Eterno Anochecer

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por brownie, 21 Julio 2011.

  1.  
    brownie

    brownie Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    19 Enero 2011
    Mensajes:
    70
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Eterno Anochecer
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    11
     
    Palabras:
    1225
    Capitulo 1
    —“Ha pasado por este cuerpo la primavera, muchas veces, y su aroma a pino fresco aun persiste en mi memoria, me ata a las cadenas del pasado su recuerdo y el hecho de que a él, le debo lo que soy, incluso mi propia vida”— el claro de luna iluminaba el sendero hacia la covacha vieja donde se encontraba su protectora, Rin ahora contaba aproximadamente con dieciséis años, en los cuales desde hace tres su amo no la visitaba ni mandaba al Señor Jaken en su búsqueda para ver si se encontraba bien. Esa noche había salido a buscar hierbas medicinales para Kagome, y mientras lo hacia esos pensamientos surcaban su mente. Al llegar a la puerta de madera suspiro y recargo su frente en la misma, fue un día pesado, atendió junto a Kaede cuatro partos incluyendo el de Kagome que se torno algo complicado.
    —Niña donde andabas, tardaste mucho, pon más agua caliente— La vieja Kaede solo ordeno ni siquiera volteo a ver a la joven azabache, toda su atención se concentraba en Kagome que apretaba los dientes y pujaba cansadamente.
    —Kaede no pude cortar la corteza del sauce, traje lavanda y passiflora— grito desde el fogón Rin, mientras hervía en un pequeño pocillo la infusión. El agua comenzó a soltar vapores y la joven vacio el agua en un contenedor de madera. Al llegar al cuarto vio como Kagome se desgarraba la garganta a causa del gran dolor que sentía.
    —Inuyasha… Inuyasha ¡HA¡ ¿Dónde está?— Kagome apenas articulaba palabras, pues se arqueaba del dolor, y la fiebre aumentaba.
    —A un no nace su criatura— pregunto Rin, haciendo caso omiso a la voz de Kagome.
    —Inuyasha…— volvió a pronunciar Kagome, apretando sus ojos lo más que pudo.
    —Kagome puja, no tarda en llegar—contesto la anciana dando un masaje en la espalda de Kagome para ayudarla.
    —Kaede…su vientre está muy endurecido y su bebe…—
    —Que pasa con mi bebe… ¡Kaede¡¡ hiaaa¡—Kagome no dejaba de sentir esos dolores, mientras el miedo no sola la invadió a ella, también hizo temblar a sus acompañantes.
    — ¡No se mueve¡— Rin volteo a ver a Kaede que trago saliva amargamente. La mujer de edad avanzada coloco las manos de Rin en el nacimiento del vientre de Kagome y ella se coloco en sus piernas intentando abrir lo más que podía el canal de parto. Por su parte Kagome se estaba hiperventilando y su mirada se iba decayendo.
    —Ahora Rin—La joven dueña de unos ojos chocolate empujo el producto ayudándolo a salir de su contenedor primario. Kagome soltó un grito que rasgo la ultima fibra de su garganta, para caer pesadamente sobre el futon. Sus sentidos se iban perdiendo en la nada pero por un momento escucho el llanto de un bebe.
    —Es un niño— Kaede llevo al pequeño hasta una tinaja de agua donde lo lavo y cubrió con una sábana blanca. Rin mientras tanto se encontraba limpiando a Kagome que estaba perdida en su sueño.
    —Kaede, ella ¿Está bien?—
    —Yo, no lo sé, en todos los años que tengo jamás presencie un parto tan difícil y mucho menos de una criatura sobrenatural­—Bajo este argumento la habitación quedo en silencio que de vez en cuando era roto por el llanto melancólico de un recién nacido.
    El sol comenzaba a salir, en toda la noche Kagome no despertó y tampoco llego Inuyasha. La hemorragia era muy fuerte pero ya estaba controlada, solo la fiebre y sus delirios continuaban; la mente de Kaome era un caos, revivía cada palabra de Inuyasha en su pelea del día anterior.
    Kagome se debatía entre su vida y el no despertar jamás, entretanto Inuyasha se encontraba muy lejos de ese lugar, internado en las montañas, meditando, recordando, pensando lo que había sucedido.

    FLASH BACK
    —Me amas Inuyasha… realmente me amas— preguntó Kagome con serenidad —Quiero saber que paso con Rin, ¿Por qué estaban juntos ese día?, necesito que me expliques ¿Por qué Rin te huye?— Kagome llevaba puesto un traje rosa de embarazo.
    —Kagome no lo sé, ¡entiéndeme¡ maldita sea—Inuyasha golpeo un árbol cercano.
    —Creo que merezco una explicación tuya, puesto que Rin es prácticamente una niña. Me escuchas una niña… ¿Qué va a pasar si Sesshomaru se entera?, ya pensaste en eso— Kagome contuvo su llanto y clavo su mirada en Inuyasha que no encontraba palabras para explicarle.
    —Estúpida crees que no he pensado en eso… va a matarme, si es que un día regresa por ella—
    —Y que él la haya abandonado, por casarse con una demoniza te dio ese derecho— La mujer con su vientre abultado, en señal de su embarazo avanzado lo tomo del brazo para que este la viera a los ojos.
    —Kagome ca-llate, déjame pensar— y cuando este alzo su brazo para que ella lo soltara, Kagome cayó casi de sentón lastimándose la mano. —Kagome perdóname—
    — ¡Suéltame, no me toques¡— Kagome no se levanto y abrazo su vientre, su llanto salió copiosamente de sus ojos.
    —Kagome yo…—
    —Nunca debí quedarme en este lugar, yo no pertenezco a este mundo, o crees que no me doy cuenta, como me miras, queriendo verla a ella—
    —Kikio está muerta, no la metas en esto— Inuyasha la tomo fuertemente de los brazos.
    —Quisieras que fuera diferente, no es así—
    —Ella no me haría estos reclamos—Inuyasha soltó a Kagome y enderezo su postura.
    —Te odio Inuyasha, aborrezco lo que me hiciste, maldigo el día en que me enamore de ti, ojala nunca te hubiera conocido— Kagome miro a Inuyasha con desprecio y bajo su mirada.
    —Yo también desprecio haberte elegido, y esa criatura, no creo que sea mía— Esas palabras se clavaron como puñales en el corazón de Kagome. —Puedes irte con Koga o a donde mejor te plazca—
    —Inuyasha, ¡Inuyasha¡—Kagome grito al verlo partir, pero este no regreso. Ella se levanto como pudo, una gran punzada la atormento, y toco la parte trasera de su vestimenta, una enorme mancha de sangre apareció y el dolor en su vientre se intensificaba a cada segundo.
    FIN FLASH BACK

    —kagome, como estarás, se que te debo una explicación, pero no se de que me hablas, yo no le hice nada a Rin, te lo juro— Inuyasha no comprendía las palabras de Kagome, ni el porqué Rin le rehuía, que cosa paso que él no recuerdaba. —Maldita sea ¿Qué está pasando?— Inuyasha se acostó en el pasto extendido completamente, sentía una punzada en su pecho, una intranquilidad, desde que Kagome se estrello contra el piso, el olor a sangre se hizo presente.
    —No, la herida en su mano no pudo ser tan considerable— Inuyasha llevo las manos a su cara y a toda prisa salió en busca de su Kagome.
     
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    brownie

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    Eterno Anochecer
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    Drama
    Total de capítulos:
    11
     
    Palabras:
    1537
    Eterno Anochecer

    CAPITULO 2

    —Rin, se que lo que te paso es horrible, pero desquitarte con una indefensa criatura no cambiara las cosas— Kaede le retiro de los brazos el niño debido a que lo mecía de manera brusca. La azabache no contesto nada, solo se paro y camino rumbo a la salida, pero se detuvo en el marco de la misma.
    —Kaede dime la verdad, el Lord Sesshomaru nunca volvió por mí, no envió nada—
    —No sé a qué vienen esos comentarios, ahora ya no importan, debes enfocarte en mirar hacia adelante, pronto cumplirás edad para casarte— la joven coloco un su mano sobre el marco esperando algo mas por parte de la mujer.
    —Casarme— un gran suspiro, que mas bien parecía lamento salió de la boca de Rin. —Eso no es para mí, debes saberlo de sobra…Kaede eres la única persona en la que confió después del Lord, te imploro hables con la verdad, que paso con el— Kaede se puso nerviosa, acaso existía la posibilidad de que ella se enterara de algo.
    —Rin ¿para que deseas saberlo?—
    —Acaso se caso, esta muerto… por favor respóndeme— Kaede la miro fijamente, Rin era una mujer muy hermosa, aunque desde que su señor no regreso, su mirada se volvió fría, sin brillo, era tiempo de que supiera la verdad, ya no había más que ocultar, ella sabía todo, solo quería confirmarlo y con voz fuerte sin miedo después de algunos minutos de silencio Kaede decidió hablar.
    —Si Rin se caso hace cuatro años, o al menos esos son los rumores que se pueden escuchar, se dice que la demoniza con la cual contrajo nupcias es de gran alcurnia y linaje como el— Rin hecho un vistazo a Kaede con el rabillo del ojo y aunque no pareciera, salió hecha una furia. Se interno en el bosque llegando al pozo devorador de huesos.
    — ¿Por qué amo?, ¿Por qué me dejo aquí? Yo no formo parte de esta familia, ni me agrada estar en esta aldea, es mas mi lugar no es con los humanos, perdí esa cualidad el día que la muerte vino por mi— Rin no dejaba de maldecir su suerte ni el destino que le toco vivir. —Ellos no son mis amigos, yo perdí un día mi vida y mi familia ¡No quiero estar aquí¡—
    Nadie te obliga a estar donde no te quieren— Esa escalofriante voz salió desde el fondo del pozo, colándose el miedo entre la frágil figura de Rin, que intentaba ver al dueño de esa voz.
    — ¿Qué eres?—
    Soy nada y a la vez lo soy todo, ¿Qué te detiene en este lugar?
    —Mi amo me dejo aquí, al cargo de una sacerdotisa— Rin contestaba a las preguntas sintiéndose obligada por una fuerza superior a ella.
    Pero ese amo no se preocupa por ti, ni siquiera ocupas un lugar en su helado corazón— La voz se hacía cada vez más fuerte, aunque Rin no lo notaba, tampoco diviso el campo de energía que comenzó a cubrirla.
    —No, mi vida le pertenece al amo Sesshomaru, y a menos que el me lo diga, yo no me iré a ningún otro lado—
    Si te ayudo a llegar hasta donde esta ese ser que tanto añoras, ¿Qué harás?—
    “¿Qué hare?”… Yo no lo sé, el palacio está muy lejos y…—Rin tartamudeo un poco, esa pregunta la abordo desprevenidamente.
    —Y que… tienes miedo de comprobar lo que eres en realidad para él, temes asumir tu único roll en su vida—
    —Mi roll, ¿A qué se refiere? El Lord me salvo, me dio una nueva vida, sin recuerdos, sin dolor— Rin estaba estupefacta por las insinuaciones de esa voz, acaso ella fue usada y aventada como un artefacto inservible.
    ¿Sin dolor? Estas segura que sin tormento has vivido, que tu lágrimas siempre han sido de alegría, niña acaso intentas mentirte a ti misma
    —No entiendo, yo he plañido mi destino, maldecido la estrella que un día me guío, ¿Qué sucede conmigo?— La mente de Rin estaba muy confundida, que su señor nunca volviera por ella le daba cierto crédito al dueño de esa voz.
    ¿Quieres que te lleve con él?, deseas comprobar por ti misma que no miento, realmente ansias alejarte… de Inuyasha— Rin vio a su alrededor, respiraba algo agitada, sus sentimientos y emociones estaban encontradas, su desconcertado corazón de la nada dio un gran vuelco. —Si deseas mi ayuda, te la daré, solo ven a mí, claro todo tiene un precio… tu no le temes a la oscuridad eterna, ya has estado en ella, has caminado sus senderos, has respirado esa atmósfera lúgubre, cien años como mi esclava es el precio por darte lo que más deseas, cien años conmigo…— Rin no lo pensó y se lanzo al precipicio en el que se convirtió el pozo.

