Este y Oeste

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Rinnu, 1 Enero 2010.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    Rinnu

    Rinnu Usuario común

    Cáncer
    Miembro desde:
    2 Junio 2006
    Mensajes:
    301
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Este y Oeste
    Total de capítulos:
    11
     
    Palabras:
    1923
    Este y Oeste

    El caos y la destrucción reinan las tierras de Oeste y el general del Este tendrá que ir a ayudar. Después de muchos años su hijo tendrá que viajar al Oeste para investigar un complot y a la vez proteger a la chica de quien se enamoro.
    Bueno les dejo la introducción haber que les parece.


    Estos magníficos personajes de Inuyasha le pertenecen a la sensei Rumiko Takahashi a la cual admiro mucho. Yo solo los eh tomado a sus magníficos personajes para inspirarme y crear esta historia la cual si me pertenece, pero no la hago con fines de lucro, solo para sacar todas esas ideas que rondan en mi cabeza y por el gran amor que le tengo a Inuyasha.


    Este y Oeste

    I. Preludio.

    Año 3623, el caos y la destrucción regían las tierras del oeste. Sabios, magos, videntes, hechiceros, alquimistas, brujas, curanderos; personas con alguna deformidad física y/o mental, con gustos diferentes de genero y toda aquella que fuera dueña de un don especial era perseguida y condenada a muerte, ya que se decía que habían pactado con el diablo, engendrados por súcubos o íncubos.
    Por lo que esas personas se escondían en las profundidades de los bosques o trataban de huir a las tierras del este que eran gobernadas por un poderoso general cuyo nombre desconocían, pero se rumoreaba que en sus tierras reina la paz, que era todo lo opuesto al miedo, muerte, hambruna, guerra pobreza y destrucción que había ahora en el lugar donde nacieron. No estaban seguros si era verdad, pero cualquier otro lugar seria mejor que allí.

    Deseaban con todas sus fuerzas llegar a ese magnifico lugar, el camino era peligroso y largo, mas porque desconocían la ruta para llegar a esas tierras, pero con tal de obtener paz y conseguir la libertad, estaban dispuestos a eso y más. Así que, muchos hicieron ese viaje.

    Por más de un siglo no se supo de alguien que llegara a esa tierra soñada, la cual comenzaba a convertirse en mito y ya nadie intento ir de nuevo. Hasta que un día, un hombre enamorado se encamino a esa búsqueda. Su amada una mujer muy hermosa de cabello café al igual que sus ojos, comenzó a ser sospechosa de ser bruja y todo porque él, siendo hijo del principal juez inquisidor se enamoro de una humilde muchacha hija de un granjero viudo, en el pueblo se comentaba que la joven había hecho un pacto maligno para atraer al joven y poder seducirlo.

    Cuando el joven se entero que la iban a juzgar la saco del pueblo con ayuda de un forastero desafortunado que fue a caer en esa tierra de nadie, el forastero le dijo que era un monje y que el podía casarlos, el joven no lo pensó dos veces y se caso con ella en una aldea donde había conseguido que lo ayudaran, una aldea donde se refugiaban prófugos, herejes y paganos. Antes del amanecer partió dispuesto a encontrar el lugar hecho mito y pedir ayuda por su esposa y su pueblo.

    Atravesó bosques, llanuras, pantanos, montañas cubiertas por toneladas de nieve, pero no encontraba nada, su cuerpo no resistiría por mucho tiempo, ya ni siquiera sabia cuanto tiempo llevaba lejos de su hogar. Pero algo en su corazón le animaba a continuar a no detenerse y darse por vencido, utilizando sus últimas fuerzas llego a un campamento donde fue atendido de inmediato por los que parecían soldados o guardias, por las extrañas armaduras que portaban.

    Aun que no sabia quienes eran les pidió ver al general de las tierras este. Esa misma noche un hombre alto de piel bronceada, cabello largo y negro amarrado en forma de coleta, ojos dorados y que portaba una armadura mas extraña que los hombres que lo habían atendido entro a la carpa donde estaba, era el famoso general del que todos creían mito. El hombre le explico con sus últimas fuerzas lo que pasaba en su pueblo y le pidió su ayuda, por su esposa y pueblo. Por la mañana el hombre ya había muerto y el general se encargo de quemar sus restos y ponerlos en una urna.
    A la siguiente mañana el general junto con sus guerreros salió rumbo a las tierras de oeste. Al llegar vieron lo que el hombre les conto, pero jamás se imaginaron que fuera tan grave, desde las montañas habían visto el humo de las hogueras y conforme se acercaban el olor a sangre y la sensación a muerte se incrementaba, de los muros de la ciudad colgaban cadáveres en jaulas de hierro y había cabezas en estacas de madera a la orilla del camino.

    En cuanto los soldados de la ciudad los vieron acercarse trataron de impedirles el paso, pero no les resultaron un desafío a los guerreros del general, al entrar a la plaza una muchacha y dos ancianas estaban apunto de ser quemadas vivas, de inmediato fueron en su ayuda. Eso causo un gran alboroto, en segundos la plaza se lleno del ejercito inquisidor y los atacaron, la tropa del general en cuestión de minutos venció al ejercito inquisidor, no solo porque superaban en numero si no porque ya tenían experiencia en batallas.

    Al tomar el general el mando, de inmediato ordeno capturar a los representantes de lo que llamaban “santo oficio”, traer a los desterrados y liberar a los presos. Una vez que todo estaba hecho explico que hacía un milenio los principales gobernantes de las cinco tierras principales acordaron que se dividirían las tierras para evitar futuras guerras, quedando el norte frio a los Fuyuki, el sur cálido a la familia Natsuhi, el centro montañoso al clan Okamiyama, el este del viento para el general y la campiña de oeste decidió que elegirían a su gobernante cada determinado tiempo. Pero si alguna tierra se salía de control o amenazaba la paz de las otras tierras, el general y sus descendientes eran los únicos con poder para intervenir, ya que eran una raza única, que jamás mostraron ambición y eran conocidos por su lealtad.

    El general sabía que traer paz esa tierra sería complicado pero lo lograría. Encarcelo al santo oficio y busco a la mujer del hombre de la montaña. Cuando la encontró vio que era la muchacha que iba a ser quemada, ella explico que el lugar donde se escondía fue descubierto y arrestaron a todos, cuando se enteraron que esperaba un hijo la condenaron a la hoguera, porque decían que su bebe había sido engendrado por un incubo y por más que les decía que no era verdad no le creyeron. Muy a su pesar el general le dijo que fue de su esposo, que el los mandado para ayudar pero no había sobrevivido, la mujer lloro por largo rato, pero sabía que debía ser fuerte por su hijo, el general le entrego la urna con las cenizas de su esposo y ella le agradeció.

    Pasado un año el general dejo a sus guerreros mas leales a cargo de las tierras de oeste mientras el iba a ver a su familia, ya que no la veía desde hacía tres años.
    Al llegar al palacio vio a su esposa una mujer de piel pálida, cabello negro, ojos oscuros y hermosa sonrisa, sentada a la orilla en la entrada a los jardines tocando una hermosa melodía con la flauta. Sonrió al recordar el día que la encontró y de eso ya hacían seis años.

    Fue una noche que decidió ir a caminar por el rio, ella estaba inconsciente a la orilla de este cuando la vio, de inmediato fue en su ayuda y se sorprendió por la belleza de la mujer, la llevo a su palacio y la cuido, cuando despertó ella no recordaba nada, por eso no había ido a las tierras del oeste, pensó que se había perdido pero en su estadía por esas tierras supo que se fue con un grupo tratando se huir. Al año la convirtió en su esposa y a los dos años por fin tuvieron un hijo, un lindo niño de cabello negro y ojos dorados; aunque ya tenia un hijo de ocho años fruto de su primer matrimonio donde lamentablemente su esposa murió, quería a este igual que al primero.
    -Inu Taisho que bueno que regresas te hemos extrañado mucho.- la mujer se levanto y fue a abrasarlo.

    -Yo también los extrañe querida Izayoi.-la acerco a el y la beso.

    Izayoi, ese fue el nombre que le dio al no saber cual era el suyo y ese nombre era perfecto, ya que cuando la encontró era una noche de luna nueva.
    -¿Dónde están Inuyasha y Sesshoumaru?

    -Sesshoumaru en la biblioteca e Inuyasha en los jardines.

    -Ve con Inuyasha los alcanzo en un momento, voy por mi ratón de biblioteca.

    -Si, no tardes.


    Continuara…

    *************
    Bueno ¿Qué les pareció? ¿Lo continuo o no?
    El titulo no se si dejar ese o cambiarlo, pero lo mas importante es que espero sus criticas reconstructivas y que les pareciera interesante la historia.

    Y bueno los nombres de Fuyuki, Natsuhi y Okamiyama que aparecen aquí los eh inventado.
    Fuyuki= Fuyu: Invierno y Yuki: Nieve.
    Natsuhi= Hi: Fuego y Natsu: Verano.
    Okamiyama= Okami: Lobo y Yama: Montaña.

    Nos vemos y espero que pronto nos estemos leyendo.
     
  2.  
    razon

    razon Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    23 Junio 2009
    Mensajes:
    478
    Pluma de
    Escritora
    Re: Este y Oeste

    esta muy bueno :D pero seria exelente y de mejor calidad que pusieras verdana 3 y tambien separaras mas los guiones
    eso es todo, bueno me encanto mucho sabes? ya quiero saber que pasara xD
    ademas no pense que lamarias a sesshomaru "raton de biblioteca" xD
    me gustaria saber de que es la pareja o como se desarrollara la historia pero eso se vera en los demas capitulos
    pero... no quiero esperar tanto >.<
    bueno espero que no tome a mal mis comentarios
    espero conansias la continuacion.

