Esteves Atl Fernando Pessoa. Tabaquería Llegó a casa cansado. Las manos y las piernas le sudaban, todo su cuerpo estaba impregnado de olor a calle. Dejó su sacó en la única silla de su sala. Su mochila la arrojó en una esquina para que el polvo del piso la cubriera. Era tarde, pero el sonido de los vecinos aún se escuchaba a través de las paredes, las madres peleando con los niños, la música acompañada de una voz desafinada. No les prestó mucha atención. Se acostó en el colchón viejo que el anterior dueño del cuarto había dejado y prendió la tele. Sin pensar en nada iba cambiando los canales, sin fuerza para detener su dedo iba viendo a policías conduciendo sin preocupaciones, personas nerviosas por algún concurso, un sin número de animales que hacían alguna gracia o tenían algún narrado que hablaba por ellos de su importancia. Nada. En sus hombros sentía un cosquilleo, sus ojos se entrecerraban sin sueño poco a poco, pero no completamente, sin querer levantarse volvía a ver la pantalla. Sus labios estaban húmedos, su boca le pedía agua, pero el cosquilleo en el cuerpo se hacía más grande, más lento. Suspiró. Su dedo dejó de acariciar el control. Se levantó, recogió sus cosas tiradas y las ordenó casi con energía. Preparó su traje para el día de mañana, cansado, con el cosquilleo llegándole a la frente. Veía la tele, se imaginaba en el rostro de cada persona, en un político o un héroe, una sonrisa se formaba en su boca y desaparecía al desviar la mirada hacía su cuarto. Se acostó tarde, sus labios se hicieron una sonrisa inversa mientras pensaba en su trabajo.
La lectura me generó angustia jaja. Creo que eso es bueno, cada vez leía más rápido para saber que "rayos" le pasaba. Espero que el protagonista encuentre solución a ese estado en el que se encuentra.
Oh, oh, ese estado enclaustrado. Sólo un círculo: llegar de trabajar, hastiado, cansado, sin energías más que para tirarse a ver la tv, con aparente quietud y sin embargo su dedo nervioso sobre el botón del control, pasando de un canal a otro, sin detenerse en ningún lado. Y no obstante, después, al ordenar sus cosas para el día siguiente, una gota de energía porque sabe que no importa cómo se sienta, otro día tiene que ir a trabajar y pensando en eso, finalmente se queda dormido.
Bueno, la disconformidad con su vida del protagonista la plasmas a la perfección. Es triste tener que 'escapar' de tu realidad encendiendo la televisión, ya que por lo que a mí respecta siempre me hace sentir mal de una forma u otra. Pero bueno, en este caso supongo que es su forma de evadir su realidad, la rutina que no le gusta y que tanto le martiriza, la soledad en la que se halla y lo mal que se ve. Supongo que se halla en un proceso depresivo, que normalmente se caracterizan por tener 'puntos álgidos' en los que te sientes mejor, eres positivo y tienes energía, en este caso parece que le viene dada por la ficción. En fin, un escrito interesante, cortito pero te da que pensar, está bien. Te señalo un fallito, nada grave, por lo demás todo bien: Sería "saco", sin tilde. Nada más que añadir, seguiré leyendo cosas tuyas. ¡Un saludo! :)
Qué vida más triste. Lo único que parece tener ni siquiera aparenta tenerlo contento, supongo que ante este tipo de situaciones personas así no pueden hacer demasiado. Se encierra en un ir y venir constante, inalterable una vez que lo adquiere, terriblemente triste. Pero cada quien decide finalmente. En fin.