    En otro lugar cerca del abismo que une al mundo con el infierno, un sirviente pequeño de color azul y algo regordete informaba a su amo.
    —Señor, Inuyasha está despertando y la joven sacerdotisa debe estar agonizante, no creo que la criatura siga con vida—
    —Que hiciste con el chouguack—
    —Lo mande de regreso a la aldea para que traiga hasta usted a la señorita Rin—
    —Sírveme un trago, ¿Qué valdrá más? Anja, Kagome o la querida Rin— Ese hombre de aspecto joven comenzó a reír a carcajadas mientras degustaba su bebida. Se levanto del trono que ocupaba en la cámara principal del palacio, llego hasta un espejo donde se reflejo un hombre viejo. —Padre que desea—
    —Gaduol que pretendes— el anciano tenía unos ojos amielados y algo compasivos, de estatura media y cabellera corta, vestía cómodamente pero con una capa en colores verdes y dorados.
    —Nada en especial, solo recuperar lo que le pertenece al inframundo—
    —Ten cuidado, siempre ambicionas demasiado, está prohibido jugar con la rueda del destino—
    —Padre yo sé lo que hago, no por nada soy el señor del Orco—
    —Sabes Gaduol te pareces tanto a mí, mis ojos están en ti, tu piel nacarada es idéntica a la de mi padre, pero tu avidez es tan grande que te siega y te hace estúpido— el joven se volteo ante su padre y dando media vuelta de manera altanera salió de ese lugar.
    —Estas cometiendo muchos errores Ratsel, no confías en tu propio hijo—
    —Gran Mudry no me di cuenta de su llegada— el viejo emperador de la oscuridad dio una reverencia al hombre recién llegado, un ser al cual no se podía llegar a ver su cara, vestía una capucha en color vino y se denotaba su anchura, además su voz se escuchaba cansada. —El joven príncipe es muy impulsivo, le falta experiencia en ciertos asuntos, es un gran estratega pero ingenuo con los humanos—
    —No es eso lo que te molesta, aborreces que se encapricho con esa humana y desea tenerle a como dé lugar— Ratsel no contesto, solo suspiro fuertemente y miro al sabio con enojo, este desapareció en medio de un vorágine oscuro. El príncipe Gaduol por su parte llego hasta las mazmorras del palacio, los sirvientes y soldados le abrieron paso al príncipe, el cual se detuvo cuando llego a una funesta celda, la cual contenía el inmóvil cuerpo de Inuyasha amarrado con grilletes especiales a la pared y que lo mantenía en su forma humana.
    Inuyasha lentamente abrió sus cuencas oculares que no distinguían nada, poco a poco se fue acostumbrando a la nula visibilidad y entre sombras apareció un hombre bien vestido y muy elegante.
    —Su clan pagara por no dejar que las almas lleguen a mi— Inuyasha no tenía fuerzas para responder, pero su memoria le llevo el recuerdo de cómo llego hay.
    —“Yo debería estar con Kagome, pero…Rin, algo la cubría y cuando llegue a ella arcos de luz me cubrieron y ya no supe nada mas…de mi— Gaduol tomo la cabellera de Inuyasha y sus miradas se cruzaron, la primera llena de odio y la segunda parecía la de un moribundo.
    —Arrebatar de las garras de la muerte ciertas vidas se paga con creces y su clan tiene una gran deuda conmigo, Gaduol amo y señor del Orco—Cada palabra fue pronunciada muy cerca del rostro de Inuyasha, el vaho de Gaduol golpeaba como si pequeñas agujas se clavaran en el descubierto rostro del hanyu. El joven príncipe no dejaba de ver al hermano menor del Lord del Oeste, se preguntaba como un ser como él habría sobrevivido al inhóspito mundo humano.

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    brownie

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    Eterno Anochecer
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
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    Drama
    Total de capítulos:
    11
     
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    1561
    ETERNO ANOCHECER
    Capitulo 3

    El lord se encontraba en una habitación especial, donde ningún ser viviente que no fuera él o Yaken entraban.
    —Señor Sesshomaru no creo que deba conservar esta habitación, Rin ya debe ser toda una mujer y con lo bonito que era de niña, debe ser una mujer muy hermosa, tal vez este próxima a casarse— Sesshomaru como de costumbre no dijo nada, solo siguió observando el lugar donde un día esa niña habito y jugo. —Señor, la señora Anja ha preguntado sobre este lugar, desea saber que guarda aquí—
    —Yaken, Anja jamás debe entrar a esta habitación, cuando llegue el momento adecuado yo mismo la destruiré— un gran alboroto se comenzó a oír, él desde la ventana logro ver que varios sirvientes llevaban en una camilla de madera a una mujer de cabello largo y oscuro como la noche, la fue recorriendo lentamente, los pies, sus piernas largas y heridas, su abdomen plano y magullado, y cuál fue su sorpresa al ver tan bello rostro sucio por el lodo. En la parte donde debería estar su corazón sintió una pulsada, alegría o desconcierto esa era la incógnita.
    Los soldados yukai detuvieron su andar para reverenciar a su nueva soberana. Anja llevaba un hermoso Kimono en azul turquesa y flores blancas como adorno.
    — ¿Donde la encontraron?— la voz de Anja aunque dulce exigía respeto, tenía una cabellera dorada y ojos azules tan profundos como el mar, que le daban un aire de misterio. Su piel blanca como el alba relucía ante el sol, dejando ver ante todo el mundo su gran porte y hermosura.
    —Mi señora esta humana se encontró flotando en ese estado cerca de la cascada, desconocemos que le haya pasado o si fue atacada— debido a que al casarse el lord no quería saber de Rin muchos de los sirvientes fueron destituidos de sus puestos.
    —Jasha (se pronuncia como gassha) retírala a una aldea de su especie, no la quiero en el palacio—
    —Jasha lleva a esa mujer a que la curen y atiendan, recibirás mas ordenes después— el joven sirviente llevo a la joven a una especie de enfermería, mientras Anja miraba insistentemente a su esposo. Esperaron herméticos sin decir nada hasta que la caravana desapareció de su vista.
    —Que pasa esposo mío, ¿Por qué me quitas autoridad?, que sea la primera y última vez que sucede—
    —Me estas amenazando—
    —No, te lo estoy advirtiendo, no me tientes Sesshomaru…no me tientes—La mujer golpeo en esta última frase el pecho del lord con su abanico. A pesar de ser marido y mujer siempre se trataban con indiferencia, su estadía era la de dormir con el enemigo desde el instante en que Anja puso un pie en el palacio.
    El sol pinto de colores rojizos el cielo y la noche hacia su arribo. Rin fue llevada al cuarto que una vez ocupo. Sesshomaru se encontraba en la ventana sintiendo el aire fresco que por ella se colaba, volteo a ver la ex niña dormida, se acerco y se arrodillo ante ella, paso su mano derecha por su rostro sin tocarla, solo quería sentir el calor que emanaba su cuerpo joven. Rin dejo salir un suspiro y hasta su nariz llego un olor a pino fresco, sus ojos se abrieron incrédulos del borroso brillo dorado que logro ver, sacudió un poco su cabeza para cerciorarse de que era real.
    —Como llegaste hasta aquí en esas condiciones— Rin volvió a cerrar su ojos intentando recordar, otro suspiro volvió a escapar de su boca.
    —Yo no recuerdo nada—
    —Duerme, descansa; mañana regresas a la aldea de Inuyasha— Rin paso saliva y ladeando su rostro para no llorar articulo algunas palabras.
    —No por favor, es preferible morir que regresar—Sesshomaru frunció el seño, pero este acto Rin no lo vio y regresando a sus facciones nulas continúo.
    —Ese no es mi problema, mañana sales para no volver—Sin inmutarse comenzó a salir, pero unas pequeñas manos se anclaron a sus pies.
    —Tanto me odia, si yo pudiera cambiar mi naturaleza humana, lo haría por usted. Se lo imploro deje que me quede como sirvienta, como lo que sea, pero no me eche, por favor amo, se lo suplico—
    —Rin no te humilles de esa manera— La joven solo se puso en cuclillas con la mirada baja y su orgullo destrozado.
    —Rin ya no eres más mi protegida, ahora eres un ser libre…Puedes quedarte al servicio de mi esposa Anja— Rin solo acento con la cabeza y regreso a su futon cuando su amo salió. El gran palacio quedo en las penumbras, ningún ruido alrededor perturbaba el sueño de los señores. Al alba Rin fue solicitada en la cocina donde se encontró con Yaken.
    —Buenos días Rin, toma es para ti— Rin aun adormilada recibió el paquete.
    —Buenos días Señor Yaken—el pequeño yukai entrelazo sus manos y caminaba de un lado al otro.
    —Todos los días debes levantarte a esta hora e ir a recoger leña, debes preparar con tus propias manos el desayuno de la Señora Anja y prepararle el baño, debes avisarle de las horas de comida con el señor y estar a su servicio, entendido niña—
    —“Seré un sirviente mas”…Señor Yaken, en que me equivoque, cuál fue mi fallo, mi gran error para ganarme el odio del amo Sesshomaru—
    —Niña un día te lo dije, tú no estás a nuestro nivel, te falta carácter, y tu gran pecado es estar viva y bajo el mando de un gran yukai. Ahora vete a cambiar o se te hará tarde… por cierto Rin, ni una palabra de tu antigua vida, tu nunca antes habías visto al amo, ni gozaste de sus favores, de lo contrario no puedo asegurar que salgas de aquí con vida— Yaken salió de la cocina y dejo a la chiquilla con un nudo en la garganta. Hubiera llorado como de costumbre pero unas manos fuertes y cálidas la abrazaron.
    —“Nari”—pensó Rin.
    —Rin no llores, para el amo ya no significas nada— Rin quedo helada ante semejante declaración, que de cierta manera no la tomaba por sorpresa, sin embargo le dolió más de lo que llego a imaginar.
    —Nari se me hace tarde— Rin se paro y comenzó sus labores; su vestimenta ahora consistía en un atuendo parecido al de las cortesanas. El Sol dejaba caer sus primeros rayos y ella iba con un pequeño cargamento de maderos en sus manos. Entro por la puerta principal y se encontró con un soldado de facciones muy femeninas y una voz que tranquilizaba su corazón.
    ­—Permítame ayudarla señorita—el Yukai de ojos negros poso sus manos en la leña para ayudarla.
    —Gracias, mi nombre es Rin— el yukai se quedo viendo las manos de la muchacha, estaban muy lastimadas por el trabajo de cargar los leños, a lo cual Rin reverencio y escondió sus manos detrás de ella.
    —Lindo nombre, perdón yo me llamo Adelfried, a que habitación te diriges—
    —Adelfried— el joven esbozo una gran sonrisa.
    —Si así me dicen, dulce señorita— Rin también dejo salir una risilla por la situación.
    —Voy a los aposentos de la Señora Anja— continuaron caminando, pero en todo el recorrido no se volvieron a hablar y se despidieron con una simple reverencia uno del otro. Rin cruzo la puerta y se encontró con Anja sentada en la cama, a pesar de no estar arreglada como de costumbre, se veía hermosa, imponente y con ese aire de orgullo que siempre la acompañaba.
    —Muy buenos días Señora Anja— Rin reverencio a la esposa de Sesshomaru.
    —Tú no eres la mujer que trajeron ayer—
    —Si mi señora soy yo, estoy a su servicio por ordenes del Señor Sesshomaru— Anja la miro de soslayo,
    —Por ordenes de Sesshomaru, si es así es porque vio algo en ti…sabes recitar— Rin se puso nerviosa ante la presencia de esa yukai, no era mala pero algo escondía.
    —No mi señora—
    —Sabes cantar—
    —No señora—
    —Ya se… bailas—Rin ya no contesto, solo bajo la mirada esperando que algo la salvara. —Entiendo eres de pocas palabras… prepárame el baño— Rin tempero el agua y no se dio cuenta de que Anja estaba justo detrás de ella, observándola como si quisiera casarla. Rin ayudo a quitar la ropa de cama e introducirla a la tina, la dejo a solas mientras arreglaba la cama. Siguió con lo que sería su nueva rutina, preparar a la soberana del reino del Oeste.

    gracias por darse el tiempo de leer, me encntaria mucho mas saber que piensan asi que comenten

    saludos.
     
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  4.  
    Ashtort

    Ashtort Iniciado

    Leo
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    Por que dejas así el capítulo? Que mala onda que sesshomaru la trate así, y la esposa de sessho que inda con su vida, como es posible que se haya casado con ella, quiero saber mas porque si creo que la esposa de sessho leva ha hacer algo a Rin (deveras que le paso a inuyasha si se quedo en el infierno y que le hizo a ron quiero saber?)
     
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  5.  
    brownie

    brownie Entusiasta

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    2492
    ETERNO ANOCHECER

    Este es un capitulo mas grande de lo normal pero como pequeño resumen, Rin cuenta el como quedo huerfana, cuenta como la vida le arrebato todo lo que un dia quiso y amo, su vida, su familia y amigos, relata como quedo sola en ese mundo tan cruel con ella.

    Quiero dar gracias a la señorita Ashtort por seguir la historia y comentar.
    Tambien quiero agradecer a la señorita Azul por seguir mis historias y comentarlas.
    Gracias por leer.

    Capitulo 4

    —Kaede desde cuando esta así— pregunto un monje amigo junto a su esposa y sus tres hijos.
    —Excelencia a dormido casi una luna completa— contesto la anciana mirando a la sacerdotisa.
    —Niñas salgan… préstame al bebe Kaede yo tengo mucha leche y mi bebe casi no come—
    ­—Sango estás segura—
    —Un bebe es un bebe y como su madre no está para amamantarlo yo la supliré por el tiempo que haga falta— Sango miro a Kaede decidida, por lo que la mujer de mayor edad fue por el niño a la pequeña cuna. Se lo entrego a Sango que le descubrió la carita.
    —Come pequeño, no temas— Sango acerco la boca del niño a su pecho, este al sentir el liquido se aferro y succiono de la mejor de las leches. Sango miro a Miroku con una gran sonrisa provocando que este se acercara a ver a la criatura. Toco con su mano la cabeza y después delineo la figura que este tenía en la frente.
    —Esta luna es idéntica a la de Sesshomaru, me atrevo a decir que se parecen excepto por las marcas en las mejillas—
    —Si incluso su presencia demoniaca es muy fuerte, por cierto Kaede Inuyasha ¿Dónde está?—
    —Nadie sabe, lo mande buscar con Shippo pero no hay rastro de él, tiene de perdido lo mismo que este niño— Sango siguió dándole de comer al hijo de Inuyasha mientras la anciana Kaede iba por algo de comer para los recién llegados.