    Atte:razon
     
  3.  
    ahomexInu

    ahomexInu Entusiasta

    Piscis
    Miembro desde:
    13 Octubre 2009
    Mensajes:
    152
    Pluma de
    Escritora
    Re: Este y Oeste

    Hola como te dije en tu otro fic aqui estoy! jejeje

    La verdad tu historia me parece muy interesante, narras muy bien las situaciones y la trama es muy
    buena... hubo algo en particular que me causo mucha risa y es que llamaran a sseshomaru ratón de biblioteca jajaja aun no he dejado de reir... Cuentas con mi apoyo en esta historia y estaré muy pendiente de las actualizaciones que hagas...

    Te deseo éxito en tu vida... cuídate...:)
     
  4.  
    inariamy

    inariamy Usuario común

    Sagitario
    Miembro desde:
    22 Mayo 2008
    Mensajes:
    428
    Pluma de
    Escritora
    Re: Este y Oeste

    hola inu_killua!!!!!

    bueno pues si me gustaria que lo pusieras en verdana 3 jajaja.
    y claro que debes seguirlo, me encanto, la describcion de las
    acciones estan muy bien, ya que co solo llerlo me lo imagino
    como dice razon deberia separar el dialogo de las acciones
    pero en fin, esta muy bueno tu ff y ami me gusta el titulo
    espara mi comentario en el proximo capitulo, adios.

    ^^

    atte: ina-chan.
     
  5.  
    Rinnu

    Rinnu Usuario común

    Cáncer
    Miembro desde:
    2 Junio 2006
    Mensajes:
    301
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Este y Oeste
    Total de capítulos:
    11
     
    Palabras:
    3323
    Re: Este y Oeste

    Este y Oeste

    II. Llegada a Oeste.
    Año 3741, ya habían pasado dieciocho años desde que el general Inu Taisho intervino en las tierras oeste. Pero aun la mayoría de las personas seguía con una mentalidad cerrada y discriminaba a los que eran diferentes, pero a diferencia de antes ya no los mataban.

    En medio del bosque y rodeada por arboles frondosos que comenzaban tener tonos de anaranjado y marrón acusa de que se aproximaba el otoño, había una pequeña pero acogedora cabaña de madera, con chimenea y techo de paja; el terreno era limitado por una cerca de madera, la cual llegaba hasta el otro lado del puentecito que servía para cruzar un riachuelo que pasaba enfrente de ella. En el jardín delantero se hallaba un huerto de hierbas medicinales y en la parte trasera había un gallinero y un pequeño establo que ya no se usaba. Hay era donde vivían una anciana de baja estatura, cabello canoso que era curandera y una jovencita de piel clara, cabello azabache y ojos chocolate.
    – ¡Kagome! ¿Dónde estas?– grito la anciana desde la puerta de la cabaña.
    – Aquí Kaede.– le contesto cuando iba cruzando el puente.– Fui a dejarle flores a mi madre y padre.– la anciana sonrió, no podía culparla de querer ir a la tumban de su madre, hacia diez años que había muerto y Kagome no tenía a nadie mas que a ella.
    – ¿Iras al pueblo?– pregunto al ver que Kaede tomaba una canasta y su chal.
    – Si, no quiero que le abras a nadie y que…
    – No me pasee por los alrededores del pueblo.– a completo la joven.– Siempre lo dices.
    – Nunca esta de más.
    – Si encuentras fresas ¿Traes?– dijo ilusionada, ya que era una de sus frutas favoritas.
    – Claro, ahora práctica tus estudios.– la joven asintió y vio marchar a la anciana mujer, cerro la puerta y fue a tomar uno de los libro de su madre. Ya que “por practicar sus estudios” Kaede se refería a práctica tu escritura y lectura.


    Mientras tanto en las tierras del este, un padre estaba discutiendo con su hijo menor en los jardines del palacio, ya que su terco hijo no quería acatar una simple orden.
    – Pídeme lo que sea menos eso.
    – No te lo estoy pidiendo, te lo estoy ordenando.– poniendo más énfasis en la última frase.
    – Para eso tienes a tus guerreros ¿Por qué tengo que ir yo?
    – Por que quiero, eso te hará madurar. Y de una vez te lo advierto si no vas al oeste vete olvidando de Tessaiga, Inuyasha.
    – No puedes hacer eso, esa espada es mía, a Sesshoumaru no le pusiste condiciones para dársela.
    – Él no me dio motivos para hacerlo.
    – Es tan injusto.– el joven se derrumbo en el pasto sabiendo que ya había perdido esta batalla con su padre.
    – No llegues tarde a comer.– dicho esto el padre regreso al palacio.

    Inuyasha se recostó en el pasto poniendo sus brazos detrás de su cabeza y se quedo contemplando el cielo que ese día estaba despejado, solo alguna que otra formación algodonosa de nubes se formaba de vez en cuando.
    – Kuso, ¿Por qué tenía que amenazar con eso?– dijo al recordar lo sucedió con su padre.
    – Cuida tu vocabulario amigo mío.
    – Cállate Miroku.– se incorporo para ver mejor a su mejor amigo, de ojos como el zafiro, cabello negro sujeto por una pequeña coleta y que vestía con un koromo azul marino debajo de una okesa morada, vestimenta típica de todo monje.– Yo lo cuidare cuando tu seas hombre de una sola mujer.
    – Eso fue bajo.– reclamo mientras se sentaba junto a el.
    – ¿Dónde dejaste tu bastón ese?
    – Shakujou, ¿Cuántas veces te tengo que decir que es Shakujou? Si lo sigues llamando “bastón ese” buda te castigara.
    – Lo que tú digas.– recostándose de nuevo sobre el pasto para ignorarlo.
    – Lo deje en el templo, se esta purificando.– duraron un buen rato en silencio, Miroku ya comenzaba a pensar que su amigo se había quedado dormido.– Inuyasha.– le llamo mientras con una varita que encontró en el suelo le picaba las costillas.
    – ¿Ahora que quieres?– contesto y trato de quitarle la varita, pero no pudo.
    – No estás muerto me alegro. ¿Por qué no quieres ir?
    – No hay nada interesante allí. Además te apuesto que tendré que poner buena cara todo el tiempo, ir a reuniones con gente que no conozco y me la pasare encerrado y luego esta esa ropa…– coloca sus brazos sobre su cara para no gritar.
    – Encontraremos algo que te guste.– sugiere sabiendo que a su amigo no le gustaba la idea de cambiar su zubon, uwagi y sus jikatabi.
    – Tu vivías allá ¿Es por lo menos cómoda esa ropa?
    – No lo recuerdo, hace mucho, mucho tiempo que uso esto.– señalando su traje de monje.
    – Si yo tengo que ir, tú iras también bonzo.
    – Soy monje.
    – ¿Tú, monje? No me hagas reír.– Miroku solo suspiro en otra ocasión hubiera seguido discutiendo con el, pero ahora quería pensar en el viaje que realizarían a su tierra natal.
    – Sera bueno regresar.– dijo para si mismo.


    La noche llegó rápido y Kagome estaba muy preocupada por Kaede que aun no llegaba del pueblo, nunca se había tardado tanto ¿Acaso algo malo le paso?
    – ¿Qué hago? Ya es muy noche, pero le prometí que de noche no saldría. Kaede ¿Dónde estas?– se debatía mientras iba de un lado para otro dentro de la cabaña.

    Poco después se escucho el galope de un caballo, Kaede no llevaba caballo ¿Quién sería? Se asomo por la ventana pero no veía con claridad ya que las nubes tapan la luz de luna por lo que todo era muy oscuro, distinguió la silueta de alguien que se aproximaba a la puerta y el miedo la invadió.
    – Kagome ¿estás despierta?– el corazón de la joven se calmo al reconocer la voz de Kaede.
    – Ya era hora que llegaras.– dicho al momento que abría la puerta.
    – Lo siento mi niña, pero la esposa del panadero ya dio a luz y la ayude.– la anciana dejo su canasta en la mesa y colgó su chal junto a la puerta.
    – ¡Ya veo! ¿Qué fue?
    – Niña, su nombre será Mayu.
    – Me gustaría conocerla…– dijo melancólica.
    – Kagome sabes que…
    – Lo se, no pienso ir.– desvió su cara de la de ella y se dirigió a su cuarto.– Me voy a dormir, que descanses Kaede.– la anciana la vio con tristeza entrar a su cuarto ¿Hasta cuando las cosas cambiarían?


    Al día siguiente, seis guerreros a caballo; dos jóvenes dentro una carroza negra con una medía luna con una flor de loto pintada en dorado en sus dos puertas, que era el kamon de la familia Taisho y el interior de piel beige, era tirada por cuatro caballos negros y conducida por su cochero, iban por el sendero del bosque que dirigía a la ciudad de oeste.

