Self-insert Entre sueño y realidad

Tema en 'Literatura experimental' iniciado por Phoenix Shepard, 26 Octubre 2017.

  1.  
    Phoenix Shepard

    Phoenix Shepard Entusiasta

    Aries
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    22 Julio 2017
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    Escritor
    Título:
    Entre sueño y realidad
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1496
    Este es mi primer intento de fanfic. Decidí combinar parte de mi vida con un sueño que tuve hace tiempo. Sin más, espero que lo disfruten.
    -------------------------------------------------------------------------------
    ¡Váyanse! ¡Váyanse! ¡Dejen de perseguirme!
    Esas malditas bestias no paran de perseguirme. Yo solo puedo correr. Intenté dar la vuelta y enfrentarlos, pero eran demasiados y yo estoy solo. Lo único que conseguí fue que me golpearan, aunque los golpes no me duelen. A veces veo sombras pasando cerca de mí. Me resultan familiares; intentan decirme algo, pero no soy capaz de oírlas.
    De pronto, todo cesa. Ya nada me persigue. A lo lejos veo una luz muy brillante y me dirijo hacia ella; la luz ni me quema ni me molesta, sino todo lo contrario, se siente reconfortante. De pronto la luz se eleva y no soy capaz de verla, aunque sé que sigue ahí. De entre la sombras aparecen cinco muchachos. Todos soy yo: Todos se parecen a mí en distintas etapas de mi vida. Los cinco me miran; algunos sonríen, pero otros se limitan a saludar y quedarse serios, como si esperaran algo.
    Súbitamente, vuelven a aparecer las bestias. Su llegada nos sorprende a todos, excepto a los dos que les aguardaban .No sé cómo, pero ahora soy capaz de ver todo como si estuviera arriba; aunque no me he movido. Veo como el más pequeño de los cinco se acerca a las bestias y empieza a hablarles; parece estar haciéndoles preguntas .Intento gritarle que se aleje, pero mi voz no sale, no se oye nada... y lo que temía ocurrió: Una de las bestias se lanza contra el pequeño y lo golpea con fuerza, mandándolo de vuelta hacia sus hermanos.
    Después de curar y dejar al pequeño a cuidado de uno de los cinco, otro de ellos va a confrontar a los monstruos. Es el segundo más joven y sin embargo tiene cierto aire extraño, como si tuviera respuesta a cada interrogante que cualquier persona sea capaz de formular. Este se para frente a los engendros que lastimaron al pequeño y al igual que este, comienza a hablarles, pero más que hablar, parece que los acusa: No puedo oír lo que está diciendo, pero por la forma de su rostro parece estarle recriminando a los engendros más cosas que haber golpeado a un niño. Lamentablemente, su final no es muy diferente que el de su predecesor, solo que ahora antes de mandarlo a volar de un golpe, esas malditas bestias se burlaron de él. Cuando se levantó, el segundo parecía haberse recuperado totalmente del golpe y aun así, también parecía estar lastimado.
    En eso, vi como el tercero de los cinco se adelantó rápidamente, saco un cuchillo y se abalanzó sobre una de las bestias, matándola a puñaladas. Cuando el tercero se levantó, los monstruos que quedaban empezaron a rugirle como si le estuvieran reprochando algo. Empecé a preocuparme, porque si alguien no hacía algo de inmediato, el tercero se lanzaría contra las bestias el solo y terminaría muerto.
    Como si me hubieran leído la mente, en ese momento avanzó otra de mis replicas. Este parecía un villano en toda regla, a juzgar por la diabólica sonrisa que esbozaba su rostro. Apartó al tercero y se acercó a los monstruos. Al igual que la mayor parte de sus predecesores, el cuarto empezó a hablarles a los monstruos, pero esta vez era diferente: Lo estaban escuchando atentamente. De pronto los engendros empezaron a pelearse entre sí mientras el cuarto reía satisfecho.
    En ese instante, aparecieron otra vez las sombras. Se colocaron detrás del ultimo de mis replicas, que aún estaba quieto. Lo extraño era que ahora las sombras me eran muy familiares.
    De entre el tumulto que habían formado los monstruos peleándose, un par de ellos saltaron de repente y se dirigieron directo contra las sombras. El ultimo de mis replicas les corto el paso, hecho mano a una espada y se plantó firmemente entre las sombras y los monstruos. Estos le atacaron, pero a pesar de que recibió unas embestidas capaces de mandarlo a volar varios metros, el espadachín no se movió ni un milímetro. Esta vez, los monstruos fueron los que se llevaron todos los golpes; el espadachín no tuvo piedad con ellos. El resto de aquellos monstruos decidió marcharse ante el poder de mis replicas.