    En las mazmorras se encontraba un hanyu debilitado y con muchas preguntas. Era alimentado cada tercer día con pan y algo de agua. Había perdido algo de noción del tiempo y el espacio y su única compañía era la sirviente que lo alimentaba.
    —Viveka espera, porque estoy aquí no entiendo nada— la mujer era muy delgada, con un cabello negro casi hasta sus rodillas, siempre llevaba en su cabello un prendedor en forma de sol. Su piel palidecía por la falta de luz y alguna vez entre sueños escucho de propia voz de ella que fue engañada y después reclutada como sirvienta.
    —Inuyasha no puedo hablar, si el amo Gaduol se llegase a enterar me mataría, mejor deje de hacer preguntas y espere pacientemente su destino—
    —Tú no entiendes nada, mi esposa, ella estaba a punto de dar a luz, tengo que saber como esta y…—
    —Viveka hablando mal de mí— una sonora voz se escucho paralizando a la joven que se arrodillo ante su amo.
    —No mi señor, yo jamás haría nada que lo ofendiera— la chica temblaba de miedo y su voz sonaba temblorosa. Gaduol sonrió cálidamente y la tomo de los antebrazos para ayudarla a levantarse. La joven se quedo sorprendida de ese gesto.
    —Viveka llevas casi cuarenta años a mi servicio y hace treinta que dejaste tu orgullo de lado, pero hay ocasiones en las que…— el joven emperador de las tinieblas arrojo a la chica de una bofetada hasta afuera de la celda, ella quedo inconsciente casi de inmediato por el golpe que se llevo al chocar con el muro.
    —Qué diablos estás haciendo— Inuyasha sintió hervir su sangre demoniaca por lo que le paso a la chica.
    —Tranquilízate, yo no tengo nada en contra tuya, pero en cuanto me salden su deuda tú serás libre, una vez que el corazón de la sacerdotisa Kagome se detenga tu serás liberado de tu prisión—
    —Cual deuda, no entiendo. Maldita sea explícate—
    —Tu hermano me quito una vida muy importante, perdone su osadía pero cuando la volví a reclamar el volvió a interferir llevándosela de mi lado, y tus pecados son haber permitido que el alma de una sacerdotisa maldita vagara por el mundo en forma de tierra y lodo—
    —Kikio no tuvo la culpa de regresar al mundo de los vivos— Vocifero Inuyasha.
    —El alma de esa mujer estaba manchada por el odio al momento de morir y en sus recuerdos estabas tú, el causante de su desgracia y de que al momento de morir ella se atara a las cadenas del rencor—
    —Pero Kikio fue purificada—
    —Eso no te exime de los pecados del pasado— Gaduol dio media vuelta y se retiro pasándole por en cima a la pobre Viveka.
    —“Acaso se trata de Rin, que tiene ella de especial, Sesshomaru…”— Inuyasha no dejo de pensar en su medio hermano y el hecho de que revivió a Rin dos veces y además se puso en peligro en numeradas ocasiones para protegerla.
    El lord sintió un vacio en el estómago, sabia de sobra que algo andaba mal pero con Rin en ese lugar no podía salir. El tiempo transcurrió y Kagome seguía igual sin cambio alguno, al contrario de Rin que estaba asumiendo que para su amo ella era menos que nada.
    —Rin llevas algunos días a mi servicio, porque te fuiste de tu casa, ¿No te importa tu familia?—Anja le pregunto mientras esta la peinaba.
    —Yo no tengo familia mi señora—
    —Eres huérfana, al igual que la chiquilla que un día viajo con Sesshomaru—
    —Creí que había muerto esa niña—
    —Eso escuchaste— Rin acento con la cabeza — Pues no es así, la madre de mi esposo la regreso del mundo de los no vivos… pero cuéntame Rin como es que te quedaste sola— Rin pasó su lengua por los labios para humedecerlos y con dificultad comenzó a hablar.
    —Yo una vez tuve una familia, viví con ellos en la aldea Almikar cerca del imperio del Norte, fui la cuarta hija de mis ocho hermanos, éramos muy pobres…

    Flash back
    Aldea Almikar el día que marco la vida de Rin.
    —Niños vengan a comer, hoy pollo— Una mujer alta de cabello negro y ondulado hablaba a sus hijos desde la entrada de una cabaña muy humilde. Los chiquillos entraron corriendo y justo detrás de ellos un hombre de piel nacarada y cabello trenzado.
    —Maeko mira— la mujer vio las monedas de oro.
    —Raidon de donde sacaste esto—
    —Vendí parte de la cosecha de arroz—Los dos mayores se abrazaron, ese día comieron un poco de pollo con arroz al vapor y agua. Todo transcurrió normal pero al llegar la noche Natsumi (hermana menor de los ocho hermanos) no dejo de regresar el estomago y tenía una fiebre muy alta al igual que su padre.
    —Niños vayan por algo de agua, Ichiro ve al pueblo e intenta traer al doctor, corre— La madre de los pequeños llevo a Natsumi hasta su cama junto a su padre.
    —Rin acompáñame— los dos chiquillos salieron corriendo tan rápido como sus piernas les daban, alumbrados solamente por la luz de la luna llena. Después de correr por mucho tiempo llegaron al corazón de la aldea. Tocaron bruscamente la puerta y salió un hombre con vestimenta de monje y algo huraño.
    —Niños escandalosos váyanse, aquí no hay nadie— salió de la casa un hombre que se encontraba algo ebrio.
    —Por favor acompáñenos mi padre y mi hermana están muy enfermos—el pequeño se pesco de las ropas del mayor.
    —No, ustedes son los pordioseros que viven cerca del rio, nunca podrían pagarme—
    —Doctor mi familia se está muriendo—
    —Sera lo mejor— el hombre se recargo en el marco de la entrada y volvió a beber su botella de sake. —Ahora fuera de aquí— los dos chiquillos se miraron y empujaron al doctor, se introdujeron y tomaron varios frascos.
    —Malditos mocosos ¡me robaron¡—el hombre hizo un gran escándalo por lo que los niños rápidamente fueron rodeados por aldeanos.
    —Les gusta robar he, nunca debimos dejar que se establecieran aquí— Ichiro se coloco por delante de Rin que temblaba de miedo.
    —No robamos nada— el doctor empujo a algunos aldeanos y grito.
    —Esas medicinas no las pagaste, con qué dinero si son unos miserables—
    —Es verdad Ichiro, lo que dice el doctor— los aldeanos le dieron paso al comandante de la aldea un hombre de mediana edad y ojos grises.
    —Señor Akiyama yo…el doctor no quiso ir a nuestra casa—
    —Ichiro los robaste ¿sí o no?— el hombre sentía un afecto especial por Ichiro, el lo llevo a trabajar a su casa para conseguir algo de comida.
    —Señor Akiyama la ley es la ley y estos niños robaron a un noble— Akiyama los miro fijamente, no quería hacer cumplir la ley pero era su deber.
    —Rin no hizo nada Señor Akiyama, yo le di los frascos—se adelanto a decir Ichiro, el conocía el castigo por hurto.
    —Ichiro perdóname, recibirás cinco azotes— le dijo Akiyama al niño tocando su cabeza.
    — ¡Cinco azotes¡ la pena son diez— vocifero el doctor.
    —Dije cinco y si alguien más intenta tocarlos yo mismo lo matare—
    El niño fue llevado a una especie de pedestal donde fue colocado y amarrado, el llanto de Rin era incontenible, un hombre de edad media se acerco a él y le arrojo un balde con agua. Alzo su brazo y lo dejo caer con todo su peso. Ichiro apretó ojos y dientes pero no grito ni derramo ninguna lágrima. Sintió como el látigo quemaba su espalda una vez, dos veces, así sucesivamente, cada golpe causaba mayor daño que el anterior.
    — ¡Ichiro¡— grito Rin al ver como su hermano era azotado, cayó sobre sus rodillas pero unos brazos fuertes la cobijaron, ella al verlo escondió su rostro en el pecho de él.
    —Rin no llores, se fuerte, Ichiro se sacrifico para que el solo recibiera los azotes, toma escóndelo— Akiyama le dio un frasco medicinal a Rin mientras secaba su llanto.
    —Gracias Señor Akiyama—
    —Ahora levántate Rin y no vuelvas a dejar que nadie te vea llorar—la niña se puso en pie y siguió observando cómo su hermano recibía su castigo sin dejar ver su debilidad.
    —Eso te enseñara a no robar, váyanse o me arriesgare a morir en manos de Akiyama —Ichiro se apoyo en Rin y bajaron por la pequeña escalinata, se perdieron en el bosque y siguieron hasta llegar a mitad de la noche a su casa.
    —Rin espera— ordeno Ichiro al notar que no había ninguna vela encendida. Rin no hizo caso y se adelanto, abrió lentamente la puerta, al no ver nada corrió hasta donde estaba la habitación de sus padres. Casi se le sale un grito al ver la escena pero fue contenido por la mano de su hermano. Ichiro vio el cuerpo de su padre apuñalado en repetidas ocasiones y el de su hermana menor en el piso estrellado contra la pared, aun tenía los ojos abiertos, testigos mudos de lo que estaba pasando. Rin salió algo ida, caminaron hasta las sala, Ichiro iba justo detrás de ella y la empujo contra un pequeño armario al escuchar que los atacantes aun estaban ahí.
    —shhh Rin pase lo que pase, no grites ni llores—su hermano le hablaba en susurros y la abrazaba.
    — ¿Quien anda ahí?—una voz aguardentosa grito. El bandido miro por toda la sala y empezó a romperlo todo.
    —Vámonos no hay nada de valor—
    —Espera aquí hay alguien más— el bandido se acercaba a paso lento hasta ellos. Por un pequeño orificio Ichiro vio como el bandido le dio la espada. El aprovecho pasa salir del armario.
    —Se fuerte Rin—le dijo y deposito un pequeño beso en la frente de su hermana. Se arrastro hasta detrás de una mesa cercana y le aventó el frasco de medicina en la cabeza. Ichiro quiso correr pero choco con otro de los bandidos.
    —Mira lo que trajo la noche, un ratón mas—Ichiro sintió como fue elevado de los cabellos mientras el primer hombre que encontró se acercaba a él, se coloco justo detrás encajándole un cuchillo en un costado.
    —Mira su mirada está llena de odio—y rieron a carcajadas mientras asentaba otra puñalada en el indefenso cuerpo del menor.
    Fin del Flash back

    —Los bandidos arrojaron el cuerpo de mi hermano arriba del pequeño armario, gotas de sangre cayeron sobre mi cuerpo, por la hendidura vi los ojos sin vida de mi hermano mayor; en la mañana me arme de valor y salí; fui al cuarto donde se supone dormían mis demás hermanos parecían dormidos, sus ojos aun denotaban miedo estaban degollados y mi madre, recogí su cabeza decapitada y la coloque junto a su cuerpo, camine llena de sangre hasta la ladea, las personas me miraban con su rostro desencajado llegue con el Señor Akiyama y me desmaye, después de ese día no volví a hablar, hasta que un día encontré un viajero que me llevo con él y me salvo la vida— Rin relataba su historia sin inmutarse, sin cambiar de facciones, sin lágrimas, podía controlar todo lo externo pero su corazón estaba muy acelerado.
    —Rin deja de cepillarme, retírate y tomate el día libre— Rin dejo el cepillo en el tocador y se marcho. En cuanto cruzo el pasillo que daba al gran cuarto corrió desesperadamente hasta un lugar secreto donde dejo salir todo el dolor contenido al revivir cada recuerdo

    Este capitulo me gusto mucho y tarde en poder escribirlo, me encantaria saber que les parecio este, que les gusto y que no. Gracias
    Buen inicio de semana. Besos
     
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  6.  
    Ashtort

    Ashtort Iniciado

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    Este capítulo lo sentí triste por los recuerdos de Rin, por lo menos la esposa de sesshomaru le tuvo consideración al darle el día, maldito doctor, que le sucede a la de afuerzas quería hacer su santa voluntan, le debieron de dar los azotes a el y no al hermano de rin, ya que era parte de s deber medico el atender tanto a ricos y a pobres sin importarle el precio, medico canalla
     
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  7.  
    brownie

    brownie Entusiasta

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    Eterno Anochecer
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    Género:
    Drama
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    Palabras:
    1893
    Eterno anochecer

    CAPITULO 5
    —“Viveka ayúdame a salir de aquí, te ayudare a ser libre”— Inuyasha intentaba a toda costa poder liberarse de sus amarres incluso en sus sueños. Se despertó lentamente al oler la comida de ese día. —Viveka ¿Dónde está?, ¿Quién eres tú?—
    —Esas son muchas preguntas no cree, mi nombre es Ryoko y ahora está a mi cargo—
    —Estúpida te hice una pregunta Viveka porque no me atiende ella—
    —Fue acusada de alta traición y está en una cámara de sufrimiento hasta nuevas órdenes—
    —“Viveka”—
    —Aunque no debería de preocuparse por alguien más estando en esas condiciones— Inuyasha clavo la mirada en esa mujer fría que salió sin remordimiento alguno.
    Para Inuyasha el panorama no pintaba nada bien, su única salida ya no estaba, desapareció esa oportunidad sin siquiera probarla. Mientras tanto en su antiguo hogar Kagome seguía en su letargo.
    —Excelencia no responde—
    —Lo se Kaede ya le practique varios exorcismos y nada—
    —Kaede y Rin en todo este tiempo no la he visto—
    —Ella también desapareció sin dejar rastro, es como si la tierra se los hubiera comido a los dos—
    —Ya veo…Kaede esto está muy extraño, es como si todo lo que paso antes jamás hubiera existido, que la felicidad que experimentamos fuera efímera—
    —Mirouku que haremos tenemos que encontrar a Inuyasha de alguna manera—Decía Sango depositando en las manos del monje al pequeño hijo del hanyu.
    —Kaede crees que Rin se haya ido con un enamorado o algo por el estilo—
    —Rin no, Rin fue a donde esta Sesshomaru—el monje y su mujer se miraron con asombro, para nadie era un secreto que Rin fue abandonada por el Lord —Como paso no lo sé, pero ella se entero de que el gran yukai se caso y lo más seguro es que fue a ver si era verdad—
    —Bueno un problema menos, Rin estará segura, de alguna u otra forma Sesshomaru siempre la trato bien—dijo Sango con algo de enfado.

