Harry Potter Extinguiéndonos: (Draco y Ginny)

Tema en 'Fanfics sobre Libros' iniciado por Tarsis, 20 Abril 2011.

  1.  
    Tarsis

    Tarsis Usuario VIP Comentarista supremo Escritora Modelo

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    Extinguiéndonos: (Draco y Ginny)
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    20
     
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    396
    Draco Malfoy & Ginebra Weasley
    “Somos como el agua y el fuego, la luz y la oscuridad, pero
    sobre todo este mundo sólo quedamos tú y yo”

    Prefacio:

    Tan distintos…Juntos y separados como el agua y el aceite… ¿Tú y yo? Eso no existe… ¿Casados? Ni tus mejores sueños… ¿Marido y Mujer? Debe ser una alucinación…No, no, no! No puede ser verdad, es imposible, no se puede concebir un futuro donde estemos juntos tú y yo, jamás lo haría, jamás accedería a semejante atrocidad.

    El simple hecho de pensarlo me eriza los pelitos de la piel, es que eres tan tú, tan, tan TÚ! Diablos! Esto no me puede estar pasando a mi. Hay un abismo inmenso que nos separa, no hay punto de comparación. La guerra, esa maldita guerra, y ese ministro, todo es por culpa de él!

    No me casaría contigo ni porque fueras la última persona sobre la faz de la Tierra…Maldición… mi peor pesadilla se hace realidad…Eres la última…La última persona. Por favor te lo ruego, ¿Dime que no es verdad? Que pronto despertaré de este mal sueño y que todo volverá a la normalidad…

    Eres la última y sólo quedamos tú y yo…

    Cap. 1
    “¿Nos extinguimos y que? No lo voy hacer”

    ¡No, no, no! ¡NO!---Gritaba al borde del llanto…---

    Srta. Cálmese por favor…

    ¡No me voy a calmar! ¿Por qué? ¿Por qué debo hacerlo?---Inquirió furiosa…---

    Entienda es un problema mundial, gracias a la guerra que se desató muchos magos fallecieron. En este mismo momento solo hay una bruja de 16 años sangre pura sobre la faz de la tierra, y es usted Srta. Así que tomaremos medidas drásticas para salvar nuestra estirpe.

    ¡Pero yo no estoy dispuesto, ni de acuerdo, yo no lo voy hacer!---Replicó el rubio…---

    ¡Es su deber salvar nuestra raza!

    ¿Nos extinguimos y qué? ¡No lo voy hacer!---Gritaron ambos al unísono…---

    ¡YA! Hasta aquí llegó mi paciencia con ustedes!---Explotó el ministro de magia…---Van hacer lo que yo les ordene y van a cumplir con su deber o si no serán desterrados y pasaran el resto de sus míseras vidas exiliados en Azcaban!
    ¡¿Qué?!---Inquirieron ambos al mismo tiempo…---

    Así que les doy 2 semanas! ¡Dos! Ni más ni menos o Irán a Azcaban. Ya está terminada esta reunión. No hay nada más que decir.
     
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  2.  
    Temari Yamanaka

    Temari Yamanaka Entusiasta

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    Muy bonito, me ha gustado mucho. La trama está muy bien estructurada y con las razones suficientes para que uno comprenda la razón porla cual Ginny y Draco se casan. Los dialogos estan bien. La actitud de Malfoy tiene un poco de OoC porque él no suele ser tan cortés, y menos con una Weasley, aún así me gusta. También tiene OoC la actitud de Harry, él no abandonaría a Ginny por ser una Malfoy. A no ser que no sea esa la razón del abandono:confused:
    A Ginny la has hecho tal y como es. Me ha gustado mucho esa descripción:


    "Una chica lloraba desconsolada en una terraza vacía, sus cabellos rojo fuego refulgían en la blancura del vestido de satín y seda blanca que se deslizaba en su fino cuerpo, sus ojos azules estaban empañados en lágrimas, lágrimas de tristeza y frustración."

    Y también la parte en la que Malfoy le enseña a bailar y ella se pierde en sus ojos y en su rostro, aunque esa parte tenga un poco de OoC, me ha gustado mucho.
    No he visto ni horrores ni errores de ortografía. xD
    Quiero la conti que esto está muy interesante y es la primera vez que leo un DraGin.
     
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  3.  
    Fernandha

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    Gracias por invitarme.
    ¡OMG cuánta lectura! >.< ¡qué bueno que leo rápido, aún que para lograr entender más debo re-leer!
    Al parecer mucho OoC, pero lo aceptaré. (Sinceramente se me es un poco incomodo leer mucho OoC)
    Olvidando el OoC me gusto la trama aun que la pareja de Draco y Ginny no me llamé mucho la atención. Sigue así, tienes mucho potencial sinceramente, pero sólo te digo, está prohibido escribir en negrita por lo que sé.
    Adiós.
    At: Fer-chan.
     
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    Sopho

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    Ginny y Draco son la pareja perfecta, como también lo son Elizabeth Bennet y el señor Darcy de Orgullo y Prejuicio. Jaja, me he leído el principio me ha hecho mucha gracia. La situación es bastante cruel xD
     
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  5.  
    Blood Dupre

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    Me encanto, aunque también te remarco lo de la letra en negrita, al parecer esto es incomodo para la vista, además de que contiene mucho Ooc, pero quitando eso de lado te quedo muy bien, en fin espero el próximo capítulo. Adiós.
     
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    Tarsis

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    Bueno chicas, espero estén bien, les agradezco de corazón sus comentarios, y motivadas por ustedes le estoy haciendo una completa reparación a la historia, por lo cual tardaré en actualizar, pero tranquilas que ya está terminada, por lo cual no duden que seguirá! Un beso! Todo esto es por brindarles un mejor material y por mi crecimiento como escritora!
     
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  7.  
    Tarsis

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    Hola chicas gracias por su paciencia!!! Y aquí está, el primer capítulo de extinguiéndonos reeditado!!1 Espero les guste!

    Cap. 1
    “¿Nos extinguimos y que? No lo voy hacer”

    —¡No, no, no! ¡No!—gritaba al borde del llanto.

    —Srta. Cálmese por favor…

    —¡No me voy a calmar! ¿Por qué, por qué debo hacerlo?—inquirió furiosa.

    —¡Explíqueme porqué mi hija debe hacerlo, ella no quiere! Y estoy seguro de que el joven Malfoy tampoco lo aprueba—intervino el Sr. Weasley a favor de los chicos.

    —Entienda es un problema mundial, gracias a la guerra que se desató muchos magos fallecieron. En este mismo momento solo hay una bruja de 16 años sangre pura sobre la faz de la tierra, y es usted señorita así que tomaremos medidas drásticas para salvar nuestra estirpe.

    —¡Pero yo no estoy dispuesto, ni de acuerdo, yo no lo voy hacer!—replicó el rubio.

    —¡Mi hijo no se casará…bajo esas circunstancias!—resopló Lucius colérico.

    —¡Es su deber salvar nuestra raza!

    —¿Nos extinguimos y qué? ¡No lo voy hacer!—gritaron ambos jóvenes al unísono.

    —¡Ya! ¡Hasta aquí llegó mi paciencia con ustedes!—explotó el ministro de magia—. Van hacer lo que yo les ordene y van a cumplir con su deber o si no serán desterrados y pasaran el resto de sus míseras vidas exiliados en Azkaban!

    —¡¿Qué?!—inquirieron ambos al mismo tiempo.

