para ser lo que soy ahora, de no ser por ellos jamás habría llegado tan lejos —. ¿Recuerdas la promesa que hicimos en la Meseta Añil?, los dos vamos a estar juntos en la cima el mayor tiempo que se pueda.


—Es verdad y para estar en la cima debo ser un excelente campeón, ahora lo entiendo, brindar esperanzas a los entrenadores jóvenes y sobretodo, sonrisas…


Abrí los ojos mientras dejaba atrás mis pequeñas lagunas mentales, sin embargo, elevé mi mano diestra en dirección al juez.


—¿Qué sucede? —cuestionó el referí.


—Voy a hacer un cambio de pokémon, Greninja, seguro tú te sientes igual. —La sincronización nos permitía tener acceso a los sentimientos del otro, por lo tanto, mi compañero también deseaba el cambio tanto como yo. La audiencia nos vio sorprendidos, ya que podíamos ganar con un solo ataque y en vez de ello nos fuimos por el camino difícil —. Gracias por tu ayuda. —Mi pokémon acuático caminó hacia mí e intercambiamos un clásico chócalas antes de que volviese a su pokebola.


—¿Eh?, ¿por qué cambiaste, Ash? —preguntó Iris.


—¡Para tener una batalla explosiva!, ¡vamos, Quilava! —Los niños brincaron de emoción al ver a mi pokémon de fuego, estos no se esperaron esta elección poco inteligente, ya que poseía desventaja de tipo ante la tierra y esta parte cubría su debilidad al fuego.


—¡Empiecen!


—¡Quilava, usa lanzallamas! —exclamé, de inmediato mi compañero lanzó un potente ataque de fuego contra el cuerpo de Excadrill.


—¡Golpea al piso y forma una muralla de rocas para protegerte! —Debido a la parálisis, Excadrill no podía evitar ningún movimiento, aun así, mi rival acorazado pudo ingeniárselas para bloquear el lanzallamas de Quilava —. ¡Usa terremoto! —La técnica definitiva de los tipo tierra, Excadrill golpeó al piso y de inmediato comenzó a moverse de un lado a otro.


—¡Quilava, usa rueda de fuego y corre en dirección a los movimientos de la tierra! —Fue una orden extraña, pero efectiva, ya que al momento de seguir el curso del terremoto el daño que recibió mi pokémon fue disminuido en un cuarenta por ciento —. ¡Contraataca con giro de fuego! —Atacar de frente no serviría de nada, ya que Iris seguro le ordenará a Excadrill realizar la misma defensa de rocas, por ende, decidí realizar un combo de desgaste.


Las llamas rodearon a Excadrill, pero no lo golpearon directamente, en vez de ello buscaba que el calor excesivo y los roces con el fuego fuesen debilitando lentamente la resistencia del pokémon enemigo. Iris rápidamente se dio cuenta de mi plan, así que pensó por adelantado en su siguiente jugada.


—¡Usa excavar! —ordenó Iris, por fortuna, la parálisis actuó sobre Excadrill y debido a ello fue incapaz de cumplir el comando.


—¡Sigue usando rueda de fuego! —La pelea era cerrada, si bien dependía de la suerte para seguir con mi estrategia pude sentir como la emoción del combate nació de nuevo en mi corazón, era difícil de explicar, simplemente dejé que estos sentimientos retomaran fuerza dentro de mí. La gente se paró de sus asientos y miraron atentos las siguientes jugadas del encuentro.


—Si no puedes escapar entonces vamos a destruir esas llamas, ¡Excadrill, usa tumba rocas! —Varias piedras cayeron del suelo en dirección al anillo de fuego que se formó sobre Excadrill, al parecer su estrategia estaba dando frutos ya que las rocas empezaron a extinguir el ataque de Quilava. ¡Pero eso era lo que buscaba desde un principio!


—Quilava, salta sobre las rocas que están extinguiendo tu ataque y luego usa lanzallamas desde el aire. —Mi orden fue un tanto nostálgica, ya que usé esta estrategia en un combate de gimnasio en la región Kalos y también fue aquí donde nació la jugada anti cometa draco.


—¡Excadrill, esquívalo!


La velocidad del pokémon terrestre no se comparaba a la de Quilava, en menos de tres segundos mi compañero ya apuntaba su boca en dirección a la cabeza del rival. El lanzallamas no fue tan poderoso como lo imaginé, pero sí logró mi primordial objetivo: Cegar a Excadrill, éste tuvo que cerrar los ojos y cubrirse con sus imponentes garras para no sufrir daño en la visión.