    Otra luna paso y Rin se daba cuenta de que Sesshomaru y Anja se amaban a su manera, de que Jaken la ignoraba y despreciaba, en fin de que el palacio no era nada de lo que ella recordaba. Esa noche el viento soplaba y silbaba de manera rara como presagiando un mal augurio. Rin se interno en el bosque necesitaba pensar.
    —Cuanto más podre soportar—Rin tiraba de sus cabellos, camino con las manos en la cabeza dando vueltas cuando esa voz volvió a ella.
    Rin puedo liberarte de tu carga, dime quieres que te ayude—Rin se detuvo y bajo lentamente sus manos a los costados.
    —No gracias, tus ayudas no me sirven de nada—
    Tal vez sea porque no las has pedido de manera correcta o no has hecho las preguntas adecuadas, mi niña dime que te entregas completamente a mí y te daré todas las respuestas que pides
    — ¡No déjame en paz¡—decía una y otra vez, el aire se volvió denso y giraba alrededor de ella.
    —¡Rin hazlo, Rin arriésgate, el no te quiere, el te uso, Rin, RiN¡
    — ¡Aléjate¡— Rin sintió como escaseaba el aire en sus pulmones, veía borroso y esa voz que taladraba sus oídos, tapo sus orejas y camino lentamente para atrás algo aturdida quiso dar media vuelta para correr pero choco con un tronco.
    —Rin—La joven solo se abrazo al lord con tanto miedo.
    —Mi señor yo daría todo por estar a su altura, por poder abrazarlo sin compartirlo con nadie más, yo le entregaría mi vida a usted con gusto si me la pidiera de vuelta. Mi señor yo a usted…—La joven no termino su frase cuando sus pequeñas manos estaban entrelazadas al cuello de el, y sus labios unidos en un apasionado beso. —Lord yo a usted lo…—ahora besos salvajes la detuvieron, Sesshomaru se entrego a la pasión que el joven cuerpo de la humana despertaba en el. Ya entrada la noche exhaustos de su entrega total, Sesshomaru llevo a Rin hasta la habitación prohibida. Ella durmió plácidamente, estaba cansada de tanto ajetreo. Pero en medio de la noche su cuerpo comenzó a sudar y a respirar agitadamente.
    —¡No Inuyasha NO¡—Se levanto de repente y se abrazo de sus rodillas, se acerco a la ventana y se sentó a la orilla. —Te odio Inuyasha un día pagaras lo que me hiciste te lo juro— la joven recargo su cabeza en el marco.
    —Ya terminaste zorra traidora— la puerta de la habitación se abrió sobresaltando a Rin al ver el rostro de Anja desencajado de coraje. —Que se siente estar con un gran demonio—
    —Señora Anja yo no se de que habla—
    —Que descaro el tuyo, Sesshomaru apesta a ti, te le metiste por los ojos, lo embrujaste humana malnacida, jamás debí dejarte a mi servicio—
    —Basta Anja, no te queda— la mujer vio a Sesshomaru y comenzó a reír ante la gran duda que salía del rostro de Rin.
    ­—Sesshomaru arruinaste la diversión debiste ver su cara antes de detenerme. Pero aun asi niña no te da vergüenza meterte en la cama de Inuyasha y ahora en la de su hermano mayor, debes tener grandes atributos para hacerlo— Rin frunció el ceño, no entendía nada y las insinuaciones de Anja no dejaban lugar a dudas. —Pero Rin te agradezco que entretengas a mi esposo mientras yo doy luz a su cachorro—Anja abrazaba por el pecho al daiyukai que no llevaba su armadura puesta.
    —Entretener… cachorro—
    —Claro niña, yo tengo dos meses de embarazo, lo mismo que tienes tu aquí, ya que de niña no le serviste a Sesshomaru de grande tal vez realices un mejor papel— Rin apretó el marco con sus manos.
    —Señora Anja explíquese por favor…que no le serví al señor—
    —Sesshomaru no le has dicho, eres un pillo, niña tu única función de pequeña era robar la espada de Inuyasha, cuando Sesshomaru comprendió que esa arma ya no le hacía falta se deshizo de ti—
    —Entiendo— Rin miro al Lord que no cambiaba su semblante. —Podrían dejarme sola por favor—
    —Está bien, pero no tardes deseo bañarme— la pareja salió a sus aposentos dejando a una Rin de pie pero destrozada por dentro. Ya en la alcoba principal.
    —Que fue todo eso Anja—
    —Sesshomaru la quiero lejos, ella es una tentación para ti y yo soy tu esposa, no dejare a mi hijo sin padre por un capricho tuyo, prefiero quitarle el medallón y que sea arrastrada al infierno del que no debiste sacarla jamás—
    —Anja—
    —Anja nada, tú fuiste el que cometió el pecado y yo por amor te ayude con la condición de alejarla de tu vida para siempre— la mujer salió casi a punto de llorar a su cuarto donde ya la esperaba Rin.
    —Rin cuando pensabas decirme la verdad—
    —Señora Anja…perdóneme—
    —Rin vete, quiero estar a solas— Rin la reverencio y se fue, salió del palacio rumbo al jardín necesitaba despejarse y aclarar su mente.
    —Señorita Rin se encuentra bien—
    —Adelfried— Rin se hecho en sus brazos para no llorar.
    — ¿Qué pasa señorita?, jamás la había visto así, tan decaída tan derrotada—
    —Adelfried estoy cansada de vagar de andar, ya no puedo más—
    —Quieres contarme—
    —Si— y entre intentos de llanto que reprimía ella misma le conto todo a ese hombre que se volvió su confidente. Después de algunas horas de consuelo Rin regreso a su habitación, recorrió lentamente el camino de la entrada hasta al baño, palpando con sus manos las texturas de cada cosa. Llego al baño y comenzó a llenar la pequeña tina, se despojo de su ropas y se introdujo en el agua erizando su piel, mojo su cara para disimular su llanto.
    Rin tienes miedo— esa voz volvió para atormentarla de nuevo.
    —No lo sé—
    Ya descubriste por fin lo que eras en verdad, un juguete desechable… ven a mí y te liberare de todo este dolor—Rin se acostó en la tina y poco a poco se sumergió.
    — ¿Cómo?—pronuncio Rin con una voz quebrada y apenas audible en su propia mente.
    Quítate ese medallón que siempre cargas contigo, ese es el vinculo que te une a él, a todo tu dolor, quítatelo y se libre de las opresiones que causa la vida— sin salir del agua la joven humana arranco el medallón que por muchos años colgó de su cuello. Unos tentáculos oscuros comenzaron a cubrirla hasta perderla en la oscuridad.
    En la mañana Anja no se encontró a Rin ayudándola como de costumbre, por lo que se arreglo ella sola y salió al pasillo principal donde se encontró con un sirviente.
    —Adelfried has vistó a Rin—
    —No mi señora, desea que la busque—
    —Por favor— Adelfried sintió un vacio en el corazón, cuando dejo a Rin sabía que no estaba bien, pero capaz de hacer una tontería, sería capaz. El la busco por todas partes y nada, en su búsqueda piso a Jaken sin querer.
    — ¡Idiota¡ fíjate lo que haces—vocifero el pequeño yukai verde sobándose su cabeza.
    —Señor Yaken lo siento…usted ha visto a Rin—El yukai de menor tamaño se puso algo inquieto y se paró de inmediato, un escalofrió lo recorrió, una sensación fuera de lo normal.
    —Ya la buscaste bien, esa humana no puede perderse de la noche a la mañana sin que nadie la haya visto—
    —Si señor Yaken y no esta…ya no sé donde más buscar— Adelfried llevo a su nuca su mano derecha y la giro un poco, no quería pensar en lo peor pero su corazón estaba tan agitado. Por un momento cerro sus ojos y al abrirlos Jaken ya no estaba. El yukai verde salió disparado hacia el viejo cuarto de Rin.
    —“Estúpida no hayas hecho nada idiota”—Llego a la puerta anunciada y la abrió sin siquiera tocarla, vio todo tranquilo, la cama deshecha, su cena a medio terminar, las flores en flor como siempre, excepto la puerta corrediza del baño, esa daba a una oscuridad diferente, camino a paso lento entrecerrando los ojos, respiro hondo, sus ojos saltones se llenaron de agua al ver el cuerpo flotante de Rin en el baño.
     
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  8.  
    Ashtort

    Ashtort Iniciado

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    Eso si estuvo fuerte, yo quiero saber que le hizo inuyasha a Rin, y que sucederá con kagome, todo esto se esta poniendo bueno, aun que si mataría a sesshomaru de una vez, ahora si se paso y a su esposa también por engreída y presumida, si valió la penaa espera, ahora la otra continuación para llegar a lo bueno :)
     
  9.  
    brownie

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    no desesperes muy pronto lo sabran, y ademas si ya llego lo bueno, intentare subir hoy en la noche la siguiente parte... ok gracias por leer y espero sigan emociandose con la historia que aun le faltan grandes sorpresas.
     
  10.  
    brownie

    brownie Entusiasta

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    Eterno anochecer

    Capitulo 6

    —Maldita sea Gaduol esa es una locura, Anja jamás te la va a entregar— El viejo Ratsel se encontraba en una sala oscura iluminada por enormes candelabros, enfrente de el Gaduol y aun lado de este Senta (primer oficial del ejército personal de Gaduol, además de amigo y confidente)
    —Padre lamento que no me apoyes pero ya tome la decisión, esa mujer se viene conmigo, quiera Anja ayudarme o no, ella fue la que eligió vivir en el mundo exterior—Gaduol se puso de pie retando de esa manera a su padre.
    —Emperador Ratsel este es el momento adecuado la joven no opondrá resistencia— intentaba persuadirlo Senta
    —Si ella está de acuerdo entonces porque no vas tu solo Gaduol—
    —Padre con o sin su permiso voy a ir, yo la elegí y tú me la regalaste—
    —Tus métodos no me gustan, Gaduol ella no puede vivir en este lugar, en cuanto ponga un pie en este lugar seria absorbida por la oscuridad—
    —Se equivoca en eso emperador, la señorita Rin puede vivir en este lugar una vez que ella decida retirarse el medallón que Anja le dio—
    —Medalla ¿Qué cosa exactamente le dio Anja a esa humana?—
    —Le dio el medallón placentino, usted excelencia debe saber que ese artefacto ahuyenta al cazador de las sombras, por lo que esa niña no a perecido—
    ­—Padre se acabo esta conversación no vine a pedirte permiso, vine a informarte que es distinto, así que dentro de tres horas partimos al imperio del Oeste estés de acuerdo o no— y saliendo a toda prisa ondeando su capa guinda el joven rey puso punto final a ese capítulo; mientras en su próxima parada Jaken tomo temerosamente el cuerpo de Rin, la giro y saco de la tina donde la chica no reacciono.
    —¡NO¡ TU NO RIN—Grito Adelfried corriendo hasta el cuerpo de la joven, en esa posición el comenzó a hacer presión en el pecho del desnudo cuerpo, Rin comenzó a toser y arrojar agua por la boca, al terminar esa acción ella respiraba de manera casi normal, mas no despertó. Adelfried quito su capa de sus amarres y cubrió el cuerpo helado de Rin.
    Adelfried coloco cuidadosamente el cuerpo de Rin en la cama, lo cubrió con varias cobijas y Jaken prendió la gran chimenea de la habitación.
    — ¿Que prendes?, que Rin este inconsciente no quiere decir que yo no me encuentre aquí— se espanto Jaken al ver como Adelfried se despojaba de sus ropas quedando solo en pantalón.
    —No pienses mal Jaken solo intento hacer que el cuerpo de Rin recobre su calor y así despierte más rápido— el joven yukai se metió debajo de las sabanas y abrazo el cuerpo helado de Rin. Jaken por su parte puso cara de fastidio al ver el medallón colgante en la mano de Rin y esa imagen no le gustaba por lo que salió hacia el despacho de su amo; al llegar a la gran habitación se encontró con la puerta cerrada, al parecer llevaba horas de esa manera, Sesshomaru estaba sentado en un gran sillón con la cabeza recargada y su atuendo desalineado, su cabeza había perdido la calma, su corazón era un mar de emociones con ganas de salir a flote los sentimientos ahogados hace años. Esta conmoción en su persona la causo un aroma a rosas de abril que a el le gustaba, pero hoy, desde que anocheció ese esquicito olor estaba mezclado con el de un hombre que él conocía y al que aborrecía por ser aliado de Anja. Además como si hubieran grabado con oro las palabras de Anja taladraban su cabeza: “te me tiste en la cama de Inuyasha”. Su mente jugó con las ilusiones y destrozando una botella de vino contra el muro vio a su Rin besándose con ese extraño.
    —“Mi Rin”…no ella no es mía, yo la deje libre, su vida ni su destino me pertenecen ahora, Rin eres libre…como el viento—
    —Amo bonito ábrame— tocaba Jaken pero nadie salía, por lo que se atrevió a entrar. Poso su mano verde en el picaporte temiendo por su vida, su pulso se acelero al máximo al girar la perilla y justo antes de que el pasador saliera de su amarre soltó la perilla. —Vamos Jaken no es tan difícil…uno dos y…—no termino de contar cuando la puerta rechino. Sesshomaru volteo violentamente dejando ver sus ojos enrojecidos.
    —Lárgate Jaken— el aura demoniaca del Lord se podía sentir.
    —Pero amo, Rin esta desnuda con Adelfried—esta afirmación hizo enloquecer al Lord esas palabras eran como tener la asertividad de sus pensamientos. —A-M-O—
    —A mi ni me va ni me viene con quien se revuelque esa humana— Jaken tomo el camino seguro y salió en un santiamén del lugar.
    —Mi vida corría peligro—.

