Microrrelato Ese encuentro

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Ese encuentro

No puedo creer que la gente sea tan idiota. Me sentía a muchos grados por encima de mi temperatura corporal y con millones de voltios recorriendo mi cuerpo.

El pobre animal chillaba de dolor. El cerillo y su llama se perdían en sus orejas y vientre mientras esos dos desgraciados se reían.

No me pude contener, a pesar de que tenía muy pocas posibilidades tanto en número como en fuerza. No dije nada, simplemente me dirigí hacia ellos y tomé el lazo dónde habían sujetado al perro, esa vil cuerda que se hundía en su cuello. Era callejero, no pertenecía a nadie. El par de bobos me vieron alejarse sin decir nada, sin detenerme.

Cuando llegué con el veterinario mi furia llegó a su punto máximo. Después de revisarlo dijo:

- No ha comido nada en mucho tiempo, tiene costillas rotas y patas también rotas, quemaduras graves…y estaba embarazada, perdió a todos sus cachorros. Por lo visto la quisieron ahorcar. Tienes que seguir mis indicaciones al pie de la letra- indicó tendiéndome una hoja blanca.

Tenía ganas de llorar pero de cólera ¿ Acaso los animales no son seres vivos?¿No merecen respeto?

- Yo me la quedaré- decidí acariciando su pelaje amarillo y apestoso .Las lágrimas caían ardientes por mis mejillas mientras se me hacía un nudo en la garganta de la indignación.





Ahora eso ha quedado muy atrás. Alhena y yo somos incondicionales y nos acompañamos a todas partes. Poco a poco he calmado su dolor, al menos eso creo. Me ayudo a olvidar a ese tonto que arruino mi corazón y que Alhena ha pegado de nuevo. Me siento llena y completa de nuevo por ese encuentro.