    —¡Así que les doy dos semanas! ¡Dos! Ni más ni menos o Irán a Azkaban. Ya está terminada esta reunión. No hay nada más que decir.

    Ambos chicos salieron de la habitación como un tornado, sin dirigirse no más que alguna que otra mirada llena de odio. Esto no les podía estar pasando. ¡Soy un Malfoy! ¡No me casaré con una pobretona! ¡Mucho menos una Gryffindor! Resoplaba indignado el chico, con aquellos aires de superioridad que desde pequeño le han inculcado. ¡Soy una Weasley! ¡No me casaré con un Malfoy, con delirios de grandeza y pureza de sangre! ¡Mucho menos con un Slytherin! se quejó la chica cruzándose de brazos con terquedad, molesta por tenerse que casar con una persona que es todo aquello que desde su infancia le enseñaron a odiar.
     
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    Blood Dupre

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    Me encanto como siempre te quedo muy bien, pero mi pregunta es ¿por qué lo reeditaste?, no cuestiono tus razones, pero tengo algo de curiosidad, en fin no noté faltas, pero recuerda que no soy beta-reader, espero el próximo. Adiós.
     
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  9.  
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    Fuera de algunos errores fue increíble. Además lamento la demora, no tenía tiempo D: pero ahora sí >3

    Gracias por invitarme <3

    Me gustó, sólo tengo la misma pregunta. ¿Por qué re-editaste? :')


    Esperaré seguir leyendo.

    Adiós y buen día.

    At: Fer-chan.
     
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  10.  
    Tarsis

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    Cap. 2
    “Maldita boda”

    Dos semanas después…

    Una chica lloraba desconsolada en una terraza vacía, sus cabellos rojo fuego refulgían en la blancura del vestido de satín y seda blanca que se deslizaba en su fino cuerpo, sus ojos azules estaban empañados en lágrimas, lágrimas de tristeza y frustración.

    —Yo…yo no lo quiero hacer. Yo te amo Harry…te amo…—innumerables lágrimas brotaron como cascada de sus ojos, desconsolada y llena de miedo.

    —Ya es hora—le comunicó un hombre pelirrojo mayor, muy parecido a ella—. Seca tus lágrimas, debes sonreír.

    —¿Sonreír?, ¿por qué ah?, ¿por mi desgracia?

    —Hija es tu día, quiero que seas feliz…
    * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
    —¿Draco Malfoy, aceptas a Ginebra Weasley como tu única esposa, en las buenas y en la malas, hasta que la muerte los separe?—preguntó el sacerdote ya a punto de concluir la ceremonia, ya en los votos finales.

    —Si, acepto—respondió el rubio vacío, sin ilusión, lleno de frustración, sus finas facciones no demostraban ningún sentimiento aparte de la frustración, frustración de no poder hacer nada para evitar todo esto.

    —¿Y tu Ginebra Weasley, aceptas a Draco Malfoy como tu único esposo, en las buenas y en las malas hasta que la muerte los separe?

    Unas lágrimas traicioneras escaparon de sus ojos.

    —Si, acepto.

    —Entonces los declaro ¡marido y mujer!—todo el salón aplaudió, al fin la unión estaba concretada—. Puede besar a la novia.

    Draco se voltio hacia Ginny y sin verla siquiera a los ojos juntó sus labios con los de ella en un fugaz beso. Ya después culminada la ceremonia, ya pasados a la recepción donde abundaba la gente y los vestidos hermosos, el champagne por doquier, y miles de meseros de un lado al otro en su labor.

    —Es hora de que los novios abran el baile con su vals—anunció Molly obteniendo la atención de todos, incluso de los novios que se hallaban sentados en lados opuestos del gran salón—. ¡Los recién casados!—llamó molestándose, Ginny y Draco reaccionaron, caminaron con pesadumbres hasta llegar y encontrarse en el centro del salón. Se pararon rígidos uno al frente del otro sin mirarse a los ojos como dos grandes estatuas.

    —¡Qué están esperando para comenzar niños!—replicó Molly.

    Draco entrelazó su mano con la de Ginny y la otra la colocó en su cintura y ella en su hombro. La música empezó a sonar y ellos a bailar al ritmo de ello. 1…2…3. 1…2…3. Daban vueltas inexpresivas y piruetas mal dadas.

    —¡Malfoy! ¡Deja de hacer piruetas como esa!—Reclamó Ginny en su oído.

    —¿Así, por qué? Si no te has dado cuenta Weasley este es un baile de apertura, sería impropio no hacerlo—refutó haciendo énfasis.

    —Me da igual que “tipo de baile sea”, no las quiero hacer.

    —Lástima Weasley, porque no quedaré como un incompetente con una educación a medias, sólo por uno de tus caprichos.

    Y sin más giró alzándola en el aire, Ginny chilló molesta y lo pisó.

    —¡Maldición Weasley!—replicó el rubio adoptando un tono rosado en su piel nívea.

    —Te dije que no lo hicieras.

    —Y yo te dije que las haré—terció haciendo otra.

    —Ya Malfoy, ya. Es que yo…yo no sé hacerlas, no sé bailar muy bien—admitió avergonzada, al tiempo que sin querer pisaba nuevamente el pie de Draco este hizo una mueca de dolor.

    —Si ya me dí cuenta. Tú sólo sígueme—susurró en su oído antes de atraer su cuerpo más hacia él y juntar sus rostros y empezó a moverse más rápido.

    —Malfoy—titubeó—, yo, yo no puedo.

    —Cálmate. Respira profundo, déjate guiar por la música—instruyó—, y confía en mí, no veas a ningún lado, sólo veme a los ojos, además eso dará buena impresión a los demás y así mataremos dos pájaros de un tiro.

    —Eso es justo lo que no puedo hacer, confiar en una serpiente como tú—le espetó. Él puso los ojos en blanco como si no la hubiera escuchado. Ginny no estaba muy convencida pero obedeció, se centró solo en los ojos grises, hermosos sin duda, muy, muy hermosos. Draco le sonrió una sonrisa traviesa y torcida, por un momento Ginny se desprendió de la realidad para concentrarse en las perfectas facciones y atributos faciales de su bello esposo, que hasta por unos segundos se olvidó de respirar, hasta que soltó todo el aire de golpe.

    —Ya terminó, ves no fue tan difícil…incluso aunque seas una torpe—sonrió Draco en su oído alejándose de ella pero sin soltar su mano.

    —Idiota—bufó ella en contestación.

    —¿Será que puedo bailar con la novia?—inquirió Seamus Finnigan con una sonrisa, Ginny sonrió en respuesta, Draco soltó su mano lentamente y desapareció de su lado, Seamus tomó el lugar de Draco. 1…2…3. 1…2…3.

    —¿Y cómo se encuentra la nueva Sra. Malfoy hoy en su feliz día de boda?—inquirió en broma.

    —Feliz—contestó Ginny con desdén—. Muy, muy feliz.

    —Ay Gin, ya para el nuevo año escolar en 2 meses no vas a ser la misma, te voy a extrañar—resopló Seamus.

    —¡Claro que sí, quien te dijo que no!—replicó ofendida.Seamus se carcajeó y susurró en su oído.

    —Disculpe, pero ahora la Sra. Malfoy debe comportarse como tal, una Malfoy, no lo olvides.—Y se fue sin más ni menos para dejarla en manos de un pelinegro de ojos esmeralda.

    —¡Harry!—exclamó sobresaltada olvidando por completo lo de Seamus.

    —Hola Gin, ¿me extrañaste?—sonrió el pelinegro con tristeza.

