Entre tu Piel [Tenten x Neji]

Entre tu Piel [Tenten x Neji]

¿Hasta donde llegarías por tratar de olvidar el pasado?
Tenten quiere alejarse del hombre que la hizo sufrir; para olvidar el pasado. Se va de Konoha buscando protección en otro lugar, buscando el olvido de sus memorias. Comienza a vivir con sus amigos Hinata, Naruto y su hija Lin. Pero… ¿Qué pasará cuando el destino junte a ése hombre y a Tenten nuevamente? ¿Tenten tendrá el valor de enfrentar a Neji? ¿Qué más secretos se esconden en esta dramática historia?​

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Bueno, esta es mi primera creación de Naruto. Un Fic de mi pareja favorita, Tenten & Neji; espero que les guste. ;)​

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· Entre tu piel ·​

· Prólogo: “Esa Noche…” ·​

Ella podía sentir las manos de él acariciando dulcemente su brazo desnudo. Y fue cuando llegó a su hombro, que sintió un escalofrío recorrer desde su cintura a su nuca, y un sonrojo reposó sobre sus mejillas. Su corazón comenzó a acelerar su paso, haciéndola sudar… y no precisamente por cansancio. Miró a sus costados, buscando refugio en aquellos ojos que tanto gustaba apreciar. Las varoniles manos de él, se posaron sobre sus caderas y la hizo apegarse a su cuerpo, acariciando el torso desnudo de su hombre; para luego escuchar su voz en su oído…

-- Te necesito… -- Dijo en un susurro excitado.

Ella cerró los ojos, y se dejó llevar por el momento, y por lo que le dictaba su mente confusa. Escuchaba una voz que le gritaba: “Detente”. Pero otra muy diferente le decía: “Entrégate”. No muy apta para decidir, dejó que él la guiara por el camino de la segunda opción… y después de eso, y de probarse ante él con un beso; no fue el efecto del trago, que bebió hace unos minutos, lo que la hizo volar y despegar de este mundo…


-- Señorita Tenten –- Llamó una voz.

Pareció fruncir el seño. La pequeña no pudo observar bien desde su posición. La mujer dio la vuelta en su cama y se cubrió hasta los hombros con las sábanas. La pequeña se acercó de a poco y agitó el bulto que formaba sobre las frazadas, repitiendo una y otra vez el nombre de la mujer.

-- ¡Señorita, despierte! –- Exclamaba la pequeña con eufórico ánimo -- ¡Señorita Tenten!

Ella no dio más y decidió levantarse.

Tenten abrió los ojos con un enorme esfuerzo, cayendo sobre estos la luz del sol amanecido. Lentamente se sentó en la cama, despegando su cara de la suave almohada. En su rostro aún se dibujaba el sueño y su cabello suelta yacía regado sobre su espalda. Pero aún así, ella se veía bella, jovialmente bella. Y lo era, no cabía duda, con su cabello negro levemente ondulado y sus ojos verdes penetrantes, independiente de un cuerpo bello y un rostro angelical. Muchos de los hombres de la ciudad la miraban con descarada inspección, aunque a Tenten no parecía importarle.

-- Señorita… el desayuno…

-- Está servido, lo sé. –- Dijo la mujer completando la frase que la pequeña tanto quería anunciar –- Gracias Lin.

-- Por nada – Respondió ella con una bella sonrisa en su inocente rostro, para luego salir corriendo de la habitación de Tenten.

Ella miró la puerta por la que había desaparecido la pequeña Lin, con melancolía. ¿Cuánto ya había pasado desde que…?

Suspiró frustrada; cerró los ojos y se echó de espaldas, otra vez, acostándose. Sintió el sudor recorrer su cuerpo y su camisón oscuro apegado a su figura. La humedad bajo su nuca y sus labios resecos, los lamió con cuidado y volvió a suspirar. Había vuelto a soñar con lo mismo. Esa noche en que todo pasó… Si esa noche nunca hubiera existido, ella perfectamente podría estar viviendo feliz en Konoha, pero el destino no lo quiso así. ¡Estaba cansada! Cansada de tener a ése hombre en sus sueño. Cansada de tenerlo aún en su mente, encerrado sin salida. Cansada de seguir sintiendo algo por él, además del rencor; aunque a ese sentimiento no estuviera muy acostumbrada.