    La hora anunciada había llegado Ratsel vio desde su ventana a su hijo partir, grandes caballos con nubes en las patas iban justo detrás de el, quien montaba un murciélago gigante.
    —Ratsel ¿Por qué en vez de retarlo no lo apoyas?—
    —Gran Mudry, si Gaduol no hubiera cambiado, si su corazón no se hubiera manchado por la ambición y no se hubiera desquiciado por un amor desmedido, sabría que las decisiones que el toma son las correctas, pero ahora…Gaduol es distinto, no se qué piensa, no lo entiendo… a veces lo desconozco— Ratsel se sentó en su antiguo trono quedando de frente al consejero supremo de su familia e imperio.
    —Tal vez si no le hubieras impuesto a ese muchacho, Gaduol ni Anja hubieran tenido que competir por tu amor de padre—
    —No podía desampararlo, aunque él murió es mi hijo, medio hermano de Gaduol y Anja—
    —Estás seguro que él es tu hijo, bueno esa mujer tenía muchos—
    —Todos los tuvo después de que la tome a la fuerza, el primero de sus hijos es mío, Gran Mudry su energía espiritual no es humana—
    —Bueno en todo caso sería bueno que mires los calabozos y así podrás elegir al mejor candidato para ser tu verdadero sucesor, su progenitor bastardo o Gaduol—
    —Gran Mudry—
    —Me retiro emperador… tengo cosas que hacer, pero piénsalo… Tu bastardo o tu legítimo heredero—El consejero se desvaneció de la misma forma que apareció.
    —“Que hiciste Gaduol, que hiciste”— Pensó el gran emperador sentado y recargado en su brazo izquierdo, camino cansadamente hasta su cuarto y se poso de frente a un enorme retrato, quito de su mano derecha una argolla y tomo una especie de relicario.
    —Galia esposa mía perdóname pero ya tome una decisión aunque me pese—el gran Ratsel salió directo a los calabozos y se sorprendió al ver las torturas impuestas por el príncipe Gaduol. Camino observándolo todo, impregnándose del dolor ajeno.
    —Mi señor Ratsel—Una voz familiar, llena de dolor llego hasta los oídos del asombrado emperador.
    —Viveka tú qué haces aquí— el viejo se tomo de los barrotes incandescentes para forzarlos a darle paso. Sin dejar de ver las marcas rojas en el cuerpo de Viveka, ella estaba atada a una especie de dragón con picos que salía y entraban del cuerpo de la joven, además de que sus ropas estaban desgarradas. En sus pechos existían marcas de dientes y sus pezones destrozados, su sexo se encontraba visible estaba tan lastimado de los constantes abusos que aun sangraba, en sus muslos moretones y quemaduras se dejaban ver.
    —El joven Gaduol me encerró y me acuso de traicionarlo— Viveka tenía un ojo cerrado debido a las golpizas que recibía, la sangre seca aun escurría de su boca y orificios nasales. —Ayúdeme se lo suplico, alteza por favor— Ratsel desenvaino su espada y rompió los amarres, sosteniendo el cuerpo de Viveka. La recargo en la pared mientras él se quitaba su abrigo y se lo colocaba a ella.
    —Emperador Ratsel esto va en contra de las convicciones del príncipe Gaduol— Cayendo en forma de gotas se formo el cuerpo del Gran Mudry.
    —Y estos son crímenes que condenan al mismo príncipe al vechnyĭ koster (vechni coster) —
    —Yo jure ante mi tumba humana servir y velar por Gaduol, aunque eso signifique ir en contra de usted— una gran oscuridad cubrió el pasillo y lo dimensiono a otro lugar.
    —¡Ratsel¡— Grito Viveka al ser empujada por el dueño de ese nombre, cayó de espaldas pero al voltear ya no estaban ni Ratsel ni Mudry.

    que tal, que les parecio, espero saber de ustedes pronto besos
     
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  11.  
    Ashtort

    Ashtort Iniciado

    Leo
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    Hola, esto me dejo en suspenso, una que Rin este inconciente, otra que el tonto de sesshomaru piense que Rin es una cualquiera antes de preguntar lo que realmente sucedió, y otra que ratsel tenga un hijo ilegitimo y que tenga que ponerle un alto a su hijo que si se paso con vivetka, ahora que hará gaudol con Rin? Espero el otro capitulo, te agradezco haberlo subido bye
     
  12.  
    brownie

    brownie Entusiasta

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    hola me emociona que hayas comentado, pero me encantaria saber el ¿Por que te dan miedo?; en primera soy novata y dos no se mi cabeza es muy extraña pero tanto¡¡ jajaja ojala puedieras responder pronto. besos
     
  13.  
    brownie

    brownie Entusiasta

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    Eterno anochecer

    Capitulo 7

    Viveka no dejaba de sobar sus piernas y bailar sus ojos, su mente estaba confusa, sin querer el llanto salió por sus ojos.
    —Viveka que haces aquí, si el amo se entera te mata en este mismo instante— una mujer delgada vestida como guerrero se arrodillo donde Viveka.
    —Ryoko… tengo miedo—
    —Viveka que paso, porque traes esto puesto—
    —El rey Ratsel…—Viveka apenas podía hablar, su torcida realidad la engañaba.
    —Viveka no te muevas deja llevar esto a Inuyasha y regreso—
    —Inuyasha, si Inuyasha— Viveka se paro olvidando casi por completo su condición y recorrió los pasillos de las celdas hasta llegar al último piso donde estaba un hanyu encadenado. —Anda Ryoko abre ya— la segunda mujer obedeció a la primera sin chistar, se conocían hace años y Ryoko respetaba a Viveka por su espíritu aun puro a pesar de las bajezas sufridas. En cuanto la cancela cedió Inuyasha reconoció el rostro dañado de Viveka.
    —En verdad eres tú, di que no estoy soñando otra vez—
    ­—No Inuyasha soy Viveka, vine por ti. Si vas a liberarme necesito ayudarte— Ryoko tenía su mano en la cintura y la cabeza baja, acababa de comprender la buena amistad de esos dos. Viveka tomo una piedra e intento liberar de los grilletes al hanyu.
    —Que haces Viveka— Ryoko tomo por el hombro a Viveka deteniendo su labor. —No puedes ayudar a un prisionero, eso es alta traición—
    —Si no vas a ayudar no estorbes idiota— Intervino Inuyasha ganándose la mirada de Ryoko
    —Gracias Ryoko pero no es necesario que te condenes conmigo—Ryoko soltó a Viveka y dejando salir un gran suspiro, la hizo a un lado.
    —Gaduol no está, si queremos escapar con vida de aquí debemos hacerlo rápido— Ryoko saco de sus caderas una daga plateada y arremetió en contra de los grilletes que no tardaron en soltar a su prisionero que rápidamente tomo su forma original.
    —Viveka jamás mencionaste que era un demonio—
    —No sabes muchas cosas Ryoko— Viveka soltó una risilla burlona y su rostro paso de alegría a un quejido, que se torno en dolor.
    —Viveka— la joven se desplomo en los agiles brazos de Inuyasha.
    —No morirás aquí te lo juro. Tu si estas de nuestro lado ¿Cómo salimos de este lugar?— dijo Inuyasha acomodándose en la espalda a la joven herida. Ryoko observo por unos segundos al hanyu y su amiga, en los ojos de los dos brillaba la esperanza y eso la alentaba a ella también.
    —Si morimos por lo menos lo habremos intentado, Inuyasha, Viveka confía en ti y por eso te debo respeto…vámonos— los tres emprendieron el viaje hacia su verdadero destino. Corrieron hasta la habitación de Gaduol. Ryoko destrozo de una patada la gran cama donde aparecieron unas escaleras.
    —Andando este portal no durara mucho— bajaron por las escaleras corriendo nuevamente, codo a codo hasta la pequeña puerta de madera que Inuyasha destrozo sin dificultad alguna. Al salir una arena negra era su nuevo piso.
    —Ya estamos a salvo, este desierto no deja ver ningún aura demoniaca ni de lucha—
    —Gracias Ryoko— pronuncio Viveka intentando sonreír.
    —Viveka tu me diste la fuerza que yo anhelaba para seguir, pero yo hasta aquí llego, lo que les pase de aquí en adelante no es de mi interés— Inuyasha y Viveka vieron la espalda de Ryoko alejarse de ellos en medio de las dunas y remolinos negros. Viveka saco de su pecho un pequeño animal de papel y lo arrojo al suelo, después corto su mano con su boca y dejo caer unas cuantas gotas de su sangre y el papel tomo forma clara, un pájaro blanco.
    —Así llegaremos más rápido—los dos montaron y comenzaron su travesía.

    Aun mareado y con desconcierto Ratsel se encontró en un terreno abierto lleno de pastizales y varios soles iluminando el lugar.
    —Ratsel ya no me estorbaras más, ni interferirás en mis planes—
    —Gran Mudry donde estamos—
    —En un mundo que yo mismo cree, aquí soy amo y señor—
    —Desde que llegaste a mi casa Gaduol cambio, pasaba mucho tiempo contigo y se volvió tu títere—
    —Y aun no has visto nada Ratsel, el espectáculo principal aun no ha comenzado, es una lástima que no estarás para ver caer a tus hijos, su reinado termino—
    —Eso es pretencioso de tu parte no crees— el emperador se le fue encima a Mudry quien hábilmente esquivo los ataques.
    —Ya eres muy viejo para esto, Ratsel dale paso a las nuevas ideas— una bola de energía alejo al viejo. El gran Mudry mostro por primera vez una de sus manos descarnadas con la que retiro la capucha que siempre lo cubría. Rápidamente su cuerpo deteriorado absorbió todo el ambiente regenerando su cuerpo en el de un hombre joven de cabello largo en media coleta y algo rojizo, su piel pálida ante sus ojos carmesí y una ropa oscura pegada a su buen formado cuerpo.
    —Por fin dejas ver tu verdadero rostro engendro— Mudry escucho a Ratsel con los ojos bien abiertos lanzando su cabello para atrás y de su espalda una alabarda desenfundo.
    —Te sientes tan seguro por tener esa reliquia— una alabarda plateada con empuñadura cubierta de un listón rojo ondeando largos mechones negros.
    —Sora me da el poder de resurgir de las tinieblas a las cuales me condenaste un día Ratsel—
    —Laphine amigo creí que por fin habías cambiado, mataste no solo a mis padres por poder, también a tu único hermano para mantenerte joven… ¿Cómo es que no me di cuenta de tu presencia?— cada palabra hacia enfurecer a Laphine, que veía desde las alturas a Ratsel sentado en el piso.
    —Ratsel ni tu ni yo fuimos hijos de Doroteya, pero si crecimos como hermanos, fuimos entrenados juntos, debí ser yo su sucesor, era más fuerte, más hábil, soy mucho mejor que tu—
    —Si eras todo eso, pero querías gobernar no solo el Orco, también la tierra y por eso ella me pidió matarte, pero no pude por eso te encerré en esa prisión— la esfera de energía había traspasado un costado de el abdomen del emperador, la sangre brotaba quitando los últimos suspiros de vida del rey.
    —Resulta que ahora te debo la vida, no te creo nada “amigo”, te estorbaba y me engañaste, la mesada donde me dejaste no volverá a ser mi hogar, tu morirás aquí y ahora y tu espíritu vagara en este lugar viendo como destruyo todo lo que construiste, eso incluye a tus hijos y tu bastardo— Laphine tomo su espada y la clavo en el pecho de Ratsel, sus piernas abiertas en su cinturas se fueron inclinando sin sacar el filo del corazón del rey. —Ratsel mira este será tu lugar…Ratsel per…—el viento soplo y las manos de Ratsel que se encontraban en el filo de la alabarda cayeron sin vida, y su rostro dibujo una sonrisa con sus últimas palabras, mientras las gotas de lluvia comenzaron a caer, rápidamente el agua se mezclo con la sangre y la volvieron un pequeño rio corriendo. Laphine miro como uno de los soles se oscureció y se tiño de rojo. La lluvia se detuvo rápidamente y Laphine volvió a su antigua forma pero ahora usaba una especie de bastón con una esfera oscura donde se encontraba el alma de Ratsel, testigo de una nueva era como la llamo Laphine.