    —Harry yo…

    —No tienes que explicarme nada, ya Arthur y Molly hablaron conmigo y me contaron todo para evitar que viniera y arruinara tu boda.

    —Si, ¡es una maldita desgracia!, ¿sabes lo que es un Malfoy? Casada con un Malfoy ¡Diablos!—resopló con disgusto.

    —No hable mal de su familia Sra. Malfoy.

    —¡No me digas así Harry!, ¡no tú!—una lágrima escapó de sus ojos deslizándose por sus sonrojadas mejillas, Harry se la secó tiernamente.

    —Lo siento Gin, pero estoy de brazos atados y esta es nuestra cruel realidad, eres una Malfoy—masculló antes de darse media vuelta de improvisto e irse no sólo de la pista de baile, si no de la boda.

    Ginny quedó estática en medio de una ola de bailarines, con su mirada perdida en la salida tratando de procesar su realidad, dolorosa, pero su realidad. Su primer y único amor se fue, traspasó esa puertas para no volver, no volver atrás, no volver a ella, quizás sea la última vez que lo vea.

    Volteó hacia el lado opuesto y ahí estaba sentado su esposo charlando amenamente, riendo con sus amistades, no le quedaba de otra que aceptar que él es su presente y… su futuro.
     
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  11.  
    Fernandha

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    Gracias por el aviso ='33
    Me gustó. Pobre Ginny pero así es la historia (?) x`D
    Ya lo sabes, me encanta tu imaginación linda ^^

    Evita utilizar los puntos suspensivos como puntos, comas y sus derivados.

    No encuentro el punto para colocar lo otro en mayúscula.
    Fuera de eso me gustó C:
    Esperaré el siguiente.
    Adiós y buen día.
    At: Fer-chan.
     
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  12.  
    Blood Dupre

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    Me gusto el capítulo, como siempre describes los sucesos muy bien, bueno FernandhO tiene razón no tienes porque usar puntos suspensivos para remplazar la coma, el punto, entre otros, ya que estos tienen la función de colocar una suspensión o un momento de suspenso, en fin espero el próximo. Adiós.
     
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  13.  
    Tarsis

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    Cap.3
    “Luna de miel”

    Todo después de ahí empezó a pasar por sus ojos en cámara lenta, el mundo se le iba en ello, como en shock, un trance causado por su realidad. Cuando volvió en sí ya estaba en un avión con destino a una isla privada propiedad de los Malfoy, ubicada en el centro del pacífico alejada de todo lo demás. Aterrizaron en la cubierta de aterrizaje de la isla, Draco la despertó, le indicó el camino y juntos bajaron del yet.

    —Bienvenida a Dómino—le dijo el rubio sin siquiera mirarla refiriéndose a la isla, se internaron por un camino boscoso hasta que empezaron a divisar una gran mansión de ladrillos labrados. Draco y Ginny entraron y el séquito de sirvientes detrás de ellos tomaron su propio camino para llevar sus equipajes a sus respectivas habitaciones.

    Subieron las escaleras y entraron a una gran habitación matrimonial. Toda la habitación estaba pintada de blanco decorada con plateado y dorado en contraste a la unión de las casas.

    —Oye Malfoy, no pensarás que tú y yo…

    —No Weasley, por supuesto que no—interrumpió Draco anticipándose a la pregunta, Ginny suspiró aliviada.

    —Tenía pensado que podríamos aprovechar este tiempo para hablar, al final, ¿tenemos que comportarnos como esposos cuando volvamos, no? Eso fue lo que nos ordenó el ministro.

    —Me parece buena idea—convino Draco y se sentó en la gigantesca cama, Ginny hizo lo mismo con las piernas cruzadas.

    —Empieza tú Malfoy.

    —Primero debemos empezar a llamarnos por nuestros nombres de pila. ¿Entiendes, Ginny?

    —Sí, Draco.—Ambos sonrieron sin ganas, aunque con secreta complicidad.

    —¿Cual es tú nombre completo?—inquirió Draco.

    —Ginebra Molly Weasley. Draco, tengo una pregunta—dijo cambiando de tema drásticamente.

    —¿Dime?

    —¿Voy a seguir siendo yo?, ¿no voy a cambiar cierto?—inquirió con temor.

    —¡Por supuesto que vas a cambiar!, ¡no creías que con esos modales de quinta y esos harapos de ropa ibas a ser una Malfoy! A partir de hoy mismo empiezan tus clases conmigo obvio—contestó como si fuera lo más evidente del mundo—, te voy a convertir en alguien digno de portar nuestro apellido. Y en Hogwarts te tienes que comportar como lo que eres, una Malfoy, ¿entiendes?

    —¿Y quien demonios te crees tú para decirme como ser a mí, ah?—inquirió con una ceja alzada.

    —Ja, ja—Se rió secamente—. No estarás insinuando que yo, Draco Malfoy, deba comportarme como un Weasley.

    —Eso es exactamente lo que digo—respondió sosteniéndole la mirada.

    —Ni lo sueñes—se mofó—, no te confundas, tú vivirás conmigo, no yo viviré contigo. Así que te adaptas a mi mundo.

    —Da igual—resopló cansada de discutir.

    —Vamos a empezar con la primera clase. Vamos levántate. Empezaremos con la postura…—ambos se pusieron de pie—. Ponte derecha, endereza los hombros y levanta el mentón, siempre mantenlo arriba, no dejes los brazos colgando, pon una mano en tu cintura, saca tus pechos. Mmm, si así está bien, siempre debes pararte así y debes caminar erguida. Camina…—Ordenó y le puso un libro en la cabeza, el cual se cayó un montón de veces, pero al rato ya Ginny caminaba de aquí para allá sin dificultad alguna—. ¡Bien!—repuso—. Ya tenemos la postura y el caminar. Ahora vamos con el rostro.

    —Primero cuando vas a saludar a alguien haces una leve reverencia y medio sonríes, que apenas asome en tu rostro—le indicó, Ginny lo imitó—. Ahora, siempre debes tener una mirada altiva y orgullosa. Ve todo como si fuera poco y a todos como si fueran nadie. Hazlo. ¡Por dios!, ¡esa mirada da vergüenza! Debes estar segura y confiada—Ginny lo volvió a intentar—. ¡Exacto!—sonrió Draco—. Eres una buena alumna.

    —Gracias. Eres un buen maestro.

    —Lo sé. No necesito que me lo digas.

    —Fuiste tú quien me elogió primero—señaló lo obvio.

    —¿Quién dijo que fue un elogio?—inquirió sarcástico—. ¿Ginny, tú me odias tanto como yo a ti?

    —Sí—respondió con firmeza.

    —¿Y amas a Potter verdad?—esto lo dijo con burla.

    —Sí, lo amo—contestó sin titubear.

    —Bueno, si yo veo que no sigues las clases, cada vez que no te comportes como te estoy enseñando te voy a dar un beso—repuso como si nada.

    —¿Disculpa?—inquirió ella lacónica.

    —Como lo escuchaste. Así que te sugiero que sigas al pie de la letra las clases. Bueno, estoy cansado, voy a dormir.

    Se empezó a quitar la camisa y luego el pantalón.

    —¡Malfoy!, ¿qué rayos haces?

    —Me desvisto, muy pocas veces duermo con pijama. Ah. Y tenemos que dormir juntos, todos los sirvientes informan al ministro y a mamá todo lo que hacemos y lo que no.

    —No…no…no…no…Yo no voy a dormir contigo—negó rotundamente.

