Microrrelato Eres como las rosas.

Rosas, eras como las rosas. Lindas y traicioneras rosas. Engañabas con el rojo carmesí de tus labios y luego atorabas hiriendo con tus espinas.

Me dejaste roto linda rosa, linda muñeca. Has roto casa pedazo de mi corazón. Pero yo también rompí el tuyo, creo que fue tu venganza. Eras un crisantemo, sin aroma, sin esencia, pero hermosa. Te lastime y te convertiste en una flor peligrosa. Me lastimaste con la apariencia de una rosa. Con la apariencia de una muñeca que se deja manipular, pero luego la muñeca se venga cuando menos te lo esperas.