    La noche aun no terminaba le faltaba mucho, Sesshomaru se canso de sus propias pesadillas y salió de la habitación con rumbo a la de Anja, su rostro esta vez dejaba ver varias emociones. Abrió bruscamente y azotó la puerta al cerrarla.
    —Anja explícame que es eso de que Rin se metió con Inuyasha— pero Anja levanto la cabeza con una mueca de dolor y sus manos aferradas a las cobijas, respiraba tan dificultosamente que sus cejas se arqueaban. Sesshomaru se acerco a la cama y le quito las cobijas, estaba sangrando.
    —Lo estoy perdiendo—
    —No Anja tranquilízate— Sesshomaru tomo a su esposa y se la llevo a la enfermería donde un doctor yukai rápidamente la atendió. Le aplico un sedante ligero y quedo en la camilla, donde siguió atendiéndola.
    —Señor Sesshomaru despreocúpese la criatura aun se mueve—Sesshomaru se recargo en la pared y luego se sentó a un lado de su mujer acomodando su cabellera dorada detrás de su oreja.
    —Anja no puedo odiarte llevas dentro de ti lo más preciado que ahora tengo…mi cachorro— Un destello ilumino el jardín y una presencia muy fuerte estaba de frente a él en escasos segundos.
    —Que hermosa escena…no creí que fuera tan sentimental Lord del Oeste, es un placer conocerle— El enemigo llego de improvisto, sin decir agua va, Sesshomaru solo se limito a verlo temiendo por la vida de un hijo que aun no nacía.

    espero que comenten y me "digan" que les parece.
    gracias por leer
    besos.
     
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    brownie

    brownie Entusiasta

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    Eterno anocecer

    Capitulo 8

    Inuyasha y Viveka lograron llegar hasta la salida del Orco, un bosque de arboles blancos y un cielo gris donde molles de masa lo surcaban, una cascada purpura salpicaba a los pasajeros del pájaro.
    —Cuando la cascada se invierta podremos cruzarla— Inuyasha miro a Viveka intrigado. —Cuando la cascada se invierte la rueda del destino se detiene y se rescribe, si lo hacemos ahora renaceríamos al menos en tu caso—
    —¿Por qué solo yo?—
    —Yo aun no he muerto, al ser traída a este mundo viví una muerte ficticia y por lo tanto puedo estar aquí sin envejecer y sin importar cuánto me lastimen no me pueden matar—
    — ¿Muerte ficticia?—Pregunto Inuyasha levantando una ceja.
    — Mira mi alma fue retirada de mi cuerpo, una habilidad que los señores infernales poseen pero está prohibida usarla en este mundo, es como estar dormida permanentemente, mi cuerpo humano fue traído y reanimado—
    —Y tu alma, que pasara contigo en la tierra—
    —No lo sé, cuando se termina el tiempo somos arrojados a la rueda del destino, y si piso el mundo real tal vez muera y mi alma se pierda para siempre… pero no te preocupes, vamos cambio el curso—Se introdujeron en la cascada hasta que un resplandor los cegó. El mundo exterior se abrió ante ellos, la noche brillaba como nunca, el pasto se ondeaba ante los recién llegados y la luna en cuarto menguante era su anfitriona.
    —Es tan hermoso tal como lo recordaba—Viveka se deslumbro ante el mundo que un ella habito, avanzaron un poco y el pájaro de papel se desvaneció e Inuyasha la tomo y cayeron al piso sin lastimarse.
    —Estas bien Viveka— La mujer contenía su llanto y sentada en el pasto con sus manos arranco algunas hierbas.
    —Inuyasha me duele, ¡me duele¡… los colores se desvanecen, los aromas no están ¡ha me duele me duele ha¡ Inuyashaaa— Viveka se acurruco en su cuerpo el dolor era insoportable y llego de repente, Inuyasha observo que ella se tocaba la espalda y un olor a sangre comenzó a emanar manchando su ropa. Cuando retiro la ropa de esta, hoyos literalmente surcaban su espalda esa era la causa del dolor de Viveka.
    —Viveka esto no lo tenias— y del cielo llego un haz de luz azul que cubrió el cuerpo de la joven poco a poco se fue desvaneciendo el resplandor quedando desnuda solo cubierta por el abrigo de Ratsel. Viveka se sentó en el pasto y vio a su alrededor, toco sus mejillas y vio sus manos como si fuera la primera vez. Todas sus heridas excepto las marcas en su espalda que aun sangraban habían sanado.
    ­—REGRESE, Inuyasha regrese, el dia que yo fui arrastrada al infierno estas marcas en mi espalda fueron hechas, Inuyasha siento tu calor, ¡Estoy viva¡— Los dos se abrazaron y el la ayudo a ponerse en pie, se quito la parte superior de su kimono y se lo coloco para cubrirla, de esa manera siguieron su camino.

    El castillo del lord del Oeste rápidamente se impregno de olor a azufre, los soldados de ambos bandos defendías los ideales de sus respectivos amos. Unos desde el cielo y otros en tierra.
    — ¿Quiénes son ustedes?— Pregunto Sesshomaru anteponiéndose a la adormilada Anja.
    —Mi nombre es Senta y vengo de parte del infierno, se le acusa de robar almas—
    —¿Almas? ¿Quién me acusa estúpido? Y lo mas importante tu me vas a detener— Sesshomaru dejo ir su látigo en contra de Senta, este respondió con un báculo deteniendo el avance del látigo.
    —Muy interesante pero no lo suficiente— Senta transformo el báculo en una espada que podía cambiar de forma según su voluntad. Cambiaban ataques una y otra vez, chispas salían y las espadas se destemplaban. —Se nota que eres un príncipe, aunque algo descuidado— Senta alargo uno de los picos de su arma en dirección de Anja, pero su curso lo detuvo un antebrazo de Sesshomaru.
    —Príncipe Sesshhomaru que estúpido es yo jamás lastimaría a la señorita Anja, querida hermana del Príncipe Gaduol—
    —Tienes la lengua muy larga— Sesshomaru regenero la herida y volvió al ataque con más fuerza, haciendo ceder a Senta. Senta era la distracción y estaba haciendo un trabajo excelente, mejor no se podía Sesshomaru no se había percatado del verdadero enemigo. Mientras unos ojos miraron a la pareja en la cama e hirvió de celos la sangre de Gaduol.
    —¿Qué desea príncipe Gaduol?— el primero en hablar fue Adelfried poniéndose de pie, ante la mirada cazadora del príncipe.
    —Quien te dio permiso de estar ha lado de mi mujer—
    —No sabía que era tu esposa, para mi es una mujer libre y te llevo ventaja—Adelfried hablaba soberbiamente provocando la ira de Gaduol que comenzó la lucha mano a mano. Adelfried contenía su fuerza para no perturbar la paz de Rin. Sesshomaru y Senta salieron de la enfermería para no lastimar a Anja, ya estaban en sus formas demoniacas uno en forma de perro blanco y el otro negro, se mordían y sus gruñidos hacían temblar el lugar.
    Rin podía escuchar todo e intentaba despertar pero no podía.
    —Eres fuerte lo reconozco, pero eso no te quita lo imbécil— Pronunciaba Gaduol intentando acercarse a Rin.
    —No olvides que somos familia y estoy aquí para proteger a Anja incluso de ti—
    —No es la forma de hablarle a tu hermano y mucho menos a tu señor—
    —Entonces Gaduol respétame que soy mayor que tu— Los dos volvieron a la pelea pero a diferencia de Gaduol los ataques de Adelfried se volvieron lentos e incluso torpes, de un solo gancho cayo y a sus pies Gaduol con las garras en la garganta de Adelfried. Gaduol dio un brinco hasta donde estaba Rin al ver a Anja sostenida del marco de la puerta.
    —¡Basta los dos¡—Anja no dejaba de llorar, por lo que se le acerco Adelfried. —Somos hermanos deberíamos estar apoyándonos no destruyéndonos entre nosotros—
    —Cálmate Anja no te hace bien— Adelfried la ayudo a ponerse de pie. Gaduol esquivo la mirada de Anja, la quería demasiado como para verla sufrir.
    —No interfieras Anja…tu no ¡maldita sea¡ tu no— Gaduol empuño las manos y Anja camino hasta donde Gaduol tomando sus manos.
    —Gaduol ¿Qué nos paso? Estas destruyendo mi casa, mi familia, mi vida, y todo por una mujer que ni siquiera te conoce, a ti no te importa sobre quien estas pasando para lograrlo—Gaduol tomo las manos de Anja y las beso.
    —Perdóname eres lo que más quiero, siempre fuiste tan frágil, pero no estoy encaprichado yo la amo, ella es mía, me pertenece, es tan difícil de comprender, no pienso compartirla ni siquiera con mi hermano mayor—
    —Gaduol esta obsesión te está matando—Anja coloco su mano en la mejilla de su hermano pero Jaken intervino, supero su miedo y por primera vez actuó por cuenta propia.
    —Rin es libre, ella no le pertenece a nadie, déjenla en paz… Báculo— Gaduol cubrió a Anja con su capa para protegerla.
    ­—Maldito monstruo verde nadie pone en peligro a Anja mientras yo viva— Gaduol corrió y tomo por el cuello a Jaken que nada pudo hacer, el no era rival para Gaduol. Adelfried intervino tomando el brazo de Gaduol.
    —Suéltalo el no tiene nada que ver—
    —Ahora defiendes a esta gentuza— Los dos hermanos se vieron a punto de matarse pero de repente Adelfried salió volando por los aires cuando Gaduol vio que Jaken intento llevarse a Rin, tomo su espada y la detuvo ante el temeroso sapo.
    —No lo mates por favor hermano— Anja estaba justo enfrente del filo de la espada.
    —Anja solo por hoy perdonare que te enfrentes a mí, no correrás con la misma suerte en otra ocasión, si interfieres te asesinare sin piedad— Anja volvió a llorar tapando su boca.
    —Deja que se la lleve Jaken, el ya no es mi hermano, el es un monstruo que yo desconozco— Gaduol tomo en brazos el cuerpo de Rin, le dolieron las palabras de Anja.
    —Anja por tu hijo—intentaba redimirse Gaduol.
    —Vallase de mi casa Principe Gaduol ¡lárguese ya¡—Gaduol paso saliva y salió del castillo donde Sesshomaru y Senta se pararon en seco.
    —Alteza Sesshomaru lo siento pero jugaremos en otro momento— Senta bajo a lo que quedaba del jardín. Los dos tomaron a sus respectivas bestias y surcaron nuevamente el horizonte. En forma de enana Sesshomaru intento seguirlos pero la voz de Gaduol lo hizo recapacitar.
    —Sesshomaru preocúpate de lo que más te importa— Sesshomaru se detuvo viendo el rostro de Rin alejarse, el lord uso su velocidad y fue con Anja que era sostenida por Jaken.
    —Amo perdón no pude hacer nada por la chiquilla—
    —Como esta Anja— La sangre salía a borbotones, era evidente ella había perdido al niño en su vientre.
    —Sesshomaru lo perdí y fue mi culpa—Anja se abrazo de Sesshomaru llorando y con la mirada perdida, el se encontraba más serio de lo normal.
    —“Mi hijo murió y se llevaron a Rin todo esto está mal”—

    Anja estaba inconsolable, Sesshomaru devastado y Gaduol sintiéndose el ganador absoluto.
    La verdadera contienda se dejo sentir.
     
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    brownie

    brownie Entusiasta

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    1694
    Eterno Anochecer

    Gracias a todos por leer y darse tiempo de comentar, este capitulo es para personas mente abierta. Contiene violencia no apta para todos aunque me medi en el uso de la misma. No los entretengo mas y espero que sea de su agrado.

