Engañando al Corazón

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por brownie, 8 Octubre 2011.

  1.  
    brownie

    brownie Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    19 Enero 2011
    Mensajes:
    70
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Engañando al Corazón
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    333
    Engañando al Corazón.

    Comienzo

    —Piensas en el aun— pregunto un ambarino a su compañera de cama.
    —No ¿Por qué pensaría en quien prefirió quedarse con un cadáver?— la joven azabache respondía mientras se levantaba del lecho y frente al ventanal miraba el sol resplandeciente.
    —Y tú, te arrepientes de a verla sacado de tu vida— el ambarino la miraba sentado en la cama, como de costumbre se callaba ante las preguntas impertinentes de su joven amante. Sonrió de medio lado viendo la imagen de su antigua mujer, en la que estaba parada en frente de el, al acto que encendía un cigarrillo.
    —Sabes que detesto el humo del cigarro en la mañana— Aome se acerco y rompió el cigarrillo mientras daba un cálido beso en los labios de Sesshomaru. —No vienes a la ducha— Lo invito Aome desde la entada del baño dejando caer su pijama al suelo.
    —Tentadora tu oferta pero hoy no, tengo cosas que arreglar en la oficina, pero paso por ti en la tarde— La chica lo miro sin preocupación alguna y cerró la puerta.
    —“¿Quién diría que a dos años aun pensaría en ti?”— El ambarino saco otro cigarrillo y tomando la lap en sus manos vio varias fotografías de ella, la mujer que un día lleno su corazón y que ahora le pertenecía a otro o quizás al viento.
    Aome limpio el beso de sus labios y metiéndose bajo la regadera respiro profundamente.
    —Sesshomaru Taisho no te amo, pero no puedo vivir sin ti—...

    Hola a todos tengo una historia totalmente diferente a lo que he escrito hasta ahora, espero que sea de su agrado y que no se desepcionen con lo que escribo.
    Esto es parte del primer capitulo y solo es un adelanto de algo nuevo incluso para mi.
     
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  2.  
    brownie

    brownie Entusiasta

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    Engañando al Corazón
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    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    2033
    Engañando al Corazón.
    bueno aqui les presento el primer capitulo completo

    Comienzo

    —Piensas en el aun— pregunto un ambarino a su compañera de cama.
    —No ¿Por qué pensaría en quien prefirió quedarse con un cadáver?— la joven azabache respondía mientras se levantaba del lecho y frente al ventanal miraba el sol resplandeciente.
    —Y tú, te arrepientes de a verla sacado de tu vida— el ambarino la miraba sentado en la cama, como de costumbre se callaba ante las preguntas impertinentes de su joven amante. Sonrió de medio lado viendo la imagen de su antigua mujer, en la que estaba parada en frente de el, al acto que encendía un cigarrillo.
    —Sabes que detesto el humo del cigarro en la mañana— Aome se acerco y rompió el cigarrillo mientras daba un cálido beso en los labios de Sesshomaru. —No vienes a la ducha— Lo invito Aome desde la entrada del baño dejando caer su pijama al suelo.
    —Tentadora tu oferta pero hoy no, tengo cosas que arreglar en la oficina, pero paso por ti en la tarde— La chica lo miro sin preocupación alguna y cerró la puerta.
    —“¿Quién diría que a dos años aun pensaría en ti?”— El ambarino saco otro cigarrillo y tomando la lap en sus manos vio varias fotografías de ella, la mujer que un día lleno su corazón y que ahora le pertenecía a otro o quizás al viento.
    Aome limpio el beso de sus labios y metiéndose bajo la regadera respiro profundamente.
    —Sesshomaru Taisho no te amo, pero no puedo vivir sin ti— Ella siguió con su rutina de baño hasta que comenzó a enfriarse el agua. Salió con una toalla blanca enrollada en la cabeza sosteniendo su cabello y una bata blanca. Cambio su desnudez por un traje sastre color guinda que consistía en blusa blanca y falda delineada con saco.
    — ¿Por qué haces eso?— pregunto ella viéndolo de reojo reflejado en el espejo.
    —A que te refieres—
    —Todas la mañanas desde que vivo contigo, checas tu computadora mientras me baño y al verme la cierras, acaso me escondes algo— La joven colocaba maquillaje en su rostro y delineaba sus labios con un labial rojo carmín.
    —“Ella nunca se maquillaba, no hacía falta”, figuraciones tuyas, todos los días checo la bolsa de valores, soy empresario no lo olvides— el joven se levanto dejando ver su buen formado cuerpo tapado por unos simples bóxer.
    —Está bien si tu lo dices, me voy no quiero que se me haga tarde— La joven dio nuevamente un beso a su hombre limpiando el labial de los labios de él y salió tomando su bolso. En la puerta ella tomo sus llaves y vio que Sesshomaru la observaba hizo un ademan con la mano y salió directo a su auto.
    El tomo del refrigerador un cartón de leche y sirvió un vaso. Regreso a su habitación, se ducho y también salió en su coche directo a su oficina. Mientras manejaba su porche se coloco unos lentes negros y paso enfrente de una casa habitación normal de condición económica media. La luz de la sala se veía encendida y figuras se podían observar pasando como fantasma en la cortina. El sonido de un claxon lo hizo reaccionar para notar que la puerta se abría por lo que arranco sin mirar hacia atrás.
    — ¿Qué diablos me pasa?— enfureció de su propia debilidad golpeado el volante. —Yo decidí lo mejor para mi, y nada más me debe importar— Llego a su oficina con sus aires de grandeza como siempre. Vio a una nueva chica en la recepción pero no se detuvo a averiguar nada. Ya instalado en su oficina hablo por el interphone
    —Kagura ven con tu libreta de apuntes— La secretaria arreglada con su uniforme se paro y vio con desprecio a las otras chicas. No era un secreto que ella estaba locamente enamorada de su jefe y que haría cualquier cosa por tenerlo en su cama.
    —Que se le ofrece señor— La miro de arriba abajo y girando su asiento hacia la ventana hablo.
    — ¿Dónde está la señorita Rin? no la vi hoy en la recepción— Kagura hizo un gesto de desagrado al saber que el preguntaba precisamente por ella.
    —La joven Rin presento el viernes pasado su renuncia sin dar explicaciones de ningún tipo a recursos humanos—
    —Bien averigua donde trabaja ahora, si no tienes la información en tres horas considérate despedida, retírate y tráeme un café— Kagura era una secretaria muy eficiente y ese tipo de amenazas ya no la intimidaban y dejaban que hiciera trabajos excepcionales.

