Otro En el parque (O.N.E.)

Tema en 'Relatos' iniciado por Sonia de Arnau, 13 Agosto 2017.

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    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

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    Escritor
    Título:
    En el parque (O.N.E.)
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    741
    El joven de cabellera oscura observó su mano con la que había estado tocando las cuerdas de la guitarra. Entrecerró los ojos, todavía era torpe y lenta, aun no podía dar con una buena nota y mucho menos antes de que su mano se detuviera sola, como si ella misma, cobrara vida propia y fuera quien se detenía. Suspiró al momento que levantaba sus ojos para observar a los niños correr de aquí allá, divertidos mientras algunos padres los acompañaban o esperándolos, se mantenían sentados en las butacas platicando con otros padres.

    Alex había estado visitando aquel parque para practicar un poco con la guitarra puesto que, todavía le daba vergüenza que sus padres lo escucharan. Respirando hondo, volvió su vista a la guitarra, pensativo.

    —¿Do you play the guitar?

    —¿Eh? —Alex enmudeció al observar con gran admiración a la chica que se había sentado a su lado. Era una joven de cabellera dorada, de grandes ojos color esmeralda, de mirada vigorosa; definitivamente era extranjera. No comprendió su pregunta por lo que no respondió nada.

    —Lo siento —se disculpó inmediatamente la chica con un peculiar acento—. Mi español es muy malo. ¿Tú tocas la guitarra? —La joven pareció batallar en algunas palabras, tardando en pronunciarlas, no obstante, se esforzó por hablar el idioma.

    —Un poquito —Alex hizo el además con las manos, nervioso al ver que ella, dando algunos saltitos sentada, acortaba distancia entre ella y él.

    —Un poquito —repitió ella—. ¿Qué tocas?

    —Rock —respondió sin pensarlo.

    —¿Rock? —Se sorprendió ella—. ¿Rock?

    —Práctico con ella.

    —Oh. ¿Quieres tú estás en una grupo o tienes uno?

    —Solo quiero tocar Rock. ¿Eres...? —Iba a decir "gringa" pero guardó silencio antes de pronunciar tan adjetivo; tenían por costumbre nombrar de esa manera a los norteamericanos, mas se abstuvo de hacerlo porque le pareció una falta de respeto hacia ella, tampoco sabía si preguntarle si era Americana o estadounidense—. Eres extranjera, ¿verdad? ¿De dónde eres? —No supo si había hablado rápido para ella, aunque tampoco quería hablar tan lento y dar a entender que ella no era lo suficientemente buena para entenderle. Por unos momentos no supo como reaccionar o qué hacer.

    —Sí. Soy gringa —respondió ella, divertida, dibujando una facción de diversión en su rostro. Ya estaba acostumbrada a que le llamara a ella y a sus amigos de esa forma. No se sentían nada ofendidos.

    Alejandro dibujó una sonrisa ante la respuesta de ella.

    Hablas bien el español.

    —Gracias. No creo, pero gracias. Falta mucho para poder hablarlo bien.

    —Yo quisiera hablar y entender el inglés. Pero soy malo con los idiomas.

    —A mi no me gusta el inglés —dijo ella, sorprendiendo a Alex—. El español es un bonito idioma, y es muy difícil y es un reto. Mi idioma es aburrido —Ella dibujó una mueca extraña en su rostro que al joven le pareció divertida.

    —¿Estás de vacaciones?

    —Sí, pero me voy muy rápido, a Colombia, ahí aprendo el español, en la escuela. ¿Has ido a Colombia? —Él solo se limitó a negar y ella continuó observando la guitarra—: ¿Puedes tocar algo?

    —¿Ahora? —contestó por demás nervioso y sorprendido.

    —Sí, por favor.

    —Ah... —miró asustado la guitarra—. Está bien... —tragó saliva y cuando estaba apunto de tocar la primera cuerda, una voz masculina se escuchó a lo lejos.

    —¡Shayden let's go!

    La vista de ambos jóvenes se desvió hacia dirección de la voz, ahí observaron a un hombre —aparentemente el padre de ella— a un lado de un coche negro.

    —Me hablan. Me voy —dijo ella levantándose de la banca se encaminó hacia su padre. A medio camino, Shayden se giró para ver por última vez al joven—. ¿Puedo verte un día tocar el Rock? —Posteriormente, se despidió, moviendo la mano con gran entusiasmo, y una vez más, con una amplia sonrisa dio media vuelta y se marchó.

    Alejandro, a su vez, levantó su mano para ser testigo de como ella subía al automóvil y después desaparecer una vez arrancó.

    El joven parpadeó un par de veces antes de meditar en aquel encuentro . No sabía quien era ella, tampoco sabía si volvería a verla, no obstante, sonrió porque había sido la primera persona que le había pedido que tocara algo y, aunque no le escuchó, definitivamente le había agradado aquel sentimiento; deseaba llegar a que las personas le pidieran tocar algo. Deseaba que su Rock llegara a las personas. Definitivamente, deseaba que ella, donde fuera, llegara a escucharlo tocar la guitarra.
     
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