Expresión facial.

Expresión facial.​

Dejo salir un insoportable dolor de mi garganta, permanezco con los ojos cerrados e intento respirar para poder detenerme.

¿Por qué había pasado? ¿Que había hecho que todo resultó de esta manera? No entendía que el qué o porqué, solamente fui yo y todo se fue más profundo que en un abismo.

Me paso el dorso de la mano por los ojos para borrar las huellas de haberme derrumbado, nadie puede verme de esta manera, era una promesa que me había hecho a mí misma para no volver a salir lastimada pero aquí estaba de nuevo.

¿Alguna vez han sentido esas casi devastadoras ganas de vomitas? Pero no el que un alimento les haya caído mal, más bien vomito verbal pero no para gritar cosas hirientes, más bien para derrumbarte más y más.

Lo más importante cuando eres joven es tener un amigo o amigos porque ellos siempre estarán para ti y es donde te sientes a gusto, al que puedes entregarle toda tu confianza. Hace poco había uno al que adoraba con todo mí ser, intentaba que él sea feliz dando todo de mí, ofreciéndole risas o tratando de hacer cualquier cosa para que estuviera bien.

No era ni soy de las personas más sociables, de hecho puedo decir que no soporto a la mayoría de la gente que me rodea, son tan estúpidos.

Pero ahí estaba, le alegraba hablar conmigo o sentarse a mi lado en clases; hablábamos por horas de distintos temas, yo me sentía tan pacifica como un campo que es acogido por un suave ronroneo. Cada quien ha de tener sus defectos y mi querido amigo los tenia, he de asegurar que igual los poseía.

Pero una persona no puede tener lo que a ti te gusta, no he conocido y no pienso que haya alguien perfecto que sea del todo agradable, simpático y aquellas cualidades buenas que todos observan.

En cuando a mí, podría comportarme infantil e un tanto irritable pero me preocupaba por el más que por mí misma, cuando se encontraba mal por alguna razón desconocida aún que estaba triste intentaba que el sonriera o le decía algo para que sonriera.

Jamás sentí por el más que amistad, lo consideraba mi mejor amigo; le había relatado parte de mi vida y por qué pensaba de tal forma. Él se abrió conmigo, me contó porque era tan callado y atesoré aquel secreto como mío.

Preparaba un presente para un día especial, pero dentro de mí sabía que algo no andaba bien, la distancia entre nosotros crecía en vez de acortarse, no hablábamos como antes y muy en el fondo creía que el obsequio regresara las cosas a la realidad.

En un momento de vacilación paso por mi mente en que mi cariño no era en igual medida, podría ser que me consideraba su amiga pero no podía asegurar que concepto tenia de mí y que lugar ocupaba en su vida, si es que realmente ocupaba uno.

Todo comenzó a tornarse borroso y pronto, al hablarle ponía ese gesto, esa expresión facial que poco a poco me aseguraba que nada volvería a la normalidad.

La primera vez le hablaba de una película que estaba por salir del cine y le pregunté si iríamos a verla juntos, el veía su teléfono y lo hizo.

―Está bien― pronunció seguido de una cara de completa indiferencia, como si lo que acababa de decirle no le importaba en lo más mínimo.

Sentí un dolor pero dije que eran ideas mías y pasó el tiempo como el verano que todos los chicos esperan ansiosos y se escapa de sus dedos.

Aquella expresión era más constante y rogaba que mi presente arreglara todo, intentaba hablarle, hacer que hablara pero todo era simplemente inútil.

No podía soportarlo, todo aquello estaba destruyéndome. Quería contarle mi pesar que me oprimía a algún amigo para que él me proporcionara un consejo y caí en la cruda realidad de que no tenía, no creía en las personas ni confiaba en nadie.

Un sentimiento aplastante me llenó y fue cuando decidí en hablar con él, para poder saber que estaba sucediendo. Lo encontré frente a la cafetería y sin detenerme lo interrogué, rogué no derrumbarme frente a él. Solo me miraba y cuando la última palabra salió de mis labios, hizo un gesto extraño.

―Mira, decidí alejarme de ti, me resulta insoportable algunas cosas de ti.

No pude articular palabra y él se fue con otra chica, permanecí en mi lugar hasta que pude moverme y salir corriendo de ese lugar.

¿Qué hice mal? ¿Por qué duele tanto? ¿Por qué no puedo olvidar y seguir? Ahora me siento más que sola.

Tomo mi cabeza y la presiono fuertemente pensando que eso aliviará el dolor pero estoy mintiéndome a mí misma, el reflejo del dolor sale sin cesar y los sollozos son más ruidosos.

Todo estaba perdido.