    Capitulo 9

    Sueños de Kagome

    Una cabaña que apestaba a animales muertos, la fachada contenía cuchillos de cazador y cueros de yukai, incluso unos aun se quejaban.
    — ¡Ayúdenme¡— Kagome reconoció la voz de Rin que se quebraba de dolor en su lastimera suplica, y corrió para auxiliarla, al abrir la puerta la chiquilla estaba atada a una rueda de madera gigante, totalmente desnuda y con marcas de tortura por todo su cuerpo, pero lo más sorprendente fue el tatuaje en la espalda de la joven, un jeroglífico extraño que fue tallado en su piel y antebrazos de donde escurría la sangre carmesí de la chica, los pedazos de tejido epitelial aun se encontraban regados en el piso y en el cuchillo que sostenía su agresor. Conforme levanto su vista horrorizada vio que sus muñecas fueron cortadas en zigzag y el liquido vital era detenido por hilos que provocaron un color morado en sus manos; sus piernas se encontraban dislocadas por la parte de las rodillas y marcas de agujas en toda el largo de sus piernas. El causante de semejante atrocidad era Inuyasha. Ella le hablaba pero el parecía ignorarla, nadie podía verla y observo como él se le acerco y con sus dos manos tomo los pechos de Rin oprimiéndolos de tal forma que parecía querer arrancarlos y enseguida hurgo con su mano en la intimidad de Rin, la pobre no dejaba de llorar ganándose que Inuyasha fuera a la especie de chimenea y tomara un hierro caliente con el que la marco como si fuera ganado en el vientre. Una media luna también fue marcada de la misma manera en su pecho.
    —No llores Rin de esta manera siempre serás mía— el hanyu beso a su prisionera mordiendo su labio inferior y desgarrándolo, se volteo saboreando aun el sabor a hierro. Tomo de un estante una pala de madera y la dejo ir en contra de las piernas y glúteos de Rin, haciendo énfasis en las marcas recién hechas, Kagome vio como arremetía una y otra vez hasta hacerla sangrar. Con sus garras la descolgó dejando que ella cayera como si fuera un costal, de una patada la coloco boca abajo y la hizo suya, introdujo su hombría en la intimidad de Rin que no dejaba de ansiar su muerte mas que la salvación. Inuyasha la penetro de manera cruel encajando sus garras en las caderas de ella provocando que esta apretara aun más sus dientes al sentir al extraño y de vez en cuando mordía la espalda de la chica. Kagome estaba horrorizada y de rodillas en el suelo al no poder hacer nada, la impotencia que la invadía la mantenían congelada y pegada al piso.
    —Kagome ¡Despierta¡— otra voz le hablo haciendo que saliera de su estupor.
    —Kikio— Kagome limpio sus lagrimas y se levanto temblando.
    —Salva a Rin de Laphine, libera su poder, solo tú puedes hacerlo—
    — ¿Cómo?— la sacerdotisa muerta se le acerco pasando por el cuerpo de Rin que aun se encontraba en el piso retorciéndose del dolor.
    —Aun no es tarde, aun no comprendes el porqué Naraku la quería muerta—
    — ¿Naraku? Que tiene el que ver con todo esto—
    —Nada Kagome, solo que ella tiene un poder escondido, un poder superior al mío o al tuyo, solo que jamás fue entrenada y para evitar que ella sola se matara selle sus poderes. Si no puedes detener las ambiciones de Laphine libera esos poderes— la sacerdotisa maldita comenzó a desvanecerse.
    —Espera Kikio quien es Laphine—
    —Kagome no cometas el mismo error que yo, no desconfíes de Inuyasha, refléjate en mi espejo, aprende de mi muerte— Kagome siguió observando como la chiquilla era torturada, entre las cosas de la cabaña vio un arco y flechas los tomo y disparo directo a Inuyasha, la imagen se desvaneció y dio lugar a un hombre que ella no conocía.
    —Inuyasha… tu no eres Inuyasha—Kagome soltó el arco y salió corriendo, todo lo que veía se iba distorsionando, corrió hasta llegar a un acantilado —Inuyasha ¿Dónde estás?—
    Fin del sueño de Kagome.

    —Esta es mi aldea, ha pasado mucho tiempo desde que me fui—Inuyasha se encontraba enfrente de la choza de Kaede, tenía miedo no veía a Kagome pero si podía sentir varios aromas y entre ellos uno desconocido.
    —Inuyasha se fuerte por lo que me has contado aun hay tiempo el ritual debe llevarse a cabo en luna nueva… tu esposa aun puede ser salvada—Viveka tomo la mano de Inuyasha, ahora llevaba un traje de guerrero que consistía en un pantalón pegado oscuro y un blusón hasta sus rodillas. Los dos entraron y escucharon el llanto de un bebe. Inuyasha sintió que su corazón se paralizo y camino hasta el cuarto de donde provenía ese sonido.
    —Sango — la exterminadora se puso de pie y cubrió al niño. —Ese es mi hijo—
    —Eso debiste pensarlo antes de largarte con esa mujer— Sango se arrincono cerca de la ventana y miraba de arriba abajo a Viveka.
    —Kagome ella ¿Dónde está?—
    —Te importa—Sango lo miraba despectivamente.
    —Inuyasha es ella Kagome— Viveka le hablo desde la habitación adjunta. Al verla hay parecía dormida, aunque ella no acostumbraba dormir tanto y su vientre ya no estaba abultado. —Ella fue atacada por chouguack — Inuyasha tocaba el rostro de su mujer inmóvil, no había pasado tanto tiempo y muchas cosas habían cambiado.
    —Inuyasha regresaste—Kaede se sorprendió al verlo junto a la sacerdotisa.
    —Viveka como puedo ayudar a Kagome—
    —En la noche la llevaremos a un lago hay comenzare el ritual para atraer al chouguack que la embrujo, si lo destruyes ella podrá salir de su propia mente—
    —Anciana mi hijo ¿Donde está? ¿Qué paso con él?—Kaede tomo al niño y se lo entrego a su padre.
    —Aun no tiene nombre, es un niño sano y se parece a tu hermano mayor—Inuyasha lo tomo y recargo su frente en el niño, estaba tan feliz de poder verlo y tocarlo. Esa paz en su corazón era reconfortante, tomo la mano de su pequeño y este abrió sus ojos dorados y esbozo una sonrisa. Ese era el momento más bello para Inuyasha pero noto algo la esencia de Rin no estaba.
    —Anciana Kaede ¿Rin?— Kaede se sorprendió al ver la mirada de los recién llegados.
    —Contesta anciana es de suma importancia—
    —No lo sé Inuyasha, al parecer se fue a ver a Sesshomaru—
    —Está segura anciana, esa chica corre peligro igual o más que esta— Viveka aun no revelaba todo lo que sabía y necesitaba amarrar los cabos sueltos. Kaede guardo silencio, desde lo acontecido las últimas semanas Rin paso a segundo término. —Inuyasha necesitamos saber donde esta esa chiquilla, podría ser la única forma de terminar con Gaduol, se que algo malo le paso al amo Ratsel y no podremos contar con el…Inuyasha— El hanyu beso la mejilla de su primogénito para después entregarlo a Sango, quien parecía no estar feliz. Por su parte Miroku estaba en un rincón intentando entender todo.
    —Señorita antes de buscar a Rin, Kagome debe volver, su poder es necesario— Viveka acento con la cabeza y les dijo lo que necesitaría para su plan. La tarde aparecía y cerca del abismo un cuerpo fue arrojado. Y dentro del abismo en el palacio Granel; Rin estaba recostada en una gran cama circular, tenía un vestido en color guinda que caía por sus hombros y la cubría hasta los pies.
    —Rin ahora eres ama y señora junto a mí, la mujer más hermosa que he visto y eres mía, me perteneces— Gaduol paso su mano desde el sexo de esta hasta su barbilla la cual tomo y beso hasta llegar a la boca de Rin que dormía profundamente. Gaduol fue a ver a Mudry, el fue el único en apoyarlo en robarse a Rin.
    Ya entrada la noche Rin despertó algo aturdida, le dolía la cabeza y sentía nauseas.
    —Adelfried… háblame—Rin se sentó intentando reconocer algo, su cabello olía a lavanda y noto que su vestimenta era distinta se encontraba en una habitación muy espaciosa y lujosa. Cerró por un momento sus ojos y trato de recordar todo lo vivido con anterioridad.
    — ¿Dónde estoy?... yo debería estar muerta— Rin tocaba su cara intentando aclarar mas sus ideas, pero su esfuerzo era en vano, aun tambaleante se puso de pie y recargada en los pilares de la cama dio algunos pasos.
    —Ya despertaste…bienvenida a tu nuevo hogar— Gaduol hizo su entrada con mucha confianza.
    —Tu ¿Quién eres?—Rin volvió a marearse y estuvo a punto de caer, pero como si fuera una muñeca de trapo Gaduol la tomo por la cintura y la espalda pegándola lo más que pudo a él.
    —Soy tu amo y señor, dueño de tu vida y de tus pensamientos, ahora tu destino me pertenece y caminas junto a mí este sendero de odio y traición— Gaduol le dio un beso en la boca mientras ella apretó sus ojos, dos grandes lágrimas salieron de ellos, recorriendo sus cachetes y desvaneciéndose en su pecho.

    Que les parecio? espero que coemnten y me digan que les gusto y que no, todo se vale y lo importante es mejorar. besos
     
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    yuebella

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    La verdad me parecio muy interesante toda la historia, el hecho de que Sesshomaru no quiera a Rin cerca creo que significa que siente que ella es su debilidad (x3). Pero el sueño que tuvo Kagome donde maltrataban a Rin me parecio... e_o. La verdad no vi ninguna falta de ortografia aunque no soy la mas indicada para decirlo xD.
     
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    elizabeth wolf

    elizabeth wolf Entusiasta

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    me encanto tu historia realmente lo narras muy bien, espero que el próximo capitulo ahondes más en está relación que empieza a la fuerza=) espero que kagome se salve y que bueno que inu no tubo nada que ver con lo que le paso a rin lo que significa que cuando sessho se entere la sanguijuela del infierno va a conocer un verdadero infierno ( nadie es mejor que mi sessho para eso jajajaj) bueno espero que puedas avisarme de la conti gracias por compartir con nosotros está maravillosa historia
     
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  18.  
    brownie

    brownie Entusiasta

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    ETERNO ANOCHCECER

    Capitulo 10

    Flash back
    —Para que deseas más poder Sesshomaru— esa fue la última vez que hablo con su padre, la nieve cubría el paisaje y una guerra se podía ver desde el acantilado.

    —Aquel que desea empuñar a Tenseiga debe tener un corazón compasivo para salvar mil vidas y enviar a sus enemigos al mismo infierno—su madre hablaba de lo que dijo un día su honorable
    Padre.

    —Sesshomaru no podrás protegerla por siempre, aunque he sellado gran parte de su poder, este tarde o temprano la consumirá— Kikio hablo mientras se alejaba de la presencia del Lord.

    —El medallón florentino hará que el cazador se aleje de ella mientras lo tenga puesto, si lo deseas cásate conmigo y dame un heredero… esa es una de las condiciones que pone la señorita Anja para dejar que Rin goce un día mas de vida—Esa fue la primera vez que Sesshomaru se encontró con Adelfried.

    —Sesshomaru toma, ahora aléjala de tu vida, bórrala de tus pensamientos, elimínala de tu corazón y si un día fallas. Te juro por mi vida que ella y tú conocerán el verdadero infierno, uno que sufrirás mas tú te lo aseguro— y con un beso los dos sellaron sus destinos y el aseguraba la vida de Rin.
    Fin del flash back

    —“Rin todo lo hice por ti… tu derretiste el tempano en mi corazón con tu cálida sonrisa, cambiaste todo mi mundo… Rin tu, yo…”— Parado de espaldas a Anja el gran señor recordaba tantas cosas. Por un momento Anja lo miro, un ser tan perfecto, derrumbado por una simple humana.
    —“No deja de pensar en ella” Sesshomaru—Anja abrazo la espalda de Sesshomaru, perder a su hijo le dolía tanto como la indiferencia de su esposo. —Sesshomaru no se que pienses, pero no voy a ayudarte a salvar a otra mujer, entiéndelo ella está fuera de alcance, siempre ha sido de Gaduol, el la eligió desde el día en que ella vio por primera vez la luz del sol— Sesshomaru la miro de soslayo y zafo su amarre para caminar hasta la puerta, su pesadez se lograba ver.
    —Descansa no debes agitarte— Anja se poso en sus dos manos sobre una pequeña cómoda, su cabello caía cubriendo su cara y unas cuantas lagrimas se colocaron en sus manos.
    —Yo soy tu esposa y eso nada ni nadie lo va a cambiar… Rin jamás debió regresar…Sesshomaru nunca óyelo bien, nunca te dejare libre—La mujer yukai lloraba tocando su vientre vacio.

    —No te gusto mi beso, es una pena porque esta noche te volverás mi mujer en cuerpo y alma— Gaduol paso su lengua por el pecho descubierto de Rin remarcando la media luna invertida, al hacer esto la marco punzo en el pecho de Rin causándole una sensación de opresión. La deposito en la cama y salió a toda prisa, Rin solo se limito a ver como partía. Recorriendo hermosos pasillos iluminados por candelabros de cristal y extraños que retratos adornaban esas salas llego hasta la habitación del Gran Mudry.
    —Gran Mudry la deseo, pero quiero que también sea consumida por la pasión que despierta en mí, tomarla a la fuerza como la vez anterior no me satisface—
    —Muchacho eso lo deberías de hablar con su excelencia Ratsel—
    —El no está y no aguanto más, necesito hacerla mía, sentir su interior— Una chispa brillo en los ojos del brujo y saco de su armario un incensario y le explico cómo usarlo, pero le pidió que fuera al día siguiente para que ella recobrara un poco mas de fuerza.
    Gaduol salió a arreglar algunos pendientes de su imperio dejando a Rin al cuidado del sabio. Cuando Rin lo vio se arrincono abrazando sus piernas en una esquina del cuarto.
    —Niña no pienso hacerte daño, dame tu mano ven— El hombre en su forma real extendió su mano y sus ojos carmesí la embrujaron, casi en automático ella se acurruco en el sin perder de vista sus ojos. —Yo te protegeré a cambio de que me sirvas—

