Long-fic Equilibrio independiente [Natsu&Rengo&Mao&Kuroki|SamuraiSensou][Colección]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Kaisa Morinachi, 14 Enero 2021.

Cargando...
  1.  
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
    Miembro desde:
    20 Julio 2015
    Mensajes:
    6,296
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Equilibrio independiente [Natsu&Rengo&Mao&Kuroki|SamuraiSensou][Colección]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    72
    Aclaración:

    Natsu Gotho pertenece a Insane , Rengo a Amelie y Kuroki a Gigavehl

    Muy simple; escritos independientes y no canónicos donde descargue todo lo que me transmiten estos tres.

    Sin mucho más que agregar:

    "Equilibrio independiente"


     
    Última edición: 14 Enero 2021
  2. Threadmarks: Yin y Yang [Kuroki|Masuyo]
     
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
    Miembro desde:
    20 Julio 2015
    Mensajes:
    6,296
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Equilibrio independiente [Natsu&Rengo&Mao&Kuroki|SamuraiSensou][Colección]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    367
    Yin y Yang
    Kuroki y Masuyo


    "No les prestes atención, los chicos son así; les gusta atormentarnos"
    -Sí me importa, me importa mucho-

    Una falda no es una invitación.
    Anne wiht E

    El día fue agotador, el día fue largo, el día fue grande, el día fue un día triunfal; uno que sobresalía sobre el resto de días muertos y perdidos. Dos figuras pequeñas, de almas gigantes, cruzaron miradas en un pasillo oscuro. No había nadie más, solo se miraron, pestañearon; se perdió en el brillo de sus ojos, ella en el mar calmo de los suyos. Se mantuvo serio, pero ella ladeó la cabeza como un cachorro pequeño, siendo leal.

    Se sintió extraño, algo se removió por dentro, y tras ese gesto sintió que la comprendía un poco más... solo un poco.

    —Buenas noches, Kuroki.
    —Buenas noches, Mao —respondió con calma, relajado, pero cierta tensión qué no sabía de dónde provenía; no le dejaba bajar la guardia.

    La chica desvió la vista al suelo, marcó una luna en el piso de madera, con sus sandalias café. Manos tras la espaldas, cabizbaja, y le habló con una dulzura que él nunca antes había visto en ella, pero sí que la sentía con Misato.

    —Olvida todo lo que viste de mí en Nara—. Alzó el rostro, firme, pero ladeado; frágil—. Esa no era yo.

    Y tras eso, pasó por su costado en absoluto silencio, en dirección a su dormitorio.

    >>Mañana será un gran día —murmuró, dejando a Kuroki frente a un vacío oscuro y gélido. El chico volteó a verla tras su espalda—, descansa.

    Justo cuando la pequeña cruzaba el umbral de la puerta, el chico se vistió con una amplia sonrisa, respondiéndole con suavidad:

    —Igualmente, Mao.

    Y fue capaz de ver como los labios ajenos también se tensaban, aunque hubiera sido por un mínimo segundo: Kuroki vio la verdadera sonrisa de Masuyo.

    "Ellos me engañaron no más desear por una estrella fugaz"
     
    Última edición: 14 Enero 2021
    • Adorable Adorable x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
  3. Threadmarks: Demonios [Mao|Rengo]
     
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
    Miembro desde:
    20 Julio 2015
    Mensajes:
    6,296
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Equilibrio independiente [Natsu&Rengo&Mao&Kuroki|SamuraiSensou][Colección]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    511

    Demonios

    Volvían, volvían. Las voces, la voz. Nunca se iban, siempre estaban, era imposible huir a un lugar que no existía, huir de un lugar que no estaba. Era su cabeza y él, el vinculo de comunicación, para tener la ayuda de un demonio... debías ser compasivo, pero estos no lo serían ni contigo, ni con nadie. Nunca.

    Nunca...

    ¿Estas seguro de eso, Rengo?

    ¡Despierta de una vez, Rengo!

    Entonces parpadeó, incrédulo; como sí hubiera despertado de un mal sueño, como sí hace unos momentos no hubiera estado ahí, como quién vive en dos realidades a la vez. Sus ojos, amarillos como las bestias nocturnas, se cruzaron sin temor alguno con los rojos carmesí que él poseía.

    Como la sangre, como los demonios.
    Como la sangre, como las lycoris.​
    Como la sangre, como la manzana tras madurar.​

    Solo pudo inhalar otro poco, pestañeó otra vez. Se sentía paralizado, aunque sus manos habían terminado aferradas a los delgados brazos de Masuyo; las manos de esta sostenían con fuerza la cabeza de Rengo. Frente a frente, la chica en vez de brindarle algún beso o una paliza, unió sus frentes con firmeza.