    Kagome también había llegado a la universidad donde era maestra de historia. Mientras subía las escaleras vio a una chiquilla torpe de cabello alborotado recoger sus cosas del piso. Se quedo mirándola unos segundos, captando cada uno de los detalles del momento.
    —Te parece extraño verla o ¿no?— bajo una joven de cabello largo y lacio hasta donde Aome que no quitaba la mirada de la chiquilla.
    —La verdad, si, es tan rara, actuar como si nada hubiese pasado… yo me habría vuelto loca—
    —Tienes razón, la joven Rin es tan calmada, muy diferente a ti, que cuando Inuyasha te dejo, buscaste consuelo en los brazos de su medio hermano sin importarte a quien lastimabas—
    —Sango, ella no es mujer para Sesshomaru, no sé que pudo ver en ella, es tan sosa, lo único que agradezco de este inicio de semestre es que dentro de un año se graduara y no volverle a verla jamás—
    —Aome a veces eres tan fría— Kagome subió varios escalones caminando junto a Sango.
    —Sango hace años que me conoces, no es que no me duela lo que le paso a Rin, solo no podía permitir que Inuyasha creyera que él era el único en vida—
    —Pero lo es, no te engañes—
    —Sango basta no arruines mi mañana aun tengo mucho que hacer— Las jóvenes maestras se adentraron a la sala de profesores donde una junta de inicio de semestre se ejecutaba en la prestigiosa universidad .

    —Rin ¿Cómo has estado?— La joven apenas arreglada levanto la vista al dueño de la voz que la llamaba.
    —Kohaku hola muy bien gracias y tu—
    —Pues aquí, teniendo que soportar a la histérica de mí hermana muy temprano—
    —No digas eso Kohaku ya quisiera yo tener un hermano— Rin sonrió cálidamente mientras Kohaku se sentía mal.
    —Lo siento Rin soy un impertinente—
    —No descuida vamos o se nos hará tarde— los dos jóvenes se conocían desde hace tres años. En el pasillo los dos se separaron por que el entro a su salón y ella fue al baño. Rin saco un relicario de su pecho, lo tomo como si fuera el mayor de los tesoros. Y una gota de dolor escurrió por su mejilla mientras sonreía y limpiaba las huellas que dejan los miedos de la vida. Cuando llego al salón casi se desmaya Aome al verla de pie en la entrada pidiendo permiso para entrar. Reacción no muy distinta a la de Rin que tartamudeo.
    —Señorita mi clase empieza a las 7:00 en punto, que no se vuelva a repetir—
    —Gracias disculpe— Rin entro abrazando su mochila y se coloco en la parte trasera del salón. Aome la veía y no podía creer tenerla como alumna. Aome dio su materia sin interrupción alguna. Pero aun así se sentía inquieta, la presencia de esa niña perturbaba su paz. Aunque no la conocía realmente, hace dos años fue la primera vez que la vio por el incidente, aun así había escuchado por otros profesores que era muy inteligente, aunque algo distraída y muy callada.
    —“Rin la niña genio, la mujer a la cual yo le destruí la vida, no podrás conmigo te lo juro” eso es todo chicos nos vemos mañana— todos salían mientras ella borraba el pizarrón.
    —Señorita Clement espere por favor— Rin cerró los ojos mientras se detenía. —Sesshomaru y yo—
    —Profesora no importa, yo no necesito explicaciones de ningún tipo, ya paso mucho tiempo y lo que haga usted fuera del horario de clase a mi no me importa y con respecto al señor Sesshomaru es libre de hacer lo que mejor le plazca, si no le importa se hace me tarde— Rin sonreía mientras hablaba y salió casi corriendo a su próxima clase dejando a Aome confundida por su actitud tan tranquila como siempre.

    Ya eran casi las diez de la mañana cuando Kagura entro en la oficina de su jefe que la miro molesto.
    —Vuelves a hacer eso y te juro que…—
    —Que, qué piensas hacerme— Kagura hablaba sensualmente mientras ponía el seguro a la puerta y colocaba un pequeño papel en su pecho— Sesshomaru se levanto y la recargo en la pared, la beso con furia y estrujo sus pechos de manera salvaje.
    —Kagura ¿Lo de siempre?—Hablo el golpeando con su aire caliente el rostro de Kagura que estaba algo sonrojada.
    —Si hazme tuya como solo tú sabes hacerlo— el siguió besándola de manera apresurada mientras jalaba su blusa y subía la falda de la secretaria hasta sus caderas. Kagura jadeaba a más no poder al sentir los dedos de Sessomaru en su intimidad. El la cargo hasta el sillón donde bajo a sus pantaletas y observo como se había puesto la mujer de ojos rojos que suplicaba con sus caderas algo más. Sesshomaru dejo libre los pechos de Kagura que volvió a estremecerse y mordió su labio inferior. Al sentir el miembro de Sesshomaru en su interior este entro sin dificultad alguna; el observaba como ella gozaba con cada embestida y justo antes de terminar dejo correr su ser en el estomago de Kagura. Ella como siempre sonrió de saberlo de ella. El acomodo su atuendo y recogió el papel del suelo.
    —Arréglate y retírate, ya es muy tarde y aun faltan pendientes— La secretaria se acomodaba y limpiaba sin decir nada.
    — ¿Por qué te interesa tanto Rin? No la amas y por eso la dejaste ¿no?, ¿Por qué la procuras?—
    —Kagura ya tienes lo que viniste a buscar, ahora vete y déjame en paz—
    —Si tanto te importa no debiste abandonarla cuando más te necesitaba, si supieras…— al escuchar lo último el alzo su vista y camino hacia la secretaria.
    — ¿Saber qué?— Sesshomaru giro un poco su cabeza y la tomo fuertemente del brazo.
    —Púdrete si quieres saberlo ve y pregúntale a Rin personalmente, al fin y al cabo tu eres el causante de todos sus males y suéltame o grito— Sesshomaru dio un puñetazo a la pared y le abrió la puerta para que saliera.
    —Que idiota eres Sesshomaru perdiste lo mas por lo menos— Sesshomaru la empujo y azoto la puerta ante la mirada de todas las personas presentes.
    — ¡Que me miran, fisgones pónganse a trabajar!— Kagura se sentó molesta y se puso a checar las citas en la agenda. El tomo su copa de whisky y dándole un trago se recargo en su asiento.
    —Te amo ¿Realmente te amo?, tonterías eso… no existe—
    Sesshomaru— El ambarino volteo al escuchar su nombre en la entrada.
    —Rin tu fantasma aun me atormenta, justo a un mes de esa fecha—