    Dentro del carruaje los jóvenes trataban de disfrutar el viaje, pero solo uno de ellos si lo hacia, mientras que el otro de ojos dorados y cabello negro, corto y rebelde, iba de mal humor.
    – ¿Por qué esa mala cara?
    – Pudimos a ver ido a caballo, no me agradan las carrozas, no sientes la velocidad, el aire contra tu cara y… ¡Son tan ostentosas!
    – Tú tienes la culpa, tu padre pensó que si ibas a caballo escaparías y honestamente yo también.– dijo el joven monje con calma.
    – Sesshoumaru pudo haber ido, es el mayor esto le corresponde a él.
    – Amigo también es tu obligación, recuerda que formas parte de la familia Taisho. Además solo será una o dos semanas.
    – Ahora que lo pienso mejor no hubieras venido…
    – ¿Por qué? ¿Acaso no te agrada mi compañía?
    – No es eso, es porque eres “monje”, tienes “poder espiritual” y en esa tierra mataban a gente como tu.
    – ¡Y es ahora que me lo dices! Me llevas a mi muerte. Aun no consigo una linda esposa y no eh dejado descendencia.– dijo Miroku con demasiado dramatismo a lo que a su amigo le provoco una risita.– Ahora te burlas de mi desgracia, eso no es de amigos.
    – Tranquilo…– logro decir después de que controlo su risa.
    – ¿Cómo quieres que este tranquilo?
    – Lo único que tienes de monje es la ropa.– comentario que provoco que su amigo lo fulminara con la mirada.– No te enojes, lo que en verdad iba a decir es que lo único que tienes que hace es no decir que eres monje y no trates de chantajear con tus supuestos exorcismos.
    – No son “supuestos exorcismos”, son reales.
    – Lo que tú digas, Bonzo.
    – Ya te dije que soy monje. ¿Algún día me trataras con respeto? ¿Cómo se le debe tratar a un representante de Buda?– vio a su amigo a la cara y por la expresión de este, supo que era un no rotundo y suspiro.– Tengo una duda ¿Qué hago con mi ropa? Es de monje, cuando llegue me lincharan.
    – Para que luego no digas que no hago nada por ti, ten.– lanzándole una mochila.
    – Lo tenías todo planeado ¿verdad? El hacerme creer que mi fin se acercaba, para tu poder burlarte…
    – Solo me desquite, por no tratar de convencer a mi padre de que no soy apto para este viaje.
    – Con este amigo para que quiero enemigos.– meneo la cabeza de un lado a otro y luego cambio de plática.– ¿Con quien nos reuniremos?
    – Con Lord Dokumo Naraku.
    – Nunca he oído hablar de el.
    – No es de nuestra tierra, mi padre no confía en él, pero las personas de oeste si y por eso mi lo dejo a cargo.
    – ¿Por qué esa desconfianza?
    – Según mi padre es porque aun que dice que apoyo la libertad, no es de todo sincero y sus mas cercanos son personas extremistas, del viejo régimen.
    – En otras palabras iremos a vigilarlo.– Inuyasha asintió.– Entonces a dar nuestro máximo esfuerzo, no hay que fallarle al general.


    Al los ocho días la dirigencia llego a una enorme casa beige de dos pisos, de grandes ventanales, un amplio jardín delantero y con un pórtico hexástilo que iba desde el suelo al techo, era la casa de Lord Dokumo.

    Los dos amigos bajaron del carruaje luciendo ropa típica de esa región, Inuyasha vestía camisa blanca holgada, pantalón y zapatos marrones; mientras que Miroku llevaba pantalón negro, chaqueta verde militar, camisa y botas cafés.

    El día estaba nublado y hacía frío, lo cual les recordó al clima de su hogar.
    De inmediato fueron recibidos por Lord Dokumo y su servicio.
    – Sean bienvenidos a mi casa, soy Lord Dokumo Naraku. Es un placer para mí tenerles aquí. Usted debe ser el joven Taisho.– dirigiéndose a Inuyasha.
    – Así es, mucho gusto, él es mi amigo Miroku.– señalando educadamente a Miroku.
    – Mucho gusto.– dijo Miroku al momento que hacía una reverencia.
    – ¿Cómo les ha ido de viaje?
    – Agotador, pero todo muy bien, gracias.– contesto Inuyasha.
    – Entonces vayamos a sus habitación para que puedan descansar.– Naraku hizo una señal a sus sirvientes y estos fueron por el equipaje de los visitantes.– Síganme, por aquí.
    – ¿El clima es siempre así?
    – Oh no, por lo general es soleado, pero nos acercamos a épocas de lluvia. Por cierto, sabiendo que su visita es para conocer el lugar joven Taisho me eh tomado el atrevimiento de conseguirles un guía, le aseguro que quedara satisfecho.
    – Es usted muy amable, pero preferiría conocer el lugar solo con mi amigo.
    – Ya veo, pero creo conveniente que primero debe conocerle y luego ya usted dirá.

    Mientras Inuyasha y Naraku iban conversando, Miroku admiraba la casa, que sin duda era tan lujosa como el exterior. El piso era de mármol blanco y negro semejando a un tablero de ajedrez, las escaleras eran de madera finamente barnizadas y con un único barandal de lo que parecía era yeso del lado izquierdo con columnas acanaladas, ya que por estar pegadas a la pared no necesitaban del otro barandal; las paredes estaban pintadas con líneas verticales blancas y beige intercaladas entre si. El pasillo superior que conducía a los dormitorios, tenía en el suelo una alfombra con elegantes bordados, mientras en las paredes colgaban cuadros de paisajes del campo y lámparas de cristal para iluminar en la noche.
    – Hemos llegado espero sea de su agrado.– Naraku abrió la puerta y se vio una habitación muy amplia, tanto que cabían perfectamente las dos camas matrimoniales y todavía había espacio para una mesa para dos personas, un sofá con vestidura aterciopelada roja para tres personas y un ropero grande de roble; el suelo no estaba totalmente cubierto por una alfombra, por lo que se lograba la madera rojiza bajo de ella.
    – Esta perfecto, gracias.– agradeció Inuyasha.
    – Los dejo. Mandare a alguien para la cena, que descansen.– dicho esto, Naraku salió de la habitación. Al oír los pasos de Naraku lo bastante lejos Miroku decidió hablar.
    – ¿Puedo darte un concejo?
    – Adelante.
    – Si quieres su confianza debes ser más amable, conozcamos al joven que dice.
    – Supongo que tienes razón… Esta bien, pero si resulta ser un enclenque no aceptamos. Voy a dormir, deberías hacer tú lo mismo.– Inuyasha se tumbo boca abajo en una de las camas y se estiro.
    – Si, estoy molido.– estiro sus músculos y se dejo caer de espaldas en la otra cama, que para su comodidad era muy cómoda.


    A la mañana siguiente el sol se mostro más, pero el aire seguía frío. Después de desayunar algo en compañía de Naraku, fueron a la calle principal de la ciudad, donde a los costados de la calle se encontraban tiendas de sombreros, librerías, tiendas de ropa, joyerías, bares, cristalerías, heladerías,
    – Me alegro que accediera a conocer a nuestro guía.
    – Si bueno… ¿Dónde dijo que estará?– pregunto Inuyasha ya que llevaban tiempo caminando y no llegaban a su destino.
    – En la posada de Madame Tsubaki, es la de la esquina que divide la calle en dos.

    La posada era un edificio de tres pisos, el primer piso estaba pintado de verde oscuro en el exterior, tenía dos grandes ventanales y masetas con flores rojas colgaban fuera de ellas, el letrero de la posada estaba tallado en madera y estaba sobre la puerta principal. Los pisos de arriba que era donde se encontraban los cuartos estaban pintados por fuera de blanco, el marco de las ventanas era de color verde oscuro y en la cornisa había masetas con flores violetas.


    Mientras, en lo profundo del bosque, Kaede y Kagome buscaban las ultimas plantas medicinales que crecía solo en la humedad del bosque, antes de que las hojas de los arboles fueran a caer, cuando el crujir de unas ramas las alerto.

    Continuara…

    ---------------------------------------------------------
    Que bueno que les gusto, me alegro mucho; como es un poco raro no estaba segura de subirlo o no. Solo espero no decepcionarlas. Tal vez el próximo tarde un poco, porque el tiempo para usar la compu está muy solicitado, así que ahora le adelanto un poco cuando ya están dormidos en mi casa jijiji.

    Domo Arigato: razon, ahomexInu, inariamy, Taori, Inu_Girl, Maritza, STELL ROSE y tkm.

    Bien ahora ¿alguien me podría decir como corrijo lo de los guiones? ya que lo eh hecho pero no de la forma como se debe y ¿es así como me decían?

    Palabras usadas:
    Dokumo= Doku: Veneno y Kumo: Araña. (De nuevo me lo eh inventado)
    Zubon: pantalón como el que se usa para entrenar karate.
    Uwagi: chaqueta.
    Jikatabi: son unos zapatos.

    ---------------------------
    10 de enero de 2010.
     
  6.  
    NutS

    NutS Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    4 Abril 2009
    Mensajes:
    72
    Pluma de
    Escritora
    Re: Este y Oeste

    Hola!!

    Me acabo de leer tu fic, y esta muy pero muy interesante e.e
    No puedo evitar imaginarme el paisaje como en las épocas antiguas, aunque en lagunas situaciones lo imagino mas moderno
    estoy algo intrigada... Kagome no puede salir? ya quiero saber por que x'D
    Espero la conti !!

    Bye!! :vacabaila:
     
  7.  
    Taori_3322

    Taori_3322 Usuario común

    Capricornio
    Miembro desde:
    10 Octubre 2005
    Mensajes:
    219
    Re: Este y Oeste

    Hola!! ^^

    Esta muy genial el cap
    me encanta ese Inu *o*
    y me dio mucha risa el dramatismo de Miroku xD
    quiero la conti
    para saber... por que Kag no se puede acercar al pueblo
    eso me dejo con curiosidad
    espero la proxima conti a ver si me dan una pista para resolver eso xD

    Besos
    Sayounara
     
  8.  
    hime sakura

    hime sakura Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    25 Diciembre 2009
    Mensajes:
    60
    Re: Este y Oeste

    como siempre tu y tus lindas y bellas historias
    me intriga mucho saber que pasara
    este fic es tan diferente a los que eh leido
    y debo decir que me encanto!
    concuerdo con Taori una pista sii jiji
    bueno en el fic lo que me encanto es la relacion que lleva miroku con inu porque es no se llena de amistad concuerda bastante como se tratan dos amigos en la actualidad y lo de kaede y kagome wow me siento triste por kag X3 espero la continuacion y tambien la de el otro fic jiji
     
  9.  
    razon

    razon Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    23 Junio 2009
    Mensajes:
    478
    Pluma de
    Escritora
    Re: Este y Oeste

    te dare un ejemplo con esto ;) lo que esta arriba es como lo has puesto y deberia ser asi:

    – Pídeme lo que sea menos eso.