    Estoica, tranquila, decidida.
    Deseaba tanto cosas así, pero le parecían tan inalcanzables.​

    —¿Estás acá, Rengo?

    Al chico se le tensó todo el rostro, compungido, y las ganas de llorar y huir volvieron a apoderarse de él. Ahora todo era un profundo azul marino, y no quería que nadie lo encontrara en ese lugar. Pero la chica no se quedó mucho tiempo callada, con cada acción suya, había una reacción de su parte. Y no importara a donde desviara Rengo la vista, Masuyo la tenía clavada sí o sí sobre él.

    Asfixiante, la niña lo estaba asfixiando sin mover nada más que su boca y con suerte parpadeaba un poco.
    ¿Qué diablos vez en mí, Masuyo, que te obliga a seguir acá?​

    >>Ya estas acá...— Soltó casi en lo que parecía un suspiro de alivio, y con su rapidez innata, envolvió a Rengo con sus brazos; le rodeo el cuello, le obligó a esconder su cabeza entre la propia y sus hombros; dónde quisiera en realidad. Coló una mano entre el cuerpo de ambos, para pasarla por debajo del brazo ajeno y así acariciar la espalda con más facilidad, suma suavidad; mientras le hacia mimos mullidos en el pelo. La voz de la chica también era conciliadora, grave, maternal.

    —Tranquilo, Rengo, ya estas aquí; nadie te va a sacar de aquí, nunca te lo permitiríamos, ni a ti ni a nadie. Antes muertos.

    No fue necesario ver a Natsu revisando cada punto alrededor de ellos milimétricamente, para que cualquier cosa pre-juiciosa o peligrosa no les viera o siquiera se atrevieran a acercarse.

    A interrumpir ese momento intimo, que solo podían conseguir ellos dos; que vivían rodeados de demonios carmesí.

     
    Última edición: 14 Enero 2021
    • Fangirl Fangirl x 2
  4. Threadmarks: La piedra que no muta con el clima [Natsu|Mao]
     
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
    Miembro desde:
    20 Julio 2015
    Mensajes:
    6,296
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Equilibrio independiente [Natsu&Rengo&Mao&Kuroki|SamuraiSensou][Colección]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    809
    Insane uwu <3

    La piedra que no muta con el clima.

    Verano e Invierno


    Había huido, había escapado; otra, y otra, nunca dejaba de huir. Era así de simple, a veces podía hacer frente a la más grande adversidad, pero luego la más mínima cosa me rompía, me quebraba; la pisoteaban, magullaban, maltrataban; por dentro, aunque siempre terminaba por replicarlo en mí cuerpo, porque... en serio. Era un dolor constante insoportable, que a veces tenía el pecaminoso deseo de no pensar nada, cosa imposible; era la última que debía pensar, la primera en actuar. Balance, equilibrio, ciclos; cambios.

    Había día en que simplemente cambiaba, dejaba atrás al enaltecido "Ryouma" y me sumía a lo más profundo de "Masuyo", y ese ser tan raro y complejo como solitario era yo: Mao, la araña tejedora de su propio destino. Tan pequeña e insignificante, tan fácil de aplastar, pero... pocas veces te encuentras con una araña peligrosa, pocas veces te percatas de ella, pocas veces... pero siempre existía la posibilidad, y aunque fuera miníma... Estábamos en guerra, las cosas mínimas eran esenciales.

    Me sentí en guerra desde que no pude defender lo que más amaba; mis hermanos. Esos que tenían un futuro brillante, mientras yo me quedaba apacible en las sombras que me brindaban los árboles de mi hogar. De mi preciado bosque, hasta eso me habían quitado los malditos. No podían ser otras que seres maldecidos por algo; emociones, reglas, estructura, sangre. Echarle la culpa a dioses, deidades o yokais era para gente débil incapaz de enfrentar las adversidades y problemas.

    Eso último fue un mensaje directo de mi abuelo, no lo recordaba, pero en esta noche vino a mi mente como sí nada. Era viejo, se veía pequeño y muy, muy enfermo. Estaba en sus últimas, estabamos comiendo entre gente con confianza, había soltado esas palabras... Nunca lo supe, pero mis padres siempre nos habían preparado para la guerra; para funcionar tanto juntos como por separado, predecirnos con la mirada, entendernos con el movimiento.