    —Haz lo que te dé la gana, que tengas una buena estadía en Azkaban—dijo petulante y se acostó. Ginny quedó parada sin saber que hacer, después de reflexionar se dio por vencida, se quitó los zapatos y se acostó lo más alejada posible del rubio que ya estaba dormido.

    A la mañana siguiente la pelirroja abrió los ojos lentamente y profirió un grito al ver la cara del rubio dormido a escasos centímetros de la de ella, se levantó de un salto sobresaltada.

    —¿Qué diantres te ocurre?—inquirió el rubio en un bostezo—. ¿Por qué gritas?

    —¿Qué...qué hacías tan cerca, ah?—reclamó.

    —¿De que hablas, se te zafó un tornillo qué?—replicó volviéndose a acostar.

    —¡Sabes que, olvídalo!—y entró al baño de la habitación de un portazo. Se desvistió y se metió en la tina. Respiró profundo para relajarse y disfrutar del baño.

    A los minutos salió enrollada en una toalla, el rubio estaba sentado en la orilla de la cama bostezando, ella caminó hasta el armario y él entró al baño.

    Al rato salió él, ella ya estaba vestida y se encontraba en la puerta lista para bajar a desayunar, el rubio la vio cuando se iba sigilosamente.

    —¡Quieta ahí Weasley!—la frenó—. La esposa no baja sola, bajan ambos a desayunar. Además necesito darte algunas clases de etiqueta en la comida.

    —¡Deja de una vez de darme órdenes!, ¡no soy una de tus esclavas!—Ginny resopló y se sentó en la cama. Draco estaba en el armario agarrando su ropa ignorando por completo las palabras de Ginny, después de elegir se volteó hacia ella y se le cayó la ropa de las manos a causa de la impresión.

    —¿Para donde vas vestida tan harapienta, a limpiar los establos?—preguntó horrorizado al verla.

    —¡Oye Malfoy! Esto estaba ahí en el armario, además no está nada mal, ¡todo lo contrario!—replicó defendiéndose orgullosa.

    —No, tienes razón, está más que mal, ¡está horrible, patético, espantoso!—refutó—. Ven acá, también tengo que enseñarte a combinarte y vestirte. Mira, para las mañanas una combinación de…

    A la hora después de mostrarle los múltiples atuendos y combinaciones ambos fueron a vestirse, Draco al baño y Ginny en la habitación, al rato ambos listos se vieron, Draco tenía unos jeans azul marino y una camisa blanca ajustada a sus músculos bien desarrollados, y unos zapatos azules de costura. Y Ginny lucía unos jeans semitubos azul marino igual, una camisa de tirantes gruesos blanca con un pequeño escote y unas sandalias azules de tacón medio a juego y una cinta de este mismo color sujetaba su rojo cabello en una cola alta.

    Los dos se pararon frente al espejo.

    —Ves, luces mejor así, bien vestida que con los andrajos que te habías puesto—repuso Draco.

    —Tú cállate—le espetó.

    —A ver si respetas—replicó el chico y luego suspiró—. Bueno, vamos a desayunar.

    Ginny empezó a caminar normal, pero luego se acordó de la advertencia de Draco así que se enderezó y caminó a su lado como toda una dama. Lo último que le faltaba esa mañana era un beso de esa asquerosa serpiente. Llegaron al comedor y Ginny iba a sentarse.

    —No, espera que un elfo te aparte la silla, bueno aquí te sentaras a mi lado, pero normalmente se acostumbra que los señores de la casa se sienten cada uno en un extremo de la mesa—Ginny asintió, de pronto apareció un elfo que sacó la silla para que se sentara y con un puff aparecieron los platos con los miles de cubiertos. Y ahí Draco empezó.

    —Este de aquí es el del aperitivo principal…—y poco a poco fue remarcando los aspectos importantes y los pequeños detalles desde las servilletas, hasta la comida. Al finalizar la comida fueron a recorrer la playa, no hablaban mucho, pero tampoco peleaban. Simplemente se mantenían en silencio, caminando uno al lado del otro, cada uno en su propio mundo, viajando en los confines de sus mentes.
     
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    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Gracias por la invitación.

    Te faltaron algunos acentos y ya como ya lo he dicho. No utilices los puntos suspensivos como comas y/o puntos y sus derivados.

    Ya sabes que me gustó ;`3

    Esperaré el siguiente capítulo ^^

    Adiós y buen día.

    At: Fer-chan.
     
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    Blood Dupre

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    Gracias por avisarme, me gusto el capítulo, los errores ya te los marco FernandhO y eso ya te lo habíamos mencionado antes, en fin la trama va muy bien y siempre es interesante, espero el próximo capítulo y si puedes avísame ya que hay ocasiones en las que no me llegan todas mis alertas . Adiós.
     
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    Tarsis

    Tarsis Usuario VIP Comentarista supremo Escritora Modelo

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    Extinguiéndonos: (Draco y Ginny)
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Romance/Amor
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    20
     
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    Advertencias: Lime, leen bajo su responsabilidad. :)

    Cap. 4

    “Valla hora del té”

    Draco vio la hora en su reloj.

    —Bueno, ya es hora de volver, te toca tu próxima clase: la hora del té—anunció y se devolvieron a la casa. Ya allí, salieron a un hermoso balcón tan amplio como una mini terraza, y tenía una vista hermosa que daba al mar, se sentaron en la mesa para dos.

    —¿Cómo le ofrecerías el té a tú invitado?

    —¿Quiere una tacita de té?—sugirió dudosa.

    —¡Por supuesto que no!—replicó indignado—. Sería más apropiado decir: ¿gusta usted una taza de té? A lo que debes responder: me encantaría.

    Ginny asintió.

    —Ofréceme té—le ordenó.

    —¿Gusta usted una taza de té?

    —No, no, así no, debes decirlo con un tono de voz adecuado, ¡Así pareces una urraca! ¡Repítelo con elegancia dios!—resopló, Ginny le lanzó una mala mirada, y respiró profundo para reprimir el impulso de gritarle todo lo que se le cruzaba por la mente, pero en lugar de eso, se mentalizó y decidió hacer lo que le pidió.

    —¿Gusta usted una taza de té?—repitió, Draco sonrió satisfecho.

    —Me encantaría.

    Después de terminar fueron a la habitación. Draco se sostuvo de la puerta para no caer, de pronto se sintió mareado, todo le daba vuelta, Ginny estaba igual. La habitación giraba en torno a ellos, y los colores se mezclaban uno con los otros, de pronto todo volvió a la normalidad.

    Draco fue acercándose a Ginny sin poder evitarlo, era como si hubiera perdido el control de su cuerpo. Y sin poder evitarlo unieron sus labios en un beso lleno de pasión. Draco la aprisionó en la pared dejándola sin escapatorias ella se ciñó a su cuello para empezar poco a poco a profundizar el beso, sus lenguas se saboreaban dentro de sus bocas. Y aunque ambos intentaban controlar su cuerpo y alejarse, no podían, se movían por sí solos, sus mentes comenzaban a nublarse y dejaban de pensar coherentemente, sólo podían concentrarse en el cuerpo del otro.

    El colocó sus manos en la pequeña cintura de Gin y empezó a besarla lentamente por el cuello bajando hasta al final del escote y volviendo a subir hasta su nuca, tomó lentamente su pierna y la colocó en su cadera para tener mejor acceso, presionando su cuerpo al de ella.