Las llamas impidieron a Excadrill moverse por unos segundos, permitiendo a Quilava aterrizar a ocho metros de distancia y con cuatro segundos de ventaja.


—¿Y ahora qué hará el campeón?


—Esto se pone emocionante…


Varios comentarios de la grada me hicieron sonreír, las frases negativas y deprimentes de hace unos instantes se transformaron en susurros repletos de emoción, ya que no imaginaron estas jugadas de mi parte. Mientras combatía a lado de Quilava pude verme a mí mismo luchando en la Meseta Añil por primera vez, en verdad todo cambió, ya no estaba siendo el famoso retador novato con pocas aspiraciones a ganar la batalla.


Todo lo contrario, ¡yo era el campeón mundial!


Y como campeón debía disfrutar todavía más esta pelea, después de todo, ¿qué clase de ejemplo sería para los entrenadores del presente?, ellos ponían sus esperanzas y sueños en mí, el simple hecho de no alegrarme por tener que cargar con tan hermosos sentimientos era reprobable.


—¡Vamos con todo!, ¡rueda de fuego! —Quilava cargó a todo poder, a mi rápido compañero poco o nada le importaba chocar contra el muro de acero que tenía por cuerpo su rival, ¡simplemente atacó usando toda su fuerza!, como en los viejos tiempos donde solamente me importaba ganar.


—¡No nos rendiremos tampoco!, ¡Excadrill, usa cuchillada! —Pude ver como una sonrisa desafiante apareció en los labios de Iris, ella recuperó su confianza y alegría al mismo tiempo, ya no le importaba ganar o perder, simplemente se divertía como en los viejos tiempos. Sí, cualquiera que nos conociera desde antes podría decir que este combate no tenía nada que envidiarle a nuestras rencillas infantiles del pasado.


¡Por esto amaba tanto los combates pokémon!


¿Cómo pude olvidarlo?


Nuestros pokémon continuaron intercambiando ataques por otros dos minutos, fue divertido, en verdad no me había divertido tanto desde mi pelea contra Tobías. Sonreí mucho, sudé y grité repleto de emoción y amor al combate, al girar mi cabeza hacia los lados pude ver a la audiencia feliz, los niños saltaban y sacaban a sus pokémon para ver el encuentro. Los jueces olvidaron el reglamento y solo se centraron en apreciar esta pelea entre dos entrenadores de alto nivel.


Y Serena…


Ella se puso de pie y gritó como lo hacía en nuestra infancia, puso una sonrisa tan hermosa que acabó por animarme todavía más.


—¡Vamos, Ash, Quilava, den los mejor de ustedes! —exclamó Serena, incluso en medio de cientos de gritos pude escuchar su voz perfectamente.


—Ya escuchaste a la dama, Quilava, ¡es hora de arder todavía más! —Con mi grito de guerra anunciado Quilava incrementó su temperatura corporal, en seguida se lanzó contra Excadrill usando nuevamente rueda de fuego.


—¡Taladradora! —Sin importarle ganar o perder, Iris también lanzó a su pokémon a una colisión kamikaze, ella seguramente ya dio la pelea por perdida o estaba tan emocionada que los conceptos desaparecieron de su mente. Seguramente fue la segunda opción…


El choque de poderes resultó en empate, tanto Quilava como Excadrill quedaron en el piso cansados por tan intenso combate, el juez revisó a los dos contendientes y luego levantó ambas manos para dar por terminadas las hostilidades.


—Los dos pokémon ya no pueden continuar, por lo tanto, ¡el ganador es el Campeón Mundial! —La gente se paró a darnos un fuerte aplauso, Iris devolvió a su pokémon directo a su pokebola, yo hice lo mismo mientras suspiraba aliviado por haber encontrado la respuesta que tanto deseaba.


—Gracias por tu esfuerzo, Quilava. —Caminé hacia Iris y le ofrecí mi mano en señal de amistad y deportividad, ella me saludó sin rechistar y luego sonrió.


—Supongo que por algo eres el campeón, Ash, ya no eres más un niño.


—Te equivocas, creo que después de todo, ¡sigo siendo bastante infantil! —Y al decir eso levanté la mano de mi contrincante junto a la mía, ambos saludamos al público y nos carcajeamos por ese último comentario. De ahí la ceremonia continuó con normalidad, Iris recibió las llaves de la ciudad por parte de Lirio y luego hubo un gran banquete para conmemorar este evento especial.