    La noche volvía a hacer su arribo esta vez se intentaría algo diferente para Kagome sin la necesidad de la luna nueva. En medio de un ritual vikingo Viveka portando un traje blanco y colocando a Inuyasha en frente de la balsa encendió tres inciensos, los coloco en la parte alta de su peinado y con una daga atravesó una gallina oscura derramando la sangre del animal sobre el pecho de Kagome, pronunciando una oración y con la misma daga corto la mano derecha de Inuyasha y la izquierda de Kagome dejando que esta última se sumergiera un poco en el agua. La noche comenzó a refrescar y como si un volcán estuviera bajo el lago, esta perecía hirviendo concentrándose en Kagome que ahora se encontraba amarrada de muñecas y pies por unos hilos de luz provenientes de lo más profundo del agua. Viveka retiro los inciensos y de un brinco hundió a Kagome en el agua.
    —Tú eres Kagome, la mujer, la madre, la única dueña de sus pensamientos, el demonio puede adueñarse de tu cuerpo mas no de tu alma, ¡Kagome deja que tu alma brille sigue tu corazón él sabrá guiarte hasta tu verdadero hogar!—Viveka sintió por primera vez el corazón tibio de Kagome. Mientras que esta en una de sus repeticiones del sueño logro ver una marca diferente la siguió y llego una dimensión sin color, que parecía derretirse después de un tiempo, manchas de pintura se escurrían por las paredes y el techo. — ¡Kagome ¡— un circulo de luz salía desde el agua y en medio de este hilos oscuros lentamente se desvaneció el haz de luz para dar lugar a una luz oscura que comenzaba a tomar la forma de una sombra que no podía escapar de ese perímetro.
    — ¡QUIEN ME A CONVOCADO¡ COMO OSAN PERTURBAR MI PAZ— la sombra hablaba y causaba un escalofrió que se colaba hasta en los huesos de los más fuertes, incluso el miedo que se sentía provoco que Inuyasha sudara en frio.
    —Inuyasha… Inuyasha— Kagome dejo salir unas cuantas burbujas de agua y sus ojos por fin después de su gran letargo se volvían a abrir.
    PAGARAN CARO EL HABERME TRAÍDO HASTA AQUÍ—Inuyasha desenvaino su espada y se coloco en posición de ataque.
    —¡ ESTÚPIDO INSOLENTE ¡— la oscuridad lanzo uno de sus brazos rozando apenas al hanyu, un toque suficiente para oscurecer una porción del pecho de Inuyasha que ahora tenía una mueca de dolor dibujada en el rostro.
    —“Esta cosa es peligrosa”—Inuyasha paso saliva y apretó la empuñadura se su espada demoniaca.
    —Kagome despierta de una vez, tus temores son falsos ¡despierta¡—Viveka no podía despertar por completo a Kagome. Esa sombra atacaba sin dejar tregua; la noche le daba poder, y tras cada embestida su jaula de luz se desaparecía dejando al hanyu a su merced.
    TU ESPADA NO PUEDE ALCANZARME, TU FUERZA NO ES COMPARABLE, LO QUE AMAS SERÁ MÍO, Y YA QUE ME HAS CONVOCADO, TE MOSTRARE MI VERDADERO PODER, EL PODER DE UN CAZADOR DE LAS SOMBRAS— alzando sus manos al cielo el agua comenzó a formar un remolino ante un Inuyasha asustado de no poder hacer frente a esa gran amenaza. El cielo se torno de un color purpura y grandes relámpagos comenzaron a caer indiscriminadamente, el viento parecían navajas y un olor a muerte lleno el lugar. Viveka veía todo desde el fondo conocía el poder de esos monstruos creados por el odio de los humanos al momento de morir, pero nunca imagino que fueran tan fuertes. Un miedo irracional también la invadió a ella, se abrazo de Kagome que aun no lograba despertar por completo.
    —¡Kagome maldita sea despierta¡—las nubes no presagiaban nada bueno, Inuyasha había sido derrotado en un santiamén, su espada al ser detenida por el cazador se torno oscura y se fundió con la atmósfera , el aura oscura por fin salió de su prisión, los relámpagos caían en el agua y algunos animales comenzaron a derribarse, habían muerto ante la presencia de esa oscuridad, ese ser tomo del cuello a Inuyasha que se puso pálido al ver la imagen de la misma muerte. Sus ojos dorados perdieron el brillo, su respiración comenzó a decaer rápidamente al igual que sus latidos, su cabellera que había sido plateada momentos antes, ahora pintaba un tono negro como la noche. Viveka mira horrorizada si soltaba a Kagome la perdería para siempre. Una luz mas fuerte ilumino todo el lugar, parecía como si el tiempo y el espacio se hubieran detenido justo en ese momento.

    MUCHAS GRACIAS A TODOS POR LEER Y COMENTAR.
    ESPERO SEA DE SU AGRADO Y SIGAN COMENTANDO BESOS
     
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    elizabeth wolf

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    a no podes dejarme así :( inu colgado a punto de morir, kagome que no despierta rin secuestrada sessho que se sacrifico por ella ( nunca lo dude que algo así era mi sessho es un amor) el capitulo fue excelente pero cortito más largo y no me dejes así por favor me va dar un infarto espero la conti prontoooooooooooooooo por lo menos deja al pobre de inu respirar no lo tengas una semana colgado del cuello pobre :) avísame si
     
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  20.  
    brownie

    brownie Entusiasta

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    Eterno Anochecer

    Capitulo 11

    La vista de Inuyasha se encontraba borrosa, sus manos ya no tenían fuerza, sus piernas ahora se sentían tan pesadas, como la misma piedra, su corazón se estaba deteniendo lentamente, poco a poco sus parpados se cerraban ante la adversidad de saberse impotente, a instantes de dar su último suspiro los ojos de Kagome se abrieron.
    —Inuyasha… no— al ver a su marido en esa posición, el poder espiritual de Kagome comenzó a emanar de su cuerpo, pero no era suficiente, su energía ni siquiera tocaba al ser de otro mundo que levantaba su mano para dar la arremetida final. Viveka cerró los ojos no podía creer lo que estaba pasando y se abrazo aun mas de Kagome que comenzaba a ser liberada de sus amarres.
    En sus pupilas el miedo se reflejaba, sus vertebras comenzaron a ceder.
    —Se acabo— pensó Inuyasha al sentir como se le iba la vida sin poder hacer nada para detenerla, Inuyasha termino de cerrar sus ojos al sentir el frio que solo la muerte puede causar, de repente sus pulmones volvían a sentir aire, y ese resplandor desaparecía llevándose con el la aparición.
    YO NO PUEDO MORIR, SOY UN ENTE SIN VIDA, PERO SUS VIDAS YA HAN SIDO CORTADAS, SUS ANHELOS DISIPADOS Y SUS ESPERANZAS ABATIDAS POR UNA FUERZA MÁS OSCURA QUE YO— el demonio se desapareció en el aire al momento que la flecha de un recién llegado lo atravesó. Los ojos de Kagome recobraron su vivir, estaba algo agitada y lo primero que vio siendo dueña de sus pensamientos otra vez, fue caer a Inuyasha en su forma humana y aun arquero encima del agua que recobraba su cauce normal. Las dos jóvenes salieron a flote sosteniendo a Inuaysha. El extraño se acerco a ellas y les ayudo con el cuerpo del hanyu.
    —Príncipe Adelfried gracias— Viveka miro a Adelfried, el con su arco Saigo (último momento de vida) había atravesado al cazador, su arma pertenecía al infierno y por lo tanto podía hacer frente. Kagome por su parte tomaba la mano herida de su esposo, ella aun parecía ida de su ser.
    —Mujer no te preocupes, aun no es hora de que el cazador reclame su vida, con respecto al hanyu despertara dentro de una semana aproximadamente, cuando el veneno del infierno salga de su organismo— Kagome alzo su cabeza y miro al recién llegado, tenia preguntas pero las palabras aun no salían de su cavidad vocal.

    Mientras en otro lugar.
    —Te llamas Rin, eres tan joven aun, dime niña ¿Por qué deseaste morir?— Laphine la abrazaba como si fuera un padre ante su hija asustada por la noche.
    —A veces cuando se vive y se renace, la vida pierde su valor, y se desea morir cuando tu razón de hacerlo se va, me duele respirar aun, me duele la vida que llevo—
    —Puedo darte la paz que necesitas, puedo hacer que te amen y te respeten como tú quieras— cada palabra hacia que se transportaran a la otra dimensión.
    —¿Dónde estamos?— pregunto Rin al ver el lugar.
    —Aquí te puedo sanar, si tu lo deseas— Rin acento con la cabeza y sintio en la misma la mano de Laphine, se desmayo casi de inmediato y se dejo llevar.
    —Rin de nada sirvió que esa sellara tus poderes, ya habías sido tocada por mí— Una mano de Laphine se torno oscura con blanco y tomo la forma de unas garras, de esta manera introdujo una de sus manos en el corazón de Rin y otra en su cabeza. Distorsiono sus recuerdos y sentimientos surgiendo una nueva mujer. La tomo de los cabellos casi a la altura de la nuca y elevo un poco su rostro.
    —Rin desde hoy harás lo que yo te ordeno, tus pensamientos no irán mas allá de los míos, tu voluntad será lo que yo te ordene, entendido—los dos se besaron intercambiando sus fluidos y danzando sus lenguas, como si de amantes de años se tratara.

    Inuyasha ahora estaba en la cabaña y Kagome en la tina dándose un baño junto a Sango.
    —Kagome intenta recordar cómo era tu vida antes—Sango tomo de las manos a su amiga.
    —Mi vida— Una nube de recuerdos y voces atacaron su mente provocándole un gran dolor. Con su mano derecha tallaba su rostro, su mente era un rompe cabezas con muchas piezas faltantes. Kagome era un mar de emociones sin significado, y en la sala un monje, tres niños, una anciana y un príncipe tomaban té.
    —Lord Adelfried ¿Qué pasara con la señorita Kagome?— pregunto el monje cerrando sus ojos.
    —Ella paso mucho tiempo en las sombras, debe recordar y afrontar aquello que la atormento cuando estuvo encerrada en su propia mente, calculo que en dos días o tres ella estará mejor; lo que no me explico ¿Por qué fue atacada y no hizo frente? Su poder espiritual es suficientemente grande para purificar al cazador— un silencio incomodo lleno el lugar, nte la luz de las velas todos se preguntaban lo mismo, el silencio reconfortante fue roto por Adelfried. — ¿Cómo era Rin en este lugar?— la pregunta saco de balance a Miroku que estuvo a punto de atragantarse con el pan.
    —Rin cambio mucho, ya no sonreía como antes, como cuando la conocimos, ella aferro su vida a Sesshomaru, pero este la abandono, aunque no sabemos el porqué— el lord tomo su té y se quedo pensativo.
    —“Rin tu jamás debiste llorar, pero yo soy el causante de tu estado actual”—
    —Le pasa algo lord Adelfried— pregunto Kaede al ver que el joven poso su mirada el piso, el chico solo negó con la cabeza y salió de la cabaña con una sonrisa. Nadie se atrevía a preguntar directamente de donde se conocían Viveka y el extraño, y tampoco la relación que tenía esa persona con Rin; con esa extraña atmósfera de paz transcurrieron cinco días y Kagome volvió a la normalidad, por fin pudo cargar por primera vez a su retoño que ya había crecido demasiado y había adquirido peso.
    —Mi hermoso bebe, por fin se quién eres, aunque te pareces tanto a tu tío— El pequeño de escasos meses sonreía cálidamente, sus ojos dorados dejan ver la calidez de su alma y su palidez se acentuaba con su media luna marcada en el centro de su frente. Lo besaba y acariciaba, por fin tenia la paz que necesitaba pero esta era perturbada por sus recuerdos.

    Flash back
    “—Salva a Rin de Laphine, libera su poder, solo tú puedes hacerlo—
    — ¿Cómo?— la sacerdotisa muerta se le acerco pasando por el cuerpo de Rin que aun se encontraba en el piso retorciéndose del dolor.
    —Aun no es tarde, aun no comprendes el porqué Naraku la quería muerta—
    — ¿Naraku? Que tiene el que ver con todo esto—
    —Nada Kagome, solo que ella tiene un poder escondido, un poder superior al mío o al tuyo, pero jamás fue entrenada y para evitar que ella sola se matara selle sus poderes. Si no puedes detener las ambiciones de Laphine libera esos poderes— la sacerdotisa maldita comenzó a desvanecerse.
    —Espera Kikio quien es Laphine—
    —Kagome no cometas el mismo error que yo, no desconfíes de Inuyasha, refléjate en mi espejo, aprende de mi muerte—“

    Fin del flash back

    —¿Quién es Laphine?— hablo en voz alta kagome sentada afuera de la cabaña sosteniendo y admirando a su hijo.
    —Desconozco de donde sabes ese nombre, pero es un antiguo aspirante para ser señor del orco—Adelfried se coloco en el marco observando el parecido entre Kagome y Rin.
    —Adelfried ¿Qué relación tienes con Rin?—Adelfried parpadeo un par de veces y moviendo un poco su cabeza suspiro.
    —Yo solo quiero que Rin sea feliz, no deseo verla llorar­ y por eso deseo traerla a este mundo antes de que sea muy tarde—otros oídos habían escuchado la conversación haciéndose ideas de la relación de ese hombre con Rin.
    —El ama a Rin, la mujer de su hermano— pensó Sango colocando sus manos entrelazadas en su pecho y muy sorprendida de las declaraciones del nuevo amigo.

    A kilómetros de esa alea, Anja era un mar de emociones, acurrucada en su cama tomo las cosas que había adquirido para su bebe y comenzó a romperlas y a cortarlas, su ira por la perdida la estaba matando a ella también.
    Abrazo su vientre y lo estrujo, su llanto era tan melancólico que Sesshomaru lo lograba escuchar y muy en el fondo de su ser lo conmovía.
     
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