The Hunger Games Esperanza [AU/Rue]

Las calles de Harlem eran frías, oscuras y solitarias. Demasiadas personas perdidas en la vida viviendo por simple instinto sin ir mas haya, sus cuerpos se mueven pero en sus miradas se nota que sus almas les han abandonado hace tiempo por falta de esperanza.
oidosue caminaba apresurada, su melena de pelo rizado se movía al igual que el estuche de violín dando golpeteos a su cadera mientras su mente la transportaba a otro sitio, pues su mente soñadora la hacia alcanzar hasta la estrella mas alta.

Todos los días después de la escuela, caminaba hasta Riverside para y usando de compás el oleaje de Hudson próximo entonaba canciones que había aprendido a tocar por su abuela, a la que le pertenecía el violín, que viejo y usado aun sonaba maravilloso.

Su abuela se había ido hace dos años, a sus catorce años de edad, su madre aunque era una buena mujer viéndose consumida con las presiones financieras que generaba el ser una familia numerosa en un barrio pobre le reprendía, indicándole que ese camino no le llevaría a nada e iba siendo tiempo que se resignara a una vida mas mundana.

Sabia que no lo decía por ella, era solo presa de la misma enfermedad que consumía a tantos y ella buscaba nutrir brindándoles musica y solía pensar que era así, que lograba despertar, reanimar un poco de ellos, tocando su corazón y de esta manera cambiar al mundo.

Una patrulla doblaba la esquina y en la otra acera alguien huía entre los callejones, esta era una manera brutal de hacerle volver a la realidad, del mundo de indicarle que estaba condenada.

Hasta que ocurrió. En este mundo como lo fue en otros, aquellas cuatro notas, resonando, significaron algo para ella, aquí fue: esperanza.

Una mujer de unos veintitantos años de edad había silbado a sus espaldas en la esquina frente a ella, unos intrépidos ojos verdes la observan mientras que unos labios rojos forman una sonrisa en su rostro aceitunado, un hombre rubio se asoma desde adentro y le indica que suba.

Ella los reconoce, los Mellark suelen traer pan al comedor comunitario que esta a algunas calles, no son precisamente ricos, pero bastante bondadosos.

Pero ¿cómo es ella la conoce?

Al instante se dispara en su memoria, cada ocasión cuando solía tocar "el árbol del ahorcado" una melodía melancólica pero bella, una persona se acercaba y depositaba un billete de 20 dolares silbando las ultimas notas al igual que ahora, sin falta, desde que comenzó a hacerlo.

Rue sonríe ampliamente pues sabe que parte de su sueño cumplido, su musica a alcanzado a alguien.