Se levantó de la cama, agradeció al cielo que era sábado y se dispuso a tomar una ducha antes de cambiarse de ropa para ir a desayunar con sus amigos. Se acercó al guardarropa y extrajo un par de toallas blancas, las abrazó contra su pecho y cerró la puerta. Caminó hasta el baño, dispuesta a tomar esa ducha que tanto le hacía falta; cuando pasó por frente del espejo y se vio. Su cabello, sus ojos, su piel, su cuerpo… ella. No, esa mujer que estaba en frente, no era ella. Era un disfraz, una máscara. Alguien que ocupaba su identidad, y nada más que eso.

Acercó su mano al espejo, acariciando el reflejo de sus ojos, y fue cuando su voz dijo en un susurro:

-- Lo siento, pero ésta es la única forma… de escapar.

Después de todos esos años, tenía razón, ya no había marcha atrás. La decisión ya la había tomado, y estaba más que decidida. No iba a dar vuelta ahora. No quería retroceder. Entonces se observó por última vez, antes de meterse al cuarto de baño. Se duchó, se sacó todo ese sudor que le incomodaba, se vistió y salió de su habitación con ganas de un buen desayuno.

En el comedor, estaban Naruto y Hinata, degustando la comida que preparó la antes mencionada; con la pequeña Lin devorando sus cereales con leche. Tenten se sentó a su lado, y acarició la cabeza de la niña con dulzura, Hinata la miró con una sonrisa y Naruto observó de reojo por sobre el periódico que estaba leyendo. Hinata Hyuuga era una mujer muy dulce y atractiva, con penetrantes ojos albinos y cabellos oscuros y azules, una mirada tímida y un cuerpo encantador con una piel pálida y suave; mientras que su esposo, Naruto Uzumaki, era un hombre fuerte y de mirada decidida. Con el cabello rubio y desordenado, una piel bronceada y unos ojos azules. Con un físico fornido que enfundaba tras jeans y camisas. La pequeña que los acompañaba tenía el cabello oscuro, que sujetaba en una trenza tras la nuca, y los mismos bellos ojos de Hinata.

-- Buen día Hinata –- Saludó Tenten con su habitual sonrisa. –- Hola Naruto

–- Saludó nuevamente, dirigiéndose al rubio que tomaba, ahora, su café.

-- Buenos días –- Respondió Hinata mientras traía más pan a la mesa --

-- Hola –- Saludó Naruto con alegría para luego devorar una tostada que había traído su esposa, Hinata –- Delicioso –- Dijo con la boca llena de pan.

Ante esto, la pequeña Lin soltó una risita. Hinata y Tenten la miraron con dulzura y rieron también. Naruto bebió un poco más de café y se levantó de la mesa con cuidado.

-- Con permiso –- Dijo a las chicas.

-- Adelante –- Respondió Hinata sonriendo.

-- Estaba delicioso –- Agregó Naruto besando la mejilla de su esposa y la cabeza de la pequeña.

-- Gracias –- Agradeció Hinata sonrosada por el cumplido de Naruto.

-- ¡Sí, mamá! – Exclamó la pequeña Lin a Hinata -- ¡Está riquísimo!

Tenten observó a la pequeña Lin con ese rostro de alegre melancolía. El hombre desapareció con una última sonrisa dedicada a Lin y Tenten, tras la puerta que conectaba al pasillo para luego meterse en el dormitorio que compartía con Hinata. Al lado del cuarto de Lin.

Hinata sacó las cosas que su esposo usó para desayunar. Y limpió la mesa mientras Tenten terminaba de desayunar junto con su hija. Después de eso, Tenten avisó a Hinata que saldría unos momentos a caminar, Lin quiso acompañarla y la pelinegra no se pudo negar, tampoco Hinata.