    espero que les guste.
     
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  3.  
    xinthiia

    xinthiia Entusiasta

    Acuario
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    Gracias por el aviso.
    me ha gustado mucho tu continuacion, y el trama en si es bastante bueno.
    Lo unico que note fue que en ciertas ocasiones escribes Kagome, y en otra Aome, te sugiero qu esolo lo escribas de una forma, espero que no te moleste.
    espero con ancias tu continuacion.
    Bye:)
     
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  4.  
    Kumii Pamu

    Kumii Pamu Iniciado

    Escorpión
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    Escritora
    Fahh!!
    Uhhh no lo tenia así a Sesshomaru, pero bueno...Mas mujeriego que Miroku...jaja...
    Es muy interesante, y por mas que sea totalmente distinto a la historia original, posee un gran atractivo!!
    Estuvo muy bueno, y espero que continues!!
     
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  5.  
    brownie

    brownie Entusiasta

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    Engañando al Corazón
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    Misterio/Suspenso
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    1969
    Engañando al corazón
    Capitulo dos

    muchas gracias a todos los que an leido y comentado, me hace muy feliz. besos a todos

    Ya eran casi las tres de la tarde y Sesshomaru se preparaba para salir. Tomo su saco del perchero y su portafolio, salió sin dirigir su mirada a nadie. Tomo su auto y seguía molesto por las palabras de Kagura. Al llegar a la universidad no dejo su coche en el estacionamiento entro al campus recordando la primera vez que fue por Rin al instituto.

    —Wuau este es tu coche, es sensacional— la chica parecía deslumbrada viéndolo mientras caminaba alrededor del vehículo, ella jamás había visto uno tan lujoso. Sesshomaru se coloco sus lentes y se adentro en el coche. Después de unos segundos bajo la ventanilla del copiloto y bajando un poco sus lentes la miro sonrojada, una actitud muy común en ella.
    — ¿Por qué no subes?—
    —Creo que hoy iré caminando—
    —Te digo que te subas— la chica parecía nerviosa y pasando por enfrente del auto sonrió.
    —Creo que no gracias, desentono con tu auto, mejor otro día, nos vemos— Sesshomaru casi se queda con la boca abierta al escucharla hablar, cualquier otra se abría subido en cuanto el la invitara. Bajo rápidamente y la detuvo abrazándola de la cintura.
    —Si tu caminas yo iré contigo— Rin se sonrojo aun mas y negó con su cabeza.
    —No tu vienes en tu auto, ve anda no te preocupes, solo no me siento cómoda— el giro para ponerse como obstáculo y alzando su barbilla la miro queriendo conocer su alma a fondo. Le gustaba ver sus hermosos ojos cafés, grandes y con una chispa de inocencia.
    —Tú eres mi novia desde hace dos semanas y si prefieres caminar iré contigo— Rin volvió a sonreír y camino junto a el hasta el coche. El tomo su mochila y abrió la puerta. Ella sentada miro a todos lados y luego brinco un poco en el asiento.
    —Es muy cómodo creo que puedo acostumbrarme a esto— Y dejo salir una risilla burlona mientras Sesshomaru reía de sus ocurrencias.
    —Tonta— y volvió a reír al ver el puchero que hizo.

    —Qué diablos, no puedo dejar de pensar en ti— tenía los ojos cerrados con sus dedos en el tabique. Se recargo en su mano y al abrir sus parpados aparecía ella, como un mal sueño. Rin volteo a los lados para cruzar la calle y lo vio, sentado en su lujoso coche. Rin alzo su mano y lo saludo a duras penas, jamás le gusto ser grosera con la gente, para luego apretar el paso e intentar desaparecer lo más pronto posible. Sesshomaru salió rápidamente del auto iba ir tras ella pero una mano en su hombro lo detuvo.
    —Hola amor llegas temprano— Sesshomaru giro un segundo para ponerle atención a Aome y al volver la vista Rin ya no estaba, había desaparecido. —Pasa algo—
    —Nada vámonos— los dos en el coche no hablaron mucho, Aome sintió lo distraído se Sesshomaru por lo que se durmió todo el trayecto.

