Hermione era la alumna que más en serio se tomaba las asignaturas en todo el colegio, se pasaba más tiempo estudiando y haciendo deberes que durmiendo. Pero era desde el primer día, aunque no hubiera deberes o tareas ella se iba a la biblioteca, aquello era su hogar, su refugio y sabía que nadie le molestaría allí excepto Ron o Harry para alguna trastada o pedirle apuntes. —No entiendo como no le explota la cabeza, en serio, es que hoy no hay deberes y es el primer día de clase—Comentaba Ron ojeando una revista de quidditch. Harry solo asentía la cabeza, solo tenía ojos para Cho. Y no solo que fuera a tope desde la primera clase sino que además siempre volvía a la torre cargada de libros.