    Su mano fue subiendo por su muslo cubierto por el pantalón, ella entrelazó sus dedos en el cabello del chico. Poco a poco fue subiendo lentamente la camisa de Gin que pronto estuvo en el suelo seguida de la franela de Draco puso ambas manos en su cintura y fue subiéndolas en pequeñas caricias sin dejar ni un minuto de besarla, la cargó entre sus varoniles brazos y la colocó en la cama, donde ella se posicionó arriba de él sentándose en su torso desnudo…

    Otro día, una nueva mañana, los rayos del sol ardiente se filtraban por la ventana para darles de lleno en sus rostros. Ella sintió la calidez de unos brazos rodeándola no le dio importancia, se volteo hacia el cuerpo dormido del rubio y se pegó más a él abrazándolo, aún estaba dormida. Sintió un aliento abrazador en su rostro.

    Bostezó mientras abría lentamente los ojos.

    —¡Ahhhhhhh!, ¡ahhhhhh!—gritó horrorizada tirando al rubio desnudo de la cama cubriéndose con las sábanas.

    —¿Qué pasa?, ¿qué pasa?—se levantó en alerta el rubio, sintió el aire frío en su cuerpo desnudo—. ¡¿Qué diablos hago totalmente desnudo?!

    Ginny lloraba a montones en la cama. Draco buscaba una explicación lógica y razonable pero no la hallaba, fijo la mirada en la cama, al lado de la pelirroja la blancura de las sábanas se veía atrofiada por una mancha roja. ¿De sangre? La pelirroja también estaba desnuda. ¡Diablos! Ahí fue cayendo en cuenta.

    —¿Me acosté contigo?—inquirió atónito aún sin creerlo…—. No, no puede ser posible. ¡No recuerdo haberlo hecho!

    —¡CÁLLATE IMBÉCIL! Tú y yo… yo…—y empezó a llorar nuevamente.

    —¿Tú eras virgen?—preguntó extrañado, en estos tiempos era muy extraño encontrar a una mujer pura y casta.

    —¡Nooooo idiota!, ¡me acosté con todo Hogwarts!—reclamó con sarcasmo.

    —Pero…como pudimos haber hecho eso si, ¡No me acuerdo de nada!

    —¡Y yo que sé, yo tampoco me acuerdo!, ¡pero lo hicimos!

    —Primero, deja de llorar, hay que hallar una explicación pero si lloras no lo vamos hacer—le pidió, Ginny se secó las lágrimas.

    —¡Pero vístete primero idiota!—replicó.

    Draco cayó en cuenta de que aún estaba completamente desnudo, se puso más rojo que el expreso Hogwarts, se colocó rápidamente una toalla para cubrirse. Se metió en el baño después de que salió Ginny tomó su lugar, luego de estar ambos vestidos y que los elfos cambiaron las sábanas se sentaron ambos en la cama.

    —¡Excelente elección, estás aprendiendo!—la felicitó por la ropa que tenía puesta.

    —¡Cállate Malfoy!, ¡ahorita no estoy para eso!—resopló.

    —Sí, sí, es cierto. Bueno, por mucho que me esfuerce sólo recuerdo hasta después del té que me mareé. Luego de ahí, nada, todo en blanco hasta esta mañana.

    —Igual, yo también sólo recuerdo hasta ahí.

    —Bueno tengo una sospecha. Y sé como comprobarlo. ¡Anko!—llamó, de pronto apareció una elfina haciendo una reverencia.

    —¿Qué desea mi amo?

    —Dí la verdad y no me ocultes nada. ¿Ayer vino alguien a la casa?

    —Si señor, vinieron unos del ministerio y ordenaron a Anko poner el polvito en el té—contestó apenada—. Anko lo siente mucho pero la señora Narcissa lo ordenó.

    —¿Polvito? ¡Maldita sea!, ¡eso fue!, ¡maldito Ministro que quiere un hijo!—rechistó molesto.

    —¡Claro! ¡Fueron ellos! Quieren que tengamos un hijo…—Sssurró Ginny sonrojándose ante tal suposición.

    —Si, es eso—convino.

    —Señores hoy llegaron unas cartas para ustedes—dijo Anko entregándoles varios sobres. Draco agarró dos que venían con su nombre y Ginny agarró los tres que venían dirigidos a ella.

    Gin abrió la primera era de sus hermanos.

    Ginebra:

    Fred y George:¡Ni se te ocurra acostarte con Malfoy Gin! ¡Cualquier cosa nos dices y cuando vuelvan lo golpeamos!

    Ron: cuidado con el hurón, ¡Yo lo muelo a golpes si te hace algo! Tú sólo me lo dices eh. Ahhhh. Te extrañamos aquí Gin, Harry está destrozado hace dos días que no come.

    Besos y cuídate. Hermanos Weasley

    Una aflicción llenó a Gin al pensar en Harry, sentía que lo había traicionado al estar con Malfoy de forma tan íntima y tan personal.

    Abrió la otra carta que era de Hermione.

    Querida Ginny:

    Bueno amiga espero que estés bien, y que el hurón no te esté tratando mal. Ya yo estoy aquí en la Madriguera, ¡Tengo tu cuarto para mi sola! ¡Jajaja! Pero aún así con todas las ventajas me haces falta. Si vieras, Fleur vino éstas vacaciones y Ron andaba detrás de ella como perrito faldero con un babero que llegaba al piso, hasta que gracias a George y Fred Bill se dio cuenta y le dio tremenda paliza, ¡santo remedio!

    Tengo una pregunta, ¿vas a venir a la Madriguera o vas directo a Hogwarts? Cualquiera que sea… espero verte pronto. ¡Cuídate y muchos besos!

    Hermione Granger.

    Ginny no pudo hacer mas que reírse ante el relato de Hermione, ¡Ron se lo merecía! Pensó, agarró el último sobre que no tenía remitente y estaba en blanco, algunas motas de tinta se situaba en el papel vacío. ¡Qué raro! Pensó extrañada. Pero no le dio importancia y lo arrugó, la tristeza le oprimió el corazón, esperaba…la verdad es que anhelaba una carta de Harry, algo muy fuera de lugar en su situación, pero no podía evitar desearlo.

    —Ginny —la llamó Draco para tener su atención.

    —¿Si, dime?—inquirió saliendo de sus pensamiento.

    —Debemos irnos, papá y mamá me enviaron una carta—le dijo entregándole la hoja para que leyera.

    Querido Draco:

    Espero que estés pasando bien tu luna de miel. Pero lamento interrumpirte para decirte que deben volver antes de lo previsto porque hay que hacer los rituales básicos de iniciación antes de que el nuevo año escolar en Hogwarts empiece. Los esperamos mañana temprano. Besos y cuídate.
    Narcissa y Lucius Malfoy

    —¿A que rituales se refieren?—preguntó con temor al terminar de leerla y entregársela nuevamente.

    —Al baile de presentación y todo eso. Te aconsejo que disfrutes de la isla al máximo porque mañana temprano partiremos. Yo voy a nadar a la playa, ¿vienes?—inquirió en un pobre intento de ser amable, pero la invitación le salió como una orden, y Ginny estaba tan metida en sus pensamientos dándole vuelta a la carta que acaba de leer y a su temor a esos “rituales” que mencionaban, que pasó por completo el tono de voz del rubio.

    —Si—asintió gin, cada uno se cambió y pasaron todo el día en la playa, en la lancha con los delfines, y buceando en los arrecifes. Y en la tarde después de la cena se dedicaron a repasar todo lo aprendido. Al día siguiente eran las 8:00 am. Cuando Draco y Ginny abordaban el avión con destino a Londres.
     