    Rin corría por la avenida sosteniendo en sus manos su mochila y con sus ojos a punto de convertirse en un mar, a pesar de saber que la maestra Aome era la nueva mujer de Sesshomaru no se esperaba verlo en ese lugar. Y tenerlo de repente hay le removió muchos sentimientos. Tomo el autobús pensando en todos los planes que hacía en su otro trabajo para no encontrarse con él. Ella conocía de sobra sus horarios y por lo tanto siempre dejaba la recepción antes de que el pasara. Así fueron dos años hasta que no pudo más. Ahora ya no lucia un hermoso traje azul, usaba un delantal y medias, si era la nueva mesera de un café de mediana categoría, donde sabia que nunca lo vería.
    —Rin llegas temprano— se sorprendió de verla tan temprano Jakotsu dueño del lugar.
    —Si es que quiero empezar bien mi segundo día de trabajo— Después de algunas horas Rin se despidió y se fue a su casa. En el transcurso se paro en el puente que cruzaba un pequeño rio. Y volvió a tomar su pequeño relicario, lo abrió y dio un beso, el artefacto tenía una imagen de sus padres y en la otra una foto de ella y Sesshomaru.
    ­—Si pude aprender a vivir sin padres también lo hare sin ti Sesshomaru Taiso— Rin comenzó a llorar y quito del relicario esa imagen, la rompió y la arrojo al viento. Siguió su camino y entro con sus llaves.
    —Ya es muy tarde niña, mi casa no es hotel—
    —Ya lo sé tío lo siento, intentare no llegar tan tarde mañana—
    —Hay comida en el refrigerador, te estuve esperando para cenar, pero como nunca estas— Rin no contesto a pesar de que el viejo Jaken la regañaba casi siempre, junto a el no le faltaba nada. Rin estaba feliz de haberlo encontrado, sin el abría muerto de tristeza.
    —Tío Jaken no se enoje mañana le traeré un rico café sin azúcar— Gritaba Rin desde la cocina a Jaken que miraba la televisión en la sala.
    —Mientras no lo prepares tú— Rin desde la mesa reía con las palabras del viejo que a pesar de su mal genio la quería como una nieta.

    —Me voy a dormir Sesshomaru hay días en los que no te soporto— Aome se canso de hablarle y que el la ignorara. En cuanto ella lo dejo solo el tomo su auto y salió rumbo a la casa de la mañana. Pensó mucho antes de tocar la puerta y cuando por fin se decidió, salió una niña albina.
    —Kanna ¿Quién es?— se acerco una mujer al ver a la niña en la entrada.
    —Disculpe la señorita Rin—
    —Me temo que no vive aquí— Sesshomaru se inmuto al saber que la joven ya no estaba a su alcance como siempre.
    —No sabe dónde puedo encontrar a los antiguos dueños— la mujer se puso un poco seria.
    —Me temo que no podrá verlos, tengo entendido que murieron y no se que haya pasado con la hija que tenían—
    —Gracias perdón por la molestia— Sesshomaru respiro algo agitado, no sabía que los padres de Rin habían muerto, y si fue así donde vivía, no tenia mas familiares. Dio vueltas toda la noche por la ciudad, mirando anuncios recordando tantas cosas, todo lo que perdió y lo poco que gano.
    —Rin ¿Por qué nunca dijiste nada? Solo comenzaste a desvanecerte después de que termine contigo—

    Rin terminaba sus tareas y se disponía a dormir. Se coloco boca abajo abrazado su almohada.
    —Falta un mes, pero no llorare, seré fuerte por mí, hoy rompo mi pasado y seré diferente, no mas lagrimas, sé que hay algo mejor ahí afuera, no mas luto, no más dolor… eso también te incluye Sesshomaru— Rin hundió su rostro en el la almohada para ahogar su llanto de esa manera. Poco tiempo después se quedo dormida.

    Ya en la mañana Aome se levantaba sola, salió a la sala y no encontró a Sesshomaru. Preparo café y se sirvió una taza, ya a punto de dar el último sorbo la puerta se abrió.
    —Vaya te acordaste que tienes casa puedo saber ¿Dónde andas? O ¿Dónde pasaste la noche? Porque en mi casa no fue— Aome se veía muy molesta mientras que Sesshomaru se veía devastado.
    —No me siento bien— al ambarino sobaba su cabeza.
    —Y como te querías sentir si aun apestas a borracho—
    —Déjame quieres no estoy de humor— el joven se sentó en el sillón, sentía como la cabeza le estallaba.
    —No se a que se debe este comportamiento, pero que no se vuelva a repetir—
    —Podrías dejarme solo­— Aome se fue al cuarto donde se cambio y salió sin decir nada. Ya en la universidad vio que faltaba Rin.
    —“Esa chica” comenzamos jóvenes la primera guerra mundial…— Aome termino una nueva clase y al salir del salón se encontró con Rin en el pasillo la miro sin más y continuo. Rin tenía los ojos hinchados no había dormido bien y después de llorar es un acto orgánico normal.

    En la cafetería Rin comía su almuerzo, como siempre sola, observaba la televisión y vio una entrevista de Sesshomaru y Aome. Le dolía pero ya no dejaría que la afectara esas palabras hirientes de la prensa amarillista. En la cafetería también llegaron dos maestras que cuanto la vieron se le quedaron viendo.
    —Aome últimamente la encontramos muy seguido no crees— decía Sango riendo burlonamente.
    —Esa chica se está volviendo una verdadera molestia “algo paso entre ella y Sesshomaru, algo que no se”—

    Sesshomaru se baño para despejarse un rato. No había ido a la oficina.
    —Qué diablos me pasa, ¿Por qué siento la necesidad de verte ahora?— Sesshomaru se hundió en el agua de la tina hasta que necesito aire. Salió del baño y se cambio. Recordando nuevamente a su antigua mujer.

    “—Soy tan feliz Sesshomaru, ahora si soy completamente tuya— la joven montada en las caderas de Sesshomaru descubría lo que era ser una mujer de verdad en los brazos del hombre que amaba.

    —Rin bésame— y en medio de un beso tierno pero lleno de pasión los dos se entregaron a la pasión que sentían
    —Sesshomaru seré muy feliz de darte un hijo— y volvió a besarlo de manera que entrego su alma en esa ocasión. “

    —Yo fui el primero en tu vida ¿Habrá alguien más ahora?— El volvía a sentir lo bien que era estar en brazos de la niña que cambio por una mujer de verdad. —Maldita sea Rin déjame en paz, perdí incluso a mi hermano por ti Aome y ni siquiera me haces feliz, si el tiempo pudiera volver— Se tiro en la cama intentando reconocer el olor de Rin, pero ya había desaparecido hace mucho tiempo.

