One-shot de Pokémon - Espontáneo

Había sido un largo camino hasta aquí, un camino de risas y burlas que muchas veces se torno fatigoso e inalcanzable, pero slow y yo lo habíamos conseguido. Con el solo hecho de pisar esta arena de combate conseguíamos nuestra primera victoria, dejando en jaque a todos aquellos que nos dijeron que un slowpoke jamas podría llegar a la liga.

Ahora solo teníamos que dar lo máximo. Las palabras del presentador se perdían entre las ensordecedoras aclamaciones del público. En un acto de inercia atiné a lanzar mi pokébola, mas que por una orden por la necesidad de tener cerca alguien conocido que me brindara confianza en ese mar de voces. Miré a Slow y dí de frente con la misma decisión que me había topado el día en que salí del templo, él quería ganar tanto como yo.

Nuestro contrincante se llamaba Kybleyn, pero le apodaban Dan. Pasamos la noche anterior en vela estudiando una estrategia que pudiera sernos de utilidad contra su poderoso pokémon. No nos tomarían por sorpresa en el campo.

Del otro lado de la arena Dan sacaba a su Furret que se enroscaba velozmente en su cuello para recibir los mimos de su entrenador. La pequeña criatura parecía una bufanda que atrapada por el viento,ondeaba sin control de aquí para allá alborotada. Por mi parte cargué a Slow hasta el lugar que le correspondía, había engordado mucho con la comida del centro pokémon y moverse era una pérdidade energía innecesaria antes del combate. Acaricie su cola para darle buena suerte pero la aparto con rapidez. Ciertamente aún le avergonzaban las muestras de cariño en público.

El referí al ver a ambos pokémon en sus puestos lanzó una bengala al aire para dar inicio a la batalla. En un parpadeo teníamos a Furret encima corriendo a toda prisa con un Puño Trueno en alto. Slow tomó su posición de combate, aunque es mejor decir que levantó su cola.

La comadreja arremetió con violencia su primer golpe , levantando una nube de polvo que se disipó rápidamente. Slowpoke se había tendido de panza evitando el ataque. Su entrenador desde el otro lado del estadio ordenó a Quib una serie de golpes consecutivos, los que mi rosado amigo esquivó tratando de moverse lo menos posible. Nuestra estrategia estaba dando resultado.De pronto el pokémon rayado usó su cola a modo de escoba, levantando polvo. ¡No, era un ataque de arena! Slowpoke trastabilló en un esquive y el Puño Trueno conectó de lleno, arrastrándolo varios metros por el campo.

Preocupado mire en dirección hacía mi pokémon quien dejó relucir una mirada desafiante, era hora usar Psiquico. Levitó a Furret sobre el estadio para luego mandarlo a volar hacía el lado opuesto de la arena, dándole tiempo suficiente para reincorporarse. Apenas terminó de levantarse una inesperada cola de hierro se dejó caer sobre él, tumbandolo de nuevo al suelo. Se escuchó un zumbido y en cosa de segundos la comadreja estaba cargando un segundo Puño Trueno. Debíamos de pensar rápido o la velocidad de Quib terminaría destruyendo todos nuestros planes. Era ahora o nunca.

Pensé que no alcanzaría a enviar la orden, pero en un acto reflejo mi pokémon ya había ejecutado el ataque. El campo había sido cubierto en toda sus esquinas por un aura azulada, formando un rectángulo gigantesco. Espacio Raro hacía gala de su poder. Dan inconsciente gritó "Cuidado" mientras su compañero impactaba lentamente su PuñoTrueno contra el suelo. Era hora de cambiar puestos, Slow había corrido hacía el lado opuesto del estadio mientras su cabeza brillaba con intensidad. A toda velocidad golpeó a Quib con un Cabezazo Zen quien quedó gravemente herido. Repitió el movimiento dejando al pequeño casi debilitado. Ya teníamos la batalla en la bolsa, Furret estaba a nuestra merced. Fue entonces que se escuchó la orden y en un acto de precisión la comadreja congelaba sus patas con Puño Hielo, inmovilizándolo.

!No, otra vez¡ En un santiamén habían destruido nuestra combinación. Un nuevo puño se cargaba en su pata ¿Podría ser? Slowpoke me guiño el ojo, si se equivocaba estábamos fritos solo me quedaba confiar en él.
Puño dinámico le dio justo en la barriga, pero continuaba atrapado. Ritmo propio lo había salvado de la confusión, ahí fue que entendí. Me apresuré a gritar a todo pulmón "Escaldar" pero para entonces Furret yacía noqueado en la arena.

El referí alzó la voz entonando nuestros nombres mientras las gradas explotaban en aplausos. Con toda la emoción de la victoria corrí al encuentro de mi campeón pero jamas llegué a abrazarlo a tiempo porque Slow se había tendido a dormir ahí mismo. Lo dejé descansar en su pokébola y me dirigí a felicitar a Dan por el gran combate. Quib había recuperado su energía y corría de nuevo al hombro de su entrenador, "que fuerza la suya" pensé. Algún día tenía que idear una forma de llevar a Slow en mi hombro, tal vez así dejaría de ser tan vergonzoso.


Estaba dichoso. Habíamos conseguido nuestra primera victoria en el torneo y aún mejor, habíamos ganado dos fieros aliados en el camino. Estábamos cada vez más cerca de volver al templo.