El día era fresco, típico de primavera. Tenten recogió una flor de sakura para la pequeña Lin, quien se la puso tras la oreja, feliz y jovial. La pelinegra cogió de la mano a la pequeña luego para cruzar la calle, tenían como destino el parque Amai Hime, que era el favorito de ambas. Y cuando los autos dejaron de circular, las dos atravesaron las calles junto con otro montón de masa humana. ¿Qué hace tanta gente un sábado por la mañana?, se preguntó Tenten a sí misma en el momento en que se sentía aplastada por toda esa muchedumbre.

Cuando al fin ya hubieron llegado, Tenten dejó que la niña fuera hacia los juegos frente al pequeño lago, mientras ella se sentaba en una banca cercana y la observaba. La fresca brisa de la primavera hizo danzar los cabellos oscuros de Tenten y aletear su falda blanca. Lin le hizo una seña para que se acercara, a lo que Tenten solo levantó su mano y negó levemente. Ante esto, la niña fue a buscarla personalmente.

-- Ven –- Dijo jalando de su muñeca. –- Vamos a jugar –- Dijo con su voz dulce e infantil.

-- Bueno, bueno… -- Accedió Tenten sin saber negarle nada a la pequeña.

Las horas pasaron volando, ambas se divertían mucho, Lin más que Tenten. El sol estaba sobre ellas, indicando el pasado mediodía. Pero eso no les fue un obstáculo. Caminaron alrededor del lago, mirando los peces que se reflejaban nadando bajo las cristalinas aguas. Cuando a Lin ya le dio hambre, Tenten decidió que ya era la hora de regresar a comer. Hinata estaría preparando la comida, y con una promesa de que volvería terminadas de comer, se fueron de la plaza Amai Hime.

Al regreso, no había tanta gente como antes. Seguramente por el calor que en ese momento hacía, pensó Tenten. Una que otra brisa las acompañó, pero la última hizo que la flor de sakura que Tenten recogió para Lin, volara como ave en el cielo. La pequeña apuntó la bella flor hasta que se perdió de su vista, se movía de forma elegante nadando entre el invisible viento.

Cuando ya estaban a punto de llegar a la casa, iban girando la esquina para entrar en el barrio. Tenten pudo observar un auto negro estacionado frente a la casa de Hinata y Naruto, y a un hombre tocando la puerta en esos momentos. Al principio pensó que era una visita nada más, y se acercó sin temor alguno, pero después, cuando lo vio ya más de cerca…

Una gota de sudor frío cayó al costado de su rostro, y sus ojos verdes se abrieron sin poder creer lo que veía, a quién tenía en frente… después de tantos años, de tantos intentos de olvido… él estaba ahí, a no más de una decena de metro de ella, de ellas. La pequeña Lin la miró confusa. ¿Qué le sucedía?, pensaba sin comprender la actitud de Tenten. La llamó miles de veces, sin obtener respuesta. La mujer solo miraba enfrente. Entonces Lin también lo hizo. Ahí había un hombre, de cabello negro y largo, sujeto por una coleta en las puntas; y ojos iguales a los suyos, albinos, con un Jean y una camisa negra. ¿Quién es?, cuestionó la pequeña con una ceja arqueada. Pero, como respuesta, solamente recibió una palabra de Tenten…

Ahí estaba el hombre a quién siempre quiso olvidar, quien la tenía tan alejada de todo lo que quiso, quien la obligó a alejarse de lo que fue la realidad, a disfrazarse, a ser quien no es…

Tenten, sin poder creer aún lo que veía, dijo en un hilo de voz:

-- Neji…

Continuará…
-
Fin Prólogo.
Terminado el 12 de diciembre de 2007, 22:25 p.m.​

Notas de la Autora:

Bueno, ahí lo tienen. He aquí mi historia. Tardé aproximadamente dos horas en escribir este prólogo tan corto. ¡Dios! Eso es mucho ¿no? Igual, quería que quedara “perfecto”. Este es mi primer Fic de Naruto, y obvio, iba a ser de mi pareja favorita Neji & Tenten. Espero que la hayan disfrutado y que me digan qué tal está.