    De repente, estoy de nuevo al nivel del suelo. Mis 5 réplicas se me acercan. Todos vuelven a sonreír y forman un círculo, pidiéndome que me les una. Obedezco. Entro y cargo al más pequeño de todos, que es sorprendentemente ligero. Todos extendemos nuestras manos derechas hacia adelante, juntándolas. La mía queda por encima de las de los demás. De repente todos brillan y desaparecen. Ahora estoy solo, pero siento que ellos todavía están aquí. De repente las sombras se me acercan. Ahora los reconozco: ¡Todos son mis amigos!
    -Gracias por ayudarnos-dice uno.
    -Bueno, eh...de… de nada.
    -Tu sabes que en este equipo tú no puedes faltar-dice otro, el más alto de todos. Esta vez me quedo sin palabras. ¿Yo?¿Imprescindible?¿Desde cuándo?
    -Gracias por ayudarnos. Es increíble que esto se te de tan bien-dice otra sombra mientras sostiene un libro y un grupo detrás de ella le da la razón asintiendo. Caray, es la primera que alguien elogia mis conocimientos de esa manera.
    -Si no fuera por ti hubiésemos perdido-Dice otro.
    -Bueno...pues...eh...n-no fue nada-Vaya, creo que me estoy poniendo rojo.
    Ahora se me acerca otro grupo de sombras. Este es diferente: No tienen forma. Solo parecen personas, pero no soy capaz de distinguir sus rasgos. Uno de ellos se adelanta.
    -Sabes que siempre serás bienvenido entre nosotros-
    -¿Yo? Pero si yo...
    -A nosotros lo único que nos importa es que seas respetuoso con el resto de nuestra comunidad y que siempre estés dispuesto a divertirte. No nos importa quien seas.
    Cielos, estoy conmovido. Llevo tanto tiempo queriendo escuchar esas palabras.
    Pero lo bueno nunca dura lo suficiente. Los monstruos vuelven; y esta vez mis replicas no están. Ay ,Dios mío ¿Qué hago?
    De pronto, bajo mi mirada hacia mi mano izquierda. Tengo una lanza; a saber cuánto tiempo lleva allí. Miro hacia mis amigos y veo que todos llevan armas: Espadas, arcos, mandobles e incluso bastones mágicos. Uno de ellos, vestido ahora con una armadura negra y esgrimiendo un mandoble, se me acerca
    -Ya es la hora
    -Lo sé
    -Tenemos que pelear
    -También lo sé
    -¿Pasa algo?
    -Tengo miedo. No sé si podré hacerlo
    -No, tú no puedes. Nosotros, todos juntos, sí que podemos. Despues de todo, para algo están los camaradas ¿no?
    Tiene razón. Tengo que pelear. ¡Tengo que ganar!
    Ya sin dudar, agarre con fuerza mi lanza y avancé corriendo hacia las bestias. A pesar de que no miré hacia los lados, sabía que mis amigos también se habían lanzado al combate detrás de mí.
    No sé cuándo el lugar donde estábamos se transformó en un coliseo. Solo sé que al final de la batalla, todas las bestias habían muerto. Lo extraño es que ahora formaban una especie de pirámide de cadáveres pesar de que nadie los había movido del sitio en que cayeron. Todos mis amigos estaban alrededor de la pirámide. Unos gritaban celebrando la victoria mientras que otros estaban tirados en el suelo, pero no estaban muertos ni heridos, solo estaban exhaustos.
    Sin que nadie me lo dijera, solte mi lanza y empecé a subir aquella extraña pirámide. Fue como si algo me elevara desde el suelo; fue como si levitara. Cuando llegue a la cima, vi a una gran multitud en las gradas. No los reconocía, pero me alegraba de que alguien viera mi victoria .No, nuestra victoria. No pude contener más la emoción y levante el puño en señal de victoria. Creo que grité algo, pero no pude oír nada.
    De repente, siento que caigo. No siento dolor cuando me doy contra el piso. Cuando me levanto, estoy cerca de un acantilado desde el que se ve el mar. Mis amistades más cercanas están allí también. Todos me miran sonriendo. De pronto, siento que la luz me ciega. ¡Oh, no! ¡Ahora no!
    Estiro la mano tratando de tocarlos. Ellos, que están formando un círculo, estiran también las suyas hasta que todas se tocan y saltando, dijeron algo de lo que solo puedo escuchar el final antes de desvanecerme
    -...para siempre
    Abro los ojos y la luz de la lámpara me ciega. Todo era un sueño. Un sueño muy familiar. Mi madre me dice que me despierte, que se me hace tarde. Cuando paso una mano por mis ojos, noto una lagrima corriendo por mi mejilla. ¡Vaya! Después de tantos años sin aparecer. Pensé que las había perdido. Por alguna extraña razón, recuerdo la mayor parte del sueño. Creo que finalmente encontré lo que tanto tiempo he estado buscando. Ahora sé lo que dijeron al final
    -¡Mejores amigos para siempre!
    Sí. Por muy infantil y cursi que suene, seremos los mejores amigos para siempre.
     
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