¡Hoy es mi cumpleaños!

¡Hoy es mi cumpleaños!

Bueno aqui les traigo un fic una aclaracion! Sakura y Sasuke ¡no son novios! a la hora que dice Sakura "mi azabache" es como cuando nosotras o nosotros decimos a "mi (y el nombre de la persona)" no quiere decir que sean novios, bueno en fin... espero y les agrade alguna otra cosita me la hacen saber n_n comenten!

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Globos, obsequios, confeti, serpentinas, ¡ah! Era mi sueño, despertar y ver todos a mí alrededor con rostros felices, dándome abrazos y demás, pero no, eso no fue así, abrí mis ojos tan solo vi el techo color blanco, había un silencio total, me levanté de mi cómoda cama y salí de mi dormitorio dirigiéndome al baño, entré y me miré al espejo observé como mis orbes jades empezaban a llenarse de agua cristalina y salada, lo evité, lavé mi rostro y salí del lugar.
—¿Hay alguien en casa? — pregunte, pero nadie me contesto.
Regresé a mí habitación, me arreglé y salí de mi casa rumbo al parque, estuve ahí más de dos horas, ya era tarde, traté de hablar a algunos de mis amigos, Ino, Sai, Naruto, Hinata, a todos pero nadie contestaba.
Acaso se habrán olvidado de mí cumpleaños... pero si se los estuve recordando a cada rato, cada segundo.
—Ahg... — suspiré.
—Disculpe, señor... ¡hoy es mi cumpleaños! — le dije a un hombre que pasaba por ahí, esperando una respuesta, alguna felicitación.
—¡No molestes niña! Si lo que quieres es dinero ponte a trabajar — fue lo que conseguí un regaño y un insulto en el día de mi cumpleaños.
Tan solo vi como el hombre se alejaba volteándome a ver susurrando cosas de mí.
—Qué vergüenza — dije tratando de no voltear a ver más al señor.
Me senté en una de las bancas del parque, amarré mis rosáceos cabellos en una coleta alta, había mucho calor, mi estómago empezaba a sonar no había desayunado, parecía que dentro de mí estómago se comían unos a otros, me dirigí a un puesto de comida y compré algo, terminando volví a intentar lo anterior.
—Disculpe, ¡hoy es mi cumpleaños! — le sonreí a la dueña del puesto.
—¿Qué está esperando jovencita? ¿Qué le regale la comida? Lo siento pero tendrá que pagar — me contestó de la misma forma al igual que la otra persona.
—Sí, aquí tiene, no intentaba eso... disculpe — respondí agachando mí cabeza.
—Sí, no te preocupes... toma una paleta y que tengas un buen día — muy amable la señora me contestó.
—¡Gracias! — le dije mientras escogía mí paleta color rojo, ¡cereza! mi sabor favorito.
Me retiré del puesto volviendo a la banca de antes, mí ánimo volvió a decaer, en eso mí celular suena, el número se me hacía conocido, pero no lo tenía registrado, decidí a contestar.
—¿Bueno? — contesté.
—Si, Sakura — respondió una fría voz, tal vez era él, mi azabache querido.
—¡Sasuke! — dije sorprendida, era él, pero... ¿qué querría?... ¿felicitarme?... no lo creo.
—Necesito que vayas a la casa de Naruto es urgente — al instante colgó, como lo imaginé, no quería felicitarme.
Tomé rumbo a la casa del chico rubio, mis ánimos seguían igual, me preguntaba qué habría pasado, seguí mi camino, al llegar note que algo andaba un poco raro, las luces de la casa del chico de los orbes azules estaban apagadas, era raro, el no acostumbra a apagarlas, vive en un lugar muy oscuro y un poco peligroso. Toqué la puerta pero nadie me contestó, decidí a abrirla ya había dado por hecho que era el peor cumpleaños de mi vida, ¿Qué más podría pasar?
—¡Sorpresa! — todos salieron de su escondite en el momento que entré, mis amigos y mi familia todos estaban ahí.
No me lo esperaba, globos, obsequios, confeti, serpentinas y más era mejor que mí sueño todos alrededor de mí abrazándome, no me contuve comencé a llorar.
—Sakura ¿Porque lloras? ¿Acaso no te gustó? — Ino una de mis mejores amigas me preguntó un poco preocupada.
—No te preocupes Ino, claro que sí me gustó, tan solo lloro de alegría — respondí secándome poco a poco las pequeñas gotas cristalinas que salían de mis ojos jades.
—Pero... tengo una pregunta... ¿de quién fue la idea? — dije.
—No me lo vas a creer, estábamos planeando todo cuando un chico de cabellos azabaches dio la idea, tan solo Naruto prestó su casa — respondió mi rubia amiga.
—¡Sasuke! ¿De él fue la idea? — me sorprendí, no me lo creía tan solo sonreí agradecida.
Observe al Uchiha, aun no me lo creía, que de su frío corazón haya algo cálido en el.
Era mucho mejor que mi sueño, inimaginable, ¡Hoy es mi cumpleaños! Y me la estoy pasando genial.