    —No quiero Kaede… no me obligues por favor— la anciana retiraba de la boca de la mujer la cuchara.
    —Debes comer mi niña si no el señor Inuyasha se molestara—Shikon estaba muy pálida, la anemia la estaba matando lentamente.
    — ¿Dónde está Inuyasha? Deseo verlo nana— La mujer de edad avanzada bajo su mirada, el joven no había ido a dormir ese día. —Nana tengo sueño, cuando despierte podrías decirle a Inuyasha que venga—Shikon cerró sus ojos y cayo rendida. Cada vez se ponía peor y de igual manera Inuyasha se ausentaba cada vez más.
    —Duerme mi niña y ojala nunca despiertes—
    — ¿Cómo paso la noche?— pregunto Inuyasha desde el marco de la puerta.
    —Tranquila solo el dolor como siempre— Kaede acomodo las cobijas de Shikon que dormía, mientras Inuyasha la observaba.

    Buen fin de semana a todos. Comentar no cuesta nada
     
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  6.  
    brownie

    brownie Entusiasta

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    1971
    Engañando al Corazón

    capitulo 3
    —Inuyasha ¿Cuándo piensas irte?— El joven de cabello plateado y despeinado recargo su cabeza en el marco, no sabia que contestar, quería salir corriendo y olvidarse de todo, pero no podía, los temores de Shikon lo ataban a ella.
    —Kaede déjame un momento con ella— La anciana había servido por muchos años a la familia de Higurashi, y desde que las dos hermanas gemelas, Aome y Shikon llegaron al mundo quedaron a su custodia.
    —Shikon una vez te ame con locura pero ahora—
    —Ahora apareció Aome y te dio todo lo que yo no pude— Shikon abrió sus ojos y hablo pausadamente como si la vida se le fuera en cada suspiro. —Inuyasha lo he pensado bien y quiero que te vayas de mi casa, te doy la libertad que tanto añoras, te dejo libre para que vivas tus anhelos— Inuyasha tomo la pálida y frágil mano de la humana que ya no era ni la sombra de lo que un día fue.
    —Sera como tu desees— Inuyasha no se iba a ir pero no le gustaba pelear con ella en esas condiciones tan deplorables. Al momento en que giro el picaporte el volvió a hablar casi a punto de llorar.
    —Shikon me case contigo hasta que la muerte nos separe y si ese dia no llega yo sere feliz de verte un dia mas— Shikon apretó la sabana con su puño y saco de su almohada un pañuelo manchado de sangre cuando el salió.
    —Ya no falta mucho mi amado Inuyasha— Shikon se sentó en la orilla de la cama y con mucho esfuerzo llego al tocador, donde palpo con sus manos su cara demacrada por la enfermedad. Tomo un pocillo con agua y se enjuago, coloco un poco de maquillaje en polvo y dio un color rosado a sus mejillas. Peino su cabello que llegaba a su cintura y coloco un listón azul al final del mismo. Después fue a su armario donde un ataque de tos la hacía temblar al ver sus manos rojas.
    —Solo un poco más, solo un poco mas de vida te pido— saco del armario un vestido azul plisado y después de colocárselo regreso al tocador. Delineo sus labios con brillo y un toque de perfume salió de la botella. Tomando valor y un poco de aire salió. Bajo como orgullo la escalera después de tanto tiempo.
    —Señorita Shikon— Kaede dejo caer su charola con el te al ver a la señorita cambiada. Inuyasha también se sorprendió de verla por lo que camino hacia ella, esperándola en el primer escalón.
    — Shikon no deberías— La joven apenas sonrió. —Aun en la adversidad eres muy hermosa Shikon, demasiado para un simple mortal—
    —Basta creo haberte pedido algo—
    —Si lo hiciste y obtuviste una respuesta—
    —Inuyasha mi amado Inuyasha ¿Cuánto te he hecho sufrir? Te he obligado a muchas cosas, pero ya no, comprendo que no me amas y te pido perdón por retenerte a mi lado tanto tiempo, por eso si realmente quieres hacerme feliz márchate. Tu presencia me molesta. Cumple mi último deseo egoísta en esta vida, por favor— Inuyasha la tomo de los hombros queriendo abrazarla pero ella lo detuvo con sus manos y su hermosa sonrisa.
    —Kaede ayuda al señor a preparar sus maletas, esta misma noche se va de mi casa— Shikon paso hacia el jardín y llego a la piscina donde mojo sus pies. Una sombra la cubrió y la abrazo.
    — Shikon no empecemos por favor, regresa a la cama—
    —Mírame Inuyasha estoy bien, ya no me hace falta aferrar mi vida a ti, antes del escándalo de la familia Higurashi yo no podía hacer nada, no era libre de elegir, pero ahora soy dueña de mi destino, dirijo mis pasos a donde yo quiero ir y ese lugar no te contempla a ti. Inuyasha podrías decirle a Aome que venga deseo verla “por última vez”— Inuyasha comprendió el mensaje, se iria al final ella se veía bien y tal vez lo estaba.
    —Han pasado dos años Aome ¿podrás perdonarme?— unos pájaros pasaron cantando, presagiaban la muerte de Shikon que también sabía que le pisaba los talones. Inuyasha entro derrotado a su cuarto donde Kaede ya preparaba su ropa.
    —Kaede déjalo ya— La anciana tomo las manos de Inuyasha y las beso. Inuyasha retiro rápidamente sus manos para luego abrazarla a la mujer que extendia sus brazos.
    —Ya Inuyasha esta lucha es inútil, Shikon tiene los días contados y lo sabemos, ella solo quiere irse ligera de equipaje, intenta reparar los errores del pasado—.

    “—Kaede si el tiempo pudiera volver, haría tantas cosas— Shikon miraba ilusionada a la anciana que estaba a punto de llorar.
    —Debes ser fuerte Shikon, aun eres muy joven— Shikon miro la ventana recordando todo lo que perdió.
    —Kaede ahora que lo pienso me hubiera gustado ser madre, saber que se sentía llevar la vida en tu interior, me hubiera gustado conocer a los hijos de Aome; te imaginas esta casa se hubiera llenado de niños otra vez, la alegría habría vuelto. Kaede siento miedo— Shikon comenzó a llorar al igual que Kaede, que limpiaba sus lagrimas, escucharla hablar asi le partía el corazón. —Kaede me hubiese gustado ser un poco mas libre, salir y hacer cosas que las chicas de mi edad hacen, pero ya es tarde. Cuando muera por favor retira todos mis cuadros, remplázalos por imágenes de Aome y de ella , nunca vuelvas a mencionar mi nombre comotal, quiero que todos olviden que un día existí y que ella ocupe mi lugar—
    —Sera como tu digas mi niña— Kaede daría lo que fuera por verla sana, pero la anemia ya había consumido la vida de Shikon.”