A mitad del banquete decidí salir a tomar aire fresco, las afueras del gimnasio estaban relativamente vacías, ya que todos se encontraban conviviendo dentro del recinto o probando los deliciosos platillos que ahí preparaban. De hecho, todos mis pokémon se estaban atascando de comida, ¡y no podía culparlos!, yo también comí como todo un loco, de no ser por mis ganas de respirar en paz habría terminado por acabarme todo el plato de botanas yo solo.


—Sabía que estarías acá, Ash. —Serena caminó a mi lado y se puso a mirar el cielo estrellado también —. Te noto distinto a esta mañana, ¿algo pasó en tu interior? —cuestionó con gran inteligencia.


—Digamos que recordé muchas cosas del pasado, en verdad no sabía lo que significaba ser un campeón, quizá porque una parte de mí se negaba a creerlo. Cuando gané el torneo mundial fue tan sorpresivo que me costó varios meses asimilarlo, pero creo que ya estoy listo para avanzar, ya no soy más un retador, ahora seré retado. —Mis palabras estaban llenas de confianza y determinación, en ellas ya no existían dudas ni lamentaciones, porque al fin había encontrado un nuevo propósito para dar lo mejor de ti.


—Eso significa que has madurado, Ash, me alegro por ti. —Serena tomó mi mano diestra con algo de pena, yo me sonrojé un poquito cuando tuve contacto con su palma —. Decir que ya no eres un retador puede tomarse desde otro punto de vista… Porque tú y yo ya no somos niños ni jóvenes que desean cumplir un sueño, hemos crecido y nos hemos vuelto adultos. Ahora los niños nos miran a nosotros como ejemplos a seguir, ¿también te diste cuenta de eso, verdad?


—Sí, durante mi batalla con Iris me di cuenta que los niños deseaban ser como yo, buscan mi puesto y se esforzarán para conseguirlo. Por eso no puedo defraudarlos, la siguiente generación de entrenadores me necesita para poder crecer, estoy seguro que lograrán grandes cosas. —Entrelacé sus dedos con los míos mientras explicaba mi reflexión definitiva —. Quiero darles esperanzas, animarlos a mejorar y por supuesto, ser capaz de combatir contra ellos por el título de campeón.


—Yo me siento igual, de hecho, ese fue el consejo que me dio Yashio-san cuando fui incapaz de ganar el título de Reina por primera vez. En ese momento era una niña soñadora que no estaba consciente de la responsabilidad del puesto, quizá por eso no pude ganar el título durante un par de años.


—Pero hay algo más, Serena, cuando me vi envuelto en todas esas responsabilidades no quería aceptarlo, aunque una parte de mí ya estaba consciente de lo que sucedía. Me daba pena admitirlo, pero no quería convertirme en adulto, mis sueños y esperanzas seguían en constante conflicto porque no deseaba avanzar, buscaba seguir siendo un niño por un rato más, pero creo que el tiempo ha llegado. Ahora que he aceptado los sueños de todos los entrenadores aspirantes al título ya no hay marcha atrás, yo, Ash Ketchum, finalmente tomaré el camino hacia la adultez. —Luego de muchos años de aventuras y viajes interminables por fin decidí ponerle punto final a esa etapa de mi vida, los recuerdos que gané durante ese lapso siempre se quedarán en mi corazón, como una bella memoria distante que forjó a la persona que soy.


Pero no podía seguir atorado en la misma ideología.


Llegó la hora de avanzar, empezar un nuevo capítulo en la vida de Ash Ketchum, uno diferente, pero sin perder de vista las cosas que realmente me hacían feliz. Como las batallas pokémon, estar con mis amigos y pasar tiempo con Serena.


—Entonces caminaremos el mismo sendero juntos, será difícil, ¡pero tenemos mucho tiempo para caminarlo!, ¿no es nuestro lema? —susurró Serena, en seguida la chica me dio un suave abrazo, distinto al que nos dimos cuando nos confesamos luego del torneo mundial. Éste era menos apasionado, pero mucho más cálido…


—Sí…


—No te rindas hasta el final —susurramos los dos al mismo tiempo.


Fue así como descubrí lo que verdaderamente significaba ser un campeón, cargaba una gran responsabilidad y debía seguir esforzándome para ser alguien digno de ese enorme título. Pero claro… ¡Sin perder mi sonrisa de siempre!


Fin

¿Qué les pareció el escrito en general?
¿Cuál fue su parte favorita?
Para ustedes... ¿Qué significa ser un campeón?

Muchas gracias por haber leído hasta el final, ¡un saludo a todos! <3333