Otro Escuela fría

Escuela fría ​

Un lunes normal de invierno; llegué a la escuela y tras dejar mi mochila en el aula salí al pasillo. Me apoyé en la barandilla con ambos brazos para observar el paisaje, estaba todo cubierto por neblina y a pesar de que en otra estación ya hubiera amanecido, el cielo oscuro de la mañana cubría todos los posibles techos por ver.

Empuñé mis manos y dejé salir el humeante calor de mi boca en un suspiro lento y artificial, sonreí ladino al ver la masa blanca que se perdió en el aire. Con eso podrías jugar a ser muchas cosas como cuando eras pequeño, y a pesar de que el efecto "imaginación" se perdía con el tiempo, igual seguía siendo interesante ver aquel humo salir del interior de uno. Mis manos dolían y sentía todo el cuerpo entumecido, era algo idiota tal vez, porque aún no me acostumbraba al frío del invierno y mi cerebro tenía la palabra "Calor" implantada en su sistema a la hora de colocarme el uniforme. Froté mis manos entre ellas y las guardé en los bolsillos de mi delgada chaqueta de buzo.

Miré el aula desde afuera, una luz amarillenta caía sobre los pupitres y un par de compañeros con los que no solía conversar, y esa mañana no sería la excepción. Me dirigí al final del pasillo donde estaban las únicas escaleras que guiaban abajo, me quedé en ese perímetro cuadrado antecesor a la bajada para apoyarme nuevamente en la barandilla. Desde el segundo piso se podía observar perfectamente todo el patio de la escuela, cosa que me venía de mil maravillas. Después de unos minutos ocurrió, ella había emergido de la puerta de entrada y estaba caminando totalmente ensimismada.

—¡Heeey! ¡Camiii! — Le grité desde lo más alto con un vozarrón propio de mi —. ¡Camiii! — Volví a gritar, ahora poniendo las manos alrededor de mi boca como si intentara amplificar el sonido, aunque siendo sincero; no tenía idea si eso funcionaba siquiera.

Cami alzó la vista al cielo ante el segundo llamado, sonrió apenas logró divisarme entre las alturas del edificio, yo alcé mi mano zarandeándola junto a todo el brazo en forma de saludo; ella tan solo elevó un poco la suya y me devolvió el gesto sutilmente. Tras hacer eso noté como empezó a subir las escaleras corriendo... Cosa que tal vez no era la mejor opción en una mañana fría y húmeda como esa, donde los escalones se volvían resbaladizos. Para alivio mio y suerte suya, tan solo llegó jadeante por haber subido corriendo toda las escaleras de una.

—¡Hola Iván! —saludó mientras aún intentaba regular la respiración, sin dejar de sonreírme, cosa que era mutua— ¿Qué tal?

—Tengo demasiado frío, estoy entumido —. Noté como me observó de arriba hacia abajo, para que después le surgiera una expresión algo conmovida.

—¡Tienes que abrigarte más! Estamos en invierno —contestó acercándose un poco más a mi, le ganaba de altura casi por una cabeza.

—¡Lo sé, lo sé! No te preocupes, estoy acostumbrado —dije intentando quitarle el peso que yo mismo le había puesto al asunto, mientras volvía a poner mis manos en los bolsillos y dirigía mi vista a la entrada del liceo, en busca de otra cabellera conocida.

—Si claro, lo que tu digas —respondió sin más mientras sus cálidas manos se metían en mis bolsillos, se entrelazaban con las frías mías y la sacaban para dirigir ambas a sus propios bolsillos. De esa forma, mis manos agarraron un poco más de calor, a pesar de que sentí las suyas entumecerse.

—No era necesario —dije sonriendole algo avergonzado.

—No me importa, no me molesta; estoy bien con ello. Aparte, tu harías lo mismo, ¿no?

Le sonreí de vuelta a su sonrisa.

—Claro que si.

Los días de clase en invierno podían ser muy jodidos, melancólicos o fríos, pero con un par de amigos siempre eran más fáciles de sobrellevar todos los posibles problemas, con Cami sobre todo.

>> ¿Hiciste la tarea?

—... No...

—... Yo tampoco...

Bueno, aunque había veces en las que no importara cuantos amigos tuvieras, la única manera de evitar inconvenientes era siendo responsable uno de si mismo, de sus cosas y acciones...

A menos que Bea llegara temprano, ella siempre tenía por lo menos media tarea hecha.