de Inuyasha - En silencio

En silencio

Hola a todos. Bueno, acá presento mi nuevo fic. Espero que os guste. Puse mucho empeño en el mismo, aunque, he de advertir que lo escribí en un momento lleno de angustia, y este one-shot es producto de ello. Quedan muchas cosas abiertas en él, pero, he decidido no seguir. O sea, no darle una continuación. Me gusta así como esta.
Bueno, los invito a que lo lean, y claro esta, que me den su opinión, de mucha importancia para mí.
Atte. AhomeeInuyasha.


En silencio

Ese día, te reíste de mi.

-Prométeme que no lo harás jamás. Promételo. Prométeme que esa idea absurda no volverá a cruzarse, como alternativa de nada, por esa cabeza tuya. Promételo.
La morocha se sentía abrumada por lo que le acababan de confesar. Su rostro expresaba el disgusto, la sorpresa y el dolo que sintió, físico y emocional, al escucharlo. Se inclinó hacia él, buscándolo con la mirada desesperada.
-No exageres las cosas. No dije nada de otro mundo. ¿Quién no pensó en algo así alguna vez?.
Todavía se preguntaba por qué mierda había dicho aquello en voz alta.
-¡No soy exagerada!... y si es así, como se supone que dices, promételo, no te costará nada, entonces.
Incómoda como se sentía, se irguió en el respaldo de aquella silla, que nada ayudaba a tranquilizarla. Solo se había sentado, por miedo a caer ante la sorpresa. Aún sostenía la mirada en dirección a la nuca del moreno agazapado a su lado.
-Calla, ni lo digas. Fue una estupidez, ¿ya?.
¿Por qué?¿Por qué justo delante de ella?¿Por qué? Seguía interrogándose a si mismo.
-No me convence.
Él se escabullía de la promesa, y eso le molestaba. No se lo haría tan fácil. Lo conocía demasiado como para conformarse con esas únicas palabras. Y él lo sabía. Todavía resonaba en sus oídos aquello que no quería volver a escuchar, y menos de su boca. Seguía estando desconcertada, sin entender. Solo rogó en su interior que no fuera lo que estaba pensando.
-Bueno, lo prometo. ¿Satisfecha?.
Por el momento, pensó, mejor darle el gusto. Sabía de ante mano que esa chiquilla no iba a aflojar con nada. La conocía. Tanto años de estar junto a ella.
No le agradaba para nada la mirada desgarrada que le estaba dirigiendo.
-Ni por asomo. ¿Tan poca cosa te crees que eres?. ¿Por qué?.
Observó como el muchacho se levantaba pesadamente y cansado ya de dar explicaciones. ¿Encima se hacía el enojado?.
-¡Tú, eres una melodramática!.
¡Esa mujer!. ¿Desde cuándo era tan pesado hablar con ella? Sintió los músculos agarrotados debido al tiempo en que había estado de cuclillas. Se estiró de manera incorrecta, pero descansada. Iría al baño, debía ducharse. Giró sobre sus talones para comunicárselo a su amiga, pero esta continuaba mirándolo de aquella forma tan molesta. Sacudió la cabeza de manera negativa, y se dirigió hacia la puerta de salida.
-Si, yo. Seguro que yo tengo la culpa de... ¿Adónde vas?. ¡Ey!. No me dejes hablando sola. ¡Vení para acá!.
Enojada, se levantó de manera tan brusca, que la silla en la que se encontraba, cayó al suelo, haciendo un ruido estrepitoso, mientras observaba como él se retiraba de la habitación. Era imposible. Ese hombre era imposible.
Llevándose su mano al pecho, todavía podía sentir el dolor agudo que se había producido allí cuando lo escucho hablar. ¿A qué se debía todo eso?. ¿Por qué su amigo actuaba raro y decía aquellas cosas?.

En ese momento, no entendí el dolor que sentía por tus palabras, ni por qué esa sospecha se incrementaba dentro de mí. Intenté el creerte que eran solo eso, palabras. Que cualquiera, en un momento de desesperación, podría haberlas pronunciado, pero... ¿por qué razón tú las habías dicho?. ¿Qué te ocurría?...
Ahora que lo entiendo, ahora que mis sospechas son ciertas. Ahora que ya no puedo hacer nada para ayudarte, porque ahora, ya es muy tarde. Ahora, quisiera haber comprendido antes todo el calvario que estabas llevando arrastras, sin contárselo a nadie, siquiera a mi.
Toda esta gente que nos rodea, no sabe cuánto es lo que sufriste para llegar a esto. Y eso me genera envidia. Porque yo lo sabía y no lo evité. Ellos vienen a verte con sus cuerpos dolidos y recuerdos añorados, pero yo... yo siento el peso de lo que te ocurrió. Yo siento la responsabilidad de este echo. Me siento cobarde por no haber hablado a tiempo y callar en silencio.
No puedo perdonarme. No puedo. Yo sabía las razones y tú confiaste en que lo hacía... y te fallé. Te fallé.
-¿Estas bien?
Se había dirigido a mi, a esto que era yo, y a la vez, no era nada.
-Si, si lo estoy.
Mentí. El dolor, la culpa, solo me pertenecían a mi. Nadie debía de saberlo, nadie tendría que cargar con ello. Solo yo.
-Vamos a tomar aire, ¿quieres?. Te hará bien.
Su voz tenía un ligero sabor a amargura. Ella tampoco lo estaba pasando bien. Pero su dolo se iría, y conservaría los recuerdos con ternura. En cambio yo... yo solo me aferraría a la culpa de no haber llegado a tiempo, y de ese modo sobreviviría.
-No, de verdad, estoy bien. No quiero irme, no ahora.
En su mirada se reflejaba mi rostro, y lo que observé, me hizo sentir una punzada en algún lugar de mi cuerpo. Destrozada, no me reconocía. Tenía sombras negras, bien marcadas debajo de mis ojos, señal del desvelo de días y días sin dormir, y es que todo había sucedido tan rápido; mis labios estaban blancos como la cal, paspados y delineados con un rojo furioso, y en esas mejillas, había un rastro de lágrimas negras, por el maquillaje corrido. No recordaba bien en que momento había contado con el tiempo suficiente como para pintarme.
-Mira, todos lo estamos sufriendo. Hay tantos cosas que el marco en mi vida, en nuestras vidas. ¿Y te das cuenta, entonces?. Él, todavía esta aquí, amiga. En cada uno de nosotros. Él va a estar siempre.
Noté como de sus ojos se borraba la imagen de aquella desconocida, mientras que gruesas lágrimas la nublaban. Me perdí en ella, haciéndole caso omiso a lo que parloteaba. No me importaba. Nada de lo que me dijeran importaba realmente. Las palabras me sabían a mentiras, a verdades ocultas. Él se había ido, y me había mentido, disfrazando la verdad con patéticas palabras, y lo sabía, y me deje engañar.
Nada de lo que me dijeran tenía un real sentido para mí.
-Déjame sola, por favor.
Se resistió, lo sé porque lo vi en su mirada, en la mueca de su boca, en la posición que tomó su cuerpo. Pero algo cambió, y ella lo notó. El terror la paralizó, y la hizo alejarse. ¡El instinto, siempre protector!. Huyó de mi lado.
Tantas veces me había enfrentado cara a cara con la muerte. Tantas otras veces había llorado y llorado una pérdida. Pero esta vez... era él. Mi gran amigo. Mi gran amor. Un amor que nunca había sido por temor a no corresponderse, pero que, aún así, lo significaba todo. Y ya no estaba. Y lo peor era que yo, quizás, lo habría evitado.
Este dolor que ahora siento, no se debe a una pérdida, sino también al sentirse responsable de la misma. Porque si yo hubiera comprendido sus palabras, si yo no hubiera silenciado aquello que presentí, ahora, justo ahora, él estaría aquí. No en ese este lugar, no en ese cajón. No tan pálido como lo estaba. No con sus ojos cerrados y esa mueca en sus labios que no era suya. No. Él estaría junto a mí, riendo, hermoso como lo era. Burlándose de mis torpezas. Siendo él. Con su rostro lleno de colores, con esa sonrisa única.
Ya nada sería igual. Nada de nada.
Me puse de pie, y la sala quedó en silencio. Miles y miles de rostros compungidos, acongojados del dolor, se giraron hacía mi. Me incliné sobre ese cuerpo vacío, que yacía inmóvil, algo que dolía con verlo, solamente; besé sus labios, y sin más lágrimas que derramar, pero con un cierto peso que cargar de ahora en más, me retiré de ese sitio, dejando allí, también, mi vida. Aquella en la que era feliz y sonreía. Aquella en la que una niña, más que una mujer, había sentido con tanta pasión ese primer único amor, y que ya no podría llegar a ser. Un amor que ya no estaba dentro de ese cuerpo. Que me había dejado vacía solo por un momento, para ser reemplazado por la culpa, el dolor y la soledad.
Ya nada sería igual. Algo había cambiado.
Yo no era más yo, solo era un cuerpo que se movía de un lado a otro, sin un motivo específico. Solo era “algo” que subsistiría, que sobreviviría por culpa.
De repente, sentí con fuerza ese despojarme de aquella vida. Sentí con más certeza ese peso de mi ser. Sentí como crecía de un momento a otro, y como una nueva mirada transformaba la anterior. Como todo ese mundo de colores, se volvía gris, un gris opaco, con algunos matices más claros y otros más oscuros. Ya no había motivos para sonrisas, ni sentir mi rostro con esos pozuelos en las mejillas; ni menos que menos, el color cálido que se formaba en las mismas al sonrojarme... y todo porque ya no habría motivos para hacerlo.
En aquel rincón de mi cuerpo, en el cual se generaban los latidos rápidos y llenos de calor, que me gustaba sentir en su presencia, empezó a habitar un frío insólito, que nunca había sentido antes.
Me estaba transformando de un ser con vida, a uno que solo buscaba respirar. Ahora, en estos momentos, era un “algo” sin sentido, y de ahora en más, ya no esperaría al día siguiente para ver que depararía el mismo, sino que, mi ser se alimentaría de una supervivencia constante.
Era otra mi existencia. Algo había cambiado.

“-Sabes que, nunca te lo dije pero... me gusta verte feliz. Hazlo por mí, ¿si?”​

-¿Cómo?.

 

¡Muchísimas gracias! Tendré en cuenta todo lo que me has señalado. Y pido disculpas por el formato de la letras, no quise fastidiar a nadie por ello. Gracias, de nuevo...
Así que, seguiré intentando mejorar hasta llegar a ser una muy buena escritora, que es mi objetivo en la vida. Lo que me falta es la extención, me cuesta mucho eso, pero el que percevera, triunfa, ¿verdad?.
Saludos a todos, y reitero, muchas gracias por su tiempo...

Si, así es. Y me costó muchísimo, lo juro. Es que, primero empecé escribiendolo como práctica para ampliar el vocabulario... pero después, por alguna razón, puse sentimientos propios en él y bueno... surgió un bello fic. (Bello para mí, obviamente... no pido que se opine lo mismo. Jaja...)

¡Gracias por tu muy buena onda!...

Besos!!

Razon, ya Pami cambió la letra. Espero que así te resulte mucho mejor para leer. Te pido me perdones por eso, no pensé que podría llegar a ser fastidioso para tí.
Tus comentarios y opiniones son muy importante, dado que siempre me acompañas.
Espero, de verdad, que te haya gustado el fic.
Saludos...

 

Gracias Michelle, tendré muy en cuenta ello para con los nuevos fic que me proponga...
Muchas felicidades para este año.
Atte. AhomeeInuyasha.

¡Gracias por tu onda! Y sí, sé muy bien que cuento con la gran flia que se ha formado en todo Cemzoo, y te agradezco por estar también en ella.
De todo corazón, muchas felicidades en este año nuevo... Te deseo lo mejor de lo mejor.
Atte. AhomeeInuyasha.

Michelle, muchísimas gracias... lo que me has señalado, lo tendré muy en cuenta para mis próximos fics. Así como también lo que me indicó Pami. Ya estoy trabajando en ello.
Saludos.
Atte. AhomeeInuyasha.

Agradezco, de verdad, el que hayas leído mi One-Shot. Y me alegra mucho más que te haya gustado tanto. Me llena de regosijo.
Con respecto a lo de mi vida... no fue "tan trágico" lo que me ocurrió... solo una gran desepción que realmente no esperaba de aquella persona. De todas formas, muchas gracias por recordarme que cuento con Cemzoo, y contigo, para cualquier cosa que necesite. Gracias.
Abrazos.
Atte. AhomeeInuyasha.

 

Re: En silencio

Muchas gracias, Reyka... Además, vaya alago para mí el que hayas elegido mi One Shot como primer fic de Inuyasha para leer por primera vez. Me haces sentir orgullosa. Y siendo leonina, elevaste mi ego... jajaja.
Espero que disfrutes y mucho de los fics que leas dentro de este clan de Rumiko Takahashi, locos por Inuyasha.
Atte. AhomeeInuyasha.