Pero, please, no spam; más que un simple "¡Conti, conti!", porque eso no me ayuda y además los borraran.

Gracias por leer el fic.

So Long & Good Night.

 

Re: Entre tu Piel [Tenten x Neji]

:*-*: Omg...

Muchas gracias por todos los post, que me alegran mucho. nOn

El capitulo está en construcción, prometo publicarlo pronto; y estará dedicado a mis 3 noviAs: Fey, Kakiis y MorenA.

 

Re: Entre tu Piel [Tenten x Neji]

Muchas gracias a toda la gente que posteo. Ojalá me perdonen por la demora. Pero prometo que el próximo capitulo tardará menos. Sin más que interrumpir, el primer capitulo...

Dedicado a Kakis, Fey, MorenA y Soña.
Y, por supuesto, a tod@s ustedes.
​

· Entre tu piel ·

· Capitulo I: “Ojos albinos [Primera Parte]” ·

· - ·​

«A veces las soluciones no son tan simples,​

A veces la despedida es la única forma…»​

Shadow of the Day​

Linkin Park​

· - ·​

-Neji… - Susurró Tenten sin poder creer aún lo que sus ojos veían.

No, que tonta, no podía ser él, ¿verdad que no? Neji vivía en Konoha, muy lejos de Tokio, lejos. Sólo debía ser alguien que se pareciera a él, nada más que eso. Tenten se repetía una y otra vez la misma explicación en la cabeza sin poder convencerse a sí misma. Lin no dejaba de mirarla de una forma curiosa, la chica nunca se había comportado de esa manera, y ese nombre que dijo…

-Señorita Tenten – Intentó nuevamente Lin, pero Tenten no salía de su estado.

Sentía el sudor correr por su rostro, sentía sus manos temblar, pero lo peor de todo era que sentía sus mejillas sonrosarse y su corazón acelerar al verle ahí, parado tocando la puerta de la casa de Hinata y Naruto. ¿Por qué? Se supone que ella lo odiaba, que no quería verlo otra vez, pero, de cierta forma, sentía ese sentimiento enterrado, renacer con solo verlo. Tenten rogaba que Hinata no estuviera para que no le abriera la puerta, que después se fuera en ese auto negro y que no volviera, que todo siguiera como siempre.

· - ·

Neji Hyuuga sentía que su paciencia se agotaba a cada segundo. Hinata no le abría la puerta, quizás no estaba o lo estaba evitando. Sus dudas aumentaron al escuchar un ruido dentro de la casa.

-¡Hinata! – Le llamó eufórico mientras golpeaba la puerta.

Ella estaba ahí, lo sabía, su corazón se agitaba. El tan solo pensar que la volvería a ver lo hacía tener más fuerza para volver a golpear esa puerta, iba a derribarla si era necesario, la necesitaba, la extrañaba, la amaba aún. Tenten había sido una parte importante de su vida, tanto en la escuela como después de ella. Una promesa, una caricia, un beso, una relación. Pero fue un idiota aquella noche en que todo se nubló y cometió el error que la alejó de él y de ese amor que tanto cuidó, ese amor que se ahogó en botellas y tragos y pasó a ser ya más nada que una triste película antigua.

Estaba perdiendo la cabeza y no sabía que hacer, iba a derribar esa puerta, lo iba a hacer…

· - ·

Tenten suspiró sin perder el control de las emociones que nadaban en su mente. Sentía que iba a colapsar en cualquier momento, y una marea de preguntas de abalanzaba contra ella intentando ahogarla.

-¿Qué haces aquí? – Pensó Tenten cuestionándose a sí misma, sin poder razonar muy bien la situación.