    Y no tenía a mis complementos, los habían asesinado sin piedad, aun cuando todos éramos niños ingenuos aún. Para mi suerte, maduré tan rápido como sufrí dolor constante.

    —Mao —escuché la voz grave, no demoré en identificar de donde venía, pero me quedé estática y paralizada. Dios... entre todos los que podían encontrarme, debía ser el más apático de todos. No estaba para nada contenta, pero la angustia no me daba para enojarme.

    Me encogí, me encogí; me escondí, me acurruqué entre las raíces del gran árbol; no importaba dónde fuera, a cuál lugar llegara: La naturaleza nunca me iba a dejar, tampoco a traicionar, porque los únicos que traicionan son los humanos o cualquier cosa que se relacione con ellos.

    Sollocé en un silencio tortuoso, escondiendo todo, parecía una simple bola temblorosa. Sí no fuera por los sonidos altamente sutiles, no me habría encontrado... pero era Natsu, tenía un don o maldición especial por terminar en los lugares más jodidos o encontrarse con las personas más inhumanas...

    No muy diferente a mí, en realidad. ¿Cómo era...? Equilibrio, complementos, fluyen sin confrontarse, pero no pueden crecer y mejorar juntos: Yin y Yang sin cambios de energías, como me ocurría con Kenzaburo; con Natsu simplemente iba a recibir algo y él, luego, recibiría algo de mí, sin mayores alteraciones. Un da y recibe, mientras con Kenzaburo solo dábamos y dábamos, para seguir dándonos. Eso era agotador, asfixiante, pero te hacía más fuerte.

    —Mocosa idiota.

    ... Al final, él me envolvió en sus brazos, me posicionó con cuidado en su regazo, me envolvió tal manta. Su cuerpo era enorme, el mío pequeño, no es como que hubiera sido demasiado difícil dejar que las energías Yang que poseía me cubrieran por completo.

    Blanco impoluto. Me sentí en paz un momento. Anhelé que durara por siempre, pero...

    Así no iba a llegar a ningún lado.

    Yin
    Pasividad
    Suavidad
    Material
    Invierno
    Frío
    Luna
    Noche
    Descanso
    Femenino​

    A veces olvidaba algunas partes de mi Yang, las enviaba lejos, por eso me enfermaba tanto... con Natsu al lado, esos días se reducían cada vez más y más. Él esperó en silencio, acariciando mi espalda y cabellos de manera, para mi sorpresa, muy similar a la de mi madre. Eso tan solo terminó por romperme, liberarme, y lloré; lloré con él, porque sabía que era el mejor guardando los secreto.

    Porque no importa cuanto patees o golpees una roca,
    ella seguirá ahí, el único que se daña eres tú.

    Obsérvalo, toma un respiro, y acurrúcate a su lado;
    que una piedra lisa es mejor que un suelo lleno de insectos.

    No te arrepentirás.
     
    Última edición: 14 Enero 2021
    • Fangirl Fangirl x 2
  5. Threadmarks: Pacto de sangre [Kuroki y Mao]
     
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
    Miembro desde:
    20 Julio 2015
    Mensajes:
    6,296
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Equilibrio independiente [Natsu&Rengo&Mao&Kuroki|SamuraiSensou][Colección]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    907
    Perdón Gigavehl , no tengo control.





    Pasaba... simple y llanamente pasaba. No me gustaba creer en el destino, porque ni loca, ni hastiada, ni derrotada aceptaría cosas que yo no provoqué; pero esto no era cosa de dioses y plegarias, de maldiciones y esperanzas... o tal vez si. Escuché los gritos del... niño, de aquel chico de cabello albino, cada vez más corrompido; dolor, dolor, dolor. Muerte, muere; vive, Kuroki: ¿Qué no habías dicho que eras un guerrero? Me adentré aún más en aquellas entrañas malditas, lo que conocían como santuario, pero con la guerra cerniéndose sobre nosotros... solo era un mero matadero más.

    —¡Aléjate, Masuyo! —gritó entonces, mandándome una mirada furiosa... ¿dónde habían quedado sus orbes azules? Me detuve, como a dos metros de distancia, observando impasible lo encorvado que estaba, el sudor recorriéndole el rostro, como miserablemente intentaba contener su respiración agitada para mantener aunque sea un mínimo se solemnidad... estoicismo... ¿qué pasó con tu mente, Kuroki?— Diablos —masculló el albino, yo tan solo desenvainé mi espada tras un suspiro suave, irrelevante. Ni siquiera el filo del arma hizo ruido alguno, me habían entrenado bien.