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    Tarsis

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    Extinguiéndonos: (Draco y Ginny)
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    Cap. 5
    “La mansión Malfoy”

    Después de varias horas de volar, afuera del aeropuerto los esperaba un coche que los llevaría a la Mansión Malfoy. Desde que el enorme portón adornado en rosas con la M grabada abrió Ginny observaba todo por la ventana, maravillada por la magnitud de la vista.

    —Bienvenida a tu nuevo hogar—le sonrió Draco casi burlón de sus propias palabras, nunca creyó posible decirle eso a una Weasley, y mucho menos en la situación en la que volvían…casados. Se rió de la irónica situación, ganándose una mirada extrañada de Ginny antes de bajar del carro donde los esperaba un séquito de sirvientes. Draco la guío a través de los pasillos hasta llegar a la sala de música donde una de las sirvientas le dijo que esperaba su madre.

    —¡Hola madre!—saludó traspasando la puerta.

    —¡Hola hijo!—lo abrazó Narcissa, que luego se paró frente a Ginny y la estudió con la mirada—. Buen trabajo hijo—lo felicitó—. Bienvenida Ginebra, ahora esta es tu casa.

    —Gracias Sra. Malfoy, es un honor estar aquí—respondió Ginny haciendo una leve reverencia.

    —No, debes llamarme Narcissa, porque después de todo ambas somos las señoras Malfoy—La corrigió secamente dejando claro lo que pensaba acerca de eso.

    —¿Y qué haces madre?—preguntó Draco cambiando de tema drásticamente al ver en la mirada de Ginny que iba a contestar, y no de la mejor manera, y lo último que quería ahorita era una confrontación verbal entre las dos mujeres, estaba demasiado cansado por el viaje como para tener que soportar eso.

    —Me deleito con un poco de música al esperar tú llegada.

    —¿Papá no está?

    —No, está atendiendo unos negocios. Y dime Draco, ¿ya le dijiste el gran acontecimiento que se avecina a Ginebra?

    —No madre, ese trabajo te lo dejo a ti—le sonrió Draco.

    —¡Espléndido! ¿Te destacas al bailar Ginebra?

    —No mucho—admitió apenada, y Draco no pudo evitar reír por la bajo, definitivamente eso era cierto, sus pies magullados podrían dar testimonio de ello.

    —Me lo esperaba, por eso tomé las medidas necesarias de antemano, todo tiene solución. Bueno, quizás los de…de baja cuna—Dijo al final con desdén, al parecer le parecía inaceptable tener que pronunciar esas palabras en las paredes de su casa—. No acostumbran hacerlo, pero en las familias importantes acostumbran a llevarlo a cabo y aquí en la familia Malfoy es una tradición, cada vez que hay un nuevo miembro en la familia se celebra un baile de presentación ante sociedad en honor a este. Pero, hay que ponernos manos a la obra, ya contraté a los que serán tus tutores de baile, la modista llegará mañana para empezar a confeccionar tu traje para ese día, y verás conmigo las clases de: deberes que debes cumplir como la Sra. Malfoy y por supuesto de etiqueta y refinación.

    —Está bien—Asintió Ginny, después de todo era algo que ya se esperaba.

    —Ah. La ceremonia de Selección se volverá a efectuar un tiempo después de que estés en Hogwarts. No sé aún cuando.

    —¿La ceremonia de Selección, para qué? Ya yo estoy en Gryffindor—dijo extrañada.

    —Las cosas cambian querida. Descansa hoy, porque a partir de mañana empiezan tus diversas lecciones. Ya su habitación está lista, es la misma Draco, pero con adaptaciones.

    —Está bien madre, ven Ginny—la haló de la mano para guiarla escaleras arriba por un amplio y largo pasillo que conducía a las habitaciones, y abrió la segunda puerta a mano izquierda, era una habitación gigante, con las paredes pintadas de un verde claro y con decoraciones en verde oscuro. Había una cama matrimonial en el centro de la habitación con el edredón verde oscuro casi negro, con dos mesas de noches a su lado. Y una closet que se extendía por toda la pared. Una lámpara plateada al estilo araña colgaba del techo iluminando la habitación. Las cortinas verdes cubrían lo que era una puerta de cristal que daba a un balcón amplio con excelente vista.

    —Ginny recuerda que delante de mi mamá y de la gente debemos actuar como si nos adoráramos, ¿está bien?

    —Está bien, pero no prometo quedarme callada a todo lo que digan—le advirtió Ginny—. No aceptaré humillaciones a mi persona por mi “baja cuna”.

    —Ya no eres de baja cuna Ginny—dijo con tono cansado—. Legalmente eres una Malfoy. Y podremos ser todo menos eso.

    —Al parecer eso no es lo que piensa tu madre. No creas que no noté el doble sentido de sus palabras. Y no soy ningún perrito faldero que maneje a su antojo y al que pueda criticar sin que le conteste.

    —¿Qué?, ¿vas a negar tus orígenes?—inquirió sarcástico—. No es mi culpa que tu familia sea pobre, y traidores a la sangre.

    —Ni yo de que tu familia sea mortífaga y de lo peor—contraatacó ágilmente.

    —Te lo repito, tú vivirás conmigo, no yo contigo. Así que te adaptas, y ésta familia a la que llamas mortífaga es a la que perteneces actualmente, así que diciendo eso te autoproclamas mortífaga—Puntualizó con fría lógica.

    —Primero muerta—siseó.

    —Quiero verte en una situación sin opciones, a ver si dirías lo mismo. Y ya, no quiero seguir discutiendo—repuso fastidiado cortando la conversación.

    —Es gigante está habitación lo único malo es que está decorada al estilo Slytherin—observó Ginny, también cansada de discutir por algo sin sentido.

    —Es mi habitación es lógico que esté decorada así.

    —Bueno, pero ahora estás casado con una Gryffindor.

    —Si, que mala racha—dijo con mala cara. Ginny sólo se echó a reír.

    Después de una incómoda cena, en silencio donde sólo se escuchaba en leve ruido que hacían los cubiertos, y una que otra palabra que intercambiaban padre e hijo. La voz no de Ginny no se escuchó en Ningún momento. Cuando se retiró a la habitación, Draco, llamó a su madre a la biblioteca para hablar.

    —¿Qué ocurre hijo?, ¿de qué necesitas hablar?

    —¿Cómo le pudiste ordenara Anko que le pusiera ese maldito polvo a nuestro té?—le reclamó.

    —¿Acaso crees que estuve de acuerdo? ¡El ministro me obligó!, ¡fue conmigo en persona para asegurarse de que lo hiciera!—se defendió. Draco suspiró.

    —Está bien. Pues le salió muy bien su plan.

    —¡Tú nunca debiste haberte casado con esa…jovencita!—chilló frustrada—. Los planes para que el matrimonio entre tú y Alexa Graham se diera iban en buen camino. ¡Seguro ni siquiera casta era ésta “señorita”!

    —Te equivocas madre. Ginny era virgen, todo lo contrario a Alexa, con la que ya he estado en ese sentido—dijo firmemente, aunque con indiferencia, no era un tema que desearía tocar con su madre, pero, tampoco podría dejar la reputación de Ginny manchada cuando no lo merecía.

    —¡¿Cómo?!—abrió los ojos desmesuradamente.

    —Sí, en Hogwarts, no hace mucho tiempo de eso, hace como unos dos meses, y aún en ese entonces hacía mucho que había dejado de ser virgen.

    —Pero también estaban, Valery Blackrose.

    —Lo dudo. Hasta Blaise se deleitó con ella.

    —¿Es que ya nadie respeta los acuerdos prematrimoniales?—inquirió indignada.

    —La verdad, es que nadie lo hace. Mamá, estoy cansado, me voy a dormir, y por favor, no agredas tan expresamente a Ginny, después soy yo el que se tiene que calar el lío. Y de verdad que una discusión con ella no es nada reconfortante.

    —Lo intentaré. Pero sólo por ti.

    —Por mí es que lo estoy pidiendo madre. Buenas noches—le dio un beso en la mejilla antes de subir a la habitación donde Ginny ya dormía y se acostó a su lado.

    Los días pasaban atareados entre las clases particulares, con Narcissa y las de baile. Así como de historia, música, ética…y todas las cualidades que debe poseer una buena dama de acuerdo a los cánones de la alta sociedad.

    —Párate derecha Ginebra—la regañó Narcissa al entrar en la habitación donde impartía sus clases a Ginny—. Pareces una muchacha sin educación.

    Ese día Ginny despertó de muy mal humor por una discusión con Draco la noche anterior, y el acumulativo imperioso carácter de Narcissa que la sacaba de quicio cada día, no necesitó más, ese comentario fue la gota que colmó el vaso.

    —Pues lamento decirle, que yo soy una de ésas “muchachas sin educación”. Por eso está aquí, ¿no?, para instruirme.

    —¡Qué falta de respeto! No seas maleducada y grosera. ¿Cómo te atreves a responderme de forma tan imperiosa?—replicó Narcissa indignada.

    —De la misma forma que usted me agrede cada bendito día que paso en esta mansión. ¡Ya me tiene harta! Yo no soy la responsable de que su hijo halla tenido que casarse conmigo, yo también contraje nupcias con él en contra de mi voluntad.

    —Un matrimonio muy ventajoso a tu favor—señaló con resentimiento.

    —Sin duda, si yo fuera una de esas muñecas huecas con la que usted soñaba casar a su hijo. De ésas que se casarían con él por su dinero y su apellido sin pararse a pensar si lo quieren o no. Podría ser un completo desconocido y hubieran aceptado gustosas por el prestigio que les hubiera traído ser una “Malfoy”. Pero, como usted se habrá dado cuenta, mi familia no es muy dada a esa parte, de otra forma no serían llamados traidores a la sangre.

    —¡Hay muchas chicas que desearían ser esposas de mi hijo!, ¡y no sólo por su dinero!—replicó adoptado un color sonrosado producido por la rabia en su pálido rostro. En ningún momento Narcissa levantó la voz como parar ser considerado un grito, pero su voz era amenazante.

    —Lo sé, aunque lo odie, admito que Draco es muy guapo, muy inteligente, y refinado, y cuando se lo propone un gran compañero para conversar. Pero, ¿cuántas de esas chicas se tomaba la molestia de detenerse a conocerlo lo suficiente como para llegar a quererlo? O, ¿es que acaso usted no quería la felicidad para su hijo?, ¿alguien que de verdad lo quisiera?

    —Pues quedamos en las mismas, y aun peor, porque no sólo eres una maleducada de baja cuna, sino que para colmo tampoco lo quieres—puntualizó lo obvio. Ginny sonrió.

    —Tiene razón, pero tiene la certeza de que si en algún momento llego a quererlo, va a ser de verdad, no sólo pero su dinero y su apellido. Y acéptelo, estoy casada con él ya, le guste o no, está hecho, ya no lo puede cambiar, así que le agradecería que deje de meterse conmigo a la primera oportunidad.

    —Esto sólo aumenta mi pensar de que eres una insolente—repuso con altivez.

    —¿Una insolente por no quedarme callada como una muñeca sin voz? No, nunca he sido así, ni lo seré, ni por usted ni por nadie—le aseguró si titubear.

    —Al menos podría decir que esa es una cualidad que se podría apreciar en esta familia. Pero no la descortesía.

    —No intento ser descortés, tampoco intento quedar mal con usted, por el contrario, simplemente busco llegar a un acuerdo, después de todo ahora es que nos quedan años por vivir juntas, sería un infierno si seguimos así, ¿no le parece?

    —Me siento capas de llegar a un acuerdo. Con una condición.

    —¿Cuál?

    —Intentaré mantener una buena relación contigo, sin comentarios discriminatorios a tus orígenes ni a tu persona, sólo sí…tú pones todo de tu parte para hacer feliz a mi hijo—planteó invariable.

    —¿Por qué?—inquirió Ginny sin entender la condición.

    —Porque a pesar de todo, deseo la felicidad de mi hijo. Aunque sea contigo, no quiero que pase el resto de su vida amargado y solo. Y en nuestra familia no acostumbramos a divorciarnos ni nada parecido, es considerado deshonroso, por lo cual deberá vivir con ese yugo por el resto de su vida, sólo intento hacérselo más llevadero. ¿Aceptas o no?

    —Acepto—le contestó Ginny, después de todo ella tenía razón, iba a estar ligada con él el resto de su vida, lo más lógico era intentar hacerlo lo más llevadero para ambos.

    Sólo faltaban dos días para el gran acontecimiento, Ginny se encontraba en la habitación sentada en la cama cuando Draco entró. Su relación no digamos que había mejorado pero sí era menos tempestuosa. Podían hablarse civilizadamente por ratitos.

    —Mamá me dijo que hoy terminaron tus lecciones oficialmente.

    —Si. Todas—asintió.

    —Y cuénteme señora Malfoy, ¿muy difíciles sus deberes?—se burló conociéndolos ya de antemano.

    —No… ¡dificilísimos! Ve, debo decirle a los elfos domésticos que cocinar, y como organizar la casa, tengo que ver que todos trabajen bien, debo dar buena imagen en la sociedad, tengo que complacer a mi esposo. ¡Y debo tener un hijo varón!, ¿qué difíciles verdad?—inquirió lacónica, Draco se echó a reír ante la actitud de Ginny.

    —¡Es una de las muchas ventajas! Ah. ¡Se me olvidaba! Mañana temprano llega tu familia y la sangre sucia esa.

    —¿Hermy y mi familia?—inquirió sorprendida, tanto así que pasó por alto de que Draco había llamado a Hermione Sangre Sucia.

    —¡Claro! No pensabas que no iban a estar en tu baile de presentación—puso los ojos en blanco.

    —Bueno, no me lo esperaba—admitió.

    —Bueno vístete, papá y mamá nos esperan abajo, quieren charlar un poco con nosotros para fomentar la “unidad familiar”.

    Ginny asintió y fue al armario, eligió un conjunto verde oscuro simple. Después de un buen rato Draco y Ginny traspasaron la puerta agarrados de mano como una bella pareja de enamorados.

    —Bueno Ginebra. ¿Qué te puedo decir?, te estas comportando a la altura, has atendido a tus lecciones y aprendes muy rápido, cosa que me alegra—la felicitó Narcissa, quine desde hace semanas, después de ese milagroso acuerdo había estado más dócil con lo que se respecta a Ginny.

    —Sí, nos alegran mucho tus rápidos y notables avances—repuso Lucius apoyándola. Narcissa empezó a servir el té.

    —¿Gustas de una taza de té Ginebra?

    —Me encantaría.

    —Sí, sin duda ya no veo en ti a la Weasley de baja cuna de hace un mes y medio—observó Lucius antes de tomar un sorbo de té.

    —¿Eso es lo que se quería no?—inquirió ella.

    —Sí, y estamos orgullosos y muy complacidos por tu nueva actitud. Y conservamos las esperanzas de que vas a seguir así y no vas a avergonzar a la familia, sino todo lo contrario—repuso Narcissa.