Se suponía que no volvería a ver el rostro de Neji Hyuuga nunca más en su vida; se había escapado para poder olvidarlo, para poder vivir en paz junto a sus amigos y su…

¡No! Tenía que salir corriendo, si los ojos de Neji se posaban sobre ella se acabaría todo, pero… ¿Qué estupideces estaba diciendo? Ella tenía su “disfraz”, él no la reconocería, aun que no estuviera tan segura de eso…

Cogió con fuerza la mano de la pequeña Lin, quien seguía sin poder entender nada; fue entonces, cuando los ojos de la pequeña pudieron observar, cómo las puertas de su casa eran abiertas, y por ella se asomaba el rostro de Naruto Uzumaki, su padre. Tenten presenció a Neji Hyuuga entrar a su casa sin menor problema, después de una pequeña charla con Naruto, ella no comprendía del todo, pero se preguntaba por qué Naruto dejó entrar a Neji, si él sabía todo lo que había pasado entre ella y Neji Hyuuga.

-Deberíamos ir… - Dijo la pequeña Lin, jalando de la falda a Tenten - ¿Quién es ese señor?

-No sé, Lin – Mintió Tenten sin poder ocultar su nerviosismo. – Tal vez es una visita para tu padre, es mejor volver al parque. – Sonrió tímidamente.

-Pero tengo hambre. – Se quejó Lin jalando de la mano de Tenten.

-Te… Te compro algo en el parque ¿sí? – Ofreció Tenten, suplicando que la niña aceptara –

-Pero… Mi mamá se enojaría, porque no fuimos a comer con ella y mi papá. – Explicó la pequeña, confundida por el ofrecimiento que Tenten le hizo; pues fue ella quien le dijo que volvieran a comer. Todo este comportamiento por parte de Tenten le parecía muy extraño, y todo empezó con la vista de ese hombre –

Tenten bajó la mirada. Se sintió pequeña ante la situación. Lin pudo escuchar un pequeño sollozo proveniente de la mujer, pero prefirió callar.

Tenten sintió cómo la mano de la pequeña Lin se la llevaba de ahí. Boquiabierta, siguió a la niña quien, sonriente, la dirigió hasta el árbol de sakuras.

-Me gustaría un helado de chocolate. – Dijo jovial la pequeña, cuando vio la cara de Tenten.

La mujer, por su parte, hizo escapar una pequeña lágrima de sus ojos. Se inclinó para estar a la altura de Lin, y la abrazó cual madre lo hace con su hija. Asintió con una sonrisa en su rostro y retomaron su camino hacia la heladería más cercana.

La pelinegra aún se sentía insegura. Pero sólo una pregunta se formulaba en su mente: ¿Qué hacía Neji Hyuuga, después de tantos años, ahí?

· - ·

Las puertas de la casa de Hinata fueron abiertas por ella misma; con un delantal de cocina violeta, con una mancha de salsa sobre él. La muchacha de ojos blancos miró al recién llegado con desdén. Sin poder pronunciar palabra, dejó que él hablara primero:

-¿Dónde está?

Neji Hyuuga se fue directo al grano, sin rodeos, los había tenido por malditos 7 años, y no quería mas vueltas al asunto. Quería saber de ella ¡Ya! Quería tenerla de vuelta… ¡ahora! Y nada se lo impediría.

-¿Quién?

Hinata Hyuuga evitó cada respuesta obvia. Por algún motivo su primo sabía que Tenten estaba viviendo con ellos, pero ¿quién es lo dijo?

-Hinata. – La voz de Neji Hyuuga resonó en los oídos de Hinata - ¿Dónde está?

La mujer de azulados cabellos dio un paso hacia atrás, quiso cerrarle la puerta en la cara pero le fue inútil, tenía mejores reflejos que ella.

-¿Está aquí verdad?

-¡No, Neji! – Gritó Hinata, cansada. - ¡No está aquí! ¡Ella se fue lejos, por tu culpa!

-¡Hinata…!

Pero fue inútil llamarle, ella cerró la puerta en su cara. No había más por hacer. Neji Hyuuga permaneció varios minutos frente esa puerta oscura, sin saber si volver a tocarla, derribarla, o simplemente resignarse e irse. Una marea de ideas le venía a la mente, de emociones, sin poder controlar ninguna, se sentó en los escalones de la puerta y, con la cabeza entre las manos, se quedó ahí.