    – No te lo estoy pidiendo, te lo estoy ordenando.– poniendo más énfasis en la última frase.

    – Para eso tienes a tus guerreros ¿Por qué tengo que ir yo?

    – Por que quiero, eso te hará madurar. Y de una vez te lo advierto si no vas al oeste vete olvidando de Tessaiga, Inuyasha.
    – No puedes hacer eso, esa espada es mía, a Sesshoumaru no le pusiste condiciones para dársela.

    – Él no me dio motivos para hacerlo.

    – Es tan injusto.– el joven se derrumbo en el pasto sabiendo que ya había perdido esta batalla con su padre.

    – No llegues tarde a comer.– dicho esto el padre regreso al palacio.


    solo tenias que separar mas los giones nada mas y pon verdana tres ^^ eso es todo bey.
    espero conti


    atte:razon
     
  10.  
    Maritza Chan

    Maritza Chan Fanático

    Sagitario
    Miembro desde:
    30 Agosto 2005
    Mensajes:
    1,305
    Re: Este y Oeste

    Miroku como siempre haciendome
    reir xD, quedo interesante, que
    sera, sera un animal salvaje o tal
    vez un lindo cachorrito xD, ok dejo
    de soñar jajajaja... Continua
    adelante, cuidate ^^
     
  11.  
    inariamy

    inariamy Usuario común

    Sagitario
    Miembro desde:
    22 Mayo 2008
    Mensajes:
    428
    Pluma de
    Escritora
    Re: Este y Oeste

    hola!!!!!!!

    lo que estaba esperando llego!!!!!!!!
    me encanta, me encanta, te esta quedando muy bien tu ff, ¡te felicito!
    me encanta la trama, hace que los lectores quieran leer mas, asi como estoy yo.
    y lo de los guiones sigue el consejo de razon-chan jijiji ella tiene razon jajaja.
    me encanto la conversacion entre miroku e inuyasha, esos dos me matan de risa.
    ¿y que sera lo que hizo que las ramas crujieran? ¿que?, lo dejaste en lo mejor, bueno pero
    eso nos mantiene en el ff jajaja, pero bueno espero con ancuias el siguiente capitulo, nos vemos.

    ^^

    atte: ina-chan.
     
  12.  
    Rinnu

    Rinnu Usuario común

    Cáncer
    Miembro desde:
    2 Junio 2006
    Mensajes:
    301
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Este y Oeste
    Total de capítulos:
    11
     
    Palabras:
    3246
    Re: Este y Oeste

    Este y Oeste

    III. Guía.
    – No se asusten soy yo.– un joven alto de piel bronceada, cabello largo y negro sujeto en un cola alta, ojos celestes, que vestía chaleco café con piel sobre los hombros, botas y pantalón negro, salió de los arbusto.

    – Okamiyama no asustes de esa manera, pensé lo peor.– le regaño Kaede, que por el susto dejo caer su canasta.

    – Kouga me alegra verte.– grito Kagome y corrió a abrazarlo.

    – Bueno alguien se alegra de verme, aprende de ella Kaede.

    – Hace mucho que no te dejabas ver.

    – Perdón Kag, pero no me dejaban venir los ancianos del clan. Pero sabes algo, me quedare un mes.

    – ¿En verdad?– y como respuesta el joven asintió.– Oh Kouga, me haces muy feliz.

    – Ahora a ver si la anciana me da su consentimiento de quedarme en su casa.– le susurro a Kagome.– Entonces, anciana ¿puedo quedarme en tu casa?

    – Solo si ayudas al aseo y los mandados.

    – No hay problema.

    – Empieza recogiendo lo que se cayó de la canasta y cárgala Okamiyama.

    – Kaede, dime Kouga.– le dijo mientras se agachaba para hacer lo que le había pedido Kaede.– Okamiyama es muy largo.– no entendía la necedad de Kaede de seguirlo llamando por su apellido, tal vez era para hacerlo enojar.

    – Ya veremos Okamiyama.– dijo Kaede al poner más énfasis en el apellido y ocultar su risa.

    – Entonces sigue cansándote más.– ¡arg!, esa anciana se comportaba como una chiquilla.

    Kouga se levanto con canasta en brazo y emprendieron su regreso a la cabaña.

    – Kouga, cuéntame cómo está el clan.

    – Todos están muy bien, hace dos semanas se celebro una boda, hubieras estado allí Ginta se emborracho y estuvo bailando con una escoba alrededor de la fogata…


    En el pueblo el joven Inuyasha veía los cuadros que adornaban la posada de Madame Tsubaki, eran representaciones de hogueras llevadas a cabo en la plaza principal, no eran de su agrado pero debía distraerse en algo pues su supuesto guía aun no llegaba.
    – Hermosos cuadros.– dijo una voz femenina detrás de él.

    – Más bien diría que son interesantes. Y más interesante es que a una señorita le parezcan hermosos.– volteo a verla con curiosidad, la joven era de piel como la porcelana, cabello negro intenso y largo, vestía un vestido muy amplio y morado que le tapaba los pies, junto con un corsé blanco. A simple vista se notaba que era una jovencita que había sido criada para servir a su marido y estar en casa.

    – No me malentienda, pero son hermosos en el sentido que están muy bien hechos, la técnica es muy buena.

    – Supongo que tiene razón.– volteando a ver el cuadro.

    – No nos hemos presentado.

    – Cierto, disculpe. Mucho gusto soy Taisho Inuyasha.– inclinando la cabeza* ya que de esa forma se acostumbraba en su tierra.

    – Kamiya Kikyou.– tendiéndole la mano a lo que Inuyasha no supo qué hacer, pero para suerte de él fueron interrumpidos.

    – Kikyou que bueno que llegas, veo que ya conociste al joven Taisho.

    – Hola tío, disculpe la tardanza.

    ¿Naraku era su tío? Se pregunto Inuyasha, pero ¿cómo? no tenían el mismo apellido y no se parecían.

    – ¿Es su Tío?

    – Sí, es mi tío por parte de mi madre, por eso no compartimos apellido.– respondió la joven al suponer cual era su duda.

    – Joven Taisho, mi sobrina Kikyou será su guía.

    – ¿Disculpe?– los miro incrédulo ¿Cómo una jovencita que parecía tan delicada podía encargarse de eso?

    – No se engañe, esta señorita conoce muy bien el lugar.

    – Estaremos honrados de tener su compañía ¿verdad Inuyasha?– interrumpió Miroku.

    – Sí, así es.– ¿Qué le pasaba a Miroku? ¿Acaso quería cortejarla o tal vez quería que él se fijara en ella? ¡Eso sí que no!

    – Entonces vamos, el carruaje nos espera. Nos vemos tío.– se despidió de el dándole un beso en la mejilla.

    – Te los encargo. Que se diviertan.

    Kikyou los llevo por el centro de la ciudad. Primero fueron a la heladería “Oishi”, era un local muy colorido enfrente de la tienda de dulces, la vitrina de cristal exhibía helados y nieves de crema, frutas, dulce de leche y chocolate. Hay probaron el helado tradicional de esa época, de calabaza.

    Después se dirigieron a un edificio que era todo de mármol blanco y dos pilares cilíndricos grandes que iban desde el piso hasta el tercer piso estaban en la entrada. Arriba de la puerta principal un letrero con letras doradas exhibía su nombre “Banco Principal”. A todos los lugares a donde iban los dueños los trataban muy bien, no podían quejarse.

    Para terminar su recorrido, al final de la tarde pasaron a la Florería “Hanako”, donde al ver los arreglos florales Inuyasha recordó a su madre sentada en el jardín haciendo un ikebana, para el interior de la casa, mientras él jugaba a su alrededor cuando era niño. Extrañaba su casa, pero debía cumplir con lo encomendado por su padre antes de volver.

    Cuando el sol teñía de anaranjado la ciudad, regresaron a la posada de Madame Tsubaki donde ya les tenían una cena lista. Durante la cena nadie dijo nada y se podía sentir la tensión e incomodidad en la mesa.
    – ¿Se la han pasado bien?– pregunto Kikyou al terminar de darle un sorbo a su té, para romper ese silencio ensordecedor.

    – Sí, muchas gracias.– contesto Inuyasha de una forma muy seca.

    – ¿Me permitiría mañana seguir guiándolos?– pregunto la joven con una pequeña sonrisa y se le quedo viendo detenidamente al joven de ojos dorados. Pero este no decía nada, por lo que Miroku decidió contestar por él.

    – Por supuesto señorita.

    – Me alegro, mañana iremos a los campos de manzanas y pasado se pone el mercado ambulante**…

    – ¿Su tío nos acompañara?– la interrumpió Inuyasha.
    Lo que él quería era acabar con ese estúpido viaje y regresar a casa, pero si Naraku no estaba presente ¿Cómo podría cumplir con la petición de su padre?

    – No en estos días, pero en el carnaval de otoño si estará.

    – ¿Cuándo es?

    – En una semana, a su tiempo les diré de las actividades que hay, se la van a pasar muy bien.

    – Entonces hasta mañana.– dijo Inuyasha al momento que se levantaba y se dirigía a la salida.

    – Que descase.– se despidió Miroku y siguió a su amigo.

    – Sí, igual ustedes.


    Entrada la noche. En su habitación en casa de Lord Dokumo, Inuyasha y Miroku platicaban mientras se alistaban para dormir.
    – Muy linda señorita.– comento Miroku.

    – Sí.

    – Está muy interesada en ti.– le hizo saber. Ya que durante todo su recorrido Kikyou no paraba de verlo, era muy claro que ella se sentía atraída por él.

    – Pero yo en ella no… Porque se nota que es una chica de casa y yo no.– agrego al ver que su amigo se le quedo viendo queriendo saber el “por qué”.

    – Algún día tendrás que sentar cabeza amigo mío y tal vez esta jovencita sea quien te dome. No te la puedes pasar toda tu vida de viaje, escapándote de tu casa.

    – ¿No te mordiste la legua?

    – Auch, eso dolió, pero no. Yo se que algún día tendré que hacerlo, pero tu Inuyasha.– meneo la cabeza de un lado a otro y se le quedo viendo.– No tienes remedio, eres un chiquillo.


    Al día siguiente tal y como les había dicho Kikyou fueron a los campos de manzanas, cuando el sol ya estaba en su punto más alto el carruaje se detuvo frente a una construcción que parecía muy antigua ya que las enredaderas subían por sus paredes que algún día habían sido blancas. La casa era rodeada por una barda y una reja con faroles laterales era la entrada. Hay fueron recibidos por una mujer de piel blanca, cabello castaño recogido en forma de chongo, que lucía un vestido beige amplio sin mangas pero con un chal al cuello.
    – Hola Kagura, el es el joven Taisho y su amigo Miroku.– los presento Kikyou.

    – Mucho gusto, soy Kagura, es un placer tenerlos aquí.– hizo una suave reverencia.– Eh preparado un almuerzo cerca de los manzanos, espero sea de su agrado.

    – Muchas gracias, nos moríamos de hambre.– comento Miroku, que al oír la palabra almuerzo se puso feliz, ya que no habían probado bocado desde la noche anterior.

    – Entonces síganme.
    Miroku siguió a Kagura de cerca, mientras Inuyasha y Kikyou caminaban detrás.

    – ¿Siempre es tan callado o mi compañía le molesta?– siempre que están solo ellos dos un incomodo silencio se hacía presente, cuando Miroku iba con ellos él era el que iba platicando con ella e Inuyasha permanecía callado.

    – Soy callado, es todo.– respondió indiferentemente y deteniéndose al igual que ella.

    – Puede llamarme Kikyou, si gusta.– Inuyasha se le quedo viendo por unos segundos y recordó la conversación que había tenido con Miroku por la noche.
    Está muy interesada en ti.

    – De acuerdo, tratare…– Kikyou solo le sonrío y siguió caminando.
    En la cabaña, Kaede se alistaba para salir, tenía que ir a dejar algunas medicinas que siempre le encargaban por la época de frío.

    – Okamiyama cuídala bien.

    – Sabes que si Kaede.– eso estaba de más pedir, sabía esa anciana que él no dejaría que nada malo le pasara.– Ve con cuidado.

    – Regresa pronto.– se despidió Kagome desde la puerta junto con Kouga.
    Vieron a Kaede adentrarse en el sendero del bosque que conducía a la ciudad y se metieron de nuevo a la cabaña.

    – ¿Qué quieres hacer?– no tenía porque preguntar eso, porque bien sabía que era lo que ella quería hacer, pero pudiera ser que sus gustos hubieran cambiado.

    – ¡Ir al lago!– contesto muy alegre, estar en el agua era uno de sus pasatiempos favoritos.

    – Bien entonces vamos.– sonrío al ver que era la misma Kagome que él conocía.

    Iban caminando por el bosque rumbo al lago. En el sendero ya se veían las hojas amarillas, anaranjadas y marrones de los árboles, que comenzaban a caerse por la cercanía del otoño. Kagome al verlas recordó el carnaval que se llevaría a cabo en la ciudad.
    – En una semana será el carnaval de otoño ¿Cómo es?

    – Tedioso, si te decidieras a ir a las montañas conmigo verías fiestas más espectaculares y divertidas.– dijo muy animado.

    – No puedo dejar sola a Kaede.

    – Ella también puede venir.

    – No querrá, sabes que hay gente que la necesita.

    – Sí, pero…– Kagome tenía razón, Kaede vivía para curar y ayudar a las personas.– Ella comprenderá, este lugar no es para ti Kagome.– miro a Kagome y ella solo esquivo su mirada, sabía que nunca dejaría sola a esa anciana y algo le decía que le quedaban muchos años en este mundo.

    El resto del camino no dijeron nada más, de vez en cuando Kouga trataba de entablar una conversación pero no resultaba, así que en cuanto vio el lago supo que sería el momento para que esa barrera que se había creado desapareciera.
    – Ya llegamos, el último que se zambulla en el agua hace la comida.– le dio una palmadita en la espalda y salió corriendo al lago.

    – No es justo Kouga, sabes no sé nadar.– corriendo tras él.

    – Ya te dije que te enseño.– se detuvo a la orilla y le tendió la mano.

    – En otra ocasión.

    – Está bien, pero no me daré por vencido.– se tiro al agua y salpico a Kagome, provocando que esta comenzara a reírse.

    En el huerto de manzanas, una mesa redonda de jardín para seis personas estaba debajo de un árbol; un mantel blanco de encaje la cubría, había jugo de calabaza, emparedados con pan de melaza y tarta de manzana. La anfitriona y los invitados se sentaron a almorzar. Mientras comían, el frío aire soplaba haciendo que las hojas de los árboles volaran por todo el lugar y se formaran pequeños remolinos de hojas en el suelo.
    – Todo estuvo delicioso.– dijo Miroku al terminar de comer su rebanada de tarta de manzana.

    – Muchas gracias, me siento alagada.

    – Señorita Kagura, Kaede ya llegó.– interrumpió una mucha del servicio.

    – Que pase.
    La muchacha hizo una reverencia y se dirigió de nuevo a la casa.

    – ¿Kaede?– pregunto curiosa Kikyou.

    – Si, viene a dejarme medicina para la tos, ahora que comienza el frío, es mejor estar prevenidos.

    – ¿Ella que hace?– pregunto Inuyasha, que desde que se sentaron a comer no había hablado.

    – Es curandera y partera, ya la conocerán.– respondió Kagura, lo que llamo mucho la atención de Inuyasha.

    Kaede vio a lo lejos que Kagura estaba acompañada por dos jóvenes y una señorita que no distinguía quien era, pero en cuanto se acerco más la reconoció, Kikyou la sobrina de Lord Dokumo.
    – Kagura no sabía que tenías compañía, hubiera venido otro día.

    – Oh no.– se levanto y se paro junto a ella.– Sirve para que conozcas al hijo del general Taisho.

    – Oh, mucho gusto, soy Kaede.– no le fue difícil reconocerlo entre los dos jóvenes ya que esos ojos eran inconfundibles.

    – Taisho Inuyasha y el es mi amigo Miroku. Me comenta Kagura que usted es curandera.

    – Así es.

    – ¿Le molestaría contarme más de usted?– Kagura le ofreció una silla a lado de ella y ambas tomaron asiento.– Ya sabe cómo ha estado todo después de…

    – Entiendo. Por supuesto que no me molesta, después de todo es el hijo del general ¿Qué desea saber?

    – ¿Fue usted una de los exiliados?

    – Si, pero no porque me forzaran, me fui para cuidar a alguien.

    – ¿Entonces no siempre ha sido curandera?– dedujo al saber que esas personas, los curanderos, fueron unos de los primeros en ser desterrados de la ciudad.

    – Así es, desde hace 19 años lo soy, lo que sé ahora lo aprendí de personas en el campamento.

    – ¿A quién fue a cuidar?

    – A la hija unos amigos, fue acusada de brujería. Su madre había muerto hacía unos años y su padre enfermo de la preocupación, al final ella se quedo sola, pero antes de morir le prometí que cuidaría de ella. Lamentablemente ella murió hace años.

    – Lo lamento.– era una lástima, hasta ahora no había podido conocer a alguien que hubiera vivió los castigos y acusaciones en carne propia, así que no sabía si vivían mejor o no.– ¿Dónde vive ahora?

    – En una cabaña en el boque. Estoy bien hay, es muy tranquilo y tengo acceso a muchas plantas.

    – ¿Vive sola?

    – A Kaede no le gusta la compañía desde que murió su “hija”, como ella le llamaba.– interrumpió Kikyou.

    – ¿Es verdad?– miro inquisitivamente a la anciana mujer, no le gusto que Kikyou interrumpiera de esa manera, pareciera que ocultaba algo.

    – La muerte de mi niña fue muy inoportuna.– esa respuesta solo desconcertó al joven, ya que no respondía a su pregunta.– Bueno yo me retiro, tengo otras personas que visitar, fue un placer conocerlo joven Taisho, joven Miroku.

    – El placer fue nuestro.– respondió Inuyasha.

    – Kaede ten estas frutas.– señalando una pequeña canasta.

    – Gracias Kagura, espero que no tengas que usar la medicina.

    – Te acompaño a la salida Kaede.
    Una vez en la reja de la entrada Kagura hablo.

    – ¿Por qué no le dijiste Kaede?

    – Porque su sobrina está presente y Kagome ya tiene muchos problemas.

    – Kaede debemos encontrar la forma en que lo sepa, no es justo lo que pasa.

    – Te aseguro que el joven Taisho se quedo con muchas dudas, estoy segura que no se las guardara.– subió al carruaje que la había llevado hasta allá y Kagura subió la canasta con fruta que le había dado.

    – Ve con cuidado Kaede.

    – Nos vemos Kagura.


    Era más de media noche e Inuyasha seguía viendo la calle por una de las ventanas de la recamara. Algo andaba mal, lo presentía ¿Pero qué era?
    – Algo te inquieta ¿Qué es?– pregunto Miroku al pararse junto a él.
    Sabía que no era normal en Inuyasha quedarse a pensar a tan altas horas de la noche y ya le estaba pegando la preocupación al grado de no dejarlo dormir.

    – Hay algo que ocultan. Kikyou no dejo que esa mujer continuara y la forma repentina en que se fue.– le hizo saber sus preocupaciones.

    – Mañana será un nuevo día, te aseguro que sabremos cosas nuevas.– oculto un bostezo con su mano.– Si hay un secreto lo descubriremos.

    – Le pediré a Kikyou ir a esa cabaña.

    – Pero para eso debes portarte más amable y cercano a ella.

    – Lo tendré que hacer. Debo conocer más acerca de este lugar.

    – Ten cuidado Inuyasha, puedes llegar a enamorarte.– le dio una palmada en la espalda a la altura del hombro izquierdo y regreso a su cama.

    – ¿Y no es eso lo que quieren mis padres y tú?

    – Sí, pero de la chica correcta.– dijo antes de volverse a dormir.

    Continuara…

    -----------------------------------------------------------
    Gomen, gomen, gomen…
    Siento haber tardado tanto, pero me atoré con una parte, por culpa de un párrafo no la había podido subir. Y gracias a Mago de Oz, ya que su música me inspiro esta vez y así es como por fin lo termine *ˆuˆ*.

    Otro pequeño problema que tengo es que con esta historia tengo muchas ideas pero acomodarlas (darles vida) me cuesta y con la otra historia son la escases de ellas u_u Pero al final quedo listo, espero no desepcionarlas.


    Muchas gracias por sus mensajitos, me hacen muy feliz ˆuˆ
    Nekoo, Taori, hime, razon, Maritza e inariamy.

    En esta capitulo Kouga aparecio en escena y poco a poco las cosas se aclararan.
    Y bueno Nekoo, si estoy cosas de varias épocas, no se si han oido sobre el retrofuturismo pues es algo como eso, pero a mi manera ^^.
    Ah y Razón gracias por los consejos, espero haber entendido. Y tu avatar esta lindo ^^.

    Ahora estoy emocionada por el prox. Capítulo de Kanketsu– hen ¡Kyaaaa! No puedo dormir. Pero también por el de Rinne. Bueno, bueno, iré a ponerle los detalle finales al capítulo de Errores para subirlo también hoy.Se cuidan y nos estamos leyendo pronto. No olviden dejar sus mensajitos :°v°:

    Palabras:
    Oishi = Rico, Sabroso.
    Ikebana = Arreglo florar japonés.
    Hanako = Niña flor.

    * Ya saben como acostumbran en Japón XD.
    **Conocidos también como tianguis.

    28 de Enero de 2010
     
  13.  
    inariamy

    inariamy Usuario común

    Sagitario
    Miembro desde:
    22 Mayo 2008
    Mensajes:
    428
    Pluma de
    Escritora
    Re: Este y Oeste

    ¡hola!

    si te tardaste pero valio la pena ^^
    que bueno que ya salio koga pero yo quiero que salga ¡sesshomaru! haaaaaaaaaaaaa
    ¡que lindo!,bueno pues me guto mucho este capitulo no digo que los demas no pero este en especial tiene mucho trama, haaaa me dejaste picada, quiero ver que inuyasha llegue a la casa y que vea a kagome...y ¿que problemas habra tenido kikyou con kagome que no dejo que continue kaede?...mmmmmm eso no me dejara dormir jajajajaj pero bueno me voy, espero el proximo adios.

    ^^

    atte: ina-chan
     
  14.  
    NutS

    NutS Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    4 Abril 2009
    Mensajes:
    72
    Pluma de
    Escritora
    Re: Este y Oeste

    Hola!!

    :o esta vez quede con mas dudas... del final no entendí nada Dx como es que Kikyo no tiene que enterarse y Inuyasha si de algo que no se que es, la cosa es que forme algo muy enredado en mi mente y espero que lo pueda descifrar con el próximo capi @_@
    Me imagino algo de la relación de Kagome con Kouga... supongo que es algo parecida a la de la serie x'D
    *--* espero con muchas muchas ansias el prox. capi... lueguito >_<

    Ahhh! yo también estoy esperando emocionadicima el próximo capi de Inuyasha Kanketsu-Hen... quiero beso x'D

    Bye!! :vacabaila:
     
  15.  
    ahomexInu

    ahomexInu Entusiasta

    Piscis
    Miembro desde:
    13 Octubre 2009
    Mensajes:
    152
    Pluma de
    Escritora
    Re: Este y Oeste

    Hola amiga!!!
    Por fin Kouga a escena que bien veo que quiere conquistar a Kag, este capitulo me ha dejado con mucha intriga ¿que oculta Kikio, porque no quiere que Inu sepa de Kag?¿sera por eso que Kaede la sobre proteje? espero que mis dudas se resuelvan pronto.
    Besos...cuidate!!!
     
  16.  
    Kagome Cullen

    Kagome Cullen Entusiasta

    Tauro
    Miembro desde:
    28 Abril 2009
    Mensajes:
    94
    Pluma de
    Escritora
    Re: Este y Oeste

    Sip te tardaste...la vida es cruel xD bueno mmm...muy corto ¬¬ (o esk fui la que leyo rap) mas narración...no me quedó muy claro xD pero bueno me lie en la parte de kaede y kagura...bueno espero enterarme en el proximo cap...ette ¿Se enamora de Kikyo?¿Encontrara a Kagome?¿A Koga?¿Que teme Kikyo?¿Que gran secreto es ese que guarda Kaede?AAAAAAAAAAAAAAAAA!!! que rabia!!! yo quiero conti ><

    Atte: Tkm (Kagome Cullen)
     
  17.  
    razon

    razon Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    23 Junio 2009
    Mensajes:
    478
    Pluma de
    Escritora
    Re: Este y Oeste

    hay gracias me consientes jeje xD
    la conti esta muy interesante
    espero el proximo capitulo
    y pronto
    por que no soy de las que estan alli esperando eee bueno
    espero que inu conoscaa kagome ya xD


    atte:razon
     
  18.  
    Taori_3322

    Taori_3322 Usuario común

    Capricornio
    Miembro desde:
    10 Octubre 2005
    Mensajes:
    219
    Re: Este y Oeste

    Hola!! ^^

    El cap esta muy genial
    se esta poniendo mas interesante el fic
    quiero saber que es lo que pasa con Kag
    por el misterio de Kikyo o.o?
    a ver que decubre Inu
    que igual que a mi le da curiosidad xD
    nos vemos en la proxima conti ^^

    Besos
    Sayounara
     
  19.  
    Rinnu

    Rinnu Usuario común

    Cáncer
    Miembro desde:
    2 Junio 2006
    Mensajes:
    301
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Este y Oeste
    Total de capítulos:
    11
     
    Palabras:
    4272
    Re: Este y Oeste

    Este y Oeste


    IV. Mercado.
    Kaede regreso a la cabaña al anochecer. Solo se escuchaba el ruido del viento y el cantar de los grillos, las luces en la cabaña estaban apagadas. Al entrar, vio a Kouga y Kagome durmiendo en el sofá, ella recargada en el pecho de él, mientras el joven la abrazaba. Trato de no hacer ruido, para dejarlos seguir durmiendo, pero Kouga despertó.
    – Llegas tarde Kaede.– dijo medio dormido el chico.

    – Sí, tuve que ir a muchos lados ¿Qué tal su día?– colgó su chal en el perchero de la entrada y dejo la canasta sobre la mesa.

    – Divertido.

    – Okamiyama ¿Mañana podrías acompañarme a la cuidad?

    – Claro, pero Kag se quedara sola.– volteo a ver a la joven que dormía en sus brazos.

    – Será rápido y en la tarde ya estaremos de vuelta.

    – De acuerdo.– que remedio quedaba, la condición para estar allí fue ayudar con los deberes.

    La mañana llegó muy rápido para gusto del joven ojiazul. La mañana era perfecta para salir al aire libre y comer, ya que el día era cálido y el cielo estaba despejado, pero no, él debía acompañar a Kaede a la ciudad.
    – Okamiyama apúrate, se nos hará tarde.– apresuro al joven, mientras preparaba su canasta.

    – ¿Es tan importante ir hoy? Mira Kaede es un hermoso día.– abrió la puerta y la brisa cálida del día entro.

    – Lo sé, pero debemos ir por comida y hoy se pone el mercado.

    Kouga suspiro, no había otra opción, se dirigió a Kagome que estaba sentada en el sofá.
    – No tardaremos.– le prometió al tomar las manos de joven entre las suyas.– No te preocupes, no le abras a desconocidos y no hables con extraños, si una anciana te ofrece manzanas no las aceptes, no quiero encontrarte dormida.

    – De acuerdo.– respondió, tratando de ocultar su risa por aquel chiste.– Vayan con cuidado.– se despidió Kagome.

    – Por supuesto, Kag.

    Kagome los vio desde la puerta marcharse y una vez que se perdieron de vista en el bosque, se metió y comenzó a hacer la limpieza.