    —Yo también lo espero, y pueden confiar plenamente en mí, estaré a la altura—les aseguró Ginny, Draco sólo sonrió por su fuerte convicción. Ya hace muchos días que se había propuesto encajar en su nueva vida y poner lo mejor de su parte para lograrlo. Era lo mínimo que podía hacer para asegurar que sus días restantes fueran un poco más placenteros.

    —Eso lo comprobaremos mañana a la llegada de tu familia, a ver si no te dejas influenciar y te comportas a la altura de la ocasión—sonrió Cissy tomando un sorbo de té.

    —Sí, lo veremos—musitó Ginny insegura mordiéndose el labio inferior, con su familia ahí ya no sería tan fácil.
     
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    Blood Dupre

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    Bueno ya he leído estos capítulos anteriormente pero como has mencionado la estas reeditando así que vuelvo a comentar, a pesar de todo sigo sintiendo una enorme pena por Ginny, después de todo le quitaron la oportunidad de estar con Harry, en fin ahora sólo estoy esperando a ver como vas a manejar la historia. Adiós.
     
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    Tarsis

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    1086
    Cap. 6
    “Los Weasley”

    Al día siguiente toda la familia esperaba sentados en la sala principal al señor Weasley y a su numerosa prole los cuales no deberían tardar mucho en llegar. Los Malfoy conversaban a gusto, ya acostumbrados los unos a los otros después de este mes y medio, cuando de las chispas de la chimenea salió un pelirrojo lleno de tizne, luego de él le siguió otro hasta que se reunieron 6 pelirrojos, seguidos de una linda castaña que fue la última en aparecer.

    — ¡Ginny cariño!—gritó entre lágrimas Molly seguida de Arthur y los demás Weasley, Ginny se paró tranquilamente y se acercó a buen paso sin correr, toda su familia se le vino encima en un abrazo, al cual ella correspondió con un leve apretón y luego se zafó.
    (Regla.14: Un Malfoy jamás abraza a otra persona que no sea un familiar, e incluso con estos sólo se permite uno leve, en demostración de su afecto en un corto lapso).
    Todos la miraron extrañados, Narcissa notó sus miradas interrogantes por lo que decidió intervenir.

    —Bienvenidos a la Mansión Malfoy. Espero que su viaje por… Polvos Flu,—esto lo dijo con desdén y mala cara— haya sido placentero.

    — ¡Sí! ¡Ya estamos acostumbrados!—le sonrió Molly con entusiasmo ignorando por completo el gesto anterior de Narcissa.

    —Arthur—saludó Lucius.

    —Lucius.

    — ¡Me alegra tenerlos aquí!—dijo hipócritamente.

    —Pasemos a tomar el té en el jardín, hay que aprovechar una mañana tan espléndida como esta—salieron al amplio patio guiados por Narcissa donde debajo que un elaborado techo de palmas entretejidas se hallaban unas mesas muy amplias, apenas se sentaron aparecieron las tazas del té, y por supuesto el té, unos panecillos aparte de otros complementos.

    Narcissa tocó con el pie a Ginny por debajo de la mesa, esta reaccionó inmediatamente.

    —¿Gustan tomar una taza de té?—inquirió con extrema educación y elegancia.

    —¡Claro querida! Eso es algo que no se pregunta—exclamó Molly, Narcissa la miró con desagrado en completo desacuerdo, Ginny al terminar sirvió el té de ella y tomó un trago.

    —Bueno Ginny, cuéntanos, ¿qué es ese fulano baile que tienes mañana?—preguntó Arthur rompiendo el incómodo silencio.

    —Es un baile de presentación de sociedad. Una costumbre en la familia—Contestó Ginny, lo dijo como se lo había memorizado, sin darse cuenta del pequeño error.

    —¿Desde cuando cariño? ¡Nunca lo hemos hecho!—replicó Molly extrañada.

    —En la familia Malfoy.—Aclaró incómoda.

    —Ah. Por supuesto.—Asintió Molly, sorprendida pero no dijo nada.

    De pronto Ginny sintió como le colocaban algo en el regazo por debajo de la mesa, era una servilleta con un mensaje escrito con magia, para que sólo ella pudiera leerlo enviado por Draco que estaba sentado al lado de su padre.

    “Voy a distraer a mis padres para que les puedas explicar a los pobretones, pero no es de gratis me debes una”

    Ginny asintió disimuladamente aceptando la condición sin dudar. Ya tendría tiempo para preocuparse por lo que acababa de aceptar.

    —Disculpen—Draco se levantó—. ¿Papá, mamá, podrían venir?

    —Por supuesto—Asintieron—. Con permiso, disculpen.

    Y dicho esto se fueron con Draco.

    —¡Bueno la cosa está así, debo comportarme así que debo seguir las mil y unas reglas que tienen los Malfoy!—empezó a explicar rápidamente—. No lo hago por intención propia, ¡no saben cuanto los extrañé!—se le aguaron los ojos.

    Todos sonrieron con comprensión ante la confesión.

    —Me lo imaginaba—le sonrió Hermione.

    A los minutos volvieron los Malfoy, el día pasó lento, dividido en múltiples reuniones incómodas. Ya caída la noche Ginny se colocó el pijama y se fue a acostar junto a Draco que leía un libro en la cama.

    —Muchas gracias por lo de ésta tarde.

    —¿A qué te refieres?—inquirió él con su típico tono frío y distante mientras alejaba la mirada del libro para verla a ella que se sentó en la cama.

    —Que me dieras la oportunidad de explicarle a mi familia, gracias—le agradeció sinceramente.

    —No creas que fue de gratis, pero no iba a soportar tu sufrimiento fastidioso todo el día—resopló volviéndose a concentrar en el libro.

    —Eres un idiota—Le espetó—. Por cierto, ¿Debería preocuparme por como debo devolverte el favor?

    —Mejor espera a que llegue el momento, te haré saber cuando quiera que me pagues.

    —Como quieras—resopló enfurruñada.

    —Descansa, mañana va a ser un muy, muy largo día—le aconsejó el rubio con frialdad antes de apagar la luz, Ginny decidió seguir su consejo y se acostó, aún se le hacia extraño dormir con Draco, y que él fuera…no digamos amable, pero tolerante con ella, entre sus pensamientos pronto se quedó dormida.

    El día tan esperado al fin había llegado, Narcissa estaba de un lado a otro ordenándole miles de cosas a los elfos que venían de aquí para allá cargando y moviendo cosas, jarrones, flores, mesas, candelabros, etc. Se podía oler en el aire el delicioso olor del banquete que preparaban los elfos en la cocina. Toda la mansión estaba siendo adaptada a la ocasión, Ginny sólo suspiró al ver todo ese barbullo y subió a su habitación dando vueltas en ella como león enjaulada.

    Los nervios estaban acabando con ella, sentía deseos de comerse las uñas pero la modista la mataría y por ente Narcissa, sentía vértigo y estaba algo mareada. Es como si estuviera en un torbellino y no pudiera salir.

    Con los nervios a flor de piel y la tensión baja, fue a la habitación y se encerró ahí todo el día hasta que el día terminó dándole paso a la tarde que tenía miles de esclavas rodeándola, preparándola para el gran baile…
     
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    Comentando de nuevo, GeMonts te recuerdo que esta estrictamente prohibido escribir en negrita, así que te recomiendo en editar tus capítulos, en fin la trama va muy bien y no noté errores pero recuerda que no soy muy buena remarcandolos, espero tú próximo capítulo. Adiós.
     
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