· - ·

Ya habían pasado un par de horas desde que Tenten y Lin decidieron ir a comer a otro lado por su cuenta. La chica estaba segura de que Hinata entendería el por qué no fue a comer, la razón era obvia, y tenía nombre y apellido: Neji Hyuuga.

Lin degustó un helado de chocolate, por el cual hizo gran escándalo en la heladería. Tenten no tenía hambre, tenía melancolía…


Su mano acarició la de ella. La chica de castaños cabellos llevó sus ojos almendra al cielo. Intentando, de cierta forma, evitar esos ojos albinos de tan penetrante mirada. Ella sintió la mano de él ascender por su brazo desnudo, hasta llegar a su hombro, y acarició su mejilla con dulzura. La muchacha se sonrojó con nerviosa sonrisa y tomó la otra mano del muchacho y la acarició torpemente.

Una oleada de emociones se abalanzó al momento del más mínimo roce entre su mano y la de él. Entrelazaron sus dedos, cual par de románticos amantes. Sus rostros se fueron acercando de a poco, y a unos centímetros de experimentar el dulce deseo de un beso, él dijo en un susurro ronco:

-Te quiero…

Ambos, enamorados, rozaron sus labios cálidos. Él apretó su boca contra la de ella para hallar la enloquecedora humedad de su lengua. Fue un beso impetuoso, cargado de verdadera pasión. La abrazó fuertemente y acarició su cabello, su espalda.

Ambos sentían el deseo crecer a cada caricia que se proporcionaban…


-¡Señorita Tenten! – Le llamó Lin cuando bajó del columpio de la plaza –

La mujer se sobresaltó ante tal inesperado llamado. Las manos de Lin se acomodaron en sus rodillas y suspirando le dijo:

-Mejor regresemos a casa. – Le aconsejó la pequeña – Seguro ése hombre ya se fue.

Tenten parpadeó sin comprender cómo la mente de los pequeños era aguda e inteligente. Asintió sin demora, seguro que Neji ya se había ido. Fue sólo un sobresalto, sólo eso…

Las cosas aún no estaban claras y no podía razonar muy bien la situación. ¿Por qué se le había venido a la mente ése recuerdo? Cerró sus ojos intentando convencerse a sí misma que había un error dentro de ella. Pero apenas observó la oscuridad, vio los ojos alvinos de ése hombre.

-Maldición – Pensó con furia, frunciendo el seño –

Lin la observó sin decir palabras, el comportamiento de Tenten era fuera de lo habitual, no quería entrometerse en lo que no le convenía, y estaba segura de que el problema que Tenten tenía ahora, era algo que ella debía resolver con ése hombre.

La tarde era agradable y fresca. Común de primavera; el árbol de sakuras seguía adornando la calle. Cuando doblaron en la esquina, Tenten no vio el auto que, seguro, pertenecía a Neji, un gran alivio la invadió, suspiró hondó y se liberó de toda la tención que sentía en ese momento. Pero al acercarse a la casa sintió una mano coger su brazo, obligándola a voltearse. Y cuando pudo ver mejor al que lo ocasionó, se encontró con un par de ojos, mirándola de cerca, tal vez demasiado. Pero esos eran los ojos albinos de… Neji Hyuuga.

Continuará...

Notas de la Autora:

Me tardé, lo sé, lo siento. También pienso, que este capitulo está un poco corto, el próximo será más largo, lo prometo. Mañana mismo comienzo con la segunda parte. Ojalá les haya gustado, y me dejen sus comentarios. Positivos o negativos, son bienvenidos.

Pero, please, no spam; más que un simple "¡Conti, conti!", porque eso no me ayuda y además los borraran.

¿Qué hará Tenten ahora? :*.*:

Espero que haya sido de su agrado. Gracias por leer el fic.

So Long & Good Night


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