    Kikyou fue temprano a casa de su tío por Inuyasha y Miroku. Desayunaron de rápido y se marcharon a la plaza, ya que hay era donde se instalaba el mercado ambulante.
    La plaza estaba llena de gran variedad de puestos, la gente iba de un lado a otro con muchas bolsas o canastas repletas de comida. Otras, llevaban animales como gallinas, chivos o borregos, principalmente.
    – Hoy vienen personas de muchas partes a ofrecer sus productos, cosa que antes no ocurría.– dijo Kikyou al indicarles un puesto donde vendían carne de venado, conejo, jabalí y cocodrilo.

    – Es un buen progreso ¿Qué puestos son los más interesantes? Aparte del que acaba de mostrarnos.– pregunto Inuyasha, de la manera más educadamente posible.

    – Los de adornos, telas, espejos, maquillaje, ya sabe cosas de mujeres. Pero los hombres van a ver espadas y armaduras, otros van a los bares.

    – Si gusta podemos recorrer todos.

    – Me encantaría.– contesto muy animada, no sabía si era su imaginación, pero el joven Taisho ese día se comportaba muy amable y caballeroso.

    Apenas si habían pasado unos tres puestos, cuando Miroku vio a lo lejos a una hermosa joven que llevaba un vestido blanco y sobre del un brial de cuero café, su largo y lacio cabello café iba amarrado en una coleta alta.
    – A mi me encantaría seguirlos acompañando pero, hay algo que debo atender, nos vemos luego, con su permiso.– se despidió y se fue antes de que su amigo y la jovencita pudieran reaccionar.

    – Su amigo sí que tenía prisa.

    – Si bueno, tal vez fue a beber algo.– trato de excusarlo, solo esperaba que no se metiera en problemas y menos si los problemas tenían una mujer de por medio.

    – Bueno empecemos con los espejos, tal vez quiera llevarle alguno a su madre.

    – Esa puede ser una gran idea.

    Por su parte Miroku caminaba entre los puestos, se detuvo en un puesto de frutas y compro un par de duraznos, ya que comenzaba a tener hambre. Miraba a todos lados cuando por fin vio a la muchacha castaña de hacía un rato, la siguió discretamente hasta llegar a un puesto de lo que al principio pensó era de armaduras, pero al acercarse más noto, que había una gran variedad de artículos como papiros, telas, veladoras y catalejos.
    – Buenos días ¿Le puedo ayudar en algo?– pregunto un señor, que aunque se veía que ya debía tener unos cincuenta años se conservaba en buen estado.

    – Muy buenos días.– saludo Miroku.– Estas son armaduras un poco inusuales.– tomando un casco que parecía hecho de caparazón de armadillo.[FONT=&quot][/FONT]

    – Sí, pero son excelentes, muy resistentes y livianas.– Miroku tomo otra que parecía hecha de coraza de tortuga, pero no lo era, a pesar de que parecía extremadamente pesada era muy liviana tal y como dijo el señor.– Pero usted no es un guerrero, de hecho si no me equivoco usted es un erudito.– le dijo a Miroku después de examinarlo por algunos segundos.

    – Oh me alaga al pensar eso, no soy exactamente un erudito, pero es algo parecido. Y si, no estoy viendo las armas para mí, es porque a un amigo le gustan.

    – ¿Algo parecido? ¿Un alquimista? ¿Filosofo? Quizás… un Monje.

    Monje , esa palabra hizo que Miroku se alertara, pero conservo la calma y compostura.
    – ¿Qué le hizo pensar eso?

    – Eh viajado por muchos lados y conocido demasiada gente, entre ellos eruditos, todos ellos estaban un poco locos y casi nunca salían de sus “centros de estudio”. Pero usted parece viajero, es un erudito y tiene un amigo con gusto por las armas, solo pocos monjes tienen esas características, de hecho si no me equivoco, son llamados bonzos.

    – Oh, usted es muy observador, pero me gustaría mantener esto en secreto.– dijo al resignarse, qué más daba, acababa de ser descubierto, pero por alguna extraña razón sabía que podía confiar en ese hombre.

    – Claro lo entiendo, ¿Su amigo viene con usted?

    – Sí, pero él ahora esta…

    – Esta con Kikyou, padre.– le interrumpió la hermosa jovencita que hacía unos minutos acaba de ver.

    – !Sango¡ es de mala educación interrumpir de esa manera.– le reprendió su padre en un tono fuerte.

    – No se preocupe, su razón a de tener.– dijo Miroku, para tratar de poner las cosas en calma.

    – Su amigo debe ser muy importante como para estar acompañado de la señorita Kikyou.

    – Sí, algo así, él…

    – Es el hijo menor del general Taisho.– interrumpiendo de nuevo, a lo que su padre la reprendió con la mirada.

    – Ya veo, pero ¿Por qué ella lo guía?

    – ¿Hay algo malo?

    – Oh no, solo… solo pensé que sería el lord Dokumo su acompañante.

    – Él está ocupado, por eso es su sobrina. Bueno tengo que seguir mi camino, le hablare a mi amigo de usted.

    – Vaya con cuidado.

    – ¿Por qué no dijiste nada?– pregunto Sango al ver que el joven ya estaba muy lejos.

    – ¿Por qué no le dijiste tú? Pensé que por eso habías interrumpido.– miro con curiosidad a su hija.

    – Interrumpí para que supieras quien era, no te iba a decir su identidad.

    – No puedes estar segura de eso, lo interrumpiste en dos ocasiones. Además aquí hay mucha gente. Tal vez, quiera conocer a Totosai.– sugirió su padre, a lo que la joven salió corriendo del puesto, para ir en busca del joven.

    Busco por todos lado pero no aparecía por ningún lado. Tal vez ya estuviera con el joven Taisho y Kikyou, así nunca lo encontraría.
    – ¿Busca a alguien?– pregunto una voz masculina detrás de ella.

    – ¡Oh! Me asusto.– dijo al girarse y encontrarse con unos ojos azul fuerte.

    – Disculpe, no era mi intención, señorita.

    – No hay problema, lo buscaba a usted.

    Eso sí que lo dejo sorprendido, lo buscaba a él, ya sabía que una jovencita caería tarde o temprano en sus encantos.
    – ¿A mí? Me alaga, una muchacha tan bonita buscándome.

    – No se imagine cosas que no son.– dijo al fulminarlo con la mirada.– Viene a llevarlo con el herrero Totosai.– y con esas palabras acabo con las falsas ideas de Miroku.

    – ¿Por qué?

    – Dijo que al joven Taisho le agradan las armas ¿no? Totosaí es el mejor herrero tal vez tenga algo interesante.

    – Si lo que quieres es pasar tiempo conmigo, no debes inventar esa escusa.

    – ¿En verdad es un monje?– lo miro con curiosidad, ella también había conocido a otros monjes pero ninguno tan peculiar como él.

    – La pregunta ofende.

    – Usted tiene la culpa, no es un monje normal. ¿Quiere ir o no?

    – Si es la única forma en que tendré su compañía, encantado de acompañarla señorita Sango.

    – Aun no me ha dicho su nombre y usted ya conoce el mío.

    – Miroku, soy Miroku para servirle.– dijo al poner su mano derecha en su pecho e inclinar un poco la cabeza.

    Se alejaron de los puestos y del bullicio, caminaron hasta una pequeña casita hecha de madera y concreto. El piso era de tierra y grandes tinas con agua estaban junto al horno. Al entrar se noto de inmediato el calor, a causa de que el horno se encontraba prendido.
    – Viejo Totosai ¿Está en casa?– grito Sango al entrar al taller.

    – Sango pasa. Estoy terminando una espada.– contestaron desde atrás.

    – Venga. ¿Qué opina? Son impresionantes ¿no?– le pregunto a Miroku al mostrarle algunas de las espadas, que estaban colgadas en una especie de rueda.

    – Sí, tiene razón.– contesto Miroku al tomar una y examinarla más de cerca.– Sango ¿exactamente qué hace tu familia?

    – ¿Por qué lo pregunta?

    – En su puesto vi armas, armaduras, telas, teteras, papiros y te puedo asegurar que las espadas no eran de este señor.

    – Es algo complicado…– pensó por un momento como explicar eso y prosiguió.– Mi familia hace armaduras y armas poco comunes, diferente a las de Totosai, viajamos mucho y traemos mercancía de otros lados por eso de la variedad.– si, esa sería una buena forma de resumir todo.

    – Son gitanos.

    – No exactamente, pero algo así.

    – Sango ¿Cómo estás?– saludo un anciano de grandes ojos y delgado, al salir de donde estaba.– Me da mucho gusto que al fin tengas novio.

    – ¡No es mi novio Totosai! Es amigo del hijo menor del general Taisho.

    – Es una lástima… ¿Qué puedo hacer por usted?

    – Busco un regalo para mi amigo.

    – Convendría que el viniera, hay muchos factores que afectan para elegir una espada.

    – Es verdad. Entonces tendré que traerlo, mientras si usted me permite admirare su trabajo.

    – Adelante con confianza.

    – ¿El joven Taisho no tiene espada o es que las colecciona?- Pregunto Sango.

    – Si tiene, pero su padre la confisco, la uso para chantajearlo. Y no las colecciona ya que solo le interesa su espada, pero como ahora no trae pensé en brindarle una.

    – Usted es muy considerado con él.

    – Sí, pero el conmigo no.– dijo en todo dramático, lo que a Sango le causo gracia, aunque no sabía porque lo decía en ese tono.– ¿Conoces a la señora Kaede?

    – Claro, todos en la ciudad la conocen.

