Especial de día de muertos [Neji & Tenten]

Hola a todos, aquí les dejo una pequeña historia que tiene que ver con el día de hoy: Día de muertos, para quienes sí lo celebren, espero que les guste, y para los que no, también xD, en fin, ojalá y todos estén pasando un muy buen día.

Autor: hyuggaTenten.
Título: Especial de día de muertos
Pareja: Leve Neji & Tenten
Tipo: One-shot.
Cantidad de palabras: 952
Advertencias: ninguna.

Especial de día de muertos.​

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Aparentemente era un día como cualquier otro.
La época otoñal engalanaba el momento. Fríos vientos resoplaban y barrían las caídas hojas de los árboles. Aquel día, extrañamente estaba más tranquilo, muy pocas personas deambulaban por las calles y contados eran los negocios que habían abierto.


Un joven shinobi hacía fila en la única florería que había abierto; portaba un atuendo inusual, había abandonado sus ropas ninja típicas de su clan, para lucir un sencillo conjunto negro.



—Aquí tienes Neji-san —habló la rubia empleada de la florería Yamanaka: Ino.


—Arigatou —respondió a secas al tiempo de recibir un ramo de flores.



Un día antes había pagado un juego de flores de cempaxúchitl, pues sabía que por la temporada se agotarían rápido.


Salió del establecimiento y sin prisa alguna comenzó a caminar, sus pasos eran firmes pero lentos, sus ojos no mostraban ni reflejaban nada a simple vista; su mente se había perdido, nadaba y se perdía en sus pensamientos, dejándose llevar instintivamente por su cuerpo.


El cielo se oscureció a causa de unas nubes negras y el viento resopló con más fuerza que la que tenía. El Hyuuga se paró en seco al llegar a la entrada de aquél lugar, sus ojos temblaron un poco, pero sólo un poco, pues pudo contener todos los sentimientos que revolvieron su corazón cuando leyó el letrero de “Panteón de Konoha”.



Poco a poco se adentró en aquél lugar. Nunca le había gustado ir, pues estaba lleno de tristezas y soledad. Pero era un día especial; lo ameritaba, no todos los días se les festeja a los que ya se fueron... Aquellos que pasaron a una vida mejor.


No estaba seguro si realmente los restos de su difunto padre estaban en la tumba que, año con año, visitaba y dejaba flores; puesto que el cuerpo de su padre fue entregado a la aldea de las nubes, pero según le dijeron, años más tarde sus restos fueron devueltos y habían sido sepultados en aquel lugar.


De cualquier forma, Neji siempre iba a ver a su padre cada día de muertos, por lo general no iba ningún otro día del año. Caminó entre muchas lápidas, algunas estaban completamente olvidadas, hasta telarañas tenían, mientras que otras estaban cubiertas por flores y otras cosas. Aquél lugar era sumamente grande, pero pese a eso el genio tenía muy bien ubicada la tumba de su progenitor.


Siguió caminando, ignorando los sollozos de algunas personas que se encontraban llorándole a sus muertitos. Una leve llovizna se soltó, humedeciendo un poco sus castaños cabellos, pero esto no lo detuvo.


Pronto paró en seco, por fin había llegado a la tumba de su padre, se encontraba parado frente a ella, mirándola fijamente. Sus ojos expresaban confusión, la lápida no estaba sola; al pie de ésta, yacía un enorme ramo de rosas blancas, tan preciosas, frescas y resplandecientes... Ah, claro, cómo no se dio cuenta desde un principio; aquellas rosas sólo podían venir de cierta persona.



—No te escondas... Sé que estás ahí Tenten —habló cerrando sus ojos.



No tenía caso seguir escondiéndose, la joven kunoichi de las armas rompió su camuflaje de roca, se sacudió un poco y luego se posicionó por un lado de Neji.

—No esperaba que te dieras cuenta —comentó mirando al nublado cielo.


—Hmph —esbozó una media sonrisa—. No soy estúpido.


—Eso no tiene nada que ver... Pudo haber sido Hinata o Hiashi-sama.



El Hyuuga guardó silencio, poco a poco abrió sus lunares ojos y los clavó sobre las rosas blancas. La lluvia se había intensificado un poco más; finas gotas de agua escurrían por los cuerpos de ambos jóvenes.


Neji dio unos cuantos pasos hacia el frente, se puso en cuclillas y depositó su ramo de flores sobre la tumba de Hizashi Hyuuga, a un lado de las rosas que su compañera había dejado.

—Hinata-sama y Hiashi-sama nunca traerían rosas blancas... Sólo a ti se te ocurre algo así.



Ante el comentario Tenten se apenó, por lo que sonrojó un poco, creyó que había sido muy imprudente de su parte haber llevado dichas flores.


—¿A... a Hizashi-sama no le gustaban las rosas blancas? Si es así perdón... yo no lo sabía.


—No... No es eso Tenten —murmuró al tiempo en que se giraba hacia la chica.


El joven Hyuuga clavó su mirada en la de la castaña; sus ojos rápidamente profundizaron los de ella. Nuevamente sus ojos temblaron, apretó sus puños para contener el sentimiento, pues los recuerdos otra vez habían acudido a su mente. Cerró sus ojos, respiró hondo y dejó salir el aire en un suspiro entrecortado. Volvió a destapar su mirada, volviéndose a encontrar con la de su amiga.



—Mi padre siempre cultivaba rosas blancas en el jardín... eran muy simbólicas para él... decía que eran como el alma de una persona cuando nace...


—Yo... no lo sabía, perdóname no quería…


—Arigatou Tenten —interrumpió, dibujando una pequeña sonrisa.



Los ojos de la kunoichi se abrieron de par en par, un extraño brillo apareció en ellos. Se sentía sumamente feliz, muy pocas veces Neji le regalaba sonrisas tan puras como aquella; eran contadas las veces que recordaba que Neji le hubiera dado las gracias.


—No hay de que... Neji —respondió con un tono suave y una gran sonrisa.



Ambos hicieron una reverencia ante la tumba, para acto seguido comenzar a caminar uno al lado del otro, como fieles amigos y compañeros que siempre van a estar juntos, en todo momento, felices y tristes…


El corazón de Tenten le dolía de tanta felicidad que sentía. Ella no supo si momentos atrás lo que había visto escurrir por el rostro de Neji habían sido lágrimas, o sólo fue la lluvia que seguía empapándolos, o tal vez... una mezcla de ambas.



















¿Qué les pareció?