    —Inuyasha llora deja salir tu dolor, Shikon ya no te necesita, ella ya esta lista para morir— Inuyasha solo gemia esas palabras el ya las sabia, solo no quería aceptar la idea de que ella moriría en cualquier momento.
    —Vendería mi alma al diablo si eso la curara Kaede, te lo juro—
    —Lo se Inuyasha, lo se— ya eran casi las nueve las de la noche y la luna llena iluminaba la sala.
    — Shikon estas segura, si cruzo esa puerta no volveré— Shikon camino hasta Inuyasha en medio de la penumbra.
    —Inuyasha no se que pase mañana pero quiero que todo termine ahora— Inuyaasha tomo su maleta y salió. Era como volver al mundo real, un mundo que el rechazo por vivir atado a Shikon. Cada paso que daba era como volver a nacer con mas ímpetu. Le dolía salir de la vida de esa mujer pero por fin podría vivir la suya sin remordimiento y lo mas importante recuperar a Aome.
    Shikon lo vio desde la ventana y su pose se rompió. cayó al suelo llorando su decisión
    — Shikon —
    —Kaede es lo mejor, el tiempo me dara la razón… algún dia—
    —¡ Shikon!— La joven se había desmallado con un hilo se sangre escurriendo por su nariz.

    —Te pasa algo Aome, te pusiste pálida— pregunto Sesshomaru al verla que incluso salió corriendo al baño a devolver el estomago. En el escusado Aome sentía una opresión en el pecho.
    —Abrázame Sesshomaru….abrazame—Sesshomaru la ayudo a pararse parecía que había visto a un fantasma y en la alcoba, Aome no dejaba de llorar sin control y sentir un terrible escalofrió.
    —¿Qué sucede? Te hicieron algo— Aome no podía articular palabras, el nudo en su garganta le impedía hablar pero no sabía que pasaba ni ella misma. Después de mucho llorar se quedo dormida con una pastilla que le dio Sesshomaru. Por su parte el salió a la sala, fue una sensación muy extraña verla asi de frágil y temerosa.
    —¿Qué paso Aome?— el velo sus sueños hasta la madrugada cuando ella despertó.
    —¿Cómo te sientes?— Sesshomaru estaba sentado en la mesa revisando su correo.
    —Te quedaste despierto toda la noche—
    —Me podrías decir que te pasa— Aome se coloco en posición fetal sintiendo aun una fuerte opresión en el pecho.
    —No se, solo sentí que algo muy malo paso, como si el aire me faltara y golpearan mi pecho—Sesshomaru la abrazo colocándose atrás de ella besando su espalda, tomo una cobija y la arropo estaba helada.
    El sol alumbraba con los primeros rayos y era sábado. Inuyasha se había instalado en un pequeño departamento compartido con un chico muy simpático y que salía a correr todas las mañanas.
    —Miroku como puedes hacer esto todos los días— Inuyasha parecía exhausto de tanto correr.
    —Buenos días Miroku— dos jóvenes de buen cuerpo saludaron encantadoramente provocativas.
    —Buenos días chicas, Inuyasha solo es cuestión de apreciar el paisaje…¿Qué pasa Inuyasha? ¿Por qué esa cara?— Inuyasha veía lo sínico que podía ser una persona. Pero aun que sentía el aire la mañana estaba inquieto, quería ir a ver a Shikon pero una promesa es una promesa y no volveria a esa casa mientras ella viviera.
    —¡Inuyasha cuidado¡—Grito Miruku.
    —Hay hay me duele, quítate quítate, quítate— Rin empujaba a Inuyasha que había caído encima de ella.
    —Mira nada mas Inuyasha como te atreves a lastimar a tan bella flor— Miroku se acerco a Rin que se sonrojo casi de inmediato.
    —Hey miroku demasiado cerca, y tu niña tonta fíjate donde caminas— Rin se levanto indignada ignorando a Miroku por completo.
    —Yo fijarme quien era el tarado que iba leliando—
    —Ho ya cállate—
    —Callate tu a mi no me hables asi—y de un sonoro coscorrón Rin se marcho dejando a Miroku muy divertido y adolorido a Inuyasha.
    —Tiene su carácter la florecilla—
    —Querrás decir fierecilla, aaa me duele— los compañeros siguieron su recorrido mientras Rin llegaba a la cafetería
    —Que pasa pequeña Rin, te vez moleta—
    —Es que un pedazo de pelmazo me empuja y aun asi se atreve a decir que es mi culpa—
    —Hay Rin no es para tanto… eres tan linda como para enojarte—Jakotsu le dio una flor blanca a la joven que de inmediato hizo competencia con un jitomate.
    —Jakotsu muchas gracias, eres tan bueno conmigo—
    —Hey hey ¿De qué me perdí?, si no conociera a mi hermano, diría que te esta coqueteando— Bankutso bajo la escaleras riendo.
    —Bankotsu, por favor ubícate, por una mujer como Rin hasta yo lucharía por ella— Rin abrió sus ojos algo sorprendida por esa respuesta, mientras Bankutso se colgaba del brazo de su hermano.
    —Hermano no se que le vez a los hombres, habiendo en el jardín flores tan bellas— Bankutso sonrió cálidamente, mientras Rin comenzaba a sentirse incomoda.
    —Pues que son menos complicados que las mujeres, pero si las bellas como Rin no se enamoraran de hombres malos, hombres como yo estaríamos detrás de ellas—en ese momento los tres comenzaron a reir y a arreglar el lugar.
     