    >>¡
    ¿Qué demonios haces, Mao?! —soltó desesperado, pero manteniéndose a pesar de todo cuerdo, daba hasta gracia, pero no me reiría en su cara; nunca más volvería a reírme de Kuroki. El chicho restrocedió con rapidez, con dificultad, encarándome hasta con torso y piernas; flexionadas, manos empuñadas, ya no aferrándose a su cabeza... Jaqueca... lo había visto en Rengo un par de veces...

    Así que estaban conectados... curioso. Solo había avanzado tres pasos, me detuve cuando él mencionó la palabra "demonio"
    —¿No sería más razonable que yo preguntara eso, Kuroki? —solté monocorde, sin alzar la voz, después de todo estábamos solos en ese lugar que ya no sabía discernir sí veneraba dioses o monstruos. No eran muy diferentes, al final del día.

    El chico mascullo, más bien fue un quejido de dolor, entornando sus ojos mientras luchaba por mantenerse de pie.
    —¡No diga eso! —espetó desviando la vista y rostro hacia un lado, siendo yo ahora la que entornába la mirada; actuaba como sí alguien le hablara, como una tercera... ¿o quinta presencia? De cualquier modo, deduje que no era yo a quién se dirigía, así que avancé con lentitud dos pasos más; el albino no demoró en ponerse en guardia...

    Sus ojos cada vez eran más negros... se le marcaban las venas... y mi mano empuñaba más la katana; iracunda, silenciosa: sinuosa.
    >>¡Es peligroso! —bramó con firmeza, por fin genuino control sobre lo que parecía una situación desesperada. Solté otro suave suspiro, nunca dejando de sostenerle la mirada, de comprender su figura; de estar atenta a... su vida.

    —¿Crees que no lo sé, idiota? —espeté yo ahora, con seriedad y gélida; sintiendo las llamas rojizas cernirse tras mi espalda, el dragón abrir las fauces tras Kuroki y la araña bañándonos en sus hilos blanquecinos casi imperceptibles... pero aquellas cosas eran invisibles, solo yo las percibía.

    Kuroki mantuvo un silencio, apretando los puños con fuerza cabizbajo.
    >>Se como funciona esto—. Y cuando alzó la vista solo me encontraba a cinco pasos de distancia; y no detenía mi lento caminar. Me miró sorprendido, anonadado, estático; observé como el azul volvía a ratos a sus iris, como el blanco intentaba batallar contra la oscuridad en sus escleróticas. Sangre chorreaba de mi mano izquierda, y a tres pasos cerca de él, lancé sin ningún tapujo mi katana por los aires; hacia la derecha, con exactitud, giró de manera horizontal hasta estrellarse con algo o simplemente caer al suelo, revotando con un sonido metálico.

    Sus ojos... eran una mezcla de cosas; cualquier transformación se había detenido... pero no era suficiente. Le extendí mi mano con solemnidad, toda mi palma estaba cubierta de mi propia sangre; Kawayama, Kobayashi; Murai, Kenzaburo.





    Y muchos más.

    >>Vamos, Kuroki; ¿no eras un guerrero valiente? —pregunté, más bien ataqué con palabras filosas y candentes, nunca perdiendo mi tono monocorde. Desvió la mirada, luego la entornó, pues el dolor volvía; hizo un par de cosas erráticas, y aún así yo me mantuve como una estatua más, extendiéndole mi mano: Inamovible.

    Respirando con dificultad, desenvainando su katana solo lo suficiente para cubrir el filo con su propia palma; Intercambié miradas con el chico endemoniado.
    —¿Estás segura? —habló ronco, con seriedad, a pesar de que ya se había cortado la palma; la esclerótica era cada vez más blanca, su palma izquierda se machaba, miré por un segundo la sangre que escurría... era más oscura que la normal. Volví a enfrentar esa mirada, con la propia más apática que cualquier otra que hubiera visto en mí misma.

    —Siempre hago lo que quiero— ¿No te ha quedado claro? Ja...

    Solo pude permitirme una sonrisa de satisfacción silenciosa y amplia cuando Kuroki, a pesar de la clara pena y angustia que reflejaron sus orbes azules arrepentidos, selló ese extraño pacto de sangre conmigo.

    E independiente de lo que fuera que sentí...
    esto era más fácil que arriesgarse a formar una familia.
    Al final del día ambos éramos unos cobardes,
    ¿no...
    Mara?

     
    Última edición: 17 Febrero 2021
    • Fangirl Fangirl x 1
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso