Selección de Fútbol de Alemania. Los gritos eran ensodesedores, maximizándose tras los muros de metal que generaban un eco fatal que llegaba a lastimar los oídos. ¿Pero a quién le importaba eso en éstos momentos? ¡A nadie! ¡A la mierda la seriedad alemana! ¡A la mierda la dignidad teutona! La copa del Mundo pasaba de mano en mano en su vestidor. La euforia de la victoria estaba ardiendo en sus venas, después de esos difíciles minutos habían conseguido salir campeones y volver a su tierra reyes nuevamente. No necesitaban cohibirse, porque eran sus cinco minutos de gloria, y todos planeaban disfrutarlos plenamente. Para muchos era el principio de una carrera brillante, para otros la continuidad para seguir escalando a la cima, y para algunos..., el broche de oro para cerrar su carrera futbolística. Y allí estaban todos, saltando de alegría, gritando, cantando y besando al trofeo dorado. Por cuarta vez, Alemania campeón de la copa del Mundo 2014.
Tuvieron sus cinco minutos de fama, una bien merecida (creo xD). Lo único que recuerdo de aquella copa fue que cuando fue transmitida mi familia estuvo viendola al borde de sus sillas. Si no me equivocó fue cardiaca xD Y si, justifico el comportamiento de esos hombres, la emoción de un triunfo definitivamente es embriagante y te hace perder la cordura. Y aunque el futbol no es mi deporte favorito tu texto me gustó porque me parece que es capaz de transmitir esa emoción desbordante del triunfo y esa pasión propia de cualquier deportista. Además de que en el aspecto técnico no tengo nada que comentarte. Visualmente está bien organizado, las ideas muy bien entrelazadas y el uso de las palabras me pareció adecuada. Felicidades. Un saludo.