Ermitaños Porque todos en un momento lo somos Dos idiotas se fueron a encontrar justo en el único día que salieron de sus casas, desde ahí nunca más se separaron. Eran como una hermandad. Dos incomprendidos se conocieron, entendieron que en realidad nunca estuvieron solos, que eran más lógicos de lo que podría ver cualquier otro. Sin ser espejos, reflejaban sonrisas. Sin ser siameses, sufrían sus heridas. Aun sin haber destino escrito, parecía arte de magia que se hubieran coincidido. Y sin nada más que agregar, siguieron unidos.
He ahí el golpe de suerte de esos "idiotas". Encontrar a alguien que realmente te comprenda y con el que puedas realmente abrirte es algo muy especial. Sobre todo para la gente que es cerrada/introvertida por naturaleza. Buen relato Mori!