    – ¿Sabes dónde vive?

    – Este… si, pero…

    – ¿Algo malo?

    – Casi nadie va a su casa, solo van mi padre y el carretero Mushi.

    – ¿Por qué?

    – Tienen miedo de entrar al bosque.

    Miedo de entrar al bosque . Eso suena interesante y a aventura, seguro le agradara a Inuyasha, pensó Miroku.

    Frente a un puesto que exhibía finas y lujosas telas, de diversos coloridos y diseños; se encontraban Inuyasha y Kikyou.
    – Ya le he aburrido con mis cosas, le llevare con Kaijimbo.– dijo apenada, ya que en las últimas horas habían estado viendo telas, perfumes, alhajas, tocados.

    – No claro que no me ha aburrido, yo también quiero que la pase bien señorita Kikyou.

    – Me da gusto que me llame por mi nombre joven Taisho.

    – Dígame Inuyasha.

    – Solo si me dice solo Kikyou.– contesto bajando la mirada, para tratar de ocultar su sonrojo que se había hecho presente.

    – Está bien, Kikyou. ¿Quién es Kaijimbo?

    – Es el mejor herrero, sus espadas y armaduras son las mejores. Todos los guardias y soldados usan las de él.

    – Entonces vayamos a verlo.– el joven le ofreció su brazo y la joven no dudo en tomarlo. Así caminaron a su destino.

    Kikyou lo guío hasta un puesto donde le tocaba poca luz, a causa de que el techo tenía cortinas oscuras. El dueño, era un sujeto de mediana edad, que olía mucho a alcohol y su mirada era muy macabra, pero eso, no intimido a Inuyasha. Comenzó a ver las espadas, tomó una y se sorprendió por lo pesada que era, sería muy difícil mover algo así.
    – Son algo pesadas.- comento al poner de nuevo la espada en su lugar.

    – Pero protegen muy bien, se lo aseguro joven Taisho, son de la mejor calidad.– dijo Kaijimbo.

    – ¿Alguna que llame tu atención?– le pregunto Kikyou al momento que volvía a tomar su brazo.

    – Sí, pero quiero la opinión de Miroku. Por cierto Kikyou, quiero pedirte un favor.

    – ¿Tú dirás?

    – Quiero conocer la cabaña de Kaede ¿Podrías llevarme?

    – ¿Para qué?– pregunto sorprendida.

    – Quiero platicar con ella.– respondió como si fuera de lo más obvio.

    – Puedo mandar traerla, así la llevaríamos a comer a la posada.

    – Veras yo…

    – Allá esta, podemos invitarla ahora.– le interrumpió e indico el puesto de quesos donde estaba parada Kaede.

    Inuyasha volteo y vio a la curandera, pero el joven que estaba atrás de ella le pareció conocido, cuando estaba por mirarlo con más detenimiento la voz de dos niñas llamaron la atención de ambos jóvenes.
    – ¡Señorita Kikyou! al fin la encontramos.

    – ¿Qué sucede, Mayu, Nana?– pregunto Kikyou al momento que se ponía a la altura de las niñas de cabello negro y ojos grises.

    – Su tío la quiere ver, dice que es importante.– contestaron en coro.

    – Lo tengo que dejar, le prometo que hablamos de eso mañana, disculpe.

    Inuyasha vio a Kikyou marcharse a toda prisa, esas niñas habían sido muy inoportunas, bueno al menos para él, ya que seguramente para ella habían sido todo lo contrario. Cuando volteo a buscar a Kaede, ella ya no estaba, al igual que aquel joven. Ese joven le había recordado a Kouga, pero eso era imposible ¿Qué iba a estar haciendo Kouga en un lugar como ese?

    Al mismo tiempo, Sango y Miroku ya iban de regreso de con Totosaí, y estaban entrando a los puestos.
    – ¡Oh! Hay esta Inuyasha, ven vayamos a presentarte.

    – Mejor en otra ocasión, ahora está con Kikyou no deseo interrumpir.– ¿Cómo era posible que el joven Taisho se llevara tan bien con ella? Ella hacia siempre lo que le pedía su tío, incluso mantener ocupado al joven Taisho para que él pudiera hacer sus negocios.

    – No lo harás… Mira ella se va.– dijo al ver que dos niñas se iban con ella.– Vayamos con él.

    – ¡Hey Inuyasha!– grito agitando una mano.

    Inuyasha lo vio de inmediato y también vio a una jovencita que iba con él. Eso no era posible, ya decía él que por algo se había ido. ¿Acaso nunca cambiaría?
    – Miroku ¿Qué te dije sobre cort…?– no pudo seguir ya que Miroku lo tomo por lo hombros y lo miro fijamente.

    – Antes que pienses cosas que no son, esta señorita no me ha dado tiempo.– le susurro. Ya sabía él que en cuanto su amigo lo viera con Sango pensaría cosas que no son, aun que el mismo debía admitir que en un principio esa fue su intención, cortejarla, pero se dio cuenta que eso sería algo imposible.– Inuyasha, ella es Sango.

    – Mucho gusto, soy Sango, es un placer conocerlo joven Taisho.

    – Ella me llevo con herrero estupendo y deberías ver su puesto.– dijo muy entusiasmado. A lo que Sango pensó que era como un niño que acaba de ver algo nuevo.

    – No me digas más y muéstrame.

    De regreso al taller de Totosai, Miroku fue esta vez quien anuncio su llegada.
    – Totosai ya regresamos, adivina con quien.

    – Oh no lo creo.– el anciano se quedo boquiabierto.– Es usted joven Taisho, es un honor tenerle aquí.

    – Me dice mi amigo que su trabajo es excelente.

    – Se hace lo que se puede.

    Llevaban ya un buen rato con Totosai e Inuyasha parecía un chiquillo con juguete nuevo, probaba cada espada que veía.
    – ¿Siempre es así?– pregunto con curiosidad Sango.

    – Se podría decir que sí. Inuyasha ya deja de jugar y dime cuál quieres.

    – ¿Qué?– ¿había escuchado bien?

    – Te voy a regalar una, sé muy bien que te sientes muy expuesto sin una espada.

    – En ese caso esta, es lo más parecido a una katana.– dijo al tomar una espada delgada y de funda café.

    Ya había oscurecido cuando iban de regreso a la cabaña, Kouga iba molesto porque Kaede había dicho que volverían temprano, pero no, tuvo que atender a tres personas, dos de ellas se quejaban de dolor estomacal y la otra que le dolía la garganta. Al llegar al frente de la cabaña, vieron las luces encendidas y escucharon voces. Kouga se apresuro ya que reconoció de quien eran esas otras voces que no correspondían a Kagome. Esos eran Ginta y Hakkaku.
    – ¿Qué te dije de abrirle a desconocidos?– dijo Kouga en tono de regaño pero a la vez de broma, al entrar a la a cabaña.

    – Eres muy malo Kouga, no somos desconocidos.– le respondió el joven que vestía un chaleco que parecía armadura, pantalón de piel de oso café y botas negras; su cabello era blanco y en forma de picos, ese era Hakkaku.

    – Qué bueno que llegan, Ginta ya iba a ir a buscarlos.– les dijo Kagome, al ver entrar a Kaede.

    – ¿A qué se debe su visita?– pregunto Kouga y tomo asiendo junto con Kagome en el sillón. Miro con curiosidad a sus dos camaradas, algo le decía que no iba hacer de su agrado la respuesta.

    – Hemos venido por ti, Kouga. Hana va a casarse y quiere que seas el testigo.

    – Que lo haga otro, estoy de “vacaciones”.

    – Eres el nieto del patriarca, debes estar presente.– le dijo Ginta. Él tenía el cabello gris y solo un único mechón de cabello en el centro era más oscuro, Ginta vestía botas y camisa negras, pantalón de piel de oso más claro que el de Hakkaku.

    – Es cierto Kouga, es tu obligación, además Hana está muy entusiasmada.

    – Ve Kouga.– suplico Kagome.

    – Solo si vienes conmigo.– puso como condición el joven ojiazul.
    Continuara…

    ****************
    Kyaaaaaaa ¿Qué contestará Kagome?
    Bueno gomen, gomen por la tardanza, pero muchas cosas pasaron.
    Domo arigato por sus mensajes y espero que les gustará el capitulo.

    Ina– chan, Nekko, ahomexInu, tkm, razón, Taori.
    Y perdón si hay partes confusas, haber si aclaro algo algunas cosas ^^:

    Kikyou no quiere que Inuyasha sepa de Kagome. El pueblo tiene prohibido hablar de Kagome, pero sus amigos la quieren ayudar.
    Más adelante ya sabrán los cómo y porqués. Espero no haber confundido más XD.
    Espero haberlo depurado bien, ya lo leí dos veces, pero siempre se me puede ir algo. Nos estamos bien pronto, se cuidan.

    16 de febrero de 2010.
    ------------------------------
    Bueno aquí leyendolo de nuevo y corrigiendo algunas cosas, espero que ya quedara mejor ^///^
     
  20.  
    razon

    razon Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    23 Junio 2009
    Mensajes:
    478
    Pluma de
    Escritora
    Re: Este y Oeste

    aaaaaaaaaaaaaaaaaaa que bien por fin pusiste capitulo ya tardabas pero ten cuidadito con lo que escribes pues me fije en unos erroritos
    seria recomendable que re-leyeras el capitulo antes de publicarlo.
    bueno espero que kagome diga que si jijij
    me pregunto muchas cosas
    como que clase de muostros hay o como conosio a koga no entiendo esto se me hace un poco complicado espero en el siguiente expliques unas cuantas

    atte:razon
     
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso