En la noche de almas Era pálida al lado de la luna y la noche en su cuerpo se mecía; bajo un pie de hueso la vida crujía, apagándose entre la niebla bruna. Era su presencia una honda laguna, de risa eterna y mirada vacía, y en sus dedos desnudos sostenía la guadaña que sesga la fortuna. Ella vino a buscarme, acompañada de campanas que tañían a muerto en la gélida noche de los santos. Y al escuchar la sentencia, aterrada, de su mano tomé un destino incierto, abandonando mi alma entre quebrantos. Bueno, esto trata de ser un soneto así que espero no haber cometido demasiados errores en la métrica, soy un desastre para eso. Gracias por leer y feliz Halloween.