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    brownie

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    Engañando al Corazón
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    ENGAÑANDO AL CORAZON

    Capitulo 4
    Aome seguía mal incluso con algo de temperatura fluctuante.
    —Aome ponte esto nos vamos al hospital— Aome se veía agitada, por lo que accedió a las peticiones del ambarino. La tomo de la cintura y la subió al coche, se veía realmente mal, pero no era la única, Rin sintió como todo dio vueltas y al ir al baño se dio cuenta de que su nariz sangraba, algo a lo que no le dio importancia. Ya en el hospital Aome fue internada inmediatamente.
    —Familiares de la señorita Aome Higurashi—
    —Si soy su esposo—
    —Por favor pase a caja a llenar la hoja de registro de internamiento— después de un rato sintió que le dio hambre, pero al ir a la cafetería del hospital, la vio llena de gente por lo que salió un momento, apenas empezaba a oscurecer por lo que un pequeño paseo. No muy lejos de hay el par de amigos llegaba a la cafetería donde trabajaba Rin.
    — ¿Qué pequeño es el mundo Inuyasha?— Inuyasha estaba distraído por lo que se sorprendió de ver a la chica de en la mañana en ese lugar.
    —Miroku—
    —Ya estamos aquí Inuyasha y no pienso irme—
    —Café Kirara en que puedo servirle— Inuyasha estaba molesto de volver a verla.
    —Tu en nada niña tonta— dijo Inuyasha entre dientes, mientras Rin dejaba caer una charola en la cabeza de Inuyasha.
    —Ups lo siento, soy una descuidada— Miroku comenzó a reír estrepitosamente de la escena al igual que Bankutso, que se acerco rápidamente a la mesa.
    —Anda Rin yo me encargo, lo siento mucho señores, para olvidar el malentendido hoy su noche será gratis—
    —Bien Inuyasha, debo salir más seguido contigo— el dueño del lugar les llevo dos capuchinos mientras un segundo ambarino llegaba.
    —“Inuyasha hermano”—Sesshomaru salió inmediatamente, no quería pelear con el. Desde que él se caso con Aome muchas cosas habían cambiado.

    “—Hermano es verdad que terminaste con Rin— pregunto Inuyasha al ver llegar a su hermano mayor a su casa.
    —Si Inuyasha, esa niña me estorbaba—
    —Vaya yo pensé que la amabas, cambiaste mucho por ella—
    —Inuyasha no vine a hablar sobre ella, quiero informarte que pienso casarme—
    —Con quien, me acabas de decir que terminaste con Rin, ¿acaso la engañabas?— Inuyasha lo miro sorprendido.
    —Con…—
    —Con quien Sesshomaru, por amor a Dios habla—El ambarino mayor se paro y fue a la ventana a tomar un poco de aire.
    —Me caso con Aome— Inuyasha se puso palido al escuchar esa noticia.
    —No es mi Aome ¿verdad?— Inuyasha lo tomo del brazo, por lo que Sesshomaru ni siquiera lo miro a los ojos.
    —Perro— Inuyasha dio un puñetazo directo a su hermano mayor. — ¡Sabes que la amo!—
    —Si tanto la amas ¿Por qué te casaste con Shikon? ¡He¡—
    —Tú sabes muy bien la razón, Shikon está muy enferma, tú te aprovechaste de mi ausencia, no solo perdiste a una gran mujer, también me has perdido a mi—
    —Inuyasha permíteme explicarte, como se dieron las cosas—
    —Cállate infeliz, mientras yo cuidaba de su hermana moribunda tu te metías en mi cama, mientras esa chiquilla se desvivía por ti, tú te revolcabas con mi mujer en su propia casa— Inuyaha escupió a Sesshomaru que no tenía el valor de contestar. Todo lo que decía Inuyasha era verdad. —Lárgate perro malagradecido, no quiero saber de ti nunca mas— Sesshomaru tomo su portafolio y salió de inmediato, sabía que su hermano respondería mal, pero no hace grado, esa pelea sin golpes sin tantos gritos como siempre significaba una cosa. Ese día termino cualquier lazo con su único familiar”

    Sesshomaru camino lentamente de regreso al hospital, su apetito se había ido. Realmente extrañaba sus platicas con Inuyasha, quería volver a escuchar su voz peleando con el.
    —Sesshomaru ¿Qué pasa contigo? ¿Por qué me afecta tanto ahora?, lo tenía todo y lo perdí, la pasión no me hace feliz—
    En la modesta cafetería Rin no quitaba los ojos de Inuyasha mientras limpiaba la barra.
    —Es lindo verdad Rin, sobre todo con esos ojazos de sol naciente— Rin rio discretamente, no podía negar que era verdad, pero malos recuerdos venían a su mente al ver el color de esos ojos.
    —Por dios Jakotsu, no se que le vez, es un engreído bueno para nada—
    —Inuyasha por favor quita esa cara, es prácticamente una niña que no arruine tu noche—
    —Claro como a ti no te ha golpeado, deberían encerrarla en una jaula— diciendo lo último en voz alta.
    —Rin tranquilízate—
    —Lo siento Bankotsu— después de un rato llegaron varias chicas al lugar. Una de ellas rápidamente emparento con Miroku que no dejaba de besarla y toquetearla.
    —Inuyasha please tárdate lo mas que puedas, quieres— Miroku dejo a Inuyasha solo en el lugar. Asi pasó una hora más y ya casi era hora de cerrar.
    —No que te corra, pero ya casi cerramos— Inuyasha no contesto nada solo la miro de arriba abajo y subió los pies al banco cerca de el. Rin solo respiro hondo y dio la media vuelta.
    —Rin es un poco tarde, no quieres que te acompañe— decía Jakotsu a la azabache que preparaba su mochila.
    —No te preocupes Jako sabes que no vivo muy lejos—
    —Pero ya es algo noche— Inuyasha solo ponía cuidado a la conversación mientras daba un último sorbo a su taza.
    —Buenas noches nos vemos el lunes— Rin soltó su cabello castaño oscuro y salió del lugar, acto seguido Inuyasha dejo cantidad suficiente para su consumo y salió detrás de la chiquilla.
    —Vas a ver te voy a dar el susto de tu vida, así no volverás a meterte conmigo— Jakotsu limpio la mesa y encontró el dinero.
    —Mira Bank le habías dicho que la ronda entera era gratis, ese si que es un hombre, ojala un día de estos encuentre uno de esos— grandes estrellas salían de la ilusión de Jakotsu. Rin se aproximaba a una calle algo oscura por lo que se aferro a los cordeles de su mochila y apretó el paso, justo cuando iba a salir fue interceptada por unos tipo que la tiro al piso.
    —¡SUELTAME!— Rin forcejeaba mientras Inuyasha corría al ver cómo fue tacleada y analizaba la situación.
    —Grita, grita mas— el ladrón intentaba zafar la mochila mientras manoseaba la chica que no dejaba de moverse. —Bruja— grito el ladrón al sentir como Rin lo había arañado, por lo que le dio un puñetazo directo a la cara. Inuyasha llego algo tarde con un palo de escoba que rompí en la espalda del atracador.
    —Esto no se queda así estúpida— Inuyasha le arrojo una piedra al verlo corriendo; cuando volteo a verla Rin estaba a gatas llorando y recogiendo sus cosas.
    —Como se te ocurre pasar por lugares como este, si no llego a tiempo sabrá Dios que te hubiera pasado, tus padres deben de odiarte, mira que exponerte a esta clase de peligros— Rin dejo de recoger sus cosas para taparse la cara y amedrentar un poco su llanto. Inuyasha al verla reacción de la niña se agacho a abrazarla. —Perdón a veces hablo de mas, no fue mi intensión— Rin lo alejo de ella y se puso de pie, en cuanto lo tuvo de frente le soltó una sonora bofetada, tomo sus cosas y empezó a caminar. A unos pasos de se detuvo y hablo en voz alta.
    —Si mis padres vivieran, tu no hubieses tenido que salvarme, si mis padres vivieran no tendría que trabajar, no vuelvas a hablar de mí como si me conocieras… gracias por ayudarme estoy segura que mi padres donde quiera que estén te lo agradecen— Inuyasha se sintió culpable por lo que fue tras ella.
    —Hey lo siento, solo que me dio mucho coraje no haberte ayudado mas, ese tipo pudo hacer lo que quiso contigo… perdóname comenzamos mal. ¿Cómo te llamas? Mi nombre es Inuyasha— Rin limpio su rostro y dio la mano a Inuyasha, que después de todo no era un mal tipo.
    —Yo me llamo Rin Clement, y siento lo de la charola—Ninguno de los dos se conocía realmente. En tres años de relación con ella Sesshomaru jamás le presento a su hermano menor y lo mismo pasó con Inuyasha, que no le dio mayor importancia a la coincidencia de nombres.
    —Lo siento Rin, no quise ofenderte de verdad, pero que buena persona es ese Jaken—
    —Si lo amo, si no fuera por él, no sé qué habría pasado conmigo…mira yo vivo en esa casa, la de fachada naranja, quieres pasar, digo creo que si te pegue un poco fuerte—
    —A esto no fue cuando te lo quite de encima después de pegarle, me dio una patada— los dos llegaron a la casa donde no había luz.
    —Mi tío Jaken no está, debió ir a tocar al asilo, pero pasa— Inuyasha se sentó en el sillón mientras Rin iba por un kit de curación. Poso sus ojos en la fotografía de la mesa de Té, se llevo la sorpresa de su vida.
    —Asi que el viejo sapo si tenía buen corazón después de todo— Inuyasha dejo la foto al ver como Rin se acercaba. Rin se sentó a un lado de el y con un algodón comenzó a limpiar el rostro de Inuyasha, que no dejaba de verla. Cuando se entero de su edad no podía creerlo aparentaba tener entre 16 y 18 años, jamás creería que tuviera 22.
    —Que tanto me vez, acaso soy tan fea— Rin sonrió burlonamente. Inuyasha de inmediato quito su vista de ella.
    —No solo que ese golpe te dejara un gran moretón—
    —No te preocupes, voy a estar bien— ya eran casi las once y Jaken no llegaba.
    —Rin me tengo que ir, pero prometido te recogeré todos los días y te regresare sana y a salvo a tu casa—
    —Que cosas dices Inuyasha, pero gracias— cuando se despidió de ella, Rin soltó un pequeño gemido.
    —Lo siento no quise lastimarte, soy un idiota— Rin solo volvió a sonreír y vio como se marchaba por donde habían llegado. Inuyasha camino recordando como la conoció, lo equivocado que estaba de ella. Al llegar a la cafetería en la parte superior se veían sombras caminar por lo que tomo su auto y siguió pensando en Rin.
    —Rin y Jaken, pero bueno los padres de ella murieron y Nana, ¿Dónde está ella? Espero verte pronto mi querido Jaken— Inuyasha se puso a dar vueltas por la ciudad, sabía que cuando Miroku conquista a una mujer terminan en la cama de el.

    Mientras en la casa de los Higurashi, Kaede prepara la tumba de los señores en el mausoleo privado.
    —Vieja ni creas que voy a llorar— decía una joven delgada y alta en voz baja.
    —Kikio, Shikon era tu hermana y ha muerto por darte su lugar—
    —Uno que yo no le pedí… ella solo me va a utilizar. La muerte de Higurashi Shikon a mi ni me va ni me viene— los sirvientes tapaban la tumba para dejarla tal cual la encontraron.
    —Hoy enterramos a Kanon Kikio gracias a su hermana Shikon— dijo Kaede al ver la inscripción de la lapida. Ante la mirada de asombro de los sirvientes.
    “Kanon Kikio, mi querida hermana y amiga. Que Dios te guarde y sostenga tu alma en la eternidad, porque la muerte es solo el comienzo”

    -
    buen inicio de semana, celebren las fiesta patrias (Dia de muertos)
    besos ojala comenten y me digan que les parece
    Nota:
    Muchas gracias a todos por leer y comentar auque se borren los comentarios yo puedo leerlos muchas gracias a todos. espero poder subir la continuacion pronto
     
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